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El pacto entre la juventud y el amor eterno en “AURA” de Carlos Fuentes.

Comenzaremos hablando un poco sobre Carlos Fuentes (Ciudad de Panamá, 1928 -


México, 2012) narrador y ensayista mexicano, uno de los escritores más importantes de la
historia literaria de su país. Figura fundamental del llamado boom de la novela
hispanoamericana de los años 60. Generación de la que emergen escritores que se expresan
a través de formas identitarias propias bajo una excepcional elaboración de las tramas
narrativas.
Carlos Fuentes crea su obra a partir de tres elementos que la caracterizan: un lenguaje
construido por encuentros y desencuentros culturales, un tratamiento histórico generado a
partir de los fondos míticos hispánicos y prehispánicos, y una estructura narrativa que
amplía las regiones de lo real y lo fantástico.
Escribió más de cincuenta libros. Entre sus novelas más representativas se encuentra la
controversial Aura (1962).
Aura es una novela gótica, misteriosa y oscura, además incluye elementos de realismo
mágico, la gran cantidad de simbología presente permite ese ambiente atrapante e
inquietante. Escrita en segunda persona, este recurso narrativo poco común está
perfectamente empleado, esto permite que te sientas como el protagonista, te sientes en
algunos momentos atrapado, incomodo o espiado. Por lo general los escritores narran en
primera o tercera persona debido a que resulta más sencillo a la hora de escribir, mientras
que en segunda persona no puedes fallar porque cambia el sentido de lo que escribes
inmediatamente.
Ambientada alrededor de 4 personajes nos encontramos con Felipe Montero. Historiador
joven, profesor auxiliar de escuelas particulares. Consuelo. Mujer anciana, viuda del
general Llorente. Aura. Compañera y sobrina de la señora Consuelo. General Llorente.
Esposo fallecido de Consuelo.
Al iniciar la historia sabemos que la señora Consuelo contrata a Felipe para que traduzca
las memorias de su esposo fallecido, el General Llorente. En el encuentro entre Felipe y la
señora consuelo observamos al conejo Saga y los conejos están vinculados a la vieja
divinidad Tierra Madre, al simbolismo de las aguas fecundantes y regeneradoras. La señora
invita a Felipe a quedarse en su casa, pero este insiste en no aceptar la invitación, hasta que
ocurre la aparición de la joven Aura, Felipe queda hipnotizado al verla, de hermosos ojos
verdes y acepta quedarse. Este momento es clave debido a que Felipe no puede dejar de
pensar en ella, quiere grabar su rostro en su mente, quiere estar con ella. Luego ocurren
sucesos extraños, el ambiente de la casa es tétrico y oscuro, pero Felipe ignora esto, él solo
desea poder ver a Aura nuevamente.
En la primera cena la comida pasa a ser importante a medida que avanza la historia, los
riñones en salsa de cebolla es un acto que suele repetirse. Luego de leer el primer Folio del
general y despertar una mañana observa por el jardín lateral como un grupo de gatos se
revuelcan en el fuego. El gato es un símbolo ambivalente: por un lado, en su sentido más
positivo, es el protector de la casa, de la madre y la progenie, sin embargo, también es
asociado a las brujas, al diablo y a la hechicería. Felipe ve como los movimientos de
Consuelo y Aura se sincronizan en la segunda cena, le genera una sospecha. Él quiere sacar
sacar a Aura de allí, liberarla, porque solo piensa en su belleza y la desea. En la cama de
Felipe, Aura invade su espacio y tienen un encuentro apasionado que se posterga, aquí dice
Aura “Eres mi esposo”. Felipe constantemente se pregunta por qué no tiene el valor de
decirle a la señora Consuelo que ama a Aura y que pretende llevársela de ese lugar.
Al leer el segundo folio Felipe descubre que la descripción que da el general sobre
Consuelo se asemeja tal cual, a la figura de Aura, este baja las escaleras y encuentra a Aura
degollando un macho cabrío. El cabrío, así como el conejo, es tomado como un símbolo de
la fertilidad, es un animal de naturaleza ardiente y es un animal pensado como prolijo. Acto
siguiente va hacia la habitación de Consuelo y esta gesticula o imita movimientos como si
degollara un animal. Vuelven a comer la cena de riñones, hasta ese momento Felipe se
encuentra en medio de rituales, sucesos extraños, un ambiente tétrico y aunque por
momentos sospeche, su amor por Aura puede más, le nubla la razón, él solo quiere estar
con ella. Felipe además se encuentra con un montón de hierbas y plantas de todo tipo en el
patio. Aquí ocurre lo que espere decir desde el principio, Felipe ingresa a la habitación de
Aura donde todo está ambientado para realizarse un pacto, un ritual que selle el amor entre
ellos. La belleza de Aura se alterna y pasa a ser vieja como Consuelo y Felipe empieza a
tener comportamientos asociados con los del general Llorente y se da este interesante
dialogo (Aura pag 38).

—¿Me querrás siempre?


—Siempre, Aura, te amare para siempre.
—¿Siempre? ¿Me lo juras?
—Te lo juro.
—¿Aunque envejezca? ¿Aunque pierda mi belleza? ¿Aunque tenga el pelo blanco?
—Siempre, mi amor, siempre.
—¿Aunque muera, Felipe? ¿Me amaras siempre, aunque muera?
—Siempre, siempre. Te lo juro. Nadie puede separarme de ti.
—Ven, Felipe, ven...
Hasta este momento sabemos que Felipe se encuentra realmente enamorado de Aura, la
ama y acepta estar con ella pase lo que pase, pero pensara Felipe lo mismo si Aura siempre
se vea vieja? Aquí Aura comprueba que sí, su belleza y juventud sumado al pacto o ritual
atraparon a Felipe.
Felipe después de descansar queda inquietante y empieza a confirmar todas sus sospechas.
Luego lo olvida al momento.
En el tercer folio, el general describe como Consuelo frustrada por no darle hijos, hace
cosas relacionadas con brujería, observa una fotografía antigua donde se ve Aura con el
general Llorente que tiene una apariencia muy similar a la de Felipe. En el último encuentro
con Aura, la luz de la luna expone el cuerpo real, el cuerpo de Consuelo y Felipe ama a
Aura, ese amor reencarnado es el del general Llorente.
“Para el señor Sergio Mondragón López Aura se torna en una bella historia de amor y
reencuentro, a los personajes no les importa penetrar las barreras del tiempo y el espacio
para reencontrase, lo que es malévolo, se convierte en un cuerpo hermoso lleno de luz”.
La importancia de los símbolos en la novela es total, el color verde presente en todo
momento, los animales y su relación con la fertilidad, como sabemos que Consuelo no pudo
darle hijos al general, los rituales empleados como la comida de riñones y su sentido
simbólico con la afectividad y el instinto sexual, el ritual empleado en el cuarto de Aura, las
plantas o hierbas entre otros, es lo que permite que Felipe poco a poco vaya abandonando
su realidad y se alterne con la del Coronel.
Finalmente, el amor rompe todas las barreras incluso las más oscuras o difíciles, se puede
manifestar de diferentes maneras como el amor que siente Consuelo a su juventud, a su
esposo, quiere perdurar en ese amor joven, no quiere que su amor envejezca ni tampoco su
cuerpo, El general amo a Consuelo aún con sus complejos, Felipe ama tanto a Aura que
acepta la realidad con el fin de poder volver a ver esa hermosa joven de preciosos ojos
verdes que lo enamoro desde el principio.

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