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HISTORIA DE UN RECLUSO

Me desperté exactamente a la misma hora en que un gran estruendo irrumpió aquella


madrugada del 19 de Mayo. Transcurridas las seis de la mañana, un atrevido pequeño rayo de
sol penetraba los sólidos barrotes de la celda, iluminando el reducido espacio de cuatro metros
cuadrados que alberga a siete privados de libertad. Enseguida, me levanté y mientras daba
unos estirones, recordaba aquel día en que el canto de las aves armonizadas con el ruido del
barrio de la ciudad de las carretas y pampas de pilo, se silenciaban. En un intento de romper
ese fatídico recuerdo, me dispuse a recorrer el pabellón, mientras todos dormían. Un gran
ventanal dejaba ver un hermoso paisaje verde y unas diminutas casas a lo lejos, en las faldas
del Ruco Pichincha. Aquel mundo andino ajeno a quienes nos criamos corriendo descalzos por
las pampas salitrosas, era todo lo que mis ojos recogerían los siguientes meses del mundo
exterior. Enseguida me imaginé viviendo una vida sencilla; me imaginé vistiendo una ropa
abrigada, junto al rebaño esperando las horas para terminar aquella faena que no fui capaz de
imaginar.

El páramo siempre me resultó hermoso, y ahora más que nunca. Parado allí frente al ventanal,
sentía el aire fresco y el brillante sol; Aquél gigante azul, totalmente despejado, dejaba
apreciar el verde paisaje que armonizaba con la tranquilidad de las montañas. Mientras,
trataba de imaginarme a las personas que no alcanzaba a ver. Una brisa muy fría me despertó
de la ilusión y mi mente se trasladó a la realidad. Pensé en esas personas, dueñas del páramo,
qué aun viviendo en lo más cercano al cielo, donde la geografía se ha conformado a puro
capricho de la naturaleza, la decadencia del sistema se encuentra empedernida con alcanzarlas
y atraerlas a sus ruines entrañas. En ella se desenvuelven y contra ella resisten. Los presos
resistimos la decadencia del sistema encerrados en cubículos privados de “libertad”; los
“libres” resisten la decadencia privados de dignidad, o en riesgo de perderla.

¡Soy un soñador, que no deja de mirar nunca ese exterior por encima de la decadencia, y que, a
nombre de la dignidad, resiste!

J.Bustamante

LA PRISIÓN

Estrofa I

Estoy en un lugar donde todos te olvidan

Dónde se fue mi vida, dónde se fue el amor

Estoy en un lugar, y no encuentro salida

Hoy me sangra la herida

Estoy en la prisión esperando por ti

¡Por favor! No me dejes morir

En el lugar donde estoy, le doy gracias a Dios

Que por su misericordia vivo estoy

Buscando solución al problema que me encuentro hoy


Coro

Ahora extrañando el barrio y los abrazos de mi madre

Pagando una condena por no haber sido cobarde

La soledad me quema, la tristeza me arde;

Escribiendo canciones del tiempo que Dios me guarde

Estoy en el lugar donde todo el mundo te abandona

En silencio se llora, y de rodillas de ora

Entre barrotes pasando horas, ruego a Dios que me perdone

Con sed de libertad y esté de vuelta por “La Lola”

Y me das de mucho esta herida

Yo también sufriendo con mi alma perdida

Yo perdí un amor cuando perdí mi vida

Ahora mi juventud se escurre en una celda fría

Estrofa II

Le doy gracias Dios por su misericordia

Vivo estoy buscando solución al problema que me encuentro hoy

La cárcel es un lugar para pobres

Sin importar su condición social

Si la cometes, acabas de llegar

Esperando por ti, ¡por favor no me dejes morir!

En el lugar donde estoy

CoroII

Ahora estoy preso y no me queda de nada

Ya pasó el tiempo y yo sé que ese reloj nunca para

Otra madrugada que esta cárcel me separa

Del calor de los míos

Pero siempre Dios me ampara,

como problemático adolescente

Salgo de la calle y de la más caliente

Y a mucho sufrir, pero esto no es paciente

Tanto problemático, con toda mi gente


Seguro que saldré más fuerte

Mami te lo juro que pronto podré verte

Ahora soy cantante ya no un delincuente

Luigi-El Cantante

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