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Jesús Escogió Hombres Ordinarios y Los Hizo Pescadores de
Jesús Escogió Hombres Ordinarios y Los Hizo Pescadores de
La palabra “os haré pescadores de hombres” muestra con exactitud con qué
propósito llamó Jesús a sus discípulos. Dicha palabra significa: “Yo mismo
escogeré a mis discípulos, y los haré pescadores de hombres”. La palabra
“haré”, muestra la firme voluntad de Jesús de hacer de sus discípulos su equipo
de obreros del evangelio.
Para hacer a sus discípulos “pescadores de hombres”, Jesús les enseñó muchas
cosas que él mismo puso en práctica, de modo que ellos debían hacer como él
había hecho por ellos.
Ahora, Jesús cómo los disciplinó para hacerlos obreros del evangelio.
1. Oración
Fue la oración lo primero que Jesús practicó a fin de hacer a sus discípulos
“pescadores de hombres”. Después de su oración con ayuno de cuarenta días,
venció la tentación de Satanás y empezó a predicar el evangelio.
“Pedid, buscad y llamad”, significa ‘orad’. Dios nos dijo que busquemos,
hallemos y recibamos todo mediante la oración. De esta manera, lo primero
que deben hacer los pescadores de hombres es orar, pues es necesario para
ellos.
2. Fe
Durante el proceso de guiar las almas, a veces nos formamos una opinión
personal de ellas y las prejuzgamos, lo cual nos hace fallar en dicho proceso de
guiarlas a Dios.
Antes de devolver la vista a los ciegos, Jesús los probó para ver si lo seguían
solo por fe. Después de confirmar que no lo seguían únicamente por los
rumores de que curaba toda enfermedad, les dijo: “Conforme a vuestra fe os
sea hecho”. Y los ojos de ellos fueron abiertos.
Los discípulos vieron a Jesús orar, dar autoridad al que creía, predicar el
evangelio y aceptar dolores para salvar un alma. Al ver todas sus buenas obras,
ellos se nutrieron muy bien y pusieron en práctica lo que habían aprendido,
predicando el evangelio. Mientras seguían a Jesús, fueron hechos pescadores
de hombres y predicadores del evangelio, con los que Dios se complacía.
4. Esperanza en el cielo
Jesús dio a sus discípulos –que dejaron todo para seguirlo y dedicaron su vida
para la obra del evangelio– autoridad para juzgar a las doce tribus de Israel. El
apóstol Pedro llamó a esa autoridad “la autoridad del real sacerdocio» (1 P.
2:9). Jesús les prometió dicha gloria en el cielo para que no se agotaran y
trabajaran para el evangelio sin cesar.
5. Personalidad
La última cosa que debemos hacer para ser pescadores de hombres, es tener
una buena personalidad. Jesús dijo a sus discípulos que no podían ser
pescadores de hombres sin un buen carácter.
Para ser pescadores de hombres con los que Jesús se complazca, debemos
tener un buen carácter; así podremos hablar buenas palabras y mostrar
buenas obras de bondad en nuestro corazón; pero, ¿cómo podríamos decir
buenas palabras y hacer buenas obras con la maldad en nuestro corazón?
Cuando nuestras buenas palabras y obras salgan de nuestro corazón,
podremos ser pescadores de hombres.
『[…] sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será
vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros
será vuestro siervo;』Mt. 20:26-27
Nosotros hemos recibido la promesa de llegar a ser el real sacerdocio del cielo.
Para ello, debemos ser primero pescadores de hombres; y para ser pescadores
de hombres, tenemos que ser servidores y siervos. Para hacer a sus discípulos
pescadores de hombres, Jesús mismo se humilló siempre y se hizo siervo. Si
estuviéremos preparados con todas estas cosas, seremos pescadores de
hombres que guíen muchas almas hacia Dios.
Para hacerlos pescadores de hombres, Jesús los educó y les dio muchos
ejemplos. Él escogió a sus discípulos, nada entendidos ni eruditos, y los hizo
pescadores de hombres. Les dio el ejemplo de la oración, les enseñó la
importancia de la fe, predicó él mismo el evangelio, los envió a muchos lugares
para darles la oportunidad de predicar solos, les dio la esperanza en el cielo
para que no se agotaran, y les dijo que tuvieran una buena personalidad para
que pudieran glorificar a Dios. De esta manera, Jesús les enseñó todo lo que
necesitaban para calificar como pescadores de hombres.
Hemos sido escogidos por Dios. Ahora, como los discípulos de Jesús, tenemos
que entender todas sus enseñanzas y poner en práctica sus ejemplos. Entonces
estaremos aptos para llevar muchas almas a Dios. Como Picasso hizo una obra
de arte con desperdicios, así Dios escogió a estos seres sin valor arrojados por
causa de los pecados, y nos hizo pescadores de hombres, dándonos la
autoridad del real sacerdocio. Tenemos que dar gracias a Dios el Creador, el
Espíritu y la Esposa.