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CONCLUSION

Para concluir se debe tener en cuenta que el consumo masivo de alcohol no


siempre es consecuencia de un periodo de rebeldía y experimentación que
atraviesan los jóvenes, sino que en muchos casos se asocia a causas y
experiencias de alto impacto en la vida de los adolescentes como es el haber
sufrido malos tratos o experimentado situaciones adversas en los primeros años
de su vida. Asimismo, la presencia de algún tipo de trastorno psiquiátrico marcará
la forma de enfrentarse al mundo y a sus propios problemas. Si a estas
circunstancias añadimos la convivencia dentro del propio hogar con una persona
que muestra problemas de consumo de alcohol, encontraremos adolescentes con
unas altas probabilidades de utilizar el consumo de alcohol y de otras sustancias
como forma de evasión, manejo de los problemas, o de enfrentarse a su realidad.

La disponibilidad de consumo siempre será un factor importante a tener en cuenta,


pero como se ha estudiado ampliamente en los diferentes organismos
relacionados con la infancia y adolescencia, la legislación de control no siempre se
asocia a la reducción de la demanda.

El impacto en la salud del consumo de alcohol y de otras drogas, los daños


sociales o la pérdida de oportunidades que se relaciona con el abuso de drogas en
la juventud no siempre es analizado de forma objetiva, y creemos que es
importante para poder desarrollar estrategias e intervenciones que se adecúen a
la realidad de los jóvenes y tengan un repercusión directa en su vida y forma de
relacionarse con su ambiente, con el objetivo de reducir los daños que se asocian,
no sólo al consumo, sino también a los factores que están influyendo en él.

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