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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN PSICOLÓGICA II


TEMA 2. EL ENVEJECIMIENTO ACTIVO EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA

DOCENTE: FERNANDO CUEVAS RIVERA


ALUMNA: ANALILY GUERRA VILLARREAL
MATRÍCULA: 1824536 GRUPO: 012

FACULTAD DE PSICOLOGÍA, MONTERREY, NUEVO LEÓN, MARZO DE 2023

EL ENVEJECIMIENTO ACTIVO EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA.


INTRODUCCIÓN
La población de adultos mayores se encuentra en constante incremento, por lo que
es necesario asegurarles una buena calidad de vida. La mayoría de las personas
mayores de 65 años son funcionales y pueden valerse por sí mismos, teniendo la
capacidad de seguir siendo parte de un entorno laboral y social. Sin embargo a
partir de los 80 años, algunos adultos mayores comienzan a necesitar apoyo para
realizar ciertas actividades, es ahí cuando entra en duda quién debería hacerse
cargo, la sociedad en general opina que las administraciones públicas deberían ser
las responsables de los cuidados más sin embargo los familias son los principales
encargados de dichos cuidados. Los adultos mayores de 65 años han manifestado
sentirse bien, más sin embargo suelen sentir miedo a no poder valerse por sí
mismos o a ser abandonados. Para lograr un envejecimiento en positivo es
necesaria la favorable interacción entre factores físicos, sociales, y de salud.
Principalmente el propósito es lograr que las personas lleguen a la edad adulta
gozando de buena salud y para esto tenemos que tener “tiempo activo para un
envejecimiento activo”.

La población de personas mayores aumenta más rápido que cualquier otro grupo de
edad. Aproximadamente hay 600 millones de adultos mayores de 60 años, se
predice que para el año 2025 habrá el doble, y esta cifra se duplique para 2050. En
el año 2003, vivían 7.276.620 ciudadanos de 65 años y más, de los cuales las
mujeres constituían el 57.8%. Las predicciones indican que en España, a partir del
2011, la población seguirá envejeciendo pero el aumento de las personas de 65 y
75 años será muy superior al del grupo de mayores de 75 años.
En base a estos datos, se puede deducir que se está produciendo un
envejecimiento social progresivo, y este fenómeno se acompaña de una esperanza
de vida mayor. En España en 2002 la esperanza de vida es de 83.1 años para las
mujeres y a los 75.7 años para los hombres. Según los estudios demográficos, en
2030 la esperanza de vida se incrementará hasta los 87 años para las mujeres y 81
años para los hombres.
En los hogares españoles se han dado muchos cambios, han disminuido de
tamaño, de 3.2 personas a 2.9 personas y quienes viven solos casi alcanzan los tres
millones.
Cuando se habla de envejecimiento, el verdadero reto del aumento de la esperanza
de vida es lograr una auténtica calidad de vida de las personas mayores que les
permita mantener la actividad y la independencia, para vivir y disfrutar esa
prolongación de la vida. Un 80% de los adultos con 70 años mantiene una forma
física y mental aceptable que les permite llevar su vida diaria con plena normalidad.
La sociedad normalmente relaciona la vejez con la enfermedad, la dependencia y la
falta de productividad, muchas veces ignorando la experiencia y sabiduría que los
adultos mayores podrían ofrecer, desaprovechan la oportunidad de contar con la
voluntariedad de este sector de la población.
Otros conceptos que también se asocial con los adultos mayores son la
dependencia y discapacidad, pero la realidad es que cada vez menos se observa a
personas mayores en situaciones de dependencia. Estadísticamente hablando, más
del 70% no sufren discapacidad alguna y más del 85% son independientes.
Únicamente están definidas como dependientes 1.5 millones de personas.
Durante la vejez, la necesidad de cuidados aumenta especialmente a partir de los
80 años, a partir de esta edad, los adultos mayores comienzan a necesitar ayuda.
Los cuidados pueden llegar a ser de tres tipos: cuidado personal, movilidad en el
hogar y funcionamiento mental. Los principales responsables de los cuidados de los
adultos mayores dependientes son las administraciones públicas, esto según la
mayor parte de la ciudadanía, pero esto contradice la realidad pues el sistema de
bienestar se apoya principalmente en la solidaridad familiar.
Según las estadísticas, los españoles pagarían por recibir ayuda y apoyo que les
permitier mantener a las personas dependientes, tanto si son otros familiares como
si son ellas mismas en el entorno familiar, aunque entienden que debería ser una
responsabilidad de las administraciones públicas. Las familias y especialmente las
mujeres son las grandes proveedoras de cuidados, según el IMSERSO la media de
edad de las mujeres cuidadoras es de 53 años. El 62% de las cuidadoras manifiesta
he se encuentra con problemas profesionales y económicos.
Se sabe que las cuidadoras informales no pueden seguir siendo el sostén principal
de las personas dependientes ya que este modelo familista está en declive. Pero
también se debe tener en cuenta que los cuidados que se ofrecen desde los
servicios sociales de las distintas administraciones públicas es la atención
domiciliaria, pero solo el 9.4% de los mayores dependientes reciben cuidados de los
servicios sociales. La ayuda a domicilio solo da cobertura al 3.14% de la población
dependiente. Por otro lado, la teleasistencia tiene una cobertura de sólo el 2.05% de
la población adulta y los centros de día a una proporción todavía inferior de 0.46%.
Por último se tiene que existen casi cuatro plazas residenciales por cada cien
mayores.
En consecuencia de todo esto, buena parte de las demandas asistenciales para
adultos mayores han sido satisfechas por la mano de obra femenina inmigrante,
principalmente la llegada de los países iberoamericanos.
Fue la apertura a escala internacional del mercado de trabajo asistencial el que ha
liberado de presiones a los sistemas de bienestar europeos que veían en el
creciente número de personas longevas y dependientes el final de tales sistemas
proteccionistas.
Se ha encontrado en un estudio del IMSERSO la mayor parte de las personas
mayores de 65 años decían sentirse bien de salud, principalmente los hombres ya
que las mujeres pensaban que disponían de un estado de salud regular. Entre sus
intereses principales se encuentran la salud y los deportes para los hombres, en el
caso de las mujeres se encuentra la salud, la cocina, la belleza y prensa del
corazón.
Entre los temores que dicen tener los ancianos, se encuentran principalmente la
pérdida de su pareja o seres cercanos, la desazón de no poder valerse por sí
mismos algún día y, por supuesto, la enfermedad y el dolor. Finalmente,
manifestaban tener miedo a la soledad y a tener la necesidad de abandonar su
casa.
Existe un indicio de que algo está mal en el sistema de envejecimiento en positivo,
cuando el 27% de las personas de 65 y 69 años dice sentirse sola y cuando esta
cifra aumenta a 36% para los mayores de 80 años.
Esta claro que los mayores son un componente del desarrollo socioeconómico ya
que se ha creado y est creciendo un mercado específico relacionado con las
personas mayores.

¿QUÉ ENVEJECIMIENTO?
Tras la jubilación se abre una nueva fase dentro del ciclo vital para la que no
siempre estamos preparados, ya que la vejez es la edad de la vida en la que existe
más variabilidad tanto del estado de salud como del estado psíquico o de relaciones
sociales, es por esto que es la fase donde comienza un nuevo aprendizaje.
La jubilación viene acompañada de cambios biopsicosociales que conviene conocer
para poner en marcha ciertas acciones que favorezcan el proceso de
envejecimiento positivo y activo. La dieta, el consumo de alcohol, las prácticas de
cuidado personal, el contacto social y el tipo de trabajo pueden determinar si se dará
o no un envejecimiento saludable.
Existen factores científicamente probados que aceleran el envejecimiento de una
persona, lo son la hipertensión arterial, el colesterol elevado, dieta y nutrición
inadecuada, el sedentarismo, la obesidad, el tabaquismo, el alcoholismo, entre otros
factores. Sabemos también que una persona genéticamente favorecida y que evite
la enfermedad y los factores de riesgo, puede vivir más que lo actualmente
establecido.
Según la Organización Mundial de la salud (OMS), el envejecimiento activo se
define como “el proceso por el que se optimizan las oportunidades de bienestar
físico, social y mental durante toda la vida, con el objetivo de ampliar la esperanza
de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez”
El envejecimiento activo debe considerarse un propósito tanto de la sociedad como
de los responsables políticos, tratando de mejorar la autonomía, la salud y la
productividad de los mayores, animándolos a que sigan participando en el ámbito
económico, social, cultural y político.

INFLUENCIAS Y DEPENDENCIAS DEL ENVEJECIMIENTO ACTIVO.


Para lograr un envejecimiento activo es necesaria la interacción de factores
relacionados tanto con el entorno físico como con el social; factores relacionados
con los sistemas sanitarios y sociales, factores económicos y factores de índole
personal y de estilo de vida.
La cultura que rodea a las personas determina la manera en que envejecen ya que
esto influye sobre todos los demás determinantes del envejecimiento activo.
El apoyo social, las oportunidades para la educación y la protección frente al abuso
tantos sexual, físico, psicológico y económico, son aspectos fundamentales para
llevar una mejor salud, independencia y productividad en la vejez.
Para fomentar el envejecimiento activo los sistemas sanitarios y sociales públicos y
privados deberían colaborar en la promoción de la salud y prevención de las
enfermedades estableciendo programas de educación nutricional y de salud, y
programas de ejercicio para el mantenimiento o recuperación de la movilidad y
fuerza.
Otros factores que intervienen de manera fundamental en el proceso de
envejecimiento son los de índole personal y de estilo de vida. Esta claro que la
biología, la genética y la capacidad de adaptación son tres factores fundamentales
que determinan cómo se da el envejecimiento en una persona, ya que el
envejecimiento es un conjunto de procesos biológicos determinados genéticamente.
Por otro lado, sabemos que gran parte de la población desea retardar u ocultar su
envejecimiento mediante la cosmética, el deporte, la medicina o la nutrición. La
búsqueda patológica de una belleza que no corresponde a la edad de la persona ha
dado lugar a las cirugías faciales y con la búsqueda de la eterna juventud se siguen
ahogando los anhelos de una vida activa, sana y con altas dosis de bienestar y
felicidad.

CONCLUSIÓN
Con esta lectura puedo concluir que para poder gozar de una buena salud al
envejecer y poder lograr un envejecimiento en positivo, es necesaria la interacción
de distintos factores físicos, sociales y de salud. La idea es que al llegar a la
jubilación las personas sigan activas en un entorno social, ya sea familiar, con
amigos, perteneciendo a alguna institución o realizando voluntariados, esto es
importante porque un gran número de personas mayores llegan a sentirse solas,
tristes o abandonadas. También es importante que al jubilarse, busquen compartir
sus conocimientos y experiencias ya que esto muchas veces es de gran ayuda para
las nueva generaciones.

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