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LA SABIDURÍA HA LEVANTADO SU MORADA

EN LAS PURÍSIMAS ENTRAÑAS DE MARÍA

V. El Señor esté con vosotros. R. Y con tu espíritu.


V. Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, nuestro Señor.

Porque llevaste a cabo con inmensa bondad


el designio de nuestra redención preparado antes de los siglos,
en la bienaventurada Virgen María.
Al llegar la plenitud de los tiempos
la Sabiduría divina levantó su morada
en las purísimas entrañas de la Virgen;
y el Creador de la historia
nació en el tiempo como nuevo Adán,
para dar muerte en nosotros al hombre viejo
y comunicarnos una vida nueva.

Por eso,
con todos los ángeles y los santos
te cantamos el himno de alabanza
diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...

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