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Poder constituyente

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Poder constituyente es la denominación del poder que tiene la atribución de establecer la norma
fundamental de un ordenamiento jurídico, dando origen a un Estado y su sistema político y,
posteriormente, de modificarla o enmendarla. Esta facultad es ejercida al constituir un nuevo
Estado y al reformar la Constitución vigente. Por lo anterior, habitualmente se distingue un poder
constituyente primario u originario y un poder constituyente derivado'.

El poder constituyente ha sido definido como la "voluntad política creadora del orden, que
requiere naturaleza originaria, eficacia y carácter creadora" y como la "voluntad originaria,
soberana, suprema y directa que tiene un pueblo, para constituir un Estado dándole una
personalidad al mismo y darse la organización jurídica y política que más le convenga".1 De todos
modos, existen concepciones que consideran que el poder constituyente originario puede recaer
en el pueblo o en la nación.

Se considera que el poder constituyente existe en los regímenes de Constitución rígida, en el que la
elaboración de las normas constitucionales requiere un procedimiento diferente al de las leyes.

Índice
[ocultar] 1 Naturaleza del poder constituyente

2 Titularidad del poder constituyente

3 Clasificación 3.1 Poder constituyente originario y derivado

3.2 Poder constituyente abierto y cerrado

3.3 Poder constituyente formal y material

3.4 Por su nivel de ejercicio

4 Poder constituyente y poderes constituidos

5 Referencias

6 Véase también

7 Enlaces externos

Naturaleza del poder constituyente[editar]

El poder constituyente originario no puede encontrar su base fundamental en ninguna norma y


por tanto, su naturaleza jurídica se deriva del derecho natural, sobre el cual se hayan escrito, o no,
normas jurídicas, doctrina, o jurisprudencia. Pese a esto se ha afirmado que la tarea del poder
constituyente es política, no jurídica.2 El poder constituyente, al ser origen del Derecho, no puede
tener dicha naturaleza.

Emmanuel Joseph Sieyès, en su obra "Qué es el Tercer Estado", atribuía dos características al poder
constituyente: es un poder originario y único, que no puede encontrar fundamento fuera de sí; y
que era un poder incondicionado, es decir, que no posee límites formales o materiales.

Si bien, el poder constituyente no puede ser definido jurídicamente, si puede ser definido
políticamente en términos de legitimidad.
Titularidad del poder constituyente[editar]

Siguiendo el principio de soberanía popular, el titular del poder constituyente es el pueblo. Hoy
este es el entendimiento más difundido, pero para Sieyès (siguiendo la linéa de la titularidad por
parte del pueblo) el titular es la nación. El concepto de nación es relativamente ambiguo. Nación,
en sentido estricto, tiene dos acepciones: la nación política, en el ámbito jurídico-político, es el
sujeto político en el que reside la soberanía constituyente de un Estado; la nación cultural,
concepto socio-ideológico más subjetivo y ambiguo que el anterior, se puede definir a grandes
rasgos como una comunidad humana con ciertas características culturales comunes a las que dota
de un sentido ético-político. En sentido lato nación se emplea con variados significados: Estado,
país, territorio o habitantes de ellos, etnia y otros.

Que el poder constituyente sea titularidad del pueblo no obstaculiza que el ejercicio efectivo del
mismo este a cargo de un órgano convocado al efecto como son las asambleas constituyentes o las
convenciones constituyentes, esto en concordancia con el principio representativo propio de las
democracias indirectas, en este caso los convencionales o constituyentes actúan por mandato y en
representación del pueblo.

Clasificación[editar]

Poder constituyente originario y derivado[editar]

Si bien se afirma que el poder constituyente es el pueblo se omite mencionarlo en clasificaciones


en las que se clasifica a los poderes constituyentes como organismos colegiados:

El poder constituyente originario es el que aparece primigeniamente y le da origen al


ordenamiento político. Así, el poder constituyente originario es aquel que crea la primera
Constitución de un Estado; en este sentido, con frecuencia, actúa como poder constituyente
originario una Asamblea constituyente que, al aprobar la primera Constitución de un país, está
poniendo de manifiesto jurídicamente su nacimiento. Y una vez cumplida su labor desaparece;
pero como su tarea requiere continuidad, suele establecer un órgano que se encargue de adicionar
y modificarla, de acuerdo a las circunstancias o problemas que surjan, a este se le denomina poder
constituyente derivado, instituido o permanente.2
El poder constituyente originario puede actuar dictando una Constitución que no sea la primera
del país. Se trata de un Estado que ya tenía una Constitución, en el cual se produce un cambio
radical de todas sus estructuras (una revolución). La Constitución que se dicta consagrando nuevas
estructuras políticas, sociales y a veces económicas es el fruto de un poder constituyente
originario, aunque no se trate, históricamente de la primera Constitución del país. En la gran
mayoría de los casos en que se dicta una Constitución luego de un proceso revolucionario, los
órganos que intervienen y el procedimiento que se utiliza para dictarla, no son los previstos en la
Constitución anterior. Si se dictase una nueva Constitución por los órganos previstos por la
Constitución anterior, estaríamos ante una actuación del poder constituyente derivado3

A su vez, por poder constituyente derivado se entiende aquel establecido en la propia Constitución
y que debe intervenir cuando se trata de reformar la Constitución. Es generalmente ejercido por
una asamblea, congreso o parlamento. Es un poder que coexiste con los tres poderes clásicos, en
los regímenes de Constitución rígida, cuya función es la elaboración de las normas
constitucionales, las cuales se aprueban habitualmente a través de un procedimiento diferente al
de las leyes.

Poder constituyente abierto y cerrado[editar]

El poder constituyente, según la teoría de Bidart Campos también puede ser abierto o cerrado. El
autor entiende que es abierto cuando es resultado de un proceso de construcción a lo largo del
tiempo, por ejemplo la Constitución Argentina de 1853/60, fue resultado de un proceso histórico
que inició en 1853 y finalizo en 1860. Por otra parte, el poder constituyente es cerrado cuando se
abre y se cierra en un mismo acto constituyente, es el caso de las reformas o enmiendas a la
constitución.

Poder constituyente formal y material[editar]

Algunos autores realizan esta diferenciación atendiendo a las circunstancias de su ejercicio, será
formal cuando se ejerce según los procedimientos que prevé la constitución o la ley fundamental
para su ejercicio. Por otro lado será material cuando el ejercicio provenga de los poderes
constituidos con el objeto de emitir disposiciones reglamentarias de carácter constitucional. Así un
ejemplo de ejercicio formal del poder constituyente es la reforma constitucional, y material cuando
el poder legislativo sanciona una ley de ciudadanía (la ciudadanía es una cuestión constitucional).
Por su nivel de ejercicio[editar]

Según los distintos niveles del estado que lo ejerzan puede clasificarse en poder constituyente de:
Primer Grado: ejercido por la nación (nación política) en su conjunto; Segundo Grado: ejercido por
las provincias o entidad subnacional; y de Tercer Grado: cuando su ejercicio corresponde a los
municipios.

Poder constituyente y poderes constituidos[editar]

Hemos indicado que el poder constituyente es la capacidad que tiene el pueblo de darse una
organización política-jurídica fundamental y revisar la misma cuando así lo considere atendiendo a
situaciones culturales, sociales o políticas que importen una revisión y modificación de los
principios que anteriormente fueron establecidos.

Los Poderes Constituidos emergen o nacen de la voluntad suprema del Poder Constituyente para
darle al pueblo en su conjunto una organización política y como consecuencia de ello, esos poderes
constituidos son derivativos, están limitados y regulados normativamente por la voluntad del
poder constituyente.

En este sentido los poderes constituidos son los instrumentos o medios a través de los cuales se
cumplen las funciones del estado y son necesarios para alcanzar los fines y propósitos de una
sociedad organizada; pero no obstante las atribuciones que tuvieren asignados en el marco de
competencias que a cada uno ellos les corresponda por mandato constitucional, las mismas
pueden sufrir cambios significativos “a la hora en que el poder constituyente decida reestructurar
el Estado, como quiera, sin restricciones, libre de toda vinculación a organizaciones pretéritas”.

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