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• Edgardo H. Rolla
* Un trabajo del Dr. Doria Medina se publica en este número. (N. de R.)
Borderline: Patología movediza produce denominaci6n versátü 455
Diagnóstico diferencial
tamente sin aviso. Como dice Grinker: "el sujeto borderline en una
regresión psicótica se comporta como un animal no domesticado,
asustado y furioso, que parece gratificarse en una conducta cani-
balística y defecante". Hay más de una actitud altamente agresiva: el
paciente parecería ser feliz al enmascararse apelotonado y sucio, no
respondiendo a otra cosa que a sus fantasías infantiles que expresan
acerca de lo que pareciera ser el sentimiento altamente persecutorio
de miedo por estar inmerso en un mundo confusionante. Cuando el
sujeto emerge conversivamente desde esta regresión, se viste, come
naturalmente, mantiene la limpieza y responde verbalmente en for-
ma adecuada a lo que se le diga; se identifica claramente con los
circunstantes en cuanto a un interlocutor y la tendencia es entonces
siempre a provocar que los circunstantes correspondan a sus deseos
de contar los recuerdos displacenteros.
Podríamos decir con esto que tales pacientes no pueden comprender
qué es un ambiente humano positivo a causa de que hubo un trans-
curso evolutivo con ingredientes que modelaron esa "maldad" en el
interior de ellos; esto constantemente tiende a salir hacia el extraself,
por lo cual podríamos decir que un borderline es un sujeto que siempre
está con rabia, que responde en general en forma ruda y que pareciera
que el único afecto es justamente la desconfianza y la rabia; en último
caso esto es subsanado con un incremento de la dependencia, de tal
forma que tampoco hay aspectos positivos en esta nueva modalidad
relacional. El sujeto siente como que le dan cosas para que no esté
enojado; esto es en sí una ausencia de indicadores de una identidad
positiva de ese clima y pronto aparecerán las manifestaciones de-
presivas y pronto por último, si llega a sentir realmente amor por el
objeto, estalla la regresión psicótica para corregir la confusionante
identificación primaria que emergió por la vinculación libidinal y el
acercamiento afectivo positivo.
El mismo Grinker en 1953 dijo que el estudio del problema del
borderline tendría que enfrentarse en una forma parecida al estudio
de los problemas psicosomáticos. Parecería que en ambos el punto
central clave es el período de diferenciación de lo total heredado hacia
los modelos de individualidad aprendidos y que conforman la cons-
trucción del self. Justamente lo que hablamos de instancias, ello, yo,
superyó y realidad extrapsíquica es algo que debe integrarse en un
sistema personal nuevo que es el total de la personalidad, el self,
donde el superyó corresponde a una modalidad bastante gráfica de
señalar cómo son internalizadas las figuras parentales, si como
sostenedoras del sentimiento de existencia o como amenazantes pri-
mitivos. Parecería que es entonces el proceso intermediario del de-
sarrollo entre lo indiferenciado y el procesode maduración integrativa,
es decir el tramo simbiótico, narcisista preedípico el que daría la cla-
Borderline: Patolog(a movediza produce denominaci6n versátil 461
Discusión final
Comentario final
Sugerencias técnicas
Resumen
rantes y por lo tanto, si bien es cierto que no se puede hacer un deslinde preciso
corno en la química, la preponderancia tiene un significado que es cabal para el
propósito de hacer una estrategia terapéutica.
El autor también se empeña en mostrar que no hay necesidad de traducir la palabra
borderline, porque tendríamos que traducir la mayor parte de las denominaciones
que utilizamos. ("Esquizofrenia", p. ej., sería "mente hendida".)
De esta manera simplifica la comunicación porque cuando se dice borderline ya
sabemos cuál es el conjunto de elementos clínicos que permiten utilizar tal deno-
minación. No hay necesidad de traducir la palabra, salvo por un exceso de naciona-
l:ismo.
Summary
The author discusses an important series of observations gathered over many years
of work with severely disorganized patients and patients with severe imperfections
in their systems of integration. On this basis, the author presents the criteria he
considera appropriate for the diagnostics of an individual as being in the borderline
position. This type of diagnosis -which the author insists must be structural and
dynamic- does not mean that it is necessary to construct pidgeon-holes into which
people are to be fitted. However, ir an individual comes to see us and to ask us for
therapeutic help, we must evidently form an image of the type of personality this
person brings to the interview. The author stresses that mental dynamics are an
important point for the description of a subject as hysteric, phobic, borderline or
anything else. The way the mental dynamics of each type of organization functions
is typicalIy preponderant, although an evaluation as precise as in chemistry is
impossible. Even so, the meaning of this preponderance is essential for creating a
therapeutic strategy. The author also shows that there is no need to translate the
word "borderline", sinee in that case we would have to translate most of the terms
we use. For instance, "schizophrenia" would then be "split mind". Communication is
thus simplified, because when we say "borderline", we know which set of clinical
faetors defines this word, without need of translation, unless we are exeessively
nationalistic.
Bibliografía
1. Deutsch, H.: Neuroses and Character Types. Int. Universities Press, Nueva York,
1965.
2. Freud, A.: Normalidad y patología en la niñez. Paidós, Buenos Aires, 1971.
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