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Los artículos 208° y siguientes reconocen a la «pesquisa» como medida de investigación destinada
a descubrir circunstancias fácticas de interés para el proceso (rastros del delito, localización del
imputado o de alguna persona prófuga), cuya práctica no siempre está condicionada a una previa
autorización fiscal o judicial.
En estos artículos el legislador ha empleado una serie de expresiones generales, que pueden dar
paso al abuso de autoridad por parte de la policía, órgano encargado de adoptar esta clase de
restricción es de derechos fundamentales por razones de búsqueda de prueba.
Es por ello que para evitar la arbitrariedad en la pesquisa, el policía debe cuidar que todos sus
actos se realicen bajo los marcos y principios constitucionales. Esto significa que siempre debe
observarse el límite material de toda función del Estado: la prohibición del exceso, mediante el del
cumplimiento del parámetro de la proporcionalidad.
El artículo 43°. El Estado social y democrático de Derecho exige que la aplicación de las
leyes restrictivas de derechos busque contribuir a la realización de la justicia; siendo la
proporcionalidad su expresión.
a) Adecuación al fin: La elaboración del plan para realizar una pesquisa y su aplicación deben
responder al fin asignado constitucionalmente a la institución u órgano ejecutor de la
norma.
b) Principio de necesidad: La reacción policial debe responder al principio de intervención
mínima o de menor injerencia posible, ya que la gravedad de la restricción de derechos
sólo justifica su empleo en extrema necesidad de tutela.
c) Proporcionalidad en sentido estricto: En la actuación policial debe existir
proporcionalidad o apropiada ponderación entre sus potestades restrictivas y la gravedad
del delito.
Este principio constitucional es el que debe orientar todos los comportamientos que se realicen
durante la pesquisa, incluso la disposición de retención.
Ahora bien, como resultado de toda pesquisa habrá de levantarse un acta que describa lo
acontecido y, de ser posible, recogerse y conservarse los elementos materiales útiles.
El acta describirá el estado de los efectos del delito o de la persona buscada, así como de los
medios de convicción de los cuales provino el conocimiento de la existencia del bien o de la
permanencia del imputado, si es que ya no está en dicho lugar o ha variado la naturaleza del bien.
Respecto a la retención de personas, el legislador ha establecido que solo por el período de cuatro
horas y cuando resulte necesario la policía podrá disponer que durante la diligencia no se
ausenten las personas halladas en el lugar o que comparezca cualquier otra. Si se desea que este
plazo se prolongue, se tendrá que solicitar autorización judicial.
Finalmente, respecto al registro de personas, el legislador ha estatuido que solo cuando existan
fundadas razones para considerar que una persona oculta en su cuerpo o ámbito personal bienes
relacionados con el delito, se procederá a registrarla. El registro se efectuará respetando la
dignidad humana, pues de lo contrario nos encontraremos ante una prueba ilícita.
La dignidad humana es el valor que tiene la persona como fin en sí mismo. Se establece la
imposibilidad, por tanto, de considerarla un medio “sacrificable” para la obtención de otros fines
o, como dicen los filósofos, dignidad es lo contrario a cosificación del ser humano.
Por lo expuesto, antes de iniciar el registro, la policía expresará al intervenido las razones de la
medida, indicándole el derecho que tiene de hacerse asistir en ese acto por una persona de su
confianza (art. 210°).