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LO QUE LE PASÓ A MARTÍN

Sara Zapata Valeije

¿Ustedes conocen a Martín? Martín es un chico así de alto que sabe hacer muy bien las
sumas con dos dedos. pero yo no quería contarles esto, sino lo que le pasó a Martín con su
pelota colorada.

Martín quería tener una pelota número 5 de cuero y con costuritas, como las que tienen los
jugadores de fútbol. pero su papá le regaló una pelota de goma llena de rayitas coloradas.
Martín no estaba contento ni un poquito así.

El día que su papá le regaló la pelota, Martín salió a la vereda a jugar. ¡Cómo saltaba la
pelota de Martín! saltando, saltando con Martín detrás, la pelota entró en la panadería.

-Hola, Martín le dijo la panadera.

En la panadería había una señora viejita comprando pan. era tan viejita que se le cayó el
monedero. Tlin, tlin , tlin, hacían las monedas al caer al suelo. Martín se apuró mucho y las
recogió en un momento.

-¡Qué chico tan simpático! dijo la señora viejita, y le regaló a Martín un bizcocho riquísimo
con azúcar arriba.

Saltando, saltando con Martín detrás, la pelota salió de la panadería y entró en el almacén.

- Buen día, Martín-le dijo el almacenero.

El almacenero estaba muy ocupado haciendo una pila con cajitas de té y Martín se puso a
ayudarlo.

Hizo
una pila
tan alta tan alta
tan linda y bien hecha
que era igualita a una torre.

El almacenero le dijo “muchas gracias” y le regaló un chocolatín.

Saltando, saltando con Martín detrás, la pelota salió del almacén y entró en la tienda de la
esquina.

-Hola Martín le dijo la tendera.


la tendera estaba muy ocupada porque se le había enredado el hilo por culpa del gato.

¿ querés ayudarme? - le preguntó.

- Cómo no- le respondió Martín, que era muy prolijo para enredar y desenredar.
La tendera se puso contentísima y le regaló un hilo tan largo que alcanzaba para dos
barriletes.

Saltando, saltando con Martín detrás, la pelota salió del almacén y entró en la zapatería. el
zapatero estaba arreglando zapatos. Pam, pam, Hacía el zapatero con su martillo y nunca
pero nunca se pegaba un dedo.

El zapatero estaba tan ocupado que no tenía tiempo para recoger un montón de clavitos
que se le habían caído alrededor. Entonces Martín los recogió y el zapatero se puso tan
contento que le regaló como siete clavitos, muy nuevos y sin usar.

Saltando, saltando con Martín detrás, la pelota salió de la zapatería. ¿Y dónde fue la
pelota? A la vereda de enfrente, porque allí estaban jugando a las bolitas los tres amigos
de Martín. Y como estaban cansados de jugar a las bolitas, se pusieron contentísimos.
-¿Vamos a jugar a la pelota?- le dijeron a Martín.

Y allí mismo se pusieron a jugar. La pelota estaba más contenta que todos, porque Martín
se había dado cuenta de que era tan divertida como una pelota número cinco de cuero y
con costuritas.

Y colorado, colín
ahora todos saben
lo que le pasó a Martín.

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