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Tales fue algo más que un filósofo griego, ya que, se le considera el primer filósofo de la historia

occidental.
Nació en Mileto, una colonia griega con una situación estratégica privilegiada entre Persia y Egipto,
lo que hacía de esta zona un importante punto comercial; esto posibilitó el contacto con otras
culturas. Se produjo un intercambio de conocimientos entre oriente y occidente y los griegos
supieron aprovecharse del saber de sus vecinos.
Una de las principales aportaciones de Tales de Mileto es la que se relaciona con el agua. Para
Tales, el agua, es el primer principio, creador de vida y de movimiento, generador de todo lo que
está vivo. El agua cumple ciertos requisitos, según el filósofo, que no dejan lugar a dudas acerca del
carácter divino de este elemento. Entre las fundamentaciones que ofrece para otorgarle tal cualidad
están las siguientes:
● Todos los seres se presentan en uno de los tres estados del agua, ya sean en su estado
sólido, líquido o gaseoso. Pudiendo convertirse el agua en vapor o en hielo y volver a su
estado de liquidez.
● En el universo todo es movimiento. El agua es activa, fluye, se eleva y cae.
● Todos los seres vivos requieren de agua.

Tales de Mileto descubrió que una resina fósil descubierta en las playas del Báltico, a la cual
nosotros llamamos ámbar y ellos llamaron elektron tenía la propiedad de atraer plumas, hilos o
pelusa al ser frotada con un trozo de piel. 
El pensamiento alquímico de la antigua Grecia se basó en teorías y especulaciones y muy pocas
veces en la experimentación. Muchas de las escrituras griegas del tema se conservaron y despertó
el estudio de ésta ciencia en la edad media.

El filósofo Tales de Mileto afirmaba ya en el año 640 a.C. que el agua era el principio de todo: el
elemento básico del Universo. El agua producía todas las cosas; las plantas y animales no eran más
que agua condensada bajo diversas formas y se convertían en agua una vez morían.

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