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¿Qué es la Cuaresma, cuándo empieza, qué se hace…?

¡Te explico absolutamente todo!


Por María Belén Andrada 24/02/23; Fuente: https://catholic-link.com/la-cuaresma-explicacion-completa/

La Cuaresma es un tiempo litúrgico de cuarenta días que se celebra en la Iglesia Católica, además,
también, en otras iglesias de denominaciones cristianas. Es un tiempo de preparación para la
Pascua, que es la principal celebración del calendario litúrgico.

¡A continuación te cuento todo lo que tienes que saber de la Cuaresma!

¿De dónde viene el nombre «Cuaresma»?

Proviene del latín «quadragesima», que significa «cuarenta


días». Este período de cuarenta días está basado en la duración
del ayuno de Jesús en el desierto antes de su ministerio público.

¿Cuándo empieza y termina la Cuaresma?

Empieza el Miércoles de Ceniza. Ese día, en la misa, el


sacerdote impone en la frente de cada fiel una cruz con ceniza –
proveniente de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos
del año anterior – y pronuncia las palabras «Recuerda que eres
polvo y en polvo te convertirás» o «Arrepiéntete y cree en el
Evangelio».

La primera frase nos recuerda que nuestra vida en la tierra es temporal; hace referencia a la
mortalidad y fragilidad humana. La ceniza nos recuerda esta realidad.

La segunda frase es un llamado a la conversión y el arrepentimiento. Nos recuerda que debemos


abandonar el pecado y seguir a Cristo. El uso de la ceniza en la frente es un signo externo de
nuestro compromiso con la penitencia y la reflexión durante la Cuaresma.

Esta termina en la Semana Santa, que inicia luego del Domingo de Ramos.

¿Qué se hace durante la Cuaresma?

Durante la Cuaresma, los cristianos estamos invitados a la


penitencia, la oración, el ayuno y la limosna. Esto nos
ayudará a reflexionar sobre la pasión y muerte de
Jesucristo y prepararnos para la celebración de su
Resurrección.
Respecto al ayuno y la abstinencia: todos los viernes de Cuaresma se guarda la abstinencia; el
Miércoles de Ceniza y el Viernes santo se guarda la abstinencia y, además, el ayuno.

Además del ayuno y la abstinencia durante los días que la Iglesia indica como precepto, podemos
ofrecer otras penitencias o pequeñas mortificaciones, realizando pequeñas renuncias; acompañando
con nuestros sacrificios el de Cristo.

También la oración es muy importante, para acercarnos con profundidad en el misterio que estamos
contemplando y entrar en intimidad con quien se entrega por nosotros. También es más común el
rezo del Vía Crucis.

¿Qué más podemos hacer para vivir bien este tiempo…?

Leer las Sagradas Escrituras – especialmente las que contemplan la


Pasión de Cristo – nos ayudarán a meternos dentro del Evangelio y
acompañar con nuestra oración el sacrificio y el amor de nuestro
Señor.

Hacer un buen examen de conciencia y confesarnos. Esto nos ayudará a pedir perdón a Dios,
reflexionar cómo mejorar nuestra relación con Él y con los demás. Nos invita a una nueva
conversión, que es la llamada que recibimos durante la Cuaresma.
Practicar la caridad. La limosna no es solo entregar dinero, sino ayudar al prójimo, servir en la
parroquia o en un movimiento… conectar con los demás y salir de nosotros mismos para
entregarnos a quien nos necesita nos ayudará a unirnos a Cristo, que ha hecho lo mismo en
su sacrificio en la Cruz.
Asistir a la Eucaristía. Cada misa es la renovación incruenta del sacrificio en la Cruz. ¡Qué
mejor manera de entender y agradecer esa entrega que acudiendo a ella…!
Perdonar. En la Cruz, Jesús pidió al Padre el perdón hacia quienes lo mataban, porque «no
sabían lo que hacían». Siguiendo su ejemplo, podemos acercarnos a quienes nos han hecho
daño y disculpar sus ofensas.

Algunas características especiales de este tiempo

El color litúrgico predominante es el morado, representando la


penitencia, arrepentimiento y reflexión. Decimos «predominante» porque
el color rosa se utiliza en el «Domingo Laetare», que significa
«Alegraos». Es una «pausa» en el rigor de la Cuaresma, recordándonos
que se acerca la Semana Santa y luego la Resurrección. No se suele
cantar durante este tiempo litúrgico, pero, si se hace, suelen entonarse himnos o canciones que
transmitan el espíritu penitencial. Son más solemnes.

Tampoco se utilizan flores como decoración de las Iglesias, recordando nuevamente el espíritu de
penitencia y austeridad, evitando aquellos detalles que distraen de ese mensaje principal.

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