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dejenos orar por usted, y permitanos enseñarle los mandamientos de Cristo para
que sea bendecido, prosperado abundantemente.
Una familia puede ser tan pequeña como el esposo la esposa y los hijos, o Puede
ser tan grande como una ciudad o una nación, Ciertas familias tienen sus
características; y ciertas ciudades también, Pero necesitamos comprender que no
tenemos por qué aceptar las características negativas de nuestros antepasados.
No tienen por qué perseguirnos durante el resto de nuestras vidas. Las podemos
romper.
¿Qué está haciendo que piense y me conduzca de una manera que no agrada a
Dios? ¿Qué está haciendo que actúe violentamente con mis hijos sin razón
aparente? ¿Por qué me da la impresión de que no puedo retener ningún trabajo
por un buen tiempo? Es hora de romper esa Maldición que se haya en nuestra
vidas, de una vez por todas, y caminemos en la libertad que nos proporcionó
Jesús por medio de la cruz, Bendito sea el señor…!! Gloria a Dios
Ejemplo: Hace unos días estaba en una campaña apostólica y uno de los
apóstoles decía, que había ido a un velorio de una madre que se había suicidado,
que a su vez también su madre se había suicidado, y que la hermana de esta,
también se había suicidado, la difunta había dejado una niña de apenas 3 años,
cuando la vio, se dijo entre si, es muy posible que esta niña cuando sea grande
también vaya a suicidarse, por lo que opto por romper toda maldición
generacional en la vida de aquella pequeña niña, esa gente no necesitaban
consuelo, lo que necesitaban era liberación de aquella maldición, por la fueron
objeto de generación en generación.
En mi Familia, casi todos han muerto de diabetes, eso les a producido que todos
mueran de una forma trágica, por ejemplo, mi mama la que me crió, murió con
sus dos piernas amputadas, mi abuelo murió igual, Mi mama Murió también
igual, Mi hermano mayor actualmente se le diagnostico que tiene diabetes, ya el
vive a dieta, y con sus medicamentos de por vida, pero esas maldiciones tienen
que romperse, en el nombre de Jesús, nombre sobre todo nombre.
Ha notado usted, que el padre vivió como borracho, murió borracho, pero ahora
el hijo es igual, porque los espíritus son transferible de generación a generación,
usted no sabe lo que su mama, o papa hizo cuando usted estaba en el vientre,
pudo haberlo ofrecido a algún ídolo, pudo haber hecho algún pacto satánico, “la
maldición es como una serpiente que esta escondida debajo de una piedra” que
mientras no levantemos la piedra esa serpiente estará allí, hasta que alguien la
descubra y la saque fuera, aunque nosotros somos salvos, y vivimos en cristo, no
estamos exentos de sufrir los efectos de una maldición generacional: todo
cristiano debe Invocar la sangre de cristo sobre su vida, y romper con todo
aquello que lo liga, a vivir como sus antepasados, o a tener sus gustos, sus
caracteres, su forma de vivir, de andar, de caminar, debe de despojarse de esa
mala costumbre de decir es que así soy yo, o así era mi mama, o mi papa, y por
esa razón yo soy así.
2. Una maldición puede venir a través de nuestras palabras: aunque estas sean
pronunciadas, escritas o meramente formadas en el pensamiento o también con
palabras que se han dicho a la ligera, sin premeditación, Ejemplo: cuando alguien
dice algo y añade…..no lo decía en serio? O ¿no supe porque lo dije? En modo
alguno reduce o revoca el efecto de sus palabras, pero no lo libra de dar cuentas
por ellas delante de Dios (Mateo 12:36-37), es muy peligroso cuando hablamos
palabras sin pensar (Proverbios 6:2) así que sin darnos cuenta nosotros mismos
podemos estar profiriendo palabras de maldiciones en vez de Bendiciones
Tienen un efecto tan poderoso las palabras que la Biblia afirma: “que la vida y la
muerte están en poder de la lengua” (Proverbios 18:21) Podemos estar
maldiciendo a nuestras familias y a nuestros hijos con las palabras, por eso el
cristiano debe de tener cuidado con lo que habla, para no caer en la trampa de
una maldición, Ejemplo: una mujer esta orando por su marido y cada día que lo
ve llegar a la casa le dice ¿vos nunca cambias, te voy a dejar…? Lo amenaza..!! O
ha escuchado a personas que dicen: ¿estoy cansada de vivir nada me sale bien?
¿De que me sirve todo lo que he hecho lo mejor seria que me muriera? Eso mismo
dijo Rebeca la esposa de Jacob (Génesis 27: 46) Job Maldijo el día que nació, (Job
3: 1-13) También Elías Maldijo sus días (Reyes 19: 3-4)
También hay algunas expresiones que fueron hechas por nuestros padres en mas
de alguna ocasión como: Sos un tonto? No servís para nada? Sos un Idiota, o Sos
un Burro, o Sos un estupido, aun más cruel: si yo ni te quería parir, ni quería
hijo, podemos hasta encontrarnos con hijos no deseados o hasta madres violadas,
o hijos semi-abortados que fueron salvados. Una maldición Generacional puede
ser ocasionada por la idolatría de nuestros padres (Éxodos 20: 4-5) también por
cualquier objeto de veneración que este en nuestras casas o con cosas que tengan
relación con brujería, ocultismo, o santería, la maldición puede estar allí siendo
de nuestro conocimiento o no (Deuteronomio 7: 25-26)
En (Levítico 16:7-8, 15,19-22) Dice así: después tomará los dos machos cabríos y
los presentará delante de Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión. Y
echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por Jehová, y
otra suerte por Azazel... Después degollará el macho cabrío en expiación por el
pecado del pueblo, y llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará de la sangre
como hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante
del propiciatorio...Y esparcirá sobre el de la sangre con su dedo siete veces, y lo
Limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel. Cuando
hubiere acabado de expiar el santuario y el tabernáculo de reunión y el altar,
hará traer el macho cabrío vivo; y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza
del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de
Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza
del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para
esto. Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra
inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto
Dios les ordenó que llevaran dos machos cabríos al Tabernáculo. Uno de ellos
quedaba a la puerta del Tabernáculo, mientras que hacían entrar al otro, y lo
ponían sobre el altar y lo sacrificaban. Entonces, el sumo sacerdote llevaba a la
puerta del Tabernáculo la sangre del macho cabrío sacrificado, la ponía en la
cabeza del otro macho cabrío, y confesaba sobre él las iniquidades del pueblo. Un
macho cabrío moría por los pecados o transgresiones, y el otro se llevaba la
iniquidad la fuerza espiritual interior que causaba destrucción a un desierto o a
un lugar árido. Así era como los judíos hacían expiación por sus pecados. En
nuestro caso. Jesús murió por nuestros pecados en la cruz, pero también
derramó su sangre siete veces, así como Aarón rociaba siete veces la sangre. Por
medio de la sangre derramada por Jesús, no sólo se nos perdonan nuestros
pecados, sino que también podemos caminar en ese perdón y quedar libres de la
maldición del pecado. Ambos machos cabríos representan la obra redentora de
Jesucristo.
Había dos machos cabríos, porque Jesús derramó su sangre para que nosotros
no sólo fuéramos perdonados con respecto a nuestro pecado, sino también
sanados de la iniquidad interior, las magulladuras y las heridas del pecado
generacional que nos lleva a perpetuar los pecados de nuestros antepasados. Sólo
la sangre de Jesús proporciona el perdón y una nueva forma de vivir. Cuando
nacemos de nuevo, recibimos el perdón de nuestros pecados. Pero entonces,
necesitamos clamar por la sangre de Jesús sobre nuestra vida para desterrar al
desierto la iniquidad y caminar en libertad.
Yo veo suceder esto en muchas familias cristianas. Una persona sale de un estilo
de vida lleno de pecado, recibe la salvación, y entra en el ministerio o se involucra
en su iglesia; después, cría a sus hijos en la iglesia. Entonces, cuando los hijos
llegan a la adolescencia, salen a hacer las mismas cosas que solían hacer los
padres, sólo que mucho peores. Nosotros nos quedamos estupefactos y
preguntamos: "¿Qué sucedió? ¿Qué anda mal? Nuestros hijos fueron criados en
la iglesia, pero están haciendo exactamente lo mismo que hacíamos nosotros
antes de ser salvos". Esto se debe a que barrimos la casa, pero no cerramos la
puerta por medio de la sangre de Jesús, al no Darnos cuenta de que teníamos
que romper esa maldición de familia.
En primer lugar, Romanos 6:23 dice que la paga del pecado es muerte. La paga
por la carga, o la recompensa por nuestro pecado es la muerte. Cuando yo recibí
a Jesucristo como Salvador personal, Él me quitó la carga. Ya yo no tengo que
pagar el precio de mi pecado, porque ese precio fue pagado por completo de una
vez y por todas. Jesús es el Cristo, lo cual significa que es el ungido de Dios que
se llevó nuestra carga. En segundo lugar, su unción también destruye el yugo.
Por eso Jesús dijo:"Cuando comprendan la verdad, no sólo van a ser libres, sino
que van a ser realmente libres. No sólo les voy a quitar la carga del pecado, que
es la muerte, sino que también voy a romper el yugo de pecado, que es la
maldición". Todo lo que usted tiene que hacer es reclamar esta verdad por medio
de Jesucristo y de su unción. Todo pecado será perdonado y toda maldición
quedará rota para usted y su familia en el nombre de Jesús. Lea Isaías (Isaías
53:1) Aunque es un texto bíblico que muchos cristianos se saben de memoria, he
descubierto que la mayoría no comprenden la poderosa revelación que Dios nos
está profetizando en Jesucristo. “Mas él herido fue por nuestras rebeliones molido
por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos
nosotros curados. Si yo tomara algún tipo de arma y Lo golpeara en el brazo con
suficiente fuerza como para romperle la piel, usted comenzaría a sangrar. Eso
sería una herida exterior. Jesús fue herido por nuestras rebeliones, por nuestras
faltas. Pero después dice que fue molido por nuestros pecados. Si lo golpeo en el
brazo sin romperle la piel, se le va a llenar el brazo de magulladuras, lo cual
significa que estaría sangrando interiormente. Y la iniquidad es una magulladura
espiritual interior que trata de quebrantamos o destruirnos la vida. Isaías 1:18
dice: "Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán
emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca
lana". La palabra "grana" habla de algo "doblemente sumergido, o doblemente
teñido... doblar, o hacer algo dos veces".
Ahora es necesario saber que usted esta limpio en su espíritu, ya que en Hebreos
7: 28 dice que estamos perfectos para siempre. Estamos en un mejor pacto
establecido sobre mejores promesas (Hebreos 8: 6-7). Estamos sin pecado (verso
12) y sin ley (verso 13). Todo esto en el espíritu. Cuando usted dijo: "Señor entra
a en mi corazón", en efecto Cristo entro en su espíritu (I Corintios 6:17) Dios no
puede habitar en nada inmudo, y nuestro espíritu es el Lugar Santisimo de este
cuerpo llamado "Templo del Espíritu Santo". Jesus en la Cruz quito el pecado del
espíritu no obstante, no es el mejoramiento de aquella naturaleza caída en
nosotros. Dios no la mejora, sino que la condena, como aprendemos en Romanos
8:3: "Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del
pecado, condenó al pecado en la carne". Él perdona nuestros pecados, pero no la
naturaleza que nos lleva al pecado. Ésta permanecerá con nosotros durante todo
el tiempo que estemos en este cuerpo. Incluso si uno ha estado salvado durante
cincuenta años, la naturaleza caída no ha mejorado ni una brizna, y nunca lo
hará. Es por esto que los cristianos pecan. Dejan que la naturaleza caída actue.
Muchos cristianos abrigan dudas acerca de su salvación porque no han sido
enseñados "conforme a la verdad que está en Jesús" (Efesios 4:21). Se ven
sorprendidos que después de ser salvos siguen queriendo hacer aquellas cosas
que están mal. Así que Satanás les dice: "Quizá no sois salvos, porque algunos de
aquellos viejos deseos siguen ahí". Pero, ¿no dijo el Señor, "lo que es nacido de la
carne, carne es"? (Juan 3:6). Y el apóstol Pablo tuvo que decir: "En mí, esto es, en
mi carne, no mora el bien" (Romanos 7:18). Seguía teniendo consigo la naturaleza
caída, incluso después de haber sido salvo todos aquellos años. Entendiendo esto
no podemos dejar cabos sueltos al enemigo.
Cuando Dios nos dice que la sangre de Jesús nos limpia, significa que somos
doblemente sumergidos. Somos perdonados, pero también somos liberados de la
iniquidad. Vamos al cielo, pero también somos sanados en nuestro interior, para
que podamos llevar una vida pura, santa y justa sobre la tierra. Tenemos el poder
necesario para resistirnos al pecado y llevar una vida santa. Tenemos el poder
necesario para resistirnos a la ira, la violencia, las drogas y la depresión.
Cualesquiera que hayan sido nuestros pecados; por profundamente manchada
que esté nuestra vida, la sangre de Jesús no se limita a cubrir todo esto, sino que
lo lava. Y Jesús no sólo lava el pecado, sino que también lava la consecuencia de
nuestro pecado, que es la muerte. Tenemos vida eterna. Las heridas sangran en
el exterior: y las rebeliones son los actos externos. Así que cuando la Biblia dice
que Jesús fue herido por nuestras transgresiones, esto significa que la sangre
que Él derramó en la exterior lava nuestra vida de todo pecado. Él es el que
elimina nuestras cargas. Cuando fue molido, Fue molido en el interior para lavar
ese espíritu de maldición: Él es también el destructor de yugos. Fue herido por
nuestras transgresiones, y también fue molido por nuestras iniquidades. Él es el
que quita las cargas y destruye los yugos. Él lo lava todo en el exterior y nos hace
libres en el interior.