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La Novena
La devoción a María que desata los nudos consiste en el rezo del Santo Rosario, intercalando una
súplica, compuesta expresamente, en el tercer misterio, y se reza durante nueve días
consecutivos.
Señal de la cruz
Acto de contrición*
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta
hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has
de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna.
Amén.
DÍA PRIMERO
Santa madre mía querida, santa María, que desatas los nudos que oprimen a tus hijos,
extiende tus manos misericordiosas hacia mí. Te doy hoy este nudo (…decir el nudo) y
cada consecuencia negativa que este provoca en mi vida.
Te doy este nudo que me atormenta, me hace infeliz y me impide unirme a ti y a tu Hijo
Jesús Salvador. Recurro a ti María que desatas los nudos , porque tengo confianza en ti y
sé que nunca has desdeñado ayudar a un hijo pecador que te suplica.
Creo que tú puedes desatar estos nudos porque eres mi madre. Sé que lo harás porque
me amas con amor eterno.
Gracias, madre mía querida.
Oración final
Madre de Jesús y madre nuestra, María Santísima, Madre de Dios: tú sabes que nuestra
vida está llena de nudos pequeños y grandes.
Nos sentimos sofocados, aplastados, oprimidos e impotentes en la resolución de nuestros
problemas.
Nos confiamos a ti, Señora de paz y de misericordia. Nos dirigimos al Padre por Jesucristo
en el Espíritu Santo, unidos a todos los ángeles y a los santos.
María coronada de doce estrellas, tú que aplastas con tus santísimos pies la cabeza de la
serpiente y no nos dejas caer en la tentación del maligno, libéranos de toda esclavitud,
confusión e inseguridad.
Danos tu gracia y tu luz para poder ver en las tinieblas que nos rodean y seguir el camino
adecuado. Madre generosa, te presentamos suplicantes nuestra petición de ayuda. Te
pedimos humildemente:
Letanías
María, desata los nudos de la envidia.
María, desata los nudos del padre que se desespera por su hijo suicida.
María, desata los nudos los nudos de la incomprensión entre ancianos y jóvenes en casa.
María, desata los nudos del rechazo de la voluntad divina.
María, desata los nudos de la pereza en los momentos espirituales.
María, desata los nudos queridos por el eterno adversario.
Suplica
a María que desata los nudos
Santa María, Madre de Dios, tu que has sido mujer y madre, tu que respondiste a Dios:
“Hágase tu voluntad”, infunde en mí tu fuerza, la fuerza de tu fe y de tu amor.
Virgen María, hoy vengo a ti con el corazón lleno de sufrimientos.
Vengo a lamentarme de ellos entre los brazos de la madre que siempre nos escucha, que
soporta todo, que cree todo, y por eso recurro a ti, María, madre mía: libérame y corta los
nudos que me impiden ser feliz, acércame a ti y a tu hijo.
Que mi oración transforme mi corazón de piedra y me permita esperar un mundo mejor y
más generoso.
María, tú que desatas los nudos, escucha mi oración.
Amén.