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Giraffa

camelopardalis
especie de mamífero

La jirafa (Giraffa camelopardalis) es una


especie de mamífero artiodáctilo, de la
familia Giraffidae propio de África. Es la
más alta de todas las especies de
animales terrestres existentes, ya que
puede alcanzar una altura de 5,8 m y un
peso que varía entre 750 y 1600 kg.[2] ​
Jirafa

Estado de conservación

Vulnerable (UICN 3.1)[1] ​
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Mammalia
Orden: Artiodactyla
Familia: Giraffidae
Género: Giraffa
Especie: G. camelopardalis
Linnaeus, 1758
Distribución

Distribución de la jirafa, dividida por


subespecies.
Subespecies

Véase texto

Están adaptadas de forma única para


alcanzar una vegetación inaccesible para
otros herbívoros. Sus vasos sanguíneos
inusualmente elásticos y las válvulas
especialmente adaptadas ayudan a
compensar la acumulación repentina de
sangre (para evitar desmayos, claramente)
cuando las cabezas de las jirafas se
levantan, bajan o se balancean
rápidamente.

Su área de distribución es dispersa y se


extiende desde Chad en África Central,
hasta Sudáfrica en el sur, y desde Níger en
el oeste hasta Somalia en el este. Por lo
general habita en sabanas, pastizales y
bosques abiertos. Se alimenta
principalmente de las hojas de la acacia,
que ramonea en alturas inaccesibles para
la mayoría de los demás herbívoros. Las
jirafas adultas son depredadas por leones,
y las crías de las jirafas también por
leopardos, hienas manchadas y perros
salvajes. Las jirafas adultas no tienen
fuertes vínculos sociales, aunque se
agrupan en manadas abiertas y sueltas
sin llegar a estar moviéndose en la misma
dirección general. Los machos establecen
una jerarquía social, mediante duelos
conocidos como «necking», un combate
en el cual utilizan el cuello y la cabeza
como arma. Solo los machos dominantes
pueden acoplarse con las hembras; solo
las hembras se dedican a la cría de los
terneros.

El nombre común «jirafa» y primer término


del nombre binominal Giraffa proviene del
árabe ‫( الزرافة‬ziraafa o zurapha), que
significa «alta». El segundo término que da
nombre a la especie camelopardalis
proviene del griego καμηλοπάρδαλη
camelopardale y del latín camelopardalis,
que significa «camello leopardo».

Julio César introdujo la primera jirafa en


Europa traída de sus campañas en Asia
Menor y Egipto, donde conoció a
Cleopatra. Sin tener claro qué animal era,
los romanos la bautizaron cameleopardo,
un cruce entre camello y leopardo,
convirtiéndose en el nombre científico que
se utiliza hasta hoy.

Por su apariencia peculiar, la jirafa fue una


fuente de fascinación en diversas culturas,
tanto antiguas como modernas, y apareció
con frecuencia en pinturas, libros y dibujos
animados. En 2016, la UICN pasó de
clasificarla como una especie bajo
preocupación menor a clasificarla como
una especie vulnerable, al observarse una
disminución de la población de hasta el
40 % en el período 1985-2015.[3] [4]
​ ​Sin
embargo, todavía existe un gran número
de jirafas en los parques nacionales y
reservas de caza.

Etimología
El nombre de «jirafa» tiene sus orígenes
más antiguos conocidos en la palabra
árabe zarafa (‫)زرافة‬, y posiblemente en
alguna lengua africana.[5] ​El nombre se
traduce como «caminante rápido».[6] ​La
palabra árabe se derivó posiblemente de
geri, el nombre somalí del animal.[7] ​La
forma italiana, giraffa, surgió en la década
de 1590.[5] ​Hubo varias grafías diferentes
en inglés medio, como jarraf, ziraph, y
gerfauntz.[5] ​La forma del inglés moderno,
giraffe,[8] ​se desarrolló en torno a 1600 a
partir del francés girafe.[5] ​El nombre
específico de la especie, camelopardalis,
viene del latín.[9] ​

Otros nombres africanos para la jirafa


incluyen Kameelperd (afrikáans),[10] ​ekorii
(Ateso), kanyiet (elgon), nduida (gikuyu),
tiga (kalenjin y luo), ndwiya (kamba),
nudululu (kihehe), ntegha (kinyaturu),
ondere (lugbara), etiika (luhya), kuri (ma'di),
oloodo-kirragata o olchangito-oodo
(masái), lenywa (meru), hori (pare), lment
(samburu) y twiga (suajili y otros) en el
este;[11]: 313 
​ y tutwa (lozi), nthutlwa
(shangaan), indlulamitsi (siswati), thutlwa
(sesoto), thuda (venda) y ndlulamithi (zulú)
en el sur.[10] ​

Taxonomía y evolución

Esqueleto montado de Shansitherium del Museo de Historia Natural de Pekín.

La jirafa pertenece al suborden


Ruminantia, y muchos Ruminantia fueron
descritos desde mediados del Eoceno en
Asia Central, el Sudeste de Asia y América
del Norte. Las condiciones ecológicas
durante este período pueden haber
facilitado su rápida dispersión.[12] ​Junto
con el okapi, la jirafa es una de las dos
especies existentes de la familia
Giraffidae. Anteriormente la familia fue
mucho más amplia, ya que cuenta con
más de diez géneros fósiles descritos. Sus
parientes más cercanos conocidos son
los climacocerátidos, ahora extintos.
Estos, junto con la familia Antilocapridae
(cuya única especie existente es el
berrendo), pertenecen a la superfamilia
Giraffoidea. Estos animales evolucionaron
durante el Mioceno a partir de la familia
extinta Palaeomerycidae en el centro-sur
de Europa, hace ocho millones de
años.[12] ​

Aunque algunos jiráfidos antiguos, como


Sivatherium, tenían cuerpos masivos y
compactos, otros, como Giraffokeryx,
Palaeotragus —el posible ancestro del
okapi—, Samotherium y Bohlinia eran más
alargados.[12] ​Bohlinia penetró en China y
el norte de la India en respuesta al cambio
climático. A partir de ahí evolucionó el
género Giraffa, que entró en África hace
aproximadamente siete millones de años.
Otros cambios climáticos causaron la
extinción de las jirafas de Asia, mientras
que las jirafas de África sobrevivieron,
desarrollándose en varias nuevas
especies. G. camelopardalis surgió hace
aproximadamente un Ma en África oriental
durante el Pleistoceno.[12] ​Algunos
biólogos sugieren que la jirafa moderna
desciende de G. jumae;[13] ​otros
mantienen que G. gracilis es un candidato
más probable.[12] ​Se cree que el principal
motor de la evolución de las jirafas fue la
transformación de extensos bosques a
hábitats más abiertos, un proceso que
comenzó hace ocho Ma.[12] ​Algunos
investigadores plantearon la hipótesis de
que el nuevo hábitat conllevó una dieta
diferente, incluyendo las hojas de Acacia,
lo que puede haber expuesto los
antepasados de la jirafa a toxinas que
causaron altas tasas de mutación y una
mayor velocidad de evolución.[14] ​

La jirafa fue descrita por primera vez en


1758 por Carlos Linneo, quien le dio el
nombre binomial Cervus camelopardalis.
Morten Thrane Brünnich clasificó el
género Giraffa en 1772.[15] ​En el siglo xix,
Jean-Baptiste Lamarck sugirió que el largo
cuello de la jirafa es una «característica
adquirida», desarrollada cuando
generaciones de jirafas ancestrales se
esforzaron por alcanzar las hojas de
árboles altos.[16] ​Esta teoría fue
finalmente rechazada, y los científicos
creen ahora que el cuello de la jirafa se
alargó por la selección natural darwiniana,
es decir que jirafas ancestrales con
cuellos largos tenían una ventaja
competitiva que les permitió reproducirse
mejor y transmitir sus genes con mayor
éxito.[16] ​

Subespecies
«Rangos geográficos aproximados, patrones del pelaje, y vínculos filogenéticos entre algunas subespecies de la jirafa a
partir de secuencias de ADN mitocondrial. Los puntos coloridos en el mapa representan localidades de muestreo. El árbol
filogenético es un filograma de máxima verosimilitud sobre la base de muestras de 266 jirafas. Los asteriscos a lo largo
de las ramas corresponden a valores de nodos con un soporte bootstrap de más de 90%. Las estrellas en la punta de las
ramas identifican haplotipos parafiléticos encontrados en las jirafas masái (G. c. tippelskirchi) y reticulada (G. c.
reticulata)».[17] ​

Hasta 2016 reconocían hasta nueve


subespecies. Un análisis del ADN nuclear
y mitocondrial mostró "claramente" que
las jirafas no pertenecen a una sola
especie, sino a cuatro especies
diferentes.[18] ​Las especies y sus
subespecies, considerando el más
reciente estudio genético,[18] ​serían las
siguientes (con estimaciones de población
que datan de 2010):

Giraffa camelopardalis
La jirafa nubiana, G. c.
camelopardalis,[19] ​es la subespecie
nominal que se encuentra en el
oriente de Sudán del Sur y el
suroeste de Etiopía. Se cree que
menos del 250 ejemplares viven en
estado salvaje, aunque este número
es incierto.[20] ​Es raro en cautiverio,
aunque existe un grupo en el
zoológico de Al Ain en Emiratos
Árabes Unidos.[21] ​En 2003, este
grupo contaba 14 miembros.[22] ​
La jirafa de Kordofán, G. c.
antiquorum,[19] ​tiene una
distribución que incluye el sur de
Chad, el norte de Camerún,
República Centroafricana, y el
noreste de la República
Democrática del Congo.
Anteriormente, las poblaciones de
Camerún se incluían en G. c. peralta,
pero esto fue incorrecto.[23] ​Se
estima que esta subespecie tiene
una población de menos de 3000
en estado salvaje.[20] ​Existió una
confusión considerable entre ésta
subespecie y G. c. peralta respecto
al número en cautiverio en los
parques zoológicos. En el año 2007,
se comprobó que todos los
presuntos G. c. peralta en los
zoológicos europeos, eran en
realidad G. c. antiquorum.[23] ​
Tomando en cuenta esta
corrección, cerca de 65 son
mantenidos en zoológicos.[24] ​
La jirafa de África Occidental, G. c.
peralta,[19] ​también conocida como
jirafa de Níger o jirafa de Nigeria,[25] ​
es endémica del suroeste de
Níger.[1] ​Menos de 220 ejemplares
permanecen en estado salvaje.[20] ​
Anteriormente se creía que las
jirafas del norte de Camerún
pertenecían a esta subespecie, pero
se comprobó que en realidad
pertenecen a G. c. antiquorum.[23] ​
Este error dio lugar a alguna
confusión sobre su estatus en los
zoológicos, pero en 2007, se
estableció que todos los «G. c.
Peralta» en los zoológicos europeos
son en realidad G. c. antiquorum.[23] ​
La jirafa de Rothschild, G. c.
rothschildi[19] ​que lleva el nombre
de Walter Rothschild,[19] ​se conoce
también como jirafa de Baringo o
jirafa de Uganda y su área de
distribución incluye partes de
Uganda y Kenia.[1] ​Su presencia en
el sur de Sudán es incierta.[26] ​Se
estima que menos de 700
permanecen en estado salvaje,[20] ​y
más de 450 se encuentran en
cautiverio en zoológicos.[24] ​
Giraffa reticulata
La jirafa reticulada, G. r.
reticulata,[18] ​también conocida
como la jirafa Somalia, es originaria
del noreste de Kenia, sur de Etiopía,
y Somalia. Se estima que quedan
menos de 5000 en estado
salvaje,[20] ​y según los registros del
Sistema Internacional de
Información sobre Especies, más
de 450 se encuentran en
zoológicos.[24] ​
Giraffa tippelskirchi
La jirafa Masái, G. t. tippelskirchi,[18] ​
también conocido como la jirafa del
Kilimanjaro, habita en el centro y
sur de Kenia y Tanzania. Se estima
que menos de 40 000 permanecen
en estado salvaje,[20] ​y cerca de
100 son mantenidos en
zoológicos.[24] ​
La jirafa de Zambia, G. t.
thornicrofti,[18] ​también conocida
como jirafa de Thornicroft así
nombrado en honor de Harry Scott
Thornicroft,[19] ​se limita al valle de
Luangwa en el este de Zambia. Se
estima que menos de 1500
permanecen en estado salvaje,[20] ​y
ninguno en los parques
zoológicos.[24] ​
Giraffa giraffa
La jirafa de Sudáfrica, G. g.
giraffa,[18] ​se encuentra en el norte
de Sudáfrica, el sur de Botsuana, el
sur de Zimbabue, y el suroeste de
Mozambique. Se estima que menos
de 12 000 permanecen en estado
salvaje,[20] ​y alrededor de 45 se
mantienen en zoológicos.[24] ​
La jirafa de Angola o jirafa de
Namibia, G. g. angolensis,[18] ​se
encuentra en el norte de Namibia, al
suroeste de Zambia, Botsuana, y el
oeste de Zimbabue. Un estudio
genético de 2009 de esta
subespecie indica que las
poblaciones en el norte del desierto
de Namib y Parque nacional Etosha
constituyen una subespecie
distinta.[27] ​Se estima que menos
de 20 000 ejemplares permanecen
en estado salvaje;[20] ​y alrededor de
20 se encuentran en los
zoológicos.[24] ​
La jirafa de África occidental es considerada en peligro de extinción.

Las subespecies de la jirafa se distinguen


por los patrones de su pelaje. La jirafa
reticulada y la jirafa Masái representan
dos extremos por la forma de las
manchas de su pelaje. La primera tiene
manchas con formas redondeadas,
mientras que la segunda las tiene
dentadas.[28] ​La anchura de las líneas que
separan las manchas difieren también. La
jirafa de África Occidental tiene líneas
gruesas, mientras que la jirafa reticulada y
la nubiana tienen líneas más delgadas.[11] ​
: 321–22  La jirafa de África Occidental
también tiene un pelaje más claro que las
demás subespecies.[11]: 322 

Un estudio de 2007 sobre la genética de


seis subespecies —las jirafas de África
Occidental, Rothschild, reticulada, Masái,
Angola y Sudáfrica— ya sugería que
pueden tratarse de especies distintas en
vez de subespecies. Basándose en la
deriva genética en la ADN mitocondrial
(ADNmt) y nuclear, el estudio deduce que
las jirafas de estas poblaciones se
encuentran en aislamiento reproductivo y
no suelen entrecruzarse, a pesar de que no
existen obstáculos naturales de acceso
entre las poblaciones.[17] ​Esto incluye las
poblaciones adyacentes de las jirafas
Rothschild, reticulada y Masái. La jirafa
Masái también puede componerse de
algunas especies separadas por el Gran
Valle del Rift. Las jirafas reticulada y Masái
tienen la mayor diversidad de ADN
mitocondrial, lo que es coherente con el
hecho de que las jirafas se originaron en
África oriental. Las poblaciones más
septentrionales evolucionaron a partir de
la primera, mientras que las poblaciones
meridionales evolucionaron a partir de
esta última. Las jirafas parecen elegir
parejas con el mismo tipo de pelaje, el
cual se define cuando son terneros.[17] ​
Las implicaciones de estos hallazgos para
la conservación de las jirafas fueron
resumidas por David Brown, el autor
principal del estudio, quien afirmó a la BBC
que «Agrupar todas las jirafas en una
especie, oculta la realidad de que algunos
tipos de jirafa están al borde [de la
extinción]. Algunas de estas poblaciones
sólo cuentan unos cientos de animales y
necesitan protección inmediata».[29] ​

Según ese estudio la jirafa de África


Occidental está más estrechamente
relacionada con las jirafas de Rothchild y
reticulada que a la jirafa de Kordofán. Sus
ancestros pueden haber migrado desde el
este hacia el norte de África y luego hacia
su actual rango debido al desarrollo del
desierto del Sahara. Durante el Holoceno,
el lago Chad, en su estado más extenso,
puede haber actuado como una barrera
natural entre las jirafas de Kordofán y las
de África Occidental.[23] ​

Anatomía y morfología
Véase también: Commons:Category:Giraffa camelopardalis anatomy
La cabeza de una jirafa en el Zoológico de Melbourne.

Esqueleto de la jirafa en exhibición en el Museo de Osteología, Oklahoma City, Oklahoma.

Las jirafas adultas pueden alcanzar una


altura de 5–6 m; los machos adultos son
más grandes que las hembras.[15] ​El
macho adulto tiene un peso promedio de
1192 kg, y la hembra un promedio de 828
kg.[30] ​A pesar de su largo cuello y largas
patas, el cuerpo es relativamente corto.[31] ​
: 66  Los ojos, situados en ambos lados de
la cabeza, son grandes y saltones y le dan
una buena visión integral desde su gran
altura.[32]: 25 
​ Puede distinguir colores[32] ​
: 26  y sus sentidos del oído y olor también
son agudos.[16] ​Para protegerse contra las
tormentas de arena y las hormigas, puede
cerrar sus orificios nasales musculares
.[32]: 27 
​ Tiene una lengua prensil que mide
unos 50 cm de largo. Es de color púrpura-
negro, posiblemente para protegerla
contra las quemaduras solares, y se utiliza
para agarrar el follaje, así como para el
aseo y la limpieza de la nariz del
animal.[32]: 27 
​ El labio superior también es
prensil y se utiliza durante la recolección
de follaje. Los labios, la lengua y el interior
de la boca son cubiertos de papilas que
dan protección contra las espinas.[15] ​

(video) Un par de jirafas en el Zoológico de Tobu en Saitama, Japón.

El pelaje tiene parches o manchas oscuras


—que pueden ser de color naranja,
castaño, marrón o casi negro[16] ​—
separados por pelo claro, generalmente de
color blanco o crema.[16] ​Los machos se
vuelven más oscuros a medida que
envejecen.[28] ​El patrón del pelaje sirve
como camuflaje, ya que se integre con los
patrones de luz y sombra de los bosques
de sabana.[12] [19]
​ ​La piel debajo de las
manchas oscuras son sitios para sistemas
complejos de vasos sanguíneos y grandes
glándulas sudoríparas, y pueden servir
como ventanas para la
termorregulación.[33] ​La piel de una jirafa
es mayormente gris.[30] ​También es
gruesa y permite desplazarse por bosques
de arbustos espinosos sin lastimarse.[32] ​
: 34  El pelaje puede servir como una
defensa química, dado que los repelentes
de parásitos que contiene dan al animal un
olor característico. El pelaje contiene por
lo menos 11 productos químicos
aromáticos, aunque indol y 3-metilindol
son responsables de la mayor parte del
olor. Como las machos tienen un olor más
fuerte que las hembras, es posible que el
olor también tenga una función sexual.[34] ​
A lo largo del cuello tiene una melena de
pelos cortos y erectos.[15] ​La cola mide un
metro y termina en un largo mechón de
pelo oscuro que sirve como defensa
contra los insectos.[32]: 36 

Cráneo y osiconos

Ambos sexos tienen osiconos, estructuras


prominentes que se parecen a cuernos; se
forman a partir de cartílago osificado, y
son cubiertos de piel y fusionados con el
cráneo en los huesos parietales.[28] ​Como
están vascularizados, los osiconos
pueden tener algún papel en la
termorregulación,[33] ​y también se utilizan
en los duelos entre los machos.[35] ​La
apariencia de los osiconos permite
distinguir el sexo o la edad de una jirafa:
los osiconos de las hembras y los jóvenes
son delgados y tienen un pequeño
penacho de pelo en la parte superior,
mientras que los osiconos de los machos
adultos terminan en perillas y tienden a
ser calvos en la parte superior.[28] ​Una
protuberancia mediana, más acentuada en
los machos, emerge de la parte delantera
del cráneo.[15] ​Los machos desarrollan
depósitos de calcio que forman
protuberancias en el cráneo a medida que
envejecen.[16] ​Cuenta con múltiples senos
craneales lo que resulta en un cráneo más
ligero.[31]: 70 
​ Sin embargo, los cráneos de
los machos se vuelven más pesados y
más parecido a un palo de golf cuando
envejecen, lo que les ayuda a ser más
dominantes en el combate.[28] ​La
mandíbula superior tiene un paladar
ranurado y carece de dientes frontales.[32] ​
: 26  Los molares tienen una superficie
rugosa.[32]: 27 

Patas, locomoción y postura

Metacarpianos de una jirafa del osario del Zoológico de Buenos Aires comparados con pies humanos.

Las patas delanteras y traseras de una


jirafa tienen aproximadamente la misma
longitud. El radio y cúbito de las patas
delanteras están articulados por el carpo
que funciona como una rodilla, aunque es
estructuralmente equivalente a la muñeca
humana.[36] ​El pie tiene un diámetro de 30
cm, y el casco es 15 cm de alto en los
machos y 10 cm en las hembras.[32]: 36 
​ La
parte trasera de los cascos es baja y el
espolón se encuentra cerca del suelo, lo
que permite que el pie soporte el peso del
animal.[15] ​Carece de glándulas
interdigitales. La pelvis, aunque es
relativamente corta, tiene un ilion
extendido en los extremos superiores.[15] ​

Solo tiene dos andaduras: caminar y


galopar. Caminar se hace moviendo las
patas simultáneamente en un lado del
cuerpo, y a continuación hacer lo mismo
en el otro lado.[28] ​Al galope, las patas
traseras se mueven alrededor de las patas
delanteras antes de que los últimos se
mueven adelante,[16] ​y mantiene la cola
acurrucada.[28] ​Mientras está galopando,
depende de los movimientos hacia delante
y hacia atrás de la cabeza y del cuello para
mantener el equilibrio y contrarrestar el
impulso.[11]: 327–29 
​ Puede alcanzar una
velocidad máxima de hasta 60 km/h sobre
distancias cortas,[37] ​y puede sostener
una velocidad de 50 km/h sobre una
distancia de varios kilómetros.[38] ​

Descansa acostándose con su cuerpo


sobre la parte superior de sus patas
dobladas.[11]: 329 
​ Para acostarse, se
arrodilla sobre sus patas delanteras y
luego baja el resto de su cuerpo. Para
ponerse de pie, se pone primero de
rodillas y extiende sus patas traseras para
elevar sus cuartos traseros. Finalmente
endereza sus patas delanteras. A cada
paso, balancea su cabeza.[32]: 31 
​ En
cautiverio duerme intermitentemente
alrededor de 4,6 horas por día,
principalmente por la noche.[39] ​Por lo
general duerme acostado, aunque se
registraron casos en que duerme de pie,
particularmente entre jirafas de edad
avanzada. Cuando acostado, tiene breves
fases intermitentes de «sueño profundo»,
que se caracterizan por doblar el cuello
hacia atrás para descansar la cabeza
sobre la cadera o el muslo, una posición
que, según se cree, indica sueño
paradójico.[39] ​Si la jirafa quiere agacharse
para beber, o bien extiende lateralmente
sus patas delanteras, o dobla sus
rodillas.[28] ​Las jirafas probablemente no
serían buenos nadadores porque sus
largas patas serían muy engorrosas en el
agua,[40] ​aunque es posible que puedan
flotar.[41] ​Al nadar, el tórax se lastraría por
el peso de las patas delanteras, por lo que
sería difícil que el animal pueda mover su
cuello y sus patas en armonía[40] [41]
​ ​o
mantener su cabeza por encima de la
superficie del agua.[40] ​
Cuello

Un macho adulto alimentándose en lo alto de una acacia.

La jirafa tiene un cuello muy alargado que


puede alcanzar hasta 2 m de longitud y
que representa la mayor parte de la altura
vertical del animal.[32]: 29 
​ La longitud del
cuello es el resultado de un alargamiento
desproporcionado de las vértebras
cervicales, y no se debe a vértebras
adicionales. Cada vértebra cervical tiene
una longitud de más de 28 cm.[31]: 71 

Representan 52-54% de la longitud de la
columna vertebral de la jirafa; en
comparación, un 27-33% es típico de los
grandes ungulados similares, incluyendo
el más cercano pariente vivo de la jirafa, el
okapi.[14] ​El alargamiento del cuello ocurre
principalmente después del nacimiento, ya
que las hembras tendrían dificultades de
dar a luz a crías con las mismas
proporciones del cuello que las jirafas
adultas.[42] ​La cabeza y el cuello son
sostenidos por un ligamento nucal y
músculos grandes que están anclados por
largas espinas dorsales en la vértebra
torácica anterior, dando al animal una
joroba.[15] ​

Las vértebras del cuello tienen rótulas.[31] ​


: 71  La articulación atlas–axis (C1 y C2) en
particular permite que la jirafa pueda
inclinar la cabeza verticalmente para
alcanzar las ramas más altas con la
lengua.[32]: 29 
​ El punto de articulación
entre las vértebras cervicales y torácicas
de las jirafas ha sido desplazado hacia la
primera y segunda vértebra torácica (T1 y
T2), a diferencia de la mayoría de los
demás rumiantes, donde la articulación se
encuentra entre la séptima vértebra
cervical (C7) y T1.[14] [42]
​ ​Esto permite que
C7 contribuye directamente al aumento de
la longitud del cuello y ha dado lugar a la
sugerencia de que T1 es realmente C8, y
que las jirafas añadieron una vértebra
cervical adicional.[43] ​Sin embargo, esta
proposición no es generalmente aceptada,
dado que T1 tiene otras características
morfológicas, tales como la articulación
de una costilla, considerado diagnóstico
de vértebras torácicas, y porque las
excepciones al límite de siete vértebras
cervicales entre los mamíferos suelen
caracterizarse por un aumento de
anomalías neurológicas y
enfermedades.[14] ​

Existen dos hipótesis principales sobre el


origen evolutivo y la conservación de la
elongación en el cuello de la jirafa.[35] ​La
«hipótesis de la competición entre
ramoneadores» fue originalmente
sugerida por Charles Darwin, y solo
recientemente fue cuestionada. Esta
hipótesis sugiere que la presión
competitiva entre los ramoneadores más
pequeños, como kudu, steenbok e impala,
alentó a la elongación del cuello en la
jirafa, ya que permitió acceso a alimentos
fuera del alcance de especies
competidoras. Esta ventaja es real,
considerando que las jirafas se alimentan
de follaje hasta una altura de 4,5 m,
mientras que los competidores más
grandes, como el kudu, solo logran
ramonear hasta una altura de 2 m.[44] ​
También existen investigaciones que
sugieren que hay una intensa competencia
entre ramoneadores en los niveles más
bajos, y que las jirafas se alimentan de
forma más eficiente —ganando más
biomasa de hojas con cada bocado—
cuando se alimentan en las partes altas
del dosel.[45] [46]
​ ​Sin embargo, los
científicos no están de acuerdo acerca del
tiempo que las jirafas dedican a
alimentarse a niveles más allá del alcance
de los demás ramoneadores,[13] [35]
​ [44]
​ [47]
​ ​
y un estudio de 2010 encontró que las
jirafas adultas con cuellos más largos
incluso sufrieron tasas de mortalidad más
altas durante sequías que sus
contrapartes con cuellos más cortos. Este
estudio sugiere que para mantener un
cuello más largo se requiere más
nutrientes, lo que pone las jirafas con
cuellos largos en riesgo durante un
periodo de escasez de alimentos.[48] ​

La segunda teoría principal, la hipótesis de


la selección sexual, propone que los
largos cuellos evolucionaron como una
característica sexual secundaria, ya que
confiere una ventaja a los machos durante
los combates con los cuellos —en inglés:
necking, véase abajo— mediante los
cuales se establece el dominio entre los
machos rivales, lo que permite obtener
acceso a las hembras sexualmente
receptivas.[13] ​El hecho de que los cuellos
son más largos y más pesados en los
machos que en las hembras de la misma
edad,[13] [35]
​ ​y que los machos no utilizan
otras formas de combate, parece apoyar
esta teoría.[13] ​Sin embargo, una objeción
es que la teoría no explica por qué las
hembras también tienen cuellos largos.[49] ​
La familia Giraffidae solo cuenta con dos
especies; debido al característico cuello
largo de la jirafa estudios genómicos han
intentado explicar dicha particularidad en
las jirafas. Al obtener la secuencia de los
dos miembros de dicha familia y a través
del análisis comparativo con otros
mamíferos euterios, se identificaron 70
genes que presentan múltiples signos de
adaptación de la jirafa. Estos genes
codifican reguladores del desarrollo óseo,
cardiovascular y nervioso.[50] ​

En otro estudio se alinearon las


secuencias de las dos especies de la
familia Giraffidae con las del ganado
bovino (Bos taurus). El resultado fue que el
largo cuello de la jirafa es probablemente
el resultado de mutaciones en dos
conjuntos de genes, uno de esos grupos
controlando los patrones de expresión
génica durante el desarrollo del cuello, y el
otro grupo controlando la expresión de
factores de crecimiento.[50] ​

A su vez también se vinculó un número de


genes relacionados con la evolución de un
sistema cardiovascular más potente para
hacer frente al problema de un cuello más
largo que también necesita el paso de
sangre. Es por esto que la jirafa tiene
algunos de los problemas fisiológicos más
difíciles. Pero dichas adaptaciones o
soluciones de la naturaleza en especial en
lo referente a su sistema circulatorio
puede ser útil para el tratamiento de las
enfermedades cardiovasculares y la
hipertensión en los seres humanos.[50] ​

Sistemas internos

Una jirafa agachándose para beber. Un rete mirabile (red maravillosa) previene un exceso del flujo sanguino al cerebro
cuando baja el cuello.
En los mamíferos, el nervio recurrente
laríngeo izquierdo es más largo que el
derecho; en la jirafa es más de 30 cm más
largo. Estos nervios son más largos en la
jirafa que en cualquier otro animal vivo;[51] ​
el nervio izquierda tiene una longitud de
más de 2 m.[52] ​Cada célula nerviosa en
esta conducción se inicia en el tronco
cerebral y pasa por el cuello a lo largo del
nervio vago, y luego se ramifica en el
nervio recurrente laríngeo que pasa de
nuevo por el cuello hasta la laringe. Por lo
tanto, estas células nerviosas tienen una
longitud de casi 5 m en las jirafas más
grandes.[51] ​La estructura del cerebro de
una jirafa se asemeja a la del ganado
doméstico.[32]: 31 
​ La forma del esqueleto
solo permite un volumen de pulmón
pequeño en relación con su masa.[53] ​Su
largo cuello le da una gran volumen de
espacio muerto, a pesar de su estrecha
tráquea. Estos factores aumentan la
resistencia al flujo de aire. No obstante, el
animal puede suministrar suficiente
oxígeno a sus tejidos.[53] ​

La boca de la jirafa al beber.


El sistema circulatorio de la jirafa tiene
varias adaptaciones para su gran altura.
Su corazón, que puede pesar más de 11 kg
y que mide aproximadamente 61 cm de
largo, debe generar aproximadamente el
doble de la presión sanguínea requerida
para un ser humano para mantener el flujo
de sangre al cerebro. Por lo tanto, la pared
del corazón puede ser tan gruesa como
7,5 cm.[16] ​A 150 latidos por minuto, la
jirafa tiene un pulso cardiaco
inusualmente alto para su tamaño.[31]: 76 

En la parte superior del cuello, un sistema
de regulación de la presión, conocido
como rete mirabile, previene el exceso del
flujo de sangre al cerebro cuando la jirafa
baja su cabeza.[19] ​Las venas yugulares
también contienen varias válvulas (por lo
general siete) para prevenir que la sangre
fluya hacia la cabeza desde la vena cava
inferior y aurícula derecha, cuando la jirafa
baja la cabeza.[54] ​En cambio, los vasos
sanguíneos en las patas inferiores están
bajo gran presión (debido al peso del
fluido que está presionando hacia abajo).
Para resolver este problema de
sobrepresión, la piel de las extremidades
inferiores es espesa y apretada; esta
adaptación previene un exceso de sangre
en las patas.[19] ​
La jirafa tiene músculos esofágicos
inusualmente fuertes para poder
regurgitar alimentos del estómago hasta
el cuello y en la boca para rumiar.[31]: 78 
​ Al
igual que otros rumiantes, tiene un
estómago de cuatro cámaras, de las
cuales la primera está adaptada a su dieta
especializada.[15] ​Los intestinos de la
jirafa tienen una longitud de 80 m[15] ​y la
proporción entre el intestino pequeño y
grueso es relativamente pequeña.[55] ​El
hígado es pequeño y compacto.[31]: 76 
​ Una
vesícula biliar está generalmente presente
durante la vida fetal, pero puede
desaparecer antes del nacimiento.[15] [56]
​ ​
[57] ​
Comportamiento y ecología

Hábitat y alimentación

Una jirafa extendiendo su lengua para alimentarse. La lengua, los labios y el paladar son lo suficientemente resistentes
para lidiar con las espinas afiladas de los árboles.
Una jirafa comiendo una zanahoria

Las jirafas habitan generalmente en


sabanas, pastizales y bosques abiertos.
Prefieren bosques abiertos de Acacia,
Commiphora, Combretum y Terminalia en
vez de entornos más densos, como los
bosques de Brachystegia.[11]: 322 
​ La jirafa
de Angola suele habitar en ambientes
desérticos.[58] ​Ramonea las ramas de los
árboles, con una preferencia para los
árboles de los géneros Acacia,
Commiphora, y Terminalia,[6] ​que son
fuentes importantes de calcio y proteínas
necesario para la tasa de crecimiento de la
jirafa.[12] ​También se alimenta de
arbustos, hierbas y frutas.[11]: 324 
​ Come
alrededor de 34 kg de follaje
diariamente.[28] ​Cuando esta estresada,
puede masticar la corteza de ramas.
Aunque es herbívora, se ha observado a
jirafas que visitan a las carcasas de
animales muertos para lamer la carne
seca de los huesos.[11]: 325 

La altura les brinda una importante ventaja
en su alimentación, ya que no compiten
con otro tipo de fauna para acceder a la
vegetación. Solo los elefantes más
grandes podrían alcanzar las hojas más
altas de los árboles de acacia, pero esto
no representa un conflicto que afecte los
hábitos de alimentación de ambas
partes.[59] ​

Durante la estación lluviosa, la comida es


abundante y las jirafas son más dispersas,
mientras que durante la estación seca, se
concentran alrededor de los árboles y
arbustos de hoja perenne restantes.[6] ​Las
madres tienden a alimentarse en zonas
abiertas, probablemente para facilitar la
detección de depredadores, a pesar de
que esto puede reducir la eficiencia de
alimentación.[47] ​Como rumiante, la jirafa
primero masca su alimento, se lo traga
para su procesamiento y luego pasa
visiblemente el bolo alimenticio medio
digerido hasta el cuello y en la boca para
masticarla nuevamente.[31]: 78–79 
​ Es
común que saliva cuando se alimenta.[32] ​
: 27  La jirafa requiere menos alimento que
muchos otros herbívoros, porque el follaje
que consume contiene una mayor
concentración de nutrientes y porque tiene
un sistema digestivo más eficiente.[6] ​Las
heces se presentan en forma de pequeñas
bolitas.[15] ​Cuando cuenta con acceso al
agua, bebe a intervalos no superior a tres
días.[28] ​

Las jirafas tienen un efecto notable sobre


los árboles que utilizan para alimentarse,
lo que retrasa el crecimiento de los
árboles jóvenes durante varios años y crea
una característica «cintura» en los árboles
más altos.[28] ​La alimentación se
concentra principalmente durante las
primeras y últimas horas del día. Entre
estas horas suele estar de pie rumiando.
La rumiación es también la actividad
dominante durante la noche, cuando se
practica principalmente acostado.[28] ​
Macho montando una hembra. Por lo general solo los machos dominantes logran aparearse.

Vida social y reproducción

Por lo general las jirafas se encuentran en


grupos, aunque son grupos abiertos cuya
composición tiende a cambiar
constantemente.[60] ​Tienen pocos
vínculos sociales fuertes y las
agrupaciones suelen cambiar de
miembros cada pocas horas. Para fines de
investigación, el «grupo» fue definido
como «un conjunto de individuos que se
encuentran a menos de un kilómetro de
distancia y que se mueve en la misma
dirección general».[61] ​El número de jirafas
en un grupo puede variar hasta incluir
32 individuos.[60] ​Los grupos más
estables son los que están compuestos de
las madres y sus crías,[61] ​que pueden
permanecer juntas durante semanas o
incluso meses.[62] ​La cohesión social en
estos grupos se mantiene a través de los
lazos que se forman entre las crías.[11] ​
: 330  [61] ​También ocurren grupos mixtos
compuestos de hembras adultas y
machos jóvenes.[61] ​Los machos
subadultos son particularmente sociales y
participan en peleas simuladas. Sin
embargo, a medida que crecen los
machos se vuelven más solitarios.[62] ​Las
jirafas no son territoriales,[15] ​aunque
tienen un área de vida.[28] ​Ocasionalmente
los machos vagan lejos de las zonas que
frecuentan normalmente.[11]: 329 

La reproducción es largamente polígama:


unos machos mayores se aparean con las
hembras fértiles. Los machos evalúan la
fertilidad probando la orina de la hembra
para detectar estro en un proceso de
varios pasos conocido como la respuesta
Flehmen.[61] [62]
​ ​Los machos prefieren
hembras adultas jóvenes en vez de
hembras menores o adultas mayores.[61] ​
Cuando detecta a una hembra en celo, el
macho intentará cortejarla. Durante el
cortejo, el macho dominante mantendrá a
distancia a los machos subordinados.[62] ​
Durante la cópula, el macho se coloca en
sus patas traseras con la cabeza arriba y
sus patas delanteras descansando en los
flancos de la hembra.[28] ​

Aunque por lo general son silenciosas y no


vocales, las jirafas pueden utilizar varios
sonidos para comunicarse entre ellas.
Durante el cortejo, los machos emiten
toses fuertes.[28] ​Las hembras llaman a
sus crías con mugidos. Las crías emiten
resoplidos, balidos, mugidos y sonidos
parecidos a maullidos. Las jirafas también
producen sonidos como roncas, siseos,
gemidos y silbidos;[28] ​a largas distancias
se comunican entre ellas utilizando
infrasonido.[63] ​

Parto y cuidado parental


Hembra y terneros alimentándose. Son sobre todo las hembras que cuidan las crías, y que pueden agruparse en manadas
de crías.

Tras una gestación que dura 400-460 días,


la hembra normalmente da a luz a una
sola cría, aunque en raras ocasiones
pueden nacer gemelos.[64] ​La hembra da a
luz de pie. El ternero emerge primero con
la cabeza y las patas delanteras, después
de romper las membranas fetales, y cae al
suelo, cortando el cordón umbilical.[15] ​
Luego la madre limpia el recién nacido y le
ayuda a ponerse de pie.[32]: 40 

Una jirafa recién nacida tiene una altura de


aproximadamente 1,8 m. A las pocas
horas de nacer, la cría puede correr y es
casi indistinguible de un ternero de una
semana de edad. Sin embargo, durante las
primeras 1 a 3 semanas, pasa la mayor
parte del tiempo escondiéndose;[65] ​el
patrón de su pelaje proporciona un
camuflaje adecuado. Dentro de pocos días
después de nacer se ponen erectos los
osíconos, que permanecieron planas
mientras estaba en el útero.[28] ​

Las hembras con crías suelen agruparse


en manadas de crías, ramoneando y
moviéndose juntas. Ocasionalmente,
algunas hembras en una manada de crías
pueden dejar a sus crías con otra hembra
mientras se alimentan y beben en otro
lugar. Esto se conoce como «guardería de
jirafas».[65] ​Los machos adultos no
desempeñan un papel notable en la
crianza de los jóvenes,[11]: 337 
​ aunque
parecen tener interacciones amistosas.[61] ​
Los terneros están en riesgo de
depredación, y una hembra permanecerá
encima de su ternero y dará patadas al
depredador que se acerca.[28] ​Las
hembras que vigilan los terneros en una
guardería de jirafas solo alertarán a sus
propias crías si detectan una perturbación
o peligro, aunque los demás terneros se
darán cuenta y la seguirán también.[65] ​El
vínculo entre la hembra y su cría varía,
aunque puede durar hasta el siguiente
parto.[65] ​Así mismo, los terneros pueden
mamar por tan solo un mes[11]: 335 
​ o hasta
un año.[28] [62]
​ ​Las hembras alcanzan la
madurez sexual cuando tienen cuatro
años de edad, mientras que los machos
maduran a los cuatro o cinco años. Sin
embargo, los machos tienen que esperar
hasta que tengan por lo menos siete años
para ganar la oportunidad de
aparearse.[28] [32]
​ : 40 

Los machos se dedican al duelo de cuellos (necking) para establecer el dominio.


Esgrima de pescuezos

Los machos utilizan sus cuellos o


pescuezos como armas en el combate
con rivales, un comportamiento conocido
en inglés como «necking». El combate de
cuellos se utiliza para establecer el
dominio entre los machos; los machos
que ganan estos duelos tienen mayor éxito
reproductivo.[13] ​Este comportamiento se
produce a baja o alta intensidad. En
duelos de baja intensidad, los
combatientes se frotan y se apoyan con el
cuello el uno contra el otro. El macho que
logra mantenerse más erecto gana el
duelo.[28] ​En duelos de alta intensidad, los
machos extenderán sus patas delanteras y
pivotarán el cuello para golpear el otro con
gran fuerza con sus osiconos. Los
contendientes tratarán de esquivar los
golpes de cada uno y luego prepararse
para contrarrestar. La fuerza de los golpes
depende del peso del cráneo y el arco de
la oscilación.[28] ​Un duelo puede durar
más de media hora, dependiendo del
equilibrio de fuerzas entre los
contendientes.[11]: 331 
​ Aunque la mayoría
de los duelos no resulta en lesiones
graves, existen registros de fracturas de
mandíbulas, fracturas de cuellos e incluso
muertes.[13] ​
Después de un duelo, es común que los
dos machos se acaricien y cortejen,
conduciendo a la monta y al clímax. Se
descubrió que tal interacción entre
machos ocurre con mayor frecuencia que
el acoplamiento heterosexual.[66] ​En un
estudio, se registró que hasta un 94% de
los incidentes de monta ocurrieron entre
machos. La proporción de las actividades
del mismo sexo variaba de 30 hasta 75%.
Solo 1% de los incidentes de monta del
mismo sexo se produjo entre hembras.[67] ​
Mortalidad y salud

Leona con una jirafa como presa.

Las jirafas tienen una esperanza de vida


de hasta 25 años en estado salvaje,[19] ​
excepcionalmente longeva en
comparación con otros rumiantes,[68] ​
Debido a su tamaño, su buena vista y sus
poderosas patadas, las jirafas adultas por
lo general no están sujetas a la
depredación.[28] ​Sin embargo, pueden ser
depredadas por leones, e incluso son
presas habituales para ellos en el Parque
nacional Kruger.[69] ​Los cocodrilos del
Nilo también pueden representar una
amenaza para las jirafas cuando se
agachan para beber.[32]: 31 
​ Los terneros
son mucho más vulnerables que los
adultos, y son también depredados por
leopardos, hienas manchadas y perros
salvajes.[16] ​Entre un cuarto y la mitad de
los terneros alcanzan la edad adulta.

Para prevenir ataques de depredadores


terrestres mientras beben, las jirafas
viajan en pequeños grupos y se turnan
para agacharse. Una o dos de ellas se
encargan de mirar a diferentes direcciones
mientras las otras permanecen inclinadas
bebiendo líquido. Al terminar, es su turno
de vigilar. Ante ataques de cocodrilos no
hay mucho que puedan hacer, pues al
recibir una mordedura en el cuello, el
cuerpo pierde equilibrio hacia adelante.[59] ​

Las jirafas se ven afectadas por diferentes


parásitos. A menudo son anfitriones de
garrapatas, especialmente en el área
alrededor de los genitales donde la piel es
más delgada que en otras áreas.[15] ​Las
especies de garrapatas que comúnmente
se alimentan de las jirafas pertenecen a
los géneros Hyalomma, Amblyomma y
Rhipicephalus. Las jirafas dependen de
aves como el picabueyes piquigualdo y
picabueyes piquirojo para librarlos de las
garrapatas y alertarlos al peligro. Las
jirafas albergan numerosas especies de
parásitos internos y son susceptibles a
diversas enfermedades. Fueron víctimas
de la peste bovina, una enfermedad viral
(ahora erradicada).[15] ​
Relación con el hombre

Historia y significado cultural

Arte rupestre san en Namibia representando una jirafa.

Los seres humanos interactuaron con las


jirafas durante milenios. El pueblo san del
sur de África tienen bailes medicinales
con los nombres de algunos animales; el
baile de la jirafa se realiza para tratar
dolencias de la cabeza.[70] ​El origen de la
altura de la jirafa ha sido el tema de varios
cuentos africanos,[13] ​incluyendo uno que
relata que la jirafa creció por comer
demasiadas hierbas mágicas.[71] ​Las
jirafas fueron representadas en el arte
tradicional en todo el continente africano,
incluyendo el de los kifianos, egipcios,
meroíticos y nubios.[32]: 45–47 
​ Los kifianos
crearon un grabado rupestre de dos jirafas
de tamaño natural el cual ha sido
caracterizado como el «más grande
petroglifo de arte rupestre del mundo».[32] ​
: 45  [72] ​Los egipcios dieron su propio
jeroglífico a la jirafa, llamado «sr» en
egipcio antiguo y «mmy» en períodos
posteriores.[32]: 49 
​ También mantuvieron
jirafas como mascotas y las enviaron a
varios sitios en la región del
Mediterráneo.[32]: 48–49 

Pintura de una jirafa importada en China durante la dinastía Ming.

La jirafa también se conocía en la Antigua


Grecia y Antigua Roma, donde se creía que
se trataba de un híbrido natural de un
camello y un leopardo y lo llamaron
camelopardalis.[32]: 50 
​ La jirafa fue uno de
los muchos animales capturados y
exhibidos por los romanos. La primera
jirafa en Roma fue traída por Julio César
en 46 a. C. y exhibida al público.[32]: 52 
​ Con
la caída del imperio romano, disminuyó
también el número de jirafas alojadas en
Europa.[32]: 54 
​ Durante la Edad Media, los
europeos solo conocieron las jirafas
mediante el contacto con los árabes, que
veneraron a la jirafa por su aspecto
peculiar.[16] ​
En 1414, una jirafa fue enviado de Malindi
a Bengala. Luego fue llevada a China por
el explorador Zheng He y colocada en un
zoológico de la Dinastía Ming. El animal
fue una fuente de fascinación para el
pueblo chino, que la asoció con el mítico
Qilin.[32]: 56 
​ La «jirafa de Medici» era una
jirafa presentada a Lorenzo de Medici en
1486. Causó gran agitación a su llegada a
Florencia.[73] ​Otra jirafa famosa era la que
fue traída de Egipto a París a principios del
siglo xix como regalo de Mehmet Alí de
Egipto a Carlos X de Francia. La jirafa se
convirtió en una sensación y el objeto de
numerosos memorativos o
«giraffanalia».[32]: 81 

Las jirafas continúan teniendo una
presencia en la cultura moderna. Salvador
Dalí las representó con crines
conflagrados en algunas de sus pinturas
surrealistas. Dalí consideró la jirafa un
símbolo de masculinidad, y una jirafa en
llamas representaba un «monstruo
cósmico y apocalíptico masculino».[32]: 123 

Varios libros para niños incluyen la jirafa,
tales como The Giraffe Who Was Afraid of
Heights por David A. Ufer, Giraffes Can't
Dance de Giles Andreae, y La jirafa, el
pelícano y el mono de Roald Dahl. Las
jirafas aparecieron en películas de
animación, como personajes menores en
El Rey León y Dumbo de Disney, y en un
papel más prominente en las películas The
Wild y Madagascar. Sofía la jirafa ha sido
popular como mordedor para niños desde
1961. Otra famosa jirafa de ficción es la
mascota de Toys "R" Us conocida como
Geoffrey la jirafa.[32]: 127 
​ La jirafa es
también el animal nacional de
Tanzania.[74] ​

La jirafa fue también utilizada para


algunos experimentos y descubrimientos
científicos. Los científicos analizaron las
propiedades de la piel de la jirafa para
desarrollar trajes para astronautas y
pilotos de combate[31]: 76 
​ porque las
personas en estas profesiones corren el
riesgo de perder el conocimiento si la
sangre fluye hacia las patas. Los
científicos en computación modelaron los
patrones del pelaje de varias subespecies
de la jirafa utilizando mecanismos de
reacción-difusión.[75] ​

La constelación de Camelopardalis,
introducida en el siglo xvii, representa una
jirafa.[32]: 119–20 
​ El pueblo tsuana de
Botsuana consideró a la constelación Crux
como dos jirafas: Acrux y Mimosa
representando un macho, y Gacrux y Delta
Crucis representando una hembra.[76] ​
Explotación y estado de conservación

Una jirafa cazada por nativos a principios del siglo xx.

Las jirafas eran probablemente objetivos


comunes para cazadores a lo largo de
África.[11]: 337 
​ Las diferentes partes del
cuerpo se utilizaron para varios
propósitos.[15] ​La carne fue utilizada
como alimento. Los pelos de la cola
sirvieron como matamoscas, pulseras,
collares e hilo.[11]: 337 
​ [15] ​La piel se utilizó
para fabricar escudos, sandalias y
tambores, y los tendones sirvieron como
cuerdas de los instrumentos
musicales.[15] ​Los curanderos de Buganda
utilizaron el humo de la quema de piel de
jirafa para el tratamiento de hemorragias
nasales.[11]: 337 
​ En el pueblo de los Humr
de Sudán se consume la bebida Umm
Nyolokh, que se hace del hígado y médula
ósea de jirafas. Umm Nyolokh a menudo
contiene DMT y otras sustancias
psicoactivas derivadas de las plantas que
las jirafas comen, como el Acacia, y se
dice que causa alucinaciones de jirafas,
las cuales serían fantasmas de jirafas,
según los Humr.[77] [78]
​ ​En el siglo xix, los
exploradores europeos comenzaron a
cazar las jirafas por diversión.[32]: 129 
​ La
jirafa también sufrió los efectos de la
destrucción de hábitat. Aunque la jirafa
puede coexistir con el ganado, ya que no
compiten directamente por alimentos, en
el Sahel la demanda de leña y de zonas de
pastoreo para el ganado condujeron a la
deforestación.[19] ​

La jirafa fue clasificada como una especie


bajo preocupación menor por la UICN, ya
que sigue siendo numerosa. Sin embargo,
ha sido extirpada en gran parte de su área
de distribución histórico incluyendo
Eritrea, Guinea, Mauritania y Senegal.
También puede haber desaparecido de
Angola, Malí y Nigeria, aunque fue
introducida en Ruanda y Suazilandia.[1] ​
Dos subespecies, la jirafa de África
Occidental y jirafa de Rothschild, fueron
clasificadas como en peligro de
extinción,[26] [25]
​ ​porque solo quedan unos
cientos de ejemplares en estado
salvaje.[20] ​En 1997, Jonathan Kingdon
sugirió que la jirafa nubiana era la más
amenazada de todas.[6] ​Es posible que
contaba menos de 250 ejemplares en
2010, aunque esta estimación es
incierta.[20] ​Las reservas de caza privada
contribuyeron a la conservación de las
poblaciones de jirafas en África
meridional.[19] ​Giraffe Manor es un
conocido hotel de Nairobi, que también
sirve como santuario para las jirafas de
Rothschild.[79] ​Actualmente la jirafa es
una especie protegida en la mayor parte
de su área de distribución. En 1999 se
estimó la población en estado salvaje en
más de 140.000 jirafas, pero las
estimaciones para el año 2010 indicaron
que este total había disminuido a menos
de 80.000.[20] ​
G. c. angolensis

G. c. giraffa
G. c. antiquorum

G. c. reticulata
G. c. rothschildi

G. c. tippelskirchi

Véase también
Aepycamelus
Referencias
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abril de 2012.

Enlaces externos
Wikcionario tiene definiciones y otra
información sobre jirafa.
Wikimedia Commons alberga una
categoría multimedia sobre jirafas.
Wikispecies tiene un artículo sobre
Giraffa camelopardalis.

Datos: Q15083
Multimedia: Giraffa camelopardalis (h
ttps://commons.wikimedia.org/wiki/Ca
tegory:Giraffa_camelopardalis) /
Q15083 (https://commons.wikimedia.o
rg/wiki/Special:MediaSearch?type=ima
ge&search=%22Q15083%22)
Especies: Giraffa camelopardalis

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