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4. (46) Los enemigos de Jesús en retirada.

Y nadie le podía responder palabra; ni osó alguno desde aquel día


preguntarle más.
a. Y nadie le podía responder palabra: Los líderes religiosos esperaban
atrapar a Jesús y avergonzarlo frente a los peregrinos de la Pascua
que llenaban Jerusalén y lo escuchaban enseñar. Sin embargo, Jesús
terminó avergonzándolos a ellos.
i. “Sin embargo, incluso su silencio fue un tributo. El maestro que
nunca fue a las escuelas correctas (Juan 7:15-18) confunde a los más
grandes teólogos en la tierra. Y si su pregunta (Mateo 22:45) era
imposible de responder en ese momento, un joven fariseo, que pudo
haber estado en Jerusalén en ese momento, la respondería a su
debido tiempo (Romanos 1:1-4; 9:5)”. (Carson)
b. Ni osó alguno desde aquel día preguntarle más: La lógica y la retórica
probaron ser inútiles para atacar a Jesús. Ahora sus enemigos usarían
en su lugar la traición y la violencia.
i. Jesús había terminado de debatir con los líderes religiosos. “De
ahora en adelante no debatiría con las autoridades, sino que los
pasaría de largo y se dirigiría a las multitudes”. (France)
MATEO 23  – AY DE LOS
ESCRIBAS Y FARISEOS
A. Jesús reprende a los escribas y fariseos.
1. (1-4) Atan cargas pesadas sobre otros.
Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: En la cátedra
de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os
digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus
obras, porque dicen, y no hacen. Porque atan cargas pesadas y difíciles de
llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un
dedo quieren moverlas.
a. Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos: Jesús habló a estos
grupos, pero habló acerca de los escribas y fariseos. Claro, estos
oponentes endurecidos de Jesús escucharon; pero en un sentido
Jesús había terminado de hablar con ellos. En cambio, quiso advertir a
la gente y a sus seguidores acerca de ellos.
i. “El verdadero objetivo de todo el discurso es la multitud y los
discípulos que necesitan liberarse del legalismo farisaico”. (France)
ii. “Tal vez un año antes Jesús había empezado a denunciar a los
fariseos (Mateo 15:7). Posteriormente advirtió a sus discípulos de la
enseñanza de los fariseos y saduceos (Mateo 16:5-12). Ahora sus
advertencias y denuncias son públicas”. (Carson)
iii. Según William Barclay, el Talmud describe siete tipos diferentes de
fariseos; seis de los siete son malos.
· El fariseo del hombro, que llevaba todas sus buenas obras y justicias
en el hombro para que todos las vieran.
· El fariseo “espera un poco”, que siempre tenía la intención de hacer
buenas obras, pero siempre podía encontrar una razón para hacerlas
después, no ahora.
· El fariseo sangrando y magullado, que era tan santo que desviaba la
cabeza de cualquier mujer vista en público, y por lo tanto
constantemente chocaba con cosas y tropezaba, causándose heridas.
· El fariseo jorobado, que era tan humilde que caminaba inclinado y
apenas levantando los pies, para que todos pudieran ver lo humilde
que era.
· El fariseo contador, que siempre contaba sus buenas obras y creía
que pondría a Dios en deuda por todo el bien que había hecho.
· El fariseo temeroso, que hacía el bien porque estaba aterrado de que
Dios lo fuera a golpear con juicio si no lo hacía.
· El fariseo temeroso de Dios, que realmente amaba a Dios y hacía
buenas obras para agradar al Dios que amaba.
b. Todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo: Jesús dijo
que los escribas y fariseos merecían respeto; no por su conducta, sino
porque en la cátedra de Moisés se sientan. Debían ser respetados
porque tenían un oficio de autoridad ordenado por Dios.
i. “No permitas que la ley de Dios pierda su autoridad contigo debido a
estos hombres malvados”. (Poole)
ii. Cátedra de Moisés: “Las sinagogas tenían un asiento de piedra al
frente donde se sentaba el maestro en autoridad”. (Carson) “Los
judíos hablaban de la silla del maestro como nosotros hablamos de la
silla del profesor”. (Bruce)
c. Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los
hombros de los hombres: Los escribas y fariseos eran malos ejemplos
porque esperaban más de los demás que de ellos mismos. Ellos
ataban cargas pesadas en otros, y sin embargo ellos ni con un dedo
quieren moverlas.
d. Cargas pesadas: La carga de los líderes religiosos contrasta
pronunciadamente con la carga de Jesús. Su carga es ligera, y su
yugo es fácil, (Mateo 11:30). Estos líderes religiosos traían cargas;
Jesús tomaba las cargas.
i. La primera acusación contra estos líderes religiosos podría aplicar a
muchos líderes religiosos hoy. Muchos enseñan como si la esencia del
cristianismo fuera un conjunto de reglas, como cargas pesadas, a
seguir.
ii. La iglesia antigua rechazó este legalismo cuando insistió en que la
obediencia a la Ley Mosaica no es el fundamento para la vida
cristiana. Pedro les dijo a los legalistas en Hechos 15:10: ¿por qué
tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que
ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?
2. (5-10) Ellos hacen sus obras para que sean vistas, y viven para
recibir la alabanza de hombres.
Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues
ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; y aman los
primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, y las
salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí. Pero
vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro,
el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a
nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.
Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo.
a. Hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres: Los líderes
religiosos eran culpables de anunciar sus obras justas. Actuaban por
el espíritu religioso contra el cual Jesús habló en el Sermón del Monte
(Mateo 6:1-6).
b. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos:
Tanto las filacterias (pequeñas cajas de cuero con pequeños
pergaminos con escrituras en ellos, amarrados al brazo y a la cabeza
con correas de cuero) como los flecos de sus mantos se usaban en el
intento de cumplir con la Ley Mosaica (Deuteronomio 11:18, Números
15:38-40).
i. “Estas eran llamadas filacterias, de [la antigua palabra griega], para
guardar, cosas donde se guardaba la ley”. (Poole)
ii. Era natural para estos líderes religiosos creer que filacterias más
amplias y flecos más largos en sus mantos mostraban que eran más
espirituales. La idea de llevar las filacterias y los flecos de sus
mantos especiales era obediencia a lo que Dios ordenó a Israel bajo el
pacto dado en el Monte Sinaí. El uso de esas cosas para promover
una imagen de súper espiritualidad fue culpa del pecado humano, no
del mandamiento en sí.
c. Aman los primeros asientos… y las salutaciones en las plazas: No
contentos con solo mostrar su supuesta espiritualidad, los líderes
religiosos amaban cuando las personas admiraban su supuesta
espiritualidad. Codiciaban los lugares de honor en los banquetes y en
la sinagoga, y amaban los títulos honorarios tales como Rabí y padre.
i. “Por lo tanto hay un énfasis que se debe poner en la palabra aman;
podrían recibir las salutaciones, y los lugares superiores, si se les
ofrecían como su cuota, para mantener el orden civil, pero no
afectarlos”. (Poole)
d. Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro
Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos: Jesús advirtió a la
gente que no deberían imitar a los escribas y fariseos en este punto.
Sus seguidores siempre deben recordar que “todos vosotros sois
hermanos” y que uno no debe ser exaltado sobre otros por títulos que
se exigen o reciben.
i. “Una exhortación que la iglesia de hoy podría tomar
provechosamente más seriamente, no solo en relación con títulos
eclesiásticos formales (‘Monseñor’, ‘mi Señor Obispo’, etc.), sino más
significativamente en su excesiva deferencia a los títulos académicos
o a las posiciones de autoridad en las iglesias”. (France)
e. No queráis que os llamen Rabí… no llaméis padre vuestro a nadie en la
tierra… Ni seáis llamados maestros: Jesús advirtió a sus oyentes y a
nosotros en contra de darle honor inapropiado a nadie. Uno puede
tener un padre o maestros en un sentido humano normal, pero no debe
considerarlos en un sentido que les otorgue honor o autoridad
espiritual excesiva.
i. “En la Iglesia de Cristo, todos los títulos y honores que exaltan al
hombre y dan ocasión al orgullo están aquí prohibidos”. (Spurgeon)
ii. Del resto de las Escrituras, podemos ver que Jesús no dijo esto con
la intención de hacerlo una prohibición absoluta, sino más bien habló
al corazón que ama, colecciona y estima tales títulos. Sabemos esto
porque, bajo la inspiración divina del Espíritu Santo, hombres
consagrados hablaron de sí mismos con algunos de estos títulos.
· Jesús fue llamado Rabí: Mateo 26:25 y 26:49; Juan 1:38 y 3:26.
· Pablo se llamó a sí mismo padre: 1 de Corintios 4:15, Filipenses 2:22.
· Pablo llamó a otros cristianos sus hijos: Gálatas 4:19.
· Pablo se llamó a sí mismo maestro: 1 Timoteo 2:7, 2 Timoteo 1:11.
iii. “Lo que él prohíbe es: 1. Una afectación de tales títulos, e ir de
busca de ellos. 2. Rom tituli, el ejercicio de una maestría absoluta, o
un poder paternal absoluto”. (Poole)
iv. Sin embargo, esta orden es a menudo ignorada y violada hoy en
día en la manera en que las personas dan y reciben títulos tales como
profeta, apóstol, monseñor, etc. También es vista en la etiqueta
esperada para cerrar una carta al Papa: “Postrado a los pies de su
santidad e implorando el favor de su bendición apostólica, tengo el
honor de ser, muy santo padre, con la veneración más profunda de su
santidad, su más humilde y obediente servidor e hijo/hija”.
v. “Debemos decir que el Cristo resucitado está tan disgustado con
aquellos en su iglesia que demandan sumisión incondicional a ellos
mismos y sus opiniones y confunden una reputación de piedad
ostentosa con sumisión piadosa a sus enseñanzas como lo estuvo con
cualquier fariseo”. (Carson)
3. (11-12) La manera de Jesús: servicio y humildad.
El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Porque el que se
enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
a. El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo: Normalmente, las
personas estiman la grandeza por cuántas personas los sirven y los
honran. Jesús les recordó a sus seguidores que en su reino debería
ser diferente, y que debemos estimar la grandeza por cómo servimos
y honramos a otros.
i. “En una palabra, como todos sus sucesores en espíritu hasta el día
de hoy, ellos eran duros con otros, pero muy indulgentes consigo
mismos”. (Clarke)
ii. Como Jesús era realmente el mayor entre ellos, se refirió a sí
mismo como un siervo. Es lamentable que muchos de los seguidores
de Jesús imitan la filosofía de liderazgo y el estilo de los escribas y
fariseos más que el estilo de Jesús.
b. Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será
enaltecido: Esta promesa es absolutamente cierta, pero a veces solo
es conocida en la medida de la eternidad.

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