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Se le incrustó una llave en el cerebro

Nicholas Holderman, de 20 meses, iba en el asiento trasero con


sus hermanos cuando el auto chocó. El niño cayó sobre un
manojo de llaves. Una de las llaves se incrustó en su ojo y llegó al
cerebro. Enseguida fueron al hospital y lo operaron. A los tres
meses su visión es completamente normal.

Más allá de la mente humana


Entre las historias, Jacalyn Duffin encontró el caso de una mujer con
un tumor que desapareció, un hombre que se le “cosieron” solas las
heridas, una niña renga que de repente empezó a caminar, un bebé
que había muerto y revivió, entre otras. Cada médico de cada caso
no pudo jamás explicar los hechos
Perdió el 70% de su pierna en batalla
El soldado estadounidense Isaías Hernández, de 19 años, estaba junto a su
batallón en Afganistán, cuando explotó un mortero enemigo, a principios de
2010. Sufrió serias lesiones en sus manos y piernas, en especial en su pierna
derecha que quedó casi completamente destruida. La única opción parecía
amputación total.
Hormona de cerdo le hizo crecer la pierna
Un grupo de médicos del Instituto McGowan de Medicina Regenerativa de
la Universidad de Pittsburgh le propusieron a Hernández realizarse un
tratamiento experimental: una inyección de proteínas y hormonas de
crecimiento de vesícula biliar de un cerdo en lo que quedaba de su pierna.
Recobró el músculo y volvió a caminar
La inyección de hormonas, llamada “matriz extracelular proteica”, impulsó
la regeneración del tejido muscular. Es decir, reconstruyó el tejido perdido
y logró lo imposible: reconstruir hasta los tendones de su pierna. Gracias al
tratamiento Hernández ha vuelto a caminar.

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