V. El Señor esté con vosotros. R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado hacia el Señor. V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, nuestro Señor.
Porque llevaste a cabo con inmensa bondad
el designio de nuestra redención preparado antes de los siglos, en la bienaventurada Virgen María. Al llegar la plenitud de los tiempos la Sabiduría divina levantó su morada en las purísimas entrañas de la Virgen; y el Creador de la historia nació en el tiempo como nuevo Adán, para dar muerte en nosotros al hombre viejo y comunicarnos una vida nueva.
Por eso, con todos los ángeles y los santos te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...