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AURA FORERO

LEYDY ARIAS
TATIANA VARGAS
Es curioso observar la disposición de los adultos a
aplicar estos mecanismos en sus relaciones con los
niños. Gran parte del placer que en general el
adulto procura al niño resulta de su cooperación en
tales negaciones de la realidad.
Un niño que se ha O que los platos
lastimado se le que le repugnan
asegura que la "tienen rico gusto"
herida "no duele
más"
cada vez que se le presentaba algún remedio de
mal gusto, solía exclamar con una voz lastimosa:
"like it, like it"1 , residuo de una expresión que
empleaba, su niñera para persuadirlo de que las
gotas tenían sabor agradable.
También muchos de los regalos que se hace a
los niños obran, en idéntico senado. Una
cartera, sombrilla, o paraguas pequeños
servirán luego para hacerle vivir a la niña la
ficción de "ser una señorita". Un bastón, un
uniforme y todo tipo de equipos ayudanle al
niño a representar su masculinidad.
En la neurosis obsesiva la represión estará
asegurada por una formación reactiva que
contiene el reverso del impulso instintivo
reprimido (compasión en vez de crueldad;
vergüenza en vez de exhibicionismo)

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