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Pleno.

Sentencia 354/2021
EXP. N.° 03765-2018-PA/TC
UCAYALI
FRANCISCO NANO ACOSTA

RAZÓN DE RELATORÍA

En la sesión del Pleno del Tribunal Constitucional, de fecha


23 de febrero de 2021, los magistrados Ferrero Costa, Miranda
Canales, Ramos Núñez, Sardón de Taboada y Espinosa-
Saldaña Barrera han emitido, por mayoría, la siguiente
sentencia que declara INFUNDADA la demanda de amparo
que dio origen al Expediente 03765-2018-PA/TC.

Asimismo, el magistrado Espinosa-Saldaña Barrera formuló


un fundamento de voto.

La magistrada Ledesma Narváez emitió un voto singular


declarando improcedente la demanda.

Se deja constancia de que el magistrado Blume Fortini


entregará su voto en fecha posterior.

La Secretaría del Pleno deja constancia de que la presente


razón encabeza la sentencia y los votos antes referidos, y que
los magistrados intervinientes en el Pleno firman digitalmente
al pie de esta razón en señal de conformidad.

Flavio Reátegui Apaza


Secretario Relator

SS.

LEDESMA NARVÁEZ
FERRERO COSTA
MIRANDA CANALES
RAMOS NÚÑEZ
SARDÓN DE TABOADA
ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA
EXP. N.° 03765-2018-PA/TC
UCAYALI
FRANCISCO NANO ACOSTA

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 23 días del mes de febrero de 2021, el Pleno del Tribunal
Constitucional, integrado por los magistrados Ledesma Narváez, Miranda Canales,
Ramos Núñez, Sardón de Taboada y Espinosa-Saldaña Barrera, con el abocamiento del
magistrado Ferrero Costa conforme al artículo 30-A del Reglamento Normativo del
Tribunal Constitucional, pronuncian la siguiente sentencia. Asimismo, se agrega el
fundamento de voto del magistrado Espinosa-Saldaña Barrera, y el voto singular de la
magistrada Ledesma Narváez. Se deja constancia de que el magistrado Blume Fortini
votará en fecha posterior.

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Francisco Nano Acosta


contra la resolución de fojas 120, de fecha 15 de agosto de 2018, expedida por la Sala
Especializada en lo Civil y Afines de la Corte Superior de Justicia de Ucayali, que declaró
improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTES

Demanda

Con fecha 25 de agosto de 2017, don Francisco Nano Acosta interpone demanda
de amparo contra la Sala Especializada en lo Civil y Afines de la Corte Superior de
Justicia de Ucayali, a fin de que se declare nula la Resolución 5, de fecha 11 de julio de
2017 (fojas 4), que confirmó la Resolución 3, de fecha 2 de setiembre de 2016 (fojas 19),
emitida por el Juzgado Mixto del Distrito de Yarinacocha de la mencionada Corte, que
rechazó la demanda de prescripción adquisitiva de dominio que interpuso contra don
Javier Reátegui Flores y doña Marisol Santillán Chávez.

Según refiere el demandante, se le exigió subsanar su demanda de prescripción


adquisitiva de dominio, para lo cual debía adjuntar unos planos y descripción de
edificaciones visados por la Municipalidad Distrital de Yarinacocha, lo que le resultaba
imposible al requerirse posesión y una inspección del predio, cuando días antes había
sufrido la irrupción al bien y la destrucción de las edificaciones existentes, por orden
judicial emanada de un proceso en el que no era parte y del cual nunca se le notificó.

En tal sentido, estima que se le han conculcado sus derechos fundamentales a la


tutela jurisdiccional efectiva y al debido proceso, en su manifestación del derecho a la
motivación de las resoluciones judiciales.
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Auto de primera instancia o grado

Con fecha 22 de noviembre de 2017, el Primer Juzgado Especializado en lo Civil


de la Provincia de Coronel Portillo de la Corte Superior de Justicia de Ucayali declara
improcedente la demanda, por considerar que el demandante pretende revisar en vía
constitucional el criterio judicial.
Auto de segunda instancia o grado

La Sala Especializada en lo Civil y Afines de la Corte Superior de Justicia de


Ucayali, mediante la resolución de fecha 15 de agosto de 2018, confirma el auto de
primera instancia o grado, por similar fundamento.

FUNDAMENTOS
Delimitación del asunto litigioso

1. En síntesis, el asunto litigioso radica en determinar si la resolución cuestionada


vulneró o no el derecho fundamental a la tutela jurisdiccional efectiva, en su
manifestación del derecho de acceso a la justicia, en tanto se rechazó la
demanda de prescripción adquisitiva de dominio que el recurrente interpuso,
al no haber adjuntado los planos de ubicación y perimétricos del inmueble, ni
la descripción de las edificaciones existentes, con el viso de la autoridad
municipal, requisito que le era imposible cumplir por ya no ejercer la posesión
del bien y haber sido destruidas las edificaciones que allí existían.
Examen de procedencia de la demanda

2. A juicio de este Tribunal Constitucional, la presente demanda ha sido


rechazada de manera indebida porque, contrariamente a lo decretado por los
jueces que la han conocido, las alegaciones de sustento de la reclamación
planteada por don Francisco Nano Acosta sí inciden de manera directa en el
contenido constitucionalmente protegido del derecho fundamental a la tutela
jurisdiccional efectiva, en su manifestación del derecho de acceso a la justicia,
en la medida en que, según él, se le ha negado acceder a la judicatura civil por
no haber cumplido un requisito imposible de obtener.

3. En otras palabras, el accionante ha denunciado que su demanda de


prescripción adquisitiva de dominio fue rechazada porque no pudo adjuntar
los planos de ubicación y perimétricos del inmueble, ni la descripción de las
edificaciones existentes, con el viso de la autoridad municipal, puesto que
dicho visado se encuentra subordinado a la realización de una constatación del
predio, lo que le resulta imposible cumplir porque ya no se encuentra en
posesión del bien y porque se han destruido las edificaciones que allí existían.
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Necesidad de un pronunciamiento de fondo

4. Se advierte pues que la demanda ha sido rechazada indebidamente. Por


consiguiente, corresponde emitir un pronunciamiento de fondo y no remitir
los actuados al juez de primera instancia o grado, porque: (i) el litigio versa
sobre un asunto de puro derecho; (ii) tal proceder no vulnera el derecho
fundamental al debido proceso, en su manifestación del derecho de defensa ni
alguna otra manifestación del mismo, de la parte demandada; (iii) la
Procuraduría Pública a cargo de los asuntos judiciales del Poder Judicial se
apersonó al proceso (cfr. fojas 87); (iv) la posición de la judicatura es
totalmente objetiva y se ve reflejada en la propia fundamentación utilizada en
la resolución objetada (cfr. Sentencia 03864-2014-PA/TC); y, finalmente, (v)
ni las formalidades del proceso de amparo ni los errores de apreciación de los
jueces que los tramitan, pueden justificar que la solución del problema jurídico
se dilate, más aún si lo que está en entredicho es la eficacia vertical de derechos
fundamentales cuya efectividad el Estado constitucional no solamente debe
respetar, sino promover.

5. Ello, por lo demás, resulta plenamente congruente con la idea de anteponer los
fines de todo proceso constitucional a las exigencias de tipo procedimental o
formal, así como con los principios procesales de economía procesal e
informalismo, tal cual lo enuncia el artículo III del Título Preliminar del
Código Procesal Constitucional.
Examen del caso de autos

6. En el presente caso, el recurrente interpuso demanda de prescripción


adquisitiva de dominio –a efectos de ser declarado propietario del lote de
terreno 2, de la Manzana 94, Puerto Callao, denominado predio “Centro
Poblado Área Urbana de Yarinacocha (ampliación Puerto Callao) Etapa
Tercera”, ubicado en el distrito de Yarinacocha, provincia de Coronel Portillo,
Ucayali, e inscrito en la Partida Registral P19009673–, la que fue declarada
inadmisible por Resolución 1, de fecha 5 de agosto de 2016 (fojas 23),
otorgándosele el plazo de 5 días para subsanar.
7. Ante esto, presentó un escrito subsanando las observaciones, con excepción
de la omisión de los planos de ubicación y perimétricos del predio, así como
la descripción de las edificaciones existentes, suscrito por arquitecto e
ingeniero colegiado, debidamente visados por la autoridad administrativa
municipal correspondiente. Respecto a ello, presentó los planos de ubicación
y perimétricos del inmueble, así como la descripción de las edificaciones,
suscritos por el ingeniero colegiado Frank Winston Grandez, junto con tomas
fotográficas y grabaciones audiovisuales; empero, sobre la visación
municipal, detalló que cumplir tal cuestión no le era posible, pues se requería
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una constatación que no podía concretarse porque en la actualidad no tiene


acceso al predio, al haber sido desposeído de él y destruido las edificaciones
que allí existían, por orden del propio juzgado que rechazó su demanda de
prescripción adquisitiva de dominio en primera instancia o grado.
8. Al no haber sido subsanadas todas las observaciones, se rechazó su demanda
por Resolución 3, de fecha 2 de setiembre de 2016 (fojas 19), que fue
confirmada por la resolución cuestionada objeto del presente amparo.
9. Conforme a lo descrito, se advierte que, en puridad, lo que pretende el actor
es que la admisión de su demanda de prescripción adquisitiva de domino no
se encuentre subordinada al cumplimiento del requisito estipulado en el
artículo 505 inciso 2 del Código Procesal Civil –adjuntar planos de ubicación
y perimétricos del inmueble, así como descripción de las edificaciones
existentes, suscritos por ingeniero o arquitecto colegiado y debidamente
visados por la autoridad municipal o administrativa correspondiente–, puesto
que, en su caso concreto, le es imposible cumplirlo, al ya no estar en posesión
del bien y haber sido destruidas las edificaciones que existían en él.

10. Dado que la exigencia del requisito en cuestión supone una limitación al
derecho al acceso a la justicia, cabe verificar, en primer lugar, si resulta
razonable o no que su cumplimiento haya sido solicitado al actor por la
judicatura ordinaria. Al respecto, se aprecia que el anotado requisito está
relacionado con un presupuesto básico para la admisión de una demanda por
prescripción adquisitiva de dominio, esto es, que el demandante sea poseedor
del inmueble del que pretende ser declarado propietario –conforme al artículo
504, inciso 2 del Código Procesal Civil–.

11. En efecto, en la medida en que el legitimado para interponer la demanda de


prescripción adquisitiva de dominio es el poseedor, no resulta irrazonable ni
arbitrario que se le soliciten los planos visados por la respectiva autoridad
municipal. Ahora, si, en el caso concreto, ha devenido en imposible el
cumplimiento de dicho requisito por parte del actor, ello se debe a que no es
poseedor actual del inmueble –por lo que carecería de legitimidad para
interponer la demanda– y no a una exigencia irrazonable por parte de la Sala
Superior demandada, la que, además, tiene una base legal expresa (artículo
505 inciso 2 del Código Procesal Civil).

12. Comprobada la razonabilidad de la exigencia realizada por la judicatura


ordinaria al actor, la cual tiene como base legal concreta el artículo 505 inciso
2 del Código Procesal Civil, resulta necesario pasar a la evaluación, a la luz
del test de proporcionalidad, de la interpretación efectuada de dicho artículo,
y corroborar si se enmarca dentro de los linderos de lo constitucionalmente
admisible, o no.
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Test de proporcionalidad

Identificación de la norma sometida a escrutinio constitucional

13. El artículo 505 inciso 2 del Código Procesal Civil estipula que un requisito
especial que debe cumplir la demanda de prescripción adquisitiva de dominio
es describir el bien con la mayor exactitud posible, siendo que, en el caso de
inmuebles, se acompañarán los planos de ubicación y perimétricos, así como
la descripción de las edificaciones existentes, suscritos por ingeniero o
arquitecto colegiado y debidamente visados por la autoridad municipal o
administrativa correspondiente [disposición]. Aquello supone, en la práctica,
que la judicatura ordinaria esté autorizada para rechazar, en todos los casos, la
demanda de quien no cumple tal requisito [norma].
Examen de idoneidad

14. Así las cosas, este Tribunal Constitucional juzga que, en la práctica, la norma
antes citada tiene como propósito evitar que se solicite, vía prescripción
adquisitiva, la propiedad sobre inmuebles cuya existencia y/o límites no sea
exacta, lo cual, como resulta obvio, es un objetivo constitucionalmente valioso
que tiene como fin, o se justifica, en cautelar que la propiedad adquirida por
prescripción adquisitiva esté debidamente identificada y delimitada. Así las
cosas, exigir planos visados por la respectiva autoridad municipal no solo
otorga formalidad a dichos documentos; al implicar una constatación in situ
del inmueble, abona a la comprobación de la exactitud de los mismos. Por lo
demás, dado que su cumplimiento requiere ser poseedor del inmueble –
presupuesto básico para ser declarado propietario vía prescripción
adquisitiva–, con su establecimiento como requisito de admisión de la
demanda se evita la judicialización de causas destinadas a ser desvirtuadas,
redundando en una mayor eficiencia en la utilización de los recursos en la
administración de justicia.

15. En esa línea, este Tribunal Constitucional entiende que, en los hechos, dicha
norma facilita la solución de este tipo de demandas, razón por la cual, califica
como idónea para la consecución de dicho fin, esto es, para resolver con
prontitud este tipo de litigios. Por ende, constituye un medio adecuado o apto
para la prosecución del objetivo.
Examen de necesidad

16. Tampoco se verifica la existencia de una medida menos gravosa que, en igual
medida, coadyuve a alcanzar esa finalidad, esto es, dar formalidad a los planos
que se presenten sobre el inmueble, acreditando oficialmente que los mismos
se condicen con la realidad –lo que se obtiene con la constatación de la
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autoridad municipal– y habilitar la prescripción adquisitiva de dominio solo a


poseedores; por tal motivo, califica como necesaria.

17. Al respecto, el actor aduce que para suplir este requisito acompañó planos de
ubicación y perimétricos del inmueble, así como la descripción de las
edificaciones, suscritos por el ingeniero colegiado Frank Winston Grandez,
junto con tomas fotográficas y grabaciones audiovisuales; sin embargo, se
comprueba que ninguno de estos documentos tienen la formalidad que se
obtiene del visado de la autoridad municipal y menos aún pueden reemplazar
la constatación in situ, además, y más importante aún, ninguno de estos
documentos pueden suplir el hecho que el demandante ya no es poseedor del
bien inmueble del que pretende ser declarado propietario.
Examen de ponderación o proporcionalidad en sentido estricto

18. Para este Tribunal Constitucional, el requisito estipulado en el artículo 505,


inciso 2 del Código Procesal Civil, es una limitación del derecho fundamental
a la tutela jurisdiccional efectiva [en su manifestación del derecho de acceso a
la justicia], que califica como leve, en la medida en que el obligado que cumple
el presupuesto básico para ser declarado propietario por prescripción, esto es,
ser poseedor del bien inmueble, podrá obtener los documentos visados por la
autoridad municipal o administrativa correspondiente.

19. Sin embargo, la optimización del objetivo perseguido por la norma


infraconstitucional es elevada [porque permite cautelar que la propiedad
adquirida por prescripción adquisitiva esté debidamente identificada y
delimitada y evita la judicialización de causas destinadas a ser desvirtuadas –
al no cumplir el presupuesto básico de ser planteadas por el poseedor del bien
inmueble–, redundando en una mayor eficiencia en la utilización de los
recursos en la administración de justicia].

20. Cabe concluir, entonces, que con una leve intervención en el ámbito normativo
del derecho fundamental a la tutela jurisdiccional efectiva [en su
manifestación del derecho de acceso a la justicia], se logra, por otro lado, un
elevado grado de satisfacción del objeto y finalidad de la medida sometida a
control constitucional. Siendo ello así, la intervención en tal manifestación del
derecho fundamental a la tutela jurisdiccional efectiva no es inconstitucional.

21. Atendiendo a lo antes expuesto, la demanda debe ser declarada infundada


puesto que la fundamentación de la resolución judicial cuestionada se basa en
la aplicación de una norma infraconstitucional que, a la luz de lo expuesto, no
es inconstitucional. En todo caso, el hecho de que el recurrente disienta de la
fundamentación que sirve de respaldo a lo fallado en la resolución cuestionada
[que confirmó el rechazo de su demanda de prescripción adquisitiva de
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dominio], no significa que no exista justificación, o que, a la luz de los hechos


del caso, aquella sea aparente, incongruente, insuficiente o incurra en vicios
de motivación interna o externa.

22. A mayor abundamiento, en cuanto a lo alegado en relación a que le es


imposible cumplir con la descripción de las edificaciones existentes en el
inmueble por cuanto estas fueron destruidas por una orden dada en otro
proceso judicial por el mismo juez de primera instancia o grado ante el cual
interpuso su demanda de prescripción adquisitiva de dominio, se tiene que el
tenor del mencionado artículo 505 inciso 2 del Código Procesal Civil refiere
que la descripción es de las edificaciones existentes; por lo tanto, si el propio
recurrente indica que estas fueron destruidas, no resulta una situación actual
que deba acreditar en virtud de un requisito que no le correspondería.

23. Por último, respecto a que la desposesión de la que fue objeto y la destrucción
de las edificaciones construidas en el inmueble se debieron a una orden
judicial emanada de un proceso en el no fue parte y del que nunca se le
notificó, este Tribunal Constitucional juzga que tales alegatos corresponden
ser expuestos en dicho proceso judicial tramitado ante la judicatura ordinaria.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú,
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda.
Publíquese y notifíquese.
SS.

FERRERO COSTA
MIRANDA CANALES
RAMOS NÚÑEZ
SARDÓN DE TABOADA
ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA

PONENTE FERRERO COSTA


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FUNDAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADO ESPINOSA-SALDAÑA


BARRERA

Si bien me encuentro de acuerdo con el sentido de la sentencia, en la medida que


se declara infundada la demanda, discrepo parcial de la fundamentación que allí aparece,
tal como lo paso a explicar seguidamente:

1. La presente controversia es un proceso de amparo contra una resolución judicial.


Al respecto, conforme a la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, si bien es
cierto que “la resolución de controversias surgidas de la interpretación y aplicación
de la ley es de competencia del Poder Judicial”, también lo es que la judicatura
constitucional excepcionalmente puede controlar “que esa interpretación y
aplicación de la ley se realice conforme a la Constitución y no vulnere
manifiestamente el contenido constitucionalmente protegido de un derecho
fundamental” (Sentencia 3179-2004-AA, f. j. 21).

2. Dicho control constitucional debe contar con algunas pautas que hagan racional y
previsible el análisis. En torno a ello, el Tribunal Constitucional ha indicado en
anteriores ocasiones que a través de los procesos de amparo contra resoluciones
judiciales la judicatura constitucional se encuentra habilitada para conocer de
eventuales trasgresiones de derechos fundamentales ocurridas en procesos
judiciales ordinarios si se han producido (1) vicios de proceso o de procedimiento
o (2) vicios de motivación o razonamiento.

3. Con respecto a los (1) vicios de proceso y procedimiento, el amparo contra procesos
judiciales puede proceder frente a supuestos de (1.1) afectación de derechos que
conforman la tutela procesal efectiva (derechos constitucionales procesales tales
como plazo razonable, presunción de inocencia, acceso a la justicia y a los recursos
impugnatorios, juez legal predeterminado, ejecución de resoluciones, etc.); así
como por (1.2) defectos de trámite que inciden en los derechos del debido proceso
(v. gr: problemas de notificación, o de contabilización de plazos, que incidan en el
derecho de defensa, incumplimiento de requisitos formales para que exista una
sentencia válida, etc.). Se trata de supuestos en los que la afectación se produce con
ocasión de una acción o una omisión proveniente de un órgano jurisdiccional, y que
no necesariamente está contenida en una resolución judicial, como sí ocurre con los
vicios de motivación.

4. En relación con los (2) vicios de motivación o razonamiento (cfr. Sentencia 00728-
2008-HC, f. j. 7, Resolución 03943-2006-AA, f. j. 4; Sentencia 6712-2005-HC, f.
j. 10, entre otras), este órgano colegiado ha señalado que solo le compete controlar
vicios de motivación o de razonamiento, mediante el proceso de amparo contra
resoluciones judiciales, en caso de (2.1) defectos de motivación, (2.2) insuficiencia
en la motivación o (2.3) motivación constitucionalmente deficitaria.
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(2.1) En relación con los defectos en la motivación, estos pueden ser


problemas de motivación interna, es decir, cuando la solución del caso no
se deduce de las premisas normativas o fácticas contenidas en la
resolución, o cuando la resolución analizada carece de alguna de estas
premisas necesarias para resolver; o de motivación externa, esto es, cuando
se han utilizado indebida o injustificadamente premisas normativas (por
ejemplo, si se aplican disposiciones que ya no se encuentran vigentes o
que nunca formaron parte del ordenamiento jurídico) o fácticas (por
ejemplo, la resolución se sustenta en hechos no probados o en pruebas
prohibidas) (vide Sentencia 00728-2008-HC, f. j. 7, b y c).

Ahora bien, con respecto a los problemas de motivación externa, vale la


pena precisar que, tal como se afirma en copiosa y uniforme jurisprudencia
de este Alto Tribunal, la judicatura constitucional no puede avocarse, so
pretexto de revisar un asunto relacionado con las premisas normativas o
fácticas, a conocer de asuntos de carácter puramente ordinario o legal (por
ejemplo: esclareciendo cuál es la interpretación legal pertinente o más
idónea para el caso ordinario, en qué sentido deben valorarse las pruebas
o cuál es la calificación jurídica adecuada que correspondería con base en
la ley); no obstante ello, no pierde competencia para pronunciarse respecto
de aspectos que tienen relevancia constitucional. Entre estos supuestos en
los que la judicatura constitucional se encuentra habilitada para
pronunciarse respecto de la motivación externa encontramos, a modo de
ejemplo, la existencia de errores o déficits de derecho fundamental (tal
como se explicará en 2.3), así como frente a infracciones de otros
contenidos de carácter constitucional, como es el caso de, por ejemplo,
cuestionamientos a resoluciones por haber infringido la Constitución en
tanto “fuente de fuentes” del ordenamiento jurídico, de cuestionamientos
cuando en el ámbito jurisdiccional ordinario se haya ejercido el control
difuso, o cuando se alegue la aplicación o interpretación indebida de
principios constitucionales o garantías institucionales, entre otras
posibilidades. De este modo, a la vez que, conforme al criterio de
corrección funcional se respetan los fueros propios de la judicatura
ordinaria, el Tribunal no admite la existencia de zonas exentas de control
constitucional dentro de aquello que sí es de su competencia.

(2.2) Respecto a la insuficiencia en la motivación (motivación inexistente,


aparente, insuficiente, incongruente o fraudulenta) esta puede referirse,
por ejemplo, a supuestos en los que las resoluciones analizadas carecen de
una fundamentación mínima y solo se pretende cumplir formalmente con
el deber de motivar; cuando se presenta una justificación que tiene
apariencia de correcta o suficiente, pero que incurre en vicios de
razonamiento; cuando esta carece de una argumentación suficiente para
justificar lo que resuelve (que incluye aquellos casos en los que se necesita
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de una motivación cualificada y esta no existe en la resolución); cuando lo


resuelto no tiene relación alguna con lo contenido en el expediente o lo
señalado por las partes; o cuando incurre en graves defectos o
irregularidades contrarios al Derecho, entre otros supuestos (cfr.
Sentencias 00728-2008-HC, f. j. 7, a, d, e y f; y 0009-2008-PA, entre
algunas).

(2.3) Sobre la motivación constitucionalmente deficitaria, esta hace


referencia a trasgresiones al orden jurídico-constitucional contenidas en
sentencias o autos emitidos por la jurisdicción ordinaria, frente a la
eventual trasgresión cualquiera de los derechos fundamentales protegidos
por el amparo, ante supuestos de: (1) errores de exclusión de derecho
fundamental, es decir, si no se tuvo en cuenta un derecho que debió
considerarse; (2) errores en la delimitación del derecho fundamental, pues
al derecho se le atribuyó un contenido mayor o menor al que
constitucionalmente le correspondía, y (3) errores en la aplicación del
principio de proporcionalidad, si la judicatura ordinaria realizó una mala
ponderación al evaluar la intervención en un derecho fundamental o al
analizar un conflicto entre derechos (cfr. Resoluciones 00649-2013-AA y
02126-2013-AA, entre otras). Supuestos análogos a estos son los casos en
los que existan déficits o errores respecto de otros bienes constitucionales,
como pueden ser los principios o las garantías institucionales, o en relación
con el ejercicio del control difuso, todas estas cuestiones de carácter
manifiestamente constitucional, en las que la judicatura constitucional
resulta naturalmente competente para abocarse a tales materias.

5. Así considerado, en el presente caso se aprecia que nos encontramos ante un déficit
o error de exclusión iusfundamental, pues se alega que la judicatura ordinaria al
momento de resolver su demanda de prescripción adquisitiva de dominio no tomó
en cuenta el derecho del recurrente a la tutela jurisdiccional efectiva, en la medida
que le exigió el cumplimiento estricto de lo establecido en el artículo 505, inciso 2
del Código Procesal Civil (que prescribe: “2. Se describirá el bien con la mayor
exactitud posible. En caso de inmueble se acompañarán: planos de ubicación y
perimétricos, así como descripción de las edificaciones existentes, suscritos por
ingeniero o arquitecto colegiado y debidamente visados por la autoridad municipal
o administrativa correspondiente...”), lo cual considera irrazonable en su caso
concreto, pues era imposible conseguir el visado o el certificado de la “autoridad
municipal o administrativa correspondiente”, pues fue despojado del bien y sus
construcciones fueron derruidas por orden del mismo órgano judicial en un proceso
distinto.

6. Bien visto, lo alegado alude, en estricto, a un supuesto de “derrotabilidad” de ciertas


reglas procesales, esto, en la medida que el demandante no está sosteniendo que, de
manera general, la regulación establecida en el artículo 505, inciso 2 del Código
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Procesal Civil es inconstitucional en abstracto, sino que resulta injusta o lesiva de


derechos en el contexto específico en su caso concreto, en atención a las
circunstancias y peculiaridades de dicho caso.

7. Ahora, a efectos de explicar de mejor modo en qué consiste aquello relacionado con
la “derrotabilidad” de las reglas, y sobre cómo es posible analizar ello en el marco
de los procesos de “amparo contra resoluciones judiciales”, es pertinente retomar
lo que al respecto ha sido recientemente resuelto por el Tribunal en la Sentencia
01217-2019-PA, fundamentos 18 al 20:

[A] lo que estaría haciendo referencia en realidad el recurrente es a un supuesto


de “derrotabilidad” […] Para esclarecer lo indicado, debemos precisar que en los
supuestos de derrotabilidad no se considera que la disposición “derrotada” sea
inconstitucional en abstracto (como sí ocurre con el control difuso), sino que su
aplicación, tan solo para un supuesto concreto en específico, es incompatible con
otras cláusulas –por lo general, principios o valores constitucionales– que no
fueron considerados de manera expresa por la regulación, pero que es necesario
tomar en cuenta para que la controversia concreta sea resuelta conforme a
Derecho, o más específicamente, conforme al ordenamiento jurídico
constitucional. Ya que en este caso no se trata de un ejercicio judicial del “control
difuso” (es decir, de establecer la inconstitucionalidad de una norma legal), la
“derrotabilidad” (es decir, la aplicación excepcional de un principio para
apartarse del contenido de una regla que, en un supuesto concreto, genera efectos
perniciosos) puede ser empleada por cualquier operador –incluyendo los no
jurisdiccionales–, pues dicha persona o funcionario siempre estaría resolviendo
conforme al ordenamiento jurídico, y además, porque implica, además, el respeto
a la preeminencia de las cláusulas constitucionales.

Ahora bien, es importante aclarar también que esta operación no implica un acto
arbitrario, de quien simplemente quiere incumplir una regla y para ello toma,
como mera excusa, la existencia de algunos principios sustantivos involucrados
en el caso. Ante ello, y siguiendo aquí parcialmente lo sostenido por la profesora
Ángeles Ródenas1, puede afirmarse que es posible establecer cierta metodología
para practicar razonablemente esta operación. En especial, resultan relevantes los
supuestos de regulaciones o prescripciones “infraincluyentes”, en los cuales,
atendiendo a las razones o los valores que justifican la disposición, las
prescripciones “dicen menos” de lo que deberían y, por ende, lo que disponen
debería extenderse a otros supuestos que inicialmente debieron estar
comprendidos. También encontramos las regulaciones o prescripciones
“supraincluyentes”, que contienen fraseos que “dicen más” de lo que deberían y,
por tanto, comprenden en su seno supuestos que, atendiendo a las razones que
subyacen a la regulación, en realidad deberían haber quedado fuera del alcance
de la regla; o incluso puede ser el caso que comprenden indebidamente casos de
que deberían ser considerados como excepciones implícitas para la regulación
1
Cfr. RODENAS, Ángeles (2012) “Los desafíos del positivismo jurídico”. En: RÓDENAS, Ángeles. Los
intersticios del derecho. Indeterminación, validez y positivismo jurídico. Marcial Pons, Madrid.
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que sería “derrotada”, excepción basada en que esta no tuvo en cuenta un


principio o valor relevante, pero que debe tomarse en consideración. De manera
general, estos casos requieren que nos preguntemos sobre el propósito de la
regulación (o, más precisamente, por el balance de razones que subyacen a la
prescripción); luego de ello deliberar por qué la prescripción expresamente
regulada no brinda una adecuada respuesta para el caso concreto; y, finalmente,
justificar y explicitar cuál sería una mejor norma para el caso, atendiendo a la
propia finalidad de la regulación o a la existencia de principios que fueron
indebidamente obviados.

Volviendo a lo relacionado con la procedencia del amparo contra resoluciones


judiciales, en aquellos supuestos en los que un órgano judicial no aplique una
disposición legal con base en la existencia de, por ejemplo, un derecho o principio
constitucional que considera necesario preferir, nos encontramos precisamente
ante un caso de “derrotabilidad” de las prescripciones o reglas, operación en la
eventualmente podría producirse un error o déficit iusfundamental, esto es, una
motivación constitucionalmente deficitaria, que habilita la procedencia del
amparo contra resoluciones jurisdiccionales.

8. En este caso, precisamente, se está ante una situación en la que lo alegado debe ser
entendido como un supuesto de derrotabilidad normativa. No obstante ello, noto
que en el proyecto la misma cuestión ha sido analizada como si se tratase de un caso
en el que corresponde emplearse más bien un “examen de proporcionalidad” del
artículo 505, inciso 2 del Código Procesal Civil, es decir, orientado a analizar la
constitucionalidad objetiva de dicha regulación, lo que, a decir del proyecto,
requeriría ponderarla con el derecho a la tutela judicial efectiva. Al respecto,
considero que tal análisis únicamente sería pertinente si la parte recurrente hubiera
invocado la referida disposición procesal es inconstitucional y, por ello, hubiera
pedido que se ejerza el control difuso de constitucionalidad de las leyes, lo cual
ciertamente no ha sido el caso. Valga la pena precisar, a mayor abundamiento, que
el test de proporcionalidad solo sería útil en aquellos casos en los que exista
colisiones entre principios, lo cual, desde luego, no ocurre en todos los supuestos
en los que corresponde ejercer el control difuso de constitucionalidad.

9. En efecto, tal como fue ya indicado (y de similar modo a como ocurrió en la


Sentencia 01217-2019-PA, citada supra), en el caso de autos lo discutido no tiene
relación con un supuesto de control difuso de constitucionalidad, pues el artículo
505, inciso 2 del Código Procesal Civil no es reputado como inconstitucional, en
abstracto, sino su aplicación como injusta o contraria a derechos únicamente en el
contexto del caso concreto.

10. Ahora bien, siendo entonces procedente la demanda, en la medida que se alega un
vicio de motivación constitucionalmente deficitaria que puede ser analizado en sede
constitucional, corresponde ahora analizar el fondo. Respecto de esto último, a la
luz de los actuados, la demanda no puede sino declararse infundada debido pues se
EXP. N.° 03765-2018-PA/TC
UCAYALI
FRANCISCO NANO ACOSTA

constata que la decisión judicial cuestionada se encuentra razonablemente


fundamentada y porque, más todavía, de lo alegado por el recurrente no queda claro
que este se encuentre ante un supuesto de regulación “sobreincluyente” en el caso
específico.

11. Incluso, además de lo indicado, y también en relación con el error de exclusión


iusfundamental, debo mencionar que el Tribunal Constitucional en jurisprudencia
constante ha dejado claro que la posesión no es un derecho fundamental, y al ser el
reconocimiento del derecho a la propiedad del amparista una cuestión que se
encentra en litigio, lo discutido en el ámbito del proceso ordinario tampoco podría
entenderse como un asunto de relevancia constitucional, en tanto dicha titularidad
iusfundamental no sea esclarecida.

En suma, por todas estas consideraciones estimo que la demanda debe declararse
infundada.

S.

ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA
EXP. N.° 03765-2018-PA/TC
UCAYALI
FRANCISCO NANO ACOSTA

VOTO SINGULAR DE LA MAGISTRADA LEDESMA NARVÁEZ

Con el debido respeto por la opinión de mis colegas magistrados, en el presente caso
disiento de la posición de la mayoría, ya que considero que la demanda debe de ser
declarada improcedente. Mis fundamentos son los siguientes:

1. El demandante solicita la nulidad de la Resolución 5, de fecha 11 de julio de 2017 (f.


4), expedida por la Sala Especializada en lo Civil y Afines de la Corte Superior de
Justicia de Ucayali, que resolvió confirmar la Resolución 3, que rechazó la demanda
de prescripción adquisitiva que interpuso (Expediente 51-2017-0-2402-SP-CI-01).

2. Refiere que se rechazó su demanda sin valorar sus explicaciones. Ello, porque si bien
es cierto que incumplió con el artículo 505 del Código Procesal Civil, no fue por su
negligencia sino por la culpa del propio juzgado que ejecutó una sentencia emitida en
un proceso judicial anterior de prescripción adquisitiva. Asimismo, agrega que
“pareciera que no sabe los supuestos en que se puede interponer una demanda de
prescripción adquisitiva de dominio”. Alega que se vulneró sus derechos a la tutela
jurisdiccional efectiva, el acceso a la justicia y a la debida motivación de las
resoluciones judiciales.

3. Al respecto, se debe tener en cuenta que, si bien a través del amparo el juez
constitucional puede examinar la presunta inconstitucionalidad de una resolución
judicial, no es labor de la justicia constitucional subrogar al juez ordinario en la
interpretación y aplicación de los dispositivos legales, como tampoco lo es el analizar
la comprensión que la judicatura realice de estos. Por el contrario, sólo cabe revisar las
decisiones emitidas por la justicia ordinaria cuando éstas y sus efectos contravengan
los principios que informan la función jurisdiccional encomendada, o los
pronunciamientos adoptados vulneren los principios de razonabilidad y
proporcionalidad afectando — con ello — de modo manifiesto y grave cualquier
derecho fundamental. Y es que, como resulta obvio, el amparo contra resoluciones
judiciales no puede servir para replantear una controversia resuelta por los órganos
jurisdiccionales ordinarios, pues no constituye un medio impugnatorio que continúe
revisando una decisión que sea de exclusiva competencia de la jurisdicción ordinaria
(sentencia emitida en el Expediente 03271-2012-PA/TC).

4. En el presente caso, advierto que los alegatos del demandante no inciden en el


contenido constitucionalmente protegido del derecho fundamental invocado. Y es que,
en puridad, se aprecia que la parte actora discrepa de la decisión adoptada por el órgano
jurisdiccional demandado, referido al rechazo de su demanda. Como ya lo ha señalado
de manera reiterada el Tribunal Constitucional en su jurisprudencia, el mero hecho de
que la parte accionante disienta de la fundamentación que sirve de respaldo a la
resolución cuestionada, no significa que no exista justificación o que, a la luz de los
hechos del caso, sea aparente, incongruente, insuficiente o incurra en vicios de
EXP. N.° 03765-2018-PA/TC
UCAYALI
FRANCISCO NANO ACOSTA

motivación interna o externa. Por el contrario, el mismo actor refiere que la resolución
rechazó su demanda porque no cumplió con los requisitos de ley.

En ese sentido, considero que la demanda ha incurrido en la causal de improcedencia


prevista en el artículo 5 inciso 1 del Código Procesal Constitucional, que establece lo
siguiente: "Los hechos y el petitorio de la demanda no están referidos en forma directa al
contenido constitucionalmente protegido del derecho invocado".

S.

LEDESMA NARVÁEZ

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