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CONSTRUCCIONISMO SOCIAL ¥ CoMU NICACION TERAPEUTICA 71 presente algo en la tradicion de | as coordinaciones occidentales, §) cuando bailamos nuestra pareja se i arrodilla, no podremos seguir bai- los registros que nos resultan fami- acidad para lando. Su accion no forma parte de liares. En la actualidad, nuestra cap halla vinculada a una historia rcar sentido juntos se » 4.una historia que puede haberse Perpe- tuado desde hace siglos. Gracias a las tradiciones de coordinacién po- demos enamorarnos, manifestar que defendemos una causa justa, sen- tir placer cuando percibimos la alegria de nuestros hijos. Todo ello no significa que no haya lugar para nuevas palabras y nuevas formas de actuar. En el decurso del siglo xx, hemos asistido a una verdadera explosidn de términos de vocabulario, de nuevos de- portes, de nuevos pasos de baile, etc. Si somos libres Para jugar, para no responder a las esperas, para explorar lo inhabitual, es porque el pasado no nos determina. Y cuando nos enfrentamos a una nueva pa- labra o a una nueva manera de actuar, debemos hacer un esfuerzo para darle sentido. Volvamos al ejemplo del baile. Cuando mi Pareja se arro- dilla, puedo perfectamente dejar de bailar. Pero si hubiera pensado que queria jugar, incitarme, desafiarme, me habria apresurado a en- tar cl medio para coordinarme con ella: me habria arrodillado, mo ella, y habria empezado a arrastrarme hacia ella... De la misma Ta que un adolescente que va a la escuela vestido de una manera gante puede que lance una moda, los terapeutas que creen que da de palabras» de los esquizofrénicos tiene sentido, encon- para hacer este discurso inteligible. aceptamos participar en una obra de teatro y tenemos q - aprer nos el papel antes de la hora del ensayo de esta noche. Con el guin delante, repetimos el texto; cuando nos lo sabemos, dejamos el libre- to y lo interpretamos... quiz riendo o declamandolo. Decidimos du- charnos y mientras lo hacemos, recordamos: las diferentes entradas de nuestro personaje. Durante este ensayo, que se realiza en silencio, todo parece claro y en nuestro rostro se esboza una sonrisa. Tenemos la sensacién de que «funciona». Esta es la forma en que la distinci6n en- tre el mundo interior y exterior desaparece. Aquello que se produce en el interior es esencialmente una accién en el mundo exterior que no llega a expresarse totalmente. La actividad interna es de hecho una for- ma reducida de nuestra manera habitual de dar sentido a nuestras rela- ciones. Como lo declaran algunos investigadores, el pensamiento"es una forma de discurso interno, un acto publico que se realiza en pri- vado. Podemos reconsiderar del mismo modo el concepto de predeter- minacién. Acostumbramos a decir que nuestras intenciones determi- nan nuestros actos. Por ejemplo, me digo: ~Debo excusarme», y lo hago. Ahora bien, lo que digo puede que los demas no lo entiendan como una excusa; por tanto, debo actuar de tal manera que mi frase re vista este aspecto concreto. Sin embargo, desde mi punto de vista, s- bia lo que hacia en aquel momento, el fin que perseguia: el saber pre- cedia a la suplementaci6n. Este tipo de acontecimientos se utiliza & menudo para demostrar que el acto es consciente, es decir, que Soy ¥° quien escoge la manera en que acto, soy yo quien sostengo determi- nados puntos de vista y no otros. Esta concepcion de un agente interior libre, que dirige el flujo de sus palabras y sus actos, surge de una dil tada tradicién y cuenta con un gran apoyo entre los filésofos human” las. Sin embargo, pese a la atraccion que ejerce (Soy duetio de mis a tant ne este concepto ha fracasado desde un punto de vista 7 iloséfico como ideol6gico. El célebre problema del libre albedtio: P CONSTRUCCIONISMO SOCIAL ¥ COMUNICACION TERAPEUTICA 73 lado, el de la politica del narcisismo, por otro, son s6lo dos de los problemas mas espinosos. ;Cdmo s ostener el concepto de intenci6n sciente sin quedar atrapado en la tradici6n? Encontraremos una respuesta satisfactoria a esta pregunta si consi- ramos los pensamientos y los sentimientos como una nueva disemi- aci6n en privado de acontecimientos de la vida publica. Si soy un actor sinterpreta el papel de Hamlet, puedo decirle a alguien: «Esta noche ferpreto el papel de Hamlet. La vida publica me proporciona un mo- delo y una construccion aceptable para este acto, me permite informar a demas de él. » es lo que haré. Sin duda, puedo asimismo decirme : Hmm... no debo beberme eso... esta noche inter- eto a Hamlet. Estas construcciones intimas, que resultan de mi parti- publica, son lo que denominamos intenciones. No es staci6n. Puedo decir: comentario era de hecho una excusa..». Puedo centificarlo, porque inmersiGn en la vida ptiblica me permite saber que las palabras que he ronunciado se definen como una excusa. Segtin la misma légica, si po- emos decir: ‘Ha cometido voluntariamente el crimen», no es porque os entrar en el interior del estado de conciencia de la persona de se trate, sino porque su experiencia de la vida cultural solo le pro- ba aquella construcci6n para aquel acto. accion, sino que comentan su manif Ja luz de lo anterior, parece que el sentido de una enunciaci6n es, e, indecidible. Ningtin debate o examen, ningtn andlisis , ningtin anilisis de la conversaciOn © cualquier otro inten- de lo que se ha dicho es decisivo. La significacion de es una realizaci6n temporal, nacida de un mo- Y como las relaciones se extienden en el tiem- una | cién constante a través del nimero movimientos pueden a su vez quedar ci6n. Sarah podria responder a la invectiva estas preocupandote otra vez por tu trabajo, bert podria entonces responder: «jAh! ya veo... cuentras muy atractivo a Bill...». Estas alteraciones pues gan nada que ver con el intercambio mismo, como en al una pareja que se divorcia y redefine retrospectivamente t yectoria de la vida que han llevado en comin; se hallan dificaciones continuas siguiendo las interacciones con les d ejemplo, los amigos, los padres, los terapeutas, los medios de. caciOn, ete.). 4 En resumen, centrarse de manera exclusiva en la relacién cama cara es claramente insuficiente. Saber si lo que digo es -sensato no esti bajo mi control, y no esta tampoco determinado por los demzis. ni par el proceso dinamico en el seno del cual el sentido tata de ocumz Ia | capacidad fundamental que tenemos para coordinamos depende ea gran medida de la red de relaciones pasadas en las cuales hemos 6 7 do inmersos. Abordamos toda relacion con definiciones proveneass 7 del pasado y, a medida que la relacion se desarrolla, esa red nes SNe para redefinir el sentido de ese pasado. Estos intercambios sein 2 vez suplementados y transformados mis tarde por otras relacioaes De hecho, toda comunicacién pertinente que se establece @ través de Be lacin depende de una red relacional mas amplia, no solo & del a7 y ahora», sino también de nuestras respectivas relaciones €o% = a ; : ind. Eat varnos al conjunto de las relaciones que existen en la sociedad. por paces oe —_ otras personas, a su vez relacionadas tambien con owas ¥ sentido, todos estamos vinculados unos con otros, inc# oa ficar 2 ; > un vas ficar algo, de poseer un «yo» si no media la existencia de ue do de relaciones. CONSTRUCCIONISMO SOCIAL ¥ COMUNICAG ACION TERAPEY: A ITICA riod La terapia como accion colaborativa En e: proceso de comunicacién del qu paginas expongo un: ‘a manera particular de comprender el le surge el sentido. Esta €xposicién evi- ta algunas rampas conceptuales que son ya tradicionales y demuestra al mismo tiempo las posibilidades que oftece el proceder construccio= nista. Me parece importante subrayar que en ningtin caso afirmo que sahora conocemos la verdadera naturaleza de la comunicacién». Al ~ contrario, expongo este punto de vista con 4nimo construccionista: se trata s6lo de otra manera de hacer inteligible la comunicaci6n. Lo qué ber si revela latealidad de la comunicaci6n:, sino mas!” Bienver qué se desprende de esta exposicién. En qué medida este ra- zonamiento puede modificar nuestras pricticas y en qué medida esta revision resulta de utilidad para el movimiento terapéutico. Obviamen- te no es posible responder a todas estas preguntas al mismo tiempo. las implicaciones son multiples; son, a la vez, grandes y pequefias, y el didlogo debe proseguir para que podamos apreciar las posibilidades y calibrar los problemas. Algunas aplicaciones de esta manera de consi- : derar la colaboraci6n forman en la actualidad parte ya de la practica, en tanto que otras son estimadas atin demasiado radicales como para te- ner una aplicaci6n en un contexto contemporaneo. Sin embargo, a modo de apertura de un debate sobre la comunicaci6n terapéutica en- tendida como acto de colaboraciGn, avanzaré los nueve puntos si- guientes. wet oye 1. EL SUFRIMIENTO 0 LA ENFERMEDAD MENTAL NO EXISTEN CONSTRUCCIONISMO SOCIAL YGOMUNIGACION THRARAUIIE TIEN gariamos a entendemos. Sin embargo, NOs sentimos persuadidos de hacerlo, y sabemos cuando el otro no r NOs comprende. mos, desde un punto dev ista colaborativo, considerar la comprensi6n? De entrada, resulta Util considerarla como una forma particular de suplementacion, mas que una actividad mental dinar nuestras acciones con las de los demas, e Cierta persona en relaci6n con otra; es coordinarnos con las acciones de los otros a través Jas palabras, la mirada, la postura, etc. La accion, en su forma mas , se puede resumir con la palabra metonimia. La metonimia, que pertenece al vocabulario de la semictica, se refiere al uso a palabra o expresién para expresar un todo. Por ejemplo, la fa de Francia a veces es utilizada para representar la nacién en su imbolo de un reino, por ntido, nuestras acciones ser el reflejo metonimico de uno u otro de nosotros. Si humor de un acontecimiento, y respondo con una am- sa, llevo una parte de quienes me lo cuentan conmigo. Mi un pequeno simbolo que expreso de ellos. Si alguien habla ito, quien le escucha «le entiende: si, en su respuesta, lle- de este sufrimiento. Cuando quien escucha mira por la entras el otro desahoga su tristeza, este ultimo tendra razon ‘No me comprende, ;verdad?». No se trata de explorar las des de Ia mente del otro, de lo que se trata es de una accién 2Como det -Entenderse: es coor- PEUTICO HA SURGIDO DE LA ACCION COLABORATIVA en realidad, a través de la terapia? En conformi- ‘ alistas, se acostumbra a dar una respues- la psique individual. El cambio a largo vés de la desaparicion de la repre- CONSTRUCCIONISMO SOCIAL ¥ COMUNICACION TERAPEUTICA 79 con el baloncesto nos viene de nuevo bien: a través de la experiencia un gran jugador de baloncesto adquicre un repertorio de acciones: NO wayiregla que nos diga qué accion es la mas eficaz, porque las situa- Ones de juego son complejas y cambian de forma constante El juga- dor habil es aquel que puede inspirarse rapidamente en el repertorio adquirido mientras se desarrolla sla conversacion en la canchas, Un ju- gador habil puede «desestabilizar- la manera «de actuar tradicional- de sus adversarios, al mismo tiempo que éstos modelan su repertorio y adquieren de este modo mayor competencia. Los esquemas de juego no dejan de ampliarse. En terapia, sin embargo, no existe adversario, sdlo __ una construccién que tiene su punto de mira puesto en el bienestar. existe una marcada tendencia a apoyarse en el aqui y aho- nosotros que hablamos en este momento-. En el instante pre- tanto, el sentido se construye y el porvenir queda en sus- Sin embargo, esta focalizacion impide a menudo ver cémo de —Pero todo el mundo sabe que no sirves para —Les voy a romper la cara a todos Los resultados que se fundan en un escenario asi suse confianza y hostilidad. Estos escenarios insistentes, que se p privado, son tal vez los mas dificiles de interrumpir. Todos que han trabajado con lo que corrientemente denomina o nes alimentarios» han constatado la influencia dominante de sacion intima. En mi opinion, una de las dificultades mayores a se enfrenta la terapia contemporinea consiste en saber cémo e: cer el vinculo entre la conversaci6n cara a cara con el cliente y los cenarios que se desarrollan en «privado». 6. LA REVELACION TERAPEUTICA NO ES UN MOVIMIENTO EN UN ESPACIO. VERTICAL, SINO EN UNO HORIZONTAL A menudo se considera que la tera velaci6n, en el cual tevelar lo que se apia es como el proceso de la re- I'las preguntas decisivas del terapeuta acabarin por halla habitualmente oculto: Ah! jAbl... Ahora sabemos ». Lo cual quiere decir que a menudo nos bis Con una terapia fundada €n un enfoque en el que la superficie s¢ O™ trapone a la Profundidad; aquello que es «visible en la fachadar frente # - ae iposin detris.. La terapia psicoanalitica es uno de a al i lentes, Se trata de una manera de ver aed agentes ‘Superficai Seno de la cultura en general. No hablamos & h = acderos* *826n profu sto de vista au © de la expresiér nda por la cy; Nn de ssentimientos ve al quiere eso..... Segtin el punl CONSTRUCCIONISMO SOCIAL Y COMUNICACION TERAPEUTICA BL defendemos en estas paginas, la idea de una «superficie» que se opone a una -profundidad> surge de la colaboracién; hemos creado entre no- ‘sotros esta forma particular de considerar a las personas, y es, en esen- ia, opcional. En consecuencia, no existe ninguna raz6n de principio para «son- "dear la profundicad+ de los deseos, recuerdos o motivaciones de un diente. El terapeuta no hace, en este caso, mas que incitar al cliente para que participe en una relacion en la cual da profundidad» se crea en calidad de tema de conversacion. El «discurso de la profundidad> no tiene implicaciones mas profundas que el «discurso de la superfici crea simplemente una realidad diferente en el interior de un dispositi- vo terapéutico. No digo que sea pre: abandonar el discurso de la _ profundidad, se trata mas bien de preguntarse, en cada caso, por su eficacia. Qué influencia tiene la «realidad detras de la realidad» en los modelos de juicio del cliente? ;Esta desacreditada la manera de hablar del cliente? ;Qué nuevas vias se abren con ella? ;Cudles son sus even- tuales consecuenci ntes crisis, provocadas por la oleada de tecuerdos de violaciones infantiles en el transcurso de la terapia, han sacudido la autoridad terapéutica y son una muestra de la importan- cia de estas preguntas, No se trata de saber si la colaboracion terapéu- __ tica afecta a un «punto sensible» en relaci6n con el problema o con el pasado del cliente, sino de saber si el punto sensible no afectara a su vez a un punto sensible en otros ademas del cliente. 7. CUALQUIER ENUNCIADO ACERCA DEL SENTIDO LO ‘TRANSFORMA n el enfoque colaborativo, cada movimiento de la conversacién sentido a lo que precede. El significado de nuestras pala- de nuestras acciones depende de entrada de aquellos que les inpneiunsian saispen de sign fica da-acten ia: gue: Aran 82 CONSTRUIR LA REALIDAD wna forma y una historia al pasado que sdlo se pu rimentindolas, y estos ensayos permanecen mudos | mentados. El momento de la iluminaci6n final, el el sentido Hlegaria a ser incontestable ¢ irrel en ere no existe. 3 Bi i” é Las consecuencias terapéuticas de un razon cnultiples. En primer lugar, y subrayando un a planteado con anterioridad, cualquier: palabras o de las acciones de un v acciones. Cualquier intento continuidades y las d 84 CONSTRUIR LA REALIDAD 9. LAS PRACTICAS TERAPEUTICAS DEBEN TRANSFORMARSE CONTINUAMINT Hace ya mas de un siglo que los terapeutas tratan de «curar los pro- blemas con que se enfrentan sus clientes, Hemos ido testigos del paso de un séquito de escuelas de terapia, cada una de ellas empenada en hacer valer su forma de tratamiento particular y eliminar al resto de competidoras en este ambito. En Estados Unidos, desde hace ya bas- lante tiempo se intenta determinar la eficacia de las diferentes pricti- cas, con la finalidad de eliminar los spuros simuladores», En otros pai- ses, las leyes s6lo reconocen a un reducido niimero de escuelas dignas de recibir cobertura de los seguros médicos; el resto estan condenadas a desaparecer. Al interpretar el sentido como una consecuencia de la colaboraci6n, ahadimos un nuevo capitulo al debate, Cada escuela te- rapéutica contribuy. eacion de recursos discursivos en la cultura, Las diversas maneras en que contribuyen a crear sentido en el proceso colaborativo constituyen otras tar posibilidades de desviarse de la via convencional. Interpretada de esta forma, la plétora de escuelas de terapia no es una molestia, no sefala la condicién precientifica de este campo. A la vista de la inmensa variedad de historias culturales de las que provienen los clientes, tenemos que dejar de pensar en términos cion modelo», util a todos, se trata de una situa- nte que haya multiplicidad, Para proseguir este razonamiento, es Preciso asimismo reconocer que todas las escuelas de terapia sostienen su propia tradicién, Todas tienden a atribuirse la validez de un vocabulario particular, y a recono- cer determinadas formas de discurso y no otras. En resumen, las es- cuelas de terapia sirven ante todo para preservar una cultura, Nuevas formas de coordinaci6n (y de no coordinaci6n) surgen de todas La idea que hoy consideramos profunda es la banalidad del manana, En el flujo continuo de las ideas generadas a través del lidlogo activo y creativo, las pasiones se extinguen y los valores se olvidan, mos quedarnos con la sola familia de las escuelas de Sobre todas ellas pende la misma amenaza de ser bemos dar nuestro apoyo a toda evolucién del ca terapéutica, Cuando las conversaciones tera sintonia con las de la cultura, tienen mas puede establecer el vinculo entre lo que s alae de una Gnica «conv ci6n en la cual resulta muy inter er. a CONSTRUCCIONISMO SOCIAL Y COMUNICACION TERAPEUTICA 85 cede en el exterior en su vida, la terapia tiene mayores posibilidades triunfar. La aparicion de nuevas escuelas de terapia no sélo es pre- ible, sino también bienvenida. Dejemos de momento aqui este examen. A lo largo de las tltimas as de este capitulo, he esbozado los contornos de aquello que chos consideran como la principal transformacion de nuestra com- ion de la verdad, de la objetividad, de Ja racionalidad y del pro- so. Conforme mas en duda ponemos las afirmaciones tradicionales, soltamos las amarras del eyo individual y nos abandonamos al flu- uo de la existencia relacional. Toda comunicaci6n depende de inacin relacional: dar un sentido personal representa solo una del proceso de coordinacién. En esta materia, las preguntas eamos a la terapia tienen un color particular. Muchos proble- icionales desaparecen porque su importancia disminuye. Sur- ‘os problemas, nuevos desafios y retos, nuevas posibilidades. s ya preparados para entrar en los anilisis mas detallados que los proximos capitulos.

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