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LOS MINICUENTOS DE

Antología de 100 minicuentos


publicados en la revista Ekuóreo.
Aniversario 21

Guillermo Bustamante Zamudio


llarold I<.remer

Deriva
EDICIONES
El dinosaurio
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Augusto Monterroso

Hay algo más terrible y maravilloso que ser devorado


por un dragón: es ser un dragón. Hay algo más
extraño que ser un dragón: ser un hombre.
Jorge Luis Borges

lHe soñado mi vida, o fue un sueño?


Walter von der Vogelweide

La zorra orinó en el mar y dijo: todo es mi orina.


Proverbio sumerio

Canción cubana
iAy, José, así no se puede!
iAy, José, así no sé!
iAy, José, así no!
iAy, José, así!
© Los minicuentos de Ekuóreo iAy, José!
Antología de 100 minicuentos publicados en la revista Ekuóreo. iAy!
Aniversario 21.
Guillermo Cabrera Infante
© Guillermo Bustamante Zamudio
© Harold Kremer
A.A. 24149 Cali
E-mail:ekuoreo@yahoo.com

Dibujo de carátula: Franz Kafka

ISSN: 1692-5629

Diseño e impresión: Anzuelo Ético Ediciones Nit: 16752403-1


Cali - Colombia
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El rayo generoso Atmósfera

A Bamet Newman Era muy de mañana. Abraham se levantó, hizo


enalbardar los asnos, dejó su casa con Isaac, y desde la
El pintor desesperaba por encontrar la solución. La ventana los vio descender Sarah por el valle hasta que
enorme tela minutos antes pintada de negro, nada le los perdió de vista. Anduvieron silenciosamente durante
sugería. Su mente estaba vacía, su cerebro agotado. En tres días; la mañana del cuarto Abraham no dijo una
incontenible impulso tomó uno de los tubos, lo exprimió palabra, pero levantando sus ojos vio en la lejanía los
rabioso contra el negro, y el bermellón recorrió triunfante montes de Morija. Despidió a sus servidores y tomando
y poderoso el lienzo de arriba abajo. a Isaac de la mano trepó la montaña. Y Abraham se decía:
Tiró el tubo vacío y lloró amargamente. "Pero no puedo ocultarle por más tiempo a dónde le
En ese mismo instante en Ekatiridion, un rayo iluminó conduce este andar" . Se detuvo, apoyó su mano sobre
el rojo, el ignoto, el oculto mundo. Entonces los viscosos la cabeza de su hijo para bendecirlo, e Isaac se inclinó
seres pudieron ver la grieta en el muro de la oscura para recibir la bendición. Y la faz de Abraham era la de
prisión que por siempre los contuvo. Movieron sus un padre; dulce era su mirar y su voz exhortaba. Pero
tentáculos. Se deslizaron por la grieta. Se revolcaron en Isaac no podía comprenderle, su alma no podía elevarse
la arena roja. Copularon. Se reprodujeron. tanto· se abrazó a las rodillas de Abraham, se arrojó a
Ahora son libres. ' y clamó por la gracia; imploró por su juventud
sus pies
y sus dulces esperanzas; habló de las alegrías de la casa
Lucy Fabiola Tello (Colombia) paterna, evocó la soledad y la tristeza. Entonces
Abraham lo levantó, lo tomó de la mano y se puso en
camino, y su voz exhortaba y consolaba. Más Isaac no
podía comprenderle. Abraham trepó por la montaña de
Morija; Isaac no le comprendía. Entonces se apartó
Abraham por un momento del lado de su hijo, y cuando
de nuevo miró Isaac la faz de su padre la halló cambiada,
porque el mirar se le había hecho feroz y aterradoras las
facciones. Agarró a Isaac por el pecho, lo arrojó por tierra
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y gritó: "iEstúpido! ¿c rees tú que soy tu padre? iSoy un


idólatra! ¿crees tú que obedezco el mandato divino?
iHago lo que me viene en gana!". Entonces Isaac se
estremeció y exclamó en su angustia: "iDios del cielo! La fuente de la eterna juventud
iTen piedad de mí! iDios de Abraham! iTen piedad de
mí! iSé mi padre, ya no tengo otro en esta tierra!". Pero Y cuentan que don Gonzalo Fernández de Vivar y
Abraham se dijo muy quedo: "Dios del cielo, yo te doy Montero, durante la Conquista, buscó afanosamente por
las gracias; vale más que me crea un monstruo antes estas tierras la fuente de la eterna juventud. En medio
que perder la fe en ti". de los pantanos, en la selva, en los páramos, registró el
aire, oteó el lugar donde nacen las aguas, investigó de
Soren Kierkegaard (Dinamarca) boca en boca las viejas leyendas. En su caballo pinto
vagó muchos años por estos lugares hasta que un día
percibió un pequeño cambio; algo así como un anuncio,
como un signo. Una transformación del aire, del color
de los árboles, del olor del agua. Avanzó hasta un claro
del bosque y presenció un espectáculo que lo dejó
maravillado. Un tigre, corpulento y feroz, rugido man-
chadoanaranjado, las garras poderosas y fuertes, el ojo
girando, buscando el colmillo donde hincar y destrozar,
frente al enemigo que lo esperaba sereno con un algo de
quietud en el cuerpo. El tigre gigantesco dio un salto el
aire, rugió, cayó levantando la hojarasca, viró presto a
continuar el ataque, hasta que sintió el feroz golpe, la
mortal desgarradura, la sangrienta herida en el vientre.
La libélula había hecho presa de él; le había dado el golpe
mortal y el tigre empezó a morir bajo la vibradora luz de
sus alas. Don Gonzalo acarició su barba de 95 años de
longitud, espoleó su caballo y penetró en la floresta
húmeda. Y aquel día de gracia de San Martín, en medio
de frescas hierbas, con pájaros dorados dando vueltas
de carnero en el césped, con roedores de ojos plateados
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durmiendo la siesta en sus orillas, encontró la fuente de


la eterna juventud. Bajó de su caballo pinto y, tem-
bloroso, hincó la rodilla en tierra, declarando esa fuente
propiedad de Fernando e Isabel de Castilla, sacó de su Esperando a los bárbaros
am1adura el gran escapulario obsequio del Papa, penetró
en la fuente, avanzó mientras entonaba cantos de -¿Qué esperamos congregados en el foro?
alabanza a Dios y a María Santísima y murió ahogado A los bárbaros que hoy llegan.
en las turbulentas aguas. -¿Por qué esta inacción en el senado?
¿por qué están ahí sentados los Senadores sin
/airo Aníbal Niño (Colombia) / legislar?
Porque hoy llegarán los bárbarós.
- ¿Qué legislarán los senadores?
Ya legislarán, cuando lleguen los bárbaros.
-¿Por qué nuestro emperador madrugó
y en su trono, a la puerta mayor de la ciudad
está sentado, solemne y ciñendo corona?
Porque hoy llegarán los bárbaros
y el emperador espera para dar
a su jefe la acogida. Incluso preparó,
para entregárselo, un pergamino
con muchos títulos y dignidades.
- ¿Por qué nuestros cónsules y pretores
exhiben hoy rojas togas bordadas;
por qué llevan brazaletes con tantas amatistas
y anillos engastados y esmeraldas rutilantes;
por qué empuñan hoy preciosos báculos
en plata y oro magníficamente cincelados?
Porque hoy llegarán los bárbaros
y espectáculos así los deslumbran.
- ¿Por qué no acuden, como siempre, los ilustres
/oradores
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a decir sus discursos y sus cosas?


Porque hoy llegarán los bárbaros
y les fastidian la elocuencia y los discursos.
-¿Por qué empieza de pronto este desconcierto La cueva.de. ' Montesinos
. . .

y confusión? (iQué graves se han vuelto los rostros!)


¿Por qué calles y plazas aprisa se vacían Soñó don Quijote que llegaba a un transparente
y todos vuelven a casa compungidos? alcázar y Montesinos en persona -blancas barbas,
Porque se hizo de noche y los bárbaros no llegaron. majestuoso continente- le abría las puertas. Sólo que
Algunos han venido de las fronteras cuando Montesinos fue a hablar, don Quijote despertó.
Y cuentan que los bárbaros no existen. Tres noches seguidas soñó lo mismo, y siempre desper-
_¿y que será de nosotros ahora sin los bárbaros? taba antes de que Montesinos tuviera tiempo de dirigirle
Esta gente, al fin y al cabo, era una solución. la palabra.
Poco después, al descender don Quijote por una
Konstantinos Kavafis (Grecia) cueva, el corazón le dio un vuelco de alegría: ahí estaba
nada menos que el alcázar con el que había soñado. Abrió
la puerta un venerable anciano al que reconoció inme-
diatamente: era Montesinos.
-¿Me dejarás pasar? -preguntó don Quijote.
-Yo sí, de mil amores -contestó Montesinos con aire
dudos<r, pero como tienes el hábito de desvanecerte
cada vez que voy a invitarte ...

Enrique Anderson Imbert (Argentina)


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Desde la cubierta anunciaron que los marineros se


habían metido en la bodega, donde ahora estaban
emborrachándose.
El barco que se hunde "Marineros, esto es insensato", dijo el capitán, "el
barco está hundiéndose. En diez minutos me dirán: y
"Señor", dijo el teniente primero, irrumpiendo en el entonces, lqué? Para una mente filosófica nada nuevo
camarote del capitán, "el barco está hundiéndose". ha ocurrido. En el curso de nuestra vida, se nos podría
"Está bien, señor Spoker", dijo el capitán. "Pero esa haber roto una arteria, o nos podría haber partido un
no es razón para que usted se presente a medio afeitar. rayo, no sólo dentro de diez minutos, sino dentro de
Haga uso de su inteligencia por un momento, señor diez segundos; y eso no nos ha impedido almorzar ni
Spoker, y usted verá que para una mente filosófica nada depositar dinero en el banco. Les aseguro, con la mano
nuevo ha ocurrido. Puede decirse que el barco, si es que en el corazón, que no acabo dé entender su actitud".
está hundiéndose, estaba hundiéndose desde el momento La tripulación ya estaba demasiado borracha para oír
en que fue puesto en el mar". sus razones.
"Está hundiéndose aprisa", dijo el teniente primero, "Se trata de una escena muy penosa, señor Spoker",
cuando volvió afeitado. dijo el capitán.
"lAprisa, señor Spoker?", preguntó el capitán. "Esa "Sin embargo, para la mente filosófica", dijo el
frase me extraña, porque pensándolo bien, el tiempo es teniente, "podría decirse que empezaron a emborra-
relativo". charse desde el momento en que se embarcaron".
"Señor", dijo el teniente, "creo que no vale la pena "No sé si usted sigue mi razonamiento, señor Spoker",
embarcarnos en esta discusión ya que estaremos en el dijo el capitán suavemente. "Pero sigamos".
fondo del mar dentro de diez minutos". En la santabárbara dieron con un viejo lobo de mar
"Razonando de esa manera", dijo el capitán suavemente, que estaba fumando su pipa.
"sería inútil iniciar cualquier investigación importante. Lo "Dios mío", dijo el capitán. "lQué está haciendo?".
más probable es que muramos antes de darle fin. Usted no "Bien, señor", dijo el viejo marinero como discul-
ha considerado, señor Spoker, la situación del hombre", pándose, "me dijeron que el barco estaba hundiéndose" .
agregó sonriendo y moviendo la cabeza. "Y aunque así fuera", dijo el capitán, "para la mente
"Prefiero considerar la situación del barco", dijo el filosófica, nada nuevo ha ocurrido. La vida, viejo amigo,
señor Spoker. la vida, en cualquier momento, desde cualquier punto
"Como buen oficial", dijo el capitán, poniendo la mano de vista, no es menos peligrosa que un barco que se
sobre el hombro del teniente. hunde. Sin embargo, la gente suele usar paraguas y

1
L.__
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zapatos de goma y emprende grandes obras, y se conduce


como si fuera inmortal. En cuanto a mí, desprecio al
hombre que, aún a bordo de un barco que se hunde,
deja de tomar una píldora o darle cuerda a un reloj'.
·Semejante conducta no sería humana".
"Disculpe, señor", dijo el señor Spoker. "Pero ¿qué Li Po debió sospechar que la luna sólo existía mientras
diferencia hay entre afeitarse en un barco que se hunde sus ojos estuvieran abiertos ...
y fumar en la santabárbara?". Al final las aguas del río seguían lavando el mismo
"O hacer algo en cualquier circunstancia", dijo el sueño en la mirada del ahogado ....
capitán. "Estoy convencido; convídeme con un cigarro".
Dos minutos después el barco estalló con una gloriosa Rodrigo Acevedo (Colombia)
detonación.

Robert Louis Stevenson (Inglaterra)


70 . Los minicuentos de Eku6reo Guillermo Bustamante Zamudio • Harold Kremer 71

Del rigor en la ciencia De lo quel' contenció a un homne que habían


de alimpiar el fígado
... En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró
tal Perfección que el Mapa de una sola Provincia ocupaba Un homne era muy mal doliente, assí quel' dixieron
toda una Ciudad, y el mapa del imperio, toda una los físicos que en ninguna guisa non podía guarescer si
Provincia. Con el tiempo, esos Mapas Desmesurados no non le feziessen una abertura por el costado, et quel'
satisfacieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron sacassen el fígado por ella, et que lo lavassen con unas
un Mapa del Imperio, que tenía el tamaño del Imperio y melezinas que había mester, et quel' alimpiasen de
coincidía puntualmente con él. Menos Adictas al Estudio aquellas cosas por que el fígado estaba maltrecho. E
de la Cartografía, las Generaciones Siguientes enten- estando él sufriendo este dolor et teniendo el físico el
dieron que ese dilatado Mapa era Inútil y no sin Impiedad fígado en la mano, otro homne que estaba y cerca dél
lo entregaron a las Inclemencias del Sol y de los Invier- comern;ó a rogarle quel' diesse de aquel fígado para un
nos. En los desiertos del Oeste perduran despedazadas su gato.
Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y por Men-
digos; en todo el País no hay otra reliquia de las Dis- Don Juan Manuel (España)
ciplinas Geográficas.

Suárez Miranda (España)


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· Gnomos Gugos y lívidos

Los gnomos forman un pueblo sobrenatural de seres Los gugos, velludos y gigantescos, habitan en los
muy pequeños e invisibles, dotados de singular astucia. lugares subterráneos del mundo de los sueños. No tienen
Poseían la presciencia, conocían los secretos de la Tierra voz y se comunican por gestos faciales . Sus cabezas,
y eran el alma de ésta. El Aire, la Tierra, el Agua y el enormes como barriles, no son fáciles de olvidar: a cada
Fuego se agitaban merced a los seres invisibles que lado, sobresaliendo dos pulgadas, están sus ojos rosados
animaban a estos elementos. Dios asignó el imperio del que refulgen en la oscuridad y, atravesándolas de arriba
fuego a la salamandra, el del aire a los silfos, el de las abajo, la boca de enormes colmillos amarillos que se abre
ondas a las ondinas y el de la Tierra, no en su superficie verticalmente y no de manera corriente. Su alimento
sino en su interior, a los gnomos. Estos moraban en las principal son los lívidos, seres repulsivos que mueren al
fisuras metálicas del globo, en el interior de las grutas, contacto con la luz y viven en las cuevas de Zin, donde
llenas de estalactitas de maravilloso efecto. Eran los guar- brincan con sus largas patas como canguros. Los lívidos
dianes de las minas de oro y plata. Su mujer, la gnómida, son del tamaño de un caballo pequeño y su rostro resulta
era mucho más pequeña que él, pues sólo tenía un pie bastante humano, pese a la ausencia de nariz, de frente
de estatura; pero en cambio era muy hermosa: una dulce y de otros detalles importantes.
sonrisa mantenía siempre abierta su pequeña boca.
Howard Phillips Lovecraft (EEUU)
Diccionario Enciclopédico Hispanoamericano

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