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CONFERENCIA PARA MUJERES “BRILLA”

Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las


piedras preciosas. Proverbios 31.10

INTRODUCCION

La gemología es la ciencia que estudia las piedras preciosas, es la encargada de analizar,


identificar y dar el valor a las piedras preciosas o más conocido como joyas.

Existen 3 grandes grupos de joyas que se pueden vincular o no en su proceso de


fabricación, estas son: las joyas no metálicas, las joyas metálicas y las joyas de bisutería.

Las joyas no metálicas: se definen como una piedra preciosa mejorada. Mediante un
procedimiento de pulido de alta calidad y precisión, un joyero puede incrementar el valor
de la materia prima, en este caso la piedra preciosa. Su valor se mide por varios
parámetros dependiendo de la gema; por ejemplo en el diamante se miden los
parámetros de peso, pureza, color y talla.

Las joyas metálicas: son hechas de metales preciosos, como el oro y la plata, además del
platino. En este caso el joyero-orfebre transforma la materia prima en adornos como
anillos o aros. Su calidad se mide en quilates en el caso del oro, en la plata suele ser
siempre de ley, teniendo un 925/1000 de proporción.

Las joyas de bisutería: son hechas en materiales no preciosos, como la porcelana, alambre
de latón, telas, pasta de papel, pasta de vidrio, esmaltes, perlas cultivadas, etc. La
transformación del material es definida por el productor y su maquinaria. El valor de estas
piezas lo define su innovación en el mercado y su difusión social.

A continuación, vamos a revisar las características y enseñanzas para nuestras vidas de


una de las piedras preciosas, como es el diamante.

CONTENIDO

El diamante es una de las piedras preciosas por las cuales se han dado peleas y batallas, se
ha levantado envidias y pérdidas de vidas.

SOMOS PROCESADAS COMO UN DIAMANTE

El proceso de formación de un diamante es muy complejo y puede llegar a demorar


millones y hasta billones de años. Este proceso puede ocurrir solo bajo la llamada capa
litosférica, que se ubica entre 150 a 200 kilómetros bajo la superficie y en donde se dan
condiciones extremas: temperaturas de entre 900 °C y 1300 °C y un nivel de presión de 30
kilobars. Allí, el carbón se combina en una molécula cubica y en un proceso que pueden
durar millones de años, se mineraliza transformándose en un diamante.

Los diamantes emergieron a la Tierra a través de erupciones volcánicas. Una vez que la
magma de las erupciones se enfrió, éstos fueron escondiéndose en depósitos, donde luego
fueron encontrados por el hombre.

Isaías 43.2 Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te
anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás ni la llama arderá en ti.

Como el carbón necesita pasar por el fuego para así convertirse en un precioso diamante,
nosotras tambien necesitamos pasar por el fuego de las pruebas, por adversidades, y
diferentes procesos, no para ser destruidas sino para ser perfeccionadas y transformadas.

Un diamante nunca se destruye en el fuego, sino que se perfecciona. Por eso el profeta
Isaías nos recuerda que somos como un diamante, entramos en el fuego y pasamos por él,
pasamos por las aguas y no nos ahogamos.

SOMOS BRILLANTES COMO UN DIAMANTE

El pulido afecta la capacidad de un diamante para absorber, refractar y reflejar la luz.


Cuanto más pulido y transparente sea el diamante, más brillo tendrá.

Lo primero que llama la atención a la hora de ver un diamante real de cerca es su brillo.
Este brillo al mismo tiempo se descompone en una gran variedad de colores si goza de
buena pureza, lo que lo hace encentador a la vista.

El brillo del diamante además de su pureza y alto grado de refracción, lo produce la calidad
del corte del mismo. Un diamante puede ser de altos estándares de pureza, pero los
diamantes no son extraídos de las minas con su conocida forma puntiaguda hacia abajo y
redondeada en su superficie, sino que vienen en cualquier cantidad de formas.
A estos diamantes sin procesar se los tiene que someter a un proceso de corte para que así
puedan dar todo el brillo posible cuando la luz los toque. Un buen diamante tiene buena
pureza, pero también un buen brillo producido por un corte preciso.

Isaías 60.1 Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido
sobre ti.

Estar con Dios en todo tiempo es la garantía que de brillaras en todo tiempo, no
tengas temor y confía en lo que Dios te ha dado, y sigue adelante. Brillaras como un
diamante.

SOMOS VALIOSAS COMO UN DIAMANTE

Los diamantes son uno de los objetos más valiosos de la creación. Son raros, hermosos y
muy apreciados. Pero no son nada en comparación al valor que Dios nos otorga. ¿Cuánto
vale un diamante? En el año 2013, Sotheby subastó un diamante rosado sin defecto de casi
60 quilates llamado “La Estrella Rosa” por la enorme suma de 83.2 millones de dólares.
Eso lo convirtió en la joya o diamante más caro que se haya subastado. ero, se nos ha dicho,
que el diamante más precioso es el Koh-i-Noor, que ahora forma parte de la colección de
British Crown Jewels. Los expertos dicen que esta gema no puede ser valorada - ¡se calcula
que es aproximadamente 3.5 veces la riqueza del mundo entero! Estos diamantes son
increíblemente valiosos para nosotras.

Puede que en este momento te sientas insignificante y abatida. Probablemente la vida te ha


arrojado más de lo que puedas soportar. No te sientes tan valiosa como un diamante de
imitación siquiera, mucho menos como un diamante auténtico. ¡Anímate! “Eres preciosa
ante mis ojos”, dice Dios, “y yo te amo” (Isaías 43:4a). Dios nunca dijo que amaba a un
diamante, pero sí dice que te ama.

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