Está en la página 1de 7

FACULTAD DE HUMANIDADES

MAESTRIA PSICOLOGIA FAMILIAR

Maestrantes:

Alba M. Payán M. Mat. 2021-0300

Janet Altagracia Torres Mat. 2021_0438

María Florián Mat. 92_79

Rosa Estela Alcántara D. Mat. 2021-0292

Sayri M. Rosario N. Mat. 2022-0437

Sheril M. Amparo N. Mat. 2022-0418

Profesor:

Robert Vilorio

Tema:

100 Principios para el trato con los demás.

(Ministerio de Curación, Elena De White)

Santo Domingo, Rep. Dominicana

27/01/2023
TERAPIA DE PAREJA
100 Principios extraídos del capítulo “El trato con los demás”
Texto: “El Ministerio De Curación.” Elena De White.

(COMPLETO)

1. Para relacionarnos adecuadamente con los demás debemos ejercitar el dominio


propio, la tolerancia y la simpatía.
2. Tomar en cuenta que las personas tienen realidades distintas. No hay dos
personas cuyas experiencias sean iguales en todo detalle, las pruebas de uno
no son las de otro.
3. Los deberes que a uno le parecen fáciles, pueden ser para otro en extremo
difíciles y dejarle perplejo.
4. Se prudente al valorar a tu prójimo.
5. Todo lo que hacemos tiene un resultado en los demás y en nosotros mismo,
para bien o para mal.
6. La inmadurez no permite a los niños apreciar las cargas de los adultos, pero la
madurez les enseñara simpatía.
7. Dios es quien pone y quita a las personas en lugares de importancia. Él pone y
quita reyes y El mismo los corrige.
8. No juzgar, porque el juicio es obra que pertenece a Dios.
9. Ser cortés, prudente, y cariñoso frente a la adversidades del otro.
10. Jehová nos guarde de hacer daño a otra persona, aunque esté en contra
nuestra. (Observar el ejemplo de David frente al rey Saúl).
11. No juzgues, para que no seas juzgado. Con la medida con midas te medirán a
ti.
12. Siempre ten presente que toda tu vida será revisada delante de Dios.
13. No conviene dejarnos llevar del enojo ante algún agravio real o supuesto que se
nos haya hecho.
14. El enemigo a quien más hemos de temer es el yo.
15. Ninguna victoria que podamos ganar es tan preciosa como la victoria sobre
nosotros mismos.
16. Las pasiones humanas deben ser refrenadas por el Espíritu Santo.
17. No debemos vivir para nosotros mismos o para ganar buena reputación, nuestro
objetivo debe ser salvar almas.
18. Cuando nuestro interés está en la salvación de las almas, dejamos de notar las
leves diferencias que suelen surgir en nuestro trato con los demás.
19. La venganza es de Dios. No os se desquiten con los demás.
20. Evita toda apariencia de maldad, se benigno.
21. Haz todo cuanto puedas sin sacrificar los principios cristianos, para estar en paz
con los demás.
22. Frente a las palabras violentas, no repliques jamás con el mismo espíritu.
23. Recordad que la blanda respuesta quita la ira.
24. Hay un poder maravilloso en el silencio.
25. El enojo se desvanece pronto cuando es contestado con el silencio, con espíritu
cariñoso y paciente.
26. Mantén tu espíritu firme en la palabra de Dios aunque recibas duras críticas.
27. Atesora en tu espíritu y tu corazón las promesas de Dios.
28. Si te mal tratan mal o censuran sin motivo, no repliques con enojo, sino repite las
preciosas promesas de Dios.
29. No seas vencido de lo malo vence con el bien el mal.
30. Confía en el Señor. Encomiéndale tu camino y espera en él; y el hará. Y exhibirá
su justicia como la luz, y tus derechos como el medio día.
31. Todo sale a la luz. Nada hay encubierto, que no haya de ser descubierto, ni
oculto, que no haya de ser sabido.
32. Busquemos la compañía de Jesús, en vez de buscar simpatía y aliento en
nuestro prójimo.
33. Que tu esperanza este en Dios. El permite que aquellos en quienes ponemos
nuestra confianza nos fallen, para que aprendamos cuan vano es confiar en el
hombre.
34. Confiemos completa, humilde y abnegadamente en Dios.
35. Dios conoce la tristezas que sentimos en las profundidades de nuestro ser y que
no podemos expresar.
36. Cuando todo parezca oscuro e inexplicable, recordemos las palabras de Cristo:
“lo que yo hago, tu no lo entiendes ahora, más lo entenderás después”
37. Habrá provocaciones que probarán nuestro temple, y si las arrostramos con
buen espíritu desarrollaremos las virtudes cristianas.
38. Esta es la tarea que se nos ha señalado; pero no se puede llevar a cabo sin la
ayuda de Jesús, sin ánimo resuelto, sin propósito firme, sin continua vigilancia y
oración.
39. Los que huyen del combate pierden la fuerza y el gozo de la victoria.
40. Si al trabajar para Cristo creéis haber experimentado mayores pruebas y
cuidados que las que afligieron a otros, recordad que gozaréis de una paz
desconocida de quienes rehuyeron esas cargas.
41. Demostrad al mundo que la vida de Cristo no es fracaso.
42. Una religión fría y desolada no atrae nunca almas a Cristo.
43. Dirigid vuestros pensamientos hacia las manifestaciones evidentes del gran
amor de Dios por vosotros.
44. Jesús vive y es nuestro abogado.
45. Dios no consentirá en que sea dejado solo uno de sus fieles obreros, para que
luche con gran desventaja y sea vencido.
46. Cuando, a pesar de circunstancias desagradables, sigamos confiados en su
amor y unidos íntimamente con él, el sentimiento de su presencia nos inspirará
un gozo profundo y tranquilo.
47. El que está lleno del espíritu de Cristo vive en Cristo.
48. Nada podrá tocarle sin permiso del Señor.
49. Si comprendemos la longanimidad de Dios para con nosotros, nunca
juzgaremos ni acusaremos a nadie.
50. El señor Jesús nos pide que reconozcamos los derechos de cada ser humano.
51. A todos debemos tratar con cortesía y delicadeza, como hijos e hijas de Dios.
52. Cristo fue cortés aun con sus perseguidores; y sus discípulos verdaderos
manifestarán el mismo espíritu.
53. El Evangelio no fomenta la cortesía formalista, la corriente en el mundo, sino la
cortesía que brota de la verdadera bondad del corazón.
54. Un cristiano cabal funda sus motivos de acción en el amor profundo o que tiene
por el Maestro.
55. El amor comunica al que lo posee gracia, decoro y gentileza en el modo de
portarse.
56. La vida no consiste principalmente en grandes sacrificios ni en maravillosas
hazañas, sino en cosas menudas, que parecen insignificantes y sin embargo
suelen ser causa de mucho bien o mucho mal en nuestras vidas.
57. Sólo obrando de acuerdo con los buenos principios en las pruebas de la vida
diaria, podremos adquirir poder para permanecer firmes y fieles en situaciones
más peligrosas y difíciles.
58. Recordemos que doquiera estemos, hagamos lo que hagamos, Dios está
siempre presente.
59. Como cristianos, somos miembros de la familia real, hijos del Rey celestial.
60. No frecuentéis innecesariamente la sociedad de quienes debilitarían por sus
artificios vuestro propósito de hacer el bien, o mancharían vuestra conciencia.
61. Obrad siempre movidos por buenos principios, y nunca por impulso. Moderad la
impetuosidad natural de vuestro ser con mansedumbre y dulzura. No deis lugar
a la liviandad ni a la frivolidad.
62. Ni siquiera deis rienda suelta a vuestros pensamientos.
63. Si queremos, podemos apartarnos de todo lo vulgar y degradante y elevarnos
hasta un alto nivel, donde gozaremos del respeto de los hombres y del amor de
Dios.
64. Consagraos siempre a cosas santas.
65. Debemos sentir siempre el poder ennoblecedor de los pensamientos puros.
66. El poder del dominio propio se acrecienta con el ejercicio.
67. Mediante la gracia de Cristo, serán puros y sinceros.
68. El Señor hace que el daño hecho redunde en bien y beneficio para sus siervos
que son fieles a El.
69. Recordemos que mientras estemos en este mundo, enfrentaremos
adversidades.
70. Las provocaciones y adversidades nos permitirán desarrollar las virtudes
cristianas.
71. Seremos sufridos, bondadosos, prudentes y alegres en medio de los
contratiempos, si Cristo vive en nosotros.
72. Los que huyen del combate pierden la fuerza y el gozo de la victoria.
73. No lleves cuenta de tus dificultades, pesares y tristezas, están escritos en los
libros del cielo y allí nada se olvida.
74. Rememora las cosas agradables, tales como la bondad misericordiosa con que
Dios nos rodea a cada momento y su amor que le impulsó a dar a su Hijo para
que muriese por nosotros.
75. El cristiano debe demostrar al mundo que la vida en Cristo no es un fracaso.
76. No arrojes tu malhumor o tristeza encima de los demás.
77. Reflexiona siempre en el poder que puedes alcanzar a través del nombre de
Cristo.
78. Practiquemos la religión verdadera y el amor para no apartar a las personas de
Cristo, pues Satanás ha tendido redes para ellas.
79. La fe verdadera puede resistir la prueba, vencer la tentación y mantenerse firme
ante los desengaños.
80. Todas las cosas que la intermediación de Jesús nos ha entregado, son
nuestras.
81. Dios no consentirá en que sea dejado solo uno de sus fieles obreros para que
sea vencido.
82. El guarda a aquel cuya vida está escondida en Cristo, como preciosa joya.
83. Nuestro conocimiento de Dios nos ayuda a entender su amor, carácter y gracia.
84. La esperanza es el pilar que sostiene el mundo.
85. El centro del respeto a uno mismo es paz.
86. La lealtad no se puede imprimir.
87. La sabiduría proporciona fortalezas a los pueblos.
88. Cuando das un servicio, recibes recompensa.
89. Escucha a la gente con entusiasmo.
90. Ser empático contribuye a la buena comunicación.
91. La comunicacion abre camino al futuro.
92. La tolerancia acepta y comprende los demás.
93. El amor establece los principios de todos los valores humanos.
94. No debemos perder de vista la honestidad a lo largo de nuestra vida.
95. La integridad nos puede servir como pauta de conducta durante nuestra vida.
96. El amor a Cristo nos permitirá amar abnegadamente a los hermanos.
97. El amor comunica al que lo posee gracia, decoro y gentileza en el modo de
portarse.
98. El amor ilumina el rostro y modula la voz; refina y eleva al ser entero.
99. Estudia atentamente el carácter divino-humano, y pregúntate siempre: “¿Qué
haría Jesús si estuviera en mi lugar?” Tal debiera ser la norma de vuestro deber.

100. No hagas entre extraños, en la calle o en casa, lo que tenga la menor


apariencia de mal. Haced algo cada día para mejorar, embellecer y ennoblecer
la vida que Cristo compró con su sangre.

También podría gustarte