Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Semana Santa del año 2000. La Iglesia celebra el Gran Jubileo del
nacimiento de Cristo. A un encuentro de oración con el Hogar de la
Madre había llegado una joven irlandesa de 17 años. Parecía tan alegre
como superficial. Buscaba sol y fiesta en España, y se encontró con un
grupo de personas que celebraba con toda intensidad la Pasión, Muerte
y Resurrección del Señor.
Todavía muy joven y con muchas cosas por aprender llegó a su primer
destino, nuestra casa de Belmonte, en Cuenca (España). Aquí las
Siervas del Hogar de la Madre dirigimos una residencia para niñas y
jóvenes que proceden de familias con dificultades. Es un trabajo difícil
porque, en muchos de los casos, las niñas llegan a nosotras tras haber
sufrido situaciones familiares que las han marcado dolorosamente. La
Hna. Clare comenzó aquí a poner de manifiesto el don tan especial
que tenía para llegar a las almas de los niños y jóvenes, para
mostrarles la verdad, para enseñarles a amar al Señor, para guiarles en
su personal proceso de curación interior de las heridas que cada uno
arrastra. Su celo por las almas, especialmente de los jóvenes, era
inmenso. La Hna. Isabel Cuesta recuerda: «Lamentaba el tiempo en el que
había estado sujeta a la mentira y, en ese sentido, ella hablaba muy claro a
los jóvenes. Tenía mucho celo por revelarles la verdad y por desvanecer las
mentiras que les llevaban a perder la fe, a perder la gracia, a perder la
pureza». Y la Hna. Karen María McMahon completa: «Cuando veía pecado,
decía “no”. Era muy clara. Muy clara. Uno podría pensar que las chicas se
asustarían o que dirían: “Es demasiado intensa, qué exagerada”. Pero, al
contrario, siempre se reunían alrededor suyo cuando tenían oportunidad.
No era porque ella buscaba ser el centro, sino porque era una luz para
ellas».
La Hna. Clare estuvo solo unos meses en esa casa, pero los superiores
pudieron ya percibir que había asumido muy profundamente los
criterios y el estilo de las siervas. Por eso, comprendieron que podían
enviarla, junto con otras tres hermanas, a la comunidad que debía
abrirse en EEUU, en la ciudad de Jacksonville (Florida) en el mes de
junio de 2006. Era la única hermana que era de lengua madre inglesa, y
eso supuso que tuviera que asumir mucha responsabilidad. Las
hermanas trabajan allí al servicio pastoral de la Parroquia de la Asunción
y de su escuela parroquial, además de colaborar en varias parroquias
más, con sus correspondientes colegios parroquiales.
Han pasado más de diez años desde que la Hna. Clare estuvo en
Jacksonville y es impresionante comprobar cómo la «marca» que dejó en
los que entonces eran sus «niños de catequesis». Por ejemplo, Kaitlyn
Manson tenía tan solo seis años cuando conoció a la Hna.
Clare, pero recuerda que, cuando la Hna. Clare les llevaba a la capilla del
Santísimo, les decía: «Escuchad lo que Jesús os quiere decir. Por supuesto
que podéis hablarle, pero aseguraos de que le escucháis». El párroco de la
Asunción, el P. Fred Parke, explica: «Los niños captaban el entusiasmo
que ella tenía por la Eucaristía. Ella rezumaba entusiasmo por el Señor. Y,
una vez que habías estado con ella, sabías que tenías que adquirir ese
entusiasmo. Era muy pegadizo».