Su amoroso matrimonio fue bendecido con una hija, María, la Madre de Dios.
Les pedimos, como abuelos de
Nuestro Señor Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, que oren para que se haga Su voluntad en toda nuestra tierra manteniendo el matrimonio como una unión sagrada de un solo hombre y una sola mujer, la imagen de la unión amorosa de Cristo y Su Iglesia. Amén.