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Identidades.

APERTURA - IDENTIDAD
Barbara
A través del Proyecto Identidades, la Dirección de Acción Territorial propone
subir al escenario de la Fiesta Nacional del Sol la Cultura de la Participación.
Esto implica que cada comunidad pueda ser protagonista en los procesos de
creación artística para lograr producciones originales y genuinas.

La identidad es una construcción permanente y dinámica que se desarrolla en


comunidad, en un tiempo y en un territorio determinados. Se constituye a
través de un proceso fértil, sembrado de historia, de fe, de costumbres y
acciones colectivas, de manos que trabajan la tierra, de miradas que
interpretan el paisaje, de legados transmitidos entre generaciones. Es decir, la
identidad está constituída de hechos fundamentales que sostienen la cultura y
a su vez, la transforman.

PROYECTO

Alejandro

El Proyecto Identidades tiene como objetivo fundamental desarrollar procesos


de producción artística, y que estos se desarrollen de manera
interdisciplinaria y colectiva junto a las comunidades de nuestra provincia. Por
esta razón, durante 2022, equipos de mediadores artísticos trabajaron en
toda la provincia. El proyecto comenzó con la convocatoria destinada a
músicas, músicos y bailarines de los 19 departamentos. Para esta primera
etapa se coordinó con los municipios respectivos para abrir la convocatoria y
realizar la selección de los elencos.

Bárbara

Luego de la selección, los equipos de mediación del proyecto Identidades


asistieron a cada departamento para desarrollar una jornada de creación y
producción artística. A lo largo de un día se trabajó para que los artistas
escribieran la letra, compusieran la música de la canción y crearan una
coreografía original. A su vez, diseñó el vestuario y el maquillaje para los
elencos de danza.
ESCRITURA

Bárbara

La propuesta para escribir la letra estuvo a cargo de mediadores, quienes


trabajaron con los artistas en un proceso creativo. Para ello se utilizaron
disparadores que facilitaron la producción de la letra. Se propuso realizar un
viaje imaginario por la comunidad a la que pertenecen y de esa manera
encontrar rasgos de identidad propios de cada lugar. De esta manera cada
participante escribió individualmente para luego compartir y generar con los
demás participantes un texto colectivo. A partir de esa instancia se concretó
la letra de la canción.Una vez concluída la etapa de escritura de la letra, los
artistas se dividían en grupos para componer la música y realizar la
coreografía.

MÚSICA

Bárbara

Los mediadores de música comenzaron su trabajo a partir de la letra. Esta


etapa incluyó un trabajo colectivo entre los músicos. De acuerdo a la relectura
de la letra, se determinó el tipo de canción, su rítmica y el género. Para
realizar la composición se priorizó apelar a la intuición de las y los músicos;
momento en el cual surgía la armonía y la melodía de la canción.
Una vez terminada la composición, los artistas ensayaron durante el resto de
la jornada, agregaron detalles instrumentales y pulieron particularidades de la
melodía. Cuando los participantes consideraban que la canción estaba
terminada, comenzaba la grabación de la canción para su posterior muestra.
La grabación estuvo a cargo de los técnicos del equipo, quienes con los
equipamientos necesarios hicieron el registro de los instrumentos y las voces.

DANZA

Bárbara

Mientras los grupos escribían la letra, los mediadores de danza acompañaban


el proceso para bosquejar la coreografía. Una vez concluída la etapa de
escritura de la letra, las y los bailarines se agrupaban para improvisar
secuencias en torno a los disparadores utilizados durante la elaboración de la
letra.
A su vez, los mediadores de danza sumaban a la creación colectiva la
composición que estaban realizando los músicos. A partir de esta instancia
comenzaba el montaje de las secuencias coreográficas.
Luego del ensayo, el elenco de danza se disponía a interpretar la coreografía
junto con la canción terminada. De esta manera se llegaba a la muestra final,
desarrollada en todos los departamentos al final del día.

VESTUARIO Y MAQUILLAJE

Bárbara

Vestuaristas y maquilladores trabajaron en paralelo con el resto de los


mediadores. Para el vestuario, se contaba con distintos tipos de materiales
que se tuvieron que editar y reprogramar de acuerdo a cuestiones tales como,
la impronta de la letra, el tipo de canción, el despliegue coreográfico y las
características de los elencos. Para ello, las y los vestuaristas trabajaron
durante todo el día en el diseño y la edición de los materiales para finalmente
hacer el montaje de las prendas.
Así mismo, las maquilladores trabajaron con los elencos, propiciando que los
conceptos poéticos vertidos en la canción y en la coreografía estuvieran
presentes a través del maquillaje.

MUESTRA

Bárbara

Una vez concluídas las etapas de creación y grabación de la canción, con su


respectiva coreografía, vestuario y maquillaje, se dispuso la muestra en el
espacio donde se realizó el trabajo. De esta manera, el grupo de músicas y
músicos ejecutaron la canción junto al elenco de danza, el cual desplegó su
coreografía. En la muestra se pudo apreciar el resultado de un trabajo donde
lo más importante es el proceso creativo.
No obstante, la jornada de trabajo no concluía con la muestra. Luego de ésta
se reunían todos quienes participaron de la jornada y reflexionar sobre la
experiencia de trabajar de manera colectiva en una producción artística.
Jornada en la que pudieron unificar criterios, trabajar en conjunto, descubrir
nuevos saberes y sobre todo, participar activamente en la realización de una
obra que describe el alma del pueblo al que pertenecen.

RESEÑAS DEPARTAMENTOS
Alejandro

1° NOCHE

Ullum

En la quietud de la serranìa, se embalsan los sueños del san juan entero,


labriego en la salina, tomero del desierto sanjuanino, con ansias de brote
nuevo, gestiona su destino.
El lago parece un cielo que invierte montañas al atardecer, espejando el
corazón y la ilusión, para mostrarnos que hay nuevos caminos. Piedra,
montaña y río hacen de tu tierra un nido de unión de amistad y fortaleza en tu
comunidad.
Estrellas musiqueras, bajan cada noche hasta la sierra ullunera y bajando por
las calles como túneles, que se forman con los brazos de los árboles, van
marcando el tiempo de los pasos seguros que hoy han llegado hasta aquí,
reflejando su historia y su presente.

Valle Fértil

Desde lo alto, el valle puede verse como un sendero hacia la antesala de la


historia, momento ancestral del beso de la luna en la tierra. Entonces quedó
conmovida la sierra y de lágrimas surgieron redondas piedras.
Amasando el mineral diaguita, descubrimos en las piedras aquellos relatos de
la Tierra, cuya música es el canto de los vientos.
El viento que esculpe misterios en la roca y en las majaditas que van
cortando las picadas. El viento que en la madrugada llega al espejo de agua,
el reflejo del río que alimenta los jardines de don Saúl, allí donde brotan
manantiales de canción, de danzas, de poesía.

Jachal
Casas de otro siglo y de puertas abiertas bajo un cielo azul, que ha sido
esculpido sobre la plaza central, allì donde la catedral se levanta ante el
viento y contra el paso del tiempo. Pueblo antiguo que brilla junto a las
estrellas, que duerme al costado de los cerros, donde el río desemboca
sigiloso entre piedras y arena
Tomero y vertiente de la inspiración más pura, es poesía el pueblo jachallero,
que en el fluir del río canta las historias de luz y de sombras alrededor de un
fogòn eterno que en cada noviembre fulgura entre tonadas, empanadas y
vino.

Iglesia
Hija de la vértebra andina, donde el viento decidió hacer finca en su propia
cuesta y acompañar los pasos del Inca. Antiguo camino del saber originario,
que deja su semilla y se esparce en las montañas, las mismas que por las
tardes elevan el brillante sol, que se posa en el blanco del pico nevado, entre
la montaña azul y el inmenso cielo celeste.
Los surcos de tu tierra sembrada parecen estar bordeados en un tejido. Las
alamedas tapan del viento a las semillas, a los brotes, al ajenjo que crecen en
campo abierto, al lado de la montaña. La montaña está allí, paredón de rocas
de la provincia, fuerte como un pueblo unido que camina hacia un horizonte
en donde el sol baja y duerme..

Calingasta
Allí donde crece la sombra del Tontal, el cacique ajusta la mirada y suspira
una brisa fresca.
Al pie de la cordillera se siembran los abrazos, la emoción de la amistad, se
cultivan los cogollos de las tonadas cuando apenas se ve asomar el sol .
Canta el alba sobre la nieve, bajan los arroyos por las quebradas, los
guanacos sorben el deshielo; crece el río Los Patos.
Por las tardes, manos tejedoras abrigan el mate de los inviernos. Por las
noches, zaguán, retamo, jarilla y un océano de estrellas cubre la pampa, y los
picos nevados de ansilta.

Sarmiento

A través de su portal entra el viento sur. Es el margen de nuestro desierto,


donde crecen mantos de melones y sandías. Tierra surcada de caminos
largos y huellas. Huellas de tierra, piedra y badenes. Crecientes que bajan
por la historia, testimonio de las lluvias y las tormentas.
Desde los barrios un pueblo observa el poniente, un paisaje que llega a Los
Berros, blancas montañas de cal entrelazadas con un horizonte verde,
Pedernal. La noche traza su osamenta de niebla en crudos inviernos de cara
al sur. Arden las salamandras en las casas, bajo un cielo plomizo en donde la
luna creciente escribe su canción. Canta los pasos de Martina Chapanay, su
andar de tempestades en las primeras horas de este pueblo, donde alguna
vez los huarpes esculpieron sus palabras, con el viento, el agua y la montaña.

Pocito

Tierra de acequias caudalosas y de cogollos, de tonadas que de noche pintan


guitarras de amor. Vestigio de tiempos pasados, “no sé qué cosa” de tiempos
presentes.
Tierra de cosecha atesorada bajo la paja del sombrero, entre los callos del
obrero que juntan bajo el sol el tomate, la cebolla y el ajo. Cultivos que desde
la entraña de la tierra el peón extrajo y puso sobre la mesa en aquella antigua
pérgola.
Desde los patios de las casas se ve la tormenta cabalgar la Quebrada de la
Flecha, nublar los parrales, cruzar el cerro grande y bajar como lluvia ruidosa
por la calle 14. Allí hablan la lluvia y el campo, entonces crecen las chacras,
la fe, la esperanza.

2° NOCHE

SANTA LUCÍA

Amanece entre autopistas y un río al borde del paisaje. Amanece en lo alto de


la sierra, entre calles y huellas. El agua baja por acequias anchas, cruza
puentes, riega las chacras y los parrales. Allí donde germinan las semillas
que danzan y cantan. El agua llega a las esquinas, viaja hacia la ciudad.

Un sauce eterno crece como faro, luz del mundo que ilumina los puntos
cardinales, dirige el inmenso tráfico de autos por calles y arboledas, donde los
vecinos preparan el mate y la mermelada del duraznero que ha sido puesta
sobre la mesa. Entonces se abre el portal de San Juan. Un hogar que invita a
todos a sentarse para compartir.

En la plaza henchida de luces, la patrona de siempre reúne pueblos. Suena la


música de la fe entre las estrellas de un cielo de fin de año. Su gente festeja,
conmemora la esperanza y el júbilo. Levanta sus brazos al cielo, abre sus
manos de bienvenida.

9 de Julio

Una postal de chacras crece entre el río y el arroyo. Pueblo cuya frontera se
ha trazado a través del agua. El río y el arroyo del médano enmarcan el
retrato de este pueblo, todavía joven.

Paisaje conmovido por el viento sur, que agita las sombras de los altos
eucaliptos. Esa sombra que aprovechan los niños para jugar en la siesta. Esa
sombra que acompaña al canal, donde la gente se sienta para aplacar el
verano.

Pueblo de cosechadores que viajan temprano a las tierras cultivadas. Viajan


por rutas inmensas, entre camiones y remolques. Viajan por calles angostas,
por huellas hasta dar con los callejones, donde al final se abre una tranquera.

Paisaje que brota bajo un cielo azul, trazado por aviones que vienen,
aterrizan y se van. Bajo ese cielo, centenares de casas se entremezclan en la
intemperie de un mapa hecho de desierto y fincas.

ALBARDÓN

Cuando el sol cae detrás de aquellas montañas, la sombra del Villicum cubre
nuestras calles. Tierritas, Campo Afuera, Ampakama, el dique Ábalos, La
Laja, pequeños pueblos unidos a través de caminos angostos, que suben y
bajan.

De aquellas montañas trajimos las piedras. Entonces dibujamos los senderos


en la plaza del pueblo y labramos las veredas en el frente de nuestras casas.
Hicimos los caminos que transitamos cada día, a través del oasis.

Tierra de huarpes que habitaban el río. Todavía queda en nuestros rostros, su


piel y su mirada. Ojos que miran un horizonte de estrellas y luna. Todavía
quedan en el viento sus voces. El viento que baja por el cerro hasta el valle,
ahora cubierto de parrales.

Pueblo de cal, de piedra laja, de moscatel. Tierra del oro blanco que hizo
famoso a San Juan. Entre los parrales se levantan viejas casonas e inmensas
bodegas y se abre el portal de nuestro vino, que alguna vez llevamos en tren
a todo el país.

Caucete
Nuestro nombre está escrito con agua: pequeño cauce. Desde esos viejos
ríos que ahora son huella del pasado, todas las rutas llegan hasta las
diagonales.

Corazón del este sanjuanino donde pasean pueblos enteros por veredas y
plazas. abastece los caminos para Las Chacras, Marayes y Bermejo,
llegando al espejo, de la realidad campesina.

Paso de miles de peregrinos que terminan entre la Sierra del Pie de Palo y los
Mèdanos Grandes, donde leyendas , tradición y fé, florecen en los Santuarios
de la Difunta Correa.

En marzo, para La Fiesta de la Uva y el Vino, la cepa se afinca y festeja las


manos blandas y el trabajo duro del cosechador caucetero.

Hoy renacen las voces de esta tierra, que sabe vibrar y sabe renacer.

Rawson

A la luz de un horizonte de barriadas eternas, se levanta cada mañana el coro


de oficios que recorren los laberintos entre las casas y la música ya comienza
a colgar de los árboles. Recorren el libro de tu historia marcado en las
paredes de la calle Superiora, y alimentan la pasión del Azul y el León, cada
domingo.
Buscando la sombrita de las moras en las baldosas, saltando como un tejo
sin cielo, sin dibujo en el suelo, cruzan la plaza los niños descalzos,
quemándose la planta de los pies, huyendo de la siesta como si el hecho de
hacerlo fuera el mismo cielo de un tejo de bandidos. Esta es la emoción que
refleja en sus luces el parque por la noche, e ilumina a las vecinas a la 1 de la
madrugada, en la vereda todavía sentadas, regando los jardines.
Las calles de Rawson son testigos de carnavales de fé y procesiones
antiguas que todavía danzan al compás de tu ciudad y con ellas, el tiempo
parece pasar en una sola dirección, el futuro, festejando el presente,
atesorando el pasado.

ZONDA
Bajando la cuesta, surge allá entre las montañas un valle pintado de
acuarelas. Pueblo sereno que camina bajo la música de los pájaros. Los
pájaros habitando los humedales para luego posarse sobre las ramas de los
árboles.
Pájaros que observan el paso de las estaciones. El verano resplandeciente, el
otoño de pentagramas amarillos, el invierno crudo y luminoso, la primavera
que se abre en millones de colores. Pájaros que sobrevuelan las Sierras
Azules, antes de que ingrese desde lo alto el viento zonda.

Un pueblo camina tranquilo por calles alfombradas de otoño. Túneles de


alamedas y carolinos. Pueblo sereno que camina ante el resplandor del cerro
Blanco, paredón que brilla al amanecer y persiste con su pellejo de piedra
durante la noche.

3° NOCHE

Rivadavia

Vestigios de vías que cruzan los barrios modernos. Todavía se escucha el


crujir de los trenes cargados en los bodegones. Esquinas de adobes, de
viejos e inmensos galpones que alguna vez fueron montañas de botellas y
damajuanas. Sobre esas sombras del pasado, las luces del presente iluminan
la ciudad. Esa ciudad que termina allá, donde topan las avenidas en el cerro.
Allí, donde los poetas escriben a la sombra del jardín. Allá, se escucha el eco
de los motores que suenan frente a la roca del Zonda.

La cabeza del Indio que observa las quebradas y la llegada del viento, que
estoica, brilla intermitente bajo las tormentas. Esas que lavan Marquesado y
La Bebida y que bajan serenas por la Libertador. La misma avenida que
bordea la sierra hasta el paredón inmenso del Dique.

25 de mayo
Rocío, chañar, cepa, junquillo y tierra suelta, es el aroma de esta tierra donde
los huarpes trazaron mapa. materia prima de la inspiración en los labios
morados del cantor, por donde brotan mantos de agua clara regando cogollos
de sudor.
Con música de trote lerdo y cadenero, de crujir de arneses y maderos,
despertaba el alba, para dar luz a los carreros, que en el tiempo se volvieron
piedra y camino, palpitando en la siembra del presente, volviendo a la vida en
cada mágico surgente, en cada canal, en cada acequia.
Son estrellas brillando en tu cielo los carnavales en las barriadas de Tupeli y
el Encon, única emoción, de máscaras sueltas y carruajes, de espuma e
ilusión.
Santa Rosa custodia el manto de la Fè, construído por tu pueblo, que entre
agosto y septiembre hace viento y lluvia.
Monumento al recuerdo y templo de primaveras la Cavic en Casuarinas,
abrazos de amistad, primeros y últimos amores.
Hoy brillan como el agua de las acequias bajo el sol, el saber del camino y
guían los pasos de tu pueblo hacia el futuro.

San Martin

Como un homenaje de libertad, asoma el sol naciente sobre el Pie de Palo y


los primeros rayos iluminan la escultura de Ceferino Namuncurá apuntando al
pueblo de San Martín. El día ha comenzado y la eterna sombra de la montaña
de Piedras Pintadas divide la gama de verdes que desprenden los viñedos,
como una caricia que lento recorre el llano.

Las brisas de julio remontan montones de barriletes, y marcan compases de


risas hechas música entre los niños.

Por las tardes el perfume de lo casero que inunda las calles parece tener el
propósito de no dejar ir a quien lo visita invitando al fogón nocturno que al otro
día recién calmara la sed, cuando de nuevo renazca el sol por el Pie de Palo.

Angaco
Por sus tranquilos caminos de agua y alameda se levanta imponente el pie de
palo, lagar de la savia que late en el corazón del pueblo angaquero.
Caminar tus calles en primavera es como un tesoro descubierto, brillan las
amarillas flores del viejo Chañar, de los Retamos y las Jarillas, como faro que
señala, junto al espejo del salitral, la entraña de agua que se hace vida en el
canto del parral en las Tapias.
La soledad de la arena todavía guarda las historias de sangre, sudor y penas
en las valientes batallas que construyeron la nación, el silencio de la siesta
hace su reverencia en esta emoción.
Desde la calle El Bosque, nace un manto de Fé que hace de las causas
nobles y justas el cimiento de tu comunidad, que hoy florece y brilla latente,
en este preciado presente.
Capital
Robándole horas al sueño de la siesta, cuando el suelo más quema y se
levantan espejos de cemento y calor, nacen los colores de un eterno arcoiris
sobre la capital; grises de la calle se confunden con los verdes de las moras y
paraísos y pareciera que el reflejo recuerda las viejas historias del suelo
temblando de dolor pero también de un pueblo que jamás se resignó. El
blanco de antiguos caserones cuentan el descanso del general y por la
tarde-noche, las luces del teatro bicentenario festejan sus triunfos con las
notas que brotan del anfiteatro y hacen compás con las murgas que llegan a
ensayar al parque.
Por las noches, caen como lluvia las voces de las hinchadas que dividen las
pasiones de la capital, de un lado verde y negro, del otro verde y blanco.
Caminando o pedaleando, se pueden ver los territorios bien delimitados por
los artistas del aerosol y la pintura, maestros heráldicos de la pasión.

CHIMBAS

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