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Borderline: Patología movediza

produce denominación versátil

• Edgardo H. Rolla

En primer lugar, me llama la atención que se hagan discusiones acerca


de la denominación que hay que dar a este conjunto de elementos
clínicos, y posiblemente mucho menos esfuerzo se dedica a esclarecer
a qué llamamos borderline, limítrofe, casos límites, casos graves, si
no es tal vez a nuestras propias limitaciones científicas.
Hay un empeño en traducir la palabra ''borderline'' como no existe
un igual empeño en traducir las palabras "histeria", "fobia", "melan-
colía", etc.
O sea que en primer lugar aclaremos que si los casos borderline
tienen que ser limítrofes o límites o algo por el estilo, una histeria
tiene que llamarse necesariamente "cuerpo de matriz", y ya no po-
dremos hablar más de una neurosis histérica sino de una neurosis
cuerpo de matriz. Lo mismo "fobia", que tendría que ser traducida
como bochinche, asonada, agresión casi ciega; tendríamos que aceptar
que no es posible más hablar de caracteropatías f6bicas sino que
tendríamos que denominar neurosis de bochinche, caracteropatía de
asonada o cosas por el estilo.
También sabemos bien que "melancolía"es la bilis negra; ahora en
adelante si hay que traducir el término borderline, también tendremos
que llamar a las depresiones melancólicas, depresiones bilis negra.
Todo esto parece una exposición de buen humor o por lo menos
pretende ser de buen humor, pero vuelvo a insistir: llama la atención
que los psicoanalistas se hayan empeñado más en esclarecer la
rigurosidad de la denominación de este conjunto clínico que en des-
cribir que es lo característico o lo sustancial en este conjunto.
¿No será una característica de nuestro mundo psicoanalítico que
nos muestra la dificultad de tener en cuenta lo que otros colegas dicen,
opinan o publican? En muchos otros lugares se han hecho rastreos de

* Dirección: Almirante Manuel J. Garc:ía 1065, (1428) Capital Federal, R. Argentina.


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opiniones acerca de lo que es es el conjunto diagnóstico y la orienta-


ción terapéutica de lo que se ha llamado pacientes borderline. Hubo
casi coincidencia,entre muchos que se han consultado;las divergencias
de opiniones confirmaron que el registro histórico de esta entidad clí-
nica tanto en su denominación como en los elementos que constitu-
yen los estereotipos que fundamentan características, dan en las
discusiones una gran confusión semántica, interpretaciones e infe-
rencias que son indudablemente de tipo personal y sin tener en euen-
ta otras opiniones; que finalmente nos llevaría al hecho de tener que
conservar la palabra borderline tal como empezó a usarse propues-
ta por Kraepelin en 1912, luego reafirmada por varios otros poste-
riormente, y tratar de detectar cuáles son los elementos clínicos que
se encuentran con mayor frecuencia, sin que esta denominaci6n sirva
de nicho para colocar en él una multitud de perturbaciones psíquicas
humanas. Lo que más llama la atenciónjustamente son los argumentos
con que se sostienen los matices de significación que son tan típi-
coe de las discusiones psicoanalíticas modernas, en las cuales la de-
finición,la claridad semántica, brillan por su escasez. Hasta en algunos
casos se ha sostenido que al par del diagnóstico "comosi" formulado
por Helene Deutsch, existi6 otro que podía ser otro tipo de carácter
considerado como "seudo como si". Sin duda, como la atenci6n por
parte de los psicoanalistas es·mayor hacia lo que denominamos bor-
derlines, fronterizos o límites o lo que queramos, en tanto habría un
incremento numérico de estos pacientes en nuestra práctica, y nece-
sitamos saber más, es que proponemos el ensayo de mostrar cuáles
son las más frecuentes presentaciones estereotipadas que esta entidad
clínica presenta.
Se había empezado hablando de "borderland". Entre los primeros,
Huges en 1884 y Rosse en 1890 hablaban de que en esta borderland
podían incorporar obsesiones severas, compulsiones, fobias, histerias
graves, neurastenia, finalmente regresiones psic6ticas. Como dije an-
teriormente, fue Kraepelin en 1912 quien comenzóa insistir en la pa-
labra "borderline" y colocóa este conjunto elementos clínicos entre la
neurosis y la esquizofrenia. Bleuler en 1955 lo rebatió diciendo que
no era posible usar en ese sentido el termino bordeline y que más
bien había que incorporar el concepto de "esquizofrenia latente" que
incluiría las anormalidades de comienzo de una psicosis esquizo-
frénica.
También Jones en 1918 dijo "el borderland ha sido ya cruzado"
refiriéndose a la esquizofrenia. Glark en 1919 describió depresiones
periódicas y esquizofrenias leves como casos borderland. Como cita
nuestro compañero Doria Medina,* uno de los primeros en insistir en

* Un trabajo del Dr. Doria Medina se publica en este número. (N. de R.)
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el término "borderline" fue Stem en 1938 que definió al borderline


como un grupo de neurosis no susceptibles de ser psicoanalizadas,
que habían tenido una severa negligencia maternal y tenían entonces
un daño narcisista también muy severo que le llevaba a presentar
fallas de la autoestima, una severa rigidez de la personalidad que de-
fendía de una especie de "hemorragia psíquica", que producía una in-
tensa ansiedad ante cualquier expresión que fuera juzgada como críti-
ca; justamente eran inaccesibles a la psicoterapia porque todas las
interpretaciones eran consideradas como críticas, no como tentativas
de ayuda terapéutica.
Sin embargo, antes que Stem, Glover en 1932 dijo que "encontraba
insatisfactorio el término 'borderline' o también si queremos 'pre-
psicótico', porque un mecanismo psic6tico si está presente debe ser
rotulado definitivamente y no con términos medios".
Fue prácticamente Knight que presentó en 1954 una descripción
que podríamos llamar casi definitiva del término "borderline". Dijo
que si bien el término no tenía ubicación oficial en la nomenclatura
psicoanalítica, sin embargo implicaba que el paciente estaba severa-
mente enfermo, pero no francamente psicótico;que hasta ese momento
Cuando se hacía la descripción de un paciente con esa denominación
lo que realmente salía a luz era la dificultad para considerarlo neu-
rótico o psicótico y que en realidad ambos fenómenos se observaban
como concomitantes en el mismo paciente; en realidad borderline no
era una división entre neurosis y psicosis sino un individuo que era
portador de ambos conjuntos de elementos clínicos.
Justamente en la proposición para el número temático no se ha
incluido una de las definiciones que se han dado últimamente a los
borderline cual era la de "casosgraves"; parecería que el único enfermo
grave que tenemos son los borderline y que histerias como algunas de
las descritas por Freud no son tan graves como el borderline.

Ensayos de descripción clínica

Schmideberg en 1959 hizo una descripción bastante abarcativa de lo


que es el síndrome borderline, y también sostuvo que era una mezcla
de normalidad, neurosis, psicosis y psicopatía. Señaló que hay una
severa perturbación de la personalidad que incluye a varios aspectos
del vivir, y que son sujetos con una seria dificultad en sentir emociones,
tanto en su vida diaria como en el amor. Antes de pasar a considerar
algunos autores argentinos ya que en otros países de habla latina
muy poco se ha considerado, quiero señalar que Frosch en 1964 acla-
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ró bastante qué son las estructuras, diferenciando las estructuras


psic6ticas, las de carácter y las neuróticas; mostró que las estructu-
ras de carácter son las que podrían ser consideradas limítrofes por
cuanto están ubicadas, si bien como logro de integración sobre la
estructura psicótica, todavía con déficit de integración con respecto a
las estructuras neuróticas. También agrega que entre los caracteres
se podría llamar "carácter psicótico"a lo que se llama comúnmente
"borderline", a veces también como"esquizofrenia ambulatoria" o "es-
quizofrenia seudoneur6tica" o "esquizofrenia sin psicosis". También,
que los caracteres "comosi" descritos por Helene Deutsch correspon-
den a ese tipo de carácter psicóticoo del tipo borderline. Sostuvo que
lo característico de estos caracteres psicóticos es el trastorno de las
funciones del ego en sus relaciones con la realidad, con los objetos
extraself y también con las estructuras intrapsíquicas. Señalaba que
había una relativa preservación de la relación con la realidad (se
refería seguramente a la realidad objetiva, ya que la distorsión en la
psicosis es la sustitución de la realidad objetiva por la realidad subje-
tiva, eso que se llama comúnmente la ruptura con la realidad); una
relación de objeto que se presenta como evidente pero que tiene ca-
racterísticas infantiles, lo cual hace que el sujeto pueda adaptarse a
la realidad objetiva, con algunas modificacionesque a veces son tan
importantes como para que el sujeto haga una regresión y aparezca
una psicosis transitoria; pero lo que presentan estos caracteres
psicóticos o borderline, es la posibilidad de una reversibilidad de la
regresión.
En un artículo que publiqué hace bastante tiempo en esta REV. DE
PSICOANÁLISIS me ocupé de lo que solían ser los estereotipos clínicos de
este conjunto y traté de mostrar que esa organización infantil de las
funciones del ego, debido naturalmente a situaciones traumáticas
narcisistas en la época preedípica, es decir de la época de la simbiosis
madre-hijo, traía una particular organización del carácter yoico,en el
sentido de que era posible lo que señala Frosch de la reversibilidad
de la regresión, dado que la psicosis transitoria que estallaba en
determinados momentos (sobre todo cuando el borderline no puede
evitar sentir amor por el objeto, lo que lo lleva a una fusión tipo
identificación primaria, con confusión y necesidad de violencia para
desidentificarse), esta regresión psicótica estaba fundamentada sobre
todo en una sustitución de la realidad objetiva por una realidad
subjetiva, lo que yo denomino desrealización y no ruptura con la rea-
lidad; en cambio, no se acompaña de despersonalización, o sea que el
uso del cuerpo, de los músculos y del esqueleto queda bastante con-
servado.
Esto permitía que el sujeto usara de la violencia muscular para
poder producir la separación de la identificaciónprimaria psicotizante;
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justamente se ponía en evidencia lo que tanto sostengo en otros


múltiples trabajos: que el problema más serio en estos caracteres
psicóticos es la fragilidad yoica en cuanto a la función sintética, es
decir la fragilidad del mantenimiento de la fusión pulsional. El sujeto
no puede amar porque si ama la confusión psicotizante lo lleva a la
impulsividad y compulsión de destruir el objeto amado Presenté al-
gunas viñetas clínicas al respecto, y curiosamente esos trabajos no
han sido muy comentados en nuestro ambiente, como si al ser leídos
hubieran producido escepticismo o rechazo, o nunca hubieran sido
leídos.
También sostuve que hay una forma de borderline que no ha sido
descrita por los autores norteamericanos, ni Kernberg, ni Schmideberg
ni otros, ni tampoco por Rosenfeld en Londres, que denomino
"despersonalización crónica", en donde el sujeto si bien ha logrado
que la acción muscular no sea destructiva, sin embargo tiene suficiente
capacidad accional como para ubicarse en situaciones relacionales; se
produce una disociaciónyoica parecida a lo que es el dormir en donde
la musculatura sirve para ciertos movimientos pero pierde su agre-
sividad y en cambio la regresión tópica permite la preservación de lo
que es perceptivo y construcción de imágenes y fantasías; esta
disociaciónyoica permite que las identificacionesconstructivas basadas
en agresiones y afectos no confusionantes -que pueden ser activadas
oportunamente- a pesar que no hay una estable identidad del yo, el
sujeto es capaz de percibir, casi como si dijéramos telepáticamente lo
que es el transcurso del pensamiento del otro. Esto permite, por
ejemplo, que en un examen académico el sujeto perciba cuál es la
respuesta que el profesor espera que el alumno produzca; la produce
y obtiene entonces excelentes calificaciones.Me permití plantear una
discusión acerca de las medallas de oro que suelen ser despersona-
lizaciones crónicas. También sobre los candidatos que tienen excelentes
entrevistas de admisión.
Creo que una de las características del carácter psicótico o del es-
tado borderline (yo prefiero esta última denominación), al igual que
todos los caracteres, son estructuras y por lo tanto inmodificables con
ninguna clase de terapia. Kernberg me sostuvo que las estructuras
son modificables a través de la psicoterapia y del psicoanálisis; yo
sigo pensando que no es así, que una estructura es algo dado. Una
estructura psicótica puede ser que no haga una psicosis clínica pero
es merced a la construcción de rituales, fetiches, objetos acompañan-
tes, etc. todo lo similar que le permita transitar por la continuidad de
su vida sin que se puedan notar perturbaciones en la parte intelec-
tual. Estos sujetos son considerados normales, inteligentes, a pesar
de que son restituciones psicóticas. En el logro de integración que
significa la estructura de carácter el sujeto percibe que por no haber
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conseguido el gran logro de su sentimiento de existencia, el no haber


sido tratado de igual a igual en la época narcisista preedípica y luego
en la edípica, por sus padres y sus mayores, es que no ha podido
poner en pleno funcionamiento la función sintética del ego y por lo
tanto no tiene consistentemente fusionadas las pulsiones, es decir la
destructividad puesta al servicio de lo que es Eros, la libido. Por lo
tanto para poder amar, cualquier estructura de carácter, cualquiera
que sea la dinámica expresiva con que se muestre, debe tener rituales,
fetiches, o cualquier otra clase de objeto acompañante que le permita
expresar amor, incluso a veces sentirlo, sin que se defusionen las pul-
siones y se produzca la tan temida destrucción del objeto amado.
Cualquiera de las estructuras de carácter -por ejemplo, la histéri-
ca- nos presentará las características de su exhibicionismo, la se-
ducción, el acercamiento hasta determinada distancia, y luego la
necesidad de producir la frustración en el objeto que se sintió sedu-
cido, producir el alejamiento con el encuentro de un objeto tercero
para depositar en él proyectivamente la responsabilidad de la no con-
sumación del acercamiento que se venía entablando. En algunos ca-
sos ese acercamiento puede llegar hasta lo sexual, y la mujer histé-
rica produce dramatizaciones en donde parecería que el hombre que
la acompaña ha conseguido la mujer con orgasmos solemnes. Pero
era dramatización.
Un carácter fóbico (conste que no digo un carácter bochinche, aso-
nada, pelea) produce el acercamiento siempre que tenga un valioso
fetiche acompañante. Por ejemplo,el agorafóbiconecesita un personaje
como objeto acompañante o un objeto de importancia, como su auto-
móvil o determinada indumentaria o la construcción de un ritual o
camino contrafóbico. En estos casos es "comosi" pudiera amar pero
llegado un momento en que la señal de alarma, ansiedad que señala
que hay peligro, el sujeto mira al reloj y dice: "Qué lástima, tengo
que irme, el dentista me espera".
Así podríamos describir las distintas dinámicas de las estructuras
de carácter (depresiva, narcisista, paranoide, etc.) pero no lo hacemos
porque creemos que todo el mundo las conoce.
Lo importante es que sostengo que la estructura es inmodificable.
Se pueden producir, sí, lo que llamamos "curaciones".Son cambios en
la dinámica de la vinculación objetal, o sea en la modalidad expresiva
con que un sujeto lleva a cabo su sociabilidad.
Yo sostengo que lo esencial para que hablemos de salud mental o
no salud mental, es que el sujeto sea sociable, que tenga la posibilidad
de que la sociabilidad signifique la expresión más clara de su capa-
cidad de amar. Si no hay sociabilidad no hay amor finalmente. Socia-
bilidad es sentimiento de existencia.
Vemos cuán importante es la observación del transcurso infantil,
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que es lo que ha producido la posibilidad de transitar por el período


narcisista preedípico, construir luego el período edípico, y finalmente
la posibilidad de haber estimulado a sus concurrentes a que en la
familia se haya establecido un modelo de comunicación verbal ex-
presiva, es decir con el mínimun de códigos.

Diagnóstico diferencial

Poder sostener el término ''borderline" significa específicamente que


hay una combinación de elementos neuróticos y psicóticos y que el
sujeto presenta una ubicación dentro de tal dinámica que es im-
predictible -de alguna manera lo que en mi trabajo llamo "estable
inestabilidad"-, que nos permite también por otra parte sostener que
esto es resultante del desarrollo evolutivo de todo ser humano; es
decir las fases de psicosis infantil, recuperación de las mismas y luego
fases de gratificación de la dependencia que permite una recuperación
más o menos sostenida. Glover en 1966 decía que la psicosis infantil
es lo que debe ser tenido en cuenta para entender un estadio puberal,
adolescente o adulto y que debemos recordar que todos hemos sido
psicóticos larvales desde la edad muy temprana; lo que Margaret
Mahler llama actualmente estadio autista y estadio simbiótico. Anna
Freud también, posteriormente, señaló la relación que existe entre
las conductas del adolescente y las turbulencias que tienen aspectos
de psicóticos-borderline;lo que en el adolescente puede ser normal si
corresponde a la contienda entre su dependencia y su rebeldía.
Las vicisitudes del desarrollo evolutivo tienen que ver con la posi-
bilidad de superar la etapa de la estructura psicótica, luego superar
la etapa de la estructura de carácter, poder llegar a un manejo de la
ansiedad como señal de alarma; pero los ingredientes que conforman
tal desarrollo evolutivo no son fácilmente señalables en las formas
como lo que podríamos decir para algunas afecciones médicas en
especial las que corresponden al grupo deficitario.
En grandes líneas, la observación nos permite afirmar que hay
elementos clínicos típicos para esta caracteropatía borderline, que esto
gira sobre todo alrededor de lo que es la fragilidad de la organización
de funciones que constituyen el ego, consecuentemente la construcción
del sentimiento de identidad y de existencia. Pero comojustamente el
elemento "como si" es fundamental en todo este grupo clínico que
constituye la entidad borderline, un diagnóstico diferencial resulta de
alguna forma dificil.
Podemos citar, por ejemplo, que la psicosis se desarrolla abrup-
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tamente sin aviso. Como dice Grinker: "el sujeto borderline en una
regresión psicótica se comporta como un animal no domesticado,
asustado y furioso, que parece gratificarse en una conducta cani-
balística y defecante". Hay más de una actitud altamente agresiva: el
paciente parecería ser feliz al enmascararse apelotonado y sucio, no
respondiendo a otra cosa que a sus fantasías infantiles que expresan
acerca de lo que pareciera ser el sentimiento altamente persecutorio
de miedo por estar inmerso en un mundo confusionante. Cuando el
sujeto emerge conversivamente desde esta regresión, se viste, come
naturalmente, mantiene la limpieza y responde verbalmente en for-
ma adecuada a lo que se le diga; se identifica claramente con los
circunstantes en cuanto a un interlocutor y la tendencia es entonces
siempre a provocar que los circunstantes correspondan a sus deseos
de contar los recuerdos displacenteros.
Podríamos decir con esto que tales pacientes no pueden comprender
qué es un ambiente humano positivo a causa de que hubo un trans-
curso evolutivo con ingredientes que modelaron esa "maldad" en el
interior de ellos; esto constantemente tiende a salir hacia el extraself,
por lo cual podríamos decir que un borderline es un sujeto que siempre
está con rabia, que responde en general en forma ruda y que pareciera
que el único afecto es justamente la desconfianza y la rabia; en último
caso esto es subsanado con un incremento de la dependencia, de tal
forma que tampoco hay aspectos positivos en esta nueva modalidad
relacional. El sujeto siente como que le dan cosas para que no esté
enojado; esto es en sí una ausencia de indicadores de una identidad
positiva de ese clima y pronto aparecerán las manifestaciones de-
presivas y pronto por último, si llega a sentir realmente amor por el
objeto, estalla la regresión psicótica para corregir la confusionante
identificación primaria que emergió por la vinculación libidinal y el
acercamiento afectivo positivo.
El mismo Grinker en 1953 dijo que el estudio del problema del
borderline tendría que enfrentarse en una forma parecida al estudio
de los problemas psicosomáticos. Parecería que en ambos el punto
central clave es el período de diferenciación de lo total heredado hacia
los modelos de individualidad aprendidos y que conforman la cons-
trucción del self. Justamente lo que hablamos de instancias, ello, yo,
superyó y realidad extrapsíquica es algo que debe integrarse en un
sistema personal nuevo que es el total de la personalidad, el self,
donde el superyó corresponde a una modalidad bastante gráfica de
señalar cómo son internalizadas las figuras parentales, si como
sostenedoras del sentimiento de existencia o como amenazantes pri-
mitivos. Parecería que es entonces el proceso intermediario del de-
sarrollo entre lo indiferenciado y el procesode maduración integrativa,
es decir el tramo simbiótico, narcisista preedípico el que daría la cla-
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ve de qué puede haber ocurrido para que un sujeto haya quedado


detenido en esa estructura de carácter, con defensas tan rígidas, el
carácter psicótico,o sea el borderline, con las modalidades que estamos
señalando.
A veces uno piensa en las contribuciones que ha tratado de poner
en circulación con el empeño de ser útil a la comprensión de lo que
es nuestra ciencia, tanto teórica comoprácticamente, y es injusto que
uno aparezca comono tenido en cuenta o comoolvidadoy no se pongan
en discusión las aportaciones hechas.
La novela familiar que es construida por el latente debe ser la clave
sin duda para entender cómoel sujeto ha conformadola geometría de
las representaciones mentales de sus internalizaciones, lo que debe-
ríamos tratar de modificar, llevar a un cambio, para que el individuo
muestre su deseo de salir de su infortunio o se muestre por lo contra-
rio feliz en su gratificación masoquista.
En un libro de reciente aparición que está dedicado a los "pacientes
limítrofes", una autora suscribe un capítulo sobre diagnóstico dife-
rencial. Con esta autora tuvimos una vez una oportunidad de estar
en una reunión clínica del departamento de psicosis de APA, en donde
se presentó un material clínico de una paciente; al final de la expo-
sición de dicho material clínico se "intentó hacer el diagnóstico".
Yo recordé, años después, en otra reunión del departamento de psi-
cosis, y estando también presente la autora del capítulo a que hago
referencia y algunos otros que estuvieron presentes en aquella primera
reunión en que se leyó el material clínico; habíamos sido trece inte-
grantes en esa jornada científica. Comenzaron a darse diferentes
opiniones; la autora que menciono dijo que se trataba de una es-
quizofrenia; otro de los presentes dijo que para él era una "para-
frenoide"; otro dijo que se trataba de un evidente caso de identifica-
ción proyectiva excesiva; así siguieron dándose diferentes títulos
diagnósticos hasta que me llegó el turno; cuidadosamente había tra-
tado de quedar rezagado para ser el último en ofrecer la tentativa
diagnóstica; mostrando que había habido una docena de diferentes
diagnósticos producidos por gente de bastante experiencia, me era
cómodo decir que se trataba de una "comosi", en cuanto a cada una
de las tentativas diagnósticas, o sea que se trataba de una mujer
borderline. Avalé además esto con la circunstancia de haber desem-
peñado tareas que requieren mantenimiento, en todo caso también
"como si" de integración, y las escenas violentas que hacía frente a
sus terapeutas, con agresiones de hecho.
En este capítulo que señalo en este libro recién aparecido, no se
menciona para nada ese episodio científico que relato, omisión que
considero dificilmente explicable, ya que lo que acabo de referir es
ilustrativo para juntar la "estable inestabilidad", el "como si" y el
Edgardo H. Rolla

estallido de las regresiones psicóticas con la facilidad de todos los


demás elementos que hemos ido describiendo tanto desde mi punto
de vista como desde el de otros autores.
Por lo tanto podemos conservar la denominación "borderline" lo mis-
mo que conservamos histérica o fóbica o cualquier otra que son acep-
taciones consensuales de uso que hacemos a determinadas denomina-
ciones. Si no queremos ''borderline'', para que no tengamos la tentación
de cambiarlo por límite, tomemos las descripciones de Jones que
llamaba ''borderland'', o también la de Hughes, Clark y otros que usa-
ban la misma.
Reconozcamos con cierta sinceridad y valentía que cuando nos da
mucho trabajo entender algo en nuestra ciencia entonces echamos
manos a las especulaciones y en especial a las palabras, que mostrarán
por su versatilidad que tenemos grandes lagunas de conocimiento.
En 1962 publiqué un libro en cuyas partes finales dije que a mi
entender, si no se producía una mutación genética, la humanidad iba
organizándose para resumirse en tres agrupaciones: esquizofrénicos,
borderlines y psicópatas. Podríamos decir que mi idea se refería a los
desechos, a los esclavos y a los dominadores.
Por supuesto que merecí muchas críticas, algunas burlonas, recuerdo
que Bleger dijo que eso era una exponencia de mi psicosis.
Actualmente se está preparando para producir seres humanos na-
cidos en el espacio, procreados fuera de la influencia gravitaria y de
otros elementos de este planeta. ¿No será esto el origen de una
mutación genética?

Discusión final

Espero haber hecho un uso adecuado de la invitación de nuestra


Comisión de Publicaciones.
Sin tener temor del derecho de réplica, insistiré que tendríamos que
ser más cuidadosos en mostrar lo poco que sabemos, la escasa ex-
periencia que muchos tienen, a veces nula, que se suplanta con es-
peculaciones a veces ingeniosas.
Por otro lado tendríamos que hacer un Simposium para ponemos
de acuerdo en la nomenclatura, el fundamento de las denominaciones
que adoptemos, finalmente comprometemos a ser respetuosos de las
conclusiones a que lleguemos en cuanto a que tal cosa signifique tal
cosa sin estar convirtiéndolo a diversos idiomas.
Por ejemplo, tendríamos que discutir profundamente y ponemos de
acuerdo acerca de qué utilidad presta un diagnóstico y si nuestro
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diagnóstico psicoanalítico ha de diferir fundamentalmente del diag-


nóstico psiquiátrico, ya que nosotros tendremos que tomar en cuenta
la estructura y las dinámicas mentales como elementos diagnósticos.
Un diagnóstico psicoanalítico habrá de ser estructural y dinámico y
por lo tanto contendrá un significado en cierto modo múltiple y por
otro lado la clave del estereotipo central de cada una de las modalida-
des descritas.
Salud mental es algo más que lo que dijo Freud, algo más que la
capacidad de amar y trabajar; habrá que sumar a lo enunciado por
Freud, la posibilidad de haber construido una función sintética que
mantenga fusionadas las pulsiones en tal forma que sea evidente que
en determinado momento el sujeto logró el sentimiento de existencia
suficiente comopara que se produzca lo que dice Grinker acerca de la
integración y organización consolidada del procesointermedio de desa-
rrollo entre lo indiferenciado y el proceso maduro de integración, que
para mí es lograr el mantenimiento del sentimiento de existencia.
De acuerdo con Freud, etiología en nuestra ciencia es justamente
desarrollo evolutivo. Lo que es necesario desglosar a la altura actual
de nuestros conocimientos es que desarrollo evolutivo no es sencilla-
mente el tiempo que pasa, la maduración biológica que a menos que
esté coartada genéticamente, se muestra inexorable, y que la madre
sea mala o sea buena, y el padre sea existente o ausente.
Desarrollo evolutivo es una sumación compleja, en cierto modo ar-
bitraria, donde intervienen diversos factores que dan tal o cual re-
sultante, factores que van desde lo congénito, hereditario, hasta los
sucesos sociales mundiales aparentemente sucediendo en otro mundo.
De esta forma en una pareja que tiene media docena de hijos, uno
resulta esquizofrénico, otro antisocial, otro superdotado, otro genio en
su metier, etc., series complementarias.
Para un buen estudio del desarrollo evolutivo de un sujeto habría
que hacer minuciosos cortes transversales con una compaginación
empírica y estadística minuciosa que pueda dar lugar a conclusiones.
De lo contrario la madre mala o idealizada, el padre ausente o super-
dotado, los hermanos calamitosos o la gente buena que rodea al su-
jeto, serán factores determinantes inmediatos y definitivos, cosa que,
aunque no tengamos un detalle objetivable pleno, sabemos que no es
así porque la adolescencia es una moratoria social que al ingreso "al
mundo" el conjunto social le da al individuo para que tome conciencia
más o menos clara de lo que ha sucedido hasta ese momento en su
transcurrir por la vida y haga enmiendas, retracciones, correcciones o
toma de decisiones en procura de un logro de integración.
Winnicott insiste mucho acerca de que si el niño en su época
preedípica y luego en la construcción de los momentos edípicos, para
la pubertad, siente que es tratado como"uno más" en el conjunto en
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que él se está desarrollando, es cuando adquiere eso que denomina-


mos sentimientos de existencia, lo cual es un paso de integración
decisivo. Retomando lo que dice Grinker acerca de la integración y la
realización consolidada del proceso intermedio de desarrollo entre lo
indiferenciado y el proceso maduro de integración, creo que en realidad
es una descripción dinámica preciosa de lo que es un suceso cabal y
drástico, cual es el logro de un sentimiento de sociabilidad, convivencia,
que es a mi entender el sustractum del sentimiento de existencia y
de una posterior consolidación de las funciones sintéticas como para
que se consiga también el logro del mantenimiento del sentimiento de
existencia.
Esto es lo que da a mi entender un sentimiento de integración que
lleva al sujeto a un logro tal como para superar el estadio de la es-
tructura psicótica y de la estructura de carácter, pasando a mantener
un uso de la señal de la ansiedad como señal de alarma que marcaría
siempre la posibilidad o inminencia de la defusión pulsional, lleván-
dolo al sujeto a un accionar tal como para que la destructividad, el
sadismo destructivo, quede siempre puesto al servicio como un ele-
mento muscular, al servicio del transcurso libidinal; entonces las
pulsiones fusionadas no darán lugar a la emergencia del sadismo libre
que es el sadismo destructivo.
Pienso que la descripción de Grinker se acerca más a lo dinámico
que las tentativas de Kernberg y de otros autores que refieren todo el
hecho a la vinculación objetal, los objetos buenos y los objetos malos
y si bien esto es descriptivo no nos marca lo que creo que es sustan-
cial, cual es el porqué de que los objetos sean buenos o los objetos
sean malos, si lo son por sí mismos yeso es lo que llenan de maldad
o de bondad a un sujeto o es éste el que los hace buenos o malos
según su voracidad.
Melanie Klein dijo que había una posición esquizoparanoide en que
las dinámicas eran idealización, negación, omnipotencia. Luego de esto
venía una etapa de integración del objeto -y naturalmente aunque
Klein no lo dice, de integración del sujeto- en que puede ser destruido
lo bueno o idealizado por destruir lo malo o persecutorio. Si esta
posibilidad emerge en el sentimiento del niño, emergen el sentimiento
de culpa y la necesidad de reparación. Pero ¿y qué pasó con la
idealización? Creo que es un punto a tratar como clave de la dinámica
porque a mi entender en esa llamada posición esquizoparanoide no
solamente es que los objetos están escindidos, disociados y fragmen-
tados en objetos parciales, sino que el sujeto ya de por sí ha construido
una dinámica para la vinculación afectiva luego de que emerge de la
posición autista; esta dinámica es la idealización como eje central,
que naturalmente niega lo posible de la destructividad e incrementa
el sentimiento de omnipotencia. Es esta idealización la dinámica que
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permite al sujeto vincularse con el objeto, sin amarlo pero idealizán-


dolo, que es algo superior al propio amor, como que es lo que senti-
mos por los dioses, y también por nuestros padres en la etapa de
severa dependencia y de la necesidad de ser protegidosdel psicotizante
sentimiento de desvalimiento.
La idealización habrá de subsistir como dinámica de vinculación
hasta que ese proceso de consolidación del estadio intermedio del
desarrollo entre lo indiferenciado y el proceso maduro de integración,
dé al sujeto el sentimiento de la existencia, de convivencia, y por lo
tanto la posibilidad de fusionar sintéticamente las pulsiones, dejando
la agresividad al servicio de la libido como eje central de las vincu-
laciones; no quiere decir esto que el sujeto no sea en absoluto agre-
sivo de ahí en adelante, sino que la agresividad es puesta en juego
cuando corresponde a una necesidad de defensa propia, o de librarse
del objeto pernicioso que de otra manera no se aleja y deja de per-
turbar, o de gozarlo como en el orgasmo.
La idealización por lo tanto ha de seguir manteniendo la deidad de
los padres y de los mayores de un conjunto que convive,hasta que el
sentimiento de existencia se sienta consolidadotanto como para que
la señal de alarma juegue un rol principal como advertencia de la
posibilidad de que emerja una destructividad extemporánea.
Pero posiblemente al final de la latencia, con el advenimiento de la
pubertad que significa una necesidad de desidealizar al propio cuerpo
y al propio self, el sujeto también habrá de incrementar una dinámica
que lleve a la desidealización de las figuras parentales en tal forma
que sea ésta el tramo de integración hacia la autonomía, el cese de la
dependencia infantil (cese contra el cual el adolescente lucha tanto
con su rebeldía), y el sujeto en la adolescenciatermina de plasmar su
ingreso a las estructuras neuróticas o también a lo que yo denomino
"estructura en forma adulta de la especie".
La desidealización ha remplazado a la idealización, ha puesto en
juego la convivencia (es decir, el amor) y utilizará la agresión como
defensa propia o para eliminar, aun alejándose, a objetos indeseables.
De esta forma pienso que se entiende mejor cómo es el transcurso
evolutivo que hablando simplemente de objetos buenos y objetos ma-
los, de sombras de objetos sobre el yo, y me permite entender que si
la convivencia se dio, y por lo tanto el sentimiento de existencia, el
sujeto no se fija en la etapa de estructura de carácter, no necesita
fetiches o rituales mágicos para controlar la destructividad, y prosi-
gue hacia la etapa de neurosis con lo que ingresa al cupo de personas
que tiene la felicidad de poder amar sin destruir.
Curiosamente Freud escribió en el año 1909 su obra "La novela
familiar del neurótico", tan informativa, luego no la retomó, como en
general ha hecho a lo largo de su creación de elementos señeros
466 Edgardo H. Rolla

previos, con lo que desperdició importante información acerca de lo


que es el trabajo de desidealización, cómose transforma en sufrimien-
to y desilusión en el caso de que las figuras parentales endiosadas
produzcan ellas por sí mismas la evidencia de la desilusión, llevando
a lo que Kernberg y otros llaman la internalización de objetos malos
que no pueden fusionarse con objetos buenos. Objetos malos, como
siempre, referiría a las figuras parentales o fraterna; pero también el
odio, la rabia, el miedo, son objetos malos propios intrínsecos, lo que
Klein llamaría objetos internos. El no poder desidealizar a las figuras
idealizadas y llevarlas a un nivel similar al propio, debe producir en
el niño púber y adolescente temprano sentimientos de pánico, paranoia,
dificultad de establecer la identidad sexual y, lo más grave aun, di-
ficultad para establecer un sentido a la vida, es decir tener una imagen,
una representación mental, de lo que significa el para qué de la
existencia. Esto puede ser muchas veces la fuente del suicidio del
adolescente.
Con toda esta descriptiva que acabo de hacer, llegaré simplemente
al punto borderline diciendo que el desarrollo evolutivo de un sujeto
que pueda ser calificado de tal por las señales clínicas que convergen
debe haber tenido trastornos severos en su desarrollo evolutivo, que
pueden ser dichos metafóricamente como que una madre posesiva,
controladora y no amorosa, y un padre ausente que no procuró la
separación e individuación del niño con respecto a su madre, por un
lado permitieron superar la estructura psicótica, pero lo mismo queda
el sujeto fijado a una etapa en que tiene algunas diferencias y pa-
recidos con la estructura psicótica.
Por ejemplo, en los casos de conmociónemocionalsevera, el individuo
siente que se defusionan sus pulsiones; y ante la inminencia de la
destrucción del objeto, el psicótico retira totalmente la catexis, se
despersonaliza, pierde toda su capacidad muscular de ataque, al mismo
tiempo que cambia la realidad objetiva por una realidad subjetiva, o
sea, produce la desrealización. No es ruptura con la realidad, creo
que hay que abandonar esa asignación, sino que la realidad objetiva
desaparece transformada en subjetiva, es decir se acaba, es el fin del
mundo. La desrealización y la despersonalización llevan a una re-
gresión profunda para poder ser mantenidas, y luego de esto el
psicótico también pierde su relación con las representaciones menta-
les, se produce la catástrofe interna, y el sujeto queda en la nada,
aniquilado.
Una estructura de carácter mediante un ritual, un truco o fetiche,
una actitud que se convierte en estereotipo central, lleva a que el su-
jeto generalmente no pueda evitar la desrealización, pero sí conserve
la personalización, es decir la actitud muscular. Ejemplos: un f6bico
huye; un histérico, luego de las actitudes seductoras del exhibicionismo,
Borderline: Patolog(a movediza produce denominaci6n versátil 467

se transforma en un rechazante activo; en el carácter borderline, el


individuo que era ya de por sí inestable, era como si fuera histérico,
como si fuera fóbico, como si fuera paranoide, comosi fuera depresivo,
cuando no puede evitar la fusión libidinal con el objeto entra en
confusión, produce la desrealización intensa, la psicosis regresiva, pero
no pierde la personalización, o sea que sus músculos quedan con-
virtiendo al sujeto en una especie de animal no domesticado furioso
y sucio. La fusión libidinal con el objeto, similar a la identificación
primaria.
Antes de esto el borderline era un sujeto "como si" fuese normal,
entendiéndose por normalidad la capacidad de convivencia, de inter-
locución, intercambio, y la realización de tareas que le sean encomen-
dadas. Uno de los detalles clínicos más llamativos en cuanto a la
estructura borderline, es que el sujeto parece haber perdido total-
mente su iniciativa y que, a pesar de que su mente concibala ejecución
de un plan, no lo llevará a cabo si no se lo explican y se lo ordenan,
es decir que las palabras que explican la imagen mental que el sujeto
tiene debe venir desde el extraself. La pérdida de iniciativa debe ser
también una defensa que, como si fuera una despersonalización,
posterga la posibilidad de una emergencia sádica destructiva.
Todo esto es consciente en el borderline, lo cual le produce un esta-
do depresivo prácticamente permanente, una línea continua depresi-
va, que le trae por otra parte ese mal humor, esas reacciones
paranoides frecuentes, y una actitud de insolvencia que está muy
marcada por la pérdida casi total de la iniciativa. Es un niño grande,
inteligente y sumamente maleducado.
Este "como si" que Helene Deutsch había puesto para una sola
categoría clínica, pero que en realidad a mi entender corresponde a
todo el grupo borderline (así como el impostor que ella describió per-
tenece a todo el grupo psicopático) sería el ritual mágico que dilata
en el borderline la posibilidad de una emergencia psicótica. Cada es-
tructura de carácter tiene sus características ritualísticas; como dije,
el histérico (el cuerpo de matriz), especialmente bondadoso, gracioso,
de buen humor, exhibicionista, seductor; cuando sus provocaciones
llevan al despertar a veces erótico en el objeto aparecen el rechazo
racionalizado, la responsabilidad adjudicada a otro y la interrupción
del vínculo; no sé si los objetos internos son buenos o son malos pero
clínicamente esto es lo que produce un histérico, que no lo produce el
fóbico por cuanto éste es más bien desatento, grosero y mostrando su
tendencia a llevar a cabo el significado de su designación, fobia, cual
es el de bochinche, asonada, grosería; el punto final es puesto por
una huida racionalizada.
No seguiré describiendo características de las otras estructuras de
carácter porque son de todos conocidas. Pero me interesaría saber si
468 Edgardo H. Rolla

hay alguien más que está de acuerdo en la estable inestabilidad, la


depresión continua, la pérdida casi completa de la iniciativa, la emer-
gencia de la psicosis regresiva sobre todo alrededor de la desrealización
y la conservación de la personalización, la psicosis mostrando
clínicamente un momento agresivo cuajado de odio y de paranoia; la
terminación brusca del momento regresivo y la recuperación en una
forma que da lugar a otro nuevo "como si", la de un normal. El animal
furioso se toma un animalito miedoso.
La forma clínica más sutil de la organización borderline está dada
por lo que yo he denominado "despersonalización crónica", en que la
sustitución de la realidad objetiva por la subjetiva lleva a una posi-
ción onírica, donde hay una disminución severa de la actividad mus-
cular pero un incremento de la actividad sensorial. Una regresión tí-
pica selectiva. Como dije, los sujetos que dan excelentes exámenes en
las universidades pueden ser despersonalizaciones crónicas. También
es lo que explica la fantasía de la telepatía.

Comentario final

Mi concepto de convivencia tiene similitud con el trabajo de Winnicott


que tituló: "La capacidad de estar solo". El anacoreta no está solo, es
una psicosis autista. Solo está el niño que es capaz de seguir jugando
al lado de su madre sin necesidad de entablar vínculo objetivo pero
sin deformar la realidad objetiva; al igual que dos amantes en los
segundos siguientes al coito con orgasmo. Es la consecuencia de ex-
periencias que formaron el sentimiento de existencia y luego conso-
lidaron la función sintética que llevó a la fusión de las pulsiones y
aleja el peligro del sadismo libre.
En todas las convivencias el narcisismo preedípico debe efectuar un
cambio con el duelo correspondiente para pasar de la estructuración
dual a la estructuración triádica. Entonces no es como decía Leclaire
que Narciso debe morir para que nazca Edipo, sino que es ese cambio
de dual a triádico lo que significa el logro de la convivencia en cuanto
a que el niño, habiendo sido tratado de igual a igual por la madre y
puesto en circulación social con la objetivación del padre, logra ese
inefable sentimiento de ser, el de existir, es Hamlet que resuelve su
problemática de "ser o no ser". Una vez le dije a Leclaire que no era
procedente su pensamiento de que para que Edipo nazca Narciso debe
morir. En el mito que usamos como fundamento de esta teorización,
Narciso consigue detener a su padre fugitivo: el río Céfiso, lo convierte
en un estanque tan quieto como que él puede ver su rostro reflejado
Borderline: Patologia movediza produce denominación versátü 469

en el agua cuando se inclina sobre la borda; ha recuperado así una


falsa triangularidad por cuanto esta unión con su padre no es lo que
conduce a la triangulación, a la triada edípica, sino que ha hecho una
nueva conformación diádica, Narciso-padre, no está objetivamente
implícita la madre, Leiríope. De esta forma Narciso no puede producir
una secuencia evolutiva y cayendo dentro del agua se muere, se suicida
fácilmente, fusionado con su padre, que al fin detuvo. Naturalmente
ésta es la más clara señal de que si Narciso muere Edipo no nace,
porque no hay continuidad evolutiva.
Para que Edipo nazca, Narciso debe aceptar su existencia, tener un
sentimiento de tal y la continuidad de la misma, con lo cual la conti-
nuidad genética lo lleva a la emergencia de Edipo, a la triangularidad;
ahora es Narciso y Edipo; han de vivir juntos hasta el fin de la vida
ñsica, en convivencia, en amor.
Para que todo esto se dé, la madre, en ese caso Leiríope, no habrá
de transformarse en Eco, sino que debe ser una madre que provee al
niño todas las oportunidades para que sus aparatos sensoriales, in-
cluido especialmente lo propioceptivo, vayan produciéndole la sensa-
ción de propietario de su propio cuerpo, del soma que va a albergar
para siempre a su vivir; esto le permite, al reconocer la composición
de todas las partes de su cuerpo, la consecución de un placer parti-
cular casi orgiástico, que es lo que llamamos perversión. Pero, en el
niño, como fenómeno evolutivo, la fase perverso polimorfa significa la
posibilidad de la salida de las dos previas etapas psicóticas evolutivas,
cuales fueron la autista y la simbiótica; finalmente el destello "des-
cubrimiento" de la existencia de un padre-objeto, con el cual también
hay que trabar un vínculo como se trabó un vínculo objetal con la
madre.
El Edipo clásico, tomado desde la fábula de Sófocles y salvando el
reconocimiento que éste hace del proceder inconsciente, el transcurso
ostensible cual fue el crimen del padre y el desposorio y fecundación
de la madre, es sin duda un contenido manifiesto que nos está in-
dicando que como psicoanalistas tenemos que ir a la búsqueda del
contenido latente. Este contenido latente muestra que luego del cri-
men del padre y del crimen de la Esfinge es cuando Edipo desposa a
su madre. Es la superación de la muerte-destino lo que lo lleva a
producir la psicosis simbiótica. Nuevamente estamos, como en el caso
del mito de Narciso, en que no hay continuidad evolutiva sino que se
presenta un accidente reverberativo, no hay convivencia Narciso-Edi-
po, y por lo tanto la destructividad por el sadismo libre prosigue como
sucede en toda caracteropatía, en especial en la caracteropatía bor-
derline.
Si el ser o no ser no se transforma en ser, si la capacidad de estar
solo no se ha hecho integrativa sino que es del tipo autista, todo lo
470 Edgardo H. Rolla

que en el contenido manifiesto es aparentemente convivencia (por


ejemplo, desposar a Yocasta y fabricarle cuatro hijos) es todo onírico;
la destructividad sigue curso. Los hijos de Edipo se destruyen todos,
salvo Antígena, que queda como si fuera un objeto inanimado con-
vertida en lazarillo de su padre ciego -yocasta también se suicida-o
Finalmente podemos asistir a un festival de muerte, donde otra vez
comprobaríamos que si no hay sentimiento de existencia, si no hay
fusión pulsional, si no hay convivencia, el sadismo libre y el maso-
quismo moral concluyen con todas las posibilidades de vida de los
objetos circunstantes.
Yo había pensado que podríamos intentar una modificación que se
fundamenta en la observación de lo evolutivo y en el material de
análisis de los pacientes, para ver si conseguimos establecer un
contenido latente del mito de Sófocles que nos lleve más cerca de lo
que sería el significado psicoanalítico del narcisismo y del complejo
de Edipo.
El niño, genéricamente, tanto sea varón o hembra, no sólo por
maduración somática y la integración que vaya logrando en cuanto a
lo psicológico,que va a percibir ciertas variantes en el vínculo con su
madre, con la erotización vincular y la necesidad que parece nacida
así espontáneamente de eliminar a su rival, el padre, por ser el po-
seedor de la madre. Con esta secuencia da la impresión de que algo
faltara, comoque un eslabón no estuviera incluidoy por lo tanto patina
la significancia.
Como señalé anteriormente, la presentación perverso polimorfa sería
una de las formas naturales de salida de la psicosis, es decir del
desvalimiento y la dependencia, muy marcadas en la etapa narcisista
simbiótica, precediendo a otra forma de perversión cual es la que
Margaret Mahler denomina la fase del reacercamiento, en que el niño
se aleja y procura quedarse oculto para comprobar que la madre
percibe su desaparición; se preocupa por él y lo busca, sea levantando
la voz, sea desplazándose.
Como vemos, todo esto es un índice de una importante manifesta-
ción de integración, lo cual implica que también otras posibilidades y
potencialidades del niño han adquirido integración, y entre ellas debe
estar la correspondiente a la separación y diferenciación objetales,
también la diferenciación de las percepciones sensoriales.
Se debe hacer evidente que la voz de la madre es diferente de la
voz del padre o de otros constituyentes de la agrupación familiar; el
aspecto visual también presenta claras diferencias, y acá lo que que-
remos especialmente señalar es que también se deben hacer dife-
renciaciones olfatorias, ya que el monótonoy uniforme reconocimiento
olfatorio de la madre desde los comienzos de la vida hasta alrededor
del tercer año, comenzará a presentarse combinado con otros olores,
Borderline: Patolog{a movediza produce denominaci6n versátil 471

especialmente un olor que también es detectado en el nuevo objeto


circunstante, cual es el padre. Creemos que siempre el padre ha sido
presentado por la madre desde la época del nacimiento biológico,ahora
también para el nacimiento psicológicola presentación del padre se
hará a través de la madre; pensamos que lo es a través de los olores
que presenta comouna demostración de la comunión objetal que existe
entre ambos objetos parentales, comunión somática y afectiva.
Continuando con esta línea es que pensamos que Edipo nace de esa
renuncia narcisista, de ser el único poseedorde la madre, el propietario
de ese objeto madre, y al par que visual y auditivamente el padre se
convierte en objeto circunstante, también se convierte en objeto de
apareamiento de la madre a través de lo olfatorio.
Es así como nace el complejo de Edipo, pero como una continuidad
vital de lo que fue la posesiónnarcisista de la madre. Esa comprobación
olfatoria es uno de los elementos que erotiza al niño, no importa el
sexo del mismo, y que inicia la rivalidad con el objeto padre por una
posesión que le ha sido tan decisiva en su vivir hasta ese momento.
La competitividad con el padre, tratándose de una hija mujer, es pronto
superada por cuanto la posibilidaddel acercamiento heterosexual habrá
de resultar prontamente más gratificante que la comunión homosexual.
Se decía que la vinculación con el padre llevaba a la niña la posibilidad
de fantasear que tendría un hijo con él, que esto remplazaría la falta
de pene; creo que también se ha exagerado la cuestión de la falta de
pene y de la envidia del pene; sencillamente, la posibilidad de en-
gendrar un hijo con el padre no es sentida como tal tempranamente
sino que la estimulación heterosexual remplazará tempranamente a
la homosexuaL Es mucho más sencillo, científico y evolutivo pensarlo
de esta manera.
Todo lo contrario ocurre con el hijo varón; el distanciamiento con la
madre y el acercamiento del padre significan el enfrentamiento con
las estimulaciones y vivencias homosexuales,por lo tanto la comodidad
del retorno a la vinculación materna. Posiblemente la sociedad ha
compensado estas situaciones infantiles luego más tarde en el adultez,
ya que socialmente hay una facilitación para la ubicación masculina
y una cantidad de reparos y prejuicios en cuanto a la ubicación fe-
menina. Por ejemplo, si el hombre tiene algunos affaires extra-ma-
trimoniales la esposa no puede denunciarlo y pedir el divorcio por
adulterio; es necesario que el marido tenga establecido otro hogar con
otra mujer permane:p.te y también alojados otros hijos, para que se
declare esto como adulterio, prácticamente es bigamia. En cambio, el
más pequeño desliz que una mujer cometa, si es verificado puede servir
al marido para pedir la separación por adulterio.
El pasaje del paraíso, que es la etapa autista, narcisista y simbió-
tico-narcisista, a la etapa evolutiva de la triangularidad, cuando nace
472 Edgardo H. Rolla

la necesidad de olvidar ciertas cosas, que es la defensa que denomi-


namos represión, olvido, que lleva a la omisión; es sin duda un mo-
mento dificil de la vida. Mahler tiene razón en que es el nacimiento
psicológico del infante humano. Hay que aprender a olvidar-repri-
mir-omitir en vez de escindir-aislar con pérdidas que persisten como
cuerpos extraños.

Sugerencias técnicas

Si partimos de la base de que Stern definía al borderline como un


grupo de neurosis que sufrían un severo daño narcisista, lo que con-
ducía a una hipersensibilidad y fallas en la autoestima, luchando
contra una "hemorragia psíquica", todo lo cual hacía dificil o imposible
la psicoterapia a causa de que todas las interpretaciones eran consi-
deradas como criticismos, entonces una de las características de este
grupo de neuróticos era la inalizabilidad. En efecto, un border apare-
ce normal en cuanto el sentimiento de seguridad, y lo convencional
de una entrevista, lo reglado del diálogo, significa para él el mante-
nimiento de esa seguridad. Tan pronto el sujeto se sienta desatendi-
do, se sienta solo en. la entrevista, carente de la capacidad de estar
solo, vacío, irá montando en confusión y cólera y finalmente la agresión
pondrá fin a la entrevista.
Si recordamos que un borderline podría ser definido diciendo que es
un niño grande, inteligente, altamente maleducado, y que en cuanto
se siente abandonado, desatendido, criticado, entra en cólera, y su
enojo lo pone en condiciones similares a las de un animal enfurecido,
sucio y destructivo, podemos imaginar que la psicoterapia individual,
sea psicoanálisis o algunas formas de agregar el empleo de la su-
gestión, tendrá sus serios riesgos en cuanto a que por ejemplo una
interpretación de las que llamamos transferenciales, llevará a que el
sujeto entre en esa temida confusión y reaccione con un enojo que sin
duda alguna es, para llamarla científicamente, una regresión psicótica
con trastrueque de la realidad objetiva por la realidad subjetiva, o
sea la emergencia de la desrealización, por lo tanto la posibilidad de
cualquier acto destructivo, ya que no se agrega la despersonalización.
Siguiendo lo recomendado por Freud, habría que averiguar qué
modificación puede hacerse a la técnica ortodoxa clásica psicoanalítica,
lo que algunos autores han denominado "psicoanálisis con parámetros",
para que sin perder el respeto por la transferencia y las resistencias,
tal cual lo recomendó Freud, hiciéramos accesibles a las caracteropa-
tías, en especial a la caracteropatía borderline; reformular a Freud
Borderline: Patolog(a movediza produce denominación versátil 473

debe ser continuar su legado e intentar concretar la técnica psi-


coanalítica, tal vez con algunas modificacionesde la teoría. Por ejemplo,
completar el punto que Freud dejó inconclusoacerca de la fusión y la
defusión de las pulsiones, que parece ser clave en la posibilidad de la
destrucción del objeto y por lo tanto lo que induce a veces la regre-
sión psicótica.
Recuerdo que hace años, alrededor de 1950, cuando era residente
del Instituto Psiquiátrico de Nueva York, conocí a Paul Hoch, quien
presentaba su gran descubrimiento, cual era el de las esquizofrenias
seudoneuróticas, con las dificultades que tenían para aplicar una te-
rapia que no fuera contundentemente psiquiátrica.
Luego apareció la novedad terapéutica, cual era la comunidad te-
rapéutica y el hospital de día, que venía importado desde Canadá;
entonces se aplicó de inmediato a estos esquizofrénicosseudoneuróticos,
que pronto mostraron no ser merecedores de tal designación y a lo
que posteriormente se aceptó definitivamente denominarlos borderline,
como que era un tic particular de trastorno de carácter que partici-
paba de actitudes y respuestas neuróticas y de actitudes y respuestas
psicóticas, según las circunstancias.
El hospital de día fue sin duda una gran adquisición para la psico-
terapia de los borderline, y mucho tiempo después se intentó aplicar
directamente el psicoanálisis individual con el agregado, o sea el
parámetro, del hospital de día.
El hospital de día constituía de alguna manera una reedición de las
vinculaciones familiares, y la posibilidad que tenía el sujeto de res-
cribir su novela familiar, de alguna forma rectificarla, de alguna forma
llevar adelante las posibilidades de trabajar con las idealizaciones y
con las desidealizaciones.
Además, el hospital de día proveía material para el análisis indi-
vidual, que entonces era posible llevar a cabo utilizando la transfe-
rencia comolos pedidos de auxilio y esclarecimientoque el sujeto traía
desde sus confusiones acaecidas en el grupo.
A propósito:la terapia grupal no es posibleconborderlines por cuanto
si emergen la confusión y la violencia la dificultad de contener la
descarga de agresiones que se originaría es fácil de imaginar. En el
hospital de día, si el sujeto tiene una descarga agresiva y golpea a
alguno de su compañeros con toda seguridad recibirá la respuesta de
otro golpe, lo cual le trae forzadamente al contacto con la realidad
objetiva. Todo esto es posible analizar luego en la terapia individual.
La novela familiar de una estructura de carácter y en especial del
carácter borderline, del carácter psic6tico como quería Frosch, es sin
duda la exponencia de carencias, desatenciones afectivas, excesos de
comandos, y sobre todo la abundancia de mensajes contradictorios, en
los que la madre utiliza códigostraídos desde su propia cultura familiar
474 Edgaroo H. Rolla

anterior y el padre muestra las reacciones fundamentadas también


en su propia cultura de su linaje precedente, es decir, ambos no pueden
terminar de construir una familia de procreación porque hay la uti-
lización de códigospara comunicarsey no de un lenguaje que signifique
para el niño la posibilidad de aprendizaje de los significados.
Margaret Mahler relaciona las dificultades de la fase de reacerca-
miento [reapprochement], en que el niño utiliza su logro de marcha y
de búsqueda de lugares, para alejarse, esconderse de la madre, yes-
perar a que ésta lo busque; después de lo cual puede acercarse o
mejor dicho reacercarse, tratando de percibir con todos sus sentidos
cuál es la reacción de la madre, cosa que será aun más escrutada
cuando posteriormente el niño, habiendo descubierto la existencia del
objeto padre, se acerque a él, se cobije en él, se ampare para alejarse
y separarse de la madre, para consolidarsu separación e individuación,
pero retoma al regazo materno, se reacerca, para verificar que no ha
perdido al objeto madre, sino que ésta lo recibe tal vez con reproches,
pero de todas maneras lo recibe y le suministra una porción corres-
pondiente de afectos positivos; aunque lo reprenda no lo rechaza.
Esto parece que sucede cabalmente para las épocas narcisistas que
transcurre el niño entre el primero o cuarto año de vida extrauterina.
La etapa perverso-polimorfa que el niño debe cumplir para elaborar
su salida de la estructura psicóticaprevia, no es recibida positivamente
o por lo menos permisiblemente, por lo que el niño habrá de ocultarse
para llevar adelante las maniobras masturbatorias de reconocimiento
de las partes de su cuerpo y la implicación del mismo. La elaboración
incompleta de la etapa narcisista no se cumple, por lo cual el pasaje
de la situación dual a la situación triádica edípica es muy dificil; se
entablará una relación más bien sensorial y motora con el padre, con
escasos ribetes afectivos, lo cual puede ser el germen de lo que es
posteriormente la falta de iniciativa en el borderline.
En el hospital de día se producen contactos y vinculaciones que
permiten la interpretación, tal vez podemos decir que tomándonos
licencias de lo que es la ortodoxia psicoanalítica, pero en realidad
podemos decir que son las modificacionesy reformulaciones técnicas
que hacemos a la secuencia clásica de la asociación libre de ideas,
que está complementada por la asociación libre de contactos, vincu-
laciones, reacciones, conducta.
Es posible con este parámetro llegar al momento en que el sujeto
comprueba que su dificultad está en amar; le interesa entender por
qué su impulso es a golpear y destruir lo que ama, finalmente puede
llegar a relacionar esa defusión pulsional con la maniobra mental
regresiva que lo lleva a buscar la gratificación de la dependencia,
pero que al mismo tiempo significa la perdida de la función sintética
del ego y por lo tanto la defusión pulsional.
Borderline: Patología movediza produce denominaci6n versátil 475

Esa dificultad de la época del reacercamiento está sobre todo giran-


do alrededor del logro de sentirse incluido en un contexto, en ese
contexto que denominamos familia, incluido como uno más, a pesar
de las diferencias de edades, y que es lo que da al niño el sentimiento
de existencia. Se puede vivir sin tener el sentimiento de existencia,
como se observa en los hospicios en los individuos internados por
psicosis. El sentimiento de existencia debe ser la gratificación más
profunda de la dependencia y permite el establecimiento de una só-
lida función sintética del ego, con lo cual las pulsiones se funden; al
fusionarse, la agresividad pasa al servicio de lo que es la libido, la
convivencia; podríamos decir que el instinto de muerte se pone al
servicio de la vida.
En otra oportunidad, en un trabajo que publiqué en esta REV. DE
PSICOANÁLISIS hace años, puse un par de viñetas clínicas ilustrativas
de cómo es esta regresión psicótica ante la confusión por la identifi-
cación primaria frente al objeto que se ama. El borderline se cuida a
través de su ritual del "como si" de no sentir amor por el objeto, y
hace como si lo amara, para evitar la identificación primaria confu-
sionante (algunos llamarían identificación proyectiva masiva), de la
cual el sujeto solamente puede desprenderse a través de las acciones
del sadismo libre, es decir de una agresión en que, como dije, simila
a un animal furioso y sucio.
Doy por terminada esta exposición con la idea de que es bastante
amplia. Ha tomado demasiadas páginas pero tal vez sea útil para
que en lo sucesivo se hable con mayor consenso acerca de lo que es
un borderline sin necesidad de traducir esta denominación.

Resumen

El autor expone una serie importante de conocimientos provenientes de la experiencia


de largos años de trabajo con pacientes severamente desorganizados o con severas
imperfecciones en sus sistemas de integración.
Esto le permite exponer en esta presentación elementos que juzga son los oportunos
para poder calificar a un sujeto como ubicado en la posición borderline. Este tipo de
diagnóstico -que, el autor insiste, debe ser estructural y dinámico- no significa que
sea necesaria la construcción de casilleros para ubicar a la gente del mundo. Pero si
un sujeto viene a consultarnos y a pedirnos ayuda terapéutica es evidente que tenemos
que armar una imagen de lo que es la organización de personalidad que ese sujeto
trae en el momento de la entrevista.
Lo que el autor insiste es tener en cuenta acerca de lo que son las dinámicas
mentales, es un punto importante para poder calificar a un sujeto de histérico, de
fóbico, de borderline o cualquier otra cosa. Porque las modalidades que presentan las
dinámicas mentales de cada una de esas organizaciones son típicamente preponde-
476 Edgardo H. Rolla

rantes y por lo tanto, si bien es cierto que no se puede hacer un deslinde preciso
corno en la química, la preponderancia tiene un significado que es cabal para el
propósito de hacer una estrategia terapéutica.
El autor también se empeña en mostrar que no hay necesidad de traducir la palabra
borderline, porque tendríamos que traducir la mayor parte de las denominaciones
que utilizamos. ("Esquizofrenia", p. ej., sería "mente hendida".)
De esta manera simplifica la comunicación porque cuando se dice borderline ya
sabemos cuál es el conjunto de elementos clínicos que permiten utilizar tal deno-
minación. No hay necesidad de traducir la palabra, salvo por un exceso de naciona-
l:ismo.

PALABRAS CLAVES: borderline - psicosis reversible - estructura de carácter - dinámi-


(·as mentales - estructuras.

Summary

BORDERLINE: SHIFTING PATHOLOGY PRODUCES VERSATlLE NAME

The author discusses an important series of observations gathered over many years
of work with severely disorganized patients and patients with severe imperfections
in their systems of integration. On this basis, the author presents the criteria he
considera appropriate for the diagnostics of an individual as being in the borderline
position. This type of diagnosis -which the author insists must be structural and
dynamic- does not mean that it is necessary to construct pidgeon-holes into which
people are to be fitted. However, ir an individual comes to see us and to ask us for
therapeutic help, we must evidently form an image of the type of personality this
person brings to the interview. The author stresses that mental dynamics are an
important point for the description of a subject as hysteric, phobic, borderline or
anything else. The way the mental dynamics of each type of organization functions
is typicalIy preponderant, although an evaluation as precise as in chemistry is
impossible. Even so, the meaning of this preponderance is essential for creating a
therapeutic strategy. The author also shows that there is no need to translate the
word "borderline", sinee in that case we would have to translate most of the terms
we use. For instance, "schizophrenia" would then be "split mind". Communication is
thus simplified, because when we say "borderline", we know which set of clinical
faetors defines this word, without need of translation, unless we are exeessively
nationalistic.

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