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Regulación de la temperatura en animales

Estrategias conductuales

¿Cómo regulas tú tu temperatura corporal con el comportamiento? En un día caluroso, podrías ir a nadar,
beber un poco de agua fría o sentarte a la sombra. En un día frío, podrías ponerte un abrigo, sentarte en un
rincón acogedor o comer un plato de sopa caliente.
Los animales no humanos tienen comportamientos similares. Por ejemplo, los elefantes se rocían con
agua para enfriarse en un día caluroso y muchos animales buscan la sombra cuando tienen demasiado
calor. Por otro lado, las lagartijas suelen tomar el sol en una piedra caliente para calentarse y los polluelos
de pingüino se reúnen en grupos para retener el calor.
Algunos ectotermos son tan buenos en el uso de estrategias conductuales para regular la temperatura que
mantienen una temperatura corporal relativamente estable, a pesar de no utilizar calor metabólico para
lograrlo.

Iguana tomando el sol sobre una roca. Elefante rociándose a sí mismo con agua. Pollos de granja sentados
todos a la sombra de una lona en un campo. Polluelos de pingüino amontonándose para conservar el calor.

Aumentar la producción de calor (termogénesis)


Los endotermos tienen varias formas de aumentar la producción de calor metabólico, o termogénesis, en
respuesta a ambientes fríos.
Una manera de producir calor metabólico es mediante la contracción muscular, como
cuando tiemblas incontrolablemente cuando tienes mucho frío, por ejemplo. Los movimientos deliberados
(como frotar tus manos o dar una caminata) y los temblores aumentan la actividad muscular, y estimulan
así la producción de calor.
La termogénesis sin temblor proporciona otro mecanismo para producir calor. Este mecanismo depende
de tejido graso especializado conocido como grasa marrón o tejido adiposo marrón. Algunos mamíferos,
especialmente los animales que hibernan y las crías, tienen mucha grasa marrón. La grasa marrón contiene
muchas mitocondrias con proteínas especiales que les permiten liberar energía de moléculas combustible
directamente en forma de calor (en vez de canalizarla para formar el acarreador energético ATP).

Controlar la pérdida y ganancia de calor


Los animales también tienen estructuras corporales y respuestas fisiológicas que controlan cuánto calor
intercambian con el medio ambiente. Algunos ejemplos son:
 Mecanismos circulatorios, tales como la alteración de los patrones de flujo de sangre
 Aislamiento, como pelaje, grasa o plumas
 Mecanismos de evaporación, como el jadeo y la sudoración

Mecanismos circulatorios
La superficie corporal es el principal sitio de intercambio de calor con el ambiente. El control del flujo de
sangre hacia la piel es una forma importante de controlar la velocidad con la que se pierde (o gana) calor
del entorno.

Vasoconstricción y vasodilatación
En los endotermos, la sangre caliente del núcleo del cuerpo suele perder calor hacia el ambiente cuando
pasa cerca de la piel. La reducción del diámetro de los vasos sanguíneos que irrigan la piel, un proceso
conocido como vasoconstricción, reduce el flujo sanguíneo y ayuda a retener el calor.

Un vaso sanguíneo que puede vasoconstreñirse (estrecharse) o vasodilatarse (expandirse) para controlar el
flujo de sangre por los capilares alimenta un lecho de capilares cerca de la superficie de la piel. Cuando
hace frío, este vaso sanguíneo se vasoconstriñe y la sangre que proviene del corazón no entra al lecho de
capilares, en cambio viaja por una "desviación" alternativa de vasos sanguíneos que le permite eludir la
superficie de la piel. Así, la sangre que regresa al corazón no ha perdido tanto calor.
Por otro lado, cuando un endotermo necesita liberar calor (como después de correr muy rápido para escapar
de un depredador), estos vasos sanguíneos se vuelven más amplios, se dilatan. Este proceso se
llama vasodilatación. La vasodilatación aumenta el flujo sanguíneo hacia la piel y ayuda a que los animales
pierdan parte de su calor extra hacia el ambiente.
Un vaso sanguíneo que puede vasoconstreñirse (estrecharse) o vasodilatarse (expandirse) para controlar el
flujo de sangre por los capilares alimenta un lecho de capilares cerca de la superficie de la piel. Cuando
hace calor, este vaso sanguíneo se vasodilata y la sangre que proviene del corazón entra al lecho de capilares
(y evita una "desviación" alternativa de vasos sanguíneos que le permitiría eludir la superficie de la piel).
Al viajar cerca de la piel, la sangre pierde calor con el ambiente más frío y así, al salir del lecho de capilares
y regresar al corazón, la sangre se ha enfriado.
Los mamíferos con pelaje suelen tener redes especiales de vasos sanguíneos para el intercambio de calor
que se ubican en zonas de piel desnuda. Por ejemplo, las liebres tienen esas enormes orejas con una extensa
red de vasos sanguíneos para permitir una rápida pérdida de calor. Esta adaptación les ayuda a vivir en
abrasadores ambientes desérticos.

Imagen de una liebre en el desierto. El acercamiento a su oreja muestra la red de vasos sanguíneos.

Algunos ectotermos también regulan el flujo de sangre a la piel para conservar el calor. Las iguanas, por
ejemplo, reducen el flujo de sangre hacia la piel cuando nadan en el agua fría para ayudar a retener el calor
que absorbieron en tierra.

Intercambio de calor a contracorriente


Muchas aves y mamíferos tienen intercambiadores de calor a contracorriente, adaptaciones circulatorias
que permiten que el calor se transfiera de los vasos sanguíneos que contienen sangre caliente hacia los que
contienen sangre más fría. Para ver cómo funcionan, veamos un ejemplo.
En la pata de un ave que vadea, la arteria que desciende por la pata lleva sangre caliente del cuerpo. La
arteria se encuentra justo al lado de una vena que lleva sangre fría de la palma. La sangre caliente que
desciende pasa gran parte de su calor a la sangre fría que asciende por conducción. Esto significa que se
pierde menos calor en la palma (debido a que la diferencia de temperatura entre la sangre que se enfrió y
los alrededores es menor) y que la sangre que regresa al núcleo del cuerpo será relativamente caliente (lo
que evita que el núcleo se enfríe).

Diagrama del arreglo de vasos sanguíneos en la pata de un ave que vadea


1. La sangre cálida desciende del núcleo del cuerpo a la pata por una arteria (sangre arterial).
2. La sangre arterial pasa calor a la sangre fría de la palma (sangre venosa).
3. La sangre arterial ahora es más fría y perderá menos calor hacia el ambiente mientras viaja por la palma.
4. La sangre venosa fría que asciende de la palma se calienta antes de regresar al núcleo del cuerpo.

Aislamiento
Otra manera de minimizar las pérdidas de calor hacia el ambiente es mediante aislamiento. Las aves
utilizan plumas y la mayoría de los mamíferos usan pelo o pelaje para capturar una capa de aire cerca de la
piel y reducir la transferencia de calor con el medio ambiente. Los mamíferos marinos como las ballenas
usan una gruesa capa de grasa, como una forma de aislamiento de alta resistencia.
En tiempo de frío, las aves esponjan sus plumas y animales erizan su pelaje para engrosar la capa de
aislamiento. La misma respuesta en personas —piel de gallina— no es tan efectiva debido a nuestro
limitado vello corporal. ¡Por eso la mayoría de nosotros usa un suéter!
Izquierda, una paloma esponja su plumaje para calentarse. Derecha, la piel de gallina en los humanos es un
intento de aumentar el aislamiento al atrapar aire cerca de la piel (¡pero no es muy eficaz debido a la falta
de vello!).

Mecanismos de evaporación
Los animales terrestres suelen perder agua por su piel, boca y nariz mediante evaporación hacia el aire. La
evaporación elimina calor y puede actuar como un mecanismo de enfriamiento. Por ejemplo, muchos
mamíferos pueden activar mecanismos como sudoración y jadeo para incrementar el enfriamiento por
evaporación en respuesta a una alta temperatura corporal.
 Al sudar, glándulas en la piel liberan agua que contiene diversos iones (los "electrólitos" que reponemos
con las bebidas deportivas). Solo los mamíferos sudan.
 Al jadear, el animal respira rápida y superficialmente con la boca abierta para aumentar la evaporación en
las superficies de la boca. Mamíferos y aves jadean (o al menos utilizan estrategias similares de respiración
para enfriarse)
En algunas especies, como los perros, el enfriamiento por evaporación del jadeo en combinación con un
intercambiador de calor a contracorriente ¡ayuda a prevenir que el cerebro se sobrecaliente!

Izquierda: Lobo jadeando perder calor. Derecha: Gotas de sudor en un brazo humano.

Adaptación de los animales en verano

La migración es sólo una de las opciones que tienen los animales para soportar el verano. Hay otras técnicas
como cambiar el pelaje o el propio metabolismo para adecuarse a la variación estacional.

El cambio de pelaje o plumas se produce en la mayoría de los animales como forma de adecuarse a las
nuevas temperaturas. El pelaje o plumaje de invierno es una capa más gruesa, densa y relativamente
impermeable. Por el contrario en verano se hace más ligero permitiendo que el calor del animal
pueda disiparse. Algo parecido a lo que hacemos los humanos con la ropa: en invierno jerséis, abrigos e
impermeables y en verano telas más finas y transpirables.

En los animales este “cambio de ropa” también puede verse con diferentes colores. Los tonos blanquecinos
y grises del invierno dan paso a otros más marrones, pardos y rojizos del verano. Esto es, una vez más, para
adecuarse al entorno y confundirse con la tierra y vegetación de alrededor, así como para protegerse mejor
de los rayos solares.
En verano no solo varía la temperatura, también otros factores como radiación solar o cantidad de agua
disponible y es necesario para los animales estar preparados para tales cambios. La radiación solar en verano
es más intensa ya que los rayos del sol inciden de forma más perpendicular en la tierra.

Habitualmente los animales que reciben más radiación solar, como los que viven en zonas cercanas al
ecuador, tienen una piel más gruesa y oscura que les protege frente a rayos solares y picaduras de
insectos. También regulan sus horas de actividad, reservando el ejercicio para horas de penumbra y
descansando en las horas en las que el sol tiene máxima intensidad.

El comportamiento de los animales varía frente al calor. Suelen distanciarse unos de otros y adoptar posturas
que favorezcan la pérdida de calor, estirarse, recostarse en lugares húmedos o sobre materiales que disipen
el calor de su cuerpo. Es habitual que busquen zonas con temperaturas más suaves, corrientes de aire o
cobijo frente a los rayos solares. Las ovejas tienen su particular forma de protegerse del sol, su cabeza es
una zona desprotegida ya que no tiene apenas lana en esta parte y su piel es clara en la mayoría de las
razas. Una conducta que las ayuda a disminuir la temperatura corporal es meter la cabeza por debajo de la
lana de otras ovejas del rebaño.

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