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Deriva
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El dinosaurio
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Augusto Monterroso
Canción cubana
iAy, José, así no se puede!
iAy, José, así no sé!
iAy, José, así no!
iAy, José, así!
© Los minicuentos de Ekuóreo iAy, José!
Antología de 100 minicuentos publicados en la revista Ekuóreo. iAy!
Aniversario 21.
Guillermo Cabrera Infante
© Guillermo Bustamante Zamudio
© Harold Kremer
A.A. 24149 Cali
E-mail:ekuoreo@yahoo.com
ISSN: 1692-5629
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L.__
68 Los minicuentos de Eku6reo Guillermo Bustamante Zamudio • Harold Kremer 69
Los gnomos forman un pueblo sobrenatural de seres Los gugos, velludos y gigantescos, habitan en los
muy pequeños e invisibles, dotados de singular astucia. lugares subterráneos del mundo de los sueños. No tienen
Poseían la presciencia, conocían los secretos de la Tierra voz y se comunican por gestos faciales . Sus cabezas,
y eran el alma de ésta. El Aire, la Tierra, el Agua y el enormes como barriles, no son fáciles de olvidar: a cada
Fuego se agitaban merced a los seres invisibles que lado, sobresaliendo dos pulgadas, están sus ojos rosados
animaban a estos elementos. Dios asignó el imperio del que refulgen en la oscuridad y, atravesándolas de arriba
fuego a la salamandra, el del aire a los silfos, el de las abajo, la boca de enormes colmillos amarillos que se abre
ondas a las ondinas y el de la Tierra, no en su superficie verticalmente y no de manera corriente. Su alimento
sino en su interior, a los gnomos. Estos moraban en las principal son los lívidos, seres repulsivos que mueren al
fisuras metálicas del globo, en el interior de las grutas, contacto con la luz y viven en las cuevas de Zin, donde
llenas de estalactitas de maravilloso efecto. Eran los guar- brincan con sus largas patas como canguros. Los lívidos
dianes de las minas de oro y plata. Su mujer, la gnómida, son del tamaño de un caballo pequeño y su rostro resulta
era mucho más pequeña que él, pues sólo tenía un pie bastante humano, pese a la ausencia de nariz, de frente
de estatura; pero en cambio era muy hermosa: una dulce y de otros detalles importantes.
sonrisa mantenía siempre abierta su pequeña boca.
Howard Phillips Lovecraft (EEUU)
Diccionario Enciclopédico Hispanoamericano