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Fundamentos teorigeepaemee |. o 7 Laura Edna Aragon ° Arturo Silva Fundamentos teoricos de la evaluacion psicoldégica Laura Edna Aragon « Arturo Silva EDITO! 2 PAX MERICO iA ANKE EL LIBRO MUERE CUANDO LO FOTOCOPIAN Amigo lector: La obra que usted tiene en sus manos es muy valiosa, pues el autor vertié en ella conocimientos, experiencia y afos de trabajo. El editor ha procurado dar una presentacién digna a su contenido y pone su empefio y recursos para difundirla ampliamente, por medio de su red de comercializacién, Cuando usted fotocopia este libro, o adquiere una copia “pirata”, el autor y el editor dejan de percibir lo que les permite recuperar la inversion que han realizado, y ello fomenia el desaliento de la creacion de nuevas obras. La reproduccién no autorizada de obras protegidas por el derecho de autor, ademés de set un delito, dafia la creatividad y limita la difusion de la cultura. Si usted necesita un ejemplar del libro y no le es posible conseguirlo, le rogamos hacérnoslo saber, No dude en comunicarse con nosotros. RGEK Editorial Pax México ©2002 Editorial Pax México, Libreria Carlos Césarman, S.A. Av. Cuauhtémoc 1430 Col. Sta. Cruz Atoyac México, D.F. 03310 Tel.: 5605 7677 Fax: 5605 7600 Correo electrénico: editorialpax@editorialpax.com Pagina web: www. editorialpax.com Primera reimpresién, 2004 ISBN 968-860-635-9 Reservados todos los derechos Impreso en México/Printed in Mexico Indice 1. _Rumbos de la evaluacién psicolégica .............+-. 1 Lawra Edaa Aragin Borja y Arturo Stlvo Rodriguez, UNAM, nana Impertancia de la medicin ..... 2 ‘La medicién en el contexto general de la ciencia - 2 La medicién en psicologia ..... 4 La evaknacién desde la psicologia diferencial ... 9 Onigenes de la psicologia diferencia... ... 10 Supuestos tedricos de Ia distribucién de las diferencias individuales........4 ee ul Variacién de la distribucién .... 13 Tipos de variacion 0.00.06. ee ceerec sevens . Factores que determinan cambios en la distribuciéa. 15 Evaluacién de los rasgos......00000ceseeeeseveeeeeee es 17 Teoria de los dos factores, de Spearman 18 ‘Teorias jerdizquicas . .. 19 Teorias de factores miltiples. . Hatoque factorial ov. siviseiwiweirenies Algunos teéricos . Evaluacin ideogrifiea de los msgos 2 Comentarios sobre la aproximacién tradicional 23 Bvaluacién conductual,.. 06s. secre eee 26 Desarrollo histérico... . 27 Algunas suposiciones tedricas de la evaluacién conductual 33 Metas de la evaluacién conductual . vi iNDICE Niveles de comparacidn entre la evaluacién tradicional yreonductiel ..5.sa0 comusurenalenuarmaren esse yinaas 36 Validez referida al criterio 49 Validez de contenido... - 50 Conelusiones . . 57 Bibliografia ... 60 2, El proceso terapéutico: dindmica continua de evaluacién conductual 6.02.0... 2s aeaauee 63 Lawns Bina ja Borja y Artere Silva Rod UNAM, FES-Ixtacala ‘Evaluacin diagnéstica . 64 Modelos de evaluacion ra Esquemas de exploracion diagnéstica. vee 3 Modalidades de respuesta 81 ‘Téenicas de evaluacién conductual 84 Observacién conductual directa . 35 Automonitoreo o autoobservacién . 85 Registros fisiolégicos..........0.00.0008 ca 86 La entrevista BG El autoinforme o autorreporte vy.) seers reser 87 Evaluacién durante Ia terapia - ve 89 Influencia del marco teérico en la eleccién de las estrategias de intervencidn .......6.6..02 0600+ 89 Consideraciones metodolégicas de la evaluacién durante Ia terapia. srvesessces 94 Ja intervenciéa 6 Comparacién de intervenciones alternadas . a) Confiabilidad entre observadores .. . 102 Aniilisis visual de los datos en oposicién al andlisis estadistico cumuenawscus SOR Evaluacién de la efectividad de la terapia. aniweeece 104 Presentacién de datos ........ % 104 Evaluacién de los cambios que produjo la terapia...... 105 Evaluacion pronéstica ........2022cc08eceeeece eee 109 Mantenimiento de los efectos de Ja terapia....... 110 inpICE vil ‘Transferencia de los efectos de la intervencién a varias SRNR 05's tae ead exe wails xs ue anetvinyae! 113 ‘Algunas estrategias de la programaciéa del mantenimiento y la transferencia. 115 Bibliografia 123 3. Psicoepidemiologia: un medio de evaluacién conductual poblacional de los trastornos psicoldgicos...........-.+ . 127 Arturo Silva Redrigans, UNAM, PES-Fetacata Enfoque conductual en el estudio de los trastornos psicolégicos en poblaciones ........0.....0eeeeeeeeee ees 128 Fundamentos generales de Ja evaluacién psicoepidemiclégica + 129 Formas de evaluar los trastoznos psicoldgicos en poblaciones - wan 133 Formas de disefiar una evaluacian psicoepidemiolgica .... 134 Dimensién temporal 002.200... 20000000eecueeeee es 135 Dimensién de magnitud ...00... 0000220002205 136 Combinacién de dimensiones. . 139 Tipos de compataciéa en la evaluacion psicocpidemiolégica. 141 Estudios de prevalencia........ 142 Estudios de casos y testigos. 144 Estudios de cohortes....... 151 Criterios de clasificacién dentro de la taxonomia . 156 Identificacién de trastornos en poblaciones . 161 Mis all de Ja sola identificacién de una poblacién en riesgo “ 167 Comentarios finales ...... “ poxswees WO ‘Algunas ambigiedades metodolégicas en la evaluacion psicocpidemiolégica...... — 172 Bibliograffd ivvivvsivenecereus 175 4, La entrevista como instrumento de evaluacién psi Lawes Edaa Aragha Banjo, Ragee Jory Olvarer Vigguey, Nerme Yoloaile Radri Terie y Muon Ajents Rane Ranitez UNAM, FES'Icaa Entrevista para nifios Datos generales del usuario ....... Datos familiares... aes re 185 INDICE Datos socioeconémicos Condiciones de vivie! Hiabitos alimenticios Costumbres . Desarrollo y hibitos infantiles Aspectos biolagicos .... Areas del desarrollo psicolégico del nifio . . Lenguaje y socializacién ........... Conducta cognoseitiva Habitos del nifio.......eceseee Relaciones interpersonales del iio Sexualidad en el nifio... Entrevista dirigida al nifio ..... Entrevista para adolescentes . Datos: generales del. entrevistado-. Datos familiares ....... Datos socioeconémicos Costumbres Desarrollo escolar . aca Relaciones familiares ........ Desarrollo personal ...... Sexualidad adolescente ... Area Inboral .......... Entrevista para adultos Datos generales Datos socioeconémicos ..... COSHUREBEER see eeeesiene oe w #908 nee TA RE ts cncnicrscanemnncecccuns emcee exes 186 186, 186 Introduccion En los tltimos afios el término eratracién prsicoligica ha irrumpido con mucha fuerza dentro del campo de la Psicologia pata dejar de lado con- cepciones como psicodiagnéstico y evaluacién conductual, la primera por sus claras connotaciones médico-psiquidtricas y por estar dirigida funda- mentalmente a la detecciin de aspectos psicopatolégicos, negatives o deficitarios del funcionamiento psicolégico mediante la aplicacion de prucbas proyectivas, principalmente; la segunda, si bien intenté identificar conductas objeto de estudio (motoras, fisioldgicas y cognitivas), asi como las variables ambientales y personales que las mantienen o controlan para realizar una intervencién conductual, fue abandonada por muchos psicé- logos clinicos debido a sus planteamientos conductuales, en muchas oca- siones radicales, que pretendfan, por medio de sus estrategias y técnicas, tener la exclusividad, Hoy la evaluacién psicolégica es reconocida como una disciplina en si misma con objetivos bisicos y de investigacién, y como un Area de la Psicologia dirigida al analisis cientifico de la conducta humana y de los contextos en que se desarrolla, cuyas metas son claramente la toma de decisiones y la intervencida. Asi, se define a la evaluacién psicolgica como la disciplina de la psicologia cientifica que explora y analiza el comportamiento en los niveles de complejidad que se estime oportunos motor, fisiolégico 0 cognitivo-, de un sujeto o un grupo, con distintos objetivos bisicos o aplicados (descripcién, diagnéstico, seleccién, predic- cin, explicacién, intervencién, cambio o valoracién), por medio de un proceso de toma de decisiones en cl que se aplican diferentes dispositi- ‘vos, tests y técnicas de medida y cvaluacién,! ' Rocio Feenindez Ballesteros, Iatroducciin a da evalraciin psivoligico, Picimide, Madeid, 1996. ix x LAURA EDNA ARAGON BORJA Y ARTURO SILVA RODRIGUEZ En coneordancia con esta postura moderna acerca de la evaluacién psicolégica, en la presente serie de tres tomos presentamos al lector los avances més recientes de esta disciplina cientifica, tanto en el ambito te6rico (que desarrollamos en este volumen) como en el campo aplicado en cuanto a la solucién de problemas en dos grandes areas de interés en Psicologfa: el direa educativa (en el segundo volumen) y el area clinica (en el tercera) En el primer volumen exponemos los fundamentos teéricos que subyacen a la evaluacion psicoldgica, a fin de permitir la comprensiéa cabal de los siguientes dos voliimenes, en los que presentamos novedosas propuestas de evaluacidn psicolégica para nuestra poblacién y en nuesteo contexto. En el capitulo 1, de Laura E. Aragén y Arturo Silva, analizamos los diferentes rumbos que ha adoptado la evaluacién psicolégica con base en el concepto de medicién dentro del contexto general de la ciencia; también describimos y analizamos las dos grandes corrientes que nutren a la evaluacién: la lamada orientacién tradicional y la conductual, asi como un concepto muy importante en uno y otro enfoque y que propor- ciona, conjuntamente con la confiabilidad, las garantias cientificas del proceso: Ia validez y sus diferentes tipos, de acuerdo con el objetivo perseguido por el constructor de Ia prueba. En el capitulo 2, también de Arturo Silva y Laura E. Aragén, demos- tramos que la evaluacién conductual, con su estrategia metodolégica lla- mada intracyjefo, posee una amplia gama de posibilidades en las que pue- den conjugarse los objetivos terapeuticos, las expectativas de cambio del paciente y la obtencién de conocimiento cientfico respecto a las mejores técnicas para determinados problemas, asi como de la efectividad de la intervenci6n realizada. Asi, la estrategia inttasujeto puede utilizarse exitosa- mente tanto para seleccionar estratepias de tratamiento encaminadas a la solucién del problema del paciente como para realizar anilisis tedricos dirigidos a la explicacion de los cambios observados y, de ser posible, a la verificacién de teorfas existentes sobre el problema psicolégico tratado. A fin de llevar a cabo lo anterior, partimos del principio de que la eva- luacién debe conceptualizarse como un proceso continuo a lo largo de todo el desarrollo terapéutico, que abarca desde el contacto con el pacien- te o el sujeto que solicita uma intervencién profesional hasta la solucién del problema reportada, Todo este proceso puede describirse en las cua- tro fases explicadas en cl capitulo y que comprenden la evaluacién diagnéstica, la encaminada a la seleccin de las estrategias de tratamiento, Ia de los resultados de la terapia y, finalmente, la pronéstica. INTRODUCCION: xi El capitulo 3 es una aportacién de Arturo Silva al campo de la evaluacién psicolégica para el estudio de la distribucién de les trastornos psicolégicos en las poblaciones y las técnicas por utilizar en In recoleccién de datos utilizando como herramienta lo que él llama psicoepidemiologia. Tal técnica esti fundamentada en In concepcidn de que el medio ambiente se relaciona intimamente con la determinacién de los problemas psicolé; cos; por tanto, este capitulo constituye un esfuerzo para proporcionar algunas sugerencias metodolégicas derivadas de la epidemiologia que pueden utilizarse en el estudio de la distribucién de los trastornos psico- ldgicos en poblaciones. En este sentido, aqui presentamos la manera de estudiar las distribuciones de los trastornos psicoldgicos en poblaciones y las técnicas utilizadas para la recoleccidn de datos y cémo utilizar las estrategias metodolégicas derivadas de la epidemiologia en el estudio de los trastornos psicolégicos para, finalmente, proponer algunos criterios de clasificacién que pueden servir para ubicar a los sujetos dentro de una taxonomia, Bn el capitulo 4, de Laura E. Aragon, Roque Olivares, Norma Y. Rodriguez y Mucio Romero, presentamos los formatos de entrevista uti- lizados en la Unidad de Evaluacién Psicoldgica Tztacala (veri). Incluimos este capitulo dentro de los fundamentos teéricos, porque consideramos que todo psicélogo debe conocer los lineamientos generales de la entrevista, no sdlo en el nivel tedrico sino también aplicado, para intervenit adecua- damente en el proceso de evaluacién psicoldgica al ser el primer contacto que tiene con el cliente, y de él dependeri el éxito 0 el ftacaso de su inter- venci6n e, incluso, que el cliente acuda a una segunda sesién, Conscientes de que no pueden utilizarse los mismos formatos de entrevista para todos los usuarios, hemos disefiado especificamente tres: para nifios, para ado- lescentes y para adultos, en cada una de las cuales se rastrean aspectos im- pottantes pata identificar mas certcramente la meta de la evaluacién, no sin que sea advertide que son s6lo guias o la primera aproximacién con el cliente. El psicdlogo debe ser entrenado concienzudamente para utili- zar con eficacia esta herramienta de evaluacién llamada entrevista, Los formularios fueron disefiados para permitir que la persona se percate de los aspectos de su realidad cotidiana que pueden estar relacio- nados con los motives por los cuales acude a un proceso de evaluacién psicolégica y, a la vez, que también el evaluador obtenga informacion ne- cesatia y suficiente para determinar el tipo de instrumentos de evaluaciéa que utilizaré para ayudar a la persona 2 encontzar los elementos que estin relacionados con su problemitica xii LAURA EDNA ARAGON BORJA Y ARTURO SILVA RODRIGUEY Para concluir esta introducciéa, es importante mencionar que esta obra, a diferencia de otras dedicadas al tema de la evaluacién psicaldgi presenta gtandes innovaciones. La primera es la revisién tedrica exhaustiva realizada tanto en este primer volumen de la serie como en cada uno de Jos fendmenos psicoldgicos estudiados en el segundo y tercer volimenes (desarrollo, aptitudes, lectoescritura, orientacién vocational, inteligencia, evaluacién ambiental, adaptacién, conducta ipo A, habilidades sociales, sida, género y trastornos alimentarios), ya que otros textos s6lo propor- cionan unas cuantas definiciones sobre estos aspectos antes de entrar en materia; asi, los alumnos tanto de licenciatura como de posgrado que atin no han revisado el tema de la evaluacién psicoldgica, podrin encontrar tépicos importantes de la psicologia abardados con profundidad. La segunda aportaciGn radica en describir diferentes instrumentos utilizedos en Ia evaluacién dependiendo del tema de interés psicolégico; si bien es cierto que muchas obras también describen este tipo de instrumentos, questa contribucién consiste, en primer lugar, en que muchos son uti- lizados en nuestro pais y, por tanto, es posible tener acceso a ellos y, en segundo lugar, que algunos de ellos son descritos con mucho detalle, enfatizando sus principales caracteristicas, asi como sus ventajas y des- ventajas. La tercera y mis significativa aportacion de esta obra es que en la gran mayoria de los capitulos presentamos propuestas, resultados de trabajos de investigacidn realizados por docentes de la UNAM (especifica- mente de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala), que se refieren a la elaboracin de nuevos instrumentos 0 a la adaptacién y baremacion de los ya existentes. Tales propucstas son valiosas por Ia sericdad del pro- ceso de investigacién seguide en su consecucion, asi como por estar in- mersas en nuestro contexto cotidiano y en nuestra poblacién, para con- tribuir con ello a enriquecer el campo de conocimiento de la disciplina en general y de la evaluacién psicoldgica en particular, campo que es de vital importancia para la Psicologia por ser cl principio de toda intervencién. Para finalizar, deseamos mencionar que esta obra esta dirigida a es- tudiantes tanto de licenciatura como de posgrado en Psicologia y, por la sencillez y claridad de la exposici6n, asi como por la diversidad de temas compartidos por la Psicologia y otras disciplinas cientificas, también puede resultar de interés y utilidad para profesionales de otras areas como Pe- dagogia, Medicina, Orientacién Vocacional, Trabajo Social ¢ incluso Ar quitectura. ‘Laura Epna Atacon Borja y ARTUR Siva Ropricuiz. Rumbos de la evaluacion psicoldgica Laura Badia Aragén Borja Arturo Silea Rodrigues UNAM, FES-Ixtacala E este capitulo estudiaremos los diferentes rumbos que ha tomado la evaluacidn psicoldgica, el papel que desempefia tal recurso en el con- texto general de la ciencia y las caracteristicas de las dos grandes cortientes en este campo: la conductual y la tradicional. Posteriormente, presentare- mos de manera general los conceptos de confiabilidad y validez mis uti- lizados en psicologia. Distinguir entre el enfoque conductual y el tradicional o clasice es di- ficil, ya que ambos comparten, en ocasiones, los mismos instrumentos de cvaluacién. Las diferencias radican en las suposiciones teéricas que los fundamentan, asi como en las implicaciones de éstas en la interpretacién de los datos obtenidos en el proceso de evaluacién. El enfoque conductual pone de manifiesto el anilisis objetivo de las conductas relevantes del sujeto, con la finalidad de identificar las varia- bles tanto orginicas como ambientales que controlan y mantienen dichas conductas. Asi, la evaluacién debe centrarse en Jo que el sujeto hace o deja de hacer; en cambio, Ia orientacién tradicional debe dirigitse a ana- lizar la estructura de la personalidad, en Ja que confluyen rasgos, factores, necesidades, defensas, conilictos y atributos; estas caracteristicas tienen €n comun ser constructos hipotéticos inobservables, subyacentes al suje- to que lo conforman y lo predisponen a actuar, de mode que la conducta ¢s interpretada como expresion de esos constructos, Por consiguiente, la evaluacién se basa principalmente en lo que conforma a la persona, mas que en lo que hace. & You have either reached a page that Is unavailable for “iewing or reached your viewing limit for this book. & ‘You have either reached a page that is unavailable for ¥iewing or reached your viewing limit far this book. & You have either reached a page that Is unavailable for “iewing or reached your viewing limit for this book. & ‘You have either reached a page that is unavailable for ¥iewing or reached your viewing limit far this book. & You have either reached a page that Is unavailable for “iewing or reached your viewing limit for this book. & ‘You have either reached a page that is unavailable for ¥iewing or reached your viewing limit far this book. & You have either reached a page that Is unavailable for “iewing or reached your viewing limit for this book. & ‘You have either reached a page that is unavailable for ¥iewing or reached your viewing limit far this book. aa ‘You have either reached a page that is unavailable for ¥iewing or reached your viewing limit far this book. aa ‘You have either reached a page that is unavailable for ¥iewing or reached your viewing limit far this book. <2 You have either reached a page that Is unavailable for “iewing or reached your viewing limit for this book. 20 LAURA EDNA ARAGON BORJA Y ARTURO SILVA RODRIGUEZ él denomina respuesta habiteal, que comprende el tipo de respuestas dadas en situaciones anilogas; por altimo, sitta el nivel de respuesta especifica que corresponde al tipo de respuestas presentadas en una situacidn espe~ cifica (Anastasi, 1966), Teorias de factores miltiples Existe un conjunto de tcorfas que describen los rasgos como producto de un gran mero de factores; lo comin entre ellas es suponer que la otganizacin de los rasgos esta subordinada a la magnitud de la satura- cién con la que los diferentes factores de grupo contribuyen a la for- macién de rasgos. Enfoque factorial Para comprender mejor las teorias factoriales es necesario describir bre- vemente el procedimiento seguido para describir los factores. El objetivo principal de este enfoque es aplicar el anilisis factorial a baterias de diferentes instrumentos tanto de inteligencia como de personalidad, con la finalidad de ver qué factores unitatios 0 comunes podemos aislar. Un factor es un conjunto de generalizaciones de naturaleza empiriea, a posterior, son identificados completamente por su modo de derivacién, ya que el procedimiento comienza con un conjunto de evaluaciones que supuesta- mente abarcan por entero la funcién objeto de estudio. El anilisis factorial de esas evaluaciones reduce las marcas de todos los reactivos al menor niimero posible de variables independientes. Luego agrupamos todas las superposiciones y concluimos entonces que el numero de factores no correlacionados (es decir, independientes) que han sido descubiertos suministran una lista de elementos basicos de la funcion. Algunos teéricos Uno de Jos principales exponentes de la teoria de factores multiples es Thurstone (Anastasi, 1966). De acuerdo con extensas investigaciones, Thurstone distinguié un amplio conjunto de factores de grupo, entre los que destacan la comprensién verbal, la fluidez verbal, cl numero, el es- pacio, la memozia asociativa, la rapidez perceptiva y la induccién © tazo- ALUACION PSICOLOGICA 21 fnamiento general. A partir de los estudios de Thurstone han proliferado las investigaciones encaminadas a descubrir nuevos factores de grupo. Esta multiplicacién de estudios ha propiciado un cuadro de rasgos muy confuso, pues cada auevo estudio agrega nuevos factores al cuadro de rasgos. Este hecho preocupa a los psicémetras, quienes plantean si dos factores son realmente semejantes cuando diversos autores les dan el mismo nombre, si son ea realidad diferentes dos rasgos que tienen dis- tintos nombres y si diferentes factores no serin sélo subdivisiones de un rasgo mas amplio Guilford traté de simplificar el cuadro de relaciones entre factores (Anastasi, 1966) al proponer un modelo, semejante a una caja, que clasi- fica los rasgos intclectuales en tres dimensiones. A la primera dimensién le asigné el nombre de eperadanes, donde reine cogniciones, memoria, produccién divergente, produccién convergente y valoracién. En la se- gunda, que corresponde a casfenidas, incluye operaciones figurativas, sim- bélicas, semanticas y de conducta. En la altima dimensién, llamada de producies, agrapa unidades, clases, relaciones, sistemas, transformaciones y consecuencias. En opinién de Anastasi (1966), se ha conseguido cierto orden me- diante la identificacién transversal de los factores que habian sido nom- brados de distintas maneras. Pero como su atimero es grande, fue adop- tada la argumentacién tedrica de que la conducta humana es compleja y vatiada, y quizi no sea una postura realista esperar que una docena de factores nos procuren una adecuada descripciéa de ella (Anastasi, 1966, p. 301). Evaluacién ideogréfica de los rasgos Priicticamente, para las anteriores teorias de los rasgos, todas las personas estén hechas a partir de un mismo molde; partem del supuesto de que existe un niimero finito de rasgos, de forma tal que es posible reducir la personalidad a una lista de ellos, semejante a la tabla de los elementos quimicos. Postulan no sélo que todos los hombres tienen exactamente las mismos elementos basicos de personalidad, sino también que en cada individuo estos elementos deben considerarse independientes, libres de la influencia de los demas clementos (Allport, 1974, p. 264). En contraposicién a este pensamiento, Allport argumenta que ningu- na de las orientaciones psicoldgicas de los rasgos se interesa por las 22 LAURA EDNA ARAGON BORJA Y ARTURO SILVA RODRIGUI unidades estrictamente individuales de la personalidad, que son en si las verdaderas manifestaciones particulares de la conducta. Dicho investiga- dor afirma que la mayoria de las teorias de los rasgos fueron creadas 2 partir de una concepeién nomotétiea, pues tienen como finalidad com- parar a una persona con las demis, respecto a algiin rasgo en comin. Por ello, propone el estudio intensivo de una persona para determinar la or- ganizacién de sus rasgos de personalidad. Es obvio que para él, la deter- minacion de la estructura de los rasgos no debe basarse en grupos exten- sos de sujetos, sino que debe ser encontrada para cada individuo, pues nada es mds esencial en todo campo de la personalidad que un recono- cimiento adecuado de los rasgos individuales (Allport, 1974, p. 319). Segiin Allport, la determinacién de un rasgo esti sujeta en primera instancia a la integracién de muchos hibitos especificos que tienen sig- nificado adaptative para la persona; por ejemplo, si la madre satislace siempre las necesidades del nifio, crea éste un apego afectivo hacia ella. Posteriormente, cuando el nifio intenta otros contactos sociales que resul- tan favorables 0 satis factorios, comienza.a buscar ala gente mis que a cvitarla. Es asi como se forma el hibito de gregarismo. A medida que el nifio ctece, trata de unirse a grupos en lugares publicos, hacer amigos, etcétera. Este conjunto de actividades no son habitos separados, sino aspeetos diferentes de un mismo rasgo de socializacién, Allport concluye que, una vez formado el rasgo, va dominande los hibitos y facilita que los nuevos se integren, siempre que le sean titiles y concuerden con él La expresién del rasgo es variable; una vasta scrie de estimulos lo pone cn movimiento y su estructura cambia con el tiempo, de mancra que no sdlo llega a ser un estilo omnipotente de comportamicato, sino también un sistema motivacional bisico de la personalidad. El rasgo se vuelve auténomo (Allport, 1974, p. 310). Allport considera que los rasgos no son ficciones nominales 0 cate- gorfas descriptivas de la estructura de la personalidad. Rechaza la concep cin de que los rasgos no residen en el individuo mismo, ya que si bien tienen valor de estimulo, de ninguna forma se constritien a set slo cate- gorias descriptivas para la clasificacion de los habitos. Los rasgos son pro- nerve waren aeenan ac la weeenine setae Renn ead Ee Te PETERS nominal, son independientes del observador y estin realmeate abi. Por consiguiente, se trata de entidades psicoldgicas que explican la coherencia de la conducta, Todo lo anterior se observa con clatidad en la definicion de rasgo: sistema neuropsiquico (peculiar del individuo) generalizado y foca- lizado, dotado de Ja capacidad para convertir muchos estimulos en fun- ILUACION PSICOLOGICA 23 cionalmente equivalentes y guiat formas con coherencia (equivalentes) de comportamiento adaptativo y expresivo (Allport, 1974, p. 312). Comentarios sobre la aproximacién tradicional La psicologia diferencial tiene como objetivo seleccionar y aislar un atri- Duto o earacteristica psicolégica con la finalidad de establecer su amplitud y distribucién en una muestra de sujetos evaluados. Una de las limitacio- nes bisicas de esta orientacién es que centra su interés en el atributo ha- ciendo a un lado a los individuos que lo poscen; es decir, el atributo es estudiado como una abstraccion total, independiente de las personas que Jo poseen. La psicologia diferencial ha propiciado el auge de la construccién de pruebas mentales, en las cuales se supone que los sujetos varian confor- me a la curva normal; el grado de variacién de una persona por arriba 0 por debajo de la media se considera su marca distintiva; asi, la ubicacion de un sujcto dentro del supuesto grupo normativo al que pertenece se basa en un solo atributo, haciendo a un lado el conglomerado de atribu- tos que conforman al individuo. La evaluacién del fendmeno psicolégico a partir de esta aproxima- cién teérica presenta algunos inconvenientes, como que utilice un méto- do puramente cuantitativo y que en pocas ocasiones evalie a las personas en mis de un atributo o caracteristica. No obstante que recientemente han aparecido técnicas estadisticas que analizan de forma simultinea dos 0 mis variables, éstas se basan igualmente en demostrar el factor comin que existe entre los atributos medidos, mas que en descubtir las interaccio- nes que ocurren entre clos Para la construccién de sus instrumentos, los psicémetras orientados diferencialmente se basan sélo en el estudio transversal del modo en que se distribuye un atributo abstracto en una muestra de sujetos, Resalta con claridad que el interés radica en la variabilidad intersujeto de ese atributo, haciendo a un lado Ia variabilidad intrasujeto del atributo. El andlisis de Ue ee eh .. eee ae a guarda de acuerdo con su grupo normativo; sin embargo, para considerar adecuado un instrumento de evaluacién deberd también proporcionar da- tos acerca de la forma en que se relaciona el atributo evaluado con los demis atributos existentes en el sujeto, lo que no hacen los instrumen- tos generados a partir de la psicologia diferencial m4 LAURA EDNA ARAGON BORJA Y ARTURO SILVA RODRIGUEZ En este campo, la prueba cientifica para demostrar que un instru- mento esti bien construido se basa principalmente en la normalidad de Ja distribucién cn una muestra grandc, ya que este hecho facilita el esta- blecimiento de normas, la comparacion de una persona con otra, los cilculos de corrclacién con otras variables, etcétera. Si ello no es posible, se recomienda modificar un reactivo y otro hasta obtener una curva que satisfaga la condicién de normalidad. Cuando obtenemos la forma nor- mal, concluimos que el instrumento es vilido parz medir ese atributo o caracteristica psicolégica. Sin embargo, nunca planteamos que el hecho empirico de no encon- trar normalidad en Ia distribucién sea una evidencia que contradiga la suposicion tedrica de que las diferencias individuales se distribuyen nor- malmente a lo largo del rango de evaluacién. Asi lo considera Allport cuando menciona que el autor del test, cuando interpreta sus resultados, pasa por alto que él en lo personal modificd los reactivos de la prueba para encontrar normalidad y que, por consiguiente, tiene mucho que decir acerca de la distribucién que alegremente atribuye a la naturaleza (Allport, 1974, p. 354). La suposicién de que todo atributo o caracteristica psicolégica cons- tituye una variable continua 2 lo largo de su rango de existencia es tam- bién dificil de sostener, pues si bien desde el punto de vista estadistico se maneja como una variable, resulta factible que desde un punto de vista psicolégico la constitucién de esta variable no sea Unica. Por ejemplo, la introversin y la extroversién, que se toman como una variable continua, son dos caracteristicas psicolgicas independientes. La unian que hacen de estos atributos los psicémettas tesponde mas bien a cucstiones arbi- trarias, ya que son considerados complementarios y como tales se pueden representar en un continuo cuantitativo, pero esto no rompe con el he- cho de que cada atributo, dentro de su rango de existencia, varfe indepen- dientemente del otro. El argumento que apoya la suposicién de continuidad es que la na- turaleza prefiere las distribuciones simétricas; sin embargo, esto es cierto sdlo cuando evaluamos atributos psicolégicos que dependen en gran medida de factores bidlogicos, pues como Io mencionamos anteriormen- te, cuanto mis dependa un atributo de factores biolégicos seri mas fac- tible encontrar una distribuci6n normal, no asi cuando depende mas de factores sociales; cuanto més tiene que ver una cualidad con las costum- bres, menos probable ser que esté normalmente distribuida (Allport, 1974, p. 350), RUMBOS DE LA EVALUACION PSICOLOGI 25 ‘Todas las teorfas de los rasgos presuponen la existencia de una es- tructura hipotética en las personas, que determina la estabilidad de la conducta y su vatiabilidad. Las respuestas sélo son sefiales directas 0 indirectas de esa estructura subyacente, la cual ejerce efectos causales generalizados y duraderos sobre la conducta. Muchos aspectos distintos de Ia experiencia son equivalentes en cuanto a la respuesta que provocan. La equivalencia de estos aspectos slo podemos explicarla si admitimos que existe una disposicién subyacente de algin tipo, cuyo umbral de excitacién es bajo y puede ser atravesado por todo este conjunto de es- timulos. Esta inferencia se vuelve mas necesaria cuando se descubre que diversas respucstas a estos estimulos son también equivalentes (Allport, 1974, p. 298). Asi, la evaluacién desde la teorfa de los rasgos se ha aplicado a la busqueda de signos que sirvan como indicadores confiables del rasgo, con Ia finalidad de aislaclos e identificarlos para darles un nombre, a pesar de que el léxico de todos los idiomas esté lejos de ofrecer un catélogo perfecto de los elementos de la vida mental. Usar nombres de rasgos, peto con cautela, ¢s lo adecuado (Allport, 1974, p. 328). El método que utilizan estas teorias para identificar los rasgos es la inferencia, basada en la légica de los actos separados de la conducta observable. Las técnicas empleadas para describir los rasgos son basica- mente tres. Una técnica utilizada principalmente por psiquiatras y psico- logos consiste en hacer un estudio exhaustive de un paciente particular y con base en ese estudio se decide que la persona tiene determinado rasgo, Otra técnica es la experimentacién, los rasgos son inferidos siem- pre y cuando en una tarea de laboratorio encontremos que muchos es- timulos y respuestas son equivalentes. Por Ultimo, In técnica mis comin es el muestreo temporal, que consiste en que dos 0 mis observadores independientes registren la actividad natural de las personas, de tal forma que cuando aquéllos concuerdan en la repeticién de ciertas formas de conducta, inferimos la existencia de un rasgo. Tomando en consideracién las técnicas utilizadas por estas teorias para cescribir ia estructura mental, cabe conciuir que si bien los rasgos son inferidos, no los identificamos aprioristicamente, sino que los descu- brimos empiricamente, como en el estudio realizado por Avendafio-San- doval y Diaz-Guerrero, quienes utilizaron el método experimental para describir el rasgo de abnegacién, el cual fue definido como una disposi- cién conductual para que los ottos sean antes que uno, o a sacrificarse en servicio de los otros (Avendado-Sandoval y Diaz-Guerrero, 1992). Con base Q You heve either reached a page that is unayeilable for viewing or reached your viewing limit for this book. Q You heve either reached a page that is unayeilable for viewing or reached your viewing limit for this book. You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Q You heve either reached a page that is unayeilable for viewing or reached your viewing limit for this book. by You heve either reached a page that is unayeilable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa ‘You have either reached a page that is unavailable for ¥iewing or reached your viewing limit far this book. <2 You have either reached a page that Is unavailable for “iewing or reached your viewing limit for this book. aa ‘You have either reached a page that is unavailable for ¥iewing or reached your viewing limit far this hank Q You heve either reached a page that is unayeilable for viewing or reached your viewing limit for this book. a4 LAURA EDNA ARAGON BORJA ¥ ARTURO SILVA RODRIGUEZ, Evaluacién tradicional Evaluacién conductual + Diagrasticae 6 clasfiess las condiciones cen his que se encuentra el problema Identifcar los factores etiols + Ausiliar en la determinacioa de la forma fen gue evolucionars el problema > La conducta se explica como resultado cde variables intrapsiquicas 7 pecsonales Tra conchicts se inerpreta como an Signo Ge estasor subpucenterextabler o'de * En la cvaluaeiin se otorgs poca tancia a las caracteristieas comiextuales en las que ocurre la condueta debido a que se consider que ésta ex consistente + través del tiempo y los ambientes + Los instrumentos 3¢ ecntran en lograe una adecuada representacibn de los estados ebrideabet 6 de tad taaghe dee OpjETIVOS QUE SE PERSIGUEN * Idenisficer las conduetas problema y las condiciones que las mantienen + Auxiln en Ia gelecciéin del tratamiento spropiado + Servic como um medio pars Ia evaliacién de Is efeetividad del tratamiento + Ausiliae en la tevisidn y adecuaeidin del icatamiento Causas de ta conducta * Se parte de i suposiiin de que fs con doc cra en foncin dels vuables petema : bao e eeuee dente con bs vanes personales, Significado de la conducta Ta conducts ex vista Joe ome una mocste de ‘eonduetuales que manifies. se lleva a cabu la cvaluaci’m son conside- radas de suma importancia (se supone que ib condocta esd determinads nea mente) + Los instrumentos se ditigen a logear una represeniaciin adecuada de los repertorios 4: iatesda (a coadueta, evabuada es vista ee. Se ES J ‘Visién de cémo debe ser la evaluseiin 7 Se tiene poco interés por inluie en cl [© 1a vindn ge dige a comprender al andisia de ls cralscign las condicioncs blema de interés, asi como también bas fen que aparece el problema condiciones que To mantienca, los pre- requisitos necesarios para levar a eabo el tratamiento, la forma en que se adminis- tened éste y Jos resultados que se espera ubicnee Plan para realizar fa evaluacién * Ta evaluacion es cxporidica, gencnilmente | * La evaluacion se retliza continuamente, se realiza antes y después del tratamiento | cata va, se tommin medidas en diferentes puntos en el tempor ‘Método utilizado para realizar la evaluacim: = Las métodes de cvaluacion que ss utlizan | - Lor métodos de mediciin que comin: cominmente son, por defiaisio, los mente se utlizan son de naturaleza directa indireetos ‘Cuadro L1 Comparacién entre las evaluaciones tradicional y conductual. RUMBOS DE LA EVALUACION PSICOLOGICA 45 Validez Determinar el significado de una medida se centra en cl concepto de validez. En un sentido muy general, un instrumento de medicin ¢s vi- lide si hace aquello para lo que esta concebida. La validez de un test concietne a lo que el test mide y 2 qué tan bien lo hace; nos revela lo que podemos inferir de las puntuaciones del test. El estudio de Ia validez de un instrumento nos permite contestar si éste es citil para medir cierto comportamiento; sin embargo, siempre de- bemos tener presente que lo validado no es el instrumento, sino la inter- pretacidn de los datos obtenidos por medio de un procedimiento espe- cifico. Aunque segin la definicién de validez de un instrumento ésta es referida tipicamente a si la conducta mostrada en la situacién de test es 0 no un reflejo de la conducta habitual del sujeto en situaciones naturales, hay otras metas de la validez igualmente importantes; Ia evaluacién de la validez de un instrumento implica considerar también los siguientes aspec- tos: la adecuacién con que mide la conducta sujeta a estudio, la capaci- dad para diagnosticar In conducta real de una persona, la sensibilidad para detectar el objetivo, la seguridad de las decisiones y la utilidad (Mar- tinez, 1981), La validaci6n requiere siempre investigaciones empiricas, y el tipo de datos necesario para cllo depende de la clase de validez. La validez es una cuestién de grado (no se trata de una propiedad que existe 0 no) y la validacién es un proceso continuo. La validez de un test no puede ser reportada en términos generales; tampoco es vilido decir de ninguna prueba que posea una validez alta 0 baja en Jo abstracto, su validez debe ser establecida con referencia al uso particular para el cual el test esti siendo considerado (Nunnally, 1970; Anastasi, 1988) Fundamentalmente, todos los procedimientos para determinar la validez de un test conciernen a las relaciones entze la ejecucién en una prueba y otros hechos observables independientemente, acerca de las catacteristicas de la conducta por considerar. Los métodos especificos empleados para investigar estas relaciones son aumerosos y han sido deseritos con varios nombres. Tradicionalmente, la validez ha sido tratada en [a literatura con algunos de los tipos siguientes, establecidos en los Standards of the American Psychological Association (1966, citado por Nunnally, 1970; Martinez, 1981; Anastasi, 1988), segiin el tipo de test y el uso a que esté destinado: 46 LAURA EDNA ARAGON BORJA Y ARTURO SILVA RODRIGUEZ a. Vialider, del constrncio, analizada al investigat qué cualidades 0 rasgos psicolégicos mide un test, es decir, determina el grado en que algunos conceptos explicativos © constructos desarrollan los re- sultados del test. b. Valides, relativa al criteria 0 emplrica, que compara las puntuaciones de los tests o las predicciones derivadas de ellos con una variable externa (criterio), considerada una medida directa de la caracteris- tica 0 conducta em cuestiéa. c. Validex del contenido, que valora hasta qué punto es vilido el con- tenido del test de una muestra representativa de la clase de situa- ciones 0 problemas sobre los que legaremos a las conclusiones. Historicamente, los evaluadores conductuales han criticado la metodolo- gia de evaluacion tradicional debido a su limitada validez y utilidad; sin embargo, no ¢s sino hasta recientemente cuando el interés por desarrollar métodos de evaluacién conductual ha sido asociado al interés correspon- diente por examinar las propiedades psicométricas pertinentes de los métodos disefiados. En parte, la carencia del énfasis en la explicacién de medidas y el teporte de la validez de las pruebas conductuales es cl resultado de la nocién antigua de que cuando la conducta criterio es muuestreada directamente, no hay necesidad de demostrar la validez, pues cabe suponer que no hay inferencias de los datos de la prueba; no obs- tante, éste es un andlisis inexacto de los usos de los datos en evaluacién conductual. Ciertamente —excepto en raras circunstancias—, el evaluador con- ge 2 ARES te Magy ee: OREN OE ENE GEN NCCSE Reeet eens Set sadas en las respuestas observadas durante la situacién de prueba. Como minimo, el proceso de evaluacién supone o infiere que una muestra de conducta observada en un punto en el tiempo es comparable con la que podria scr observada en algun otro punto en el tiempo em condiciones un poco diferentes de aquellas cn las cuales fueron obtenidas las puntua- ciones de muestra (Linehan, 1980). Asi, uno de los temas de interés fundamental en Ja evaluacién conductual es precisamente el de la validacién de las técnicas de evalua- cién. Los tedricos de la evaluacién comenzaron a plantearse la cuestién de si todas estas técnicas desarrolladas en el marco tedrico de la psicometsia serian o no adecuadas para la evaluacién conductual, disefiadas con es- quemas teéricos totalmente distintos, Por una parte, los tests tradicionales han sido construidos para poner de manifiesto diferencias interindividuales, mientras que lo que interesa con los instrumentos de evaluacién conductual RUMBOS DE LA EVALUACION PSICOLOG! es revelar diferencias intrasujeto, esto es, antes y después de un tratamiento (Martinez, 1981). Con el transcurso del tiempo y ya demostrada la aparente utilidad de los tratamientos derivados de la evaluacién conductual, cabe plantear en este enfoque problemas metodolégicos, formulindose diversas preguntas, como: chasta qué punto podemos considerar eficaz el tratamiento?, ¢cudl es el mejor de varios tratamientos, teniendo en cuenta los resultados obtenidos?, cteflejan las diferencias eatre las puntuaciones pretratamiento y postratarniento, cambios reales en la conducta o simplemente errores de medida de los procedimientos utilizados en su obtencién?, son los ins- trumentos utilizados los adecuados para poner de relieve las conductas de interés? Evidentemente, cualquicr instrumento de medicién, cualquiera que sea el enfoque o sin importar a qué disciplina pertenezca, debe pre- sentar ciertas cualidades que demuestren su valor cientifico: su confiabilidad y su validez. En este sentido, tanto los instcumentos de medicin proce- dentes de la evaluacién tradicional como los construidos desde el enfo- que conductual participan de la misma teoria de la medicién. El asunto esta en preguntarse cudles procedimientos de obtencién de la confiabilidad y la validez de un instrumento deben ser utilizados por uno u otro cn- foque en la construccién de sus dispositivos de medida (Martinez, 1981). Para contestat la pregunta de qué tipo de validez corresponde segtin Ja orientaci6n tedrica cn que hayames construido un instrumento de me- dicidn, en seguida explicaremos mas ampliamente los tres tipos de validez considerados. Validez del constructo En la medida en que una variable es abstracta en vez de concreta, deci- mos que es un constructo. Una variable asi constituye literalmente un constructo, pues representa algo que el cientifico compone con su ima- ginacion, algo que no existe camo dimensién de conducta observable. La mayoria de los constructos estin en el mismo caso: los limites del domi- nio de conductas observables relacionadas no son netos. La validez del constructo de una prucbs es la extensién en la cual la prucba dice medir un constructo 0 rasgo tedrico. Tado constructo esta diseriado para expli- car y organizar consistencias de respuestas y ¢s derivado de rclaciones establecidas entre medidas canductuales. La validez del constructo re- quiere la acumulacién gradual de informacién de una variedad de fuentes. <2 You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Q You heve either reached a page that is unayeilable for viewing or reached your viewing limit for this book. RUMBOS DF LA EVALUACION PSICOLOGICA 59 De todo lo anterior podemos concluir Ia importancia que tiene, para Ia evaluacién psicolégica conductual, conocer los antecedentes histdricos y los fundamentos tedricos que la sustentan, asi como las gatantias cien- tificas de los instrumentos de medicién, esto es, la confiabilidad y la validez, con Ja finalidad de juzgar, utilizar y construir instrumentos de medicién psicolégica. Bibliografia Academia de Ciencias de Cuba y Academia de Ciencias de la unss. (1984). Metodologia Gel cowccimdenta centiico, México: Quinta Sol Allport, G. W. (1974). Psicologia de ha personalidad. Buenos Aires: Paidés. A@mactact A. (1966). Pricoiaie diferencol Manad: Aouiloc Arnau Gras, J. (1979). Psicologia experimental Un enfogue metodaligice. México: Taillas. Avendafio-Sandoval, R. y Diaz-Guetrero R. (1992). “Estudio experimental de la abnegacién”. Revista Mexicana de Psicobgia 9, 15-19. Baer, D: M., Montrose, M. W. M. y Risley, T. R. 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Por consiguiente, si bien en el ambito aplicado de la psicologia respondemos a la demanda de ayuda que solicita el paciente, los objetivos terapéuticos y los requerimientos del paciente determinan las acciones que cabe realizar para averiguar en qué medida el problema del paciente presenta algin tipo de cambio como consecuencia de la aplicacién de una imtervencién o tratamiento. La estrategia metodoldgica intrasujeto tiene una amplia gama de posibilidades en las que es factible conjugar los ob- jetivos terapéuticos y las expectativas del paciente con la forma de obte- ner un conocimiento acerca de cual es o fue la efectividad de la inter- vencion realizada. Precisamente, el propésito de este capitulo es mostrar de qué manera la estrategia metodoldgica intrasujeto puede utilizarse no sélo para selec- cionar estrategias de tratamiento encaminadas a la solucién del problema del paciente, sino también realizar anilisis tedricos dirigidos a explicar los cambios observados y, de ser posible, vetificar teorias existentes acerca del problema psicolégico tratado, Para llevar a cabo lo anterior, parti- mos del principio de que la evaluacién debe conceptualizarse como un proceso continuo a Io largo del desarrollo terapéutico, que abarca desde el contacto con el paciente o el sujeto que solicita una intervencién profesional hasta la solucién del problema reportado. Este proceso puede ser descrito en cuatro fases, que incluyen una cvaluacién diagnéstica, una evaluacion cocaminada a la seleccion de las estrategias de tratamiento, una evaluacion de los resultados de la terapia y finalmente una evaluacion pronéstica. Estas cuatro etapas las explicaremos en seguida. Evaluacion diagndstica Tomando en consideracién el enfoque tedrico en que esti fundamentada la evaluacign conduetual, ésta se diferencia de otros procedimientos en que no se basa en el supuesto de que: a) la comprensién es una condicién fundamental en la psicoterapia; 4) los cambios en ideas y pensamientos conducen inevitablemente y en ultima instancia a cambios en los actos; ») las sesiones terapéuticas verbales sirven como duplicaciones de situa- ciones de la vida real y de equivalente de las mismas, y qd) podemos eliminar una sistomatologia si descubsimos su causa u origen (Kanfer y Saslow, 1969). En contraposiciéa, Ia evaluacién diagnéstica derivada de EL PROCESO TERAPHUTICO: DINA CONTINUA DE EVALUACION., 65 un modelo conductual tiene como caracteristica distintiva hacer un ana- lisis funcional de la situacian mediante la descripcién de la conducta problema, de los factores que la controlan y de los medios existentes para modificarla. En otras palabras, ademas de identificar la conducta a cam- biar, una segunda meta de la evaluacién conductual ¢s reconocer las variables que controlan la ocurrencia de tal conducta. En cuanto a cémo debemos llevar a cabo la evaluacién diagnéstica desde un punto de vista conductual, existen miiltiples guias para realizar el andlisis funcional de la situacion problema. En seguida presentamos algunos modelos que inten- tan hacet una evaluacion diagnéstica de la situacién problema. Modelos de evaluacién diagnéstica Una guia prictica utilizada para disefiar el programa de tratamiento desde el enfoque conductual de la evaluacién es debida a Kanfer y Saslow (1969), quienes propusieron un plan de evaluacién diagnéstica que con- siste en siete fases relacionadas integramente que abarcan un estudio de Ja situacién problema, la clarificaci6n de la situacién problema, un anilisis motivacional, uno del desarrollo, otro del autocontrol, uno mis de las relacioncs sociales y finalmente, un examen del medio ambiente social, social cultural y fisico. En el primero de cllos, que comprende la situacién problema, buscamos clasificar cl repertorio del sujeto en excesos y defi- ciencias conductuales, asi como agtuparlos de acuerdo con el valor que le asigna la persona con vista a utilizarlos en el progeama de intervencion, En Ia etapa de clatificacién del problema efectuamos un andlisis con la finalidad de identificar las circunstancias que tienden a mantener el com- portamiento, las consecuencias que tienen para la persona y para la gente que constituye el ambiente donde se desenvuelve el paciente, y las con- secuencias que pueden originar cambios en esos comportamientos. Res- pecto al anilisis motivacional, en esta etapa las acciones son dirigidas a encontrar los aspectos motivacionales del sujeto que lo dirigen a llevar a cabo determinadas conductas para lograr ciertas metas; igualmente, tam- bién se busca establecer una jerarquia de personas, eventos y objetos particulares que refleje el valor motivacional que tiene cada uno de ellos. En el anilisis del desarrollo son programadas acciones encaminadas tanto a identificar las caracteristicas que conforman el equipo biolégico con el que cuenta el sujeto, como a conocer las experiencias socioculturales que ha tenido la persona y la manera como ha desarrollado su comportamien- 66 ARTURO SILVA RODRIGUEZ Y LAURA EDNA ARAGON BORJA PREM SR deg Pie Mee Nae Ake POE! ee RAE aE Bats tido su comportamiento habitual en distintas etapas cronolégicas de su vida, 4) el modo como surge la relacién entre situaciones novedosas en ese momento con cambios notables en el comportamiento habitual de Ja persona, y «) el giro que ocasiona en ese momento, en los problemas actuales de la persona, la relacién establecida entre el comportamiento altcrado y los eventos bioldgicos y socioculturales. En el anilisis de autocontrol el objetivo es examinar los métodos y el grado de autocontrol que ejerce la persona en su vida diatia, son evaluadas las deficiencias 0 los excesos de autocontrol en relacién con su importancia con las metas terapéuticas y con su empleo en el programa de terapia. En la etapa de anilisis de las relaciones sociales es explorado <1 desempeiio social que tiene la persona, con Ia finalidad de evaluar el grado de significaci6n de quienes integran su medio y que ejercen alguna influencia en el compor- tamiento problemitico, o que se ven influidos por el paciente, en sus relaciones propias. El objetivo de evaluar las relaciones sociales de la persona es examinar la posibilidad de la participacién de otros en el programa de terapia, asi como proporcionar al terapeuta informaciéa sobre la gama de relaciones reales en que necesita desempefiarse la per- sona. Por Gltimo, con el analisis del ambiente social cultural y fisico buseamos extender el anilisis anterior, en el cual, como recordaremos, hacemos dematcacién del comportamiento de la persona como indivi- duo, al considerar las normas que existen en su ambiente natural. El procedimiento para levar a cabo este anilisis consiste en identificar los acuerdos y los desacuerdos entre los patrones de vida propios de la persona y las normas del medio en que se desenvuelve, buscando en todo momento. establecer la importancia de estos factores al formular los objetivos terapéuticos respecto a las necesidades del paciente y las presio- nes de su entorno social. Posteriormente con la aparicion de la llamada ecwacién conductual, fue entiquecide cl campo de la cvaluacion diagnéstica, debido a que este modelo partia de la suposicion de que el comportamiento de las personas es continuo, pero que, por conveniencia para el anilisis y la abstracciéa, puede separarse en segmentos, conocidos como unidades de anilisis, que luego podemos estudiar sin perder los elementos clave del comporia- miento y de las condiciones ambientales (Kanfer y Phillips, 1976). La unidad de andlisis que propusieron Kanfer y Phillips fue una modifica- cién de la ofrecida por Lindsley, constituida por cinco componentes, que incluye In estimuluci6n antecedente (B), el estado bioldgico de Ia persona 2 You heve either reached a page that is unayeilable for viewing or reached your viewing limit for this book. ‘You have either reached a page that is unavailable for ¥iewing or reached your viewing limit far this book. <2 You have either reached a page that Is unavailable for “iewing or reached your viewing limit for this book. <2 You have either reached a page that Is unavailable for “iewing or reached your viewing limit for this book. <2 You have either reached a page that Is unavailable for “iewing or reached your viewing limit for this book. ka — ‘You have either reached a page that is unavailable for ¥iewing or reached your viewing limit far this book. aa ‘You have either reached a page that is unavailable for ¥iewing or reached your viewing limit far this book. aa ‘You have either reached a page that is unavailable for ¥iewing or reached your viewing limit far this book. 86 ARTURO SILVA RODRIGUEZ ¥ LAURA EDNA ARAGON BORJA En conductas que suponemos son desencadenadas por deseos internos, por ejemplo: estudiar, beber alcohol, consumir algunas drogas, furar, etcetera, d. En todas las ocasiones en que pensemos que la autoobservacién puede motivar al individuo al cambio ce. En todos los casos en que el uso de la observacién directa sea muy costosa. Registros fisiolégicos La inclusién del estudio de las variables orginicas en el modelo conductual ha propiciado un interés muy marcado por el uso de los registros fisio- lagicos como clementos de evaluacion, y como componentes de la inter- vencida terapéutica. Aunque con algunas variantes, todos los registros de las respuestas fisioldgicas participan en el proceso siguiente: a) deteccién, 8) wansformacién o transduccién, ¢) amplificaci6n, d) registro, y ¢) con- versin. Aunque es dificil clasificar sistemiticamente las respuestas fisio- lagicas de mayor interés en la evaluacion conductual, la mejor manera es hacerlo con base en el sistema biol6gico del que dependen. La entrevista La entrevista es la técnica de evaluacion por cxcelencia en cl ambito clinico. En principio, la entrevista conductual tiene como finalidad esta- blecer una relacién de empatia entre el entrevistado y el entrevistador; por otro lado, debido al énfasis que pone en el sistema conceptual en que esti fundamentada la evaluacién conductual, sobre los determinantes medioambientales y fisiolégicos de la conducta, la entrevista esti centrada principalmente en obtener, a partic de la informacién que proporciona el sujeto, los factores antecedentes organicos y consecuentes que controlan el estado actual de su conducta. De este modo, la funcién primaria de la entrevista consiste en identificar el problema del paciente y propiciar el contacto con el evaluador, asi como en analizar la posibilidad de aplicar otros procedimientos de evaluacién. FL. PROCESO ‘TERAPEUTICO: DINAMICA CONTINUA DE EVALUACION... 87 El autoinforme o autorreporte A partir de la revaloraciéa de los factores cognoscitivos en la evaluacin conductual al explicar Ios fenémenos psicolégicos, hemos vuelto a dar importancia al informe que puede proporcionar el sujezo de su conducta y de su entorno social, al contestar un cuestionario que mida actitades, sentimientos 0 expectativas. De la forma como responda la persona al cuestionario o inventario es posible identificar los elementos pertinentes a los que atiende y a los que confiere un significado. En este sentido, la evaluacién conductual realizada mediante el autorreporte ¢s de suma importancia, pues en cierta medida permite tener acceso a la experiencia subjetiva del individuo; sin embargo, es necesario sefalar que el empleo de la informacién obtenica por esta técnica es radicalmente distinto del que le da la psicometria clisica, orientacién en la cual fue originado el autorreporte. En primer lugar, los datos obtenidos en la aplicacién de esta técnica son tomados como una muestra de conducta que el individuo presenta en esa situacién de evaluacién, y no como un indicador a partir del cual podemos inferir una estructura subyacente que explique la con- ducta del sujeto. En segundo y tltimo término, conforme al eafoque intraindividual del que parte la evaluacién conductual, los datos de una persona tienen significado por si mismos, sin necesidad de referirlos a las normas obtenidas por el supuesto grupo social al que pertenece el indi- viduo; es decir, los datos obtenidos en Ja evaluaci6n conductual no nece- sitan someterse a transformaciones porque tienen un significado en tér- minos absolutos, mientras que en la psicometsia clisica no lo tienen en si mismos porque deben transformarse en otras medidas referidas al gru- po al que pertenece el sujeto (Vizcarro y Garcia, 1981). Los autoin formes son clasificados cn cuatro grandes rubros: a, Los inventarios o pruebas que al aplicarse proporcionan una in- formacion general cuya finalidad es identificar conductas proble- maticas que requieren una intervencidn, asi como investigar Las circunstancias que dicron origen a Ja aparicion de esas conductas. b, Otro grupo que camprende todos los instrumentos cuyo ebjctivo cs medir la forma especifica cn que surge un problema conductual determinado, ©. Un tercer grupo formado por aquellos instrumentos que buscan identificar situaciones 0 actividades reforzantes, tanto a corto como a largo plazo. 88 ARTURO SILNA RODRIGUEZ Y LAURA RDNA ARAGON BORJA d. Fl dltimo grupo incluye los autorreportes que tienen como fina- lidad identifiear posibles variables exteaiias que afecten la efecti- vidad de la intervencién. Antes de terminar con el apartado de técnicas de evaluacion, es impor- tante mencionar algunas consideraciones que debemos tomar en cuenta cuando utilicemos estas técnicas, pues su uso en un momento determi- nado depende de la etapa de la evaluacion en que se estemos (Nelson y Hayes, 1981). Al principio, cualquier técnica de evaluscién puede usarse para identificar los problemas del paciente; el rango se va estrechando conforme requiramos informacion mas especifica. Por otra parte, siem- pre es necesario tener presente que diversos procedimientos de evalua- cién miden distintos aspectos del triple sistema de respuesta. Las tres modalidades de respuesta pueden medirse con una gran variedad de ins- trumentos, por ejemplo: a] evaluar la conducta motora, las observaciones son realizadas la mayoria de las veces por registradores entrenados, por mediadores y por familiares de los sujetos, en ambientes restringidos o en situaciones de juego de roles. Al respecto, Nelson y Hayes (1979) scfialan que las respucstas cognoscitivas gencralmente son evaluadas por medio de cucstionarios, entrevistas y autorreportes, Las respuestas obtenidas en estas formas de evaluacién son tabuladas, registradas o categorizadas para producir unidades cuantitativas de medicién. La modalidad de respuesta fisiolégica es medida o registrada generalmente por medio de diversos instrumentos, como galvanémettos, taquitoscopios, electroencefalogra- mas, etcétera. Un aspecto mis a considerar al seleccionar una técnica de evaluacién es que ésta debe incluir la situacién especifica probablemente relacionada con Ia generacién de In respuesta de interés, La situacién especifica en que ocurre la conducta de interés puede registrarse, en caso de que sea posible, por medio de observadores entrenados, mediadores o por la utilizacién del automonitoteo. Si optamos por emplear registradores en- trenados, no deberemos pasat por alto que la situacién de observacién esta influida no sdlo por la conducta del sujeto, sino también por la conducta del evaluador. En un estudio cuyo objetivo fue analizar cudl o cuiles métodos de evaluacién son més utilizados en la prictica clinica y en el ambiente experimental, se hizo una clasificacién de los métodos de evaluacién de la manera siguiente: métodos directos que inclufan la entrevista, el autorreporte y el registro por otros; y métodos indirectos que abarcaban <2 You have either reached a page that Is unavailable for “iewing or reached your viewing limit for this book. aa ‘You have either reached a page that is unavailable for ¥iewing or reached your viewing limit far this book. <2 You have either reached a page that Is unavailable for “iewing or reached your viewing limit for this book. 4 ARTURO SIINA RODRIGUEZ ¥ LAURA EDN ARAGON BORA a forma de comparar cada fase de intervencién hasta el tipo de anilisis de resultados por realizar. Consideraciones metodoldgicas de la evaluacién durante la terapia Una vez obtenida la informacién del problema del paciente y selecciona- da la estrategia de tratamiento, los evaluadores orientados conductualmente dirigen sus esfucrzos a realizar un anilisis que les permita construir, desarrollar y comprobar o desechar las preconcepeiones ¢ hipétesis acer- ca del origen o las causas del problema o los problemas, con la finalidad de estimar las posibilidades de explorar y cambiar varios aspectos del entorno del paciente pare probar su efecto en el problema identificado. La metodologia con que cuenta el evaluador orientado conducrualmente para describir, explicar y estimar Ja efectividad del tratamiento puede acruparse en dos categorias: una conocida como éstratesia intrasnjelo y otra Hamada estrategia intersujeto. La primera est fandamentada en la compara- cién de un individuo o un grupo de individuos evaluados en diferentes condiciones a lo largo del tiempo. La segunda centra su interés en la comparacién de uno, dos mis grupos de sujetos, cada uno de los cuales esti expuesto a una intervencién diferente. Desde finales del siglo xx y en los dias postreros del xx, la cstrategia intersujeto, por basarse en cl tazonamiento hipotético deductivo, ha sido el enfoque hegeménico en los cireulos cientificos. Este hecho ha ocasionado que hasta hace poco tempo hayamos eonsiderado que cualquier intento de construir conoci- miento cientifico en el ambito clinico que dirija su atencién a algunos aspectos empiricos del fendmeno, debia cumplit con ciertos requisitos metodolégicos, como: a) pasar de afirmaciones generales a otras mAs par- ticulares; 4) hacer una cleccién aleatoria del segmento poblacional o tem- poral que habri de analizarse; ¢) asignar normalidad a los parimetros de la poblacién por analizar; d) emplear grandes grupos de sujetos, y ¢) esta- blecer medidas de alta precisian (Hayes, 1981). Estos requisitos metodolé- gicos han contribuido también a fortalecer la creencia de que los conoci- mientos genctados a partir de la utiizacion de una estrategia intrasujeto, por no cubrir los requisitos metodolégicos propios de la aproximacién hipo- tético-deductiva (como seria la seleccién de una muestra aleatoria de una poblaciéa), no cumplen con el critetio de cientificidad, ya que a partir de esos hallazgos no hemos comprobado una teorla general o desartollado EL PROCESO: TERAPEUTICO: DINAMICA CONTINUA DE. EWALUACION. una formulacién tedrica del fendmeno:; sin embargo, en el ambito clinico, aspiramos a encontrar evidencias que fortalezcan la creencia de que el tra- tamiento aplicado para solucionar ¢] problema del paciente fue efectivo. En relacién con ambos tipos de estrategia, cs importante sefalar que la légica de la estrategia intersujcto y la de intrasujeto o de caso inico (» = 1) son similares, pues para evaluar los efectos de la intervencién en una esteategia intersujcto comparamos la ejecucion de un mismo grupo 0 de diferentes grupos bajo la influencia de diferentes niveles de una misma variable. La caracteristica esencial de estos dos tipos de investiga~ ciones es que con ambos hacemos la comparacin de la ejecucion en condiciones diferentes. De esta forma, la diferencia entre tales investiga- ciones esti dada en la manera de realizar las comparaciones. Entre la estrategia intrasujeto y Ia intersujeto, la mas ajustada a los propésitos del enfoque conductual de la evaluacién psicoldgica es In primera, debido 2 que tiene un sinntmero de ventajas que la convierten en un poderoso medio de investigacién en miiltiples areas de la psicologta, entre ellas, el ambito clinico y el educativo. Aunque el origen de la estrategia intrasujeto proviene de la investi- gacién experimental bisica, su versatilidad le permite adaptarse a los am- bientes aplicados, en los que el interés esti centrado en el individuo 0 paciente, mas que en In magnitud de los cambios o efecto del tratamiento. Por consiguiente, si bien en el mbito aplicado de la psicologia respon- demos a la demanda de ayuda que solicita el paciente, lo cual hace que los objetives terapéuticos y los requerimientos del paciente determinen en gtan medida las acciones por realizar para averiguar en qué medida el problema del paciente presenta algia cambio como consecuencia de la aplicaciéa de una intervencién o tratamiento, la estrategia metodoldgica intrasujeto tiene una amplia gama de posibilidades en las que pueden conjugarse tanto los objetivos terapéuticos como las expectativas del pa- ciente, con la forma de obtener un conocimiento acerca de cual es o fue la efectividad de la intervencién realizada. Dado que la mayoria de las. veces el clinico se enfrenta con un solo sujeto —que en este caso es el pa- ciente-, sdlo examinaremos las consideraciones metodoldgicas de la es- tzategia intrasujeto de caso Unico. Varios problemas metodolégicos ocu- rren en investigaciones de disefios clinicos de caso unico, entre los que destacan alteraciones de fases o condiciones durante la intervencién, com- paraciones de intervenciones alternadas, confiabilidad entre observacio- nes y anilisis visual en oposicién al andlisis estadistico, 2 You heve either reached a page that is unayeilable for viewing or reached your viewing limit for this book. 98 ARTURO § VA RODRIGUEZ ¥ LAURA EDNA ARAGON BORJA inca base Totervencion: Finca base Totervencién: REE — tecn eee Lace ~. ‘hice bear Gi Figura 2.3 Patrones de linea base y algunos cfectos de intervencién. del tratamiento. La identificacién de algunos de los factores que contri- buyen a Ja variabilidad pucde proporcionar informaciéa acerca de los factores que controlan las conductas y dar sugerencias para la interven- ei6n, es decir, la variabilidad puede resultar de fuentes que es importante identificar antes de instrumentar la intervencién. En consecuencia, el andlisis de las fuentes de variabilidad es un elemento por considerar en fa evaluaci6n conductual. Otra diferencia encontrada al elaborar el plan terapéutico es el tiempo de duracién de cada fase. La razén de esto es que el terapeuta necesita examinar los datos, con el fin de determinar si la informacién ¢s suficien- temente clara para hacer predicciones acerca de In ejecucién. La presencia de tendencia o la excesiva variabilidad indican que la informacién puede no ser suficientemente clara; por tanto, es mas ditil esperar a que surja una tasa de cjecucién mis estable. En la actualidad no hay un criterio objetivo sobre las reglas de decisién para cambiar de una fase a otra. Ocasional- mente, algunos investigadores han intentado especificar criterios objeti- vos que indiquen en qué condiciones puedan cambiar las fases de linea base o de intervencién. El problema hallado al tratar de establecer criterios objetivos es la poca homogeneidad de éstos. Respecto a Ia duracién de las fases, tres 0 TERAPEUTICO: DINAMICA CONTINUA DE EVALU: EL PROC! ION. puntos de datos es el minimo necesario para determinar el patron de ejecuciéa; asi, “el paciente puede ser observado un minimo de tres oca- siones con el propdsito de asegurar una linea base satisfactoria” (Bellack y Hersen, 1978). Por otro lado, Kazdin (1978a) afirma que una fase puede cambiar cuando la variabilidad esta cerca del nivel medio de ejecucién ycae dentro de un rango especifico durante un periode de cinco dias o cuando cierto ntimero de puntos de datos consecutivos no estin en la misma direccidn a la que esperamos que el tratamiento conduzca, SE rete, SR Sa neee Sea ae eRe ae Seen Cuando el terapeuta esti interesado en demostrar o evaluar la eficacia relativa de distintos tratamientos en un mismo paciente, esa eficacia re- sulta dificil de determinar debido a que es probable confundir los efectos de cada tratamiento con la secuencia u orden de presentacion. Si los niveles de ejecucién de los pacientes difieren con los diferentes tratamien- tos, el terapeuta puede emitir un juicio acerca de la eficacia relativa de estos ultimos; sin embargo, inwariablemente los efectos de dos tratamicn- tos pueden confundirse con el orden de presentacién. No podremos interpretartos si la primera intervencidn (0 segunda) conduce a mas (0 menos) cambios conductuales, debido al tratamiento por si mismo o a la secuencia en que ocurren. Esxisten dos altetnativas que intentan solucionar este problema, La primera consiste en retomar las condiciones de linea base entre las dos © mis intervenciones, con la finalidad de reeobrar ¢] nivel de ejeeucién de la linea base original y asi tener una visién de comparacién mas objetiva entre los tratamientos. La segunda es variar de manera sustancial el disefio, siempre que el investigador esté muy interesado en continuar trabajando con un solo sujeto. Los disefios que permitirin comparar dos © mas tratamientos si e¢liminamos la secuencia de presentacion como variable de confusién son: el de linea base miiltiple, el de linea miltiple, el de linea base multielemento de programa miiltiple, etcétera (para mayor informacién sobre estos discfios, véasc Hersen y Barlow, 1976). La aplicacién de un tratamiento puede producir un cambio cn el problema del paciente en el nivel con que ocurre en la tendencia o en la vatiabilidad, Vatios autores (Glass, Willenson y Gotman, 1975; Hayes, 1981; Jones, Vaught y Weintrot, 1978; Kazdin, 1978a; Parsonson y Bacr, 1978; Hersen y Barlow, 1976) han descrito los efectos tipicos que pucde YERAPEUTICO; DINAMICA CONTINUA DE EVALUACION.. 101 Cambios de nivel fatervencrn Tea base | Tntervencion a b Abrupto ‘Temporal [ier een] Tinea base Tntervenon | c d Deereciente Cambios de tendencia Tinea bare | Tntervencion Tinea base | Untervencion Le Abrapto Demorado F & Temporal a ase Tinea base | Tntervencibm —_— bh i Acelerado, Desacslersdo Figura 2.4 Cambios de nivel y de tendencia entre dos condiciones terapéu- ticas. <2 You have either reached a page that Is unavailable for “iewing or reached your viewing limit for this book. aa ‘You have either reached a page that is unavailable for ¥iewing or reached your viewing limit far this book. TIES eA a a Oe Peak AO ONE SLE SOO ROR CAT SET EO R NRPA DLE CORIO RON, OI NESS CRM, nai Stor ge AEE book. <2 You have either reached a page that Is unavailable for “iewing or reached your viewing limit for this book. 136 ARTURO SILVA RODRIGUE En contraste, en un estudio prospective, el psicoepidemidlogo reco- gerii los datos para su anilisis en el tiempo O,,,, para ¢= 0, a partir del momento en que decidid realizar el estudio; por otro lado, si el interés va mas allé de la sola observacién de un punto en el tiempo, los datos deberin recolectarse en los tiempos O,,,, O,,, ¥ asi hasta O,,,. Esto es como una proyeccién hacia el futuro. En resumen, el criterio pata diferenciar los estudios retrospectivos de los prospectivas esta basado principalmente en el tiempo en recolectar los datos, en relaci6n con el momento en que fue tomada la decisién de rea- lizar el estudio. En este sentido, la caracteristica esencial de las evaluaciones conductuales retrospectivas es que éstas analizan datos o eventos ocurri- dos en el pasado, mientras que los estudios prospectivos son planteados con el objetivo de recolectar datos todavia no ccurridos, Ademis, en los es- tudios prospectivos, el evaluador conductual tiene la facultad de controlar los métodos para recolectar la informacién, adecu4ndolos a los propé- sitos de la investigaci6n, mientras que en los estudios retrospectivos, debido a que su objetiva son los fendmenos que ya acontecieron, los datos existentes pudieron haber sido recolectados para un fin distinto. Dimensién de magnitud Tomando en cuenta la dimensiGn de la magnitud de la observacion, pueden distinguirse dos clases de estudios psicoepidemiologicos. La pri- mera comprende aquellas evaluaciones poblacionales en las que observa- mos un segmento del continuo del fendmeno constituido por dos o mis puntos de observacién; estos estudios son lamados Jangitudinales. La se- gunda incluye los estudios en los cuales hacemos un corte y sélo obser- vamos un punto del continuo del fendmeno; este tipo de investigaciones son denominadas ‘ransersalts, La figura 3.3 representa graficamente lo anterior y muestra, por ejemplo, que en los estudios longitudinales ocurre un conjunto de observaciones en funcién del tiempo, a partir de ln ob- servacién O,,,, para ¢= 0, y terminando con la obsecvacidn O,,,. Por el contrario, en los estudios transversales sdlo hacemos una observacién en un tiempo determinado. En ese orden de ideas, el objetivo fundamental en un estudio psico- epidemiolégico longitudinal ¢s observar el comportamiento del fenéme- no durante el transcurso del tiempo. Retomando el ejemplo del método de crianza utilizado por los padres en Ia educacidn de sus hijos, un estu- a You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 2 You heve either reached a page that is unayeilable for viewing or reached your viewing limit for this book. 162 ARTURO SILVA RODRIGUEZ En el instrumento se difiricron categorias de riesgo de las pricticas scxuales considerando los distintos parimetros evaluados. La primera categoria de riesgo, denominada riesgo por diversidad de prdcticas, estavo conformada pot nueve preguntas que indagaban acerca de lo siguiente: + ¢Has tenido relaciones sexuales coitales? Si, no. * {Has tenido relaciones sexuales con personas de tu mismo sexo? Si, no. + ¢Has participado en relaciones sexuales en las que intervengan mis de dos personas al mismo tiempo (trfos o sexe en grupo)? Si, no, * Has tenido relaciones sexuales con parejas ocasionales teniendo tuna pareja estable? Si, no. * ¢Has tenido relaciones sexuales anales en las que hayas sido pe- netrado © penetrada? Si, no. + @Has tenido zelaciones sexuales anales en las que hayas penetrado a tu pareja sexual? Si, no. Has practicado las celaciones orales (bucogenitales) en otra per- sona 0 con tu pareja scxual? Si, no. * @Flas practicado en tu pareja sexual u otra persona relaciones orales (bucogenitales)? Si, no. + Has uslizado instrumentos de estimulacién (vibradores, penes ar- tificiales, musiecas, etcétera) para tener relaciones sexuales? Si, no. Una premisa de la que podemos partir para identificar si la poblacién de estudiantes universitarios es una poblacién de riesgo de adquirir el sida, tomando los datos del estudio de Robles (1999), es considerar que cuanto mayor nimero de individuos realicen mas pricticas sexuales de riesgo, mis probable seri que esa poblaciGn sea identificada en riesgo de padecer el sida y viceversa: cuanto mayor numero de estudiantes realicen menos S a ae i oacacsces actin so ee ee a ee = cién en riesgo. Es importante sefialar que los elementos que constituyen esta premisa sélo tienen interés en identificar 0 no una poblacién en riesgo, pero nada tiene que ver Ia identificacién de sujetos con pricticas sexuales de riesgo para adquirir cl sida; esto cs, la premisa sdlo contiene predicados que intcrrogan sobre los aspectos macros de la poblacién y no sobre las catacteristicas particulates de los elementos que las consti- tuyen. Por tal motive, al hacer la evaluacidn de las practicas sexuales de una poblacién que no esti en tiesgo, no excluye que en esa poblacién PSICOEPIDEMIOLO' JA; UN MEDIO: DE EVALUACION COND! STUAL.. algunos de sus miembros no realicen pricticas sexuales que los coloquen en un alto riesgo de contraer el sida. Lo Gnico que indicaria este hallazgo es que una cantidad no significativa de los miembros de una poblacién llewa a cabo practicas sexuales de riesgo. Un primer paso para determinar si los estudiantes universitarios son usa poblacién en riesgo de adquirir el sida es construir la distribuci6n te6riea que cabe obtener en caso de que no lo fuera. La forma de hacer esto consiste en calcular Ia distribucién binomial, debido a que se parte del supuesto de que detectar a una poblacién de riesgo cuando se con- sideran sus practicas sexuales conduce sdlo a uno de dos resultados mutuamente excluyentes, es decir, una prictica sexual de riesgo se realiza © no se realiza, y no solamente es la probabilidad de que un individuo llewara a cabo la prictica sexual de riesgo es p, con p igual a 0.5, y la probabilidad de que no la haya ¢s 1 ‘P, que se denota como g. Una vez establecida esta suposiciéa, Robles construyé una distribu- cién binomisl, que en el caso de las pricticas sexuales de riesgo son nueve, y el mimero de resultados posibles obtenidos para construir la distribucién es 10, como vemos en la abscisa de la figura 3.14, la cual muestra que un resultado posible es que ninguna prictica sexual de riesgo se realice, otro que sdlo una, otro que dos, y asi de manera sucesiva hasta levarse a cabo las nucve pricticas sexuales evaluadas. Posteriormente, a partir de Ja formula 2”, determinamos el numero de formas o maneras distintas de obtener estos (n + 1) resultados diferentes; en este caso, como existen nueve pricticas de riesgo, resulta en 2 que da un total de 512 formas distiatas de obtener esos 7 + 1 resultados posibles. La forma de determinar el ntimero de maneras posibles en que es posible encontrar cada resuliado diferente es mediante la obtencién de las combinaciones, o sea: 1, Que ninguna practica sexual de riesgo se realice: 91 O19-O c= =1 2. Que sélo se eve a cabo una practica sexual de tiesgo: a C= Toa aa ‘You have either reached a page that is unavailable for ¥iewing or reached your viewing limit far this book. aa ‘You have either reached a page that is unavailable for ¥iewing or reached your viewing limit far this book. <2 You have either reached a page that Is unavailable for “iewing or reached your viewing limit for this book. <2 You have either reached a page that Is unavailable for “iewing or reached your viewing limit for this book. aa ‘You have either reached a page that is unavailable for ¥iewing or reached your viewing limit far this book. 172 ARTURO SILVA RODRIGUEZ po, de lugar y de personas. La desctipcién de la distribucion de los trastornos es establecida en términos de edad, género, area geogrifica, époea del afio, etcétera. Por el contrario, los estudios de casos y testigos intentan determinar si un factor medioambiental est4 asociado con la ocurrencia de un trastorno, para lo cual seleccionamos un grupo de per= sonas que poseen dicho trastorno (casos) y otro grupo que no lo tiene (testigos). Posteriormente, hacemos la comparacién de ambos conjuntos de personas con base en el tiempo de exposicién de determinado factor de riesgo. Igualmente, en los estudios de cohortes también clegimos dos grupos de una poblacidn, con Ia tinica diferencia de que éstos son selec- cionados antes de que aparezca el trastorno; sin embargo, la afirmacién de que los casos y testigos son definidos una vez que ocurtié el trastorno y de que los cohortes se identifican antes de la aparicién del trastorno no es del (odo cierta, como veremos a continuacién. Algunas ambigiiedades metodoldgicas en la evaluacién psicoepidemioldgica La distincién entre un estudio de casos y testigas ¥ uno de cohortes no esté, como sefialan algunos autores (Guerrero, Gonzflez y Medina, 1986; Fox, Hall y Evelback, 1984; Fridman, 1975; MacMahon y Pugh, 1983), en que los primeros hacen sus comparaciones en individuos en quienes esti presente el trastorno y que en los segundos esta comparacién es realizada en sujetos en los que probablemente ocurriri el uastorno. Por ejemplo, en relacién con los estudios de cohortes, dichos autores identifican dos carac- tetisticas fundamentales: a. La unidad de anilisis (el grupo © los grupos) ¢s observada duraa- te un tiempo prolongado con el propésito de establecer la frecuen- cia con la que ocurre determinado trastorno en los distintos in- tervalos observacion. b. La unidad de anilisis es definida ¢ identificada en términos de ca- racteristicas o atributos manifestados antes de la aparicién del tras- torno o fenémenc investigado. Sin embargo, dichos autores sefialan que existen estudios de cohortes en los cuales es posible observar de manera retrospectiva la unidad de and- Usis. Por consiguiente, en estas investigaciones la unidad de anilisis es de- AQ You heve either reached a page that is unayeilable for viewing or reached your viewing limit for this book. 4 La entrevista como instrumento de evaluacién psicologica Lanna Aragin, Rogue Olivares Norma Rodriguez, Murcia Romero UNAM, FES-Ietacala ‘no de los medios mas comiinmente utilizados por los profesionales de Ja salud y de las ciencias humanas sucle ser la entrevista, la cual utilizada para obtener la informacién necesazia en el desarrollo de los procesos de seleccién de personal, el diagndstico dlinico, la orientacién educativa, la valoracién del aprendizaje y Ia evaluacién cognitiva y afectiva de la personalidad. Una muestra de este hecho es la enorme diversidad de libros especializados, técnicos y de divulgacién escritos y editados en grandes tzajes, que tratan el tema de la entrevista desde diferentes disci- plinas, enfoques y profesiones, come la medicina, la sociologia, la pedago- gia, el periodismo, el trabajo social, la antropologia y la psicologia, entre las mas reconocidas. En el campo de la evaluacion psicolégica, Ia entre- vista sigue siendo el instrumento mas empleado en todas las areas de la psicologia aplicada y su objetivo es el mismo de todos los procedimientos de evaluacién psicolégica: obtener informacion pertinente, confiable y va- lida; sin embargo, como mencionan Kanfer y Phillips (1976), aunque es el instrumento psicolégico mis utilizado, es el menos conocido y, a decir de Fernindez-Ballesteros (1992), del que mas se ha puesto en duda su confiabilidad y validez.

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