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Sentencia 354/2021
EXP. N.° 03765-2018-PA/TC
UCAYALI
FRANCISCO NANO ACOSTA
RAZÓN DE RELATORÍA
SS.
LEDESMA NARVÁEZ
FERRERO COSTA
MIRANDA CANALES
RAMOS NÚÑEZ
SARDÓN DE TABOADA
ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA
EXP. N.° 03765-2018-PA/TC
UCAYALI
FRANCISCO NANO ACOSTA
En Lima, a los 23 días del mes de febrero de 2021, el Pleno del Tribunal
Constitucional, integrado por los magistrados Ledesma Narváez, Miranda Canales,
Ramos Núñez, Sardón de Taboada y Espinosa-Saldaña Barrera, con el abocamiento del
magistrado Ferrero Costa conforme al artículo 30-A del Reglamento Normativo del
Tribunal Constitucional, pronuncian la siguiente sentencia. Asimismo, se agrega el
fundamento de voto del magistrado Espinosa-Saldaña Barrera, y el voto singular de la
magistrada Ledesma Narváez. Se deja constancia de que el magistrado Blume Fortini
votará en fecha posterior.
ASUNTO
ANTECEDENTES
Demanda
Con fecha 25 de agosto de 2017, don Francisco Nano Acosta interpone demanda
de amparo contra la Sala Especializada en lo Civil y Afines de la Corte Superior de
Justicia de Ucayali, a fin de que se declare nula la Resolución 5, de fecha 11 de julio de
2017 (fojas 4), que confirmó la Resolución 3, de fecha 2 de setiembre de 2016 (fojas 19),
emitida por el Juzgado Mixto del Distrito de Yarinacocha de la mencionada Corte, que
rechazó la demanda de prescripción adquisitiva de dominio que interpuso contra don
Javier Reátegui Flores y doña Marisol Santillán Chávez.
FUNDAMENTOS
Delimitación del asunto litigioso
5. Ello, por lo demás, resulta plenamente congruente con la idea de anteponer los
fines de todo proceso constitucional a las exigencias de tipo procedimental o
formal, así como con los principios procesales de economía procesal e
informalismo, tal cual lo enuncia el artículo III del Título Preliminar del
Código Procesal Constitucional.
Examen del caso de autos
10. Dado que la exigencia del requisito en cuestión supone una limitación al
derecho al acceso a la justicia, cabe verificar, en primer lugar, si resulta
razonable o no que su cumplimiento haya sido solicitado al actor por la
judicatura ordinaria. Al respecto, se aprecia que el anotado requisito está
relacionado con un presupuesto básico para la admisión de una demanda por
prescripción adquisitiva de dominio, esto es, que el demandante sea poseedor
del inmueble del que pretende ser declarado propietario –conforme al artículo
504, inciso 2 del Código Procesal Civil–.
Test de proporcionalidad
13. El artículo 505 inciso 2 del Código Procesal Civil estipula que un requisito
especial que debe cumplir la demanda de prescripción adquisitiva de dominio
es describir el bien con la mayor exactitud posible, siendo que, en el caso de
inmuebles, se acompañarán los planos de ubicación y perimétricos, así como
la descripción de las edificaciones existentes, suscritos por ingeniero o
arquitecto colegiado y debidamente visados por la autoridad municipal o
administrativa correspondiente [disposición]. Aquello supone, en la práctica,
que la judicatura ordinaria esté autorizada para rechazar, en todos los casos, la
demanda de quien no cumple tal requisito [norma].
Examen de idoneidad
14. Así las cosas, este Tribunal Constitucional juzga que, en la práctica, la norma
antes citada tiene como propósito evitar que se solicite, vía prescripción
adquisitiva, la propiedad sobre inmuebles cuya existencia y/o límites no sea
exacta, lo cual, como resulta obvio, es un objetivo constitucionalmente valioso
que tiene como fin, o se justifica, en cautelar que la propiedad adquirida por
prescripción adquisitiva esté debidamente identificada y delimitada. Así las
cosas, exigir planos visados por la respectiva autoridad municipal no solo
otorga formalidad a dichos documentos; al implicar una constatación in situ
del inmueble, abona a la comprobación de la exactitud de los mismos. Por lo
demás, dado que su cumplimiento requiere ser poseedor del inmueble –
presupuesto básico para ser declarado propietario vía prescripción
adquisitiva–, con su establecimiento como requisito de admisión de la
demanda se evita la judicialización de causas destinadas a ser desvirtuadas,
redundando en una mayor eficiencia en la utilización de los recursos en la
administración de justicia.
15. En esa línea, este Tribunal Constitucional entiende que, en los hechos, dicha
norma facilita la solución de este tipo de demandas, razón por la cual, califica
como idónea para la consecución de dicho fin, esto es, para resolver con
prontitud este tipo de litigios. Por ende, constituye un medio adecuado o apto
para la prosecución del objetivo.
Examen de necesidad
16. Tampoco se verifica la existencia de una medida menos gravosa que, en igual
medida, coadyuve a alcanzar esa finalidad, esto es, dar formalidad a los planos
que se presenten sobre el inmueble, acreditando oficialmente que los mismos
se condicen con la realidad –lo que se obtiene con la constatación de la
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17. Al respecto, el actor aduce que para suplir este requisito acompañó planos de
ubicación y perimétricos del inmueble, así como la descripción de las
edificaciones, suscritos por el ingeniero colegiado Frank Winston Grandez,
junto con tomas fotográficas y grabaciones audiovisuales; sin embargo, se
comprueba que ninguno de estos documentos tienen la formalidad que se
obtiene del visado de la autoridad municipal y menos aún pueden reemplazar
la constatación in situ, además, y más importante aún, ninguno de estos
documentos pueden suplir el hecho que el demandante ya no es poseedor del
bien inmueble del que pretende ser declarado propietario.
Examen de ponderación o proporcionalidad en sentido estricto
20. Cabe concluir, entonces, que con una leve intervención en el ámbito normativo
del derecho fundamental a la tutela jurisdiccional efectiva [en su
manifestación del derecho de acceso a la justicia], se logra, por otro lado, un
elevado grado de satisfacción del objeto y finalidad de la medida sometida a
control constitucional. Siendo ello así, la intervención en tal manifestación del
derecho fundamental a la tutela jurisdiccional efectiva no es inconstitucional.
23. Por último, respecto a que la desposesión de la que fue objeto y la destrucción
de las edificaciones construidas en el inmueble se debieron a una orden
judicial emanada de un proceso en el no fue parte y del que nunca se le
notificó, este Tribunal Constitucional juzga que tales alegatos corresponden
ser expuestos en dicho proceso judicial tramitado ante la judicatura ordinaria.
FERRERO COSTA
MIRANDA CANALES
RAMOS NÚÑEZ
SARDÓN DE TABOADA
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2. Dicho control constitucional debe contar con algunas pautas que hagan racional y
previsible el análisis. En torno a ello, el Tribunal Constitucional ha indicado en
anteriores ocasiones que a través de los procesos de amparo contra resoluciones
judiciales la judicatura constitucional se encuentra habilitada para conocer de
eventuales trasgresiones de derechos fundamentales ocurridas en procesos
judiciales ordinarios si se han producido (1) vicios de proceso o de procedimiento
o (2) vicios de motivación o razonamiento.
3. Con respecto a los (1) vicios de proceso y procedimiento, el amparo contra procesos
judiciales puede proceder frente a supuestos de (1.1) afectación de derechos que
conforman la tutela procesal efectiva (derechos constitucionales procesales tales
como plazo razonable, presunción de inocencia, acceso a la justicia y a los recursos
impugnatorios, juez legal predeterminado, ejecución de resoluciones, etc.); así
como por (1.2) defectos de trámite que inciden en los derechos del debido proceso
(v. gr: problemas de notificación, o de contabilización de plazos, que incidan en el
derecho de defensa, incumplimiento de requisitos formales para que exista una
sentencia válida, etc.). Se trata de supuestos en los que la afectación se produce con
ocasión de una acción o una omisión proveniente de un órgano jurisdiccional, y que
no necesariamente está contenida en una resolución judicial, como sí ocurre con los
vicios de motivación.
4. En relación con los (2) vicios de motivación o razonamiento (cfr. Sentencia 00728-
2008-HC, f. j. 7, Resolución 03943-2006-AA, f. j. 4; Sentencia 6712-2005-HC, f.
j. 10, entre otras), este órgano colegiado ha señalado que solo le compete controlar
vicios de motivación o de razonamiento, mediante el proceso de amparo contra
resoluciones judiciales, en caso de (2.1) defectos de motivación, (2.2) insuficiencia
en la motivación o (2.3) motivación constitucionalmente deficitaria.
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5. Así considerado, en el presente caso se aprecia que nos encontramos ante un déficit
o error de exclusión iusfundamental, pues se alega que la judicatura ordinaria al
momento de resolver su demanda de prescripción adquisitiva de dominio no tomó
en cuenta el derecho del recurrente a la tutela jurisdiccional efectiva, en la medida
que le exigió el cumplimiento estricto de lo establecido en el artículo 505, inciso 2
del Código Procesal Civil (que prescribe: “2. Se describirá el bien con la mayor
exactitud posible. En caso de inmueble se acompañarán: planos de ubicación y
perimétricos, así como descripción de las edificaciones existentes, suscritos por
ingeniero o arquitecto colegiado y debidamente visados por la autoridad municipal
o administrativa correspondiente...”), lo cual considera irrazonable en su caso
concreto, pues era imposible conseguir el visado o el certificado de la “autoridad
municipal o administrativa correspondiente”, pues fue despojado del bien y sus
construcciones fueron derruidas por orden del mismo órgano judicial en un proceso
distinto.
7. Ahora, a efectos de explicar de mejor modo en qué consiste aquello relacionado con
la “derrotabilidad” de las reglas, y sobre cómo es posible analizar ello en el marco
de los procesos de “amparo contra resoluciones judiciales”, es pertinente retomar
lo que al respecto ha sido recientemente resuelto por el Tribunal en la Sentencia
01217-2019-PA, fundamentos 18 al 20:
Ahora bien, es importante aclarar también que esta operación no implica un acto
arbitrario, de quien simplemente quiere incumplir una regla y para ello toma,
como mera excusa, la existencia de algunos principios sustantivos involucrados
en el caso. Ante ello, y siguiendo aquí parcialmente lo sostenido por la profesora
Ángeles Ródenas1, puede afirmarse que es posible establecer cierta metodología
para practicar razonablemente esta operación. En especial, resultan relevantes los
supuestos de regulaciones o prescripciones “infraincluyentes”, en los cuales,
atendiendo a las razones o los valores que justifican la disposición, las
prescripciones “dicen menos” de lo que deberían y, por ende, lo que disponen
debería extenderse a otros supuestos que inicialmente debieron estar
comprendidos. También encontramos las regulaciones o prescripciones
“supraincluyentes”, que contienen fraseos que “dicen más” de lo que deberían y,
por tanto, comprenden en su seno supuestos que, atendiendo a las razones que
subyacen a la regulación, en realidad deberían haber quedado fuera del alcance
de la regla; o incluso puede ser el caso que comprenden indebidamente casos de
que deberían ser considerados como excepciones implícitas para la regulación
1
Cfr. RODENAS, Ángeles (2012) “Los desafíos del positivismo jurídico”. En: RÓDENAS, Ángeles. Los
intersticios del derecho. Indeterminación, validez y positivismo jurídico. Marcial Pons, Madrid.
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8. En este caso, precisamente, se está ante una situación en la que lo alegado debe ser
entendido como un supuesto de derrotabilidad normativa. No obstante ello, noto
que en el proyecto la misma cuestión ha sido analizada como si se tratase de un caso
en el que corresponde emplearse más bien un “examen de proporcionalidad” del
artículo 505, inciso 2 del Código Procesal Civil, es decir, orientado a analizar la
constitucionalidad objetiva de dicha regulación, lo que, a decir del proyecto,
requeriría ponderarla con el derecho a la tutela judicial efectiva. Al respecto,
considero que tal análisis únicamente sería pertinente si la parte recurrente hubiera
invocado la referida disposición procesal es inconstitucional y, por ello, hubiera
pedido que se ejerza el control difuso de constitucionalidad de las leyes, lo cual
ciertamente no ha sido el caso. Valga la pena precisar, a mayor abundamiento, que
el test de proporcionalidad solo sería útil en aquellos casos en los que exista
colisiones entre principios, lo cual, desde luego, no ocurre en todos los supuestos
en los que corresponde ejercer el control difuso de constitucionalidad.
10. Ahora bien, siendo entonces procedente la demanda, en la medida que se alega un
vicio de motivación constitucionalmente deficitaria que puede ser analizado en sede
constitucional, corresponde ahora analizar el fondo. Respecto de esto último, a la
luz de los actuados, la demanda no puede sino declararse infundada debido pues se
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En suma, por todas estas consideraciones estimo que la demanda debe declararse
infundada.
S.
ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA
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Con el debido respeto por la opinión de mis colegas magistrados, en el presente caso
disiento de la posición de la mayoría, ya que considero que la demanda debe de ser
declarada improcedente. Mis fundamentos son los siguientes:
2. Refiere que se rechazó su demanda sin valorar sus explicaciones. Ello, porque si bien
es cierto que incumplió con el artículo 505 del Código Procesal Civil, no fue por su
negligencia sino por la culpa del propio juzgado que ejecutó una sentencia emitida en
un proceso judicial anterior de prescripción adquisitiva. Asimismo, agrega que
“pareciera que no sabe los supuestos en que se puede interponer una demanda de
prescripción adquisitiva de dominio”. Alega que se vulneró sus derechos a la tutela
jurisdiccional efectiva, el acceso a la justicia y a la debida motivación de las
resoluciones judiciales.
3. Al respecto, se debe tener en cuenta que, si bien a través del amparo el juez
constitucional puede examinar la presunta inconstitucionalidad de una resolución
judicial, no es labor de la justicia constitucional subrogar al juez ordinario en la
interpretación y aplicación de los dispositivos legales, como tampoco lo es el analizar
la comprensión que la judicatura realice de estos. Por el contrario, sólo cabe revisar las
decisiones emitidas por la justicia ordinaria cuando éstas y sus efectos contravengan
los principios que informan la función jurisdiccional encomendada, o los
pronunciamientos adoptados vulneren los principios de razonabilidad y
proporcionalidad afectando — con ello — de modo manifiesto y grave cualquier
derecho fundamental. Y es que, como resulta obvio, el amparo contra resoluciones
judiciales no puede servir para replantear una controversia resuelta por los órganos
jurisdiccionales ordinarios, pues no constituye un medio impugnatorio que continúe
revisando una decisión que sea de exclusiva competencia de la jurisdicción ordinaria
(sentencia emitida en el Expediente 03271-2012-PA/TC).
motivación interna o externa. Por el contrario, el mismo actor refiere que la resolución
rechazó su demanda porque no cumplió con los requisitos de ley.
S.
LEDESMA NARVÁEZ