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2016;146(5):223–229
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Diagnóstico y tratamiento
http://dx.doi.org/10.1016/j.medcli.2015.11.005
0025-7753/© 2015 Elsevier España, S.L.U. Todos los derechos reservados.
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Figura 1. Absceso cerebral occipital derecho en tomografía computarizada (TC) cerebral sin contraste intravenoso (A, flechas blancas) y tras la administración de contraste
intravenoso (B, flechas blancas). En C y D (flechas blancas) se observan secuencias T1 de resonancia magnética (RM) de otro paciente con absceso cerebral frontal izquierdo
sin y con contraste intravenoso, respectivamente. Se observa la cápsula bien definida e hipercaptante. Edema vasogénico perilesional (punta de flechas) hipodenso en la TC
e hipointenso en las secuencias T1 de la RM.
Figura 2. Las imágenes A, B y C corresponden a un paciente con absceso cerebral, y las D, E y F a otro paciente con metástasis de un carcinoma de pulmón; tanto A como D
son secuencias de resonancia magnética potenciadas en T2 con hallazgos similares, donde se observa la lesión (flechas) con una cápsula periférica hipointensa bien definida.
En el absceso se observa restricción en las secuencia B1000 de la difusión, que se manifiesta como hiperintensidad (B) e hipointensidad en la secuencia apparent difussion
coefficient de la difusión (C), mientras que no hay restricción de la difusión en la metástasis (E y F). El edema vasogénico perilesional se observa hiperintenso en T2 (flechas
discontinuas).
Meningitis bacteriana Es una infección cerebral poco frecuente que a lo largo del
tiempo ha sido denominada de diferentes formas, tales como:
Para el diagnóstico de la meningitis bacteriana generalmente no ependimitis, absceso intraventricular, empiema ventricular o
se requiere la realización de imágenes radiológicas, salvo para el cri- piocefalus19,20 .
bado de lesiones que contraindiquen la realización de una punción La ventriculitis es una infección ependimaria relacionada
lumbar o para evaluar posibles complicaciones en la evolución de con varias vías de diseminación posibles, bien por inocula-
la enfermedad. ción directa tras un procedimiento neuroquirúrgico (como la
En las fases iniciales o en la meningitis bacteriana no complicada colocación de drenajes de derivación ventricular), bien por
las imágenes radiológicas generalmente son normales o presentan complicación de una meningitis aguda o rotura de un abs-
cambios muy sutiles tanto en la TC como en la RM, de tal forma ceso intraparenquimatoso que drena directamente al sistema
que las secuencias convencionales de estas técnicas sin contraste ventricular1–21 .
no suelen aportar información relevante. Los hallazgos más des- Las claves diagnósticas incluyen:
tacados tras la administración de contraste intravenoso en ambas - Ventriculomegalia con contenido dentro del ventrículo que
técnicas son la hipercaptación meníngea15,16 y, en ocasiones, un es denso, diferenciándose claramente del líquido cefalorraquídeo
aumento de señal en los surcos y cisternas en las secuencias fluid (fig. 4).
attenuation inversion recovery (FLAIR)17 (fig. 3). La hipercaptación - En los estadios iniciales los hallazgos son sutiles, observándose
meníngea y el aumento de señal en la secuencia FLAIR no es una solo captación de contraste intravenoso subependimario visible
hallazgo exclusivo de la meningitis bacteriana, lo que obliga a rea- tanto en la TC como en la RM. En la ventriculitis evolucionada el
lizar un diagnóstico diferencial con otras enfermedades, como la epéndimo se torna anormalmente hiperintenso en secuencias T2
carcinomatosis meníngea, la neurosarcoidosis y la meningitis no y FLAIR, con marcado realce tras contraste intravenoso y restric-
bacteriana (vírica, química). ción a la difusión debido a su contenido denso (purulento)20–23
Las complicaciones de la meningitis bacteriana que se pueden (fig. 4).
diagnosticar desde el punto de vista radiológico incluyen la hidro- El diagnóstico diferencial se plantea con tumores que tienen
cefalia, la ventriculitis, el empiema epidural y subdural, el edema extensión ependimaria, tales como el linfoma cerebral, el ependi-
cerebral, la trombosis y los infartos venosos18 . moma o incluso el glioblastoma multiforme14 .
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Figura 3. Resonancia magnética de un paciente con meningitis bacteriana confirmada; en la secuencia FLAIR (A) se observa una sutil hiperintensidad difusa en los surcos y
giros corticales. B y C corresponden a secuencias T1 con gadolinio con leve hipercaptación, fina y homogénea en la convexidad derecha (flechas gruesas) y captación giriforme
en algunos surcos (flechas finas) por realce leptomeníngeo.
Figura 4. Resonancia magnética de un paciente con ventriculitis aguda; en las secuencias T2 (4A) y FLAIR (4B) se observa hiperintensidad difusa subependimaria en el atrio
y asta occipital del ventrículo lateral derecho (flechas). Hiperintensidad por restricción en la difusión del contenido purulento dentro del ventrículo (4C) y captación de
contraste subependimaria en secuencia T1 con gadolinio (4D).
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Figura 5. Resonancia magnética con empiema subdural que se observa como una colección moderadamente hiperintensa en la secuencia T2 (A) de localización parafalcina
derecha, con extensión hacia el hemitentorio ipsolateral; en la secuencia T1 con gadolinio (B) dicha colección muestra importante captación de contraste periférica. En C y D
se observa hiperintensidad en la secuencia B1000 por restricción en la difusión (C) e hipointensidad en la secuencia apparent difussion coefficient de la difusión (D).
localización epidural y subdural de la infección, siendo los primeros de presentación desde el punto de vista radiológico. Las infeccio-
de aspecto biconvexo o lenticular, mientras que el subdural es de nes del SNC por TBC incluyen varias entidades, fundamentalmente
aspecto cóncavo o en semiluna24,25 (fig. 5). El empiema subdural la meningoencefalitis, la aracnoiditis, el tuberculoma intracraneal
es la localización más frecuente, aunque hasta en un 15% de los y los abscesos tuberculosos; por tanto, puede producir afectación
casos se puede evidenciar la coexistencia de infección en ambos extra e intraparenquimatosa.
espacios. Los estudios radiológicos suelen ser indispensables, dado - Tuberculoma: es la forma de presentación más frecuente de la
que los pacientes no suelen tener clínica o analítica específica que TBC en el SNC. En los adultos, la mayoría de estas lesiones son de
permita un diagnóstico preciso de dichas lesiones. localización supratentorial, mientras que en los niños predominan
Los empiemas subdurales se localizan más frecuentemente en en la fosa posterior23–29 . En la TC sin contraste se observan nódulos
las convexidades (área frontoparietotemporal), aunque también o pequeñas masas isodensas o ligeramente hiperdensas. El centro
pueden estar localizados de forma adyacente a la hoz cerebral (tam- del tuberculoma suele ser más denso que la apariencia líquida de los
bién llamados empiemas parafalcinos) (fig. 5). Radiológicamente abscesos piógenos debido a la necrosis caseosa. El hallazgo de una
estas colecciones muestran en la RM señal de aspecto líquido, calcificación central es poco frecuente, pero patognomónico de la
siendo hipointensas en T1 e hiperintensas en T2, característica- infección tuberculosa29,30 . La RM con contraste intravenoso es más
mente con restricción a la difusión y realce periférico25,26 (fig. 6). sensible para detectar tuberculomas de menor tamaño, los cua-
Esto último también se visualiza en la TC, donde se observan colec- les suelen comportarse como lesiones nodulares hipointensas en
ciones con importante hipercaptación en su periferia. las secuencias T2 y leve edema periférico. Estas lesiones no suelen
Los empiemas usualmente se originan por extensión de infec- presentar restricción a la difusión (fig. 7).
ciones contiguas (como sinusitis y mastoiditis complicadas) o - Abscesos y meningitis tuberculosa: las imágenes de los absce-
inoculación directa (trauma o cirugía), por lo que es indispensable sos y de la meningitis tuberculosa suelen ser similares a las descritas
buscar signos en las pruebas de imagen que orienten a la coexisten- previamente para el resto de las infecciones piógenas, con algu-
cia de dichas infecciones27,28 . Si bien la RM tiene mayor resolución nas salvedades: los abscesos tuberculosos suelen ser más agresivos
para la valoración de las infecciones intracraneales, la TC es la téc- e incluso pueden producir destrucción ósea cuando el absceso se
nica de elección para valorar signos de sinusitis o mastoiditis por encuentra próximo a la calota. Por su parte, la meningitis tuber-
tener mejor resolución para las estructuras óseas. culosa suele presentar un mayor grado de complicaciones, como
hidrocefalia comunicante, obliteración de las cisternas e infartos
Mycobacterium tuberculosis cerebrales4 .
Con todo ello podemos concluir que en la actualidad la TC y
La tuberculosis (TBC) suele ser una infección de instauración la RM cumplen un papel importante en el diagnóstico, el trata-
subaguda en el SNC y presenta algunas particularidades en la forma miento y la evolución de las infecciones del SNC. La captación de
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Figura 6. Resonancia magnética (RM) de un paciente con empiema epidural con morfología lenticular (flecha) y empiema subdural en semiluna (flechas discontinuas).
Secuencia T2 (A), T1 con gadolinio (B), difusión B1000 (C) y en secuencia apparent difussion coefficient (D). Las características de señal son similares a las del empiema descrito
en la figura 5.
Figura 7. Resonancia magnética (RM) que muestra un tuberculoma solitario que compromete el uncus del hipocampo izquierdo e impronta sobre el pedúnculo cerebral
homolateral. En A se observa la secuencia T2 con una sutil hiperintensidad en las estructuras descritas, mientras que en la B se observa una marcada hipercaptación de
contraste periférica. La imagen C corresponde a una RM de control en la que se observa una calcificación (hipointensidad en T2) residual.
contraste intravenoso, la restricción en las secuencias de difusión, 4. Olsen WL. Infecciones del sistema nervioso central. En: Brant WE, Helms CA,
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