0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
2 vistas1 página
El documento discute estrategias para mejorar la calidad de vida y enfrentar la destrucción ambiental en México. Señala que el modelo neoliberal ha creado gran inequidad y exclusión. Para abordar esto, se han llevado a cabo ejercicios de asociativismo local-regional con éxito variable, usando principalmente el concepto de capital social. Generar proyectos que mejoren las condiciones de vida mediante el empoderamiento regional y la participación de las comunidades locales es fundamental.
El documento discute estrategias para mejorar la calidad de vida y enfrentar la destrucción ambiental en México. Señala que el modelo neoliberal ha creado gran inequidad y exclusión. Para abordar esto, se han llevado a cabo ejercicios de asociativismo local-regional con éxito variable, usando principalmente el concepto de capital social. Generar proyectos que mejoren las condiciones de vida mediante el empoderamiento regional y la participación de las comunidades locales es fundamental.
El documento discute estrategias para mejorar la calidad de vida y enfrentar la destrucción ambiental en México. Señala que el modelo neoliberal ha creado gran inequidad y exclusión. Para abordar esto, se han llevado a cabo ejercicios de asociativismo local-regional con éxito variable, usando principalmente el concepto de capital social. Generar proyectos que mejoren las condiciones de vida mediante el empoderamiento regional y la participación de las comunidades locales es fundamental.
En la presentación del coloquio REGIONES: CONSTRUYENDO SOCIEDAD EN
EL SIGLO XXI que organizó el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM en el 2007 se abrió la discusión para buscar las estrategias que pudieran mejorar la calidad de vida y enfrentar la destrucción del medio ambiente en el México. En la etapa que lleva el modelo Neoliberal, se ha notado una gran inequidad, desigualdad, injusticia y una depredación creciente que colocan, del lado de la exclusión, a agregados poblacionales cada vez mayores. Para enfrentar tal situación de adversidad, a lo largo de los últimos decenios se han llevado a efecto una serie de ejercicios de asociativismo en distintos puntos del territorio nacional. Se ha tratado en su mayoría de ejercicios local-regionales con mayor o menor continuidad y con mayor o menor éxito en los objetivos que se han planteado. En ellos han participado actores sociales de distinta índole. Quienes han animado, asesorado, estudiado o participado en estos ejercicios se han servido preferentemente de la concepción de capital social. A modo de conclusión: A mi parecer entender la estructura social, facilita la organización, sin embargo, hay factores del mismo sistema que rompe la misma formación. “Es el territorio en general con todos sus habitantes y su medio ambiente el foco de preocupación y no solamente el fortalecer en términos de capital social a una empresa o al conjunto de empresas de un determinado ramo. El objetivo está claro, mejorar la caridad de vida, la estrategia es generar campos sociales medios, y de su empoderamiento, desde los que sea posible plantear la generación-retención de lo que podemos llamar con el genérico de energía para contrarrestar a los poderes del capital y de la esfera estatal-política. El papel que tienen las instituciones y las universidades para la construcción de proyectos “pro- regiones” es fundamental, las fallas de las décadas pasadas es creer que la implementación de los proyectos se debía de hacer desde el exterior, sin tomar en cuenta las propuestas interiores y la construcción de un piso social (la participación y el empoderamiento de las personas que habitan esas regiones medias, cuencas, áreas urbanas, etcétera, y que deben ser receptoras privilegiadas y animadoras de esos proyectos).
Por último, la reconstrucción social dependería de la generación de colectivos
sociales en espacios intermedios, entornos manejables para los seres sociales no profesionalizados: la autonomía regional, la democracia participativa, la organización vecinal; colectivos empoderados en el plano social, capaces de entablar relaciones de igualdad y respeto hacia las fuerzas que vienen de su exterior y capaces de entablar también, en su interior, relaciones de respeto y equidad entre los actores que componen esos espacios intermedios en empoderamiento.