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¿Por qué no puedo controlarme?

Sé perfectamente lo que está


bien y lo que está mal, pero no lo puedo remediar.

A Pablo le pasaba lo mismo. Pablo establecía una clara diferencia


entre su persona y esa fuerza incontrolable que moraba en él al
expresar que “ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mi”.

Ese “yo” es la persona de Pablo, el alma, la voluntad y la mente


del hombre. El “pecado” que moraba en él era la natural
debilidad que, al igual que todos los seres humanos, heredó de
sus padres.

Todos hemos heredado de nuestros padres un temperamento


que incluye tanto fortalezas como debilidades. La Biblia le asigna
a este temperamento diversos nombres, tales como: “el hombre
natural”, “la carne”, “el viejo hombre” y “carne corruptible”.

Para entender mejor esto, debemos definir tres términos:

– TEMPERAMENTO. Rasgos congénitos que en forma


inconsciente afectan el comportamiento del hombre. El
ordenamiento de estos rasgos temperamentales es tan
impredecible como el color de ojos, del cabello o de la estatura.

– CARÁCTER. Es el resultado de nuestro temperamento natural


modificado por la formación que recibimos en nuestra infancia,
por la educación y por las actitudes, creencias, principios y
motivaciones básicas. A veces se le denomina “el alma” del
hombre, constituida por la mente, las emociones y la voluntad.

– PERSONALIDAD. Es la exteriorización de nuestro yo, que puede


o no confundirse con nuestro carácter según sea nuestra
autenticidad. A menudo la personalidad es una conveniente
fachada que cubre un carácter débil o desagradable.
Muchos juegan un papel, hoy en día, basados en lo que creen
que debe ser una persona, y no lo que realmente es. Excelente
formula para un caos mental y espiritual. Se origina por ajustarse
a lo que los hombres consideran una conducta aceptable.

1 Samuel 16:7 “Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su


parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho;
porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre
mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el
corazón.”

Proverbios 4:23 “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;


Porque de él mana la vida.”

Es dentro del hombre y no fuera de él, el sitio apropiado para


cambiar el comportamiento.

Resumen:
El temperamento es la combinación de rasgos con los cuales
nacemos; el carácter es nuestro temperamento “civilizado”; la
personalidad es el “rostro” que mostramos a los demás.

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