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Para citar este artículo: Var-

gas-Chaves, I. Alzate-Mora, D.
El Derecho como un instrumento (2017). “El Derecho como un ins-
generacional y dinámico al servicio de trumento generacional y dinámico
al servicio de la sociedad: un acer-
la sociedad: un acercamiento desde la
camiento desde la óptica Holme-
óptica Holmesiana siana”. In Vestigium Ire. Vol. 11-2,
pp. 80-92.
Law as a generational and dynamic instrument at
the service of society: an approach from Holmesian
perspective1

Le droit en tant qu’instrument générationnel et


dynamique au service de la société : Une approche
depuis la perspective Holmésienne

Fecha de recepción: 11 de agosto de 2016


Fecha de aprobación: 16 de junio de 2017

Iván Vargas-Chaves2 - Daniel Alzate-Mora3

Resumen estabilizador del presente, o bien conver-


tirse en un obstáculo para el futuro. Ello
El presente texto aborda desde una lec- a partir del fenómeno causado por las in-
tura Holmesiana el Derecho y su rol diná- tenciones que las generaciones pasadas
mico al servicio de la sociedad, rechazan- tuvieron, que es hoy ruta de navegación
80 do cualquier enfoque que le convierta en y que, al quedar plasmadas en las cartas
obstáculo para las generaciones venide- políticas, rigen por tanto el norte que en-
ras. Planteándose en este sentido que nin- causa las decisiones públicas.
guna institución por muy importante que
sea, puede considerarse como inalterable Palabras Clave:
y, ninguna ley, por muy fundamental que derecho, Holmes, cotidiano, democracia.
sea, tampoco puede considerarse como
irrevocable (Holmes, 2004, p. 199). Abstract
Partiendo de la Constitución como norma The present text addresses from a Hol-
suprema, su alcance se proyecta como un mesian reading the Law and its dynamic
instrumento que permite bien ser un eje role at the service of society, rejecting any

1  El presente artículo corresponde a la versión ampliada del working paper ‘El costo intrínseco de la libertad’, y es
resultado del proyecto FCSH1701T1002: ‘EI bioderecho como eje articulador de la protección de los derechos
a la salud y a un ambiente sano en la sociedad del riesgo’, vinculado al Grupo de Investigación en Justicia
Global de la Universidad Tecnológica de Bolívar.
2  Abogado de la Universidad del Rosario. Máster en Derecho de la Universidad de Génova, Italia. Máster en
Derecho Privado y Doctor en Derecho de la Universidad de Barcelona. Dottore di Ricerca (Dott. Ric.) de la
Universidad de Palermo, Italia. Profesor de carrera académica y director del Grupo de Investigación en Justicia
Global de la Universidad Tecnológica de Bolívar.
Correo electrónico: ivargas@utb.edu.co; ivargas@outlook.com Cartagena de Indias. Colombia
3  Abogado de la Universidad de los Andes. Máster en Derecho Comparado de las Universidades de Milán, Messina
y Córdoba, Italia y España. Doctor en Derecho de la Universidad del Rosario. Profesor de carrera académica de
la Universidad Tecnológica de Bolívar. Correo electrónico: dalzate@utb.edu.co. Cartagena de Indias. Colombia.

In Vestigium Ire, (In Vest), ISSN Impreso 2011-9836. ISSN En línea 2422-2151, julio-diciembre 2017, Vol. 11 No. 2 pp. 80-92.
Iván Vargas Chaves - Daniel Alzate Mora

approach that becomes an obstacle for fu- des générations passées, qui est mainte-
ture generations. Considering in this sen- nant une voie de navigation et qu’étant
se that no institution, however important, exprimées dans les Chartes, fixent le nord
can be considered as inalterable and, no des décisions publiques.
law however fundamental, can be consi-
dered as irrevocable either (Holmes, 2004, Mots-clés:
p.199). droit, Holmes, quotidien, démocratie.

Starting from the Constitution as the su- Introducción


preme norm, its scope is projected as an
instrument that allows it to be either a El Derecho como institución contempla el
stabilizing axis of the present, or allows sometimiento del ser humano a una norma
it to become an obstacle for the future. proveniente de una fuente, pero siempre
This is based on the phenomenon caused con una finalidad, que es la de regular la
by the intentions that past generations conducta del ser humano. Al no reducirse
had, which is today a navigation route and el derecho a una ley escrita, hay reglas que
which, when reflected in political docu- tienen un carácter netamente consuetudi-
ments, will therefore govern the compass nario, o que emanan de un cuerpo colegia-
that steers public decisions. do cuando se trata de doctrina probable;
el Derecho se sitúa como un instrumento
Keywords: 81
dinámico al servicio de la sociedad y de
law, Holmes, everyday, democracy. la generación en la que éste se rija, aten-
diendo a sus necesidades y expectativas.
Résumé
Esto es de acuerdo a una realidad social
Cet article aborde depuis une lecture Hol- siempre cambiante en la que resulta posi-
mésienne le Droit et son rôle dynamique ble plantear la tensión existente, entre la
au service de la société, rejetant toute au- estabilidad de un sistema normativo como
tre approche qui le rend un obstacle pour un remedio institucionalizado que limita
les générations futures. Considérant en ce las decisiones de unas mayorías tempo-
sens qu’aucune institution, aussi impor- rales, versus la esclavitud hacia “ciertos
tante que soit-ellet, ne peut être consi- caballeros ya difuntos que no pudieron
dérée comme inaltérable et qu’aucune loi, visualizar las circunstancias actuales”, a la
aussi fondamentale que soit-elle, ne peut cual se refiere Shapiro (1968). Se trata de
être considérée comme irrévocable non una tensión que sitúa a las instituciones
plus (Holmes, 2004, p. 199). jurídicas –donde tiene cabida la Consti-
tución como norma de normas–, entre la
Partant de la Constitution en tant que nor- libertad de elección que sobre su futuro
me suprême, sa portée se projette comme tienen las generaciones venideras y la es-
un instrument qui permet soit d’être un tabilidad jurídica.
axe stabilisateur du présent, soit devenir
un obstacle pour l’avenir. Ceci à partir du En relación con las implicaciones de la si-
phénomène provoqué par les intentions tuación del no-sometimiento de la persona

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El Derecho como un instrumento generacional y dinámico al servicio de la sociedad:
un acercamiento desde la óptica Holmesiana

a un Derecho basado en normas pactadas pocos aspectos se encontrarán con que,


en generaciones anteriores, a lo largo de tanto una cómo la otra institución, se han
los apartados que aquí se abordan se sos- enfrentado entre sí por muy extraño que
tiene en primer lugar el ‘deber ser’ de la pueda llegar a parecer.
sumisión del Derecho a un contexto ac-
tual, comprometiéndose con el bienestar No cabe duda que aquellas estructuras
de las generaciones venideras y volcándo- democráticas provenientes del siglo XIX
se por último en la persona como sujeto colapsaron al encontrarse con el antipar-
de derechos, en tanto la condición huma- lamentarismo del primer tercio del siglo
na es el punto de partida de un sistema XX (Aragón, 1996), esto es, con estructu-
de reglas que garantiza unas condiciones ras antidemocráticas de corte fascista o
para hacer cumplir un fin común. comunista. Con lo cual, una vez se reesta-
bleció el orden democrático y se dictaron,
En la segunda parte del texto se analiza al igual que varias disposiciones, un abani-
el concepto de la cotidianeidad en su so- co de garantías y derechos que apuntaban
metimiento al Derecho, sin que por ello a nuevas vías de renovación, se estrechó
se entiende que es una colonización de oportunamente el margen entre Constitu-
éste a la primera, por el contrario, al vin- ción y democracia (Martí, 2006: 12).
cular la presencia de las normas a todos
los aspectos que nos rodean, regulando la Este oportuno estrechamiento se presentó
vida de las personas, en un marco de rela- como la respuesta que los ciudadanos que
82
ción dentro del contrato social, se despeja atravesaron ese periodo dieron a los regí-
cualquier tensión existente entre Derecho menes totalitarios rechazando cualquier
y democracia, pasando éstos a ser un com- otra forma de dictadura, y decidiendo que
plemento que se pone también al servicio a partir de entonces no cabría ninguna au-
de la sociedad, y relegando el viejo debate toridad superior al pueblo; el cual a partir
entre obligaciones heredadas y consenti- de aquel momento se representaría en la
miento expreso. democracia, pues sería la colectividad la
encargada de custodiar el interés común.
Por último, se propone un redimensiona- Al mismo tiempo, lo que se quiso fue do-
miento del Derecho desde su óptica ins- tar al sistema normativo de principios, ga-
trumental; cada vez más consciente de rantías, libertades y Derechos Humanos
las necesidades y expectativas de la na- a través de las cartas políticas, para que
turaleza humana en la actual, y futuras éstas fueran capaces de resistir la presión
generaciones. de cualquier grupo, especialmente de los
grupos mayoritarios.
El sometimiento del Derecho a la
sociedad en su carácter dinámico En tal sentido, Gargarella sitúa el origen
Delimitar el espectro que ha alcanzado el de este conflicto en Paine (1989) quien al
Derecho a través del constitucionalismo, proclamar un derecho que denomina de los
y la democracia en los siglos XX y XXI, que están vivos sobre “la autoridad de los
trae consigo una gran dificultad que lleva- muertos”, se oponía a “la idea conservadora
ría a quienes se atreviesen a abordar este –típicamente, defendida por Edmund Bur-
reto a múltiples discrepancias, pues en no ke– que venía a rebelarse frente al valor

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del autogobierno, y en particular, frente al De acuerdo a nuestra consideración, la


ideario revolucionario que los franceses ha- respuesta se encuentra en un prometedor
bían puesto de moda” (2008: 23). argumento desarrollado por Gargarella
(2008, p. 27-28) a favor del constitucio-
Se trata, pues, de una tensión aparente- nalismo, el cual, además de reafirmar el
mente irreconciliable generadora de lo principio democrático, opta por darle a la
que Holmes (2004) denomina uno de los Constitución el mismo tratamiento que a
mitos centrales del pensamiento político la democracia, toda vez que la Constitu-
moderno. Sobre este punto de la discusión ción establece las reglas de juego para
vale la pena preguntarse si se trata, o no, que ésta siga con su normal curso.
de una crisis de la democracia. De hecho,
tan sólo basta con ver lo acontecido en el En dicho argumento este autor hace fren-
te aquellas críticas que esbozaban a una
citado periodo de antidemocracias, en el
Constitución inicua, concebida para res-
cual una clase política invocando su con-
tringir libertades a la sociedad, como lo
dición totalitaria, ajustó las Constituciones
son las que les permiten decidir cómo
a su conveniencia.
organizarse y como orientar su futuro.
Marti (2006, p. 13), citando a G. D. H. Cole, Y le hace frente a través del ideal de un
advierte de la existencia de esa clase po- autogobierno dependiente de la Constitu-
ción, en donde ésta, no es quien le ata las
lítica dirigente centrada en unos proble-
manos a la sociedad, por el contrario, se
mas completamente distintos a los que el 83
trata de un valioso instrumento que nos
pueblo sentía como propios, y de una des-
permite ganar más libertad, al establecer
afección política causada por el extremo
límites sobre las facultades de un estado
individualismo de las sociedades capitalis-
autogobernado.
tas modernas, promovido a su vez por el
modelo liberal y no intervencionista de la Gargarella explica esta teoría, valiéndose
democracia. de la metáfora de Ulises y las sirenas, en
la que le exigió a su tripulación atarle al
¿Podrían entonces reconciliarse el mástil de la embarcación cuando estaba a
consentimiento de los gobernados [Con- punto de perder el control ante el canto de
sent of the governed] con la garantía de las sirenas, una decisión a priori insensa-
un consentimiento ulterior mediante una ta pero que les salvó la vida, esto es, una
convención constitucional?, de la forma en pérdida provisional y consciente de su li-
como válidamente se lo pregunta Holmes bertad, pero que le permitió más adelante
(2004, p. 194); quien acto seguido, vuelve ganarla, al conseguir llegar a su destino.
a plantear el siguiente interrogante: ¿Por
qué solamente algunos de nuestros con- “(…) la moraleja parece clara: contra lo que
nos sugiere consistentemente el sentido co-
ciudadanos han sido facultados para impe-
mún –atarse las manos es sinónimo de per-
dir que se hagan enmiendas a la Consti-
der libertad- lo que el ejemplo nos demues-
tución? ¿La revisión judicial, cuando está tra es lo contrario: en ocasiones, ganamos en
basada en una lealtad supersticiosa a la libertad cuando nos limitamos.(…)”, lo cual,
intención de sus creadores, es compatible en el ámbito constitucional implica que “(…)
con la soberanía popular? (p. 195). del mismo modo en que Ulises pudo ganar

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El Derecho como un instrumento generacional y dinámico al servicio de la sociedad:
un acercamiento desde la óptica Holmesiana

libertad, en lugar de perderla, al incapaci- del pueblo materializado en la democra-


tarse para ciertas acciones, una sociedad cia. En términos de Holmes este desacuer-
también puede expandir sus capacidades do “representa claramente la pugna entre
auto-imponiéndose determinados límites.”. los demócratas, para quienes la Consti-
(2008, p. 28) tución es un fastidio, y los constituciona-
listas, para quienes la democracia es una
No obstante, para llegar a este argumento,
amenaza” (2008, p. 197)
es preciso abordar esta discusión que ha
tenido un interesante recorrido histórico, y A favor del segundo eje de discusión, des-
que ha girado en torno a si la Constitución taca la relectura que efectúa este autor de
debe considerarse, o no, como una herra- la prohibición de obstaculizar el futuro, y
mienta para separar las decisiones del pro- en la remisión que hace a la Declaración
ceso democrático. Holmes (2004) en este de Independencia de los Estados Unidos,
sentido, habla de una atadura de manos donde se encuentra plasmado el derecho
de la comunidad, ya que la punta de lanza que tiene el pueblo a abolir cualquier for-
de quienes han ido en contra de la unión ma de gobierno que se haya vuelto capaz
Constitución-Democracia se encuentra en de destruir la vida, la libertad y la búsque-
la acción de sofocar la voluntad de las da de la felicidad. Se trata de una remisión
mayorías a través de la carta política, con que nos demuestra que “ninguna institu-
el fin de cumplir un listado de derechos y ción, por muy importante que sea, es inal-
deberes previamente consagrados en ella. terable; ninguna ley, por muy fundamental
84
que sea, es irrevocable.” (p. 199)
Para analizar lo hasta ahora planteado,
conviene tener presentes los dos polos de En efecto, la tan anhelada libertad en-
la discusión: (i.) El primero de ellos plan- cuentra su lugar en la democracia, un
teado por Hayek (1960, p. 176), quien con- argumento que Paine sintetiza así “cada
cibe a la Constitución como un remedio época y generación debe ser tan libre de
institucionalizado contra las decisiones de actuar por sí misma, en todos los casos,
las mayorías temporales, limitando el po- como las edades y generaciones que la
der del gobierno de turno para reforzar la precedieron” (1731, p. 251). Y es que, si
democracia. (ii.) El segundo, defendido por nos detenemos por un momento a repen-
Shapiro, en cambio no tolera que los ciu- sar las constituciones, y las concibiéramos
dadanos sean esclavos de “ciertos caballe- como algo eterno, nos encontraríamos con
ros ya difuntos que no pudieron visualizar una sociedad esclava de su propio pasado.
las circunstancias actuales” (1968, p. 21),
respaldando así una libertad de elección Razón tenía Jefferson (1984, p. 963) al afir-
que invita a guiarse por una decisión co- mar que ninguna sociedad tiene el dere-
lectiva, capaz llevar a la sociedad a con- cho a hacer de su Constitución una norma
vertirse en lo que ésta quiere convertirse. perpetua, pues ante todo los pueblos son
dueños de su presente, por consiguiente,
Se trata, pues, una pugna entre constitu- tienen la facultad de gobernarse como
cionalistas y demócratas, o más bien, en- mejor les parezca. Jefferson por demás
tre la seguridad jurídica que representa consideraba que tanto la Constitución
una carta magna versus el consentimiento como las leyes de los predecesores de una

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nación, se debían extinguir en su curso na- Constitución ha jugado en la soberanía de


tural junto con quienes les dieron el ser. las naciones.

Paine (1731) y Jefferson (1984) recogen Sobre este particular, Holmes (2004: 230)
una de las más importantes tesis demó- se pregunta, si todos creemos en la so-
cratas de la historia, que es fundamento beranía del pueblo ¿por qué aceptamos
de la prohibición que tienen las generacio- restricciones? en referencia a los compro-
nes para obligar y comprometer a las que misos constitucionales previos, de hecho
les siguen, y que tiene cómo única regla ¿acaso las naciones no pueden actuar por
de excepción la herencia. Dicho esto, en sí solas, velando sus intereses, ¿cómo una
palabras de Pufendorf “el acto de una ge- masa uniforme? y a continuación nos remi-
neración sólo puede obligar a otra cuando te a los padres de la primera constitución
algún hombre [por ejemplo, un acreedor] norteamericana, quienes dan la siguiente
ha adquirido de él un derecho” (1934, p. respuesta: éstas no son restricciones: son
1346). Se trata de un planteamiento traí- el pueblo (Hamilton, 1788: 467-468).
do en la línea argumentativa de Holmes,
quien a continuación añade “si alguien he- A este caudal, Holmes se permite añadir
reda la propiedad de otros, por ejemplo, el escepticismo de Schmitt (1928: p. 41),
su trono, también heredará sus deudas” quien “como muchos otros suscribió el
(2004, p. 211). mito de una oposición fundamental entre
las limitaciones constitucionales y el go-
85
Como contrargumento a la tesis de Paine bierno democrático: todo el esfuerzo del
& Jefferson, Holmes trae a colación a Ma- constitucionalismo estaba dirigido a repri-
dison (1788) y a la defensa que éste realiza mir lo político, para replicar desestimando
del compromiso previo, al negar que una el hecho de traer a esta discusión al go-
Constitución sea un obstáculo (p. 215), bierno popular “a no ser por alguna clase
pues el obstáculo en sí se da en el vacío de marco legal que permita al electorado
legal que se forma ante la frecuente con- tener una voluntad coherente (…) Digamos
vocatoria a convenciones constitucionales, esto un tanto irónicamente: si no se ata
ya que no sería factible la toma de deci- sus propias manos, el pueblo no tendrá
siones basadas en la razón, como si en las manos.” (Holmes, 2004, p. 231)
pasiones pasajeras del pueblo.
Las decisiones se toman sobre la base de
Coincidimos con Madison (1788) en que las predecisiones. Cuando entran en la ca-
la carta política no puede ser considerada silla para votar, los votantes deciden quién
como tal, puesto que a través su carácter será presidente, pero no cuántos presiden-
instrumental las naciones en la postguerra tes habrá (p. 232). En otros términos, la
pudieron autogobernarse, y no cabe duda cooperación de las generaciones prece-
que, si los nuevos gobiernos de entonces dentes es tan necesaria cómo las institu-
la hubiesen considerado una obstrucción, ciones mismas, pues una deriva de la otra,
la reorganización política, social y econó- lo que le permite a formular que la demo-
mica en Europa no habría llegado a buen cracia no es el gobierno del pueblo, es, más
término. Resulta muy dispendioso enton- bien, el gobierno del pueblo a través de
ces, hacer un análisis sobre el papel que la canales, reglas de juego o procedimientos,

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previamente establecidos; dadas siempre, No obstante, lo anterior, conviene evitar


en atención a normas predefinidas. vincular ambos conceptos –cotidianei-
dad y Derecho– a la colonización de este
El sometimiento de la persona al segundo como si se tratare de una vic-
Derecho en su cotidianeidad toria del sistema sobre las personas. El
Quienes se forman en las ciencias jurídicas Derecho, y puntualmente las leyes como
al tener una primera aproximación al De- fuente formal del derecho, no pueden pre-
recho como instrumento, suelen tener una tender colonizar la vida cotidiana y amol-
errónea creencia de la solemnidad como darla, máxime si son postulados pactados
un velo que envuelve todas las actuacio- por anteriores generaciones cuya vigencia
nes en este ámbito, y un actuar que se de- social, política o económica se pierde. Es
sarrolla en escenarios propios del ejercicio más, en este contexto la cotidianeidad sin
de la profesión e incluso en diligencias o duda alguna es una fuerza en constante
actividades con un protocolo a seguir. movimiento, y el principio de neutralidad
tecnológica quizás el mejor ejemplo para
La realidad sin embargo evidencia que el ilustrar esta afirmación.
Derecho permea en la cotidianeidad de
nuestras acciones, y el día a día de la so- Si aterrizamos en la doctrina, pueden en-
ciedad está llena de signos de la cultura contrarse dos puntos de vista sugestivos
jurídica. Es por esto que, coincidiendo con sobre el alcance del principio, así, según
86 Ewick & Silbey (1998), el Derecho puede Cullell-March (2011), al ser un principio
catalogarse como omnipresente en todas de regulación se espera que inspire la ac-
tividad reguladora del Estado prestando
las etapas de la vida de una persona, des-
atención a los efectos de las acciones y no
de que se le reconoce la personalidad y es
a los medios por sí mismos; mientras que
concebida por el ordenamiento como ‘ser
para Koops (2006), ya que se trata de una
humano’ con los efectos legales que esto
premisa aplicada al espectro tecnológico,
conlleva, hasta después de su defunción,
le supone al ente regulador el deber de
cuando culmina el proceso sucesorio.
centrarse en los efectos que emanan del
uso de la tecnología, más que en la tecno-
En efecto, hablar de esta omnipresencia
logía en sí.
es hablar de cotidianeidad, algo que para
Sarat & Kearns (2009) implica más que Igual situación acontece con el Derecho
la idea misma de un remanente, o que un y su relación con la cotidianeidad del ser
signo de nostalgia dejado atrás en el siglo humano. No se espera que imponga o res-
pasado, un concepto tan ordinario como trinja derechos como consecuencia de un
familiar entre el análisis de la realidad so- tecnicismo o de una aplicación estricta
cial y lo legal, o por lo menos así lo ha de una ley en una situación determinada.
interpretado en la teoría contemporánea Como sociedad, esperamos en cambio que
el feminismo, que actualmente lleva el en el momento que se requiera, esto se
estandarte de lo cotidiano, a un entendi- haga teniendo como norte el fin que per-
miento de la interacción de las mujeres sigue la norma, así ese fin implique que
con su entorno por una parte, y de la otra, los ciudadanos vean afectadas sus liberta-
por las implicaciones de esa interacción. des y garantías. Esto, siempre en estricta

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aplicación del principio de ‘reserva ju- Sin embargo, sostiene este autor “no es
dicial’, a través del cual se le otorga –en raro que aquellos que ignoran la esencia
un Estado de Derecho– esa potestad a un del fenómeno jurídico, asignen a ciertos
juez, en su calidad de garante e intérpre- actos que son extraños al Derecho, un
te de la realidad en la que se desenvuelve contenido jurídico sólo porque en el len-
una norma. guaje vulgar se suele emplear la palabra
Derecho”. Así por ejemplo la acepción “te-
En conclusión, el Derecho en su calidad de ner derecho al saludo del amigo”, o “tener
eje de la cotidianeidad de la persona, no derecho a considerarse ofendido por una
puede ser reducido a una norma escrita falta de respeto con él cometida” (p. 2),
inamovible en el tiempo. Una ley, como lo resultan términos inexactos. La razón, es
que, si las personas se someten al Dere-
apunta Llambias (2012) no puede alterar
cho, ésta no es una sujeción que domina
los hechos materiales; no se pueden for-
los actos que se sustraen de normas de
zar los hechos sociales, y la historia se ha
condición muy diferentes a las jurídicas.
encargado de demostrarlo.
Ello indeciblemente nos lleva a un esce-
Éstos suelen ser más poderosos que el nario en el que las normas jurídicas son un
dictado de la ley, tal como ocurrió con eslabón más que se integra en la conduc-
la férrea resistencia social a los decretos ta humana, que en medio de su comple-
persecutorios emitidos por los emperadores jidad presenta distintas esferas, entre las 87
romanos contra los cristianos, o a la Ley Le que encontramos la religión, los deportes,
Chapelier de 1789 que pretendió disolver la vida en familia, la moral, lo social, etc.
los gremios en la Revolución Francesa. Al La norma es una especie de mandato que
final, tanto los cristianos como los gremios somete, ordena o impone realizar –o abs-
subsistieron en lo que el citado autor (p. traerse de realizar– una acción determina-
17) denomina una resistencia que com- da. El grado de vinculatoriedad de la nor-
pensa la exagerada soberanía de la ley ma, dependerá en todo caso de su eficacia
y origina el equilibrio social dando lugar vinculante, asociada al poder público o a
a la continuidad histórica, o lo que es lo una figura de autoridad.
mismo, se puede cambiar la hora, pero no
Bajo estas consideraciones, la norma ju-
prolongar el día o reducir la noche. rídica claramente es aquel mandato cuya
eficacia vinculante reposa en las institu-
Ahora bien, las personas como parte de
ciones del poder público, aunque no siem-
una sociedad que deposita su interés co-
pre éstas emanen de las instituciones en
mún en el Derecho, al llevar a cabo sus
sí, ya que sólo aquellas instituciones re-
actividades desde las más cotidianas has- vestidas de la potestas que la sociedad
ta las más solemnes, hacen de esta rela- depositó en ellas, son las que tienen esta
ción que, en términos de Ruggiero (1929), facultad. Nos referimos principalmente al
es infinita, bien se trate de relaciones de poder legislativo, aunque sin omitir tam-
persona a persona; entre la persona y la poco las facultades que en este sentido
sociedad, la familia, el Estado; o bien entre recaen en las otras dos ramas del poder
los grupos en sí. público. Es el caso de la jurisprudencia

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El Derecho como un instrumento generacional y dinámico al servicio de la sociedad:
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cuya potestas asociada a la auctoritas de no serían operantes en el supuesto que se


los intérpretes [los jueces] en su calidad vean confrontados con derechos o situacio-
de garantes de los derechos y libertades nes establecidos por una ley.
fundamentales, le ha dado un rol prepon-
derante en la construcción de las normas Con todo, las normas no se circunscriben a
jurídicas. una única categoría, en tanto el mandato
que emana de éstas no es vinculante en
En este contexto, tampoco debe dejarse a igual grado. Es así como hallamos normas
un lado la costumbre como generadora de que regulan el ámbito moral, espiritual,
normas. En el caso de la jurisprudencia, tal social, y que como lo advertíamos, se inte-
y como lo acabamos de acotar, es un es- gran como un eslabón más dentro de este
cenario de construcción de normas, prin- panorama. Ruggiero (1929) dando alcance
cipalmente en el sistema jurídico de tra- a las mismas, las delimita del siguiente
dición anglosajona, donde las sentencias modo: normas sociales, normas morales,
adquieren valor de ley al aplicarse poste- normas religiosas y normas jurídicas.
riormente en los posteriores casos que se
someten a un proceso judicial. No en vano i. Son normas sociales, aquellas relacio-
nuestra actual normativa de derecho civil, nadas con el decoro, el honor u otros
nace de la aplicación posterior de senten- sentimientos asociados al deber de su-
cias que desarrollaban instituciones por jeción de pautas dentro de determina-
parte de los pretores en el sistema de de- do grupo social. En caso de un incum-
88
recho romano.y deconstruccideramente en plimiento por parte de los miembros
la co garantes de los derechos y libertades de este grupo, no se contemplan san-
fundamentales, le ha dado un rol prepon- ciones de ningún tipo, más que el mero
deramente en la co acto de reproche o de desaprobación.

Es más, si de un análisis histórico se tra- su vez, las normas morales contem-


ii. A
ta, al rastrear los orígenes de los primeros plan un sentimiento ético de la socie-
ordenamientos jurídicos encontramos que dad en la que se vive. No se concibe
de la costumbre emanaron las normas que tampoco una constricción o castigo,
con el tiempo adquirían por si mismas vin- ya que se sustentan como normas que
culatoriedad, revistiendo a estos ordena- para Ruggiero son las ‘leyes de la ho-
mientos de madurez, y otorgándoles una nestidad por libre determinación inter-
mayor consistencia. na de la conciencia’, de modo tal que la
desaprobación que también aquí oca-
A su vez, el canon que representa una nor- siona la conducta contraria, sostiene
ma en sí como eje regulador de la con- este autor, no se detiene en la forma
ducta humana, puede ser analizado como exterior del comportamiento, como
instrumento que rige y es operante frente sucede cuando se viola la norma ex-
a aquellos cuyos intereses lesiona o cuyas terna, sino que penetra más adentro.
prerrogativas suprime, tal como lo señalan En este sentido, al valorar la conducta
Lacruz, Sancho & Luna (1988), quienes se de la persona de cara a la ‘infracción
refieren tanto a las normas de rango supe- moral’ lo que se debe tener presente es
rior como inferior, caso en el cual, sostienen, si ésta actuó de buena o mala fe.

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iii. Las normas religiosas parten en cam- entre el Estado y los administrados y, sin
bio de los preceptos comunes entre los perjuicio de la concepción que concibe el
creyentes de una divinidad, dentro de Derecho como una facultad [Derecho sub-
un credo religioso. La consecuencia de jetivo], al designar respecto a la persona
un incumplimiento de estos preceptos, una potestad que nace desde su mismo
deviene en una sanción comúnmente reconocimiento como sujeto de derechos
asociada a un castigo en la vida de los y obligaciones.
mismos, o por fuera de ésta.
Sea cual fuere la distinción que sobre De-
or último, las normas jurídicas en-
iv. P recho objetivo y subjetivo se plantea, la
cuentran su razón de ser en el Estado aproximación efectuada por Rosenfeld
mismo. Son preceptos que emanan de (1994) al interpretar a Schlink (1992) es,
las distintas ramas del poder público, a a nuestro juicio, la que más se acerca a
efectos de otorgarle cierto orden a las la realidad del Derecho como facultad y
relaciones entre éste y las personas, o como imposición a la persona. Según este
entre las personas mismas; bien sean autor, el tratamiento histórico e institu-
personas naturales o jurídicas. Como cional que se le ha dado al ordenamiento
mandato en estricto sentido, les im- jurídico desde la Constitución denota la
ponen a las personas –e incluso a las evolución hacia una cultura jurídica que
instituciones públicas–, llevar a cabo pone al Derecho al servicio de la sociedad,
un precepto positivo si se trata de una tal como se evidencia al comprender que, 89
acción o un permiso [facultad para ha- pese a que éste contempla otros intereses
cer o no hacer], o un precepto negativo de orden superior, todos éstos se relacio-
si es una omisión. nan con su carácter dinámico.

De cualquier modo, es importante tener Pensemos en el caso de la naturaleza cuyo


presente que estas no son categorías pro- reconocimiento como sujeto de derechos
piamente rígidas, como si una clasificación se ha dado en algunos Estados, entre es-
doctrinal con una finalidad pedagógica tos Ecuador, primero en el mundo de ele-
con sus errores y aciertos, por ejemplo, si- var a rango constitucional dicho reconoci-
tuaciones puntuales de solapamiento en- miento. Y es que si bien para autores como
tre dos o más categorías. Y es que, si de Roncal-Vattuone (2013) considerar a la
realizar una aproximación a una norma se naturaleza como sujeto con derechos abre
trata, ésta puede hacerse de forma restrin- otros caminos de resistencia, para noso-
gida o amplia, según sea el contexto, y la tros en realidad es una materialización del
forma en que las personas la asimilen (Co- principio de la responsabilidad de Hans
llins, 2000. p. 11). Jonas (1985), que propugna por la conser-
vación de la naturaleza, y conexamente de
Por lo demás, tampoco debe obviarse que los recursos con los que se cuentan en la
en distintos momentos de la historia o, en actualidad, con miras a su perdurabilidad
diferentes sociedades, un comportamiento de cara a las generaciones venideras.
determinado puede estar regulado como
Derecho objetivo, en el marco de la rela- En últimas, el reconocimiento de la na-
ción que se da dentro del contrato social turaleza como sujeto de derechos no es

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El Derecho como un instrumento generacional y dinámico al servicio de la sociedad:
un acercamiento desde la óptica Holmesiana

otra cosa distinta al reconocimiento de la Y es que los individuos de una sociedad al


‘persona futura’ como sujeto de derechos. renunciar a la capacidad que, por derecho,
Se trata de una tesis que planteamos acá, tienen de elegir algunas cuestiones pro-
y que se fundamenta no sólo en el obje- cedimentales que de otra manera le lle-
tivo final perseguido por el principio de varían a decidir sobre su interés propio y
responsabilidad jonasiano, sino en la cada común, lo que logran a cambio es reorien-
vez más creciente inclusión del concepto tar positivamente su capacidad de toma
de sostenibilidad o sustentabilidad, en to- de decisiones en la democracia (Cf. Kohn,
das las facetas de nuestro día a día. 2000, p. 134) para alcanzar de esta mane-
ra sus objetivos.
Reflexiones finales
Volviendo a Holmes, éste da cuenta del
Al establecer las reglas de juego según enorme beneficio que trae este cambio
las necesidades y fines de cada sociedad, de paradigma, así: “Las reglas que limitan
o lo que es lo mismo las condiciones del las opciones disponibles permitirán a per-
debate público por medio de la ‘idea de sonas y comunidades alcanzar mejor sus
limitaciones generadoras de posibilidades’ objetivos que si se les dejara enteramente
de Holmes (2004), nos resulta posible sos- libres. Tal es la función democrática de las
tener que, en un ambiente de común unión restricciones constitucionales”. (2004, p.
90 entre Derecho y democracia, no existe una 236)
tensión sino un complemento que se pone
al servicio de la sociedad, anteponiéndose En cualquier caso, al asimilar esta pro-
a cualquier objeción desde el arcaico de- puesta como la ruta de navegación, es
bate entre obligaciones heredadas versus necesario tener un compromiso firme de
consentimiento expreso. estructurar unas reglas puestas de frente
a una seria reflexión de la teoría de la de-
A ello añadimos textualmente el alcance mocracia, en tanto y en cuanto, nos halla-
de esta propuesta en Holmes “Los crea- mos en un mundo en la que la mayoría de
dores de la Constitución supusieron que Constituciones tienen un carácter original-
las generaciones futuras desearían vivir mente poco democrático.
bajo un gobierno en que la mayor parte de
las obligaciones derivaran de un consen- Es así, como todo aquello que atañe con
timiento expreso” plasmado en la Cons- el fin perseguido por el Derecho, termina
titución a manera de “(…) documento de aterrizando en la persona. Las normas,
procedimientos que asegurara los requi- cuentan para estos efectos con lineamien-
sitos para el consentimiento y disidencia tos y principios que toman en cuenta en
racionales, el debate público, la resolución su conjunto, o individualmente, las cuatro
de conflictos sin violencia y la revisión mi- condiciones propias de cada sociedad: cul-
nuciosa y acumulativa del propio marco turales, sociales, económicas y políticas;
constitucional” (2004, p. 235), puesto que de la mano de postulados filosóficos que
ante ello, no cabe mayor garantía que un tienen como propósito cuidar y mejorar las
consentimiento hipotético. condiciones de la existencia del hombre.

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Rousseau (1913), se refería a esto, como Ewick, P., & Silbey, S. (1998). The common
el contrato [social], a través del cual los place of law: Stories from everyday life.
individuos como miembros de la socie- Chicago: University of Chicago Press.
dad acordaban un pacto para vivir en esta
condición; a través del cual el Estado les Gargarella, R. (2008). Constitucionalismo
otorgaba ciertos derechos y libertades vs. Democracia. En R. Gargarella (Ed.), Teo-
sociales, y en contraprestación, estos se ría y crítica del Derecho Constitucional,
obligaban para con éste, a abandonar la Buenos Aires: Abeledo Perrot.
libertad en su acepción natural.
Hamilton, A. (1788). Federalist papers, No.
De hecho, cabe recordar que la postura que 78. New York: Independent Journal
sostenemos sobre el carácter dinámico del
Derecho basado en un desconocimiento Hayek, F. (1960). The Constitution of Liber-
del precompromiso con las generaciones ty. Chicago: University of Chicago Press.
pasadas, se acompasa con el postulado de
Rosseau sobre el contrato social, en tanto Holmes, S. (2004). Precommitment and
éste permite que los miembros de la so- the Paradox of Democracy. En J. Elster &
ciedad cambien los términos del contrato R. Slagstad Rune (Eds.). Constitucionalis-
cuando así lo estimen oportuno. Por con- mo y democracia. Ciudad de México: Fon-
siguiente, el Derecho debe ser redimen-
do de Cultura Económica.
sionado desde su óptica instrumental al 91
servicio del ser humano, más que como Jefferson, T. (1984). Writings. New York: Li-
una disciplina que rige el comportamiento brary of America.
de éste –en un ámbito temporal y espe-
cial siempre cambiante– a partir de una Jonas, H. (1985). The imperative of respon-
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