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Política de disciplina fiscal: Durante el gobierno de Toledo se adoptó una política de disciplina fiscal,
que buscó controlar el déficit fiscal y reducir la deuda pública. Se implementaron medidas como la
reducción del gasto público y la reforma tributaria para aumentar los ingresos fiscales. Estas políticas
permitieron una mayor estabilidad macroeconómica y una reducción de la vulnerabilidad financiera
del país. Sin embargo, también generaron críticas por su impacto en la inversión social y en la
provisión de servicios públicos.
Política fiscal expansiva: En respuesta a la crisis financiera mundial de 2008, el gobierno de García
implementó una política fiscal expansiva para estimular la economía peruana. Se incrementó el gasto
público en programas sociales y en infraestructura, lo que generó un aumento en la demanda agregada
y en la inversión pública. Estas medidas permitieron mantener un alto crecimiento económico durante
los años siguientes, aunque también se generó un aumento en la inflación.
Política monetaria restrictiva: Para contrarrestar los efectos inflacionarios de la política fiscal
expansiva, el Banco Central de Reserva del Perú adoptó una política monetaria restrictiva. Se
incrementó la tasa de interés de referencia, lo que generó una disminución en la demanda de créditos y
una apreciación de la moneda peruana. Si bien esta política fue efectiva en controlar la inflación,
también generó una reducción en la inversión privada y una disminución en las exportaciones, lo que
afectó negativamente a algunos sectores económicos.
Política de inclusión social: El gobierno de García implementó varias políticas de inclusión social,
como el programa "Juntos" que otorgaba transferencias monetarias a las familias más pobres del país.
Estas políticas permitieron reducir los niveles de pobreza y desigualdad en el país, lo que a su vez
contribuyó a un aumento en la demanda interna y a un crecimiento económico sostenido.
Política fiscal expansionista: Humala implementó una política fiscal expansionista al aumentar el gasto
público y reducir los impuestos. Esto llevó a un aumento en la demanda agregada y un crecimiento
económico del 6,3% en 2011. Sin embargo, a largo plazo, esta política fiscal resultó insostenible y
generó un déficit fiscal del 3,4% del PIB en 2014.
Política de nacionalización de recursos naturales: El gobierno de Humala llevó a cabo una política de
nacionalización de recursos naturales, como el petróleo y la minería, con el objetivo de aumentar los
ingresos del Estado y redistribuir la riqueza. Esta política generó tensiones con las empresas
extranjeras y afectó la inversión extranjera en el país. A largo plazo, esto podría tener efectos
negativos en la economía peruana.
Política fiscal responsable: Durante el gobierno de Vizcarra, se adoptó una política fiscal responsable,
que buscó reducir el déficit fiscal y la deuda pública. Se implementaron medidas de austeridad, se
redujeron los gastos del gobierno y se buscó una mayor eficiencia en el uso de los recursos públicos.
Estas medidas permitieron una mayor estabilidad fiscal y una reducción de la vulnerabilidad de la
economía peruana a shocks externos.
Política monetaria expansionista: Durante el gobierno de Vizcarra, el Banco Central de Reserva del
Perú adoptó una política monetaria expansionista, que buscó impulsar la economía mediante la
reducción de las tasas de interés y el aumento de la liquidez. Estas medidas permitieron una mayor
disponibilidad de crédito para las empresas y los hogares, lo que impulsó el consumo y la inversión en
el país.
Política de impulso a la formalización laboral: Durante el gobierno de Vizcarra se adoptó una política
de impulso a la formalización laboral, que buscó reducir la informalidad laboral y mejorar las
condiciones de trabajo de los trabajadores peruanos. Se implementaron medidas para facilitar el acceso
a la seguridad social y para reducir los costos laborales de las empresas formales. Estas medidas
permitieron una mayor protección social para los trabajadores y una mejora en la productividad de las
empresas.
Política fiscal expansiva: Con la pandemia del COVID-19 afectando gravemente a la economía
peruana, el gobierno adoptó una política fiscal expansiva para ayudar a las empresas y los hogares
afectados por la crisis económica. Se destinaron fondos para programas de apoyo como el Bono
Familiar Universal, el Bono Independiente y el Programa Reactiva Perú, que buscaban dar un alivio
financiero a los más vulnerables y apoyar a las empresas afectadas por la pandemia. Estas medidas
permitieron una mayor liquidez en la economía, lo que ayudó a mitigar el impacto económico negativo
de la pandemia.
Política monetaria acomodaticia: El Banco Central de Reserva del Perú adoptó una política monetaria
acomodaticia durante este periodo, reduciendo la tasa de interés de referencia a niveles históricamente
bajos. Esto permitió una mayor disponibilidad de crédito para las empresas y hogares, lo que ayudó a
impulsar el consumo y la inversión. Sin embargo, también tuvo como consecuencia una depreciación
del sol peruano frente al dólar estadounidense.
Reforma laboral: El gobierno de Sagasti promovió una reforma laboral para mejorar la protección
social y los derechos laborales de los trabajadores, así como reducir la informalidad laboral. Entre las
medidas adoptadas se encuentran el fortalecimiento de la inspección laboral y el aumento de las
sanciones a las empresas que incumplen la legislación laboral. Si bien se espera que estas medidas
tengan un efecto positivo a largo plazo en la economía y la sociedad peruana, algunos sectores
empresariales han manifestado preocupaciones sobre los costos asociados a estas medidas.
Política fiscal: El gobierno de Pedro Castillo ha aumentado el gasto público en áreas prioritarias como
educación, salud y desarrollo social. También ha buscado mejorar la recaudación fiscal a través de
medidas como la lucha contra la evasión fiscal y la creación de impuestos a las grandes fortunas y las
grandes empresas. Dada la crisis política vivida durante su gobierno, la sensación de un gobierno
débil desanima a invertir, y si no hay inversión no hay empleo, y si no hay empleo la gente no genera
recursos.
Política monetaria: Se mantiene la política de metas de inflación que ha sido implementada en los
últimos años. Dado la crisis económica internacional, los mercados financieros mostraron una alta
volatilidad en un contexto de incertidumbre y las acciones del BCRP se orientaron a atenuar dichas
volatilidades.