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Materia: Geografía
Curso: 5to U
Profesor: David, Perrone
Unidad N° 1
UNIDAD 1
TRABAJO PRACTICO N° 1
La Argentina es uno de los llamados países emergentes. A pesar de las sucesivas crisis
políticas y económicas que afrontó a lo largo de su historia, actualmente se presenta
como una potencia regional. Sus recursos naturales y humanos la posicionan en un lugar
destacado dentro de la economía global.
La Argentina es rica en tierra, agua y recursos. Esto la convierte en uno de los principales
países productores y exportadores de productos agropecuarios en todo el mundo.
La división internacional del trabajo consiste en que los distintos países del mundo se
especializan en la producción de determinados bienes y servicios con el fin de aprovechar
sus ventajas comparativas.
La división internacional del trabajo se asemeja a la división del trabajo que se da en una
empresa o país, pero llevado a nivel internacional. De esta forma, así como algunos
trabajadores se especializan en la realización de determinadas tareas o áreas de estudio,
a nivel internacional también se observa que los países se tienden a especializar en
determinadas industrias o actividades productivas. Así por ejemplo, en el Reino Unido se
observa una especialización en el área de servicios financieros mientras que en Brasil se
observa una especialización en la producción de carne de pollo o de café.
(Doc. 1) Frase de Eduardo Galeano de su libro “las venas abiertas de América Latina”
VENTAJA COMPARATIVA
En una cadena de valor, los eslabones consisten en las distintas tareas que la empresa u
organización debe desarrollar para lograr obtener y colocar su mercancía.
Sin embargo, en los últimos años, esta situación comenzó a revertirse y, actualmente, es
uno de los países que recibe grandes inversiones externas.
Por otra parte, en ámbito global, la Argentina es parte del Grupo de los 20 (G20). Este
grupo establece un foro de cooperación y consultas, con el objetivo de analizar los temas
relacionados con la economía global. Está integrado por los países industrializados, que
conforman el G8 (Estados Unidos, Alemania, Japón, Gran Bretaña, Francia, Italia,
Canadá y Rusia), y por un grupo de países emergentes (Argentina, Australia, Brasil,
China, India, Indonesia, México, Arabia Saudita, Sudáfrica, Corea del Sur y Turquía).
A partir del proceso de globalización, el sistema capitalista avanzo en todos los países del
mundo. La Argentina se insertó en este sistema económico como proveedora de
materias primas y, al mismo tiempo, como importadora de manufacturas y tecnología. En
este proceso, el país sufrió varias crisis que se intensificaron debido a la necesidad de
seguir las directivas de los organismos de financiamiento internacional, como el Fondo
Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM).
En los últimos años, la Argentina logró negociar y pagar parte de la deuda externa; así,
pudo cambiar su política financiera y dar prioridad al mercado interno. De esta manera, la
economía nacional siguió creciendo a pesar de la crisis mundial de 2008. Por ello, en el
ámbito internacional, donde se tratan temas relacionados con el comercio, la Argentina es
uno de los países emergentes referentes, por ejemplo, cuando solicita cambios en las
decisiones de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
LA INSERCIÓN AL CAPITALISMO
El liderazgo de esos países se debía al gran desarrollo industrial y tecnológico que habían
logrado y que los llevaba a producir una cantidad creciente de manufacturas de muy
diverso tipo, desde elementos para el consumo cotidiano hasta maquinarias y grandes
transportes, como ferrocarriles y barcos que facilitaban el comercio entre distintos lugares
del mundo.
Entre 1880 y 1930 el eje de la economía de nuestro país fue la exportación de productos
obtenidos en las áreas rurales. Los dueños de grandes extensiones de tierras formaban
uno de los grupos de mayor poder económico y político en el país.
En este contexto, tomó gran impulso la difusión del pensamiento económico neoliberal. En
su esencia, el neoliberalismo postula que los mercados pueden regularse por sí mismos,
obteniendo un adecuado equilibrio del orden económico y social, sin necesidad de que
intervengan los Estados. De esta forma comenzaron a difundirse y aplicarse políticas
económicas neoliberales que imponían la libre movilidad de los productos y los capitales,
y reducían la intervención de los Estados en la economía y, consecuentemente, en la
regulación social.
En las últimas décadas del siglo xx comenzó a utilizarse el término globalización para
hacer referencia a la creciente interdependencia de las economías de los distintos países
del mundo. En particular, esa interdependencia se sustenta en el gran incremento de los
intercambios comerciales y financieros entre diversos lugares del planeta. Si bien las
transacciones comerciales han acompañado la historia de la humanidad, la característica
esencial del proceso de globalización reside en que este involucra prácticamente a todos
los lugares del planeta y en él adquieren un gran protagonismo las empresas
transnacionales que controlan el flujo de los grandes capitales financieros. Además, este
proceso se basa en la presencia cada vez mayor de innovaciones tecnológicas entre las
que se destacan las relacionadas con las comunicaciones y la informática, la
microelectrónica, la robótica o la biotecnología. Ellas facilitaron la innovación de los
productos y servicios que se ofrecen y la reorganización de las formas de producción al
permitir una mayor flexibilidad en la localización de las empresas productoras, así como
comunicaciones y transacciones económicas en tiempo real entre distintos lugares del
mundo. La difusión de Internet a partir de la década de 1990 multiplicó más aun la
velocidad y el alcance del proceso globalizador.
(Doc. 3) Globalización – expansión de las grandes empresas multinacionales afectando el
desarrollo de los mercados internos
Más allá de la dimensión económica, la globalización también abarca otros aspectos que
influyen en la vida cotidiana de las personas; así se habla de la sociedad global, para
hacer referencia a la difusión de valores, pautas de vida y consumo comunes que se
extienden por distintos puntos del planeta. También se incluyen en el proceso de
globalización las preocupaciones por temas comunes, como los derechos humanos o las
condiciones ambientales.
TRABAJO PRACTICO N° 2 – (UNIDAD 1)
Desde la disolución del Virreinato del Río de la Plata, hasta llegar a sus dimensiones
territoriales actuales, la Argentina atravesó diversas etapas. Cada gobierno intento
imponer un modelo de país, que se vería plasmado en el territorio.
Solo las áreas que se encuentran en el llamado Corredor del Mercosur mantuvieron su
inserción en el sistema global. Estas áreas ofrecen los servicios e insumos necesarios
para las actividades económicas conectadas con el resto del mundo.
Durante los últimos años del siglo XX, el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA)
concentró las actividades económicas primarias y secundarias. En la actualidad, el AMBA
se erige como una ciudad global de segundo orden, sede de empresas
multinacionales y lugar elegido para las inversiones extranjeras. Además, tiene
injerencia en el resto de América Latina, ya que marca tendencias en los ámbitos
políticos, económicos, tecnológicos y culturales de toda la región.
Por otro lado, históricamente, las ciudades de Córdoba y Rosario fueron protagonistas
de la etapa de industrialización del país. En la actualidad, son ciudades que también
realizaron transformaciones orientadas a atraer inversiones para el desarrollo de
actividades terciarias y cuaternarias. Esas ciudades han crecido en infraestructura,
inversiones y generación de empleo.
(Doc. 1) Mapa de la configuración del Virreinato del Río de la Plata.
Región es una zona territorial delimitada por características comunes que pueden ser
geográficas, culturales, políticas o económicas.
De manera general, una región es sinónimo de área o zona. Es definido por un espacio
geográfico que abarca un o varios atributos.
TIPOS DE REGIONES
Una región se define según sus características comunes. De esta manera se puede dividir
en varios tipos de regiones como:
Región natural o geográfica: se caracteriza por compartir clima, flora y fauna similares
como, por ejemplo, región tropical o región marítima.
Región cultural: contiene grupos que comparten una misma identidad cultural como, por
ejemplo, la región andina o la región maya.
Región política o administrativa: división que hacen los Estados para su administración
política y de soberanía que puede contener criterios naturales, económicos o culturales
como, por ejemplo, la región de la pampa en Argentina.
Desde la consolidación del Estado moderno en Argentina durante la segunda mitad del
siglo XIX, las asimetrías entre las regiones del país han sido una constante que se
reprodujeron en las distintas etapas de su historia. La heterogeneidad del territorio en la
distribución de recursos naturales y económicos, la concentración poblacional
desproporcionada en las regiones urbanas, el dispar desarrollo de infraestructura, la
diversidad sociocultural y la falta de coordinación federal de sus políticas son algunos de
los factores que históricamente han determinado las desiguales condiciones de vida a lo
largo del país. A comienzos del siglo XX, el ingeniero Alejandro E. Bunge , en su intento
de cuantificar las desigualdades entre las regiones argentinas, desarrolló el concepto de
“país abanico” . El autor sostenía la existencia de tres grandes zonas en Argentina,
delimitadas como semicírculos con epicentro en el puerto de Buenos Aires. De esta
forma, la densidad de población, el nivel de vida y el acceso a la educación decrecían a
medida que se alejaba del distrito federal (Bs As). El siguiente estudio se propone
describir cómo es la situación actual de estas asimetrías entre las distintas regiones
argentinas, evaluando a partir de indicadores económicos, político institucionales y de
resultados de encuestas nacionales (EPH) sus dimensiones geográfica, económica, fiscal,
social y política. Para ello se agruparon las provincias en 5 regiones
Los procesos que tuvieron lugar durante la Primera y Segunda Revolución Industrial
afectaron con variada intensidad a todas las regiones del planeta y consolidaron el
predominio del occidente industrializado en el mundo. En este esquema, el orden de la
“economía mundo” tendió a estructurarse como una división internacional del trabajo en
torno al intercambio entre un “centro” productor de bienes manufactureros y una “periferia”
abastecedora de productos primarios.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, tuvo lugar la inserción de América Latina en el
orden económico internacional como periferia de la economía metropolitana. La Pampa
Húmeda se constituyó en un centro de atracción de los intereses europeos. Si bien
siempre se supo que las tierras pampeanas eran excepcionalmente aptas para la
producción ganadera y agrícola de clima templado, sólo cuando confluyeron una serie de
factores externos e internos se pudo comenzar a desarrollar su potencial productivo.
Entre los factores externos cabe mencionar el auge de las exportaciones de productos
primarios hacia los países centrales en curso de acelerada industrialización, la oferta de
capitales para la modernización y expansión de las economías exportadoras y una
vigorosa ola de inmigrantes venidos principalmente desde el sur de Europa. En el ámbito
interno, interesa destacar la importancia que tuvo la pacificación del país y la
consolidación del Estado - Nación, procesos que ingresan en su etapa final con el triunfo
militar de la provincia de Buenos Aires sobre el resto del país al que se conoce como el
interior.
REGIÓN NOROESTE
El NOA incluye las provincias de Jujuy, Salta, La Rioja, Tucumán, Catamarca y Santiago
del Estero. Allí se cultivan legumbres, hortalizas, soja, olivo, vid, caña de azúcar, árboles
cítricos; se crían abejas, para la producción de miel, y bovinos, para la producción de
carne; también se cultiva algodón para la producción de textiles y tabaco. Entre sus
recursos minerales, se encuentran el cobre, oro, plata, litio, petróleo y gas. Además, se
desarrolla la fabricación del acero y del aluminio y de los materiales para la construcción,
como el cemento. Por último, en el sector de los servicios se ofrecen productos para la
industria del transporte y del turismo.
REGIÓN NORESTE
El NEA incluye las provincias de Formosa, Chaco, Misiones, Corrientes y Entre Ríos. Allí,
la producción es principalmente forestal y proviene tanto del bosque implantado, del que
se obtiene papel y madera, como del bosque nativo, de donde se extrae madera y tanino.
Entre los principales cultivos se encuentra la yerba mate y el té, los árboles cítricos, la
soja, el arroz, las hortalizas, el tabaco y el algodón. Además, se cría ganado bovino para
la producción de carne. El NEA cuenta con recursos minerales, como el petróleo y el gas,
y es una de las regiones más importantes del país en la producción de energía eléctrica.
En el sector de los servicios se desarrolla el turismo.
REGIÓN CUYO
La región de Cuyo incluye las provincias de San Juan, San Luis y Mendoza. Allí se
cultivan árboles frutales, vid, olivo, legumbres, hortalizas y algodón para la producción
textil; también se crían bovinos para la producción de carne. Entre los recursos minerales
de la región, se encuentra el petróleo y se producen sus destilados. En esta región se
fabrica maquinaria para la agricultura y la alimentación, además de la vitivinícola, y se
producen insumos para la construcción. En el sector de los servicios se desarrolla el
turismo.
REGIÓN PAMPEANA
La región Pampeana incluye las provincias de Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires y La
Pampa. Allí se cultivan legumbres, hortalizas, frutas y arroz como así también soja,
girasol, maní, trigo y maíz. También se crían bovinos, para la producción de carne, lácteos
y cuero, y animales avícolas. Además, en la región Pampeana se localiza la industria
metalmecánica, la petroquímica y de la construcción. Se localiza la explotación forestal
del bosque implantado. En el sector de servicios, se desarrollan entre otras, la industria
del turismo, del transporte y de la informática.
REGIÓN PATAGONICA
La región Patagónica incluye las provincias de Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y
Tierra del Fuego. Su producción es de petróleo y gas; se crían bovinos y ovinos para la
producción de carne y lana, se cultivan soja y girasol, trigo y maíz; se cosechan manzana
y pera, se produce miel; fruta fina y dulces; se desarrolla la pesca de calamar, langostino,
merluza y trucha; se producen productos metalmecánicos y para la construcción y se
produce también aluminio. En el sector de los servicios se desarrolla el turismo.
La Argentina tiene relaciones políticas y diplomáticas con todos los países del mundo,
incluso con Gran Bretaña, con la cual mantiene una disputa por cuestiones de soberanía
sobra las Islas Malvinas. Además, es miembro de la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) y las Organización de Estados Americanos (OEA), así como también con el G20.
Sin embargo, presenta lazos más estrechos con sus socios del Mercosur y con el resto de
los países de América Latina.
Las relaciones con los países más industrializados, como los Estados Unidos, fueron
cambiantes: de una fuerte dependencia se pasó, en la actualidad, a otro tipo de relación
diplomática. Por eso, las últimas acciones de política exterior del gobierno
estadounidense, como la invasión a Irak, no fueron acompañadas ni aprobadas por la
Argentina.
Por lo general, estas relaciones dependen de la política exterior del gobierno de turno.
Actualmente, la Argentina mantiene una relación política muy importante con China, la
segunda economía del mundo.
China es hoy la segunda mayor economía mundial detrás de Estados Unidos, con un
Producto Bruto Interno (PBI) que es casi 20 veces más grande que el de la Argentina. Ha
estado creciendo a una tasa promedio anual de 10% desde 1980, aunque en los últimos
años su crecimiento se ha desacelerado y en 2016 creció 6,7%. Es el país con mayor
volumen de exportaciones medidas en dólares (2,1 billones en 2015, lo que representa el
13,3% de las exportaciones mundiales) y el segundo en volumen de importaciones detrás
de Estados Unidos (1,6 billones, lo que representa el 10% a nivel mundial).
China es en la actualidad uno de los mayores socios comerciales de la Argentina, sólo por
detrás de Brasil, tanto en exportaciones como en importaciones. Las exportaciones
argentinas a China crecieron entre 2001 y 2011, pero a partir de allí comenzaron a caer y
en 2016 se ubicaron en u$s 4661 millones.
“La Argentina y China tienen una alianza natural y estratégica en alimentos porque
nuestro país tiene la oferta para abastecer parcialmente la demanda constante del país
asiático. Por eso esas relaciones no pueden ni deben ser conflictivas sino de sinergia
positiva”. Así lo sostuvo el ex Consejero Agrícola argentino ante la Unión Europea (UE),
Gustavo Idígoras.
No es menos importante agregar que las altas tasas de crecimiento económico han
ubicado también al país asiático como el primer consumidor de energía eléctrica y el
segundo de petróleo.
Tras el significativo crecimiento industrial entre las Últimas décadas del siglo XX e inicios
del siglo XXI, la nación asiática abandona su posición de productor de manufacturas con
contenidos tecnológicos reducidos o medios para pasar a ser uno de los más importantes
proveedores globales de productos industriales con alto contenido de valor agregado.
CHINA Y AMÉRICA LATINA
Las relaciones diplomáticas y el intercambio comercial entre América Latina y China nos
son un fenómeno reciente. Desde la década de 1950, China desplego una retórica
diplomática basada en principios de coexistencia pacífica.
La relación centro-periferia viene dado por un sistema colonial en el que los recursos
(trabajo, capital, materias primas y bienes intermedios) fluyen de la periferia al centro, y en
el que la tasa y la pauta de desarrollo de la periferia están controladas por el centro con el
fin de lograr sus objetivos económicos, políticos y sociales (Richardson, 1986, pag. 117),
teniendo en cuenta que las regiones centro son subsistemas de la sociedad organizados
sobre una base territorial que tienen una gran capacidad para generar y absorber cambios
innovadores; mientras que las regiones periféricas son subsistemas cuya senda de
desarrollo está determinada fundamentalmente por las instituciones de la región centro,
con respecto a la cual se encuentran en una relación básica de dependencia (Friedman,
1973, pag. 67).
La conclusión a que arriba el Dr. Prebisch es que los países de la periferia tienen que
cambiar fundamentalmente su patrón productivo. Deberán industrializarse. Ello les
permitiría crecer a un ritmo superior al de las exportaciones primarias es además el único
medio de que dispone la periferia para ir captando parte del fruto del progreso técnico y
elevar el nivel de vida de las masas. Además, sólo así la periferia estará en condiciones
de retener los productos de su propio progreso técnico, gracias a la absorción de la mano
de obra redundante en el sector primario y a las posibilidades que ello ofrece Para difundir
las técnicas productivas a todos los sectores de la economía. Uno de los requisitos de
este programa es una política distributiva que aumente la dimensión del mercado interno
comprimiendo el consumo de los estratos superiores de ingreso.
(Doc. 3) Caricatura de Mafalda – extraída de google imágenes
ARMONÍA COMERCIAL
Con la política de convertibilidad en Argentina (1991-2002), momento en que China se
transforma en socio cada vez más relevante del país sudamericano. Entrado el siglo,
mientras la convertibilidad fracasa en Argentina, los altos niveles de productividad china
encuentran deficiente la oferta interna de materias primas y comienza a importarlas desde
el exterior. Al mismo tiempo, expande su deprimido mercado interno, que si bien en
términos de población siempre fue importante, no lo era en consumo. Es en esta fase
cuando Argentina consolida su inserción en el modelo productivo chino como proveedora
de materias primas, con nichos de exportaciones industriales y compra de manufacturas.
Este es el eje central del «choque de modernizaciones», es decir, la guerra por agregar
valor industrial o tecnológico. China es la «fábrica del mundo» y mantiene a América
Latina como proveedora de materias primas, región a la cual imprime una política común.
En efecto, como resultado de las altas tasas anuales de crecimiento de la economía china
y su intermitencia en Argentina, el principal efecto en el país sudamericano fue la pérdida
de poder económico relativo y la ampliación de la brecha asimétrica con China,
conformando relaciones Norte-Sur por sus nuevas posiciones en la estructura
internacional, donde China consolida su estatuto de país del Norte, mientras Argentina
sigue sumergida en el Sur.
1. La dimensión agroecológica.
2. La dimensión tecnológica.
3. La dimensión sociopolítica.
4. La dimensión comercial.
Hasta mediados del siglo XX, los procesos productivos agroindustriales implicaban la
intervención de actores sociales diversos y diferenciados por sectores. Los productores
agropecuarios obtenían las materias primas; luego, las industrias procesaban la materia
prima y, posteriormente, los comercializadores llevaban productos elaborados al mercado
para que los consumidores tuvieran acceso a ellos.
A su vez, la producción agroindustrial presenta una localización específica, determinada
en gran medida por las condiciones ambientales y la disponibilidad de recursos. A partir
de la década de 1970, se inició un proceso de concentración y transnacionalización de la
agroindustria, que afectó a los sectores sociales agrarios vulnerables. Tanto la agricultura
como la ganadería implican el remplazo de un ecosistema natural por una especie vegetal
y/o animal única. Estos agrosistemas están condicionados por factores ambientales, como
la temperatura, las precipitaciones o la calidad de los suelos.
Sin embargo el desarrollo tecnológico permite revertir ciertas condiciones, como la aridez
de los suelos a través de la aplicación de riego artificial. Así, los factores de producción
permiten llevar adelante el proceso productivo.
La producción agropecuaria emplea el suelo como factor principal y las condiciones del
clima como generadores biológicos. Los suelos presentan diferente potencialidad
productiva, de acuerdo a la distribución y localización, por lo que su valor es cambiante.
Un suelo fértil tendrá más valor si presenta buenas condiciones de accesibilidad. Ese
valor se traduce en un precio que lo transforma en un bien apropiable: la tierra.
La tierra puede ser utilizada bajo diferentes formas de tenencia, tanto por el propietario
como por terceros. La tenencia de la tierra es la relación juridica entre el productor y la
tierra, y por lo tanto, puede dividirse en las siguientes categorías:
Las actividades de la tierra configuran los usos del suelo agropecuario. La distribución de
esos usos puede variaren función de las características del ambiente y los mercados de
consumo, pero también por las características de los productores que desarrollan la
actividad.
Por ejemplo, los establecimientos pampeanos mixtos combinan la agricultura y la
ganadería. En cambio, las chacras campesinas del Noreste Argentino (NEA) suelen ser
productivas. Esto significa que realizan una producción agropecuaria muy diversificada,
basada en la obtención de leche, mandioca y caña de azúcar, las crías de aves y la
cosecha de frutales, entre otras actividades. Esta poliproducción está orientada a cubrir
las necesidades de autoconsumo.
En términos generales, cuando la producción está muy capitalizada, debido a la adopción
de tecnología intensiva y la reducción de fuerza de trabajo, la unidad productiva tiene un
mayor grado de especialización dedicada a cultivos industriales.
LA EXPANSIÓN AGRICOLA
A partir de la década de 1970, y sobre todo en las dos décadas siguientes, ocurrieron
cambios significativos en el sector agropecuario. Las primeras modificaciones se
produjeron en la región pampeana, a partir de la adopción de elementos tecnológicos de
la llamada “Revolución verde”, que se caracterizó por causar grandes transformaciones,
como el uso de agroquímicos, la incorporación de maquinaria más potente y la
introducción de sistemas de irrigación, para aumentar los volúmenes de productividad.
Además, se adoptaron nuevas variedades de cultivos, como el trigo de ciclo corto y el
maíz híbrido, así como herbicidas y pesticidas.
Posteriormente, estos cambios posibilitaron el ingreso de la soja que, al ser cultivada
luego del trigo, permitía generar dos cosechas anuales.
Luego, entre 1988 y 2002, se produjo un fuerte proceso de concentración de la
producción de la tierra. Como consecuencia, en ese periodo, hubo una gran disminución
en la cantidad de pequeños y medianos productores, y un aumento de los grandes
productores, que pasaron a controlar una gran parte de la producción.
La revolución verde fue una transformación agrícola ocurrida entre 1960 y 1980,
basada en el aumento acelerado de la producción de alimentos, con base en el cruce
selectivo de especies y el uso de fertilizantes, plaguicidas y nuevas técnicas de riego.
Consistió en la adopción de una serie de prácticas y tecnologías, entre las que se
incluyen la siembra de variedades de cereal (trigo, maíz y arroz, principalmente) más
resistentes a los climas extremos y a las plagas, nuevos métodos de cultivo (incluyendo la
mecanización), así como el uso de fertilizantes, plaguicidas y riego por irrigación, que
posibilitaron alcanzar altos rendimientos productivos.
La revolución verde pretendía resolver el problema de la insuficiente producción del
campo en atención al crecimiento vertiginoso de la población en el siglo XX. En aquel
entonces, esa era una de las causas del hambre y la muerte por desnutrición.
Fue Norman Ernest Borlaug, ingeniero agrónomo originario de los Estados Unidos de
América, quien impulsó esta revolución gracias al apoyo de diferentes organizaciones
agrícolas al nivel internacional.
Otros pequeños productores tuvieron que abandonar las tierras donde producían.
Solo los productores agropecuarios medianos y grandes pudieron cumplir con las
demandas de la agroindustria e integrarse a ella, aunque de forma subordinada. Los
pequeños productores resultaron marginados del sistema y, en muchos casos, sin
posibilidades de competir con los complejos agroindustriales, debieron abandonar la
actividad.
LA PAMPEANIZACIÓN DE LA AGRICULTURA
Este proceso implica el remplazo de cultivos locales, como el poroto en Salta o el algodón
en Chaco, lo cual, a su vez, genero la deforestación de bosques nativos, como el monte
chaqueño.
En ambos casos, el Estado creó organismos de regulación para cada producción, como la
Junta Nacional de Granos y la Junta Nacional de Carnes, en 1933, o la Comisión
Reguladora de Yerba Mate, en 1935, entre otros organismos. Además, realizó obras de
infraestructura para facilitar el traslado de la producción a los centros de distribución y
consumo, como en el caso de la extensión del ramal ferroviario a las provincias de Jujuy y
Salta para el transporte de la producción azucarera.
Los problemas ambientales en los espacios rurales se relacionan con las actividades
económicas que se producen en ellos. Cada una de las actividades origina o contribuye a
la aparición de determinados problemas. Por lo tanto, el uso de los recursos del campo
exige adoptar medidas para garantizar la sustentabilidad de las actividades agropecuarias
en el tiempo. Algunos de los problemas más comunes en el campo argentino son los que
aparecen a continuación.
El destino exclusivo de las tierras para la agricultura, sin alternancia con la ganadería, y la
siembra de las mismas especies, puede generar un empobrecimiento del suelo a largo
plazo. Esto acurre, porque cada cultivo utiliza determinados nutrientes del suelo. Si
siempre se planta el mismo cultivo, no se le da tiempo al suelo para que reponga esos
nutrientes. En cambio, si por un tiempo se planta otro cultivo, que necesita de otros
nutrientes, el suelo puede reponer los que utilizaba el cultivo anterior.
Otro efecto que contribuye a la degradación del suelo es la erosión, que se origina cuando
el suelo queda desprotegido ante el impacto del viento y la lluvia, que lo desgastan. Esto
ocurre, por ejemplo, por la cosecha del cultivo o la deforestación.
CONTAMINACIÓN
LAS PLAGAS
DESERTIFICACIÓN
SALINIZACIÓN
DEFORESTACIÓN
Los precios mundiales del monocultivo de soja detonaron una transformación en el interior
del país. Por un lado, se expandió el cultivo de oleaginosas y se expandió el volumen de
exportación. Pero por otro se acentuaron los desmontes y se forzó el desplazamiento de
población.
Salta, Chaco, entre otras provincias Argentinas ya no son lo que eran. Ya no después de
la soja. El cultivo partió la sociedad por la mitad y la provincia que concentra mayor
superficie de bosque nativo es a la vez, la que ostenta la mayor cantidad de superficie de
hectáreas desmontadas. Para algunos eso que crece en las banquinas de las rutas es
una plaga, pero para otros es oro verde. La historia de las desigualdades de la soja se
repite detrás de cada tranquera y la fractura es irreversible.
Salta, Santiago del Estero, Formosa y Chaco concentran el 80 por ciento de las hectáreas
arrasadas. En Salta, comunidades wichís reclamaron al gobernador Urtubey un freno al
desmonte, pero no obtuvieron respuesta. Críticas de la Universidad de Salta
En Argentina se produce el 4,3 por ciento del desmonte mundial y se arrasa una hectárea
cada dos minutos. Salta es una de las principales provincias en las que el modelo
agropecuario avanza sobre el monte nativo. “El bosque es nuestra vida. Sin él no somos
nadie”, reclamaron comunidades wichí mediante una carta abierta al gobernador, Juan
Manuel Urtubey. La Escuela de Antropología de la Universidad Nacional de Salta (UNSA)
alertó sobre la “extinción” de los pueblos originarios y definió la grave situación diciendo
que “bien podría calificarse como genocidio”.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, según sus siglas en inglés),
donde participan más de 300 científicos de todo el mundo, alertó en marzo pasado que el
4,3 por ciento de la deforestación global ocurre en la Argentina. En el ámbito local, la
Secretaría de Ambiente de la Nación publicó en noviembre el informe “Monitoreo de la
superficie de bosque nativo de Argentina”. Precisa que entre noviembre de 2007 (cuando
se sancionó la Ley de Bosques) hasta fines de 2013 se arrasaron 1,9 millón de hectáreas.
Un promedio de una hectáreas cada dos minutos. En cuatro provincias se concentra el 80
por ciento de los desmontes: Santiago del Estero, Salta, Formosa y Chaco.
La primera semana de agosto, las comunidades wichí San José de Cuchuy, Laguna de
Cuchuy, Chaguaral y El Duraznillo acamparon y frenaron topadoras en el municipio de
Ballivián (departamento salteño de San Martín), para defender el único monte que les
quedaba. En septiembre, las mismas comunidades escribieron una carta pública al
gobernador, Juan Manuel Urtubey. “El monte nos da comida, es nuestra farmacia a cielo
abierto, también es nuestra fuente de trabajo, nos provee el chaguar para nuestras
artesanías. Le solicitamos retire los permisos de desmonte que otorgó”, reclamaron y le
recordaron la vigencia de la Ley de Bosques (que protege el monte) y la ley 26.160 (que
prohíbe los desalojos indígenas y ordena relevar los territorios). No tuvieron respuesta.
Resalta que para indígenas y campesinos no es sólo bosque, sino que el monte hace a su
vida. Los antropólogos de la UNSA precisan las consecuencias en la salud, el hambre, la
desnutrición y la contaminación. Y cuestionan a los funcionarios: “Sus acciones no
respetan los derechos indígenas reconocidos por la Constitución nacional y demuestra su
funcionalidad y lealtad a los intereses de lucro a corto plazo de un puñado de
empresarios, cuya codicia no repara en los costos ambientales y humanos”.
Durante el período colonial el Chaco constituyó para los españoles un área marginal,
carente de interés económico por la ausencia de minerales preciosos y por no contener
poblaciones nativas que practiquen la agricultura. Aunque intentaron instalarse fundando
la ciudad de Concepción del Bermejo en 1585, esta fue destruida por los nativos a causa
de los atropellos colonialistas. Con la organización del Estado argentino el General Julio
Roca encabezó primero la campaña contra los indios del sur y durante su presidencia
decidió la ocupación militar del Chaco. Este proceso quedará cumplido hacia el año 1917,
con la conquista del Chaco se abrieron las puertas a las empresas petroleras (inglesas
principalmente) y los montes quedaron sembrados de numerosos cementerios masivos a
cielo abierto a consecuencia de las extensas matanzas de indios realizadas en esa época.
El agronegocio se apropió de los territorios contando con una amplia complicidad política
y cultural. Sociedades anónimas propiedad de grupos como Corporación América de
Eurnekian, o de la familia Perez Braun, o de la misma familia ex presidencial Macri o del
gobernador Urtubey, quienes junto al bolsonarista diputado salteño Alfredo Olmedo
(versiones periodísticas le asignan más de 300.000 hectáreas) ocupan una región donde
habitan más de 60.000 wichís que, con las otras etnias, podrian llegar a 100.000
personas.
La cifra récord de desmontes en Salta les quita a las comunidades sus territorios y sus
modos de subsistencia. Ya fallecieron seis niños. Los ambientalistas ponen el foco en la
expansión sojera.
"Los medios hablan de seis niños wichis que murieron en Salta, pero hay muchos más
que los precedieron en esta injusta realidad; niños cuyo bienestar desapareció junto a su
territorio, niños que antes de nacer ya sufren el despojo que implica la desaparición del
monte; niños sin derecho a comer porque les destruyeron su almacén natural; niños sin
derecho al agua porque muchas veces los sojeros contaminan sus fuentes naturales. Los
wichis necesitan del bosque para poder subsistir".
"Los Estados nacional, provincial y municipales no quieren ver lo que está pasando.
Muestran las muertes de los chicos, pero no cuentan que en esta zona todas las
empresas tiran tóxicos, por ejemplo, al río Bermejo, con total libertad. Lo que está
matando a la gente es el cáncer de la contaminación; las personas tienen enfermedad en
el cuerpo, no pueden comer, no pueden hacer fuerza. Ningún Estado prestó atención a
esto y sólo se enfocaron en el desmonte, en la tala de madera, y en la siembra de soja,
porotos, maíz. Así arrastraron todo el monte y esa es la causa más grande de lo que nos
pasa", dice Leonardo Pantoja, presidente de la Comisión Nacional de Investigación del
Genocidio para el Resarcimiento Histórico de los Pueblos Originarios de Argentina y
referente de la comunidad wichi de El Tráfico, a 45 kilómetros de Embarcación, de donde
eran algunos de los chicos muertos.