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Introducción ..........................................................................................................

3. La Criminalidad Registrada .............................................................................. 4

3.1 Criminalidad Oficial y Criminalidad Real ..................................................... 6

3.2 Cifras de Criminalidad ................................................................................. 8

3.3 Instancias de Conocimiento de las Infracciones Penales ......................... 10

3.4 Estadística Policial ................................................................................... 11

3.5 Estadística Judicial .................................................................................. 16

3.6 Estadística Penitenciaria ........................................................................... 21

3.7 Su Valor Para Medir la Delincuencia ........................................................ 23

Bibliografía.......................................................................................................... 27
Introducción
La mayoría de las cuestiones en términos criminológicos tienen que ver con la
dimensión de la delincuencia, cuánta hay, de qué tipo es, cómo evoluciona, cómo se
presenta distribuida en el espacio urbano o geográfico, cuánto y cómo afecta a la
población, cómo y cuánto de eficaces son las respuestas oficiales a la misma, etc.
Las respuestas a este tipo de preguntas pasan en buena medida por obtener
información de carácter numérico, relativo a las dimensiones del delito. En estos casos,
el uso de fuentes estadísticas resultantes del registro oficial de la delincuencia o de
datos procedentes de la realización de encuestas a la población resulta clave.

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3. La Criminalidad Registrada
Por criminalidad registrada se entiende aquella porción de la criminalidad real
que se refleja en los informes públicamente divulgados por las autoridades, como en el
caso concreto de los anuarios de criminalidad de la Policía Nacional. No parece
acertado afirmar, como lo hacen muchos, que la criminalidad registrada es
simplemente la conocida por las autoridades, como tampoco resulta exacto
denominarla, como tan frecuentemente ocurre, con el nombre de criminalidad aparente.

Lo primero, porque algunas conductas punibles que son conocidas por las
autoridades pueden no ser divulgadas por estas, en virtud de ciertos márgenes de
discrecionalidad que ellas siempre tendrán en el cumplimiento de sus tareas (tales
como el principio de oportunidad, algunas actuaciones educativas o de conciliación
empleadas por las autoridades de policía, entre otras); lo segundo, porque se le ha
dado al término castellano aparente un equívoco sentido, al equipararlo con la
expresión inglesa apparent, como resultado de una desafortunada traducción. Con la
expresión criminalidad oculta se alude a aquella parte de la criminalidad real que no se
refleja en los registros oficiales, bien porque no es conocida por las autoridades o
porque, a pesar de ser conocida por ellas, estas no la reportan en los datos entregados
al conocimiento público.

Resulta evidente que la criminalidad registrada no es una muestra representativa


de la criminalidad real; a pesar de ello, no siempre se tiene conciencia de los crasos
errores en que se puede incurrir cuando se confunden estos dos conceptos.
Lamentablemente, en nuestro medio, algunos trabajos académicos, al igual que
muchas propuestas de política criminal, están basados exclusivamente en datos de
criminalidad registrada, que son tomados e interpretados como si se tratara del
fenómeno total de la criminalidad real. Esta práctica puede llevar a construcciones
académicas carentes de toda lógica al igual que a decisiones de política criminal
francamente contradictorias.

Confundir en el seno de la academia la criminalidad registrada con la real ha


generado especulaciones que en nada corresponden a la entidad del fenómeno que
trata de comprenderse y sobre el cual se pretende hacer propuestas coherentes. Sin
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duda, el primer paso para resolver un problema es conocerlo. Tomar datos de
criminalidad registrada como si fuesen datos sobre “la criminalidad” enrarece la
comprensión de este fenómeno social. Un ejemplo concreto puede ser ilustrativo para
aclarar este punto: si un profesor de un país extranjero quisiera conocer la extensión y
características de la práctica del aborto en Colombia y, para hacerlo, se basase en la
cifra que sobre este delito registra la Policía Nacional: 137 abortos en todo el país
durante el año 2007 , llegaría a la conclusión de que Colombia es el país con el más
bajo índice de abortos en el mundo y trataría probablemente de explicar ese fenómeno
a partir de algunas singularidades culturales de nuestra sociedad, tales como su
religiosidad, la fuerza centrípeta de su organización familiar, etc. El equivocado
diagnóstico necesariamente generaría consideraciones teóricas totalmente
equivocadas. Si por el contrario, el mismo académico tuviese claro que está frente a
unas cifras de criminalidad registrada, a partir de ellas podría hacer un cuestionamiento
significativo sobre la eficacia del manejo de esta particular conducta delictiva en
nuestro país.

Y, allende lo puramente académico, cuando las valoraciones que se hacen de


los organismos y estrategias institucionales de reacción social están basadas
exclusivamente en cifras de criminalidad registrada, esta práctica puede también
conducir a decisiones erróneas. Por ejemplo, un comandante de Policía de un
específico lugar podría recibir altos reconocimientos institucionales como resultado de
su desidia, que podría haber dado lugar a la pérdida de confianza en los controles
institucionales y generado un bajo índice de denuncias por la comunidad de las
conductas punibles, lo cual determinaría un descenso de la criminalidad registrada, aun
cuando la criminalidad real se haya efectivamente incrementado. En el opuesto
extremo, un comandante diligente que genere confianza del público, reflejada en una
mayor disposición a denunciar y, consecuentemente, en un aumento de la criminalidad
registrada (aun cuando la real bien podría haber disminuido), podría ser evaluado
negativamente cuando, de tenerse claridad sobre el fenómeno, tendría que ser objeto
de merecidas distinciones y reconocimientos.

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3.1 Criminalidad Oficial y Criminalidad Real

Criminalidad: Es el conjunto de infracciones de fuerte incidencia social


cometidas contra el orden público.

Criminalidad Real: La totalidad de los delitos que efectivamente se realizan


independientemente de que hayan sido o no investigados o siquiera conocidos por la
autoridad o los particulares.

Aparente, Oficial O Registrada: Se constituye por el conjunto de delitos que


llegan al conocimiento de la autoridad competente mediante aviso, informe, querella,
denuncia o cualquier otro medio.

Oculta: Es el resultado de la diferencia entre la criminalidad Real y la aparente,


es decir, la cifra negra.

Legal: Es aquella investigada por la autoridad competente y que ha sido una


decisión.

Judicial (J. adecuada): Son aquellas partes de la criminalidad legal que culmina
en sentencias condenatoria.

Impune: Son las fracciones penales que fueron conocidas por la autoridad pero
no culminaron en sentencia condenatoria.

Global: Es todo el conjunto de delitos e infracciones.

Especifica: Es aquella parte de la criminalidad global que se refiere a una


determinada categoría o especie de infracciones penales.

Informática: Realización de un tipo de actividades que sean llevados a cabo


utilizando un elemento informático o vulnerando.

Blusa azul: son delitos cometidos por obreros en desarrollo de su trabajo.

Color caqui: Los delitos cometidos en tiempo de guerra por los militares.

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Color blanco: Es cometida por personas que tienen alto nivel social en el
ejercicio de su profesión.

Evolutiva: Es el desarrollo de la delincuencia acorde con el avance cultural,


científico, etc.

Retrograda: Es la perteneciente al pasado, aquella cuyo modus operandi ha sido


superado.

Revelada: Es aquella que se exterioriza a raíz de la ingesta de sustancia.

Tratada: Total de personas sancionadas penalmente.

Ocupacional: Es cometida por profesionales y funcionarios.

Individual: Son aquella que se comete sin finalidades mediatas

Nacional: Son delitos conocidos en tiempo definido dentro un espacio.

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3.2 Cifras de Criminalidad

La cifra negra

(Cifras negras del crimen)

Se refiere al número o desconocimiento de delitos y delincuentes que no han


llegado a ser descubiertos porque no han sido denunciados por sus víctimas o porque
no han sido descubiertos por el sistema (justicia o policía).

“zona oscura de la criminalidad”.

Porque las víctimas consideran inútil denunciar, porque los hechos son
insignificantes, por errores policiales o judiciales. Todo ello, sin dudas, desmejora la
imagen y credibilidad de la población sobre la actuación de la policía y la justicia.

Estudios criminológicos

Han enumerado razones. No se denuncia porque no se cree en la eficacia o


transparencia de policía ni de la justicia penal, porque se niega la condición de quien es
víctima de su situación, porque no quiere evidenciarse la víctima como tal, porque el
sistema penal resulta ineficaz, porque temen venganzas de los victimarios y el sistema
no da protección, porque el olvido del trauma resulta un recurso psicológico de la
mente humana, por ignorancia y hasta por sentirse la víctima corresponsable del delito
sucedido. Ahora bien, la cuestión tiene sus consecuencias, porque se sabe que la
criminalidad real es el doble de la registrada, que la cifra negra se correlacionada con el
tipo de delitos ocurridos, que es superior en los delitos menos graves, que aumenta de
acuerdo con la impunidad, que prodiga la delincuencia juvenil o de menores, que el
delincuente tiene mayor posibilidad de ingresar a la cuota negra o sea la impunidad,
según la clase social a que pertenecen.

Sin información es peor

Pero la cuestión se complica, estremece, alarma y preocupa, cuando se advierte


que la cifra negra de criminalidad individual o privada se aumenta por el actuar estatal,

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ya que la supresión de información de esa naturaleza pública resulta esencial para
elaborar políticas criminales de prevención del crimen y su represión judicial.

Quien está de tras de las cifras negras

La supresión de la información impide el conocimiento del mapa del delito. En el


orden nacional, la Dirección Nacional de Política Criminal -que depende del Ministerio
de Justicia de la Nación- es la encargada de elaborar la estadística oficial y coordinar
los instrumentos de recolección de datos, una de las fuentes de información de las que
se nutre la dirección es el Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC), que
recopila mensualmente los datos sobre los hechos delictivos registrados por las fuerzas
policiales, Gendarmería y Prefectura.

Existe además el Sistema de Alerta Temprana, (SAT), que se nutre de


información de los organismos y recopila mensualmente la información desagregada de
los delitos de homicidio doloso, culposo, contra la propiedad, económicos, de todo el
país. No resulta entonces una obviedad afirmar que el cercenamiento de datos
conspira contra la seguridad pública.

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3.3 Instancias de Conocimiento de las Infracciones
Penales

Conjunto de actos procesales comprendidos a partir del ejercicio de una acción


en juicio y la contestación que se produzca, hasta dictarse sentencia definitiva.

El artículo 23 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos


establece que ningún juicio deberá tener más de tres instancias.

Primera instancia. A Quo

A Quo

Expresión procedente del latín, utilizada en Derecho para definir el principio de


un período de tiempo, de un proceso o acto procesal.

Los juzgados de primera instancia suelen ser la principal puerta de acceso de la


justicia en el país.

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Recurso de casación

Posee una naturaleza de carácter extraordinario “ad quem”

El recurso de casación es el recurso devolutivo que es resuelto por el superior


jerárquico del órgano judicial que dictó la resolución que se impugna únicamente puede
analizar y resolver las violaciones legales denunciadas por la parte recurrente.

Segunda Instancia. Apelación

Legislación federal

La apelación puede interponerse según el Artículo 415, se interpondrá por


escrito ante el mismo Juez que dictó la resolución, dentro del plazo de diez días.

Apelación deriva de la palabra ¨apellatio¨ cuyo significado es: llamamiento o


reclamación.

Apelación es el de mayor transcendencia dentro de la dinámica procedimental.

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El recurso de apelación tiene raigambre constitucional ya que se refiere al
debido proceso, a la garantía de defensa en juicio, de la doble instancia y de la
revisabilidad de los pronunciamientos jurisdiccionales.

El fin perseguido con la apelación, es la reparación de las violaciones legales


cometidas, y solamente, es posible lograrlo, modificando o revocando la resolución
impugnada, para lo cual deberá dictarse otra que resuelva.

La apelación puede interponerse según el Artículo 415, se interpondrá por


escrito ante el mismo Juez que dictó la resolución, dentro del plazo de diez días.

Legislación Federal

Tienen derecho de apelar: el Ministerio Publico, el inculpado y su defensor, así


como el ofendido o sus legítimos representantes.

Fuero Común (art.417)

Derecho a apelar el agente del Ministerio Público, el procesado, acusado, o


sentenciado; por sí o por conducto de su defensor, y el ofendido o su representante
(cuando aquel o este coadyuven en la acción reparadora y solo en lo relativo a esta).

Tercera Instancia. Amparo

Medio procesal constitucional del ordenamiento jurídico mexicano que tiene por
objeto específico hacer reales, eficaces y prácticos los derechos humanos establecidos
en la Constitución, buscando proteger de los actos de todas las autoridades sin
distinción de rango, inclusive las más elevadas, cuando violen dichas garantías.

En el juicio de amparo las resoluciones judiciales que se emitan son impugnadas


a través de los recursos que prevé la ley de la materia.

Las partes en el juicio de amparo (art 5º ley de amparo)

Suprema corte de justicia de la nación tribunales colegiados de circuito


tribunales unitarios de circuito juzgados de distrito. La competencia de los tribunales

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judiciales federales, para la tramitación y la resolución de los juicios de amparo, tiene
limitantes: El territorio y la materia.

1. El quejoso o agraviado (titular de la acción de amparo).

2. La autoridad responsable (órgano de gobierno que emite el acto).

3. El tercero perjudicado (quien tiene intereses contrarios al quejoso e interés en


que subsista el acto reclamado.

4. El Ministerio Público Federal (quien puede intervenir en los juicios de amparo


e interponer los recursos establecidos por la ley).

La competencia de los tribunales judiciales federales, para la tramitación y


resolución de los juicios de amparo, tiene limitantes: el territorio y la materia. Suprema
corte de justicia de la nación, tribunales colegiados de circuito, tribunales unitarios de
circuito, juzgados de distrito.

El amparo indirecto

El amparo indirecto también se le denomina bi- instancial por que tiene dos
instancias: la primera instancia se tramita ante los jueces de distrito y la segunda
instancia ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación o los tribunales colegiados de
circuito

El amparo directo

El amparo directo procede contra sentencias definitivas o resoluciones que


ponen fin al juicio, emitidas por tribunales que ejercen función jurisdiccional.

En el juicio de amparo las resoluciones judiciales que se emitan son impugnadas


a través de los recursos que prevé la ley de la materia.

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3.4 Estadística Policial

La estadística policial constituye un indicador absolutamente necesario para


conocer el estado de la seguridad, pero debe ser interpretado no únicamente
combinado con otros instrumentos como, por ejemplo, las encuestas de victimización o
de seguridad, sino también con el conocimiento de las decisiones organizativas de la
policía, de los cambios legislativos que afectan a las tipologías penal y de cualquier otro
factor que pueda tener alguna influencia en los registros policiales.

La estadística resulta fundamental para conocer el comportamiento de ciertos


eventos, por lo que ha adquirido un papel clave en la investigación.

De ella se puede decir lo siguiente:

-Se usa como un valioso auxiliar en los diferentes campos del conocimiento y en
las variadas ciencias.

-Es un lenguaje que permite comunicar información basada en datos


cuantitativos.

-Permite realizar descripciones más exactas de la realidad.

-Nos obliga a ser claros y exactos en nuestros procedimientos y en nuestro


pensar.

-Permite resumir los resultados de manera significativa y cómoda.

-Nos permite deducir conclusiones generales.

-Las estadísticas policiales son un buen indicador para tener un conocimiento


fiable del estado de la seguridad.

A continuación se especifican los siguientes campos de actuación de la


estadística:

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La Estadística Descriptiva tiene como objetivo la descripción del colectivo
estudiado, este puede ser toda la población (censo) o una parte de la misma (muestra).

Cuando en una población dada se selecciona adecuadamente un grupo de


individuos: muestra, la descripción de éstos (Estadística Descriptiva), se puede ampliar
a toda la población; en este caso se «induce», se «infiere» el conocimiento de todos a
partir sólo de unos pocos (Estadística Inferencial).

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3.5 Estadística Judicial

Un centro de estadísticas judiciales tiene como objetivos principales la


recopilación, procesamiento, análisis y difusión de información que contribuya a
mejorar la toma de decisiones en el sector judicial y a los entes usuarios de las
mismas.

Es entonces necesario evaluar a los centros de estadísticas judiciales para


conocer su quehacer diario, la estructura organizativa con la que cuentan, la
producción que realizan, las competencias de su personal, su relación con los usuarios
de la información judicial producida, entre otros aspectos relevantes.

Para desarrollar el diagnóstico situacional se utilizó la metodología denominada


“El Octágono”, la cual es una herramienta para evaluar las fortalezas y debilidades de
un centro, departamento, institución u organización, y también permite identificar las
medidas necesarias para hacer más eficiente su trabajo.

Las áreas, aspectos e indicadores que se evaluaron en los centros de


estadísticas judiciales de cada uno de los países fueron las siguientes:

I. Base organizacional:

1. Identidad. ¿El centro tiene y expresa claramente los principios básicos que lo
sustentan, su visión y misión, alrededor de los cuales se articula su razón de ser?

A. Visión y misión

B. Estrategias consecuentes con la visón

2. Estructura. ¿La dirección y la distribución de las tareas y responsabilidades


del centro son claros y explícitas?, ¿cuenta con una estructura organizativa sólida?

A. Distribución de tareas

B. Reglas democráticas

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II. Actividad de la organización – resultado:

3. Producción de actividades. ¿El centro tiene la capacidad para planificar e


implementar las actividades planificadas?

A. Planificación de actividades

B. Seguimiento de actividades y aprendizaje

4. Relevancia de las actividades. ¿El contenido y la forma de trabajo del centro


es relevante y consecuente con las visiones y los objetivos de ésta?

A. Contenido de las actividades consecuente con la visión

B. Metodología de trabajo consecuente con la visión

III. Capacidad de desarrollo de la organización.

5. Competencia. ¿El personal y los directivos tienen la capacidad y las


calificaciones necesarias para llevar adelante y desarrollar los objetivos y las visiones
de la organización?

A. Competencia del personal y colaboradores

B. Competencia de la dirección

6. Sistema y finanzas. ¿El centro tiene los recursos económicos y las rutinas
administrativas necesarias para desarrollar sus actividades?

A. Economía

B. Administración

IV. Relaciones de la organización

7. Beneficiarios. ¿El centro tiene inserción en los grupos beneficiarios/


destinatarios de su actividad?, ¿Tanto la opinión de los beneficiarios como la demanda
de sus actividades le dan legitimidad al centro de estadísticas judiciales?

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A. Inserción en los grupos meta (destinatarios/beneficiarios)

B. Diálogo con los grupos (beneficiarios/destinatarios)

8. Entorno. ¿El centro tiene inserción en la sociedad y tiene posibilidades de


conseguir apoyo para sus visiones y los objetivos de su actividad?

A. Legitimidad del accionar

B. Participación en redes

Estructura Organizativa Básica que debe tener un Centro de Estadísticas


Judiciales.

Indudablemente que para tener estadísticas e indicadores judiciales simples,


pertinentes y relevantes para la toma de decisiones en materia judicial se debe contar
con un centro de estadísticas judiciales sólido y que tenga como propósito principal la
recolección o recopilación, procesamiento y análisis de información que contribuya a
mejorar la toma de decisiones administrativas en el sector judicial al llevar el control de
rendimiento de los distintos despachos judiciales, y además que contribuya a proveer la

Información básica esencial para la formulación de políticas judiciales eficaces en cada


país. En esta dirección los centros de estadísticas judiciales deben realizar entre otras
tareas las siguientes:

-Elaborar un plan estratégico sobre estadísticas judiciales.

-Proponer y aplicar normas y políticas para la recolección eficaz de la


información judicial.

-Elaboración de propuesta de reglamentos de estadísticas, con estricta


aprobación por el pleno, con especificación de régimen de responsabilidad para el
encargado de cada Órgano Jurisdiccional de la elaboración de las estadísticas
judiciales.

-Coordinar el trabajo estadístico tanto de las entidades productoras como de las


entidades usuarias del sector, con el fin de una unificación y homologación de criterios

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respecto a la información estadística y su importancia para el país. En especial se
coordinará con la Oficina Nacional de Estadística.

-Conformar equipos de trabajo con el fin de que se realicen investigaciones de


carácter específico en el ámbito judicial.

-Organizar un banco de datos estadísticos, como fuente de consulta permanente


para los usuarios que lo requieran.

-Elaborar informes estadísticos periódicamente con el objeto de registrar el


comportamiento histórico de los indicadores judiciales definidos por cada país.

-Desarrollar estudios analíticos sobre la base de la información estadística


recopilada.

-Fomentar el intercambio estadístico judicial con entidades nacionales e


internacionales, con el objeto de mantener actualizado el centro de estadísticas
judiciales.

Para el desarrollo de dichas tareas se sugiere organizar el trabajo de los centros


de estadísticas judiciales, como mínimo, en las siguientes áreas básicas:

-Recopilación y verificación o validación de la información

-Procesamiento y análisis estadístico (previo y posterior)

-Difusión o divulgación de la información (atención al usuario, cliente)

Además se propone la conformación de un equipo multidisciplinario y/o


interdisciplinario, que incluya preferentemente los siguientes profesionales:

-Matemáticos

-Estadísticos

-Sociólogos

-Economista

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-Administradores de Empresas

-Informáticos o en su defecto fortalecimiento del soporte o medios informáticos

-Abogados (técnicos jurídicos)

Por otra parte, en el taller de estadísticas judiciales se sugirieron distintas


estrategias para la identificación de recursos y/o formas de apoyo a los

centros, como los préstamos, convenios con unidades informáticas para el


fortalecimiento de los soportes o medios informáticos, detección de proyectistas que
apoyen a la unidad, búsqueda de vínculos personales (adeptos) y como unidad de
estadísticas a lo interior del poder judicial, creación de vínculos formales con las
unidades de auditoria judicial e inspectoría y órganos de decisión de los consejos de
gobierno, así como la búsqueda de donaciones de distinto tipo y relacionadas con el
quehacer del centro de estadísticas judiciales.

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3.6 Estadística Penitenciaria

Compila los datos de la población reclusa del país; distinguiendo las diversas
categorías de delitos por los cuales han sido condenados los delincuentes, el sexo, la
edad, la procedencia, aspectos personales de los presos, lugar en el que se
encuentran cumpliendo su pena y el flujo periódico de entradas y salidas. Datos
registrados por los Juzgados de Ejecución Penal, en el Organismo Judicial.

Así como la Estadística es para llevar un registro de la población. Solo que en


este caso es sobre la Población Criminal.

Es un instrumento de catalogación y sistematización del crimen, así como del


estudio de los datos cuantitativos concernientes a él y a la población criminal, lo mismo
que de su ubicación geográfica y social.

Aunque no suene tan importante o que puede pasar desapercibido, lo contrario


es que, ayuda a tener un conteo de los diferentes tipos de delitos que se comete en
distintos lugares, y así con esto poder crear medidas para bajar la taza de criminalidad
en los lugares donde exista un mayor número. Y en cuales lugares se cometen más
delitos que otros.

También nos permitiría conocer con precisión los problemas concretos que se
presentan en este campo; su historia, su contexto particular actual, las formas precisas
en que se manifiestan, sus causas y consecuencias a corto, mediano y largo plazo.

Gracias a ADOLPHE QUELET es que se le debe la primera aplicación de


matemáticas a fenómenos sociales. Se le considera fundador de la Estadística
Criminal.

El Sistema Nacional de Estadísticas sobre Ejecución de la Pena (SNEEP) fue


implementado con el fin de contar con información periódica y uniforme acerca de la
población penal privada de libertad en la República Argentina.

En nuestro país existen instituciones penitenciarias a nivel federal -el Servicio

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Penitenciario Federal, con unidades ubicadas en todo el país- y a nivel provincial
-veintitrés provincias poseen instituciones penitenciarias propias, organizadas
generalmente bajo la forma de un servicio penitenciario provincial o esquema análogo.

Es decir, que se trata de una pluralidad de instituciones ubicadas bajos


competencias jurídicas y políticas diferentes. Esta compleja organización dificultó el
diseño de un sistema válido de recopilación periódica de datos comparables para todo
el país, que tuviera las mismas unidades de análisis y cuente con el rigor científico
necesario. Sin embargo, a parir del año 2002, funciona un sistema de recolección de
datos que consiste en la realización de un censo de la población penal residente en
cada unidad de detención del país al día 31 de diciembre de cada año. En este censo
se recaban datos sobre el perfil de los detenidos y sobre las características de las
unidades. Con los resultados de cada relevamiento se realizan informes anuales que
se publican y se remiten a los organismos provinciales competentes a fin de que se los
utilice en sus políticas en la materia.

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3.7 Su Valor Para Medir la Delincuencia

La delincuencia organizada así como otras formas de la denominada


delincuencia “emergente” no pueden medirse a través instrumentos clásicos como las
estadísticas oficiales de delitos registrados y las encuestas de victimización realizadas
sobre hogares. Las estadísticas oficiales no muestran la verdadera magnitud de esta
actividad delictiva. Así, por ejemplo, las bajas tasas de procedimientos judiciales
relacionados con el crimen organizado pueden deberse a la corrupción policial y a la
interferencia política en el procesamiento y la condena. Por ello, estas bajas tasas
pueden apuntar, en realidad, a una alta prevalencia de este tipo de delitos. Tampoco
las encuestas de victimización en hogares muestran el alcance real de esta actividad
delictiva, ya que los hogares comunes no son víctimas directas de la delincuencia
organizada. Es por ello que se han explorado otras fuentes para medir este tipo de
criminalidad. Esta sección presenta algunas de ellas. El profesor Jan van Dijk ha
llevado a cabo varios intentos de desarrollar indicadores de delincuencia organizada.
Intentos anteriores incluyen el trabajo del HEUNI sobre el desarrollo de índices de
varias formas de delincuencia (incluyendo, por ejemplo, la delincuencia relacionada con
vehículos de motor, los delitos violentos y la corrupción), que serían más consistentes
que las estadísticas básicas. La Secretaría de las Naciones Unidas también está
estudiando otros indicadores de las nuevas formas de delincuencia. Es un hecho que la
delincuencia organizada y otras formas de delincuencia emergente conforman los
casos más típicos de la criminalidad oculta (ésa que no aparece reflejada en las
estadísticas oficiales), y también, que son comportamientos difíciles de definir, por lo
que no siempre encajan en las definiciones legales clásicas, y por lo tanto, las
estadísticas oficiales de delitos registrados se muestran poco útiles para conocer datos
reales sobre este tipo de delincuencia, dificultando la comparación a nivel internacional
de este tipo de delitos.

Siendo así las cosas, el punto de partida podría estar en las encuestas de
victimización. Sin embargo, algunas formas de delincuencia organizada y de corrupción
se consideran delitos sin víctimas, con lo cual, no aparecerán reflejas en encuestas que
preguntan sobre la victimización por esos delitos. De igual modo, respecto de algunas

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de esas formas de delincuencia puede darse el hecho de que la víctima haya
consentido el delito, cuestión que puede deberse a diversas razones (amenaza,
vergüenza, falta de voluntad de uno mismo de verse como víctima), y que traerá como
consecuencia que tales personas no estén dispuestas a ofrecer información a las
autoridades o a un investigador. De ahí la necesidad de explorar otras fuentes
potenciales de datos sobre este tipo de delincuencia.

En síntesis, responder a preguntas que tengan que ver con la medida de la


delincuencia (cuánta hay, de qué tipo es, etc.) obliga a aclarar desde qué perspectiva
estamos hablando de delincuencia. “La delincuencia legal y aparente se
representa en las estadísticas oficiales y la real tiende a medirse con métodos
indirectos como son las encuestas de victimización o auto denuncia” (Ibid.: 40). Una
forma de ilustrar de forma muy gráfica el problema de la medida de la delincuencia es
representando el fenómeno delictivo como si de un iceberg se tratara
(Stangeland, Garrido y Redondo, 1999: 116-119). Bajo la superficie, esto es, sin
reflejo en los datos oficiales, estarían los actos delictivos que no se detectan
como tales, los denominados delitos sin víctimas (personales) cuyo
esclarecimiento depende en exclusiva de la actuación de las instancias de control al
conllevar unas tasas de denuncia por parte de la población muy bajas (delitos
fiscales, delitos medioambientales, etc.). Otro grupo de hechos tampoco acaban
siendo denunciados al no ser entendidos como delitos o faltas en el momento o
contexto en el que se producen. Pensemos, por ejemplo, en una discusión entre
compañeros de trabajo que acaba en agresión, pero tras la que ninguna de las
partes implicadas llega a interponer una denuncia. En ocasiones, una persona que
sufre un pequeño hurto no lo denuncia al considerar que no merece la pena hacerlo.
Todos estos son sucesos que, en una parte no desdeñable de los casos, quedan
fuera del alcance de las estadísticas oficiales, que, como se ha referido, se
elaboran a partir de que los hechos sean denunciados a la policía o los
juzgados. La no denuncia y sus motivaciones es, de hecho, una de esas
cuestiones que las encuestas de victimización han ayudado a poner de
manifiesto. Otro conjunto de sucesos que quedan bajo la línea de flotación, esto es,
engrosando la cifra oscura de la criminalidad, son aquellos que, pese a que son

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puestos en conocimiento de la policía, no lo hacen como denuncias (o no
pueden hacerlo) y, por tanto, no van seguidos de un proceso policial o judicial y su
correspondiente registro. Esto es lo que ocurre cuando se producen avisos a la
policía (un vecino llama a la comisaría diciendo que ha visto a alguien
incendiando un contenedor, por ejemplo). Sólo afloran a la superficie los hechos
que son formalmente denunciados. A partir de ahí, cada instancia del sistema penal
elabora sus propias cifras. La policía a partir de dichas denuncias, la instancia judicial a
partir de diligencias judiciales y sentencias y la instancia penitenciaria, sobre la
población interna en las prisiones.

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Conclusión
Los datos proporcionados por las estadísticas oficiales no reflejan la
incidencia real de la delincuencia ni la de los sujetos relacionados con ella, solo
la de aquellos conocidos por la policía, los juzgados o los centros penitenciarios. Y,
además, es importante conocer cómo se componen los datos oficiales, es decir, de que
operaciones de registro y elaboración son fruto, para así valorar su idoneidad como
instrumento para medir la delincuencia.

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Bibliografía
Káiser, G., Criminología. Una introducción a sus fundamentos científicos,
Madrid, 1983.Kaiser, G., Introducción a la Criminología, Madrid, 1988.Anzit Guerrero,
R. (2005). “El positivismo biológico en la ‘sociedad y el delito’ (1947) de José

Qué es la Estadística Criminal. (S. f.). CFEC. Recuperado 7 de octubre de 2020,


de https://www.estudiocriminal.eu/blog/que-es-la-estadistica-
criminal/#:~:text=Es%20la%20disciplina%20que%20se,resultado%20de%20los%20dat
os%20obtenidos.

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