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NACIONAL
AUTÓNOMA
DE MÉXICO
FACULTAD DE CIENCIAS
POLÍTICAS Y SOCIALES
Introducción
No es de extrañarse, que los entes más conscientes de lo anterior sean los mismos
vendedores y que determinen toda una suerte de parámetros, expectativas y hasta
clichés para ganar la simpatía de cada generación, que naturalmente, incluye también a
los infantes.
Este ensayo en particular está destinado al caso de Paw Patrol, una serie animada sobre
seis perritos rescatistas, los cuales son casi imposibles de no reconocer en estos días,
especialmente si se le pone una mediana atención al departamento de juguetería y al de
golosinas en el supermercado.
Este escrito, más que presentar una explicación de su rotundo éxito, se propone analizar
el lenguaje simbólico y textual de la caricatura con el fin de identificar patrones que
permitan vislumbrar la ideología cruda que ofrece el show y que tanto ha fascinado a los
niños alrededor del mundo durante siete años (y contando); formula que ha demostrado
por demás ser exitosa, pues les ha valido una innumerable cantidad de patrocinios,
películas, shows en vivo y una alta gama de mercadería original y pirata.
Paw Patrol, o por su traducción “patrulla canina”, es una serie animada de televisión
canadiense dirigida a niños en edad preescolar; La trama, por lo tanto, es simple y
consiste en un equipo de rescate integrados por ocho cachorritos con capacidad de
hablar y operar vehículos y aparatos ultra tecnológicos (Chase, Skye, Zuma, Rocky,
Marshall, Rubble, Everest y Tracker) comandados por un niño de diez años.
El líder del grupo Ryder, cabe destacar, vive solo en su cuartel con los cachorros y él
mismo desarrollo los increíbles vehículos y aparatos que utilizan los perros para poder
ayudar a las personas en peligro en su pueblo “Bahía Aventura”. Cada cachorro cumple
con una utilidad en específico. Chase cumple con labores policiales y de espionaje, Skye
rescates aéreos, Zuma rescates acuáticos, Rocky hace reparaciones con materiales
reciclados, Rubble, elabora construcciones y demoliciones, Marshall es bombero y
paramédico, Everest realiza rescates en la tundra y Tracker en la selva.
Como adulto surgen una gran cantidad de preguntas con respecto de la trama que
desafía muchos aspectos lógicos evidentes, pues no existe una historia de fondo detrás
de Ryder, mientras que el pueblo no nos sitúa en un país en concreto, pero se sabe
Bahía aventura es un puerto que utiliza en su totalidad energía eólica y sin embargo
posee altas montañas nevadas, bosque y una playa soleada todo al mismo tiempo.
Es posible sacar varias lecciones importantes, de entre ellas que el “naming” no importa
si el producto es bueno, y es que nombres tales como Chase, Rubble, Skye, no son muy
sencillos de pronunciar (ni de escribir) en español, así como el título: “PAW Patrol” cuya
traducción literal sería “patrulla pata” pero en ningún momento fue un impedimento para
calar en los consumidores, esos niños que se acuerdan de sus héroes caninos, aunque
sus dicciones y nombres sean fonéticamente complicados.
Como en todas las marcas comerciales el tener una frase o slogan que llegue al público
es parte fundamental para evocar el recuerdo de dicha marca, en este caso de la serie.
Si ya de por sí la canción es bastante pegajosa, los creadores de la Patrulla Canina han
dotado a cada personaje de sus propias frases que lo identifican rápidamente y las
repiten en todos los capítulos. “Han usado frases que sirven de estímulo discriminativo y
reforzador de la conducta” (Pico, 2016).
Cada uno de los personajes ostenta una cualidad única, tienen una individualidad muy
bien definida, que hacen que la identificación del perro con la misma sea automática.
Esta personalidad y habilidad única hace que rememorar al personaje sea todavía más
fácil para los niños, y que cada aventura de la patrulla esté refrendada por la cualidad
única en cuestión de cachorro.
Todo lo anterior está tan bien aplicado que en las siete temporadas de la serie los
cambios han sido mínimos. Está claro que si la fórmula funciona no hace falta que la
cambies. Poco más se puede decir sobre esta máxima, aplicable tanto al marketing como
a muchas situaciones de la vida.
Por otra parte, en PAW Patrol se incluyen dosis de realismo vital, pues cada uno de los
cachorros tiene su “profesión”. Muchas de las misiones que los cachorros completan
también se basan en acontecimientos cotidianos. En muchas ocasiones, lo sencillo y
cotidiano es lo que mejor llega al público objetivo, al que le gusta sentirse identificado
con sus ídolos y sus menesteres diarios. Cierto es que en la serie este realismo se
adereza con toques de ciencia ficción, pero el hecho de que cada cachorro se inspire en
una profesión aporta un importantísimo reflejo de la vida real.
Este último punto resulta ser la piedra angular de este escrito, pues, la infinita simpatía
que despiertan los personajes radica allí, en conclusión, los que vemos Paw Patrol en
realidad estamos consumiendo una ideología, una visión de la realidad, si no fuera así
los cachorros no servirían como embajadores un gran número de marcas.
El show per sé es un espectáculo extraño sobre una ciudad extraña, es evidente que
Ryder nunca es cuestionado u obligado a rendir cuentas, es como una entidad particular
(no afiliada al gobierno) y el hecho de que ninguno de los residentes hable sobre cómo
él y su manada de cachorros llegaron a su posición prominente en la ciudad puede sonar
a censura.
- “Pero una oscura pregunta se cierne sobre Bahía Aventura. ¿Qué pasaría si Ryder se
cansara repentinamente del caos aparentemente interminable de la ciudad?”- Fatherly
La verdad es que tanto niños como adultos seguramente morirían debido a sus
decisiones imprudentes de conducir vehículos peligrosos. El poder sería tomado por el
villano alcalde Humdinger, quien comanda también su propia patrulla de gatitos “equipo
gatástrofe” que más bien representan una parodia de los perros.
- “¿Parpadean cuando viste a su perro policía Chase con un dron de video vigilancia?
De ningún modo. ¡Ryder debe estar haciéndolo por su propio bien! Consolida el poder y
establece un estado de vigilancia y nadie habla”. – Patrick Coleman, 2018
Retomando el cuartel de la patrulla "The Lookout", en sí, es una enorme torre roja, blanca
y azul con vistas de 360 grados, una diapositiva sinuosa, un elevador interno y una base
que gira como el cilindro de un revólver. Es de hecho un panóptico, mismos que habían
sido descritos por Foucault como instrumentos de tortura según su estilo sensacionalista.
“Para los niños en casa, al ser él el héroe, se dicen a sí mismos, los adultos son
bufones despistados y nosotros lo sabemos mejor. Si el mundo solo se diera a la
imaginación y el ingenio de los niños, se podría salvar […] Quizás el mayor peligro de
Ryder es que ha engañado a los ciudadanos de Bahía Aventura para que renuncien a
su agencia y a los niños de Estados Unidos para que crean que a las personas
excepcionales se les debe permitir un poder excepcional”.
La teoría de los pensadores de Frankfurt apunta a una “crítica inmanente del modo
socialmente necesario de producción de formas de razón, de percepción y sensibilidad
en el capitalismo tardío y en su forma social, que es la sociedad administrada”. (Cohn,
2007: 229).
Este es precisamente el punto de estas afirmaciones pues la formula Paw Patrol les está
introduciendo a los pequeños a una cultura hipercomunicada, hipertecnológica y donde
la lógica del capital es la punta de lanza del progreso, pues observamos que los
habitantes de la Bahía recurren sin dudar al servicio practico y confiable de Ryder y
donde éste parece haber rebasado y desplazado por completo los servicios de
emergencia gubernamentales, delatando una suerte de utopía neoliberal, en donde los
gobernantes, en este caso la Alcaldesa Goodway sirven solamente como figuras
mediáticas. Los productos culturales sirven para clasificar, organizar y manipular a los
consumidores, por eso existe una gran cantidad de oferta de productos “Para todos hay
algo prevista, a fin de que ninguno pueda escapar; las diferencias son acuñadas y
propagadas artificialmente” (Horkheimer y Adorno, 2009, p. 168)
Ahora bien, es importante tomar en cuenta que la estructura de Paw Patrol no es algo
nuevo, por el contrario, han existido desde hace varios años caricaturas exitosas que
involucran un grupo de seis amigos ayudando a los demás, como la liga de la justicia,
los vengadores, mi pequeño pony, etc. El número seis, ergo, es el número mágico.
Pero el mérito que sí tiene la patrulla de cachorros es que han inspirado descaradas
copias, pues se han lanzado otros shows infantiles que siguen prácticamente toda su
estructura mercadológica, tales como Top Wing, Transformers: Rescuebots, y muy
posiblemente no serán los únicos ni los últimos en hacerlo.
Los niños, pues, conciben al mundo idóneo como uno donde a través de la tecnología,
la libre competencia y la híper comunicación bastarían para solucionar todos los
problemas cotidianos y crecen anhelando una sociedad en donde las instituciones del
Estado, o como diría Weber, sus aparatos de violencia legítima, han sido aparentemente
abolidos y por lo tanto el Estado ha sido reducido al máximo y esto es reforzado cuando
se toma en cuenta de nuevo, al villano de la serie, quien supuestamente es el Alcalde de
Fondo Nuboso, pueblo del que solo es conocido por ser un lugar con un clima terrible y
extremadamente aburrido y que carece de muchas facilidades tecnológicas y
obviamente, del servicio privado de Ryder, esto le daría la razón al siguiente postulado:
“El individuo queda ya determinado sólo como cosa, como elementos estadísticos, como
éxito o fracaso. Su norma es la autoconservación, la acomodación lograda o no a la
objetividad de su función y a los modelos que le son fijados”. (Horkheimer y Adorno,
2009, p, 82).
Es así que podemos decretar que la ciudad en donde se desenvuelve la gran mayoría
de las tramas es nada menos que la materialización del iluminismo, que “en su afán de
emancipación del hombre, cristaliza las relaciones sociales y su ideología se convierte
en razón instrumental del positivismo, siendo más totalitario que otro sistema”. Por lo que
en Paw Patrol encontramos la narrativa constante de un mito surgido desde la gestación
de la misma ilustración pues “Todo es capaz de ser mito y cae bajo la crítica demoledora
de la ilustración, que lleva a que la naturaleza (objetivismo, cosificación, positivismo)
vuelva a dominar en lugar de emanciparse de ella” (Szpilbarg, 2014 (p 62))
Lo único que separa a Bahía Aventura, empero, de ser una potencial distopia es el buen
corazón de Ryder y la inocencia de los cachorros, quienes no cobran por sus servicios,
pero que de algún modo deben de obtener recursos. Haciendo otra analogía, dichos
valores, claramente empresariales, son introducidos a los niños como diferenciadores de
marca, inculcándoles como decidir sobre un servicio/producto sobre otro, cabe resaltar
que hoy en día las estratagemas del llamado marketing 4.0 giran en torno a las redes
sociales y a la reproducción de discursos, cada vez menos pudorosos, de inclusión y
moralidad posmoderna que en cuanto a su grado de persuasión son dignas del tercer
Reich.
Referencias
Conti, Romina (2011), “La desalienación estética en Schiller y Marcuse. Un retorno sobre
el problema de la racionalidad mutilada”, Tópicos, núm. 21, disponible en:
http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1666-485X2011000100003
Pico, I. (2016) ¿Por qué gusta tanto la patrulla canina? Un análisis psicológico.
Recuperado de psicopico.com. consultado el 10 de julio de 2020
Anexo
Intro de la serie: https://www.youtube.com/watch?v=QWg4tLFCd3A