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Unidad Educativa Particular “MARISTA”

“Para educar hay que amar”

1 Y 2 DE NOVIEMBRE
La muerte no es la mayor pérdida de la vida. La mayor pérdida es lo que muere dentro de nosotros mientras
vivimos. (Norman Cousins)

El Día de Todos los Santos es una gran celebración para la Iglesia. Es la festividad del Día de Todos los
Santos donde es tradición ir al cementerio a velar y recordar los difuntos.

¿Que nos enseña el Día de Todos los Santos?


El 1 de noviembre celebramos la Solemnidad de todos los Santos que lograron vivir virtuosamente los
mandamientos de Dios y también recordamos que la santidad es la meta final de nuestro camino como
bautizados, un objetivo que vamos alcanzando en la vida cristiana.

¿Qué debemos hacer para celebrar dignamente la fiesta de Todos los Santos? Debemos- Alabar y
glorificar al Señor por su bondad y misericordia; honrar a todos los Santos como a amigos de Dios e
invocar con más confianza su protección.

¿Qué significa para ti celebrar a tus fieles difuntos?


Para la Iglesia católica, se trata de una conmemoración, un recuerdo que la en favor de todos los
que han muerto en este mundo (fieles difuntos), pero aún no pueden gozar de la presencia de Dios,
porque están purificando, en el purgatorio, los efectos que ocasionaron sus pecados.

La Iglesia nos invita a recordar a los fieles difuntos, a dirigir nuestra mirada hacia quienes nos han
precedido y ya han concluido su paso por la tierra. Según los principios que hemos recibido de nuestros
padres, y de acuerdo con nuestra convicción cristiana, muchos acudimos al cementerio para rezar por
los familiares y amigos que ya murieron, así les expresamos nuestro afecto y gratitud.

ORACIÓN POR LOS FIELES DIFUNTOS


Dios de misericordia y amor,
ponemos en tus manos amorosas
a nuestros hermanos y hermanas
que has llamado de esta vida a tu presencia.
En esta vida les demostraste tu gran amor,
y ahora que ya están libres de toda preocupación
concédeles pasar con seguridad las puertas de la muerte
y gozar de la luz y la paz eterna.
Habiendo terminado su vida terrena recíbelos en el paraíso,
en donde ya no habrá tristeza ni dolor,
sino únicamente felicidad y alegría con Jesús, tu Hijo,
y con el Espíritu Santo, para siempre.
Amén.
PASTORAL INSTITUCIONAL

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