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Anexo 1.

El campo magnético de la tierra


El campo magnético terrestre es generado, principalmente, por corrientes eléctricas debidas al
movimiento de iones de los metales fundidos en el interior de la tierra, en concreto, en una región
conocida como Núcleo Externo (2900 km – 5100 km).
La Tierra se comporta como un imán gigantesco con sus
respectivos polos magnéticos.
El campo magnético terrestre varía, en dirección e intensidad, muy
lentamente con los años (variación secular). Como consecuencia
de esto, los polos magnéticos van cambiando de posición.
La radiación solar influye en el campo magnético terrestre
provocando la variación diurna y las tormentas magnéticas. El
campo magnético tiene una gigantesca importancia para la
preservación climática y biótica del planeta, en la preservación de la capa de ozono y la defensa del
planeta de los recurrentes vientos solares. Además, el magnetismo terrestre tiene aplicaciones
humanas conocidas.

Su presencia es aprovechada para la orientación de las brújulas, cuya aguja señala siempre el norte
magnético (que no geográfico) y que además son útiles en la navegación y la aviación desde el siglo
XII. Sin embargo, Una brújula apunta en la dirección del Polo Norte magnético que, en la actualidad,
no coincide con el Norte Geográfico (su diferencia, en grados, nos lleva a la declinación magnética).
El valor de la declinación varía lentamente con el tiempo y depende la posición en la que se mida.
Esto mismo pueden, además, hacerlo ciertos animales dotados de magnetorrecepción. Asimismo,
su existencia es clave en la magnetoestratigrafía: el estudio de las rocas terrestres para determinar a
partir de la orientación de sus partículas magnéticas su año de datación .

A pesar de resultar fundamental para la vida en la Tierra, el campo magnético de nuestro planeta no
es algo que podamos ver en sí mismo o escuchar. El campo magnético de la Tierra es una burbuja
compleja y dinámica que nos mantiene a salvo de la radiación cósmica y de las partículas cargadas
atraídas por los poderosos vientos que fluyen desde el Sol. 
Cuando estas partículas chocan con los átomos y moléculas de nuestra atmósfera, principalmente
con el oxígeno y el nitrógeno de sus capas superiores, parte de la energía de las colisiones se
transforma en las típicas y fantasmagóricas luces verdeazuladas de las auroras boreales. Donde
esta ofrece una muestra visual de cómo funciona nuestro campo magnético
ANEXO 2. Los imanes y las fuerzas

La fuerza magnética es una consecuencia de la fuerza electromagnética, una de las cuatro fuerzas
fundamentales de la naturaleza, y es causada por el movimiento de las cargas. Dos objetos con
carga con la misma dirección de movimiento tienen una
fuerza de atracción magnética entre ellos. Del mismo modo,
los objetos con carga que se mueven en direcciones
opuestas tienen una fuerza repulsiva entre ellas.
Los imanes son los materiales que presentan las
propiedades del magnetismo y pueden ser naturales, como
la magnetita, o artificiales.

Los imanes presentan dos zonas donde las acciones se manifiestan con mayor fuerza, situadas en
los extremos y denominadas polos magnéticos: norte y sur.
Una de las propiedades fundamentales de la interacción entre imanes es que los polos iguales se
repelen, mientras que los polos opuestos se atraen. Este efecto de atracción y repulsión tiene que
ver con las líneas de campo magnéticas, que suelen ir del polo norte al sur.

Cuando se acercan dos polos opuestos, estas líneas tienden a saltar de un polo a otro: tienden a
pegarse. Esta atracción será mayor o menor según sea la distancia entre los dos imanes.
En cambio, cuando se acercan dos polos iguales, estas líneas de campos se empiezan a comprimir
hacia su propio polo. Cuando esta compresión es máxima, las líneas de campo tienden a
expandirse, lo que provoca que los polos iguales de dos imanes no puedan acercarse y se repelan.
El campo magnético es la agitación que produce un imán a la región que lo envuelve. Se representa
con líneas de campo que parten por el exterior del imán del polo norte al polo sur, y por su interior a
la inversa, del polo sur al norte. Son líneas que no se cruzan y se separan unas de otras y del imán,
tangencialmente a la dirección del campo en cada punto.
Este recorrido de las líneas de fuerza es el circuito magnético y la cantidad que lo forman se
llama flujo magnético. Su intensidad es inversamente proporcional al espacio entre las líneas (a
menos espacio, más intensidad).

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