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Elecciones y encierros en los yunaites

Por el pingüino de la jornada alias Jaife

Así se la gastan los norteamericanos cuando llega el momento de elegir a sus sucesores en la casa
que todos ya saben , donde sientan al nuevo payaso que los manejará por cuatro años más.

Tal vez no me creas pero cada grupo plutocrático presidencial de EU posee sus singulares
propensiones pecuniarias y de materias primas. Bill Clinton, su esposa e hija Chelsea –casada con
el banquero israelí-estadunidense Marc Mezvinsky, director de TPG Capital– fueron secuestrados
por Wall Street (https://bit.ly/3peRH3E). Baby Bush demostró su inclinación por el petróleo de
Medio Oriente y el agua dulce del Acuífero Guaraní (https://bit.ly/3qV1w7k).

El chocoroll Obama, el presidente viviente más rico en la historia de EU, exhibió su proclividad por
Netflix/Wall Street/Big Pharma/Bienes Raíces. Y el saliente, para no decir defenestrado, Trump
reveló su preferencia por el litio de Sudamérica ( v.gr. visita de Ivanka a Argentina antes
del golpe a Bolivia; https://bit.ly/39h3fxY).

El otro títere mayor Bill o kill Gates, después de su inmensa fortuna en Microsoft, con una
capitalización de mercado de 1.7 billones de dólares (trillones en
anglosajón; https://bit.ly/3ccFk4H) beneficia a los intereses globalistas del eje Wall Street/la City.
En forma anómala, la Fundación Bill & Melinda Gates es el primer donador de la polémica OMS,
supuesta entidad multilateral interestatal, con 9.8 por ciento en 2018 (https://bit.ly/3omIkh6).

El payaso de las computadoras ejerce un control financiero con la Fundación Bill &Melinda Gates
con su epidemiología globalista instrumentada por la OMS, la súperbelica Universidad Johns
Hopkins, el Foro Económico Mundial de Davos (de la dupla Soros/Klaus Schwab) y su logística dual
de Gavi y Covax (https://bit.ly/3cm32eC). Perturba también la expansión de la
“epidemiología globalista” de Gates que abarca a su vacuna Inovio, que se ha quedado muy
rezagada.

El atroz Evento 201 de Gates en Nueva York (https://bit.ly/3chyGtQ), copatrocinado por Johns


Hopkins Center for Health Security y el Foro Económico Mundial de Davos, fue celebrado en forma
premonitoria el 18 de octubre de 2019: un mes antes del supuesto brote del Covid-19 en Wuhan
(China).
Ante la grave crisis alimentaria que vaticina China, el país más poblado del planeta,
suena insólito que el filántropo –nuevo disfraz de los depredadores globalistas– incursione ahora
en la agricultura.

En una integración de su portafolio estratégicamente diversificado, Gates –cuarta persona más


rica del mundo con 121,700 millones de dólares (https://bit.ly/2LYOsPO); a no confundir con la
cartera institucional de Microsoft– es ya el mayor propietario de tierras de cultivo de EU que
acapara en 19 estados, según The Land Report (https://bit.ly/3on8T5M).

El terrateniente Gates acapara sus haciendas en Luisiana (28 mil hectáreas), Arkansas (19 mil
hectáreas) y Nebraska (8 mil hectáreas) y 10 mil hectáreas de transición en Phoenix (Arizona). Su
personal propiedad catastral la comparte con su empresa Cascade Investment que jerarquiza la
protección de las tierras de cultivo, del suelo y de los recursos hídricos (sic).

Como en las jugadas ofensivas del futbol americano, Gates opera sus estratégicas inversiones bajo
la protección filantrópica de su polémica Fundación que ha asignado unas migajas por 306
millones de dólares –0.25 por ciento de su fortuna personal, a no confundir con la institucional de
Microsoft– para fomentar la agricultura sostenible productiva en el sur de Asia y en el Sub-Sahara
africano.

El año pasado, la Fundación de marras y amarres lanzó el Gates Ag One para la producción de


supercosechas resistentes al cambio climático y a la crianza de vacas lecheras de mayor
rendimiento (https://bit.ly/2Yk5TN0). Gates ahora financia el desarrollo de una tecnología de
atenuación del sol para así desencadenar un efecto de enfriamiento
global (https://bit.ly/3a19KnK).

No me quiero imaginar al filántropo globalista nada samaritano Gates controlando bursátilmente


el cambio climático al alza y a la baja. Con el control del software de Microsoft –al unísono del Big
Tech GAFAM/Twitter de Silicon Valley–, la “epidemiología globalista” de Johns
Hopkins/Davos/OMS/Gavi/Covax, y ahora la agricultura privada, al filántropo Gates sólo le falta
dominar el agua y el aire para adueñarse de la vida entera en el planeta.

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