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Procesamiento de la Información / LICAD

¿Qué es la Organización del Conocimiento (OC)?


What is Knowledge Organization (KO)?

por Birger Hjørland


Royal School of Library and Information Science
Copenhagen S, Denmark
Email: bh@db.dk

Traducción del inglés de Gustavo Liberatore y Victoria de Césare

Cita completa del artículo original:


Hjorland, Birger. (2008). What is Knowledge Organization (KO)? Knowledge Organization, 35 (2-3), 86-101.

Birger Hjørland, MA in psychology and PhD in


Library and Information Science. Professor in
Knowledge Organization (KO) at the Royal School
of Library and Information Science in Copenhagen
since 2001. Professor in KO at the University
College in Borås, Sweden 2000-2001. Research
librarian and coordinator of computer based
information services at the Royal Library in
Copenhagen 1978-1990. Taught information science at the Department of
Mathematical and Applied Linguistics at the University of Copenhagen 1983-
1986. 1974-1978 associate professor at RSLIS, and 1990-2000 head of
department. He has published several papers on KO, including about 11 papers
in the journal Knowledge Organization.

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Procesamiento de la Información / LICAD

¿Qué es la Organización del Conocimiento (OC)?

Por Birger Hjørland

Resumen:
La Organización Conocimiento (OC) abarca actividades tales como la descripción
de documentos, indización y clasificación realizada en las bibliotecas, bases de datos,
archivos, etc Estas actividades se llevan a cabo por los bibliotecarios, archivistas,
especialistas en la materia, así como por algoritmos informáticos. La OC como un
campo de estudio se refiere a la naturaleza y la calidad de estos procesos de
organización del conocimiento (POC), así como los sistemas de organización de
conocimientos (SOC) que se utilizan para organizar documentos, representaciones de
documentos y conceptos.
Existen diferentes enfoques históricos y teóricos sobre OC que se relacionan a
diferentes puntos de vista de los conocimientos, la cognición, el lenguaje y la
organización social. Cada uno de estos enfoques tiende a responder de manera
diferente a la pregunta: "¿Qué es la organización del conocimiento?" Los
Profesionales de la información a menudo se han centrado en la aplicación de nuevas
tecnologías y estándares, y tal vez no han visto su trabajo bajo el prisma de la
interpretación y el análisis del significado. Es por eso que la clasificación bibliográfica
ha sido criticada por su falta de contenido intelectual.
Las actividades realizadas en torno a una OC tradicional (humana) son cada vez
más cuestionadas por las técnicas de recuperación basados en computadoras. Es
preciso investigar la contribución relativa de los diferentes enfoques y los desafíos
actuales del campo para ampliar la comprensión de los problemas. Este trabajo ofrece
una aproximación a la OC sobre la base de una teoría explícita del conocimiento.

1. Introducción
Organización del Conocimiento: concepción estrecha y amplia del concepto.

En sentido estrecho o estricto el alcance del concepto de Organización del Conocimiento


(OC) se enmarca en las actividades tales como la descripción de documentos, indización y
clasificación bibliográfica, bases de datos bibliográficas, archivos y otros tipos de "espacios de
memoria" generados por bibliotecarios, archivistas y especialistas en información, con la
utilización cada vez más frecuente de algoritmos informáticos.
La OC como un campo de estudio se refiere a la naturaleza y la calidad de estos procesos,
así como a los sistemas de organización de conocimientos (SOC) que se utilizan para organizar
documentos, representaciones de documentos y conceptos. Como campo de estudio e
investigación ha sido incorporada dentro de los alcances de la Bibliotecología y Ciencia de la
Información (ByCI) aunque la potestad de este dominio es reclamada por otras disciplinas como,
por ejemplo, la informática.

En el sentido más amplio la OC se ubica dentro de los límites de lo que se podría


denominar la división social del conocimiento y las actividades intelectuales, es decir, la
organización de las universidades y otras instituciones de investigación y educación superior, la

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estructura de las disciplinas y profesiones, la organización social de los medios de comunicación, la


producción y la difusión de conocimiento, etc. Un ejemplo de este enfoque es la obra de Oleson &
Voss (1979) titulada La organización del conocimiento en la América moderna, 1860-1920 (The
Organization of knowledge in modern America, 1860-1920). Podemos distinguir entre la
organización social del conocimiento, por un lado, y por otro lado la organización intelectual o
cognitiva de conocimiento. El sentido general es a la vez el conocimiento acerca de cómo se
organiza socialmente y cómo se organiza la realidad. El descubrimiento de las estructuras que
componen la realidad se hace a través de los diferentes campos científicos, por ejemplo, la
química, la biología, la geografía y la lingüística. Ejemplos bien conocidos son el sistema periódico
en la química y la taxonomía biológica. Las teorías sobre la estructura de la realidad desde los
enfoques filosóficos encuentran su origen en Auguste Comte y el nacimiento del positivismo.
La ByCI es la disciplina desde la cual se enfoca a la OC en el sentido estricto del término,
mientras que otras disciplinas como la sociología del conocimiento, las ciencias individuales y la
metafísica son aquellas desde las cuales se relaciona la OC en el sentido más amplio del concepto.
La tesis central de este trabajo es que la OC en el sentido estricto no puede desarrollarse
de manera fructífera sin tener en cuenta la perspectiva más amplia. En otras palabras: no existe un
"universo de conocimiento" cerrado que pueda ser estudiado en relación con la OC en forma
aislada sin tener en cuenta el aporte de otras ciencias.
A continuación se presentan las perspectivas más importantes que, desde el punto de
vista teórico, describen el campo de la OC.

2. Aproximaciones teóricas a la Organización del Conocimiento

La OC ha sido principalmente una actividad práctica sin mucha teoría. Miksa, por ejemplo,
escribió:

“Ahora, podemos concluir simplemente con Dolby y otros que la clasificación bibliográfica
se desarrolla principalmente como una cuestión práctica, desprovista de contenido
intelectual sustantivo, que continúa por el mero hecho de la inercia en un campo en el que,
los esquemas de clasificación inventados tardíamente en el siglo XIX, se siguen utilizando”.
(Dolby 1979, p. 187; Mayr 1982, pp. 1-48)" (Miksa 1998, 49).

A menudo se ha asumido que la organización práctica de los conocimientos puede hacerse


aplicando el sentido común o, en las principales bibliotecas de investigación y bases de datos
bibliográficas, mediante el empleo de especialistas en la materia aplicando sus conocimientos
especiales. Los profesionales de la información se han centrado en la aplicación de nuevas
tecnologías, software, estándares y normas para la descripción del conocimiento bajo un carácter
relativamente objetivo. En otras palabras la OC práctica puede ser vista como una sintaxis 1 en
lugar de como una actividad semántica, tal como es diferenciada por Julian Warner:

“El trabajo semántico se ocupa de transformaciones motivadas por el sentido o el


significado de los símbolos, mientras que el trabajo sintáctico es determinado por la forma

1
Apelando al concepto de sintaxis el autor se refiere a las dos acepciones posibles del término: 1. Como
parte de la gramática que enseña a coordinar y unir las palabras para formar las oraciones y expresar
conceptos; y 2. como conjunto de reglas que definen las secuencias correctas de los elementos de un
lenguaje de programación. (N del T).

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de los símbolos, que operan sobre los significados como señales. El trabajo semántico
requiere la intervención humana directa mientras que el trabajo sintáctico, originalmente
humano, puede ser transferido a la informática donde se convierte en un proceso
automatizado.” (Warner, 2007).

Desde la década de 1950, los científicos de la computación han estado trabajando en la OC


sobre la base de ciertos supuestos, sobre todo asumiendo que la clasificación e indización humana
se hará con el tiempo superflua o innecesaria. Un ejemplo reciente (Sparck Jones, 2005) es que los
sistemas automatizados basados en la retroalimentación de la relevancia aportada por los
usuarios pueden resolver problemas de manera eficiente. En este sentido los aportes teóricos
originales de la OC son muy pocos en relación con los retos a los que se enfrenta este campo lo
que lleva a plantear por parte de algunos investigadores un panorama bastante sombrío dentro
del campo disciplinar de la ByCI (cf., Bawden 2007). Existen diversas comunidades de
investigadores que trabajan separadamente en los problemas de la OC aplicando diferentes
tecnologías, pero generando muy pocos resultados sobre sus supuestos teóricos básicos, los
méritos relativos y las debilidades observadas. El problema no es sólo la formulación de una
teoría, sino de descubrir los supuestos teóricos de las diferentes prácticas existentes y formularlos
lo más claramente posible con el fin de hacer posible la comparación de enfoques y métodos.
Un problema adicional es que los seguidores de los diferentes enfoques tratan de evitar
las críticas y la incorporación de nuevas ideas de los enfoques de la competencia. De esta manera
el campo no puede avanzar sin una teoría clara que se encargue de diferenciar las diferentes
perspectivas o puntos de vista de tal manera que puedan distinguirse entre sí y faciliten su
comparación. En otras palabras: debemos examinar e interpretar las diferentes orientaciones de
manera muy honesta y cuidadosa, de lo contrario nos quedaremos en un campo muy confuso.
Una forma de clasificar los enfoques de la OC fue sugerido por Broughton; Hansson; Hjørland y
López-Huertas (2005):
1. El enfoque tradicional de la OC expresado por los sistemas de clasificación utilizados en las
bibliotecas y bases de datos, incluyendo DDC, LCC y UDC (que se remonta a alrededor de
1876).
2. El enfoque analítico de facetas creado por Ranganathan en 1933 y desarrollado por el
Grupo de Investigación Clasificación Británica (British Classification Research Group).
3. La tradición de recuperación de información (IR), fundada en la década de 1950.
4. Los enfoques cognitivos del usuario/sistema surgidos en la década de 1970.
5. Los enfoques bibliométricos surgidos a partir de la construcción del Science Citation Index
en 1963 por Garfield.
6. El enfoque analítico de dominio (formulada por primera vez allá por 1994).
7. Otros enfoques (Entre las recientes sugerencias se suman los enfoques semióticos, los
enfoques "crítico-hermenéuticos", los enfoques discursivo-analíticos y los enfoques
basados en el género. Una tendencia importante es también el énfasis en la
representación de documentos a través de su tipología y descripción por medio de los
lenguajes de marcado 2)

Los seis primeros criterios (menos “Otros enfoques…”) se presentan y discuten a


continuación.

2
Por ejemplo las DTDs (Document Type Definition) generadas a través de uso del lenguaje XML. (N del T).

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"El enfoque tradicional"

Es difícil de definir "el enfoque tradicional" porque no hay una teoría unificada que
abarque a este concepto. Si hacemos caso omiso de los otros enfoques que se presentaron, lo que
existen son en su mayoría diferentes prácticas y algunas ideas dispersas sobre la manera de
organizar el conocimiento registrado en los documentos. Si tomamos algunos de los sistemas
utilizados, como por ejemplo el de la Clasificación Decimal Dewey (DDC), podemos comprobar que
ha utilizado principios muy diferentes en varias ediciones (cf., Miksa, 1998). Un investigador de la
clasificación como Vanda Broughton (2004, p 143) escribió acerca de uno de los viejos sistemas de
clasificación establecidos: "es muy difícil discernir las bases teóricas subyacentes a la LCC
(Clasificación de la Biblioteca del Congreso, USA / Library of Congress Classification)". Además,
algunas formulaciones de S.R. Ranganathan (1951) sugieren que los sistemas de clasificación
"tradicionales" parecen carecer de una base teórica sólida.

Entre las grandes figuras de la historia de la OC que se puede clasificar como "tradicional"
se encuentran Melvil Dewey (1851-1931) y Henry Bliss (1870-1955). Eugene Garfield escribió sobre
Bliss: "sus metas y aspiraciones eran diferentes de las de Melvil Dewey, a quien sin duda superó en
la capacidad intelectual, pero fue eclipsado en la capacidad y habilidad para la organización.
Dewey fue un hombre de negocios, pero carente de una profundidad en los objetivos que se
propuso”. (Garfield 1975, 252). Esta diferencia en la concepción de los dos hombres que han
marcado la historia de los sistemas de clasificación bibliográfica se refleja también en Miksa (1998,
pp 42-45) cuando se refiere al enfoque que primaba en el sistema ideado por Melvil Dewey. Este
enfoque o perspectiva puede apenas tomarse como una aproximación intelectual a la OC más que
como un fundamento teórico del campo desde una perspectiva académica. Su interés no era
encontrar un sistema óptimo para ayudar a los usuarios de las bibliotecas, sino de encontrar una
forma eficaz de administrar las colecciones de la biblioteca. Él estaba interesado en el desarrollo
de un sistema que pudiera ser utilizado en muchas bibliotecas, una forma estandarizada para
gestionar las colecciones de las bibliotecas.
La DDC debe ser vista como el sueño del bibliotecario más que como el sueño del usuario
de la biblioteca. No está diseñada para una colección específica y debe ser vista como un sistema
que puede abarcar y representar diferentes colecciones y concepciones académicas. Con el fin de
reducir al mínimo la carga de trabajo en las bibliotecas el sistema es conservador en el sentido de
que evita por todos los medios variar su estructura en el tiempo. En otras palabras: la consistencia
interna a través de las diferentes ediciones es la prioridad del sistema en detrimento de una
actualización que pueda contemplar los cambios del entorno (tanto del usuario como del propio
conocimiento). En este sentido al usuario le resulta imposible obtener una visión realista y
detallada acerca de las relaciones entre las disciplinas y campos del conocimiento.
En oposición a estas carencias la DDC brinda al bibliotecario un estándar mediante el cual
es posible administrar de manera eficiente el procesamiento de los registros bibliográficos. Es
posible por ejemplo importar de otro catálogo la clasificación de una obra idéntica a una de
nuestra colección o contratar a estudiantes de bibliotecología que conozcan el sistema para
aplicarlo en el trabajo de la clasificación. El sistema está por lo tanto también apoyando intereses
profesionales. Probablemente representa una racionalización del trabajo de la biblioteca más que
cualquier otra cosa. Su principal cualidad puede ser que representa un estándar pero en modo
alguno es un sistema optimizado para la navegación o la recuperación información. Hay que añadir
que lo que hoy se llama Bibliotecología y Ciencia de la Información (ByCI), se denominaba
biblioteconomía en la época cuando el sistema se publicó por primera vez (1876). En esta línea,
puede inferirse que el término “biblioteconomía” se refiere o indica aspectos más relativos a la

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administración (podría traducirse en este caso como “gestión” de la organización de una


colección) que a la visión académica o teórica de una sistema. Esto también puede explicar por
qué los sistemas de OC diseñados sobre la base de esquemas más modernos no han logrado influir
en la práctica en las bibliotecas.

Entre los críticos de la DDC puede citarse a Bernd Frohmann, quien escribió:

"Los temas (subjects) propuestos por Dewey son elementos de un sistema semiológico tecno-
burocrático adaptables a un programa (software) estandarizado para administrar la
colección de una biblioteca, en lugar de aspectos representativos de la cultura".
…..
"Dewey subrayó más de una vez que su sistema no va más allá de lo que su propia estructura
representa, es decir, no pretende ofrecer ninguna "deducción trascendental" de sus
categorías temáticas ni hacer ninguna referencia a la objetividad o el consenso social sobre
la estructura del conocimiento (como lo planteaba Cutter). Desdeña cualquier interpretación
filosófica sobre el significado de sus símbolos. La DDC es un sistema semiótico pobre, con una
expansión de diez dígitos, carente de cualquier referente más allá de sí mismo.
....
El conflicto se plantea en torno a la noción de “tema” o “epígrafe” dentro de un sistema
bibliográfico abierto como lo planteaba Cutter que el de una “clasificación cerrada o
estática” como propone Dewey. (Frohmann 1994, 112-113).

La cita de Frohmann muestra que ya cuando Melvil Dewey publicó su sistema deslizó una
crítica hacia la DDC como una estructura con poca base académica o teórica. Esta actitud de
Dewey puede haber influido en la práctica bibliotecológica a partir de que los profesionales de la
información pueden haber visto su trabajo más como una actividad de etiquetado de los
contenidos documentales que una actividad de interpretación y análisis del significado.
Con el fin de identificar un enfoque de la OC que puede merecer la etiqueta de
"tradicional" vamos a recurrir a otros expertos como Henry Bliss. Una característica importante de
su perspectiva (y de la de muchos pensadores contemporáneos de la OC) fue que las ciencias
tienden a reflejar el orden de la naturaleza y que la clasificación de la biblioteca debe reflejar el
orden del conocimiento tal como lo describe la ciencia:

Orden natural  Clasificación científica  Clasificación bibliográfica (OC)

La implicancia de esta lógica es que los bibliotecarios deben clasificar las colecciones
teniendo en cuenta los avances científicos 3. Esta característica debe reflejarse también en la
formación profesional:

3
En el sentido de estar atentos a las nuevas estructuras y divisiones que adopta lo que genéricamente
llamamos conocimiento (N del T).

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"Desde el punto de vista de la formación de los bibliotecarios, la enseñanza de los sistemas de


clasificación sería mejor realizarla mediante la inclusión de cursos sobre epistemología de la
ciencia en donde se traten de resumir los resultados más recientes de los diferentes campos
científicos y la relación de los mismos con los esquemas actuales del conocimiento. . . .
"(Ernest Cushing Richardson, citado de Bliss, 1935, p. 2).

Este importante principio ha estado implícito en la gestión de las bibliotecas de


investigación o especializadas y bases de datos bibliográficas como MEDLINE, en el que solamente
especialistas en el área suelen ser contratados para hacer el trabajo de la OC. La importancia del
conocimiento en la materia (esto es, ser en principio especialista en el campo de conocimiento) no
ha sido explícito en los enfoques de la OC excepto en el análisis de dominio (y, fuera de la ByCI, en
los abordajes provenientes de la informática).

Entre otros, pueden atribuirse al enfoque tradicional de la OC los siguientes principios:

• El principio del vocabulario controlado.


• La regla de Cutter acerca de la especificidad.
• El principio de Hulme de la garantía literaria 4 (1911).
• El principio de la organización desde lo general a lo específico.

El principio de vocabulario controlado es esencialmente una forma de evitar los problemas


derivados del uso de sinónimos y homónimos como términos de indización utilizando un
vocabulario estandarizado. La norma establecida por Cutter es que siempre debe prevalecer la
expresión más específica al momento de asignar las palabras clave (descriptores) a un documento.
De esta manera, las expresiones de los temas indizados que se harán recuperables se vuelven
más predecibles. El término "garantía literaria", así como el principio básico que subyace a esta
expresión fue presentado por E. Wyndham Hulme (1911, p. 447). Bajo este principio Hulme
discute si, por ejemplo, el sistema periódico de los elementos químicos debe ser utilizado para la
clasificación de libros de química.
El principio de ordenar los temas de lo general a lo particular o específico se manifiesta
como la norma preponderante en los sistemas de organización del conocimiento (SOC) y puede
estar relacionada con una forma esencialista de comprensión de la realidad. Hoy, después de más
de 100 años de investigación y desarrollo en la ByCI, el enfoque "tradicional" todavía tiene una
fuerte posición en la OC y, en muchos aspectos, sus principios básicos aún siguen teniendo
vigencia.
El enfoque tradicional, sin embargo, da muestras de una cierta vaguedad en sus bases
teóricas y metodológicas. En este sentido, existen algunos interrogantes que todavía no tienen
una clara respuesta.
¿Es el conocimiento de la materia (el especialista) en lugar de la competencia en la OC (el
analista) lo que determina la incumbencia en la construcción y administración de los sistemas de
organización del conocimiento?

4
La ”garantía literaria” se basa en el principio por el cual la terminología y las relaciones conceptuales
vigentes en un dominio o área de conocimiento deben derivarse de la documentación, pues el volumen de
literatura sobre un tema legitima su adscripción y situación dentro de una especialidad.

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A menudo parece suponerse que la organización del conocimiento es sólo una cuestión de
"saber leer" las relaciones correctas entre conceptos. Sin embargo no hay muchas indicaciones de
cómo se resuelve esta cuestión.
Los debates dentro del campo de la filosofía de la ciencia sobre la división del conocimiento
(sobre todos los relativos a las corrientes positivistas) no son desconocidos por los teóricos de la
OC. Las mismas incertezas existentes en el plano filosófico son las que a menudo reflejan la
práctica ordinaria de la OC.
[Como se verá más adelante] Es con el desarrollo del enfoque del análisis de dominio que la
cuestión de la subjetividad y la objetividad encuentra un abordaje sistemático y con una
metodología clara y apropiada para el estudio de la OC.

El enfoque analítico-facetado

La fecha de fundación de este enfoque podría ser elegida, por ejemplo, a partir de la
publicación de la Clasificación de Colon (Colon Classification) de S. R. Ranganathan, en 1933. El
desarrollo de este enfoque ha estado particularmente a cargo del Grupo Británico de Investigación
en Clasificación (British Classification Research Group). Este enfoque ha dominado, en muchas
maneras, lo que podría ser calificado como la “teoría moderna de la clasificación”. Hoy en día, el
sistema BC2 es probablemente el sistema teóricamente más avanzado basado en este enfoque (el
cual también ha contribuido a su desarrollo).
La mejor manera de explicar este enfoque es probablemente explicando su metodología
analítico-sintética. El significado del término “análisis” es: desmembrar cada materia en sus
conceptos básicos. El significado del término “síntesis” es: combinar las unidades relevantes y los
conceptos para describir la materia de estudio del conjunto de información analizado.
Las materias dadas (como aparecen en, por ejemplo, los títulos de los libros) son
primeramente analizadas a partir de unas pocas categorías comunes, las cuales son llamadas
“facetas”. Ranganathan propuso su fórmula PMEET: Personalidad, Materia, Energía, Espacio y
Tiempo:
• Personalidad es la característica distintiva del sujeto.
• Materia es el material físico del cual puede estar compuesto el sujeto.
• Energía es cualquier acción que ocurre con respecto al sujeto.
• Espacio es el componente geográfico de la locación de un sujeto.
• Tiempo es el período asociado a un sujeto.

El Grupo Británico de Investigación en Clasificación (CRG) expandió esta lista, pero aquí
solo consideraremos la original. La primera suposición es que todas las materias pueden ser
analizadas de manera tal que encajen en estas cinco categorías. Esas categorías han sido
desarrolladas antes de que los libros hayan sido escritos y llevados a la biblioteca. En otras
palabras, no están ni dinámicamente desarrolladas, ni empíricamente dadas: son lógicas,
categorías a priori. Cada categoría (faceta) tiene, en principio, su propia clasificación o lista de
símbolos. Un documento dado es clasificado tomando uno o más símbolos de las facetas
apropiadas y combinándolos de acuerdo a ciertas reglas. Esta combinación es llamada síntesis
notacional. La idea es que los mismos cimientos puedan ser usados para todos los propósitos. La
suposición filosófica subyacente es que el significado de los elementos no cambia en diferentes
contextos. Esta suposición nunca ha sido, hasta donde sé, discutida en la literatura. De acuerdo
con las teorías modernas del significado, es una suposición bastante problemática.

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Ranganathan ha tenido muchos seguidores en LIS 5. Ha sido, sin embargo,


extremadamente difícil rastrear exámenes críticos de su enfoque. Sólo unos pocos investigadores
han tenido un conocimiento lo suficientemente amplio que les permitiera considerar este enfoque
en relación con otros campos, como son la filosofía y la lingüística. Entre los pocos que han hecho
esto se encuentra Moss (1964), quien encontró que Ranganathan basó su sistema de cinco
categorías en las que ya había formulado Aristóteles, sin reconocerlo. Otra voz crítica es la de
Francis Miksa quien, por ejemplo, escribió:

“Finalmente, hay fuertes evidencias de que el uso de las estructuras facetadas de


materias de Ranganatahn bien puede haber representado su necesidad de encontrar más
orden y regularidad en el ámbito de las materias del que realmente existe” (Miksa 1998, p.
73).
“Ranganathan persiguió vigorosamente la meta de encontrar el mejor sistema de
clasificación de materias” (Miksa 1998, p. 73).

Hjørland (2007b, 382-384) relacionó la filosofía básica del análisis facetado a la filosofía de
las nociones semánticas primitivas y, por consiguiente, a una más amplia teoría de la semántica.
De acuerdo con su análisis, los elementos semánticos no son atributos directos del lenguaje,
aunque sí están vinculados a modelos de realidad, los cuales son expresados a través del lenguaje.
Los componentes químicos, por ejemplo, pueden ser expresados en fórmulas químicas por medio
de elementos químicos. Los elementos químicos son descubiertos e identificados por químicos; no
son elementos dados en lenguajes naturales. Los nombres de los elementos químicos son, en este
caso, las nociones semánticas primitivas. Las relaciones semánticas, incluyendo la relación entre
los elementos y las expresiones compuestas, están en consecuencia conectadas a las teorías de la
realidad.

S. R. Ranganathan escribió en su “Filosofía de la Clasificación Bibliotecaria” (1951):

“Un plan enumerativo con unos fundamentos superficiales puede ser adecuado e
incluso económico para un sistema de conocimiento cerrado…. Lo que distingue al universo
del conocimiento actual es que se trata de un continuum dinámico. Siempre está creciendo;
nuevas ramas pueden brotar de cualquiera de sus infinitos puntos en cualquier momento;
ellas son incognoscibles en el presente. No pueden, por lo tanto, ser enumeradas aquí y
ahora; tampoco pueden ser anticipadas, sus filiaciones sólo pueden ser determinadas luego
de que aparecen.” (Ranganathan, 1951).

Ranganathan expresa su visión de la siguiente manera:

1. Los sistemas enumerativos tienen unos fundamentos superficiales,


2. El descubrimiento de nuevo conocimiento no puede ser anticipado en un
sistema enumerativo,
3. El descubrimiento de nuevo conocimiento puede ser anticipado en un sistema
facetado (basado en la concepción de que el nuevo conocimiento es formado
por la combinación de categorías existentes a priori).

5
Library and Information Science, en castellano Bibliotecología y Ciencias de la Información. N.del T.

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Estas visiones revelan algunas suposiciones básicas del enfoque analítico facetado. La
diferencia entre los fundamentos teóricos de los sistemas enumerativos comparados con los
sistemas facetados no es que los primeros tienen una base superficial, mientras que los últimos
poseen un basamento profundo. Las preguntas básicas en cuanto a la organización del
conocimiento son compartidas por ambos acercamientos: cómo los términos son seleccionados y
definidos, y sus relaciones semánticas establecidas. Ésta no es una cuestión puramente lógica, sino
en gran medida una pregunta empírica. Si bien es cierto que puede ser más simple combinar
elementos existentes para formar nuevas clases y, consecuentemente, más simple aún colocar
nuevas materias en sistemas facetados, es claramente imposible para cualquier sistema anticipar
el descubrimiento de nuevos conocimientos. La creencia de que esto debería ser posible revela
que parte de la filosofía del análisis facetado no tiene contacto con el mundo real.
La Barre (2006) develó que las técnicas facetadas están siendo crecientemente utilizadas
en el diseño de sitios web. Un formato específico, XFML, un simple formato XML para intercambiar
metadatos en la forma de jerarquías facetadas ha sido desarrollado (Van Dijck, 2003). La técnica
está, entonces, muy viva y en uso.

La tradición de la recuperación de información (RI)

La recuperación de información (RI) y la organización del conocimiento (OC) son


normalmente considerados dos subcampos diferentes – aunque fuertemente relacionados –
dentro de la Bibliotecología y las Ciencias de la Información – vinculados a la labor de búsqueda y a
la de descripción, respectivamente (cf., Warner, 2002). Ambos están, sin embargo, intentando
resolver la misma clase de problemas: habilitan a los usuarios para encontrar información
relevante. Por esta razón, debemos considerarlos acercamientos competentes y, en consecuencia,
intentar evaluar sus fortalezas y debilidades. La pregunta entonces sería: ¿cómo puede la RI ser
caracterizada como un acercamiento relativo a los otros enfoques en discusión?
Una manera de hacer esto ha sido mediante la distinción entre los “paradigmas físicos” (o
“paradigmas conducidos por el sistema”) por un lado, y los “orientados al usuario” o “paradigmas
cognitivos” por el otro. La tradición de la RI ha sido entendida como “conducida por el sistema”,
como si el sistema tomara la decisión sobre qué recuperar para los usuarios.

“En el enfoque “orientado al sistema” convencional, un sistema perfecto es definido


como uno que encuentra la mejor coincidencia entre la solicitud de un usuario y los
documentos de una colección. Este enfoque ha probado ser muy limitante. Ha llevado a
muchos investigadores a centrarse sólo en cómo mejorar diversos aspectos vinculados a la
representación documental y a los algoritmos de búsqueda. Como resultado, el enfoque
“orientado al sistema” de la RI tiende a ignorar el comportamiento cognitivo de los usuarios,
así como también al contexto en el cual el proceso de RI está siendo llevado a cabo. Se ha
vuelto evidente que, para triunfar, los investigadores de la RI necesitan mirar más allá de los
algoritmos de computadora.” (Gruzd 2007, p. 758).

Esta distinción entre el enfoque “orientado al sistema” y el enfoque “orientado al usuario”


puede, sin embargo, representar una malinterpretación. La diferencia entre los experimentos
Cranfield y el enfoque “orientado al usuario” es, antes que nada, que los experimentos Cranfield
están basados en evaluaciones de recuperación y precisión por expertos, mientras que el enfoque
“orientado al usuario” está basado en evaluaciones realizadas por usuarios. Nunca es la tecnología
la que decide qué es relevante. La tecnología está construida sólo en base a algunas perspectivas

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sobre qué es relevante y cómo esto puede ser medido. Ni el enfoque “orientado al sistema”, ni el
enfoque “orientado al usuario” han considerado el problema epistemológico: ¿cómo están
relacionadas las respuestas a las demandas a diferentes teorías o perspectivas?
Los experimentos Cranfield, fundados en la década de 1950, y los experimentos TREC 6
(Conferencias sobre Recuperación de Textos), que comenzaron en 1992, han sido, entre otros,
muy importantes en la tradición de la RI. Fueron los experimentos Cranfield los que introdujeron
las famosas medidas “recuperación” y “precisión” como criterios para evaluar la eficiencia de los
sistemas. Los experimentos Cranfield encontraron que los sistemas de clasificación, como UDC, y
los sistemas analítico-facetados eran menos eficientes comparados con buscadores de texto libre
o sistemas de indización de bajo nivel (“unitérminos”). El examen Cranfield I arrojó, de acuerdo
con Ellis (1996, p. 3-6) los siguientes resultados:

Unitérminos Recuperación del 82%


Encabezamientos de materia en orden alfabético Recuperación del 81,5%
UDC Recuperación del 75,6%
Esquema de clasificación facetada Recuperación del 73,8%

Aunque estos resultados han sido criticados y cuestionados, la tradición de la RI se volvió


mucho más influyente, al tiempo que la investigación sobre clasificación bibliotecaria perdió
influencia. La tendencia dominante ha sido la de considerar sólo promedios estadísticos. Lo que ha
sido largamente descuidado es preguntar: ¿existen ciertas clases de preguntas en relación a las
cuales otras clases de representaciones, por ejemplo, los vocabularios controlados, pueden
mejorar la recuperación y la precisión?
Julian Warner ha caracterizado la tradición dominante de la RI con la palabra
“transformación de demandas”, aludiendo a la manera en que los sistemas automáticos
transforman las demandas en toda una serie de referencias relevantes. Él contrasta este principio
con lo que denomina “poder de selección”, un principio que, según afirma, ha sido valorado en el
trabajo bibliotecario tradicional (cf., Warner 2002).
Aunque los tesauros fueron desarrollados en torno a la tradición de la RI, ésta es la
excepción que confirma la regla: el enfoque de la RI puede ser caracterizado como mayormente
escéptico de todas las formas de interpretación humana, indización y clasificación. Su centro de
atención ha estado claramente en la recuperación de texto libre: la suposición de que los textos
contienen toda la información necesaria para recuperarlos. Recientemente, Karen Sparck Jones
(2005) escribió que la (pre)clasificación tradicional está probablemente obsoleta y puede ser
reemplazada por nuevas y prometedoras técnicas, como la recuperación por orden de relevancia.
Si la perspectiva de Sparck Jones es típica del enfoque de la RI, entonces la crítica de esta
perspectiva podría proporcionar la base para un enfoque de la RI alternativo. De hecho, dos
críticas básicas en cuanto a la recuperación por orden de relevancia pueden ser resumidas:

1) La recuperación por orden de relevancia está basada en ciertas premisas sobre


el conocimiento de los usuarios ampliamente inexploradas y que podrían
resultar altamente irreales: si los usuarios no poseen los conocimientos
necesarios para clasificar un campo, no pueden distinguir entre documentos
relevantes e irrelevantes y, en consecuencia, se encuentran incapacitados para
proveer de una recuperación útil.

6
Text Retireval Conferences, por su sigla en inglés. N. del T.

Traducción de Gustavo Liberatore y Victoria De Césare Página 11


Procesamiento de la Información / LICAD

2) La recuperación por orden de relevancia representa relaciones semánticas poco


específicas y claras entre documentos considerados relevantes. ¿Por qué
preferir una clase de sistema que implica relaciones poco específicas, en lugar
de relaciones específicas y controladas por los usuarios?

En conclusión: la tradición de la RI ha estado generalmente basada en supuestos


positivistas: una óptima recuperación puede ser determinada a través de exámenes de
recuperación sin considerar diferentes enfoques o “paradigmas”, y sin considerar al cuerpo de los
textos como una fusión de diversas visiones, cada una asignándole diferentes significados a los
términos. En otras palabras, ha estado mayormente basada en promedios estadísticos,
desatendiendo las investigaciones sobre cómo los diferentes tipos de representaciones y
algoritmos pueden estar al servicio de enfoques e intereses diversos.

El enfoque orientado al usuario

En cierto sentido, todos los acercamientos a la OC coinciden en que la meta a la que todos
los sistemas y procesos están apuntando es satisfacer las “necesidades de información” de los
usuarios. Por ejemplo, investigadores del enfoque analítico-facetado pueden correctamente
declarar que los usuarios se benefician de sistemas bien estructurados, razón por la cual este
enfoque está “orientado al usuario” o es “amigable con el usuario”. Si el término “orientado al
usuario” resulta en una etiqueta significativa para este acercamiento, debe ser definido de forma
más precisa. Necesitamos distinguir, como mínimo, los siguientes significados:

• Organización del conocimiento amigable con el usuario


• Organización del conocimiento orientada al mercado
• Organización del conocimiento basada en estudios empíricos para usuarios
• Organización del conocimiento realizada por usuarios (ej. La reciente
tendencia de las folksonomías)

La mejor manera para definir este enfoque es probablemente por medio del método:
sistemas basados en enfoques orientados al usuario deben especificar cómo está construido el
diseño de dicho sistema en base a estudios empíricos de usuarios.

Los estudios de usuarios demostraron muy tempranamente que los usuarios prefieren
sistemas de búsqueda verbal, en oposición a los sistemas basados en clasificaciones notacionales.
Este es un ejemplo de un principio derivado de estudios empíricos de usuarios. Adeptos a las
clasificaciones notacionales pueden, por supuesto, aún esgrimir argumentos: que las notaciones
están bien definidas y que los usuarios pueden perder información importante al no considerarlas.

Con el fin de considerar la función de los estudios empíricos de usuarios, puede ser
fructífero tener en cuenta el desarrollo de los sistemas biológicos. Mishler (2000) nos provee de
un resumen histórico sobre este campo:

Traducción de Gustavo Liberatore y Victoria De Césare Página 12


Procesamiento de la Información / LICAD

Períodos históricos en los sistemas biológicos


1) Pre-historia. Clasificación popular.
2) Grecia Antigua a través de Lineo: Esencialismo. *
3) Sistema natural. Semejanza general; “importancia”. *
4) Darwin. Inclusión del lenguaje evolucionario. (Sólo un efecto superficial por un largo tiempo, cf.
6).
5) Fonética numérica. Inclusión de las computadoras. (Sólo un efecto superficial).
6) Filogenia sistemática. (Cladística). [Un acercamiento tardío de Darwin] *
7) [Sistemática basada en análisis de ADN]
*discutido por Mishler (2000) como las primeras verdaderas revoluciones en la base conceptual de la
sistemática.

La tabla muestra cómo la “clasificación popular” fue sucedida por una clasificación
esencialista de Aristóteles a Lineo, luego por una clasificación natural [fundada por de Jussieu] y
más tarde por la filogenia sistemática y los análisis de ADN. En consecuencia, de acuerdo con este
resumen la clasificación popular representó un periodo pre-científico. Uno puede preguntar: ¿las
clasificaciones basadas en información empírica de los usuarios pueden gozar del mismo estatus
que posee la clasificación popular (i.e., para representar una forma pre-científica de la
organización del conocimiento)? ¿encuentran los adeptos a las visiones orientadas al usuario que
es mejor basar los sistemas de clasificación para bibliotecas y bases de datos bibliográficas en
clasificaciones populares y estudios de usuarios en lugar de hacerlo en métodos científicos?

Es extraño que alguien parezca creerlo. ¿Son los aficionados quienes supuestamente
tienen más conocimientos? En algunos casos, por supuesto, puede ser difícil encontrar expertos
entre los investigadores establecidos. En el caso de la música, los investigadores no han
considerado la música popular sino hasta hace poco tiempo, y los expertos debieron ser
encontrados en otros círculos, por ejemplo, entre periodistas y los usuarios mismos. Incluso en ese
caso, es probable que no sea el usuario común quién sepa sobre conceptos de género relevantes,
sino algunos expertos entre los usuarios. Dicho esto, debe admitirse que algunos investigadores
serios sí consideran a las clasificaciones populares iguales a las clasificaciones científicas (Dupre
2006).

Hjørland (2007a) descubrió que el enfoque orientado al usuario parece haber eliminado el
estudio de los documentos y que algunas problemáticas sobre el “paradigma bibliográfico” han
manifestado críticas. Los enfoques orientados al usuario son usualmente contrastados con el
enfoque “conducido por el sistema”, el cual está nuevamente asociado a los experimentos de
Cranfield:

“Teóricamente, el modelo Cranfield depende casi por completo del atractivo, pero
problemático concepto de la relevancia. Además, dos supuestos clave subyacen al modelo
Cranfield: los usuarios desean recuperar documentos relevantes a partir de sus consultas y
no quieren ver documentos no relevantes entre los resultados, y la relevancia de los
documentos es una propiedad objetivamente discernible del documento. Ninguna de estas
dos suposiciones ha resistido el paso del tiempo, la experiencia y al análisis agudo.” (Hildreth
2001).

Traducción de Gustavo Liberatore y Victoria De Césare Página 13


Procesamiento de la Información / LICAD

La pregunta de si la “relevancia de un documento es una propiedad objetivamente


discernible del documento” es un asunto epistemológico, el cual, de acuerdo con Hildreth (2001),
es percibida de manera diferente en los experimentos Cranfield y en la tradición orientada el
usuario. Ambas tradiciones han, sin embargo, ignorado casi totalmente las teorías epistemológicas
y, así, confundido el concepto de “usuarios” y el concepto de “subjetividad”: en los estudios de
usuarios, el análisis de los usuarios y su psicología, y el análisis de la subjetividad en diferentes
perspectivas del conocimiento están mezclados. En los experimentos Cranfield, la relevancia era
evaluada por expertos en la materia, mientras que el enfoque orientado al usuario utilizaba
usuarios para realizar la evaluación (usualmente utilizando las mismas medidas de recuperación y
precisión). Es correcto que Cranfield, al aplicar evaluaciones expertas, esperara que el sistema
proveyera de referencias relevantes para todos los usuarios, i.e. teniendo en cuenta un tipo de
usuario estándar. Sin embargo, en el enfoque orientado al usuario esto no es muy diferente. Los
algoritmos son generalmente construidos en base al promedio de los estudios de usuarios. Lo que
ha sido ignorado por ambas tradiciones es el desarrollo de diferentes representaciones de los
mismos documentos en función de los perfiles de los diferentes usuarios. Ambas tradiciones están
arraigadas al pensamiento positivista según el cual una representación es factible de ser objetiva,
neutral y de “talla única”.

Los enfoques bibliométricos

Estos enfoques están primariamente basados en el uso de referencias bibliográficas para


organizar redes de artículos, principalmente por medio del apareo bibliográfico (introducido por
Kessler, 1963) o del análisis co-citacional (sugerido independientemente por Marshakova, 1973, y
Small, 1973). En años recientes, interpretar los mapas bibliográficos como las estructuras de los
campos de investigación se ha vuelto una actividad popular.

Dos consideraciones son importantes al momento de tomar en cuenta el acercamiento de


los enfoques bibliométricos hacia la OC:

1) El nivel de profundidad de la indización está parcialmente determinado por el número


de términos asignados a cada documento. En la indización de citas esto corresponde al
número de referencias dadas en un determinado artículo. En promedio, los artículos
científicos contienen 10-15 referencias, lo cual provee de un nivel de profundidad
bastante alto.
2) Las referencias, que funcionan como puntos de acceso, son provistas por los más
notables expertos en la materia: los expertos que escriben en las revistas líderes. Este
grado de pericia es mucho mayor al que los catálogos de biblioteca y las bases de datos
bibliográficas son capaces de hacer uso.

Las principales ventajas y desventajas de este enfoque se encuentran resumidas en la


figura 1.

Traducción de Gustavo Liberatore y Victoria De Césare Página 14


Procesamiento de la Información / LICAD

Figura 1. Referencias bibliográficas como entradas de índice / puntos de acceso de materias.


Ventajas Desventaja
• Las citas son provistas por especialistas en la • La relación entre las citas y las materias es
materia altamente calificados. indirecta y, de alguna forma, poco clara
• El número de referencias refleja la (relacionado a la diferencia entre la
profundidad y especificidad de la indización organización social del conocimiento y la
(en artículos científicos, el promedio es de organización intelectual del conocimiento).
cerca de 10 referencias por artículo). • No provee de una estructura lógica clara con
• La indización de citas es una forma clases exhaustivas y, al mismo tiempo,
altamente dinámica de representación de exclusivas y colectivas.
materias. • No provee de relaciones semánticas
• Las referencias están distribuidas en explícitas.
artículos, lo cual permite la utilización de la • La mención de nombres conocidos y otras
estructura de dichos artículos en la formas de citación imprecisa pueden causar
interpretación contextual de las citas. ruido.
• Los artículos científicos constituyen una
clase de sistema auto-coordinado.

La cobertura de información es un problema importante en el enfoque bibliométrico. Los


mapas bibliométricos son extremadamente vulnerables a la manera en que son seleccionadas las
revistas. No existen formas objetivas y neutrales de seleccionar revistas como fuente de
información para realizar análisis bibliométricos. Si, por ejemplo, Organización del Conocimiento
(Knowledge Organization) es excluida de LIS, entonces, los investigadores en clasificación como
Ranganathan estarán relativamente infrarepresentados, porque ellos están más frecuentemente
citados en esta revista. Esto no implica, sin embargo, que la bibliometría es totalmente subjetiva y
arbitraria. Al trabajar con diferentes métodos y al hacer investigaciones reiterativas, fuertes
argumentos pueden ser esgrimidos en lo que a la cobertura de información concierne.

Schneider (2004) descubrió que los métodos bibliométricos pueden ser usados para
proveer a los tesauros de términos candidatos. Los mapas bibliométricos pueden, sin embargo, ser
considerados una herramienta de organización del conocimiento en sí mismos; una que puede
complementar a los tesauros, puedan éstos o no “verificarlos”. Los mapas bibliométricos típicos
muestran redes de cooperación entre autores, mientras que los tesauros muestran enlaces
ontológicos. Analíticamente, podemos hacer una distinción entre la organización intelectual del
conocimiento y la organización social del conocimiento, y puede ser discutido que la bibliometría
está más cerca del polo social. Los métodos bibliométricos pueden, así, proveer de información
complementaria que resulta útil en sí misma.

El enfoque analítico de dominio (AD)

El enfoque analítico de dominio es un enfoque formulado a principios de los años 90 como


una alternativa a la visión cognitiva dominante en LIS. Aquí, será presentada más específicamente
como una alternativa a los otros enfoques de la OC discutidos previamente.

Traducción de Gustavo Liberatore y Victoria De Césare Página 15


Procesamiento de la Información / LICAD

El análisis de dominio comprende una postura sociológico-epistemológica. La indización de


un documento dado debería reflejar las necesidades de un determinado grupo de usuarios o un
determinado propósito. En otras palabras, cualquier descripción o representación de un
documento dado es más o menos apropiada para la culminación de ciertas tareas. Una descripción
no es nunca objetiva o neutral, y la meta no consiste en estandarizar descripciones o en
confeccionar una descripción de una vez y para siempre destinada a grupos diversos.

El desarrollo de la biblioteca danesa “KVINFO” puede servir como un ejemplo


que ilustra el punto de vista analítico de dominio.

“KVINFO” fue fundada por la bibliotecaria y escritora Nynne Koch, y su historia


retrocede a 1965. Nynne Koch estaba empleada en la Biblioteca Real de Copenhague
(Royal Library de Copenhagen), en una posición que no tenía ninguna influencia en la
selección de libros. Estaba interesada en los estudios de las mujeres y comenzó
personalmente a recolectar, en la Biblioteca Real, fichas de catálogo impresas de
libros que fueran considerados relevantes para el estudio. Desarrolló un sistema de
clasificación para esta materia. Luego, pasó a encabezar “KVINFO” y consiguió un
presupuesto para la adquisición de libros y revistas y, más tarde, “KVINFO” se
convirtió en una biblioteca independiente. El punto de vista más importante a nivel
teórico es que la Biblioteca Real tenía un catálogo oficial sistemático de alto nivel.
Normalmente, se da por hecho que tal catálogo es capaz de identificar libros
relevantes para los usuarios, cualquiera sea su orientación teórica. Este ejemplo
demuestra, sin embargo, que para un grupo específico de usuarios (estudiantes
femeninas), era importante poseer una forma alternativa de organizar las fichas de
catálogo. En otras palabras: diferentes puntos de vista necesitan diferentes sistemas
de organización.

AD es el único enfoque de la OC que ha examinado seriamente asuntos epistemológicos


en el campo, i.e. comparando diferentes supuestos hechos en diversos abordajes de la OC y
examinando las preguntas vinculadas a la subjetividad y la objetividad en la OC. La subjetividad no
es sólo las diferencias individuales. Esas diferencias son de importancia menor porque no pueden
ser usadas como guías para la OC. Lo que resulta significativo son las visiones colectivas
compartidas por muchos usuarios. Una forma de subjetividad compartida por muchos usuarios
está vinculada a las posiciones filosóficas. En cualquier campo del conocimiento, la diversidad de
visiones está siempre en juego. En el arte, por ejemplo, las diferentes perspectivas del arte están
siempre presentes. Dichas perspectivas determinan cómo se ven las obras de arte, qué se escribe
sobre las obras de arte, cómo las obras de arte son dispuestas en las exposiciones, y cómo los
escritos sobre arte son organizados en las bibliotecas (ver Ørom 2003). En general, puede
afirmarse que las diferentes posiciones filosóficas sobre cualquier asunto tienen implicancias en
cuanto a los criterios de relevancia, a las necesidades de información y a los criterios de
organización del conocimiento.

La representación de un documento se realiza con el fin de hacer posible que los usuarios
lleven a cabo discernimientos relevantes. El documento debería ser mirado con los ojos de los
usuarios potenciales. En una biblioteca feminista, por ejemplo, un libro debería ser indizado
anticipando cómo podría éste contribuir a la escolaridad femenina. Esto podría sonar extraño,
pero en muchas situaciones esto resulta obvio, es lo que naturalmente se haría. En la literatura,

Traducción de Gustavo Liberatore y Victoria De Césare Página 16


Procesamiento de la Información / LICAD

esta visión es conocida como “indización orientada por la demanda”. El núcleo de la indización es,
tal como lo afirmaron Rowley & Farrow (2000, 99), la evaluación de la contribución que un artículo
hace al conocimiento, para indizarlo acorde a ello. O, en palabras de Hjørland (1992, 1997), la
indización de su potencial informativo. Una manera más simple de decirlo: el indizador debería
preguntar “¿qué uso puede tener este documento en particular en relación a otros documentos?”.

“Con el fin de lograr una indización consistente, el indizador debe poseer una
apreciación meticulosa de la estructura de la materia y de la naturaleza de la
contribución que el documento está brindando al progreso del conocimiento.” (Rowley
& Farrow 2000, p. 99).

“Las materias de un documento son su potencial informativo” (Hjørland 1992,


1997).

La clase de información que es juzgada relevante para una tarea dada depende de la teoría
de la persona que emite el juicio. Si uno cree que la esquizofrenia es causada por una
comunicación problemática entre madre e hijo, entonces los estudios sobre interacción familiar
son evaluados como relevantes. Si, por otro lado, uno cree que la esquizofrenia es causada por
factores genéticos, entonces el estudio de los genes se vuelve más relevante. Los criterios
utilizados para representar documentos son, en principio, los mismos criterios que se encuentran
implícitos en las teorías científicas actuales. (Es por eso que los índices de citación, con su
extremadamente dinámica manera de indizar, tienen una ventaja).

El punto de vista analítico-facetado toma como punto de partida la terminología de un


campo del conocimiento dado; poco es dicho, sin embargo, sobre cómo dicha terminología es
seleccionada. El análisis dominante reconoce la existencia de un dilema, un problema del tipo
¿qué fue antes, el huevo o la gallina?, un círculo hermenéutico: con el objeto de seleccionar la
terminología, uno necesita tener conocimientos sobre el campo. Pero, con el fin de obtener
conocimientos sobre el campo, uno necesita conocer sus conceptos. La manera en que esto debe
ser resuelto es utilizando métodos reiterativos. El AD asume que los diferentes enfoques (o
“paradigmas”) existen en todos los dominios del conocimiento y, por ello, deben ser identificados.
No se encuentran distribuidos equitativamente en la literatura o entre los usuarios, razón por la
cual las así llamadas muestras representativas no pueden ser utilizadas. (Si fueran usadas, algunas
perspectivas importantes no estarían correctamente representadas). Los diferentes enfoques de
un dominio dado deben ser buscados activamente. Cualquier sistema de organización del
conocimiento está siempre influenciado por alguna posición filosófica. No existen plataformas
neutrales desde las cuales el conocimiento pueda ser organizado. El reto se encuentra en mediar
entre diferentes posturas y en desarrollar argumentos en favor de un punto de vista que
concuerde con las metas y los valores de la organización para la cual el sistema es desarrollado.

Traducción de Gustavo Liberatore y Victoria De Césare Página 17


Procesamiento de la Información / LICAD

3. Algunos conceptos considerados unidades en la OC:


“Documento”, “información”, y “conocimiento”

El ámbito de la organización del conocimiento consiste de una serie de unidades o


entidades a ser organizadas, junto con algunas relaciones entre esas unidades (ej., relaciones
semánticas y relaciones bibliográficas).
Si le echamos un vistazo a un artículo introductorio sobre la organización del conocimiento
como el de Anderson (2003), muchas sugerencias diferentes sobre qué es organizado en la OC son
dadas.

“La descripción (indización) y organización (clasificación) para la recuperación se


realiza sobre mensajes que representan el conocimiento, textos en los cuales el conocimiento
es plasmado, y documentos en los que los textos se encuentran enclavados. El conocimiento
en sí mismo reside en las mentes y los cerebros de las criaturas vivientes.

Su organización para la recuperación vía memoria de corto y largo plazo es un tema


principal de la ciencia cognitiva. La bibliotecología y las ciencias de la información se ocupan
de la descripción y organización de los artefactos (mensajes, textos, documentos) en los que
el conocimiento (incluyendo los sentimientos, las emociones y los deseos) es representado y
compartido con otros. Estos recursos de conocimiento también son frecuentemente
llamados recursos de información. De esta forma, la “organización del conocimiento” en el
contexto de la bibliotecología y las ciencias de la información es una forma resumida de
“organización de recursos de conocimiento”. Esto es generalmente llamado “organización de
la información”.” (Anderson 2003, p. 471; subrayado incluido).

En este artículo, solo 3 de esos términos serán discutidos brevemente: documento,


información y conocimiento.

Documento: la bibliotecología se avoca principalmente a la representación y organización


de libros en estantes y catálogos. La bibliografía incluye artículos y otras clases de documentos
listados en bibliografías. Los archivos organizan “registros”, mientras que los museos organizan
objetos físicos. Los documentalistas crearon un concepto genérico, “documento”, para incluir no
sólo libros, artículos, “registros” y objetos como los globos terráqueos, sino cualquier tipo de
material indizado para servir como cualquier tipo de documentación, incluyendo pinturas, mapas y
globos terráqueos. Incluso los animales fueron considerados documentos (sólo los capturados y
mantenidos en un zoológico). El concepto de documento es importante, pero perdió mucha
influencia con la aparición de las computadoras en los años 1950, aunque recientemente ha
tenido un importante renacimiento.

Información: los científicos en computación anteriormente ignoraron el trabajo conceptual


en los campos de la bibliotecología y la documentación, limitándose a hablar sobre
“almacenamiento y recuperación de información”. Hablar de información en lugar de documentos
puede haber elevado el estatus de las polvorientas profesiones que son la bibliotecología y la
documentación, como sugirió Spang-Hanssen (2001). Intelectualmente, sin embargo, ha traído
mucha confusión y puede haber apartado erróneamente a la OC de su propia base teórica.
Experimentos sobre la “recuperación de información” en las décadas de 1950 y 1960 estuvieron
mayormente apoyados en las bases de datos bibliográficas. La transformación a los medios
electrónicos no cambió la naturaleza de lo que era representado. El uso del término “información”

Traducción de Gustavo Liberatore y Victoria De Césare Página 18


Procesamiento de la Información / LICAD

estaba asociado a la creencia de que la “teoría de la información” de Shannon era la largamente


necesitada respuesta a una teoría que también trataba sobre bibliotecas y comunicación erudita.
Las expectativas no fueron nunca alcanzadas, sin embargo, y los dichos sobre información, más
que sobre documentos, no han fortalecido la base teórica del campo (aunque, por supuesto, la
teoría sobre la información es valiosa en las ciencias de la computación para aplicar frente a
problemas técnicos, como es la medición de la capacidad de almacenamiento de los discos). Los
documentos están más vinculados al concepto y la teoría de la semiótica (el campo de estudio de
los signos), el cual podría resultar ser un marco teórico más fructífero para la OC.

Conocimiento: el término OC tuvo su origen en el ámbito de las bibliotecas. Parece haber


sido establecido alrededor del 1900 por personas como Charles A. Cutter y Ernest Cushington
Richardson, y estabilizado por W. C. Berwick Sayers y Henry Bliss. El libro de Bliss, La organización
del conocimiento y el sistema de las ciencias (1929) (The organization of knowledge and the system
of the sciences) representa una de las mayores contribuciones al campo. Todos estos autores
arguyeron que la clasificación de libros está basada en la organización del conocimiento, tal como
se aprecia en los ámbitos científicos y eruditos. La mejor manera de organizar libros en bibliotecas
(y representaciones de documentos en bibliografías) era haciendo que la clasificación bibliográfica
reflejara una clasificación científica, la cual, a su vez, debía reflejar la naturaleza de la realidad.

Cutter, Bliss, y otros importantes investigadores en clasificación de la segunda mitad del


siglo XIX y la primera del siglo XX se dieron cuenta de que lo que es organizado no puede ser
tomado como una verdad absoluta. Sin embargo, Bliss creía que el conocimiento era
relativamente seguro y verdadero, razón por la cual alguna clase de consenso podía ser
establecido. Debido a esto, Bliss y sus contemporáneos eligieron el término “organización del
conocimiento”, entendiendo “conocimiento” en función de la tradición Platónica como algo
“verificado, verdadero y creído”.
En su prefacio a Bliss (1929), el filósofo John Dewey escribió:
“Para ser efectiva en el lado práctico, una clasificación de libros debe
corresponder a la relación entre las materias de estudio, y esta correspondencia sólo
puede ser asegurada mientras la organización intelectual o conceptual esté basada
sobre el orden inherente de los campos del conocimiento, los cuales, de uno en uno,
reflejan el orden de la naturaleza.” (Dewey 1929, p. viii).

Esta cita está en concordancia con la visión tradicional del conocimiento, la cual lo
establece como un reflejo objetivo de la realidad. Es, sin embargo, una mala representación que
responde a la visión pragmática del conocimiento y de la clasificación de John Dewey, tal como
queda demostrado por otra cita:

“Ninguna persona sensata intenta hacer todo. Él tiene ciertos intereses y


objetivos principales por los cuales lleva adelante un comportamiento coherente y
efectivo. Tener un objetivo es limitar, seleccionar, concentrar, agrupar. Así, una base
es armada para seleccionar y organizar cosas de acuerdo a cómo sus maneras de
actuar están vinculadas a la búsqueda. Los cerezos serán agrupados de maneras
diferentes por carpinteros, horticultores, artistas, científicos y juerguistas. Para la
ejecución de diferentes propósitos, las diferentes formas de actuar y reaccionar son
importantes. Cada clasificación puede ser igualmente sensata cuando se tiene en
mente la diferencia de fines.

Traducción de Gustavo Liberatore y Victoria De Césare Página 19


Procesamiento de la Información / LICAD

Sin embargo, existe un estándar genuinamente objetivo por el bien de las


clasificaciones especiales. Uno impulsará al ebanista a alcanzar su fin, mientras otro lo
enlentecerá. Una clasificación asistirá al botánico en el cumplimiento fructífero de su
trabajo de investigación, y otra lo retardará y confundirá. La teoría teológica de la
clasificación no nos comete, por lo tanto, a la noción de que las clases son puramente
verbales o puramente mentales. La organización no es más meramente nominal o
mental en ningún arte, incluyendo el arte de la indagación, de lo que lo es en una
tienda por departamentos o una estación de trenes. La necesidad de ejecución
abastece a los criterios objetivos. Las cosas deben ser resueltas y arregladas para que
su agrupamiento promueva acciones exitosas. Conveniencia, economía y eficiencia
son las bases de la clasificación, pero estas cosas no están restringidas a la
comunicación verbal con otros, ni a la conciencia interior, sino que son concernientes a
la acción objetiva. Deben tener un efecto en el mundo.
Al mismo tiempo, una clasificación no es una simple transcripción o duplicado
de algún arreglo ya terminado, pre-existente en la naturaleza. Es más bien un
repertorio de armas con las que atacar el futuro y lo desconocido. Para el éxito, los
detalles del conocimiento pasado deben ser reducidos de meros hechos a significados,
cuanto menos, más simples y más extensivos sean, mejor…” (Dewey 1920/1948, p.
151-154).

Esta cita claramente demuestra que John Dewey no aceptó la metáfora del espejo del
conocimiento o, como él mismo lo expresó: “una simple transcripción o duplicado de algún arreglo
ya terminado, pre-existente en la naturaleza”.

Para la OC este asunto es importante. Dos visiones diferentes del conocimiento pueden
ser contrastadas:

1) “Visión positivista”: El conocimiento y la OC como “una simple transcripción o


duplicado de algún arreglo ya terminado, pre-existente en la naturaleza”.
2) “Visión pragmática”: El conocimiento y la OC como una construcción que
intenta lidiar con las necesidades y los intereses humanos.

La visión pragmática del conocimiento está también conectada al “falibilismo”, la visión


que indica que la investigación científica nunca es finalmente probada, que nuevas evidencias
pueden cambiar las convicciones de la ciencia. Como consecuencia, el falibilismo implica la
imposibilidad de entender los documentos como representaciones del conocimiento, tal como
tradicionalmente se entiende. No deberíamos hablar del conocimiento o de la organización del
conocimiento, sino de las declaraciones sobre el conocimiento y de la organización de las
declaraciones sobre el conocimiento. De ello se desprende que cada declaración sobre el
conocimiento esté basada en y conectada a argumentos, teorías y visiones del mundo. Si esto es
reconocido por las personas que llevan adelante la OC, entonces la actividad no está basada en el
“positivismo”.

Traducción de Gustavo Liberatore y Victoria De Césare Página 20


Procesamiento de la Información / LICAD

4. Campos que contribuyen a la organización del conocimiento

La organización del conocimiento no es algo de lo que la Bibliotecología y las Ciencias de la


Información puedan prescindir, considerando la investigación en otros ámbitos, como por
ejemplo, la computación, la lingüística y el procesamiento del lenguaje natural, la teoría del
conocimiento, la teoría de la organización social, etc. En particular, la comprensión de la
naturaleza del conocimiento, la cognición, el lenguaje y la organización social es decisiva para
lograr el entendimiento de la OC y, así, para alcanzar la habilidad de diseñar, evaluar y usar los
procesos y sistemas de organización del conocimiento. Muchos campos pueden tener algún interés
en las preguntas determinantes de la organización del conocimiento o pueden ser considerados
disciplinas relacionadas. Este asunto ya ha sido introducido anteriormente, como por ejemplo, el
rol de la sociología del conocimiento, las ciencias individuales, y la metafísica/ontología.

Unas pocas palabras sobre el concepto de disciplina en relación a este tema: la mayor
parte del conocimiento está hoy en día desparramado en diferentes disciplinas. Las escuelas de
Bibliotecología han tradicionalmente formado bibliotecarios y especialistas en información, las
escuelas de lenguas con fines específicos han formado traductores, las escuelas de negocios han
formado gestores de información, las escuelas de computación han formado programadores, etc.
En diversas formas, mucho de lo que han estado trabajando se basa en el mismo tipo de
conocimiento teórico. Su división ha supuesto un problema en lugar de proveer de un desarrollo
fructífero para dichos campos por separado. Esta revista (knowledge organization) a veces publica
información relacionada al campo de la Terminología, pero ésta es una excepción que confirma la
regla de que ambos campos se encuentran separados. En cada disciplina, existe la necesidad de
clarificar su teoría sobre los problemas fundamentales del conocimiento, la cognición, la
comunicación, el lenguaje y la organización social, los cuales son comunes a todas estas
disciplinas.

Nuestra revista, knowledge organization, tiene por subtítulo: Revista internacional.


Abocada a la Teoría conceptual, la Clasificación, la Indización, y la Representación del
Conocimiento. Cada uno de estos campos puede ser estudiado desde perspectivas diferentes. En
primer lugar, pueden ser estudiados desde perspectivas disciplinarias diferentes. Los conceptos,
por ejemplo, pueden ser estudiados por la psicología, la lingüística, la filosofía, la sociología, la
inteligencia artificial, etc. Cada uno de estos campos tiende a enfatizar diferentes aspectos de los
conceptos. Al mismo tiempo, sin embargo, cada uno de esos campos lucha con los mismos
problemas fundamentales en relación a la naturaleza de los conceptos. En segundo lugar, hay
teorías básicas (epistemológicas) de los conceptos que son comunes a todos esos campos, y que
dentro de cada uno compiten por una posición. Es este nivel epistemológico el que resulta más
importante. Si una teoría fuerte es desarrollada a este nivel, todas las disciplinas involucradas se
beneficiarán de una manera muy importante.

Consideremos a la lingüística como un ejemplo. Primero, la lingüística es una disciplina que


estudia el lenguaje, pero el lenguaje es también estudiado, por ejemplo, por la psicología y la
sociología. La lingüística debería ser muy importante para la LIS y la OC debido a lo dominante de
los textos en las bibliotecas, y debido a que la mayor parte de las actividades de intermediación
están basadas en el lenguaje. El caso es, sin embargo, que la investigación en lingüística es
raramente citada en la literatura de la LIS (cf., Warner 1991). ¿A qué se debe esto?

Traducción de Gustavo Liberatore y Victoria De Césare Página 21


Procesamiento de la Información / LICAD

El influyente experto en computación, Gerald Salton, expresó su pesimismo en relación a


la utilidad de la lingüística en las Ciencias de la Información. En palabras del lingüista y experto en
información danés, Henning Spang-Hanssen:

“En esta conexión es importante darse cuenta de que los puntos de vista, que han
dominado dentro de la lingüística en los últimos 10-15 años especialmente en EEUU (i.e. la
escuela de la gramática generativa de Noam Chomsky), no han tenido una influencia
práctica que valga la pena mencionar en relación al procesamiento del lenguaje natural. En
su fundamento teórico y en sus tecnicismos (como la escritura de reglas en forma
algorítmica) existen importantes similitudes entre la gramática generativa y el
procesamiento electrónico de datos. El procesamiento del lenguaje natural, sin embargo,
parece aún depender en la práctica de las categorías tradicionales de la gramática y de los
diccionarios. Esto demuestra, en mi opinión, que los problemas vinculados a la
automatización de los textos – en oposición a los problemas vinculados a la automatización
de los cálculos matemáticos – son fundamentales y, en consecuencia, no pueden ser
eliminados por las versiones de la lingüística orientadas a la computación.
Comparto con Gerald Salton su pesimismo sobre la utilidad de la lingüística moderna
vinculada a la documentación automatizada. Sin embargo, Salton parece identificar a la
lingüística con la lingüística moderna estadounidense, y así, pierde el conocimiento que fue
obtenido antes de que la gramática generativa evolucionara, o el que fue ganado en otros
países como Escandinavia”. (Spang-Hanssen 1974, 17, traducido al inglés por BH).

A fin de entender la relación entre la lingüística y la LIS es importante comprender que


ambos campos están influenciados por visiones epistemológicas cambiantes y por tendencias
interdisciplinarias. La epistemología es simplemente una manera más profunda de entender
ambos campos. Desafortunadamente, esta situación se hace más dificultosa para todas las partes,
incluyendo a la Organización del Conocimiento. Con el objetivo de desvincularnos de los ámbitos
relacionados, como la lingüística, simplemente tenemos que encontrar una metateoría
satisfactoria antes de hacerlo. En línea con lo que fue escrito anteriormente en este artículo,
considero que dicha metateoría debe estar vinculada al pragmatismo.

Conclusión

La Organización del Conocimiento es uno entre muchos campos contemporáneos que


intentan jugar un papel en los ambientes futuros de la comunicación y el intercambio de
conocimiento. Entre los competidores se encuentran la Gestión del Conocimiento y la Informática.
Mucho conocimiento puede ser compartido entre estos ámbitos, pero no por ello deja de ser
importante que cada uno desarrolle una identidad clara y una historia propia. La OC ha estado
particularmente conectada a la LIS, y ha apuntado a apoyar actividades de aprendizaje e
investigación, las cuales pueden ser uno de los pilares en los que fundar el campo. La Organización
del Conocimiento puede tener una base teórica valiosa en lo que a la teoría del conocimiento se
refiere, y esta puede ser la razón por la cual nosotros deberíamos incorporar esta etiqueta como
nombre de nuestro campo.

Traducción de Gustavo Liberatore y Victoria De Césare Página 22


Procesamiento de la Información / LICAD

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