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Alicia Lindón2
RESUMEN
Este trabajo presenta una aproximación cualitativa denominada hologramas so-
cioespaciales, destinada al estudio de la construcción social de los lugares. Esta
propuesta es parte de una investigación de mayor alcance centrada en la espa-
cialidad de la vida cotidiana en contextos urbanos, más específicamente perifé-
ricos y suburbanos. En esta orientación, la espacialidad es el núcleo central de
la investigación, a través del concepto de lugar tal como es entendido en la
perspectiva de la geografía humanista. Esto implica que la investigación se
asume como una perspectiva comprensiva de la vida cotidiana, aunque con un
sesgo constructivista: se concibe al lugar como una construcción social siempre
en curso, necesariamente inacabada.
En la primera parte de este trabajo se presenta un acercamiento muy somero al
lugar como un tipo de mirada particular para estudiar la espacialidad de la vida
social. Luego, en el segundo apartado, se profundiza la cuestión del lugar a
partir de la propuesta de estudiarlo como una construcción social. Posterior-
mente se desarrollan los elementos básicos de la aproximación cualitativa de-
nominada hologramas socioterritoriales. En el apartado siguiente se presenta un
holograma particular, en el contexto de la periferia excluida del oriente de la
ciudad de México. Por último, terminamos con unas reflexiones abiertas.
Palabras clave: Hologramas socioespaciales, geografía humanista, lugares in-
visibles.
ABSTRACT
This paper presents a qualitative approach named “socio-spatial holograms”, focu-
sed on analyzing the social construction of places. This proposal is part of a broader
research centered on the spatiality of everyday life in urban contexts; more specifi-
cally the peripheral and suburban’s environments. In this line, spatiality is the core
of this research, through the concept of place, as understood by the humanistic
geography. This implies that the research is oriented in a comprehensive perspective
of everyday life, but with a constructivist bias: place is conceived as a social
construction always in transformation or on the move, never finished.
In the first part of this work, a basic approach to the concept of place is
presented, as a particular gaze to study the spatiality of social life. Then, in the
second part, the place question is deepened, proposing the possibility to study
it as a social construct. After that, the basic elements of this qualitative appro-
ach named “socio-territorial holograms” are lay down. In the next part, a parti-
cular hologram is presented, in the context of the marginal periphery of eastern
Mexico City. Finally the paper concluded with some open remarks.
Key words: Socio-spatial holograms, humanistic geography, invisibles places.
Este trabajo plantea el tema del construc- embargo, las geografías humanistas anglo-
tivismo geográfico como una forma de sajonas –desde los años setenta– reconstruye-
aproximarse al estudio del espacio, que pue- ron este concepto planteando que los lugares
de ponerse en práctica a través de metodolo- no solo son una localización particular, tam-
gías cualitativas. En este sentido, se desarro- bién tienen identidad, o bien, tienen rasgos
lla una propuesta metodológica cualitativa peculiares a través de los cuales son identifi-
particular que hemos denominado hologra- cados, se les atribuyen valores y son objeto
mas socioespaciales, destinada al estudio de de construcción simbólica. La revisión de
la construcción social de los “lugares”. Esta esta discusión teórica indudablemente es una
propuesta se articula dentro de nuestro traba- labor relevante, atractiva y también ardua,
jo de investigación que de manera general, se pero no es nuestro objetivo en esta ocasión.
aboca a estudiar la espacialidad de la vida Antes bien remitimos a algunas obras de la
cotidiana en contextos urbanos, más específi- extensa literatura sobre el tema. Baste en esta
camente periféricos y suburbanos. En esta lí- ocasión solo con especificar brevemente a
nea de trabajo hemos enfocado la espaciali- qué nos referimos con las expresiones próxi-
dad a través del concepto de “lugar” tal mas entre sí de lugar y espacio vivido.
como es entendido en la perspectiva de la
geografía humanista. Entre otras cosas, esto El concepto de lugar hace referencia a
implica que nuestro trabajo se asume entera- espacios delimitados, con límites precisos,
mente como una perspectiva comprensiva de que para los sujetos representan certezas y
la vida cotidiana, aunque con un sesgo cons- seguridades otorgadas por lo conocido
tructivista: concebimos al lugar como una (Tuan, 1977). A pesar de que el lugar alude
construcción social siempre en curso, nece- a un espacio con límites, dichos límites se
sariamente inacabada. extienden hasta donde lo hace el contenido
simbólico de los elementos objetivados en
De esta forma, en la primera parte de este él y que pueden ampliarse a través de redes
trabajo se presenta un acercamiento muy so- y relaciones de sentido. Por ello, se puede
mero al lugar como un tipo de mirada parti- considerar al lugar, siguiendo a Gumuchian
cular para estudiar la espacialidad de la vida (1991), como “una acumulación de signifi-
social. Luego, en el segundo apartado, pro- cados”, o bien, en las palabras similares de
fundizamos la cuestión del lugar a partir de Entrikin (1976), el “lugar es un depositario
la posibilidad de estudiarlo como una cons- de significados”. La acumulación de signifi-
trucción social. Posteriormente desarrollamos cados sobre un lugar también ha sido estu-
los elementos básicos de nuestra aproxima- diada a través de “íconos portadores de sen-
ción cualitativa que denominamos “hologra- tido que se lo confieren a los lugares”, como
mas socioterritoriales”. En nuestro propio tra- lo señalara el geógrafo francés Joel Bonne-
bajo de investigación los hemos utilizado en maison (2000).
diversas ocasiones, por ejemplo para abordar
la construcción social de espacios del miedo, En las geografías francófonas, también
pero también para estudiar la construcción desde los años setenta –de manera casi si-
social de paisajes parcialmente invisibles multánea a lo ocurrido en las geografías an-
(Lindón, 2007). En el apartado siguiente pre- glosajonas–, se viene desarrollando el con-
sentamos un holograma particular, contextua- cepto de espacio vivido, con un contenido
lizado en la periferia excluida del oriente de más o menos próximo al que ha tomado el
la ciudad de México. Por último, terminamos de lugar y sentido del lugar en la geografía
con unas reflexiones abiertas. anglosajona. El concepto de espacio vivido
( espace vécu) fue propuesto en 1976 por Ar-
El lugar como orientación mand Frémont (1999). Así para la geografía
de Francia del Oeste3:
general
El lugar refiere a una localización concre-
3 Este núcleo de la Francia del Oeste (Caen, Angers,
ta, por eso los geógrafos teoréticos (cuantita-
tivos) lo consideraban un punto, y entre va- Le Mans, Nantes, Rennes) reunió a Armand Fré-
mont, Jacques Chevalier, Robert Hérin y Jean Re-
rios puntos es posible medir distancias. Sin nard (Marconis, 1996, p. 189).
EL CONSTRUCTIVISMO GEOGRÁFICO Y LAS APROXIMACIONES CUALITATIVAS 7
“La propuesta del espacio vivido no se sajón) y el espacio vivido (desde el pensa-
limita a reconocer lugares frecuentados, miento francófono), ha emergido un abanico
definir itinerarios, situar al hombre-ha- muy amplio de problemáticas espaciales de
bitante en su cuadro familiar de existen- investigación en ambas tradiciones del pen-
cia (...) sino focalizar la mirada en la re- samiento. Por ejemplo, algunas buscan “re-
lación con las representaciones (...), es conocer lugares frecuentados, definir itine-
decir superar el espacio extensión (o es- rarios, situar al hombre-habitante en su
pacio-soporte), para abordar la noción cuadro familiar de existencia” (Gumuchian,
de representación (imagen) del espacio, 1991: 62). Asimismo, el concepto de lugar
planteando una nueva pregunta: ¿cómo ha abierto un importante horizonte en torno
ven los hombres el espacio? (...) El espa- al estudio de la identidad del lugar (Hiern-
cio vivido es reivindicado como un es- aux, 2000; Nogué, 1999) y el sentido del lu-
pacio cargado de valores (Chevalier, gar ( sense of place ) (Butz & Eyles, 1997).
1974: 1)”. Otra derivación del concepto del lugar, son
los estudios sobre la memoria del lugar y los
Años más tarde, Guy Di Meo –otro geó- lugares de memoria, para retomar la expre-
grafo francés– también toma parte en esa re- sión que ha hecho célebre Pierre Nora
flexión inicial. Di Meo diferencia el espacio (Nora, 1997; Javeau, 2000). Otros ángulos
de vida del espacio vivido, y completa la abiertos a partir del concepto de lugar son
propuesta teórica con el concepto de espa- las denominadas fantasías geográficas
cio social: (Rowles, 1978), las topofilias, topofobias y
los paisajes del miedo (Tuan, 1990; 1980;
“El espacio de vida se confunde, para Lindón, 2005b; Yori, 1998; 1999; Uribe Cas-
cada individuo, con el área de sus prác- tro, 2002), los lugares y paisajes efímeros y
ticas espaciales. Es el espacio frecuenta- fugaces (Hiernaux, 2006), asimismo la tan
do por cada uno de nosotros, con sus lu- polémica deslugaridad o placelessness plan-
gares atractivos, sus nodos en torno a los teada inicialmente por Relph (1976), la “ato-
cuales se construye la existencia indivi- pía” (Turco, 2000; Lindón, 2005a), la territo-
dual: la morada, la casa, los lugares de rialidad, la apropiación de los lugares y los
trabajo y de ocio. El espacio concreto de lugares mágicos y míticos (Sack, 1980;
lo cotidiano (1991: 123)”. 1986; Raffestin, 1977; 1982; 1986), los es-
pacios domésticos e interiores (Collignon &
Por otra parte, Di Meo –siguiendo la tra- Staszak, 2003; Lindón, 2006b); así como el
dición de Frémont– ha planteado que: papel de la retórica y sus tropos en la cons-
trucción de los lugares (Debarbieux, 1995;
“El edificio construido sobre las bases Lindón, 2003). También esta visión del lugar
de la materialidad y sus prácticas (el es- ha producido una profunda renovación de
pacio de vida) se enriquece de la pulpa los estudios del lugar y el paisaje con énfa-
de los intercambios sociales (el espacio sis cultural (Nogué, 1989; 1992; 2006a;
social), de las cargas emotivas, de las 2006b; Cosgrove, 1985; 2002; Duncan &
imágenes y de los conceptos individua- Ley, 1993), muchas veces articulados a la
les, aunque siempre son de esencia so- indagación sobre identidades. En esta última
cial, que forjan nuestra representación perspectiva, lo innovador radica en no con-
del mundo sensible y contribuyen a cebir al paisaje como simple producto cul-
c o n f e r i r l e s e n t i d o ( e s p a c i o v iv i d o ) tural (como se hizo dentro de la tradición
(1991: 127)”. saueriana), sino reconocer la anterior condi-
ción de producto cultural junto a su capaci-
Esta forma más compleja e integradora es dad para incidir en la cultura.
el espacio vivido. Por ello para Frémont
(2005: 79), “el espacio vivido es el más La consolidación de estas miradas ego-
completo, el más denso, el que integra todas céntricas –desde el sujeto y su subjetividad
las distancias y todas las complejidades”. (Hiernaux & Lindón, 2004)– las geografías
de los mundos interiores (Debarbieux,
A partir de estas dos líneas teóricas, so- 1997), así como el microanálisis, parecería
bre el lugar (desde el pensamiento anglo- que desdibuja las fronteras rígidas entre el
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pacialidad (Gregory, 1995). No obstante, una de las circunstancias que ayude a com-
tanto Derek Gregory como Nigel Thrift y prender estos rezagos y resistencias sea el
Don Mitchell (voces destacadas a favor de la peso que ha tenido la idea del espacio como
semiótica del espacio a fines de los ochen- una realidad material objetiva. Aunque los
ta), después de haber impulsado la conside- aportes de muchos autores han mostrado
ración del lenguaje, lo textual y lo semióti- que el espacio y el territorio también son
co, a mediados de los noventa proponen objeto de elaboración subjetiva por parte
abandonar este camino para centrarse en las del sujeto-habitante, las resistencias a su in-
“prácticas” que construyen el lugar. clusión –más aún, de manera central– son
considerables.
Desde la geografía francófona, aunque
muy imbuida del pensamiento anglosajón, En nuestra propuesta, el constructivismo
las palabras de Antoine Bailly también resul- geográfico –o espacial– se puede definir al
tan elocuentes de estas miradas que recha- menos desde los ejes que planteamos a con-
zan la reducción del espacio a su compo- tinuación, considerando que no son exclu-
nente material: yentes entre sí, sino distintas entradas que se
entrecruzan:
“En un entorno histórica y socialmente
dado, el individuo construye su propia • El espacio visto a la luz del sujeto como
realidad articulando lo estructural, lo habitante (Dardel, 1990).
funcional y lo simbólico; (…) el paisaje
nos remite a nuestra experiencia existen- • El lugar en la dialéctica entre el espacio
cial; cómo se articulan lo real y lo imagi- y la sociedad. Esto significa que el lugar
nario en cada lugar (1989: 11)”. es concebido como productor de lo so-
cial y al mismo tiempo como producto
Estas perspectivas muestran que el pro- social. Así, el lugar resulta de un movi-
blema de la espacialidad de la vida social miento constante entre fuerzas constitu-
no debería reducirse a una realidad mate- yentes y constituidas: los sujetos constru-
rial, única y externa a las personas. Más yen el lugar y el lugar es construido
bien, siguiendo a Antoine Bailly (1989), se socialmente, el lugar modela la vida so-
lo puede entender en la mezcla entre lo cial que allí se aloja.
imaginario y lo real.
• El lugar en la dialéctica entre las formas
En suma, el estudio de la espacialidad espaciales y los sentidos del lugar. Esto
también puede asumir el constructivismo ya implica que el lugar se despliega en lo
que uno de sus presupuestos es que lo que material y en lo no material. Así, lo ma-
conocemos y creemos resulta del lenguaje terial resulta de las formas de sentir, per-
con el que entendemos y transmitimos nues- cibir y concebir los elementos materiales
tras percepciones del mundo. Los constructi- del entorno de algunos sujetos sociales.
vistas han dicho que al hablar –en un mun-
do compartido siempre con otros– creamos • Las redes que articulan lugares –incluso
la realidad. Por eso, un mismo fenómeno, distantes– a partir de la experiencia de
una misma realidad, puede ser construida los habitantes de esos lugares.
de diferentes formas en función de distintos
puntos de vista. En esta concepción, el lugar/espacio vi-
vido construido socialmente queda total-
Si bien en ciencias sociales como pue- mente vinculado a la lógica del movimien-
den ser la sociología o la psicología social, to como una tensión constante entre las
el tema del sujeto y su punto de vista ya permanencias y los cambios, que a su vez
cuenta con tradiciones consolidadas, en el pueden operar en distintas escalas tempora-
estudio de la espacialidad y del territorio la les y espaciales. En otros términos, la cons-
situación es diferente: existen antecedentes trucción del lugar puede llevar consigo per-
relevantes (voces pioneras), pero distan de m a n e n c i a s b r e ve s o e x t e n s a s e n s u
ser enfoques instituidos y retomados en las duración, así como permanencias de gran
comunidades académicas. Posiblemente, extensión espacial o reducidas espacial-
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excluidas de las grandes ciudades. Precisa- que por allí transitara o allí estuviera, por su
mente, su valor radica en que no es único, materialidad insoslayable: la basura era una
sino singular. forma espacial, tanto la basura contenida en
los recipientes como la basura dispersa en el
Un holograma socioespacial suelo. Los perros, como los asiduos visitan-
tes y exploradores del lugar, y los recipien-
sobre lugares casi invisibles tes mismos de la basura completaban ese
paisaje. Para el extranjero, el basurero era la
Este holograma particular representa una forma espacial más visible, por ello no era
ventana para la comprensión de lugares/es- difícil caracterizar al lugar como desolado y
pacios vividos parcialmente visibles o casi con carencias: Un lugar de la desolación y
invisibles a pesar de su condición de outsi- la basura. La idea de la desolación viene de
deness (exterioridad) (Relph, 1976): se ancla la asociación con lo que falta en ese lugar,
en las calles de una periferia metropolitana las carencias. Sin embargo, en términos es-
excluida. La identificación de este hologra- trictos esta visión de lo que falta procede de
ma particular fue posible a partir de una lo que allí está (la basura), que de inmediato
preocupación teórica previa sobre paisajes y nos permite ver al lugar como lo que no es,
lugares invisibles, o lo que Joan Nogué pero podría ser6 . Por eso, para el forastero y
(2005) denomina “las geografías de la invisi- también para muchos habitantes del lugar,
bilidad”. parece un lugar del dolor y la aflicción por
las carencias. Esta es la interpretación super-
La invisibilidad de un lugar que está fue- ficial ( light), muy asociada a las formas es-
ra de un recinto –un outdoor (De Castro, paciales en su expresión material.
1997)– para quien allí habita o transita por
el lugar parece indisociable de la siguiente Sin embargo, la consideración de que
pregunta: “Para quién es invisible lo que aquel lugar pueda ser interpretado como un
puede ser visible para otros” (Lindón, 2007). holograma nos permitió iniciar el primer ni-
Una pregunta de este tipo no puede tener vel de la interpretación espacial hologramá-
una respuesta única, sino muchas y específi- tica. Así, se hizo evidente que aquellas for-
cas. Más allá de esas respuestas para cada mas espaciales son inseparables de
contexto y situación, cabe destacar que la dimensiones no materiales, no visibles para
pregunta ubica el tema en una mirada: La otros, que no refieren ni a la desolación ni a
invisibilidad, o la visibilidad parcial, de un las carencias sino a los encuentros sexuales
outdoor no es independiente del punto de de los jóvenes habitantes del lugar. En la ex-
vista, no puede ser considerada al margen periencia espacial de aquel lugar, cada una
del sujeto que ve o no ve, ya que no se trata de estas formas espaciales participa de ma-
de una “invisibilidad estructural”, sino de neras particulares para los jóvenes habitan-
una invisibilidad o visibilidad experiencial. tes: Por ejemplo, los recipientes de basura
Por eso, más que lugares invisibles, son lu- constituyen una seudoprotección para una
gares parcialmente visibles (Nogué, 2005; sexualidad efímera y nocturna. Los perros
2006b; Lindón, 2007). callejeros (perros homeless) son una compa-
ñía indiferente pero permanente de esa
En nuestro trabajo sobre la periferia sexualidad. Así, la socialidad juvenil cons-
oriental excluida del Oriente de la ciudad truye a ese espacio de la basura en un lugar
de México, emergió un holograma en torno de la sexualidad.
a un lugar particular: un basurero, era un
área en la cual se alineaban una serie de
grandes recipientes para la acumulación y
6 Nos referimos a ese rasgo propio del ser humano
posterior recolección de la basura. Sin em-
bargo, para los jóvenes que habitaban el en- que Tuan identifica como el núcleo de una cultura
y que se expresa en una forma de escapismo : El
torno, era el lugar de las experiencias sexua- ser humano no solo ve el entorno, se somete, se
les. Indudablemente, para ellos también era adapta a él y lo transforma, sino también es capaz
el lugar donde se concentraba materialmen- de “ver lo que no hay” (Tuan, 1998:24), induda-
te la basura, eso resultaba parte de lo evi- blemente esto no es ajeno a la imaginación, a la
capacidad de anticipar no solo cursos de acción,
dente tanto para ellos como para cualquiera
sino también un entorno espacial.
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Fue necesaria la narrativa de los propios construcción simbólica del lugar solo se de-
jóvenes sobre ese lugar y sobre las experien- sarrollan en condiciones nocturnas. Para
cias allí vividas para que sus palabras lo hi- quienes es visible este lugar tiene este senti-
cieran visible. La clave fue la narrativa: la do (está marcado) diurna y nocturnamente,
palabra que dio contenido al holograma, aunque solo es practicado para la sexuali-
otorgó la visibilidad del lugar inicialmente dad nocturnamente.
no visible (Louiset, 2001) y superpuesto con
otro visible, el de la desolación. En términos de la extensión espacial del
lugar, el holograma muestra que el lugar se
Al ser construido aquel arreglo espacial extiende en torno a los recipientes de basura
como un lugar de la sexualidad, por un lado y hasta ese mismo perímetro se extiende la
esta se torna central para identificar y mar- construcción simbólica del lugar. Esto es re-
car el lugar: la sexualidad le da sentido al levante porque muestra que la construcción
lugar y lo construye en un lugar de la sexua- social y simbólica requiere necesariamente
lidad y la basura. Por otro lado, también de las formas materiales dadas por los reci-
ocurre lo inverso: la espacialidad es produc- pientes de basura. No obstante, eso no de-
tora de la sexualidad; el espacio como pro- bería llevar a plantear un determinismo de
ducto de la sociedad y también productor las formas espaciales ya que es evidente la
de ella (Santos, 1990). En este caso el espa- peculiar apropiación y refuncionalización
cio sería el lugar de la basura y la sociedad, de las formas: de contener la basura pasan a
sería este tipo de sexualidad Y como esa es- ser reapropiadas como un frágil muro que
pacialidad en términos materiales está col- demarca “un recinto de sentido”.
mada de basura, la sexualidad toma rasgos
de la basura, semántica y materialmente. Con respecto al segundo plano de la in-
Por ejemplo, la sexualidad es lo que queda terpretación espacial este holograma ofrece
(el residuo), es el residuo necesario que otro hallazgo relevante sobre la conexión
queda después de algo previo (deseo, impul- con lugares distantes o al menos, diferentes
so, una fiesta, un abandono, ejercicio del al lugar narrado: el lugar de la sexualidad y
poder y la violencia...). la basura se conecta experiencialmente con
lugares emplazados dentro de un recinto
Igual que la basura, la sexualidad queda –indoor– o interioridades – insideness 7 – de
confinada espacialmente a la calle. Al mis- los hogares de estos jóvenes: en esas interio-
mo tiempo, esa sexualidad toma otros rasgos ridades es usual es que la sexualidad de los
propios de ese espacio en sí, y no solo de la adultos (padres) sea parte de las prácticas
basura que en él se aloja. Así, la sexualidad realizadas ante la mirada de los otros (los
es lo que se aloja en un espacio abierto en hijos, por ejemplo) y tenga un sentido seme-
el cual cualquier objeto físico puede restar jante al de la sexualidad de la basura.
cierta visibilidad, pero también la sexuali-
dad es lo que se vive ante los ojos de otros Este lugar de la basura y la sexualidad es
indiferentes. Estos rasgos propios de aquel invisible para los que no son parte de estas
espacio terminan siendo constitutivos de la experiencias, por ello develar ese paisaje
sexualidad allí vivida. Además, el espacio tiene un primer y evidente valor: como es el
también es constitutivo de la socialidad en de desentrañar y reconocer lo aparentemen-
otro sentido: se constata aquello que plan-
teara Constancio de Castro (1997), en cier-
tos escenarios se pueden esperar algunos
7
comportamientos reiterativos. En otras pala- Para Relph, la interioridad o exterioridad no se an-
bras, el lugar hace a la conducta. Para los clan en construcciones materiales abiertas o cerra-
das, sino en el sentido del individuo por el lugar
jóvenes habitantes del lugar, desplazarse ha- (Relph, 1976, p. 49-55). Lo interno y externo no
cia este lugar en las noches implica ir en derivan de estructuras materiales cerradas a modo
busca de una experiencia sexual. de recinto o su ausencia, sino de la experiencia
que el individuo tenga con ese lugar. Cuando los
En cuanto a la extensión temporal, los lugares carecen de sentido para la persona, habla
de una “exterioridad existencial” que puede ser
hologramas muestran que las prácticas de experimentada tanto en un lugar abierto como en
encuentros sexuales que sustentan esta uno cerrado, una casa por ejemplo.
EL CONSTRUCTIVISMO GEOGRÁFICO Y LAS APROXIMACIONES CUALITATIVAS 15
de lo social. Asimismo, también hay que su- conexiones entre múltiples fragmentos. Por
brayar que estas alternativas constructivistas otra parte, lo fragmentado también es un in-
parecen aligerar los lastres del pasado deri- tento por restituir el movimiento que es pro-
vados de los fantasmas de los números, que pio de la vida social, pero que las técnicas
tan fuertemente cerraron las posibilidades de investigación casi siempre han anulado.
de comprender la subjetividad social y espa- Como dijera Jesús Ibáñez (1994), la técnica
cial. En síntesis, el constructivismo geográfi- es sedentaria pero la esencia de la técnica
co se atreve a explorar la espacialidad de la es nómada. Los hologramas socioespaciales
vida social a través del mundo del individuo aspiran a no perder de vista que la vida so-
(“los mundos interiores” de los que hablara cial que en ellos se despliega está en movi-
Debarbieux, 1997) y a desprenderse de las miento constante, es nómada.
ilusiones de verdad absoluta que habían
prometido los números y las aproximaciones Esta propuesta, al no llevar consigo los
desde ellos cultivadas. Al hacerse cargo de lastres del pasado, también tiene la virtud
esta osadía, el constructivismo geográfico de abrirse a temas poco estudiados hasta
encuentra en la investigación cualitativa una ahora, como es el ejemplo de los lugares
puerta de entrada a otra forma de producir invisibles o parcialmente visibles, los espa-
conocimiento espacial, pero que al mismo cios del miedo, los espacios de los home-
tiempo permite estudiar aspectos que otras less o del fenómeno conocido como home-
aproximaciones no podían focalizar. lessness, entre otros. En este contexto, la
propuesta de los hologramas se plantea
Esto es relevante porque se renuevan las como una ventana hacia la reconstrucción
formas de concebir la realidad social y la de formas de espacialidad más complejas
espacialidad, pero también las formas de porque incluyen los experiencial. Así, para
estudiarla (lo metodológico) e incluso el constructivismo espacial los desafíos ac-
emergen aspectos de la vida social y la es- tuales son múltiples, y uno de ellos lo
pacialidad que para otras visiones no “exis- constituyen los lugares invisibles o parcial-
tían” (Nogué, 1985). Un ejemplo pionero mente visibles. Los hologramas permiten,
lo encontramos en el trabajo de Graham entre otras cosas, comprender cómo los su-
Rowles en donde mostró, que la espaciali- jetos llegan a construir un insideness (inte-
dad de las personas mayores lejos de redu- rioridad) dentro de un outsideness (exterio-
cirse a medida que aumenta la edad, en al- ridad) (Relph, 1976), con la particularidad
gunas ocasiones se amplía descomunal- de que ese insideness solo es reconocido
mente a través de lo que él denominó las por quien participa de la situación o bien,
“fantasías geográficas” (Rowles, 1978). Ese quien tenga memoria espacial al respecto.
fenómeno que este autor denominó fantasía El insideness es un “recinto de sentido” y
geográfica posiblemente existía desde tiem- no un recinto material, por eso no es visi-
po atrás, sin embargo cuando los analistas ble para todos.
solo “medían” las distancias físicas recorri-
das diariamente por estas personas no lo Estos recintos de sentido son creados a
podían ver: era invisible. partir de la reapropiación de ciertos elemen-
tos materiales –de manera situacional– y de
En esta circunstancia histórica de apertu- su resignificación, sin que ello traiga nece-
ra hacia el constructivismo geográfico, nues- sariamente modificaciones materiales. Las
tra propuesta de los hologramas socioespa- ciudades actuales encierran numerosos re-
ciales pretende plantearse solo como una cintos de sentido parcialmente visibles, que
forma de comenzar a abrir el camino. Esta a veces protegen a la persona mientras que
propuesta no está libre de las dificultades otras condensan el dolor y la aflicción u
propias de la interpretación, ni de ofrecer otros sentidos del lugar muy diversos, pero
un conocimiento fragmentado. No obstante, que siempre se expresan en lo que hacen o
estos dos rasgos no deben ser considerados evitan hacer los sujetos. Los hologramas so-
como debilidades sino como particularida- cioespaciales asumen el desafío de hacer vi-
des de la propuesta. Lo relevante del cono- sibles estos lugares, y desentrañar el sentido
cimiento fragmentado que emerge de los ho- de otros. Aunque esta propuesta la construi-
logramas es que en su esencia están las mos a partir de la interpretación de una pe-
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