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Diferentes formas y colores

TUTORÍA
Diferentes formas y colores

Lee atentamente:

Como el agua y el aceite


Como el agua y el aceite, así son Paquita y Edgardo, una niña y un niño de 8 años, dos grandes amigos
que asisten al tercer grado del colegio 1520.
Paquita nació en Cajamarca y hace tres años viajó a Lima con su familia; Edgardo tiene padres
ecuatorianos, pero él nació en Lima. Los dos amigos se conocen desde jardín. Nadie entiende cómo son
tan buenos amigos, si son tan diferentes.
Paquita es alta, de cabello rizado y, cuando salta la soga, su piel rosada se vuelve roja como un tomate.
Edgardo es bajito, de cabello negro intenso como la noche y su tez bronceada brilla con el sol.
A ella le encanta coleccionar insectos, en cambio a su amigo le dan mucho miedo. Cuando ella trae uno,
¡zas!, Edgardo sale corriendo como si hubiera visto a un fantasma, lo que hace reír mucho a Paquita.
Paquita es muy buena en aritmética, al contrario, Edgardo es muy bueno en arte, él dibuja grandes y
modernos edificios que algún día desearía construir.
En la libreta de notas, la profesora ha anotado: “Paquita es una buena estudiante, muy segura de
sí misma, conversadora e inquieta” y sobre Edgardo ha escrito: “Es un niño poco conversador, poco
sociable, atento y disciplinado”.
A ambos ha sugerido se inscriban en el taller de danzas, y claro que lo han hecho: Paquita, para aprender
a bailar saya y morenada; Edgardo, para aprender a bailar marinera y tondero, todas danzas típicas del
Perú.

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Yo soy así
Elige y marca tus características personales y del lugar donde vives.

Eres... Eres... Marca con un círculo sobre el color que Marca la figura que
más se parece a tu piel. represente mejor tu
estatura: bajo o alto.

Eres...

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Estas son mis cualidades
Subraya tus cualidades en la lista. Dibuja tu principal cualidad o virtud.

• Obediente • Expreso mis ideas

• Ordenado(a) • Solidario(a)

• Tranquilo(a) • Cariñoso(a)

• Inteligente • Entusiasta

• Estudioso(a) • Valiente

• Conversador(a) • Amable

• Respetuoso(a) • Atento(a)

• Seguro(a) • Tengo muchos amigos(as)

Otras:

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Reporteras y reporteros

¿Quién comparte mis característ icas?


Escribe el nombre del compañero(a) que
Mi nombre es:
comparta estas características contigo:
Mi apellido es:

El país en el que nací se llama:

La región en la que nací se llama:

Hablo otro idioma o lengua que se llama:

Pertenezco a un grupo indígena que se llama:

Mi color favorito es:

Algo que me gusta hacer en mi tiempo libre es:

Mi comida favorita es:

Mi curso favorito en el colegio es:


Algo que me gusta mucho de mi cuerpo o cara
es (mi color de cabello, mi estatura, etc.)
Pienso que soy bueno para... (pintar, contar
chistes, correr, memorizar palabras, calcular con
números, etc.):
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¡No me aceptan en el equipo!

El arquero
Lee atentamente y luego, escribe un consejo o ejercicio práctico que ayude a una compañera o compañero a calmarse en un momento difícil.

Ronald quiere entrar al equipo de fútbol de su colegio. Se ha esforzado


mucho y ha mejorado sus habilidades para presentarse a la posición
de arquero. Todos los días ensaya sus saltos en el parque de su barrio
y está muy entusiasmado.
Él siempre ha querido pertenecer a ese equipo, porque admira mucho
a los niños que ya están jugando y porque, además, sueña con ser un
arquero profesional. Hoy van a escoger a los niños del equipo.
Ronald pasa al arco. Varios niños patean el balón y él logra atraparlo,
pero muchas veces le meten gol. Cuando termina, espera a que
jueguen otros niños que también se presentaron para ser arqueros. Al
final de la mañana, el profesor de Educación Física lee los nombres de
los niños que quedaron seleccionados y Ronald no figura en la lista.
Ronald se siente muy mal; siente que toda la sangre del cuerpo se le
sube a la cabeza y que quiere explotar: siente calor, tiene ganas de
llorar, las manos le sudan, no quiere hablar con nadie y decide irse
del lugar.
Él se va a un lugar alejado del patio y, en medio de su cólera, piensa:
“Yo no sirvo para nada”; y, al mismo tiempo, se siente triste porque no
va a poder formar parte del equipo de fútbol del colegio.

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Hay que mantener la calma cuando…
Escribe tres acciones cotidianas en que las niñas y los niños deben mantener la calma. Luego, dibuja cómo imaginas a las superheroínas
Sabina y Serena.

1.
Ella es Sabina Ella es Serena

2.

3.

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Ema, la lechuza

La historia de Ema y Tito


Lee atentamente:
Ema era conocida por sus amigos como una lechuza muy amigable y dispuesta a escuchar a todos. Por eso, muchos iban a contarle
historias a Ema. Tito, el mosquito, admiraba mucho a Ema, pero, a veces, se ponía triste porque sus amigos no le contaban tantas
historias como a Ema.
Un día, Tito fue a contarle a Ema cómo se sentía. Ema, con sus ojos grandes, lo miró, y con su cara hizo un gesto de ternura ante la
tristeza de Tito. También, mientras Tito hablaba, Ema no lo interrumpió, sino que, al contrario, asentía con su cabeza redonda cada
vez que Tito le contaba un pedazo de su historia. Tito se sintió mucho mejor después de haber compartido lo que sentía con Ema, y le
agradeció por escucharlo. Le dijo: “Me he sentido tan bien compartiendo esto contigo, parecías tan interesada y amable”. Ema le dijo:
“Te voy a contar el secreto: está en el nombre que mi madre me puso: EMA...
E es de Expresar emociones con la cara; estas se conectan con la historia que nos están contando (o sea, si alguien me cuenta
una historia divertida, trataré de escucharlos con una sonrisa). De esta manera decimos: “¡Estamos conectados!”.
M es de Mirar a los ojos. Cuando hacemos contacto visual con quien nos está contando una historia, le estamos diciendo:
“¡Tienes mi atención aquí y ahora!”.
A es de Asentir con la cabeza. Cuando asentimos con la cabeza suavemente, estamos diciendo: “¡Sí te entiendo!”.”
A Tito le pareció fantástico el secreto del nombre de Ema y entendió por qué los demás siempre querían contarle y confiarle secretos a
ella. También entendió por qué, a veces, sus amigos no confiaban en él. Tito solía distraerse fácilmente mientras sus amigos le contaban
historias y se ponía a mirar al cielo. Algunas veces, mientras sus amigos le contaban historias tristes, Tito estaba viendo figuras en las
nubes que lo hacían reír (lo cual, por supuesto, hacía que sus amigos pensaran que sus historias tristes le causaban gracia). En otras
ocasiones, cuando estaba tratando de resolver un conflicto con su amiga hormiga, en vez de asentir con su cabeza mientras ella le
expresaba su opinión, Tito se ponía a volar de un lado al otro. La hormiga pensaba que Tito no quería escucharla y se iba. Sin embargo,
ahora Tito, el mosquito, iba a recordar las técnicas de EMA: E, expreso con mi cara; M, miro a los ojos; y A, asiento con mi cabeza.
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Aprendo a escuchar act ivamente con Ema y Tito

E: Expreso con mi cara.


M: Miro a los ojos.
A: Asiento con mi cabeza

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¡Qué conflicto!

Así puedo manejar la cólera


Lee estos cuatro pasos para manejar situaciones que te hacen sentir cólera y luego escribe una situación en la que sentiste mucha cólera y
hubieras podido usar estos pasos.

Situación:

1. PARO y hago una pausa.

2. ME CALMO cuando siento cólera.

3. PIENSO qué puedo hacer para solucionar la situación.

4. DECIDO cuál es la mejor opción.

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Y ahora qué puedo hacer

“Una situación misteriosa por resolver”


Escribe una situación que podría ocurrir en el aula de clase y que pueda tener diversas alternativas de solución.

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Cosas que suceden en los grupos

Un buen consejo
Lee atentamente:

Esta es la historia de una pequeña tortuga a la que le gustaba jugar a solas y con sus amigos. También le gustaba mucho ver televisión y
jugar en la calle, pero no parecía pasarla muy bien en la escuela. A esa tortuga le resultaba muy difícil permanecer sentada escuchando
a su maestro. Cuando sus compañeros y compañeras de clase le quitaban el lápiz o la empujaban, nuestra tortuguita se enfadaba tanto
que no tardaba en pelearse o en insultarlos, hasta el punto de que luego la excluían de sus juegos. La tortuguita estaba muy molesta,
confundida y triste porque no podía controlarse y no sabía cómo resolver el problema.
Cierto día se encontró con una vieja tortuga sabia, que tenía trecientos años y vivía al otro lado del pueblo. Entonces, preguntó:
—¿Qué puedo hacer? La escuela no me gusta. No puedo portarme bien y, por más que lo intento, nunca lo consigo.
Entonces la anciana tortuga respondió:
—La solución a este problema está en ti misma, dentro de tu caparazón. Entra en ella y podrás calmarte. Cuando yo me escondo en
mi caparazón, hago tres cosas. En primer lugar, me digo “Alto”, luego respiro profundamente una o más veces si así lo necesito y, por
último, me digo a mí misma cuál es el problema.
A continuación las dos practicaron juntas varias veces, hasta que nuestra tortuga dijo que estaba deseando que llegara el momento de
volver a la clase para probar su eficacia. Al día siguiente la tortuguita estaba en clase cuando otro amigo empezó a molestarla, y apenas
comenzó a sentir la ira surgiendo en su interior —sus manos empezaban a calentarse y se aceleraba el ritmo de su corazón—, recordó
lo que le había dicho su vieja amiga, se replegó en el interior de su caparazón, donde podía estar tranquila sin que nadie la molestase,
y pensó en lo que tenía que hacer.
Después de respirar profundamente varias veces, salió nuevamente de su caparazón y vio que su maestro estaba sonriéndole. Nuestra
tortuga practicó una y otra vez. A veces lo conseguía y otras no, pero, poco a poco, el hecho de replegarse dentro de su caparazón fue
ayudándola a controlarse. Ahora que ya ha aprendido, tiene más amigos y amigas y disfruta mucho yendo a la escuela.
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