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OYENDO LA VOZ DEL PASTOR

UN POCO DE HISTORIA:
El relato que pone Jn a continuación responde a un tiempo bastante alejado de los últimos
acontecimientos. Va a tener lugar en los días de la fiesta de la Dedicación o de las
Encenias. Los discursos anteriores debieron de estar más próximos de la fiesta de los
Tabernáculos (Juan 7:2; capitulo 9). De ser así, entre ambas fiestas tenían que transcurrir
unos dos meses, ya que la fiesta de la Dedicación se celebraba el 25 de Kasleu (nov.dic.),
y la de los Tabernáculos en el mes de Tishri (sept.-oct.).
La escena pasa en Jerusalén, en los días en que se celebraba la fiesta de la Dedicación.
El término griego significa “innovar,” y, en sentido derivado, “consagrar” o “dedicar.” En
hebreo se llama la fiesta hanukkah (Esdras 6:16ss; Daniel 3:2), del verbo hanak,
“innovar,” “dedicar.”
Esta fiesta tenía por objeto conmemorar anualmente la purificación del templo,
después de la gran profanación que de él había hecho Antíoco IV Epífanes.
Comenzaba esta festividad el día 25 del mes de Kasleu (nov.-dic.). La fiesta duraba
ocho días. Tenía un ceremonial que era una réplica de la fiesta de los Tabernáculos.
Para la fiesta de la Dedicación no era obligatoria la peregrinación a Jerusalén, como
en las otras tres grandes fiestas de Pascua, Pentecostés y Tabernáculos 13.
La escena tiene lugar cuando Cristo “se paseaba” en el templo, por el llamado “pórtico de
Salomón.”
Probablemente, al referir que se estaba en invierno y que se paseaba Cristo por este
pórtico, es que sería lugar acogedor en esta estación del año. Es además una indicación
para los lectores de la gentilidad, para precisarles la época de esta fiesta.
En este escenario, un día de la fiesta de la Dedicación, los “judíos,” que son
indudablemente, por su argumentación, los fariseos, lo “rodean,” lo estrechan así en un
“círculo” para forzarle a una respuesta.

COMENTARIO GENERAL:
La aplicación (Juan 10:22-42)
Dos o tres meses más tarde los judíos todavía argüían con Jesús respecto a lo que Él
había dicho. Cristo les recalcó que ellos no eran «de sus ovejas» y por consiguiente no
podían creer. Él da aquí una hermosa descripción de los verdaderos cristianos, sus ovejas:
(1) Oyen su voz, lo que quiere decir que oyen su Palabra y responden a ella. Los
inconversos tienen muy poco o ningún interés en la Biblia; las verdaderas ovejas viven
en la Palabra.
(2) Conocen a Cristo y son conocidos (Juan 10:14; Juan 10:27), de modo que no
seguirán a un falso pastor. Los miembros de las iglesias que corren de un sistema religioso
a otro, o de una secta a otra, demuestran con eso que no son verdaderas ovejas.
(3) Siguen a Cristo, lo cual habla de obediencia. Nadie tiene el derecho a reclamar
ser una de las ovejas de Cristo si vive en voluntaria, persistente y abierta desobediencia,
y rehúsa hacer algo al respecto. Así como hay falsos pastores, también hay cabritos que
tratan de pasar por ovejas. Un día Cristo les dirá: «Nunca os conocí» (Mateo 7:23).
(4) Tienen vida eterna y están seguros. Los versículos Juan 10:28 y Juan 10:29
declaran la maravillosa seguridad que los verdaderos creyentes tienen en Cristo. Tenemos
vida eterna, no sólo vida «en tanto y en cuanto no pequemos». Estamos al cuidado de
Cristo y en las manos del Padre, una seguridad doble de preservación eterna para sus
ovejas. Somos el regalo del Padre al Hijo, y el Padre no le quitará otra vez lo que ha
regalado.
- Las ovejas son una ilustración hermosa de los cristianos.
- Las ovejas son animales limpios y los cristianos han sido limpiados de sus
pecados.
- Las ovejas se junta en rebaños y también los verdaderos creyentes.
- Las ovejas son inofensivas y los cristianos deben ser inofensivos y sin culpa.
- Las ovejas son proclives a descarriarse ¡y también nosotros!
- Las ovejas necesitan un pastor para protección, guía y alimento; y nosotros
necesitamos a Cristo para protección espiritual, dirección diaria y alimento
espiritual.
- Las ovejas son útiles y productivas; asimismo los verdaderos cristianos.
Finalmente, las ovejas se usaban en los sacrificios; y los cristianos están
dispuestos a entregarse a sí mismos a Cristo como «sacrificios vivos» (Romanos
12:1).
Los judíos demostraron su incredulidad al tratar de matar a Jesús. Él refutó su opinión
citando el Salmos 82:6. Si Dios llamó «dioses» a jueces terrenos, con seguridad ¡Él podía
llamarse a sí mismo Hijo de Dios! Cuidadoso al no ponerse en peligro innecesario, Cristo
dejó la escena; y muchos vinieron a Él y depositaron su fe en Él. Por fe, salieron por la
Puerta, abandonando el redil de la religión judía, y entraron en la libertad y vida eterna
que sólo Cristo puede dar.
COMENTARIO POR BLOQUES:

22-30.Todos los que tienen algo que decir a Cristo, pueden encontrarlo en el templo.
Cristo nos hará creer; nosotros nos hacemos dudar. Los judíos entendieron su significado,
pero no pudieron dar forma a sus palabras como acusación completa en su contra. Él
describió la disposición de gracia y el estado de dicha de sus ovejas; ellas oyeron y
creyeron su palabra, le siguieron como sus fieles discípulos, y ninguna de ellas perecerá,
porque el Hijo y el Padre eran uno. Así, pues, pudo defender a sus ovejas contra todos
sus enemigos, lo cual prueba que pretendió tener poder y perfección divinos iguales al
Padre.
10.24 Muchas personas que piden pruebas lo hacen por motivos que no corresponden.
La mayoría de aquellos cuestionadores no deseaban seguir a Jesús como El quería. Tenían
la esperanza de que Jesús se proclamase Mesías por razones no exactamente correctas.
A ellos, al igual que a los discípulos y el resto de la gente en la nación judía, les habría
encantado que El hubiera echado a los romanos. Sin embargo, muchos no pensaban que
lo haría. Estos que dudaban tenían la esperanza de que se identificase para acusarlo de
mentiroso (como hicieron los fariseos en 8.13).
10.28, 29 Del mismo modo que un pastor protege sus ovejas, Jesús protege a su pueblo
del daño eterno. A pesar de que es de esperar que los creyentes sufran en la tierra,
Satanás no puede dañar sus almas ni quitarles su vida eterna con Dios. Existen muchas
razones para sentir temor aquí en la tierra porque este es territorio del diablo (1ª Pedro
5:8). Pero si decide seguir a Jesús, El le dará seguridad eterna.
10.28, 29 Del mismo modo que un pastor protege sus ovejas, Jesús protege a su pueblo
del daño eterno. A pesar de que es de esperar que los creyentes sufran en la tierra,
Satanás no puede dañar sus almas ni quitarles su vida eterna con Dios. Existen muchas
razones para sentir temor aquí en la tierra porque este es territorio del diablo (1ª Pedro
5:8). Pero si decide seguir a Jesús, El le dará seguridad eterna.
31-38. Las obras de poder y misericordia de Cristo le proclaman ser. Dios bendijo sobre
todo por los siglos, para que todos sepan y crean que Él es en el Padre, y el Padre en Él.
A quien el Padre envía, santifica. El santo Dios recompensará y, por tanto, empleará sólo
a quienes Él haga santos. El Padre era en el Hijo, de modo que por el poder divino, Aquél
obró sus milagros; el Hijo era en el Padre, de modo que conocía toda su mente. Nosotros
no podemos hallar esto a la perfección buscándolo, pero debemos conocer y creer estas
declaraciones de Cristo.
10.31 Los líderes judíos intentaron cumplir la directiva que se encuentra en Levítico 24:16
con respecto a los blasfemos (los que afirman ser Dios). Tenían la intención de apedrear
a Jesús.
10.34-36 Jesús se refería al Salmos 82:6, donde a gobernadores y jueces israelitas se
les llama "dioses". Si Dios llamó dioses a los líderes israelitas porque eran agentes de la
revelación de Dios y de su voluntad, ¿cómo podía ser blasfemia que Jesús se llamase el
Hijo de Dios? Jesús estaba reprendiendo a los líderes religiosos porque El es el Hijo de
Dios en una singular y sin paralelos relación de unidad con el Padre.
10.35 "La Escritura no puede ser quebrantada" es una clara declaración de la verdad de
la Biblia. Si aceptamos a Cristo como Señor, también debemos aceptar su testimonio de
la Biblia como Palabra de Dios.
39-42. No prosperará ningún arma forjada contra nuestro Señor Jesús. No escapó porque
tuviera temor de sufrir, sino porque su hora no había llegado. Aquél que sabía librarse a
sí mismo, sabe librar de sus tentaciones a los santos, y hacerles un camino para que
escapen. Los perseguidores pueden echar a Cristo y su evangelio de la ciudad o país de
ellos, pero no pueden echarlos del mundo. Cuando por fe en nuestros corazones
conocemos a Cristo, encontramos que es verdad todo lo que la Escritura dice de Él.

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