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Te imploro, oh mi Dios, por toda la gloria trascendente de Tu Nombre, que

atavíes a Tus amados con el manto de la justicia e ilumines su ser con la luz de
la honradez.

Tú eres Quien tiene poder de hacer lo que Le plazca y Quien sujeta con Su
mano las riendas de todas las cosas, visibles e invisibles.

Bahá’u’lláh
Te imploro, oh mi Dios, por toda la gloria trascendente de Tu
Nombre, que atavíes a Tus amados con el manto de la justicia e
ilumines su ser con la luz de la honradez.

Tú eres Quien tiene poder de hacer lo que Le plazca y Quien


sujeta con Su mano las riendas de todas las cosas, visibles e
invisibles.

Bahá’u’lláh
¡Oh mi Dios, oh mi Dios! Este siervo Tuyo ha avanzado hacia Ti, vaga apasionado por el
desierto de Tu amor, camina por el sendero de Tu servicio, espera Tus favores, anhela Tu
munificencia, confía en Tu reino y está embriagado con el vino de Tu dádiva. ¡Oh mi Dios!
Aumenta el fervor de su devoción por Ti, la constancia de su alabanza de Ti y el ardor de
su amor por Ti.

Verdaderamente, Tú eres el Más Generoso, el Señor de gracia abundante. No hay otro Dios
más que Tú, el Perdonador, el Misericordioso.

‘Abdu’l-Bahá
¡Alabado seas, oh Señor mi Dios! Santifica mi ojo, y mi oído, y mi lengua, y mi espíritu, y
mi corazón, y mi alma, y mi cuerpo, y todo mi ser, para que no se vuelva hacia nadie que
no seas Tú. Dame de beber, entonces, de la copa que rebosa con el vino sellado de Tu
gloria.

Bahá’u’lláh
¡Oh bondadoso Señor! Tú has creado a toda la humanidad del mismo linaje. Has decretado que todos pertenezcan a la misma
familia. En Tu Santa Presencia, todos son Tus siervos, y toda la humanidad se cobija bajo Tu Tabernáculo; todos se han reunido
alrededor de Tu Mesa de Munificencia; todos están iluminados por la luz de Tu Providencia.

¡Oh Dios! Tú eres bondadoso con todos, das sustento a todos, ofreces asilo a todos, confieres vida a todos. Tú has dotado a todos y
a cada uno de talento y facultades, y todos están sumergidos en el Océano de Tu Misericordia.

¡Oh bondadoso Señor! Une a todos. Haz que las religiones concuerden y haz de las naciones una sola, a fin de que se vean unas a
otras como una sola familia y consideren a toda la humanidad como un solo hogar. Que vivan todas en perfecta armonía.

¡Oh Dios! Levanta el estandarte de la unidad de la humanidad.


¡Oh Dios! Establece la Paz Mayor.


¡Oh Dios! Une firmemente los corazones entre sí.


¡Oh Padre bondadoso, Dios! Alegra nuestros corazones con la fragancia de Tu amor. Ilumina nuestros ojos con la Luz de Tu Guía.
Deleita nuestros oídos con la melodía de Tu Palabra, y ampáranos a todos en la Fortaleza de Tu Providencia.

Tú eres el Poderoso y el Fuerte. Tú eres el Perdonador y Tú eres Quien pasa por alto las flaquezas de toda la humanidad.

‘Abdu’l-Bahá
Toda alabanza sea para Ti, oh mi Dios, Quien eres la Fuente de toda gloria y majestad, de
grandeza y honor, de soberanía y dominio, de sublimidad y gracia, de reverencia y poder. A
quien Tú quieres le haces acercarse al Grandísimo Océano y a quien deseas le confieres el
honor de reconocer Tu Muy Antiguo Nombre. De todos los que están en el cielo y en la
tierra, nadie puede resistir la acción de Tu soberana Voluntad. Desde toda la eternidad, Tú
has regido la creación entera, y por siempre continuarás ejerciendo Tu dominio sobre todo
lo creado. No hay otro Dios más que Tú, el Omnipotente, el Exaltadísimo, el Todopoderoso, el
Sapientísimo.

Ilumina, oh Señor, los rostros de Tus siervos para que puedan verte, y limpia sus corazones
para que puedan volverse hacia la corte de Tus favores celestiales y reconocer a Aquel que
es la Manifestación de Tu Ser y la Aurora de Tu Esencia. Verdaderamente, Tú eres el
Señor de todos los mundos. No hay Dios sino Tú, el Libre, Quien todo lo subyuga.

Bahá’u’lláh
¡Oh mi Dios, oh mi Dios! Verdaderamente, Te invoco y suplico ante Tu umbral, rogando que todas Tus mercedes desciendan sobre estas almas. Distínguelas para Tu favor y
Tu verdad.

¡Oh Señor! Une y enlaza los corazones, aúna a todas las almas en armonía, y regocija los espíritus mediante las señales de Tu santidad y unicidad. ¡Oh Señor! Haz
radiantes estos rostros con la luz de Tu unidad. Fortalece las espaldas de Tus siervos en el servicio a Tu reino.

¡Oh Señor, Tú que eres poseedor de infinita misericordia! ¡Oh Señor de clemencia y perdón! Absuelve nuestros pecados, perdona nuestras faltas y haz que nos volvamos
hacia el reino de Tu misericordia, invocando al reino del poder y de la fuerza, humildes ante Tu santuario y sumisos ante la gloria de Tus evidencias.

¡Oh Señor, Dios! Haz que seamos como las olas del mar, como las flores del jardín, unidos, conciliados mediante las dádivas de Tu amor. ¡Oh Señor! Dilata los pechos con las
señales de Tu unidad y haz a toda la humanidad como estrellas que brillan desde la misma altura de gloria, como frutos perfectos que crecen en Tu árbol de vida.

Verdaderamente, Tú eres el Todopoderoso, Quien subsiste por Sí mismo, el Donador, el Clemente, el Perdonador, el Omnisciente, el Único Creador.

‘Abdu’l-Bahá

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