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JULIO CESAR

Julio César nació el 12 de julio del año 100 antes de Cristo, en Roma. Su padre era Cayo
Julio César, un político romano, y su madre fue
Aurelia Cota, una dama de la nobleza.

Gracias al apoyo de su tío Cayo Mario recibió una


educación excelente. Su juventud duró poco, ya
que desde muy joven empezó a interesarse por la
política y a acercarse a cargos importantes para
ganarse el favor de la gente y ganarse una fama
honrada.

Empezó a subvencionar fiestas y obras públicas y a


ocupar cargos muy influyentes como: cuestor, edil, gran pontífice, pretor y propretor. A los
quince años se casó con Cornelia, hija de un dirigente máximo del partido popular y un
hombre realmente poderoso en Roma. Todas sus decisiones le acercaban un poco más al
poder y al gobierno de Roma.

Sila apareció en el poder y se convirtió en dictador y en su enemigo, así que Julio César
tuvo que exiliarse a Asia, donde fue perseguido y se le puso precio a su cabeza. Sila murió,
y César regresó a Roma en el año 78 antes de Cristo. Había adquirido mucha experiencia
en negocios públicos, y pensó que una vez Sila había muerto, él tendría una oportunidad
para hacerse con el poder, pero se equivocó.

No consiguió ningún cargo importante, así que viajó a Rodas para completar sus estudios
políticos y regresó a Roma en el 73 a.C. después de haber recibido importantes lecciones
de oratoria.

El 60 a.C. se unió a Craso y Pompeyo para formar un triunvirato, es decir, un gobierno de


tres hombres. Julio César empezó a notar diferencias entre sus intereses y los de Pompeyo,
ahí empezó su rivalidad. Una guerra civil estalló entre Pompeyo y César, pero finalmente
Pompeyo murió asesinado en Egipto y César subió al gobierno como dictador.

Ayudó a Cleopatra a ser reina, terminó con las rebeliones de Asia Menor, eliminó el
sistema corrupto de impuestos y amplió la ciudadanía romana.
Su esposa murió y se casó con Calpurnia, con la que no tuvo ningún hijo varón que le
sucediera en el trono. En su testamento puso como heredero a su sobrino Octavio, que sería
el siguiente emperador de Roma. César murió en el año 44 a.C. asesinado por un grupo de
senadores que conspiraron contra él para acabar con su dictadura.
NERÓN

(Lucio Domitio Claudio Nerón; Anzio, Lacio, 37 - Roma, 68) Emperador romano, último
de la dinastía Julio-Claudia. Era hijo del primer matrimonio de la segunda mujer del
emperador Claudio, Agripina la Joven y, por tanto,
tataranieto de Augusto.

Agripina convenció a Claudio para que adoptara a Nerón


en el año 51, señalándole como heredero de la diadema
imperial (en lugar del que se suponía su propio hijo,
Británico, nacido del matrimonio con Mesalina). Para
fortalecer su posición, Agripina casó a Nerón con otra hija
del emperador Claudio, Octavia, en el 53. Finalmente,
Agripina asesinó al emperador en el 54, dejando el camino
libre para su hijo. Éste fue proclamado emperador con sólo
17 años por la guardia pretoriana, dirigida por el prefecto Burro.

El reinado de Nerón (54-68) se inició bajo la influencia de Burro y del


filósofo Séneca (preceptor de Nerón), a través de los cuales era Agripina la verdadera
dueña del poder. Pero cuando Agripina sospechó que Nerón pretendía sacudirse la tutela
materna, empezó a conspirar con Británico para derribarle, y el emperador respondió
haciendo asesinar tanto a Británico (55) como a Agripina (59).

Tras cinco primeros años de reinado bastante tranquilos, recordados más tarde como uno
de los mejores periodos de la historia romana (en los cuales se estableció el protectorado
romano sobre Armenia), el emperador empezó a convertirse en un tirano sin escrúpulos,
interesado tan sólo por gozar de los placeres de la vida y de la belleza, bajo la influencia de
su caprichosa amante Popea (que obligó a Nerón a divorciarse de Octavia y a asesinarla en
el 62, para casarse con ella misma). También hizo asesinar a Burro (62) y le sustituyó por
su favorito Tigelino.

Embarcado ya en un despotismo delirante, Nerón cometió toda clase de atrocidades y


extravagancias: se dedicó a hacerse adular como poeta, músico, bailarín y deportista en
actuaciones públicas; hizo arder la ciudad de Roma para reconstruirla a su gusto (64);
desató persecuciones contra los cristianos acusándoles de ser los culpables del incendio;
intentó ganarse al pueblo con espectáculos y regalos en los que arruinó el tesoro imperial; e
incluso provocó la muerte de Popea, haciéndola abortar de una patada durante un acceso de
cólera.

Una conjura organizada por Pisón para derrocarle fue descubierta y castigada (65); como
represalia, Nerón ordenó suicidarse, entre otros, a sus antiguos amigos Séneca y Petronio.
Tres años después se rebelaban contra él los gobernadores de las Galias (Julio Vindex), la
Hispania Citerior (Galba) y Lusitania (Otón); la rebelión halló eco en el Senado, que
acordó deponer al emperador en el 68. Nerón se hizo matar por su secretario cuando iba a
ser arrestado, dando paso a un año de confusión en el que pugnaron por el poder cuatro
emperadores (Galba, Vitelio, Otón y Vespasiano).
ROMULO AUGUSTO

Debido a que los historiadores se basan en datos recogidos en el pasado y no de primera


mano, muchos de ellos suelen ser imprecisos. Tal es el caso de la fecha de nacimiento de
Rómulo Augusto Pío Félix Augusto, cuya llegada al mundo fue en la ciudad italiana de
Rávena entre los años 461 y 463. De su información personal se conoce que su padre fue
Flavio Orestes, un político con ciudadanía romana que era proveniente de Pannonia,
territorio que hoy en día se ubica entre Hungría y Croacia.

En aquella época era común que los recién nacidos fuesen bautizados con nombres de gran
significado, y si éste era aristocrático, mucho mejor. Es por esta razón que Rómulo fue
llamado así por su abuelo materno, quien fue un conde de Poetovio, una ciudad eslovena.
Por su parte, el apellido Augusto era simplemente establecido por el cognomen, un
sustantivo propio que especificaba el tipo de familia a la que pertenecía.

La presencia de Rómulo Augusto en el Imperio Romano de Occidente estuvo precedida


por la actuación de su padre en la dirección de batallas encomendadas por el emperador
Julio Nepote. En ese momento Flavio Orestes fue designado como Magister militum per
Galliam, el rango más alto que existía para un militar. Para comenzar con sus funciones,
Orestes se trasladó a las Galias, una zona ubicada en la Europa occidental.

En su camino de regreso a Italia, Flavio Orestes decidió hacerse con Rávena, la capital del
Imperio Romano. Al notar la sublevación del militar y político, el emperador Julio Nepote
no tuvo otra opción que dirigirse a Dalmacia, donde se refugió en el gobierno de su tío. Por
su parte, Orestes no quiso asumir el mandato de tan elemental zona, y decidió hacer algo
mejor: nombró a su hijo como emperador.

EL POLÉMICO MANDATO DE RÓMULO AUGUSTO: La razón por la que Flavio


Orestes nombró a Rómulo Augusto como emperador no está clara. Muchos historiadores
han hecho referencia a un «secreto», pero no ha habido un indicio contundente sobre ello.
Lo cierto es que el 31 de octubre del 475 el político designó al joven con tan sólo 15 años
como líder del Imperio Romano de Occidente, un cargo deseado por muchos otros con más
tiempo y experiencia en el área.

Dos de ellos fueron Basilisco y Zenón, generales que ansiaban con gran determinación
poder ocupar el puesto que había obtenido Rómulo Augusto por el golpe perpetrado por su
padre. Flavio Zenón se desempeñaba en ese tiempo como principal cabeza del Imperio de
Occidente, mientras que Flavio Basilisco estaba al mando del Imperio Bizantino.

Rómulo Augusto, como era de esperar, no tuvo la capacidad de dirigir el Imperio Romano
de Occidente con sus propias decisiones, por lo que era Flavio Orestes, su padre, quien se
encargaba de ello. Por su parte, las ciudades de Rávena, la Galia, Roma y Milán ya habían
creado monedas con el nombre del nuevo emperador, lo que le otorgaba un grado de
legalidad y aceptación al menos entre la población italiana.

FIN DEL IMPERIO ROMANO: Después de apenas unos meses en el mandato, las
tribus germánicas habitantes de las tierras italianas tenían un deseo que hacerle al nuevo
emperador: querían tomar posesión de una tercera parte del territorio mencionado para
formar parte de los federados. Este tipo de población era la que no tenía una ciudadanía
romana legal, pero que podía servir para cualquier eventualidad que pudiera presentarse en
contra de Roma.

A pesar de que Odoacro (el jefe al mando de las tribus) había hecho el pedimento con paz,
Flavio Orestes denegó la solicitud sin derecho a hablar nuevamente sobre el tema. Los
germánicos siguieron las instrucciones de Odoacro y se pusieron en marcha para capturar a
Orestes, quien no se había percatado del peligro que corría después de su decisión.

En Rávena ya se había activado una alerta para proteger a Rómulo Augusto, pero Odoacro
pedía que entregara el poder si no quería correr con la misma suerte que su padre. Una vez
estando en Rávena, el emperador tuvo que abdicar su cargo en el Imperio Romano de
Occidente, acción sucedida el 4 de septiembre de 476 y celebrada por las tribus y por los
que nunca llegaron a simpatizar con Rómulo Augusto.

Después de esta destitución, se supo que Odoacro no tomó la decisión de ejecutar a


Rómulo Augusto por su corta edad. Además, lo ayudó con el otorgamiento de una cantidad
de 6000 bizantinos anuales, una suma suficiente para que Rómulo pudiera sobrevivir en el
exilio. Aunque se tuvo conocimiento de que el ex emperador estuvo en localidades fuera
de Italia, nunca se supo hasta qué día exactamente vivió. Aun así, registros históricos
podrían sustentar que estuvo con vida hasta los años 520 o 530.
CESAR AUGUSTO

Nació el 23 de septiembre del año 63 antes de Cristo en Roma, en el seno de una familia
rica y acomodada; su padre era pretor de Macedonia y su madre era sobrina-nieta de Julio
César. Tras su nacimiento tuvo que
trasladarse a la localidad de donde era
originario su padre, Velletri. Durante su
juventud mostró grandes aptitudes para la
política y el ejército, por lo que Julio César
decidió adoptarle en el año 45 antes de Cristo
y le convirtió en su heredero.

Llevó a cabo varias campañas en Hispania y


tuvo que enfrentarse a los partos en Epiro,
donde recibió la noticia de la muerte de Julio
César en el año 44 antes de Cristo. Acto
seguido puso rumbo a la capital y cuando
llegó se encontró con que Marco Antonio y Lépido habían repartido el territorio.

BATALLAS DE AUGUSTO PARA OBTENER EL PODER

Tuvo que luchar contra Marco Antonio para obtener el poder. Para ello contó con el apoyo
de Cicerón, los republicanos del Senado y los grandes financieros, gracias a los cuales
pudo costearse un ejército propio. Tras derrotar a Marco Antonio, volvió a Roma y exigió
al Senado que le nombrasen cónsul, pero debido a su edad, apenas 20 años, su petición fue
denegada. Debido a este rechazo, marchó sobre Roma para tomar el poder. Lo hizo sin que
se produjera combate alguno, ya que todas las tropas, incluidas las que se enviaron contra
él, le apoyaron.

Una vez nombrado cónsul, decidió otorgarse poderes extraordinarios. Debido a la


resistencia de Bruto y Casio, que se negaban a aceptarle, se alió con sus antiguos enemigos
Marco Antonio y Lépido y formó un triunvirato. Esto dio lugar a la continua persecución
de los republicanos que terminaría en el año 42 antes de Cristo en la batalla de Filipo en
Macedonia.
EL REPARTO DE PODER: Hecho esto, decidió repartir el poder junto con Marco
Antonio, dejándole a este la zona oriental mientras él controlaba la occidental. Esto
produjo un enfrentamiento entre ambos, la guerra de Perugia, en la que Agripa, del lado de
Octavio, derrotó a las tropas de Marco Antonio. Acto seguido se hizo un nuevo acuerdo
para repartir el poder. Octavio gobernaría toda la parte occidental; Marco Antonio tendría
el poder de la parte oriental pero hasta el río Drin; Lépido dominaría África; y por último
Italia sería gobernada por los tres conjuntamente. Para mantener la paz, Marco Antonio se
casó con la hermana de Octavio, Octavia la Menor.

Poco después, Marco Antonio había caído bajo las redes de la reina de Egipto, Cleopatra,
de quien se había enamorado. Ésta gobernaba con una política más típicamente oriental, lo
que no gustó nada a Augusto, pues iba en contra de los intereses romanos. Debido a ello, le
declaró la guerra a Cleopatra en el año 32 antes de Cristo.

Un año más tarde saldría victorioso de la batalla de Accio, tras la cual consiguió entrar en
Alejandría. Poco después, y viendo su derrota, Marco Antonio y Cleopatra se suicidaron.
Egipto se convirtió en una provincia romana, lo que otorgó a Octavio el control de toda la
zona mediterránea.

CÉSAR AUGUSTO: EL PRIMER EMPERADOR DE ROMA

Una vez regresó a Roma, decidió cambiar la forma de gobierno. Trasformó la República en
un sistema político más parecido a un Imperio, en el que el poder se dividía en el Senado y
el pueblo, por un lado, y el emperador y su casa por otro. Entre sus medidas, estaba la de
renovarse a sí mismo el título de cónsul, además de otorgarse nuevos títulos para aumentar
su poder, como Princeps senatus; Augustus, con un trasfondo divino; Imperator
Proconsulare en algunos de los territorios para tener poder militar; Tributo Vitalicio,
Cónsul Vitalicio, Prefecto de las costumbres, Gran Pontífice y finalmente Padre de la
Patria. Rechazó su divinización en vida, pero hizo instaurar el culto al emperador por parte
de todos los habitantes.

Una de sus principales misiones fuer mejorar la economía y estabilidad de Roma, que se
veía amenazada por la gran extensión de los territorios. Para ello, reformó las instituciones
y las adaptó a las necesidades del imperio, creando el Consejo del Príncipe, del que
formaron parte personas que contaban con el favor del emperador, como Agripa.
También dividió las provincias en dos tipos de territorio; el primero, las senatoriales, con el
fin de que fueran gobernadas por una persona nombrada por parte del Senado; por otro
lado, estaban las imperiales, que serían gobernadas por el propio emperador. Asimismo,
reorganizó el sistema fiscal, instaurando una gestión directa y menos agresiva. Favoreció a
los pertenecientes a la orden ecuestre de la que provenía en lugar de a la aristocracia
procedente del Senado.

También aseguró las fronteras del extenso territorio de los constantes enfrentamientos con
los partos y los germanos, además de seguir expandiendo el imperio por la parte oriental.
Debido a su falta de hijos, adoptó a Tiberio como su sucesor.

MUERTE DE CÉSAR AUGUSTO: Murió el 19 de agosto del año 14 en Nola. Tras su


muerte, Tiberio consiguió el poder sin problemas. Gracias a la gran labor que había
realizado, el pueblo pidió que se le divinizara, tras lo cual el nombre de Augusto sería
utilizado como título por los siguientes emperadores. Su cuerpo fue trasladado a Roma y
quemado en el Campo de Marte.
CONSTANTINO

Flavius Valerius Aurelius Constantinus, conocido como Constantino I o Constantino el


Grande, nació en Yugoslavia el 27 de febrero entre el 270 y el año 288 después de Cristo.
Era hijo del militar Constancio Cloro y su esposa Elena.

Pasó la mayor parte de su infancia junto a su padre en


los campamentos militares romanos hasta que su padre
fue nombrado como sucesor del emperador en el año 293
d.C., entonces pasó a estar a cargo de Diocleciano, a
quien acompañó a diferentes campañas militares y a
persecuciones contra los cristianos. Cuando el
emperador abdicó, su padre empezó a gobernar la mitad
del imperio junto a otro gobernador llamado Galerio, que
gobernaba la otra mitad. Esto produjo una serie de
guerras civiles hasta que el padre de Constantino murió y
él quiso ocupar su lugar. Galerio no quería que Constantino reinara, así que le otorgó un
cargo mucho más bajo que un emperador, hasta que el emperador que había abdicado le
reconoció como gobernante y le dejó casarse con su hija Fausta.

El resto de gobernadores del imperio nunca estuvieron de acuerdo con esta decisión y
trataron de quitarle el título, así que, ante tal amenaza, Constantino reforzó su poder en los
territorios que gobernaba y se dispuso a conquistar su propio imperio. Primero derrocó a
Maximiano, después al hijo de Maximiano, llamado Majencio, quien era su principal
enemigo respecto al control del territorio. Así logró hacerse con el control del imperio de
Occidente como único gobernador, y había pactado una alianza de paz con el gobernador
del imperio de Oriente, Licinio. El senado reconoció a Constantino como único y máximo
dirigente del imperio romano de Occidente.

Constantino estableció entonces el derecho al libre culto en su imperio, por tanto, los
cristianos dejaron de ser perseguidos y los sacerdotes pasaron a ser de gran importancia y a
poder participar en las actividades del senado romano y en la toma de decisiones, además
de administrar el imperio. Fue el primer emperador romano cristiano. Años más tarde
Constantino exilió a Licio con la excusa de su persecución contra los cristianos y se hizo
con todo el imperio.
El 11 de mayo del año 330 después de Cristo, inauguró su nueva capital a la que llamó
Constantinopla. La llenó con edificios monumentales y obras públicas. Constantinopla
significa la unión entre Asia y Europa.

Constantino quería empezar una gran campaña militar, la cual dejó a medias y finalmente
se abandonó después de su muerte en el 337, después de caer enfermo unos meses antes.
Sus hijos le sucedieron en el trono.
TEODOSIO

0347/01/11 - 0395/01/17)

Teodosio I el Grande

Emperador romano de Oriente (379-395) y de Occidente (394-395). Nació el 11 de enero


de 347 en Cauca hoy Coca, Segovia, (España).

Su padre fue el general romano Flavio Teodosio (Teodosio


el Viejo), al que acompañó en sus campañas de Britania.

Cuando Flavio Valente, emperador romano de Oriente,


murió luchando contra los visigodos en Adrianópolis en el
año 378, el emperador romano de Occidente, Flavio
Graciano, le nombró para sustituirle. Fue coronado el año
siguiente como augusto.

En el 382 negoció con los godos un tratado de paz que les


permitía residir en el territorio imperial a condición de que
sirvieran en su Ejército. Tras el asesinato de Graciano en el
383, reconoció al usurpador, Magno Clemente Máximo, como emperador de Occidente, a
excepción de Italia, donde Valentiniano II continuó como sucesor legal de Graciano.

Máximo invadió Italia en el 388, Teodosio lo venció, y restituyó a Valentiniano como


emperador romano de Occidente. Defensor del cristianismo, persiguió a los arrianos
ordenado en 390 la masacre de 7.000 ciudadanos insurrectos de Tesalónica (Grecia). Fue
excomulgado por el obispo Ambrosio de Milán.

Marchó a Italia, donde venció a Arbogasto y a Eugenio en septiembre del 394, año en que
suspendió los juegos olímpicos por su simbología pagana.

El 17 de enero del 395, tras su muerte en Milán, le sucedieron sus hijos, Arcadio en


Oriente y Honorio en Occidente.
FUNDACIÓN DE ROMA

FUNDACIÓN: Según cuenta la tradición, todo comenzó el 21 de abril del año 753 a. C.
cuando Roma fue fundada por Rómulo y Remo. Tras haber sido abandonados a su suerte al
nacer, una loba llamada Luperca los amamantó y crió en el Monte Palatino. Al crecer los
hermanos decidieron regresar y fundar una ciudad, en el mismo punto en que la loba los
encontró. Tras una pelea por los límites geográficos, Rómulo asesinó a Remo, pero
arrepentido decidió ponerle el nombre de Roma en su honor.

REYES DE ROMA: Desde la fundación hasta la declaración de la República gobernaron


siete reyes, el primero Rómulo. Fue seguido por Numa Pompilio, fundador de la religión
romana. El siguiente fue Tulio Hostilio, gran guerrero romano. Más adelante, Anco Marcio
subió al trono asesinando al anterior rey. Los tres siguientes fueron reyes etruscos: Lucio
Tarquinio Prisco, Servio Tulio y Tarquinio el Soberbio.

REPÚBLICA DE ROMA: En el año 509 a. C., cansados de tanta crueldad, el pueblo se


unió para expulsar a Tarquinio el Soberbio y fundar una República. Nunca más en la
historia de Roma volvió a gobernar un rey. Tras el amargo recuerdo que les dejó el poder
de un sólo hombre, decidieron crear un gobierno en el que siempre había dos cónsules.
Ambos eran renovados cada año, así nadie podría llegar a ostentar un excesivo poder. En
una primera etapa el poder recayó sobre los Patricios, descendientes de las primeras
familias fundadoras. Únicamente ellos podían acceder a los puestos del Senado, esto trajo
graves revueltas sociales que a punto estuvieron de acabar con la República. Finalmente,
los plebeyos consiguieron que se les incluyera en el Senado, creándose los Tribunos de la
Plebe. Ellos redactaron la Ley de las XII Tablas, la ley escrita más antigua del mundo y
precursora del derecho romano.

GUERRAS TERRITORIALES: El abuso de poder de los romanos sobre los pueblos de


los alrededores trajo como consecuencia el estallido de las Guerras Latinas y Samnitas.
Posteriormente se produjo la Primera Guerra Púnica contra los cartigeneses, dando como
resultado la inclusión de Sicilia como primera provincia de Roma. Además, acordaron
repartirse la Península Ibérica, los romanos se quedarían con los territorios al norte del río
Ebro y los cartagineses con el sur. Durante los siglos III y II a. C. se sucedieron más
guerras territoriales, dos más contra los cartagineses, conocidas como las Tres Guerras
Púnicas, y otras tres contra el Reino de Macedonia. Esa actividad belicista dio como
resultado la adhesión a Roma de Hispania, África, Cerdeña, Macedonia y parte de Grecia.

CONFLICTOS CIVILES: El siglo I a. C. trajo grandes conflictos civiles, aprovechados


por los generales Sila, Mario, Pompeyo y Julio César para obtener el poder absoluto de
Roma. Julio César consiguió hacerse cónsul y autoproclamarse dictador vitalicio, el
Senado temeroso urdió un complot para asesinarle. Sus partidarios, Cayo Octavio, Marco
Antonio y Lépido, formaron un triunvirato para seguir gobernando y repartirse los
territorios conquistados.

Tras deshacerse de sus antiguos aliados, Octavio se quedó con el poder absoluto de Roma
en el año 27 a. C.. Conocedor del odio profesado a los monarcas ideó un sistema
proclamarse emperador, a partir de entonces recibió el título de Augusto.

IMPERIO ROMANO: El primer emperador de Roma falleció en el 14 d. C, le siguieron


Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón. Algunos más justos y sabios, otros como Calígula y
Nerón más crueles y despóticos. De hecho, ambos murieron de forma violenta a manos de
sus detractores, dejando Nerón sin sucesión a la dinastía Julio-Claudia. Le sucedió la
dinastía Flavia, comenzó Vespasiano, le siguió Tito y el último fue Domiciano.

Aunque entre los tres sólo gobernaron 27 años, les dio tiempo a hacer grandes obras como
el Coliseo Romano.

ERA DORADA Y DECLIVE: Tras el asesinato de Domiciano fue el propio Senado


quién nombró sucesor a Nerva, de la dinastía de los Antoninos. Le siguieron Trajano,
Adriano, Antonino Pío, Marco Aurelio y Cómodo. Con Trajano el Imperio Romano llegó a
su máxima expansión, los dos siguientes emperadores mantuvieron esas fronteras. Pero
con Marco Aurelio comenzó el declive, ya no luchaban para expandirse, sino para
conservar sus territorios. El asesinato de Cómodo a manos de uno de sus esclavos trajo un
nuevo cambio dinástico, activo entre los años 193 y 235 de nuestra era. A la dinastía
Severa pertenecieron los emperadores Septimio Severo, Caracalla, Macrino, Heliogábalo y
Alejandro Severo. Entre el año 235 y el 285 se abrió un período de gran confusión y caos,
dominado por una anarquía militar. A lo largo de este tiempo llegó a haber más de 19
emperadores, sólo uno de ellos falleció de muerte natural.
SEPARACIÓN DEL IMPERIO ROMANO: En el 285 Diocleciano decidió separar el
imperio en dos partes, cada una gobernada por un emperador. Su sucesor, Constantino,
tuvo una gran importancia para la historia de Roma y el mundo entero. Primero liberalizó
la religión, lo que acabaría con el cristianismo siendo la religión oficial de Roma. En
segundo lugar, trasladó la capital del imperio a Constantinopla, actual Estambul. El
siguiente en gobernar fue Teodosio, último emperador del imperio unificado. Tras su
muerte fue dividido en dos para repartirlo entre sus hijos, nacía así el Imperio Romano de
Occidente y el de Oriente. En el año 476, tras los continuos asaltos de los visigodos a
Roma, desaparece definitivamente el Imperio Romano de Occidente. Su último emperador
fue Rómulo Augusto. El Imperio Romano de Oriente todavía aguantaría mil años más,
pero con el nombre de Imperio Bizantino.

IMPERIO CAROLINGIO: Tras el caos reinante en Roma, la iglesia aprovechó para


hacerse con el poder con el papa a la cabeza. A mediados del siglo VIII se creó el Estado
Pontificio, siendo Roma su capital. En el año 800 el papa León III corona a Carlomagno en
la Basílica de San Pedro, dando comienzo el Imperio Carolingio.

SACRO IMPERIO ROMANO GERMÁNICO: Tras varias luchas de poder entre la


iglesia y los nobles, el papa Juan XII coronó emperador de occidente al rey germano Otón
I. Nacía así el Sacro Imperio Romano Germánico que se extendería hasta 1806, cuando le
puso fin Napoleón Bonaparte. Otón I ordenó que todos los papas fueran elegidos por los
emperadores, dando comienzo al cesaropapismo medieval. Esta situación duró hasta el
papado de Gregorio VII, cuando se declaró la superioridad de los papas y comenzó una
lucha de poder entre la iglesia y el imperio. A finales del siglo XI el papa Urbano II
demostró su poder uniendo a Europa en las Cruzadas contra los musulmanes de Oriente
Próximo.

CAPITAL DEL CRISTIANISMO: Roma se confirmó como capital del cristianismo en


el año 1300, cuando el papa Bonifacio VIII proclamó el primer Jubileo. Entre 1309 y 1377
fue abandonada por el papado para establecerse en Aviñón, bajo el mandato del rey Felipe
el Hermoso. Este fue un período realmente crítico en la historia de Roma, la insalubridad,
inseguridad, hambruna y epidemias hicieron mella en su decadente población.

RENACIMIENTO ITALIANO: La Edad Moderna trajo una nueva prosperidad, junto a


Milán, Florencia y Venecia, Roma fue una de las capitales del Renacimiento italiano. Por
toda la ciudad se desarrollaron grandes obras artísticas, diseñadas por artistas de renombre
como Miguel Ángel, Rafael, Donato Bramante, Botticelli, Donatello, Leonardo da Vinci o
Caravaggio. En el siglo XVI Roma se vio envuelta en una lucha de poder entre los reyes
franceses y Carlos V, rey de España y futuro emperador del Sacro Imperio Romano
Germánico. La disputa acabó con un brutal saqueo, conocido como «Saco de Roma», y
con el papa atrincherado durante meses en el Castillo de Sant’Angelo. Nunca más en la
historia de Roma volverían a ocurrir unos actos vandálicos tan graves como aquellos de
1527.

CAPITAL DEL ESTADO PONTIFICIO: Finalmente, Carlos V y el papa juntaron


fuerzas para luchar contra los luteranos durante la Reforma Protestante. Más de la mitad de
los fieles de Europa se cambiaron al protestantismo, no reconocido por el papa. De ahí
surgieron nuevas órdenes religiosas, como los capuchinos o los jesuitas que se extendieron
por Italia, España, América y Asia. En este período se creó la Inquisición Romana,
formada por cardenales que perseguían a cualquiera que consideraran hereje. Las reformas
acabaron con el Concilio de Trento, donde se reorganizó el clero y se confirmó a Roma
como capital del Estado Pontificio. Entre los siglos XVI y XVII se llevaron a cabo grandes
obras arquitectónicas barrocas, dejando atrás definitivamente la arquitectura medieval.

FIN DEL PODER PAPAL: El poder papal acabó en el siglo XIX, cuando Roma fue
ocupada por Napoleón Bonaparte e incluida en el Primer Imperio Francés. La situación se
agravó en 1870, tras la anexión a la Nación Italiana y la declaración de Roma como su
capital. El papa no quiso aceptar esta nueva circunstancia, lo que llevó a la disputa política
llamada «Cuestión Romana». Esta situación se resolvió en 1929, cuando Mussolini y Pío
XI firmaron el Pacto de Letrán. A través de este acuerdo se le reconocía al papa la plena
soberanía sobre el Estado Vaticano.

DICTADURA DE MUSSOLINI: La crisis económica y la derrota en la Primera Guerra


Mundial, trajeron como resultado la llegada al poder de Benito Mussolini. Ayudado por
sus leales «Camisas Negras», dio un golpe de estado en 1922 conocido como la «Marcha
sobre Roma». Debido a la unión de Mussolini con Hitler, Italia se vio envuelta en plena
Segunda Guerra Mundial. Finalmente, las fuerzas aliadas desfilaron por Roma el 4 de junio
de 1944, dando por finalizada la dictadura de Mussolini.
REPÚBLICA ITALIANA: En 1946 se llevó a cabo un referéndum que abolió
definitivamente la monarquía e instauró la República Italiana. El 25 de marzo de 1957 se
firmaron en Roma los dos tratados que dieron lugar a la Unión Europea: CEE y
EURATOM. Actualmente Roma cuenta con unos de los mejores patrimonios históricos del
mundo, abarcando más de tres milenios de historia. El casco antiguo, junto con los bienes
de la Santa Sede, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Si
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