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Sus relaciones amorosas a pesar de tener las mejores intenciones como la primera,
para Frank en cierto punto lo sintieron como una atadura en su camino a la
grandeza, otra cualidad que me parece importante remarcar y que es difícil de
entender es lo soberbio que se planteó ser, a la altura de un estudiante de
arquitectura, un arquitecto tan talentoso ¿amerita tener dicha soberbia?
Más adelante en esta misma etapa nace una de sus obras maestras más conocidas
y que sin duda el proceso de diseño parece controversial pero que sin embargo
demostró que su grandeza no era pasajera ni mucho menos podría tener fin, en
esos años llegaba al mundo lo que se desarrolla como el estilo internacional, donde
se encontraban arquitectos como Le Corbusier, Walter Gropius y Mies Van Der
Rohe que soltarían una fuerte crítica lo que ellos consideraban de Frank como su
final en la arquitectura.
Todo esto no paso por alto y Lloyd en 3 horas había creado la casa de la cascada
en Pensilvania, demostrando que un segundo aire le permitía volver al juego y de
qué manera, en el mismo juego de la nueva arquitectura a lo que él se refería como
que también podía diseñar techos planos; en seguida se llenó de trabajos y nuevas
obras venían a sus manos y en lo que ahora seria para el, su despacho de trabajo.
Como podemos ver, a pesar de prácticamente llegar a la tercera edad, había llegado
la etapa de su mejor auge como arquitecto, de aquí en adelante la soberbia volvía
y se destacaba autodenominándose como el mejor arquitecto que pudo haber
existido en el mundo. Las carcas que supone para el este nuevo flujo de trabajo lo
llevaron a seguir creando obras excepcionales.