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LA VIRGEN MARÍA, TRONO DE LA SABIDURÍA

Antífona de entrada
Dichosa eres, santa María, Virgen sabia, que mereciste llevar en tu seno
la Palabra de la verdad; dichosa eres, Virgen prudente, que has elegido la
parte mejor.

Oración colecta
Padre santo, Dios eterno,
que quisiste poner el trono real de tu Sabiduría
en santa María virgen,
ilumina a tu Iglesia con la luz de la Palabra de vida,
para que resplandezca con la fuerza de la verdad
y alcance gozosa el pleno conocimiento de tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo.
O bien:
Dios sapientísimo,
para levantar al hombre hundido por el pecado,
hiciste de santa María Virgen
el trono de tu Sabiduría;
concédenos, por su intercesión,
desechar la soberbia
y servirte con entera humildad.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración sobre las ofrendas


Santifica, Señor, con el poder de tu Espíritu
los dones que te presentamos,
y, por intercesión de la gloriosa Virgen María,
prepara en nosotros
una digna morada para tu Sabiduría.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio
LA SABIDURÍA HA LEVANTADO SU MORADA
EN LAS PURÍSIMAS ENTRAÑAS DE MARÍA
V. El Señor esté con vosotros. R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, nuestro Señor.

Porque llevaste a cabo con inmensa bondad


el designio de nuestra redención preparado antes de los siglos,
en la bienaventurada Virgen María.
Al llegar la plenitud de los tiempos
la Sabiduría divina levantó su morada
en las purísimas entrañas de la Virgen;
y el Creador de la historia
nació en el tiempo como nuevo Adán,
para dar muerte en nosotros al hombre viejo
y comunicarnos una vida nueva.

Por eso,
con todos los ángeles y los santos
te cantamos el himno de alabanza
diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...

Antífona de comunión Pr 9, 5. 6b
Venid a comer de mi pan y a beber el vino que he mezclado; seguid el camino
de la prudencia.

Oración después de la comunión


Por este santo sacrificio te pedimos, Señor,
que infundas en nosotros la luz de la sabiduría
que inundó maravillosamente a la Virgen Madre,
para que te conozcamos en verdad,
y te amemos fielmente.
Por Jesucristo nuestro Señor.

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