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CAPI[TULO VIII 10S TRATADOS: SU REGIMEN SEGUN LA CONVENCION DE VIENA DE 1969 1, SOBRE LA NOCION DE ACUERDO Los términos “acuerdo”, “convenio” y “tratado” son utilizados a menudo por el jurista, y sobre todo por el internacionalista, como sin6- nimos. Tradicionalmente, este ultimo no se interesaba en un acuerdo més que si se concertaba con vistas a producir efectos de derecho, pero tenia tendencia a considerar que era axiomatico ya que este acuerdo tenia algo que ver con su disciplina. De ahi la actitud de la mayoria de las delegaciones en la Conferencia de Viena acerca del derecho de los tra- tados a propésito del articulo 2 de la Convencion. La simple mencion de que un acuerdo estaba “regido por el derecho internacional” fue consi- derada suficiente para calificarlo de tratado. Toda precisién comple- mentaria parecié superflua y fue rechazada. Eso sucedio, sobre todo, con la proposicién de la delegacién suiza (dirigida por el profesor Binds- thedler) que pretendia indicar que solo un acuerdo “que constaba de derechos y obligaciones” merecia esa calificacién. Hoy dia podemos “uestionar la sabiduria de esa decision. fi Las dudas se originan en la observacién de la practica, que pone Manifiesto una multiplicacién de los acuerdos internacionales con- 229 DERECHO INTERNACIONAL POBLICO /_ RAFAEL HERNANDEZ cayp, Estados, a menudo con la participacién 9 i i ajo es internacionales, a veces de manera «¢ lag : i Sole, idicos, La doctrina que empez6 recien, Mg er certados entre da de organizacion efectos jurt asunto y siempre ng agreements (acuerdos no obligatorios), jg , acertadamente al francés. carente de a scuparse del 5 presta mas atencidn, habla , ; ; a Tes a ellos de non bindir no ha sido traducido Peet qUe agp Daremos algunos ejemplos: el Acta Final de la Conferencig Sob} Bees Obre Ig suridad y Ia Cooperacion en Europa (Helsinki, 1 de agosto de 1975) 3 al Seg ito de Bruselas del 31 de mayo de 1975 (Grecia-y ur. comunicado conjur quia)'”. Asi pues, la regla consuetudinaria se forma a partir de una opi. nidn sobre el contenido del Derecho, comuin a cierto numero de Es, dos, opinion que los obliga a adoptar un mismo comportamiento en circunstancias comparables. Se establece definitivamente cuando, a vez, esta practica fue aceptada como conforme al Derecho por parie de lo que se ha convenido en lamar la comunidad internacional, cuyos miembros se incorporan, en el plano de la opinion juridica, a los Esia. dos que participaron en el desarrollo de esta practica, y asi se ponen de acuerdo con éstos y entre si. Se puede hablar de convenio en todos los casos en los que se llegs aun resultado por la concordancia de voluntades entre varias partes. El elemento caracteristico y suplementario que hace de un acuerdo un convenio es ése: esta produccién de cierto resultado, deseada y llevada a cabo por la concordancia de voluntades. El convenio se define por la naturaleza particular de un acuerdo establecido con vistas a originat cierto efecto y que lo causa. Poco importa que sea por su propia fuerza © por medio de una autoridad que se le atribuye del exterior, por ee plo por la regla pacta sunt servanda'”, —_— 109 VIRALLY, Michel; EI Devenir del 110 Ibidem, p. 157-158, 230 Derecho Internacional, op. cit. p. 151-152 aR Vill: LOSTRATADOS: SU RIGIMEN SEGUN LA CONVENCION DE VIENA DE 1969 2, BL TRATADO COMO ACTO JURIDICO Y COMO NORMA El tratado vincula a los Estados porque éstos han consentido en yincularse por él. Por tanto el tratado es un acto juridico en el que in- tervienen voluntades humanas y por esta razén podemos hablar a este propésito del mecanismo convencional o de su caracter operativo. La palabra “tratado", pues, incluye tanto el acto como su resultado, a saber: la norma, No habria ningtin acto sino engendrara una norma, asi como la norma no podria ser sino el resultado de un acto. Por tanto, no es posible separar el acto de la norma, si bien es necesario distinguir uno de la otra. A primera vista la distincion no presenta dificultades. En efecto, junto con su contenido medular 0 sus “normas de fondo”, un tratado em- pieza por enumerar las partes y sus representantes, y termina con sus firmas. Ademas, el texto del tratado incluye lo que suele llamarse -en la practica de las Naciones Unidas- las “cldusulas finales”, que especi- fican las condiciones generales conforme a las cuales el acto de volun- tad producira sus efectos. Entre esas condiciones figuran por ejemplo, desde cuando y en relacién con quién habran de producirse dichos efectos, asi como muchos otros puntos, como son la manera de llegar aser parte en el tratado, la forma y la fecha de su entrada en vigor, las reservas, el depdsito de los instrumentos de ratificacion, etc. Es obvio que la mayoria de las clausulas finales, al contrario de lo que ocurre con las normas de fondo, surten su efecto antes de que el tratado entre en vigor (articulo 24, 4, de la Convencién de Viena de 1969), tan pronto como se ha aprobado el texto, ya que tales clausulas tienen por objeto lasolucién de problemas que se presentan en forma inmediata. Los sistemas dualistas afirman que las normas internacionales se “transforman” para ser aplicadas por los tribunales nacionales. Esta transformacién, si es que se acepta del todo, se aplica solo a la norma de fondo y no a las cldusulas finales, para las que resulta dificilmente concebible. Esto explicaria también por qué los tribunales de algunos Paises no tienen que considerar los diversos problemas que surgen del tratado como acto juridico; hecho, este ultimo, que a su vez puede ilustrarse por la renuencia de los tribunales a confirmar la constitucio- Talidad de los tratados 0 el cumplimiento de sus obligaciones por la 231 DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO /- RAFAEL HERNANDEZ Caney tra parte cuando la aplicacion de un tratado esta sujeta otra pa a cidad. Por otro lado, una norma convencional puede Tesultar aplicaby, un Estado atin si él no llegase a fet parte en el tratado; esto Ocurre Por ejemplo cuando un Estado conviene abeesamente €n obligarse a virtud de la norma o de algunas de sus partes. Asi hay algunos casos de sucesién de Estados en los que el sucesor ha aceptado Obligarse en. virtud de un tratado celebrado por su predecesor, sin que por ella primero haya debido llegar a ser parte; sin embargo, es dificil que esta situacién dure mucho tiempo, ya que el Estado sucesor tiene un inte. rés obvio de disfrutar de todos los derechos correspondientes a Suis obligaciones y en llegar a ser parte en tales tratados. Pero si se sigue estrictamente la Convencién de 1969, en cuyos términos los tratados no pueden generar obligaciones ni derechos para un tercer Estado, sin el consentimiento de éste (articulo 34), la norma en cuestién adquiere autonomia respecto del tratado original, en todo o en parte para ser objeto de un nuevo acuerdo entre las partes iniciales y el tercer Este dott, 3. EL TRATADO COMO CONTRATO Y COMO LEY El desarrollo del fenémeno convencional durante la segunda mi- tad del siglo XIX produjo varias distinciones nuevas de caracter doc trinal. Aparte de la teoria de Triepel de la Vereinbarung (acuerdo, con- venio) por oposicién a un mero Vertrag (contrato, tratado), empezaron a usarse las expresiones de “tratado-ley” y “tratado-contrato’, reti- tigndose la primera a los tratados que en primer término establecian las normas convencionales gel 3 nerales que regian a la sociedad interna cional. Esta distincién se refiere al contenido de los tratados, no a Ia forma, si bien los tratados mulltilaterales generales tienen también algun caracteristicas que matizan la forma convencional de rasgos espe £08 y evocan un procedimiento legislativo. Cuando hablamos de !°° pat ‘CAR Vill LOS TRATADOS: SU REGIMEN SEGUN LA CONVENCION DE VIENA DE 1969 tratados como “eyes” 0 como “contratos” es importante aclarar si nos situamos en el plano juridico 0 sociolégico. Desde el punto de vista juridico, y por muy popular que haya sido esta teoria, debe reconocerse que la distincién establecida entre tratados-leyes y tratados-contratos no es clara ni correcta. En el derecho moderno -incluso en el derecho privado-, la distincién que se hace en- tre el Contrato y la ley ha perdido el cardcter obvio del que, al parecer gozaban en el pasado. Los grandes actos colectivos de la sociedad econémica moderna —como los acuerdos colectivos que regulan las condiciones ge- nerales de un sector industrial, las regulaciones sindicales 0 profesio- nales y las grandes sociedades de capitales- no son contratos en sentido original. Las grandes convenciones multilaterales abiertas se parecen més a los estatutos de una sociedad anénima a la que se ingresa o de la que se sale, cualesquiera que sean las otras partes, que a una ley en sentido de derecho puiblico. La caracteristica esencial de Ia ley en sentido material es su generalidad. En todo caso, la mayoria de los tratados carece de un contenido homo- géneo. Ellos constituyen un molde en el cual se pueden verter disposi- ciones que presentan caracteres muy diferentes. Aun cuando es posi- ble elaborar una definicién estricta de los compromisos contractuales, pocos tratados verian responder todos sus articulos a una definicion semejante. Desde el punto de vista sociolégico, el contrato conserva su caracter de instrumento idéneo para el dmbito social integrado por entidades libres e iguales en sentido abstracto. No es necesario recurrir en este contexto a nociones ideolégicas tales como las del “contrato social”, 0 a concepcio- nes histéricas como la del feudalismo, para hacer ver con claridad que los contratos se avienen bastante bien con la naturaleza de la sociedad internacional contempordnea integrada por Estados iguales y sobera- Nos. Por tanto, es normal que todos los tratados —cualquiera que sea su na- turaleza- se ubiquen en un marco fundamentalmente contractual. También debe dejarse constancia de que resulta muy dificil mantener el régimen de los tratados dentro de una linea puramente contractual. La biisqueda de soluciones de las necesidades de la sociedad internacional mediante el libre 233 PUBLICO / RAFAEL HERNANDEZ CAnpy, ¢TERNACIONAL PUBLIC a DERECHO INTER ntimiento de alrededor de 190 Estados constituye una tareq ardug conse’ os mie a ¢ todos utilizados para la celebracién y la revision de los tratag métodos note A re bieron tomar esto en cuenta. En particular, la creciente inte, bie ar es LY log ‘0S de, oe TVENCi6n, de las organizaciones internacionales significa que el marco Contra , \ctual de los convenios internacionales esta expuesto a tensiones Opuest tasit 4. DEFINICION DE LOS TRATADOS, No existe ninguna nomenclatura precisa para los tratados intema. cionales: términos como “tratado”, “convenio”, “acuerdo” 0 “protoco. To” se usan como sinénimos. Ademas, el significado de la mayoria de los términos que se emplean en el derecho de los tratados es en extremo, variable: cambia de un pais a otro y de una constitucion a otra; en el derecho internacional podria afirmarse incluso que varia de un tratado q otro: cada tratado es una especie de microcosmos que establece libremente en sus cldusulas finales las reglas que necesita para vivir. La incerti- dumbre de la terminologia es uno de los resultados del relativismo conven- cional; mas adelante al ocuparnos de la celebracién de los trat ‘ados, se analizara sus consecuencias. Pero esta incertidumbre terminologica obliga no obstante definicién con el tinico fin de determinar el campo de |. Puestas. Cuanto mas amplia sea la definicién, menor se’ de las normas aplicables a todos los casos que samente a que las normas comunes a los acuet Estados son comparativamente num ocupé solo de ellas- tratado es una mani a dar una las reglas ex. ra el ntiimero abarca. Debido preci- rdos escritos entre los erosas, la Convencion de Viena se Paul Reuter, Propone la siguiente definicién: “Un ifestacion de voluntades concordantes, imputables a dos o més sujetos de Derecho Internacional, y destinados a producit oo tees en conformidad con las normas del Derecho Inter cional’’!3, 112 tbidem, p. 41-43, 113 Ibidem, p. 44-45, 234 CARVIIh LOSTRATADOS: SU REGIMEN SEGUN LA CONVENCION DE VIENA DE 1969 gen por Jas mismas reglas, y el Derecho de los tratados tiende, por ello, a revestir un cardacter algo abstracto y técnico, Pues es un prada nara jg consecucion de un fin, y no un fin en si mismo. Por esta misma ra- zon, la mayor parte del Derecho de los tratados no se ve afectado por conflictos de intereses entre los Estados, ya que cada Estado es parte en centenares de tratados y tiene interés en conseguir que los trata- dos se apliquen efectivamente, del mismo modo que todos los Estados comparten un interés comun en el mantenimiento de las reglas sobre inmunidades diplomaticas para facilitar las relaciones diplomaticas'"*. 5. DENOMINACIONES DE LOS TRATADOS Existen diferentes denominaciones para designar los tratados, pero no hay regla en el Derecho Internacional que imponga normas para utilizar las denominaciones. Tratado, protocolo, ajuste, capitulacién, convenio, convencion, carta, armisticio, acuerdo, declaracién, estatuto, concordato, pacto, compromiso, cartel, modus vivendi, acta, acta final o acta general, etc. Las partes pueden dar a sus acuerdos la denominacion que crean con- vweniente. Empero el uso generalizado ha establecido que algunas de- nominaciones sirvan para designar determinada clase de acuerdos pero sin que signifique obligacién legal alguna. Por ejemplo: la denominacion “compromiso” sirve para designar acuerdos mediante los cuales los Estados en litigio deciden someter su diferendo a la Corte Internacional de Justicia oa un Tribunal Arbitral. La cléusula compromisaria que se en- cuentra ya en los tratados del siglo XII, principalmente en Italia, llego a ser en los siglos siguientes cada vez mas frecuente e Italia siguid sien- do uno de los paises donde mas prospero. La clausula compromisoria se encuentra por todas partes en Europa a partir del siglo XII. Las denominaciones de “capii tulacion, cartel o armisticio”, sirven para de- inacién “concordato” se signar acuerdos entre jefes militares. La denomin Usa para designar los acuerdos de la Iglesia Catdlica con los Estados. Y por ee 114 AKEHURST, Michael; Introduccién al Derecho Internat Madrid, 1987, p. 161. cional, Alianza Editorial, S.A. 235 50 | RAFAEL HERNANDEZ CANELO . SIONAL PUBLICO / DERECHO INTERNAC modus vivendi” designa u acuerdo de ca nalts ct aun acuerdo final"*, ty a denominacion imo, |. eh as partes llegan transitorio en tanto | 6. CLASIFICACION DE LOS TRATADOS Seguin Charles Rousseau, existen numerosas clasificaciones dog tratados (segtin el objeto, el modo de ejecucion, Ia época de conclusion, el jp. bito especial de aplicacién) que carecen de valor cientifico. En realidad, solo dos ofrecen un interés metodologico: a) La primera, es una clasificacion de orden material (distincign entre los tratados-contrato y los tratados normativos). Ha sido establec. da teniendo en cuenta la funcién juridica que el tratado se propone: Ia realizacion de un negocio juridico (tratados-contrato) 0 el estableci- miento de una regla de derecho (tratados normativos). Los tratados-con- trato (por ejemplo: los tratados de alianza, de comercio, de limites, de cesién territorial, etc.) son actos de caracter subjetivo que enajenaran presta- ciones reciprocas a cargo de los Estados contratantes, cada uno de los cuales persigue objetivos diferentes. En cambio, los tratados normati- vos (0 tratados-leyes) tienen por objeto formular una regla de derecho que sea objetivamente vilida, y se caracterizan porque la voluntad de todos Jos signatarios tiene idéntico contenido (por ejemplo: la Declaracién de Paris de 16 de abril de 1856, los Convenios de La Haya de 29 de julio de 1899 y del 18 de octubre de 1907, el Pacto de la Sociedad de Naciones de 28 de junio de 1919, la Carta de las Naciones Unidas de 26 de junio de 1945). b) La segundo clasificacién es de orden formal (distincion entre tratados bilaterales y tratados colectivos 0 plurilaterales). Fundada exclus vamente en el mayor o menor num ‘ero de Estados que intervienen & el tratado, q : denomina bilateral al que se concluye entre dos Estados ! colectivo al que se concierta entre una pluralidad de Estados'"*. 115 a rabies ane Galler Mita Franciskovic Ingunza; Derecho Inter™™ : = Lima, 20 116 ROUSSEAU, Charles; 02, p. 38-39. peel dblic ediciones ARIEL, Barcelona, 1966, p. 25-20 neon Publica, 3ra. edicion. Ea 236 CAR Vill: LOS TRATADOS: SU REGIMEN SEGUN LA CONVENCION DE VIENA DE 1969 LA CELEBRACION DE LOS TRATADOS Bajo la rub de Viena en la Seccidn 1° de la Parte II una serie de actos mediante los cuales cobra V ida un tratado: adopcién del texto —que se supone precedi- da de la negociacion- autenticacién y manifestacién del consentimiento del Estado en obligarse. Se refiere también la Convencion en el mismo lugar a los érganos estatales competentes desde el punto de vista del Dere- cho Internacional para la realizacién de aquellos actos. 7. a de «Celebracion de tratados», regula la Convencion La palabra “celebracién” (0 “conclusién’) puede adoptar diversos significados, el mas limitado de los cuales el siguiente: se “celebra” (0 se “concluye”) un tratado cuando los Estados han expresado su voluntad definitiva de contraer obligaciones. Siempre que esta voluntad se deriva simplemente de una declaraci6n oral, un acto o un comportamiento particular, la dificultad puede residir en la demostracién de que exis- te realmente una voluntad de contraer obligaciones. Por tanto, con frecuencia este tipo de compromiso no se considera como un trata- do. Y los ejemplos de acercamientos verbales siguen siendo a menudo controvertidos. Sin embargo, las cosas son diferentes con los tratados “escritos”, que después de todo representan el tipo mas comtn de los compromisos convencionales en el Derecho Internacional. En efecto, las voluntades de los Estados se combinan aqui para conformar un tratado que se expresa en documentos escritos, especificamente elabo- tados para tal propésito, y que en consecuencia pueden Ilamarse actos instrumentales o simplemente “instrumentos” (articulos 2, 1 (a); 13; 16; 31, 2 (b); 77 (a) y (£); 79, 1 (b) de la Convencién de 1969. Un solo tratado puede estar integrado por un ntmero variable de instru- mentos, siguiendo un procedimiento que puede variar en extension y €n complejidad. A menudo ocurre que los Estados expresan su volun- tad de obligarse definitivamente solo en la ultima etapa. En este caso el témino “celebracién” se entiende en un sentido mas estricto, lo que implica que un tratado se “celebra” cuando los Estados expresan defi- Nitivamente su consentimiento. Pero en un sentido mas general, la “ce- lebracion” se refiere, a todo el conjunto de procedimientos que incluye - diversos instrumentos, de donde surgen los tratados internacionales. 237 DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO | RAFAFL HERNANDEZ Can ¢ EL proceso de celebracidn de los tratados se halla regig , de | este principio surgen obligaciones de comportamiento Estados negociadores. Existe también la obligacién de no frustrar el obj tratado antes de su entrada en vigor. Dice en este seni de la Convencion de Viena: 10 Por gy a buena 4 cargg g CArBO de |, principio de gran arraigo en el Derecho Internacional eto y el fin do y tido el articuly Un Estado deberd abstenerse de actos en virtud de los cuales se el objeto y el fin de un tratado: a) Si ha firmado el tratado oh. instrumentos que constituyen el tratado o reserva de ratificacion, cep. tacion 0 aprobacién, mientras no haya manifestado su intencién de no llegar a ser parte en el tratado; 0 b) Siha manifestado su Consentimiento en obligarse por el tratado, durante el periodo que preceda a la entrady en vigor del mismo y siempre que ésta no se retarde indebidamente frsten a Canjeady En lo que se refiere a los actos de celebracién de un tratado, ls Convencion de Viena trata de la adopcién del texto, autenticacién del mis y manifestacion del consentimiento en obligarse por el tratado. Claro que previamente es necesaria la negociacién del tratado. En este sentido el art. 2. 1. e) dice que se entiende por Estado negociador aquel que ha participado en la celebracién y adopcién del texto. Debiendo proceder de buena fe en las negociaciones. Si la adopcién del texto del tratado tiene lugar en una organizacion internacional, entraran en juego, segun el articulo 5 de la Convencion. las normas pertinentes de aquélla en tanto que el ius specialis en? materia, y lo normal ser por la mayoria de votos. La autenticacién es el acto por el cual se establece el texto ane de un tratado y en el que se certifica que ese texto es el correcto y al tico: es necesario para los Estados negociadores, antes de cea a a ser partes 0 no del tratado, sepan cual es el contenido jnalteral mismo (Véase el articulo 10 de la Convencién de Viena). 8. LAS RESERVAS El profesor Diez de Velasco habia definido las reser a5 ail o declaracién de voluntad de un Estado que es o va a ser parte 238 CAR Vili LOS TRATADOS: SU REGIMEN SEGUON LA CONVENCION DE VIENA DE 1969 elmomento de lafirma, en el de la ratificacion o en el de la adhesi6n, y que una pez que ha sido autorizada expresa o tic itamente por los demas contratantes forma parte integrante del tratado mismo", Esta definicién coincide en ‘Jo esencial con la contenida en el articulo 2, 1. d), de la Convencién de Viena de 1969, segun la cual «Se entiende por “reserva” una declaracién unilateral, cualquiera que sea su enunciado 0 denominacién, hecha por un Estado al firmar, ratificar 0 aprobar un tratado o al adherirse de excluir 0 modificar los efectos juridicos de cie en su aplicacion a ese Estado», a él, con objeto rtas disposiciones del tratado Asi entendidas las reservas, tienen tnicamente sentido respecto alos tratados multilaterales. Pues, como dice la Comisién de Derecho Internacional, «las reservas a los tratados bilaterales no plantean pro- blema alguno, porque equivalen a una nueva propuesta que hace que se reanuden las negociaciones entre los dos Estados. ...Si llegan a un acuerdo, aceptando 0 rechazando la reserva se celebrara el tratado; de lo contrario no se celebrara». La reserva, se trata de una institucién vinculada al problema de la participacién en un tratado, bajo esta perspectiva, la cuestién de las reser- vas se situa entre dos polos de atraccién, representados de una parte, por el principio de integridad del tratado, y de otra, por el principio de Su universalidad. La integridad del tratado postula una politica muy testrictiva en materia de reservas, que se traduce juridicamente en la necesidad de que la reserva sea aceptada por unanimidad de los Es- tados interesados. Por su parte, la universalidad del tratado propicia una politica mas liberal en el problema de las reservas, dentro de la cual cada Estado negociador puede por separado aceptar o rechazar las reservas!'®, Para mayor informacién con respecto a las reservas a los tratados Consultar los articulos 19 al 23 de la Convencion de Viena. a 117 PASTOR RIDRUEJO, José A; op cit. p.105. U8 ibidem, p. 106, Be 239 DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO / RAFAEL HERNANDEZ CaNpy, 9, ENTRADA EN VIGOR Y APLICACION PROVISION A, La manifestacién del consentimiento de los Estados contrat aa aaah atante en quedar obligados por el tratado no constituye el Punto final del pre ceso de su celebracién. El punto final es realmente la entrada on i Vigor, 5 artes, La norma basica sobre la entrada en vigor figura en el art, 24 lde la Convencién: «Un tratado entrard en vigor de la manera y en {a fecha gue en él se disponga 0 que acuerden los Estados negociadores». La disposicién particular que para ella sienta la propia Convencién de Viena de 1969 es que entrar en vigor el trigésimo dia a partir de la fecha en que ha depositado el trigésimo quinto instrumento de ratificacion 0 adhesin partir de la cual el tratado comienza a obligar a los Estados Pp 1ya sido Elarticulo 24. 2 establece la tegla residual: «A falta de tal disposicion 0 acuerdo, el tratado entrard en vigor tan pronto como haya constancia de todos los Estados negociadores en obligarse por el tratado». Pero cabe perfectamente que un Estado manifieste su consenii- miento en obligarse por el tratado después de que éste haya entradoen vigor; en tal caso, y segtin el articulo 24. 3 de la Convencién, el tratado entra en vigor para tal Estado en la fecha en que se manifieste dicho consentimiento, a no ser que se disponga otra cosa. Nada impide en principio la aplicacién provisional de un tratado antes de su entrada en vigor, pues segun el parrafo 1° del articulo 2B de la Convencién de Viena «un tratado o una parte de él se aplica pro visionalmente antes de su entrada en vigor: a) si el propio tratado asilo dispone: b) si los Estados negociadores han convenido en ello de ot" modo». Es la urgencia en regular determinadas situaciones la que justifct ® aplicacién provisional de los tratados. El cumplimiento de los edu constitucionales internos supone a veces demoras en la entrada °"\" gor de los tratados y los Estados salvan ese inconveniente epline los tratados de manera Provisional; de hecho la practica y la cca Vinculan la cuestién de la aplicacién provisional de los tat#4°® é rife aquellos que requieren autorizacion parlamentaria para !2 etic tacién del consentimiento en obligarse, 240 \bsti aunque ello no es ° —aailio CAR VIL 10S TRATADOS. SU REGIMEN SFGUN LA CONVENCION DR VIENA Df para que la aplicacion provisional se pueda establecer respecto a otros tratados 10, OBSERVANCIA Y APLICACION DE LOS TRATADOS El principio basico qua rige la observancia de los tratados, enun- ciado por el articulo 26 de la Convencion bajo la ribrica Pacta sunt servanda, es que «todo tratado en vigor obliga a las partes y debe ser cum- plido por ellas de buena fe». En este principio es decisiva la referencia a la buena fe, que figura también en el mismo contexto en el articulo 2.2 de la Carta de las Naciones Unidas y en la Declaracién sobre los Prin- cipios del Derecho Internacional que rigen las relaciones de amistad y cooperacién entre los Estados, adoptada por la Asamblea General el dia 24 de octubre de 1970. Referencia a la buena fe que es operativa, como lo demuestra la jurisprudencia internacional. De otro lado, los tratados deben observarse aunque sean contrarios al De- recho interno de algunos de los Estados partes. El Tribunal de La Haya ya se habia manifestado categoricamente a este respecto, diciendo que l Estado no podia sustraerse a las obligaciones que le imponen los tratados, invocando su Derecho Constitucional o las leyes internas. Esta norma se re- produce en el articulo 27 de la Convencién, que salva, sin embargo, lo dispuesto en el articulo 46, en el caso de que cuando un Estado expresa su consentimiento en obligarse por un tratado que haya violado mani- fiestamente y en materia de importancia fundamental para su Derecho interno una disposicién sobre la celebracién de tratados, tal Estado po- dra pedir la nulidad del tratado. En cuanto a la aplicacién de los tratados en el tiempo, el articulo 28 formula la regla general de la irretroactividad, es decir, su no aplica- cidn «respecto de ningun acto 0 hecho que haya tenido lugar con anterioridad alaentrada en vigor del tratado para esa parte ni de ninguna situacion que en esa fecha haya dejado de existir>. Fe 119 Ibidem, p.110-111. 241 SCHO INTERNACIONAL PUBLICO / RAFAEL HERNANDEZ CANELO DERE b En lo que se refiere a la aplicacion territorial del tratado, | in 7 i Mtinate tica de los Estados, la jurisprudencia y la doctrina son de |, = los tratados se aplican a la totalidad del territorio de que los tratados 9 Prac, 9 Pinidn qe cad, parte, por lo que el art. 29 de la Convencién enuncia tal re, salvo que una intencion en contrario se desprenda de é| otro modo. Estado Bla genera) 1 6 conste de El problema del mayor interés es el de la aplicacién de Sucesivos que contienen disposiciones referentes a la misma La cuestion es regulada en el art. 30 de la convencion. tratados Materia EI parrafo 1 del articulo 30 comienza rec articulo 103 de la Carta de las Naciones Unida obligaciones contraidas por los Estados en vii sobre cualesquiera otras obligaciones de un t tados miembros en caso de incompatibilidad mision de Derecho Internacional decidio hacer de la Carta, dada la importancia de la misma Contempordneo y habida cuenta de que los Esti nes Unidas constituyen una parte importante de ‘onociendo primacia al S, que establece que las irtud de ella prevalecen ratado distinto entre Es. entre unas y otras. La Co- esta referencia al art. 103 en el Derecho Internacional ‘ados miembros de las Nacio- la comunidad internacional. El parrafo 2 del articulo 30 contempla el supuesto de que la cues- tion de la relacién entre tratados haya sido regulada expresamente, diciendo que, «cuando un tratado especifique que esta subordinado a un tra- tado anterior o posterior 0 que no debe ser considerado incompatible con ese otro tratado, prevalecerdin las disposiciones de este tiltimo». Un ejemplo seria elarticulo 30 de la Convencién de Ginebra del 29 de abril de 1958 sobre alta mar, segin el cual «las disposiciones de esta convencién no afectaran a las convenciones u otros acuerdos internacionales ya en vigor en cuanto a las relaciones entre los Estados partes de ellos». Si la relacién entre los dos tratados sucesivos concernientes a la ™isma materia en que sean partes los mismos Estados no ha sido re- gulada por ellos, y el tratado anterior continua vigente por no haber terminado, éste solo se aplicara en la medida en que sus disposiciones Sean compatibles con el tra 2 itado posterior (articulo 30. 3). Pero si i Posiciones del tratado ulterior son hasta tal punto incompatible: _“onllas del anterior que los dos tratados ny pueden aplicarse simult® CAR VIII: LOS TRATADOS: SU REGIMEN SEGUN LA CONVENCION DE VIENA DE 1969 neamente, hay que considerar terminado el tratado anterior segun el articulo 59 dela Convencién, Mas es posible también que en el supuesto de dos tratados suce- sivos concernientes a la misma materia no todos los Estados partes en el primero lo sean en el segundo. Para tal supuesto, y segiin el parrafo 4 del articulo 30, en las relaciones entre los Estados partes en ambos tratados, el anterior solo se aplicard en la medida en que sus dispo- siciones sean compatibles con el tratado posterior, y en las relaciones entre un Estado que sea parte de un tratado y otro que lo sea en ambos, los derechos y obligaciones reciprocos se regiran por el tratado en que los dos Estados sean partes! 11. INTERPRETACION Los Estados 0 las organizaciones internacionales que son partes en un tratado deben aplicarlo y, por tanto, deben interpretarlo, En el caso de los Estados, los 6rganos que han celebrado el tratado son los mejor califi- cados para esa labor, pero sus tribunales deben interpretar también un numero creciente de tratados. Si las partes en un tratado convienen en una interpretacién comun, ya sea mediante un tratado formal o de otro modo, esta interpretacion adquiere un caracter auténtico y prevalece sobre cualquiera otra. Pero otras entidades, ademas de las partes, tam- bién interpretan el tratado; por ejemplo un tribunal de arbitraje o una organizaci6n internacional que, sin ser parte, es encargada de aplicar un tratado o controlar su aplicacion, en particular cuando el tratado en cuestién es una carta constitutiva. El hecho de que diferentes entidades deban interpretar el tratado no afecta en principio la manera como debe realizarse la interpretacion. Lo que cambia de una situacién a otra es la amplitud de las facultades del intérprete, y también los efectos de su interpretaci6n. El derecho para interpretar un tratado por lo que respecta a los gobiernos que son partes en un tratado no es cuestionable, pero no puede decirse lo mismo de los tribunales cuyas facultades, establecidas por la constitucién nacional, varian considera- 120 Ibidem, p. 111-114. 243 DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO/ RAFAEL HERNANDEZ CANELO blemente de un Estado a otro, y ocasionalmente de un tribunal a otro dentro del mismo pais. En las organizaciones internacionales se acepta generalmente que cada drgano, en el marco de sus funciones, debers interpretar los tratados que le conciernen, aunque en algunas de ellas las interpretaciones de ciertos organos especialmente los judiciales, pueden ser obligatorias también para los demas organos. No nos ocuparemos de estos problemas constitucionales. Solo presentaremos las normas basicas de interpretacion de los tratados. La interpretacién se rige por normas juridicas, ya que las disputas provoca- das por la interpretacion de los tratados constituyen precisamente e| tipo de disputas juridicas que pueden resolverse por medios judiciales (articulo 36 de los Estatutos de la Corte Permanente de Justicia Internacio- nal y de la Corte Internacional de Justicia). Estas normas son necesaria- mente aplicables por todas las entidades que deberan interpretar un tratado. Sin embargo, en la doctrina se ha discutido mucho acerca del método de interpretacion; el problema mas delicado era distinguir lo que en la interpretacién podria ser objeto de reglas precisas y que, dependiendo de la casuistica, podria ser unicamente el objeto de un arte mas que de una ciencia y a este titulo deberia dejarse la habilidad del intérprete. Pero hay una observacion fundamental que permite la realizacion de esa distincion. La interpretacién tiene por objeto determinar la voluntad de las partes a partir de un texto. El problemas es muy diferente en el caso de los acuerdos que no se registran en un instrumento, sea éste verbal o im- plicito, donde la existencia o el contenido de una voluntad espontanea surgiran simulténeamente sin contar con ningtin documento formal especialmente disefado para ese propésito. Si, por el contrario, existe un documento semejante, la voluntad se ha convertido en un texto por medio de una operacién bien especifica. La interpretacin es la opera- cién inversa, esto es, que procede partiendo del texto para remontarse a la voluntad que lo hizo nacer. Por tanto, los métodos de redaccién y las normas de interpretacién son dos aspectos del mismo problema contemplado desde dos angulos opuestos: ambos se ocupan de la vo- luntad que se ha incorporado en el texto. 244 Caf Vill: LOS TRATADOS: SU REGIMEN SEGUN LA CONVENCION DE VIENA DE 1969 En consecuencia, la primacia del texto es ¢ specialmente en el Derecho Internacional la norma cardinal de toda ta interpretacion. Es posible que en los procesos legislativos y judiciales estan plenamente regulados por la autoridad del Estado y no por el libre consentimiento de las partes, se suponga que los tribunales son competentes para hacer que un texto diga lo que no dice, 0 incluso lo contrario de lo que dice. Pero estas interpretaciones, que se describen a veces como teleoldgicas, no se pueden separar del hecho de que es obligatorio recurrir a los tribunales, de que el tribunal esta obligado a tomar una decision, y de que esta ademas controlado por un legislador eficaz, del que no hace finalmente, en sus mayores audacias, mas que adelantar las intervenciones. Cuando un juez o un drbitro internacio- nal se apartan de un texto, es porque le da prioridad a otro texto o a una practica, otra expresién de la voluntad de las partes, tros sistemas juridicos, en donde Ena interpretacion del Derecho Internacional, en virtud del some- timiento a la expresién de la voluntad de las partes, resulta esencial definir claramente dénde y cémo se encuentra expresada esta voluntad y dar- le prioridad a su expresién ms directa. En este sentido, los textos ela- borados por la Comisién de Derecho Internacional, escasamente mo- dificados por las Conferencias de Viena, constituyen uno de los logros mas notables de la Convencién de 1969 (articulo 31 y 32). Cuando se consideraron los articulos 31 y 32, un punto que suscité Serias discusiones fue de si los trabajos preparatorios deberian desempe- har solo un papel secundario, Se adopté esta solucién por dos razones, Desde el punto de vista juridico, todos los factores enumerados en el articulo 31 constituyen la expresién auténtica la voluntad de las partes, mientras que las intenciones registradas en los trabajos preparatorios RO son definitivas. En realidad la utilizaci6n de los trabajos preparatorios, implica desplazarse en un terreno incierto: ellos no estan en conjunto defi- nidos ni certificados con rigor y manifiestan las deficiencias 0 los posi- bles errores de los negociadores, asi como su renuencia a enfrentar las Yerdaderas dificultades. Ademas no siempre se publican los trabajos ‘aratorios, y aun cuando asi se hiciera, podria haber ciertas reti- Sencias para alegarlos contra los Estados -cada vez mas numerosos en 245 DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO / RAPAEL HERNANDEZ CANELO 1a de los modernos métodos de adhesién- que no tomaron parte en las negociaciones. Seria igualmente imprudente todo intento de establecer alguna diferencia entre los principios de interpretacién segtin que los tratados considerados sean bilaterales o multilaterales, tratados-leyes o trata- dos-contratos; los principios podrian aplicarse de manera diferente seguin las caracteristicas de los tratados en cuestién, pero necesaria- mente seguirian siendo los mismos. Lo que /a jurisprudencia interna- cional pone de manifiesto es a la vez algo mucho mas modesto y mas interesante: que los tribunales examinen grupos de tratados que abar- can objetos analogos en un momento dado. En efecto, por lo que toca al vocabulario (en particular, los términos técnicos) y a algunas dispo- siciones habituales (por ejemplo Ia clausula de la nacion mas favorecida), la practica de la redaccién revela que todos los redactores consultan a menudo los tratados existentes (sobre todo en un contexto bilateral); por tanto, se pueden identificar grupos o tipos de tratados. E] alcance de las clausulas que se repiten en un tratado tras otro, 0 el significado de una expresién particular, pueden aclararse asi en algunos casos complejos, aunque también aqui se requiere proceder con gran cau- tela’. 12. EFECTOS PARA TERCEROS Segun el articulo 2. 1. /t) de la Convencién de Viena, «se entiende por tercer Estado un Estado que no es parte en el tratado»...Y sobre los efectos de los tratados para terceros Estados, el articulo 34 sienta la regla ge- neral de que «un Estado no crea obligaciones ni derechos para un tercer Es- tado sin su consentimiento»...Se trata de la conocida maxima pacta ter- tiis nec nocent nec prosunt, que proviene del Derecho Privado Romano, pero que en Derecho Internacional no se justifica meramente por es¢ concepto general del Derecho de los contratos, sino por la soberania € independencia de los Estados. Y la norma tiene un claro apoyo en la practica, jurisprudencia y doctrina. 121 REUTER, Paul; op. cit. p. 117-121. CAR VHT: LOS TRATADOS: SU REGIMEN SEGON LA CONVENCION DE ENA DE 1969 Pero segtin se desprende del propio articulo 34, los tratados si pue- imponiendo obligaciones o concediendo derechos, con el consentimiento de ellos so derogaciones al principio pa entimiento de los terceros en un den producir efectos para terceros, No hay en tal supuesto excep- cta tertiis, porque al mediar el acuerdo colateral, nos hallamos nismo convencional. Ademas, en virtud del principio de la efectividad, los tratados Producen algunos efectos para terceros en los siguientes casos: reglas de tratados que den lugar a nor- mas consuetudinarias, tratados que representan la gestion de intereses comunes por un conjunto de Estados suficientemente representativos y tratados instituyentes de organizaciones internacionales. Examinare- mos los supuestos en que un tratado surte efectos siguientes apartados. cione cor dlaramente dentro del mee para terceros en los Efectivamente el articulo 35 de la Convencién se ocupa de los tra- tados en que se prevén obligaciones para terceros Estados, decidiendo que: Una disposicién de un tratado daré origen a una obligacién para un ter- cer Estado o una tercera organizacién si las partes en el tratado tienen la intencién de que tal disposicion sea el medio de crear la obligacién y si el tercer Estado o Ia tercera organizacién aceptan expresamente por escrito esa obligacion. Seguin el parrafo 1 del articulo 37, la obligacin prevista en un tra- tado para un tercer Estado no podra ser revocada ni modificada sino con el consentimiento de las partes en el tratado y del tercer Estado, a menos que conste que habian convenido otras cosas al respecto. De las disposiciones de un tratado en que se establecen derechos para terceros Estados se ocupa el articulo 36, asi redactado: 1. Una disposicién de un tratado dard origen aun derecho para un ter- cer Estado si con ella las partes en el tratado tienen Ia intencién de conferir ese derecho al tercer Estado oa un grupo de Estados al cual pertenezca, o bien a todos los Estados, y si el tercer Estado astente en ello. Su asentimiento se presumird mientras no haya indicacion en contrario, salvo que el tratado disponga otra cosa. 247 DERECHO INTERNACIONAL PUBLIC. / RAFAEL HERNANDEZ CANELO 2. Un Fstado que ejerza un derecho con arreglo al parrafo 1 debe cumplir las condiciones que para su eyercicio estén suscritas en ¢ tratado 0 se establezcan conforme a éste. Es de hacer notar que, asi como en el caso de imposicion de obj; gaciones para un tercer Estado se necesita la aceptacion expresa y por escrito de éste, en el supuesto de concesién de derechos se presume ¢| asentimiento del tercer Estado. Ademis seguin el parrafo del articulo 36, el derecho no podra ser revocado, ni modificado por las partes si consta la intencion de que el derecho no fuera revocable ni modificable sin consentimiento del tercer Estado. En intima relacion con el supuesto anterior encontramos los tra- tados instituyentes de organizaciones internacionales, en cuanto que éstas puedan poseer una personalidad efectiva que nunca es objeto de reconocimiento expreso por terceros Estados y que desde luego no puede ser desconocida por ellos. Forzoso es citar a este respecto el dictamen del Tribunal Internacional de Justicia de 21 de abril de 1951 sobre reparacién de los daiios sufridos al servicio de las Naciones Uni- das. Por la efectividad de la Organizacién de las Naciones Unidas se pueden oponer a Estados no miembros no partes en la Carta —Ios sis- temas de seguridad colectiva y mantenimiento de la paz y seguridad internacionales, segtin resulta del articulo 2.6 de la Carta, asi redacta- do: La Organizacion hard que los Estados que no sean miembros de las Na- ciones Unidas se conduzcan de acuerdo con estos principios en la medida que sea necesaria para mantener la paz y seguridad internacionales’ 122 PASTOR RIDRUEJO, José A; op. cit. p. 116- 119. 248 CAR Vil LOS TRATADOS: SU REGIMEN SEGUN LA CONVENCION DE VIENA DE 1969 13. ENMIENDA Y MODIFICACION DE LOS TRATADOS La practica convencional demuestra que algunos tratados em- plean el término «rev in» cuando se trata de cambiar el tratado en su totalidad, mientras que el vocablo «enmienda» se refiere tan solo al cambio de alguna 0 algunas disposiciones del tratado. Pero cabe per- fectamente que la variacion de alguna disposicién del tratado afecte a un punto esencial que cambie el sentido general del mismo. No exis- te de otro lado, ninguna diferencia entre los procedimientos juridicos seguidos en la materia, por lo que en su proyecto de articulos de la Comisién de Derecho Internacional decidié unificar el régimen bajo la palabra «enmienda» y desechando la de «revision», habida cuenta de las connotaciones politicas que cobré el término bajo el Pacto de la Sociedad de las Naciones. La enmienda se concibe asi en el régimen de la Convencion de Vie- na como el cambio de alguna o de algunas disposiciones del tratado que afecta 1 todos los Estados partes. Y junto a esta figura, la modificacion se refiere a un acuerdo celebrado tnicamente entre algunas de las partes para modificar el tratado. En lo que se refiera a la enmienda de los tratados, el articulo 39 es- tablece la regla general de que requiere el acuerdo de las partes, al que se aplicardn las normas generales sobre celebracién de tratados, salvo que el tratado disponga otra cosa. Para los tratados multilaterales, el articulo 40 formula unas re- glas especificas de caracter supletorio, pues, segtin el parrafo 1 de di- cho articulo, el tratado puede disponer otra cosa. La primera de dichas teglas —parrafo 2 del articulo 40- establece que toda propuesta de enmienda ha de ser notificada a todos los Estados contratantes, los cuales tendran de- recho a participar en la decisién sobre las medidas que han de adop- tarse en relacién con la propuesta (por ejemplo la reunion de una Con- ferencia internacional) y en la negociaci6n y celebracién del nuevo acuerdo. El parrafo 3 del articulo 40 dispone que todo Estado facultado para lle- gar a ser parte en el tratado originario lo esta también para ser parte en el tratado enmendado, norma que beneficia a los Estados que atin no manifestaron su consentimiento para obligarse por el primer tratado, 249 , DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO / RAFAEL HERNANDEZ CANELO, pero segiin el parrafo 4 del articulo 40, una vez celebrado el acuerdo de enmienda, éste solo obliga a los Estados que Ileguen a ser partes en a por haber manifestado su consentimiento al respecto, y no a los dems. Estados partes. Los Estados partes conservan, putes, Ia libertad de aceptar 9 no las enmiendas y, y por consiguiente, de obligarse por ellas. Y para las rela. ciones entre los Estados partes en el tratado enmendado y los que solo lo sean en el originario se aplica la regla del articulo 30 de la Convenciéy sobre tratados sucesivos concernientes a la misma materia. Cabe de todos modos, que un Estado Ilegue a ser parte en el tra- tado después de la entrada en vigor de la enmienda, en cuyo caso, y 5 dicho Estado no ha manifestado una intencién diferente, el parrafo 5 del articulo 40 dispone que el repetido Estado ser parte en el tratado en su forma enmendada, menos en sus relaciones con los Estados que no hayan aceptado la enmienda, que se regiran por las disposiciones del tratado originario. Seguin la Convencién de Viena, la modificacion de los tratados multi- laterales consiste en la celebracién de acuerdos para modificarlos entre algu- na de las partes tinicamente. Cabe tal modificacién, segun el articulo 41, cuando la prevea el tratado 0 cuando no esté prohibida, supuesto este ultimo en el que deben concurrir dos condiciones: que la modificacion no afecte al disfrute de los derechos que a las otras partes concede el tratado ni al cumplimiento de sus obligaciones y que no se refiera a ninguna disposicién cuya modificacién sea incompatible con la conse- cucién efectiva del objeto y del fin del tratado en su conjunto. Y segun el parrafo 2 del articulo 41, este segundo supuesto de modificacién no prohibida, cuando el tratado no disponga otra cosa, las partes interesa- das deberan notificar a las demas su intencidn de celebrar el acuerdo la modificacién propuesta™. 14, NULIDAD La parte V de la Convencién de Viena regula la nulidad, terminacion ¥ suspension de la aplicacién de los tratados, y constituye sin duda el asP°~ 123. Ibidem, p. 119-120. 250 CARVIIh 108 TRATADOS SU REGIMEN SEGUN LA CONVENCION DE VIENA DEI to mas significativo de la codificacién y desarrollo progresivo de la materia, Antes, efectivamente, sobre la base del Derecho privado de Jos contratos, los precedentes eran dispersos y las soluciones eran in- ciertas; ahora la seguridad juridica es mayor incluso para Estados no partes en la Convencién. En lo que respecta a la nulidad de los tratados segiin la Convencion, sus consecuencias son extremadamente severas, ya que la disposiciones de un tratado nulo carecen de fuerza juridica ab initio, y todo Estado parte puede exigir de otro que en la medida de lo posible establezca en sus relaciones mutuas la situacién que habria existido sino se hubiesen eje- cutado actos de conformidad con el tratado (statu quo ante) (art. 49, parrafos 1 y 2). Consiguientemente las causas de nulidad se establecen en la Convencién con caracter de numerus clausus, esto es, taxativamente, diciendo al respecto el parrafo 1 del art. 42 que «la validez de un tratado o del consentimiento de un Estado en obligarse por el tratado no podra ser impugnada sino mediante la aplicacion de la presente Convencién». De otro lado la severidad de aquellas consecuencias explica que la nulidad no pueda nunca ser apreciada ni declarada unilateralmente por un Estado parte, sino que el Estado que la alegue debera notificar su pretension alas demas partes, y si hubiese objecion se inicia un procedimiento de solucién pacifica de la controversia. Hechas estas precisiones sobre la nulidad de los tratados, estudia- remos las causas de nulidad que establece la Convencion. a) Violacién de las disposiciones del Derecho interno concernientes ala competencia para celebrar tratados Los efectos de la violacién del Derecho constitucional interno sobre lacelebracion de tratados en la validez de los mismos recibieron diver- sas respuestas por parte de los juristas, pero la Convencion, siguiendo ala Comisién de Derecho Internacional, ha adoptado en el articulo 46 una posicién muy estricta que se enuncia de manera negativa: 1. El hecho en que el consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado haya sido manifestado en violacion de una disposicion de su derecho interno concerniente a la competencia para celebrar 251 DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO / RAFAEL HERNANDEZ tratados no podra ser alegado por dicho Estado como vicio de su consentimiento, a menos que esa violacién sea manifiesta y afecte a una norma de importancia fundamental de su derecho interno, 2. Una violacién es manifiesta si resulta objetivamente evidente para cualquier Estado que proceda en la materia conforme a la practica usual y de buena fe. b) Inobservancia de una restriccion especifica de los poderes para c) manifestar el consentimiento del Estado El articulo 47 de la Convencion dice al respecto: Si los poderes de un representante para manifestar el consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado determinado han sido objeto de una restriccion especifica, la inobservancia de esa restriccién por tal represen- tante no podré alegarse como vicio del consentimiento manifestado por él, a menos que la restriccién haya sido notificada, con anterioridad a la manifestacion de ese consentimiento, a los demds Estados negociadores. Error de hecho Como dice la Comisién de Derecho Internacional, son raros los casos en los que se han alegado errores de fondo como vicios de con- sentimiento que afectan la validez de los tratados, casi todos son erro- Tes geograficos y en los mapas. El articulo 48 de la Convencién dice al respecto: 1. Un Estado podré alegar un error en un tratado como vicio de su consentimiento en obligarse por el tratado si el error se refiere a un hecho 0 a una situacion cuya existencia diera por supuesta ese Es- tado en el momento de la celebracién del tratado y constituyera una base esencial de su consentimiento en obligarse por el tratado. 2. El parrafo 1 no se aplicard si el Estado de que se trate contribuyd con su conducta al error o si las circunstancias fueron tales que hubiera quedado advertido de la posibilidad de error. 3. Un error que concierna solo a la redaccién del texto de un tratado no afectara a la validez de éste; en tal caso se aplicaré el articulo 79. CAR VITl LOSTRATADOS: SU REGIMEN SEGUN LA CONVENCION DE VIENA DE 1969 d) Dolo El concepto de dolo existe en la mayoria de los ordenamientos ju- ridicos, aunque su alcance no es el mismo en todos ellos. En el Derecho Internacional los precedentes son escasos y no permiten determinar el sentido exacto de tal concepto. Por ello, en su proyecto de articu- os, la Comision de Derecho Internacional no definié el dolo, dejando a la practica y a la jurisprudencia la fijacién de su alcance preciso, aunque para caracterizarlo de un modo general empled la expresién de con- ducta fraudulenta, expresion -dijo- que «tiene por objeto comprender toda declaracion falsa, toda presentacién inexacta de hechos y otros procedimientos engafiosos por los cuales se induzca a un Estado a manifestar en un tratado un consentimiento que, de no ser asi, no habria manifestado». Y con una redac- cién sustancialmente idéntica propuesta por la Comisién, el articulo 49 de la Convencién de Viena dice: Un Estado ha sido inducido a celebrar un tratado por la conducta frau- dulenta de otro Estado negociador, podra alegar el dolo como vicio de su consentimiento en obligarse por el tratado. e) Corrupcién de representante de un Estado Como dijo la Comisién de Derecho Internacional, el término «corrup- cién» se utiliza para indicar que unicamente los actos concebidos con el propésito de ejercer una influencia fundamental en la disposicién del representante para concertar el tratado pueden alegarse como vicio de consentimiento, y no cualquier pequefio favor o cortesia con motivo de la celebracién del tratado. Al respecto se transcribe el art. 50 de la Convencién: Si la manifestacion del consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado ha sido obtenida mediante la corrupcién de su repre- sentante, efectuada directa 0 indirectamente por otro Estado negocia- dor, aquel Estado podra alegar esa corrupcién como vicio de su con- sentimiento en obligarse por el tratado. f) Coaccién sobre el representante de un Estado Dispone el articulo 51 que: 253 DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO. / RAFAEL HERNANDEZ CANELO, La manifestacion del consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado que haya sido obtenida por coaccién sobre su representante me. diante actos 0 amenazas dirigidos contra él carecerd de todo efecto juridi- co. Es de destacar, con la Comision de Derecho Internacional, que lo que aqui se considera son «todas las formas de intimacién de que sea objeto un representante personalmente y no como brgano del Estado». 8) Coacci6n sobre un Estado por la amenaza o el uso de la fuerza En el Derecho Internacional Clasico la guerra estaba permitida en cuanto forma suprema de la auto tutela juridica, pero en el Derecho In- ternacional Contemporaneo, y de acuerdo con el articulo 2.4 de la Carta de las Naciones Unidas, se prohibe el recurso y amenaza de la fuerza contra la independencia politica o integridad territorial de cualquier Estado, Y ello justifica hoy la nulidad de los tratados conseguidos con tal medio. En tal supuesto, efectivamente se vulnera una norma de ius cogens en la propia celebracién del tratado, y por tanto, el art. 52 de la Convencién establece que: Es nulo todo tratado cuya celebracién se haya obtenido por la amenaza o el uso de la fuerza en violacién de los principios de derecho internacional incorporados en la Carta de las Naciones Unidas. h) Incompatibilidad con una norma imperativa del ius cogens inter- nacional Si en el articulo 52 se contempla la vulneracion de una norma es- pecifica del ius cogens en la propia celebracion del tratado, el articulo 53 dice que: Es nulo todo tratado que, en el momento de su celebracién, esté en opo- sicién con una norma imperativa de derecho internacional general. Para los efectos de la presente Convencién, una norma imperativa de derecho internacional general es una norma aceptada y reconocida por la comu- nidad internacional de Estados en su conjunto como norma que no adil te acuerdo en contrario y que solo puede ser modificada por una norma ulterior de derecho internacional general que tenga el mismo caracter. — CAR VIlls LOS TRATADOS: SU REGIMEN SEGUN LA CONVENCION DE VIENA DE 1969 Las Consecuencias de la declaracién de nulidad de un tratado Son muy severas y la Convencidn las regula de manera concreta y deta- Iada. Elarticulo 69.1 establece la regla fundamental de que «las disposi- ciones de un tratado nulo carecen de fuerza juridica», efecto invalidan- te éste que tiene lugar ab initio, por lo que segiin el parrafo 2 del arti- culo 69, todo Estado parte puede exigir de otro que en sus relaciones mutuas establezca en lo posible la situacién que habria existido si no se hubiesen ejecutado actos en relacién con el tratado (statu quo ante); de todos modos, los actos ejecutados de buena fe, antes de alegarse la causa de nulidad, no resultaran ilicitos por el mero hecho de aquélla. Ahora bien, en los supuestos de dolo, corrupcién, coaccién sobre el representante del Estado o sobre el propio Estado, el Estado al que sean imputables Jos actos que han viciado el consentimiento no puede exigir el restable- cimiento de la situacién anterior al tratado (art. 69.3). Y tratandose de un acuerdo multilateral las disposiciones en cuestién solo se aplican obviamente a las relaciones entre el Estado cuyo consentimiento esta viciado y los demas Estados partes (art. 69.4). La nulidad ab initio de un tratado que segtn el articulo 53 esté en oposicién con una norma imperativa del Derecho Internacional Gene- ral vigente en el momento de su celebracién (art. 53) constituye un caso especial de nulidad, cuyas consecuencias se establecen el articulo 71. Dicho articulo impone a los Estados partes no solo la obligacién de eli- minar en lo posible las consecuencias de todo acto ejecutado conforme al tratado, sino también la de ajustar sus relaciones mutuas a la norma del ins cogens. En todo caso, y seguin el articulo 43, la declaracién de nulidad de un tratado «no menoscaba en nada el deber de un Estado de cumplir toda obligacién enunciada en el tratado ala que esté sometido en virtud del Derecho Internacional independientemente de este tratado». Tiene interés el problema de si la nulidad del tratado debe afectar a la to- falidad del mismo o solo a algunas de sus disposiciones. En principio, segdin el art. 44, la causa de nulidad tinicamente puede alegarse respecto a la tota- 255 DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO. / RAFAEL HER lidad del tratado, No obstante, si la causa de nulidad se refiere tan solo a determinadas disposiciones, podra alegarse la nulidad tnicamente respecto de ellas si concurren tres condiciones: si en lo que respecta a su aplicacion las clausulas son separables del resto del tratado; si se desprende de él 0 consta de otro modo que la aceptacién de esas cléu- sulas no ha constituido para el otro o los otros Estados partes una base esencial de su consentimiento en obligarse por el tratado en su conjun- to, y si la continuacién del cumplimiento del resto del resto del tratado no es injusto. En todo caso, si la causa de nulidad es la coaccién sobre el representante del Estado, la coaccién sobre el Estado por la amenaza © el uso de la fuerza, o la incompatibilidad con una norma del ius co- gens, no se admite la divisibilidad de las disposiciones del tratado a los efectos que nos ocupan. La Convencion se ocupa asimismo del problema de la subsana- cion de un tratado nulo, admitiéndola para algunos casos y rechazando- la para otros. El articulo 45, efectivamente, admite para las siguientes causas de nulidad: violacion de una norma de Derecho interno con- cerniente a la competencia para celebrar tratados, inobservancia de la restricci6n especifica de los poderes para manifestar el consentimiento del Estado, error, dolo y corrupcisn del representante del Estado. Pero se rechaza la subsanacion para los demés casos de nulidad. Y de todos mo- dos, la subsanacién, que priva al Estado del derecho a alegar la nulidad de un tratado, exige que, después de conocida la causa de nulidad, el Estado en cuestién haya convenido expresamente que el tratado es valido o se haya comportado de tal manera que deba considerarse que ha dado su aquiescencia a su validez™. 15. TERMINACION Si la nulidad de un tratado tenia lugar ab initio y exige la re- posicién del statu quo ante, la terminacién produce efectos menos severos en cuanto que unicamente exime a las partes de seguir cum- pliendo el tratado desde el momento de la misma, sin afectar a nin- 124 PASTOR RIDRUEJO, José \p. cit. p. 124-125. 256 CAR Vill: LOS TRATADOS: SU REGIMEN SEGUN LA CONVENCION DE VIENA DE 1969 gin derecho, obligacion o situacién juridica de las partes creadas en virtud del tratado durante el periodo de su vigencia. De otro lado, si [a nulidad recubre situaciones que desde algun punto de vista pudieran con- siderarse patoldgicas, la terminacién del tratado es en muchos casos un hecho normal previsto por las partes. Precisamente por ello, y como regla general el articulo 54 respeta la voluntad de los Estados partes en esta materia. En todo caso, y al igual que ocurre con la nulidad, Ia terminacién de un tratado solo tiene lugar por las causas que de manera tasada establece la Convencién, seguin se desprende del articulo 42.2. Causas que, por consiguiente, tienen caracter de numerus clausus. a) La primera causa de terminacién 0 retirada de un tratado estriba, efectivamente, en la voluntad de las partes, que segtin el articulo 54 puede tener lugar conforme a las disposiciones del tratado o en cualquier momento por consentimiento de todas las partes des- pués de consultar a los demas Estados contratantes. Se puede plantear el problema de saber si un tratado multilate- ral cuya entrada en vigor se hace depender del hecho de que un ntimero minimo de Estados consientan ser partes en el mismo partes Ilegue a ser inferior a aquel niimero minimo. El articulo 55 de la Convencién se pronuncia por su no terminacién, ano ser que el tratado disponga otra cosa. Otro problema que ha resuelto la Convencién es el de si cabe la denuncia o retirada de un tratado que no contenga disposiciones sobre su terminacién y no prevea la denuncia o retirada. En tal su- puesto de acuerdo con el articulo 56, la denuncia o la retirada solo son posibles si consta que fue intencién de las partes admitirlas o siel derecho a ello puede inferirse de la naturaleza del tratado; en cualquier caso, Ia intencion de la denuncia debe ser notificada al menos ‘con doce meses de antelacion. Estas reglas son importantes porque son muchos los tratados que no contienen cldusulas al respecto; saber si cabe la denuncia 0 retirada sera siempre cuestién de cada caso concreto de acuerdo con los criterios enunciados. termina porque el nimero de 257 DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO / RAPAPL HERNANDEZ CANELO. b) Otra causa de terminacion de un tratado puede serla celebracigy de otro tratado posterior sobre la misma materia entre todos log Estados partes. En tal caso, para que termine el primer tratado es necesario, bien que se desprenda del tratado posterior 0 conste de otro modo que ha sido intencion de las partes que la materia se rija por ese tratado, bien que las disposiciones del tratado poste. rior sean hasta el punto incompatibles con las del tratado anterior que uno y otro no puedan aplicarse simultaneamente (art. 59), ©) La violaci6n grave de un tratado puede dar lugar también a su ter- minaci6n, entendiéndose por violacién grave a este respecto, segtin el parrafo 3 del articulo 60, bien un rechazo del tratado no admiti- do por la propia Convencién, bien la violacién de una disposicién esencial para la consecucidn del objeto 0 del fin del tratado. Si el tratado es bilateral, su violacion grave por una de las partes fa- culta a la otra para alegar tal violacién como causa de terminacién del tratado. Si éste es multilateral, los otros Estados partes, proce- diendo por unanimidad, estaran facultados para dar por terminado el tratado, bien en las relaciones entre ellos y el Estado infractor, bien entre todas las partes. Todo ello sin perjuicio de la posibili- dad de suspensién total 0 parcial del tratado en los términos y condiciones regulados en el art. 60. d) También puede alegarse como causa de terminacién o retirada de un tratado la imposibilidad subsiguiente de cumplimiento «si esa imposibilidad resulta de la desaparicion o destruccién definitivas de un objeto indispensable para el cumplimiento del tratado» (art. 60.1). Se trata de una aplicacion del principio juridico ad impossi- bilia nemo tenetur y la Comision de Derecho Internacional cito como hipétesis la de inmersién de una isla, la desecacién de un rio 0 la destruccién de un dique o de una instalacién hidroeléctrica in- dispensables para la ejecucién de un tratado (CIJ, Recueil). Natu ralmente, si la imposibilidad deriva de la violacion del tratado © de otra obligacién internacional por una parte respecto a otra, la parte a que resulte imputable la violacién no podra alegar la te minacién del tratado (art. 60.2). 258 CAR. Vill: LOS TRATADOS: SU REGIMEN SEGUN 1A CONVENCION DE VIENA DE 1969 e) Supuesto distinto del anterior, que también faculta para alegar la terminacion o retirada del tratado, es el cambio fundamental de las circunstancias. Seguin el articulo 62 de la Convencion, para que di- cho cambio pueda motivar la terminacién del tratado es preciso que retina cinco condiciones: tres de caracter objetivo y dos de in- dole subjetiva. Las de card cter objetivo son las siguientes: en cuanto a su naturaleza, el cambio ha de ser fundamental; en cuanto a su objeto, debe ocurrir con respecto a las circunstancias existentes en el momento de la celebracin del tratado; en lo que respecta a sus secuencias ha de modificar radicalmente el alcance de las obliga- ciones que todavia hayan de cumplirse en virtud del tratado. Las condiciones subjetivas del cambio son las dos que siguen: no debié ser previsto en el tratado, y debe versar sobre las circunstancias que constituyeran una base esencial del consentimiento de las partes en obligarse por el tratado. Por consiguiente, aunque la Comision de Derecho Internacional declarase expresamente que formulaba la doctrina como regla juridica objetiva, el articulo reposa sobre una base en parte subjetiva, que utiliza dos presunciones de la voluntad de las partes. Pero segiin el parrafo 2 del articulo 62, existen dos supuestos en que no cabe alegar el cambio fundamental de las circunstancias para dar por terminado un tratado o retirarse de él, a saber: si el tratado establece una frontera, 0 si el cambio fundamental resul- ta de una violacién, por la parte que lo alega, de una obligacién nacida del tratado o de toda otra obligacién internacional con res- pecto a cualquier otra parte en el tratado. La primera excepcién tiene una raz6n de ser clara, pues, como dijo la Comision de De- recho Internacional, si el principio del cambio fundamental de las circunstancias pudiese ser invocado respecto a los tratados que establecen una frontera, seria una fuente de peligrosas fricciones mas que un instrumento para el cambio pacifico. La segunda ex- cepcidn deriva del principio nemo commodum capere potest ex iniuria propia. Lacaparicién de una nueva norma internacional de «ius cogens» es cau- sade la nulidad y terminacién de todo contrato que esté en oposicién con 259 DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO / RAFAEL HERNANDEZ CANELO, dicha norma, segun el articulo 64 de la Convencién. Si el articulo 53 contemplaba efectivamente el caso de un tratado que en el mo. mento de su celebracién fuese incompatible con una noma impe- rativa del Derecho Internacional, lo que provocaba su nulidad, ¢| articulo 64 trata del llamado ius cogens superveniens, que no hace el tratado nulo ab initio, sino solo desde la fecha en que aparezca la nuerg norma imperativa. «pueden servir de ejemplo -dice la Comisién de Derecho Internacional- los antiguos tratados que reglamentaban la trata de esclavos, cuya ejecucién dejé luego de ser compatible con el Derecho Internacional como consecuencia del reconocimiento general de la ilegitimidad absoluta de todas las formas de esclavi- tud» (Anuario de la Comisién de Derecho Internacional). 8) Seguin la opinién general, la ruptura de relaciones diplomaticas 0 consulares entre Estados partes en un tratado no Pprovoca por si sola la terminacién del mismo; el tratado sigue en vigor y las par- tes continuian obligadas por él, y asi lo proclama de modo general el articulo 63 de la Convencién. Cabe, sin embargo, que la existen- cia de esas relaciones diplomaticas o consulares sean indispensa- bles para la aplicacién del tratado, en cuyo caso, segun el propio articulo 63, si quedan afectadas las relaciones entre las partes. h) Las consecuencias juridicas de la terminacién de un tratado son mas sen- cillas que las que derivan de la nulidad. En primer término, segun lo dispuesto en el articulo 70, hay que estar a lo dispuesto en el pro- pio tratado 0 a lo que las partes hayan convenido. En otro caso, el propio articulo 70 dice que la terminacién eximiré a las partes de la obligacién de seguir cumpliendo el tratado, y no afectard a nin- giin derecho, obligacién o situacién juridica de las partes creadas Por la ejecucién del tratado antes de su terminacién. La denuncia © retirada produce estos mismos efectos". 16. SUSPENSION ———__Lasuspensién de un tratado no significa otra cosa que la exencién a los partes de la obligacién de cumplirlo durante un periodo determinado, wig ; (cap Vill: LOS TRATADOS: SU REGIMEN SEGUN LA CONVENCION DE VIENA DE 1969 sin que queden afectadas de otro modo as relaciones juridicas que el tratado haya establecido entre ellos. Al igual que ocurria con la nuli- dad y terminacién, las causas de suspensién de un tratado tienen el taracter de numerus clausus, ya que ella solo puede tener lugar por aplicacion de las disposiciones del tratado en cuestién o de las estable- cidas en la propia Convencién de Viena (art. 42). De la misma manera que en la terminacién, el principio basico que rige la suspensién de los tratados es la voluntad de las partes, y en este sentido el articulo 57 de la Convencidn dice: a. Laaplicacién de un tratado podra suspenderse con respecto a todas las partes o a una parte determinada: a) Conforme a las disposiciones del tratado; 0 b) En cualquier momento, por consentimiento de todas las partes pre- via consulta con los demds Estados contratantes. En el supuesto de un tratado multilateral, el articulo 58 admite que dos o mas Estados parte puedan celebrar un acuerdo para suspen- der temporalmente la aplicacién de las disposiciones de aquél en sus telaciones mutuas en dos casos: si tal posibilidad esta prevista por el tratado 0 si tal suspension no est prohibida por aquél; pero en- tonces no debe afectar al disfrute de los derechos que a las demas partes corresponden en virtud del tratado ni al cumplimiento de sus obligaciones y no debe ser incompatible con el objeto y el fin del tratado. Y salvo que en el supuesto de suspensidn prevista en el tratado éste disponga otra cosa, las partes interesadas en la sus- pensién deberdn notificar a las demas su intencion de celebrar el acuerdo y disposiciones del tratado cuya aplicacién se proponen Suspender. >) La celebracién de un tratado posterior entre todas las partes so- bre la misma materia podia dar lugar, a la terminacion del tratado anterior, pero segun el parrafo 2 del articulo 59 puede originar también suspensién «si se desprende del tratado posterior 0 cons- ___ tade otro modo que tal ha sido la intencién de las partes». 9 También la violacién grave de un tratado puede servir de causa 261 ” DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO. / RAFAFL HERNANDEZ CANELO, total o parcial de acuerdo con el articulo 60. Pues tal violacién fa- culta a las partes, procediendo por acuerdo undnime, a la suspensién del tratado en las relaciones entre ellas y el autor de la violacién o en las relaciones entre todas las partes. Faculta también a una parte especial- mente perjudicada por la violacion para alegar ésta como causa de sus- pension en las relaciones entre ella y el autor de la violacion. Y facultaa cualquier parte que no sea el Estado infractor para alegar la viola- cidn como causa de suspension respecto a si misma si el tratado es de tal indole que una violacién grave de sus disposiciones por un Estado parte modifica radicalmente la situacién de cada Estado parte con respecto a la ejecucién ulterior de sus obligaciones en virtud del tratado. d) De conformidad con el articulo 61, si la imposibilidad de cumplir un tratado en el sentido ya expuesto al hablar de la terminacion es temporal, podra alegarse unicamente como causa para suspender su aplicacién. e) El cambio fundamental de las circunstancias, operado en las con- diciones del articulo 62 ya estudiado, puede ser alegado también como causa para la suspension de un tratado (art. 62.3). Las consecuencias de la suspensi6n.- Las consecuencias de la sus- pension de un tratado son relativamente sencillas, pues, segtin el arti- culo 72, salvo que el tratado o los Estados partes dispongan otra cosa, eximird a las partes afectadas por la suspensién de cumplirlo en sus relaciones mutuas durante el periodo en cuestién, y no afectara de otro modo a las relaciones juridicas que el tratado haya establecido entre las partes. Y durante el periodo de suspensién, los Estados partes deberdn abste- nerse de todo acto encaminado a obstaculizar la reanudacion de la aplicacion del tratado. Y no se menoscaba el deber de un Estado de cumplir toda obligacién enunciada en un tratado a la que esté sometido en virtud del Derecho Internacional con independencia del tratado (art. 3). Sila causa de suspensién es la violacién grave del tratado o el cambio fun- damental de las circunstancia, se pierde el derecho a alegar la suspe™™ sién si se ha convenido expresamente que el tratado continua en vig0F © si un Estado se ha comportado de tal manera que deba considerarse CCAR Vill: LOS TRATADOS: SU REGIMEN SEGUN LA CONVENCION DE VIENA DE 1969 que ha dado su aquiescencia a su continuacién en la aplicacién (art. 45). Sobre la divisibilidad de las disposiciones de un tratado a efectos de su suspensidn rigen las disposiciones del articulo 44%. 17. DEPOSITO, REGISTRO Y PUBLICACION a) La institucion del depésito de los tratados cobra relieve durante el siglo pasado, precisamente a raiz de la importancia de los tratados multilaterales. Dado que en ellos el ntimero de Estados partes podria ser grande, era necesario que los actos relativos a tales tratados, y en espe- cial aquellos por los que los Estados manifestaban su consentimiento en obligarse, quedasen centralizados a efectos de comunicacién a los demés Estados contratantes. Y esta tarea era asumida normalmente por el Estado en cuyo territorio se habia celebrado el tratado, que ac- tuaba asi de depositario, Mas tarde con la aparicién de las organizaciones internacionales fue habitual confiar el depésito a ellas mismas oa su principal funcionario administrativo, y esta practica ha recibido un considerable impulso en el siglo XX. E] articulo 76 de la Convencién de Viena ha to- mado en consideracién estos datos de la practica y dice por ello que la designacion del depositario podra efectuarse por los Estados negocia- dores en el tratado o de otro modo, que el depositario podra ser uno 0 mas Estados, una organizacién internacional el principal funcionario administrativo de tal organizacién. b) Seguin el parrafo 2 del mismo articulo, las funciones del deposi- fario de un tratado son de cardcter internacional, estando obligado a actuar imparcialmente en el desempeno de ellas. La determinacion concreta de las funciones del depositario se hace en el art. 77, que se transcribe: 1. Salvo que el tratado disponga o los Estados contratantes convengan otra cosa al respecto, las funciones del depositario comprenden en particular las siguientes: 2) Custodiar el texto original del tratado y los plenos poderes que se hayan remitido: ae 126 Ibidem, p. 130 y 131. 263 DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO (RAFAEL HERNANDEZ CANELO b) Extender copias certificadas conformes del texto original y prepa rar todos los dems textos del tratado en otros idiomas que puedan requerirse en virtud del tratado y transmitirlos a las partes en ») tratado y a los Estados facultados para llegar a serlo; co) Re bir las firmas y recibir y custodiar los instrumentos, notifica- ciones y comunicaciones relativos a éste: ad) Examinar si una firma, un instrumento o una notificacion 0 co- municacion relativos al tratado estén en la debida forma y, de ser necesario, senalar el caso a la atencién del Estado de que se trate; Informar a las partes en el tratado y @ los Estados facultados para llegar a serlo de los actos, notificaciones y comunicaciones relativos al tratado; e) Ff) _ Informar alos Estados facultados para llegar a ser partes en el trata- do de la fecha en que se ha recibido 0 depositado el ntimero de firmas o de instrumentos de ratificacién, aceptacin, aprobacién o adhesion necesaria para la entrada en vigor del tratado; &) Registrar el tratado en la Secretaria de las Naciones Unidas; h) Desempenar las funciones especificadas en otras disposiciones de la presente Convencion. 2. De surgir alguna discrepancia entre un Estado y el depositario acerca del desempejio de las funciones de éste, el depositario senialara la cuestion a la atencion de los Estados signatarios y de los Estados contratantes 0, si corresponde, del érgano competente de la organizacién internacional interesada. c) en lo que concierne al registro de los tratados hay que referirse en primer lugar al articulo 18 del Pacto de la Sociedad de Naciones, que inspirado en el principio politico de la diplomacia abierta, preconizado por el presidente Wilson como una de las bases de la paz, disponia que todos los tratados 0 acuerdos internacionales concluidos en el futuro pot un miembro de la organizacién deberian ser inmediatamente registrados por el secretario y publicados por él lo antes posible, afiadiendo que ningun? de estos tratados 0 acuerdos seria obligatorio antes de su registro. Tras el registro, el tratado era publicado en el llamado Recueil des Traités. 264 CAR Vills LOS TRATADOS: SU REGIMEN SEGUN LA CONVENCION DE VIENA DE 1969 Animada del mismo propdsito de combatir la diplomacia secreta, el ar- ticulo 102 de la Carta de las Naciones Unidas impone a los miembros la obligacion de registrar en la secretaria todos los tratados Yy acuerdos concer- tados por ellos después de la entrada en vigor de la Carta. La secretaria los debe publicar lo antes posible, lo que vienen haciendo en su Recueil des Traités, Pero en el sistema de la Carta, y seguin el pérrafo 2 del ar- ticulo 102, la sancién por incumplimiento de la obligacién de registro es menos severa que en la Sociedad de las Naciones, ya que la Carta se limita en declarar la imposibilidad de invocar el tratado 0 acuerdo en cuestion ante érgano alguno de las Naciones Unidas. No se produce, pues, la falta de obligatoriedad que existia en el sistema ginebrino. Estas son las reglas esenciales que rigen hoy sobre el registro y publicacién de los tratados. El articulo 80 de la Convencién de Viena selimita a decir en su parrafo 1 que los tratados, después de su entrada en vigor, se trasmitirdn a la Secretaria de las Naciones Unidas para su registro o archivo e inscripcién, segiin el caso, y para su publicacién"”. 18. LOS TRATADOS INTERNACIONALES EN EL REGIMEN IN- TERNO PERUANO Debido a que la ley contenida en los Tratados se ha convertido en Parte vital del orden juridico nacional de los Estados, tenemos que el Principio «Pacta Sunt Servanda» se viene convirtiendo en una de las teglas de mayor importancia del Derecho Internacional. En el Derecho publico se observa igualmente la tendencia desde el siglo XX de incorporar en las Constituciones de los Estados, un dis- Positivo que reconozca la primacia de la norma internacional sobre la interna, En lo que concierne al Perti, la Constitucién de 1979, en el art. 101, menciona que: Los tratados internacionales celebrados por el Perii con otros Estados, forman parte del derecho nacional. En caso de conflicto entre el tratado y la ley, prevalece el primero. De otro lado, el art. 106 prescribe: “Los tratados de integracién con estados latinoamericanos prevalecen sobre los demds tratados multilaterales celebrados entre las mismas partes”. ee 127 Ibidem, p. 133-134. 265 Lovise fas SS ee DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO./ RAFAEL HERNANDEZ CANELO La Constitucidn vigente de 1993, se ocupa de los tratados en log articulos 55 al § del art. 101 de la Constitucién de 1979, del modo siguiente: Los tratados celebrados por el Estado y en vigor forman parte de derecho nacional, 7; el articulo 55, recoge tnicamente la primera parte La actual Constitucién Politica del Peri de 1993 no deja mayores dudas respecto al rango normativo de los tratados. En efecto en el in. ciso 4 del art, 200 de la Constitucion atribuye en general rango de ley alos tratados, sin hacer distincién alguna entre los tratados aprobados por el Congreso (via legislativa) y aquellos inicamente ratificados por el Presidente de la Republica (via decreto supremo). En cuanto a la colisién entre el tratado y una ley interna.- La Cons- titucin de 1979 en su articulo 101 adopts una férmula claramente mo- nista, estipulando que “en caso de conflicto entre el tratado y la ley, Prevalecia el primero”. De esta forma, las leyes internas que contenian normas que se hallaban en contradiccidn con las disposiciones de un tratado, dejaban de aplicarse en favor de éste y, por otro lado, las leyes aprobadas con posterioridad a la entrada en la vigencia de un tratado, fampoco podian tener efectos juridicos que pudieran impedir la apli- cacion del instrumento internacional”, Si bien Ia actual Constitucién en su articulo 55 no senala expre- samente un criterio de solucién en el eventual conflicto normativo; la primacia incondicional del Derecho Internacional sobre el Derecho In- terno (esto es del tratado sobre la ley) ha sido defendida Por tribunales internacionales en diversas ocasiones, por el Derecho Comparado, por los tribunales internos y por la mayoria de los publicistas. En cuanto a la jurisprudencia internacional, tanto arbitral como judicial, son diversos los fallos que confirman esta primacia, como ejemplo citaremos: Las sentencias de la Corte Permanente de Justicia Internacional en él Asunto de las Zonas Francas de la Alta Saboya y del Pais del Gex, er- 128 FERNANDEZ MALDONADO, Guillermo; “Los tratados internacionales 9 los sistemas de ‘fuentes de Derecho en el Pert’. En, Derecho, N° 43-44, Lima, 1989-1990, p. 353. CAR Vill: LOS TRATADOS: SU REGIMEN SEGUN LA CONVENCION DE VIENA DE 1969 tre Francia y Su el Asunto de los Stibditos Polacos en el Dantzig; el Asunto de los Intereses Alemanes en la Alta Silesia Polaca; el de la Factoria de Chorzow; las Opiniones Consultivas de la Corte Permanente de Justicia Internacional sobre el Intercambio de Poblaciones Griegas y Turcas de 1925; y en el Asunto de las Comunidades Greco-Builgaras; entre otros. Sentencia de la Corte Permanente de Justicia Internacional en el Asunto Groenlandia (1933), donde se confirmé: Es un principio generalmente reconocido del Derecho de Gentes que en las relaciones entre las partes en un tratado, las disposiciones de una ley interna no pueden prevalecer sobre las de un tratado. Sentencia de la Corte Internacional de Justicia en el Asunto de las Pes- querias Anglo-Noruegas (1951), Esta primacia se ve reflejada en el art. 27 de la Convencién de Vie- na sobre Derecho de los Tratados de 1969 —juridicamente vinculante para al Perii- donde claramente se establece como principio que un “Estado no podré alegar las disposiciones de st Derecho interno como justificacion del incumplimiento de un tratado”. Estamos aqui en las palabras de Sanchez Rodriguez —en presencia del principio general de “prevalencia de las normas contenidas en los tratados sobre Jas normas propias del orde- namiento interno de los Estados obligados por aquellos’. 267

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