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Un daño irreparable

La práctica del aborto es el método más antiguo y controvertido de regulación de la

fertilidad. El objetivo del aborto es interrumpir el estado de gestación en que se encuentra la

mujer. Para la realización de este procedimiento se utilizan medicamentos o cirugía y así extraer

el feto y la placenta del útero. Este procedimiento lo realizan expertos en la salud.

La decisión de interrumpir el embarazo es una decisión muy personal.

La actual prohibición del aborto en Colombia no provocará que muchas adolescentes y

mujeres se sometan a un aborto sin conocer las consecuencias de un mal procedimiento,

provocando daños físicos que pueden causar la muerte o en un caso no tan grave generar una

infección. Aparte de los dolores y consecuencias físicas que este tenga también, existe la

posibilidad de los problemas psicológicos.

Solo una muy pequeña proporción del total de abortos que ocurren en Colombia son

legales; aquellos que no lo son pueden significar un grave riesgo para la salud y bienestar de las

mujeres.

Según las opiniones de profesionales bien informados, la mitad de las mujeres que

abortan en Colombia. Lo hacen a través del misoprostol, que se deriva de varias fuentes,

incluidas farmacias y droguerías, mercados negros, profesionales de la salud y Partera.

La mayoría de los abortos en Colombia son por adolescentes que quedan en estado de

gestación, pero por discriminación social prefieren someterse a este procedimiento, lo que no

saben es que existe un promedio de que al mes mueren seis mujeres en Colombia por practicar

abortos inseguros. En Colombia se realizan menos de 17,000 abortos legales y otros 400.000

clandestinos, siendo estas cifras anuales.


Se estima que el 44% de los embarazos no planeados en Colombia terminan en un aborto

inducido. Esto quiere decir que son 400.400 abortos inducidos en cada año. En 2008 hubo 322

abortos de forma voluntaria practicadas en instituciones de salud.

La tasa anual de aborto en el país aumentó ligeramente en ese período, llegando a 39

abortos por 1,000 mujeres de 15–44 años en 2008, comparado con 36 por 1,000 en 1989. Las

tasas de aborto presentan una amplia variación, de 18 por 1,000 en la región Oriental a 66 por

1,000 en Bogotá.

Actualmente se están realizando 320.000 y 450.000 donde mueren 70 mujeres y 132.000

sufren complicaciones. Y este es uno de los tantos casos que existe.

"Decidí abortar para no prolongar ni el sufrimiento fetal ni el mío, pero me encontré con

que en ningún lado podían hacerlo por la vía legal". Un médico le recomendó seguir con el

embarazo "para poder tenerlo al menos unos minutos con vida". Otro fue todavía más cruel: le

dijo que era una nena -algo que ella había elegido no saber- y que tenía hidrocefalia y problemas

cardíacos. Le advirtió, además, que Ana podía morir desangrada y "dejar a su hijo huérfano",

salvo que hiciera un tratamiento con él, en dólares.

El feto, finalmente, dejó de tener actividad cardíaca y Ana tuvo que hacerse un aborto

con Misoprostol en su baño, en el desconsuelo y la soledad. "Mi obstetra me dijo que fuera a la

guardia cuando empezara la hemorragia pero que no me descuidara: tenía un fibroma y podía

desangrarme". En ese estado, le hicieron el raspado quirúrgico.

Así como el caso de Ana, hay muchos casos más y con muchas complicaciones. Tanto físicos

como psicológicos pueden ser los daños que dejen el realizarse un aborto en clandestinidad. Esta

muy claro las consecuencias de la realización de dicho proceso, la cantidad de mujeres que
mueren, la presión que trae el quedar en estado de gestación siendo muy joven o ya siendo una

mujer mayor.

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