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Colegio Antonio Nariño

Hermanos Corazonistas
Bogotá, D.C.

PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
PARA LLEVAR UNA VIDA ACERTADA Y FELIZ

Resulta
necesario el
Nuestra imagen No nos dejemos
revisar cada día
social no es tan engañar por las
el cómo
importante, ni apariencias;
pensamos, el
incluso somos muy
detectar las
necesaria. valiosos y
creencias
Aprendamos a capaces de hacer
irracionales, el
que nos importe cosas muy
combatirlas con
muy poco lo que positivas para
argumentos y el
los demás nosotros mismos
desarrollar
puedan pensar y también para
nuevas
de nosotros. los demás.
creencias
racionales.

La grandeza y fortaleza, no está en defenderse de las críticas


ajenas, sino en estar por encima de ellas.

Julio de 2022
Aprende a
aceptar a los
Las personas que sostienen
demás, tal como
creencias irracionales, la vida
son en la
les resulta muy complicada e
realidad
increíblemente difícil.

Resulta mejor el
sugerir que el
exigir el cambio
en los demás

El buen humor es otra


maravillosa estrategia
para enfrentarse a los
que terribilizan las
cosas. Ríete, ama y
goza la vida.

Acudamos al convencer, antes que al vencer. La estrategia de la


seducción es la forma más efectiva de complacer y de obtener lo
que se desea. El exigir es la forma más directa de romper una
buena relación

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La salud, es algo de lo que
ocuparse, pero no de lo
que preocuparse en
exceso. Sin salud, también
se puede ser muy feliz y
con salud también se
puede llegar a ser un
desgraciado.
La terribilitis es la
madre de todos
los trastornos
emocionales y
Anticipar situaciones negativas castiga de forma
tremendistas, no es buena estrategia abrumadora las
para resolver los problemas. Cada mentes de las
situación merece una ponderación personas.
adecuada, lo más realista posible y la
cual nos ayuda a resolver cada
situación de la vida.

La aceptación
incondicional de uno
mismo y de los demás,
viene siendo nuestra
Los seres humanos, en realidad,
principal cualidad y
necesitamos muy poco para vivir y
fortaleza.
estar bien.

Tenemos que aprender a aceptar con


actitud positiva todo aquello que no
podemos cambiar.

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Muchas veces
exageramos la
relevancia de las
adversidades La creación de
con resultados necesidades
súper nocivos. El Las creencias
artificiales
aprender a irracionales
produce
evaluar lo que surgen de
desequilibrio
nos sucede con exigencias
emocional,
realismo y fantasiosas.
tanto si las
objetividad, nos Cada necesidad
satisfacemos
hace más inventada es
como si no.
equilibrados una fuente de
debilidad.

Tenemos que saber dejar de preocuparnos ante y por las


adversidades; no hay nada terrible en un universo como el
nuestro.

Recordemos que las adversidades forman parte de la vida;


si las sabemos aceptar no nos molestarán tanto.

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Aprendamos a no quejarnos jamás, a apreciar nuestras infinitas posibilidades, a
que nuestra mirada refluja ardiente ante el espectáculo desbordante de la vida,
independiente de lo que suceda.

Sepamos explorar y conocer nuestros pensamientos y creencias irracionales,


que vamos adquiriendo a lo largo de nuestras vidas, que vienen siendo causa de
sufrimientos, de frustraciones, de malestares emocionales, de trastornos
psíquicos, de la ansiedad y de la depresión.

Si es necesario, sepamos volver a empezar, sin depender del pasado y tratemos


de lograr transformarnos, aceptar con respeto a los demás, ser mejores
personas y de ir obteniendo una sensación predominantemente de felicidad.

La depresión, la ansiedad y la obsesión, son nuestros principales oponentes y


cuando nos dejamos atrapar por ellos, perdemos la facultad de vivir
plenamente.

Nos tenemos que hacer fuertes en el ámbito emocional si queremos disfrutar


de la vida a plenitud.

La neurosis es un freno a la plenitud y a la salud emocional.

Tenemos todas las posibilidades de transformarnos en personas fuertes y


emocionalmente estables; el cambio siempre es posible.

En la actualidad, la terapia cognitiva es la escuela de psicología con una mayor


base científica y de eficacia comprobada.

Cambiar, es posible con el esfuerzo continuo. El transformarse en alguien


positivo, es esencial para disfrutar de la vida.

Todos podemos aprender a ser más fuertes y equilibrados a nivel emocional;


dicho aprendizaje se lleva a cabo transformando nuestra manera de pensar.
Epíteto decía: “no nos afecta lo que nos sucede, sino lo que nos decimos acerca
de lo que nos sucede”. Las ideas son las que tienen el poder de desequilibrarnos,
de irritarnos, que no las acciones. Domina, controla tus pensamientos y no
caigas en pensamientos catastróficos.

Detrás de cada emoción negativa exagerada, siempre existe un pensamiento


catastrófico.

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Las creencias irracionales, son inútiles y no nos ayudan a superar las
adversidades.

Pensar exageradamente, anticipar situaciones negativas tremendistas, no es


buena estrategia para resolver los problemas. Cada situación merece una
ponderación adecuada, lo más realista posible, la cual nos ayuda a resolver cada
situación de la vida.

Cuando sostenemos ideas irracionales y emociones exageradas, aplicamos


soluciones exageradas a problemas pequeños y el remedio resulta peor que la
enfermedad.

Las creencias irracionales producen mucho malestar emocional.

Hay personas que viven anticipadamente tantos desastres que pierden la salud,
tanto mental como física.

La persona que sostiene creencias irracionales, la vida le resulta muy complicada


e increíblemente difícil.

Todos podemos cambiar nuestra forma de pensar para hacerla más constructiva
y más feliz.

Las creencias irracionales son falsas, inútiles y nos hacen sufrir

La principal distorsión cognitiva consiste en tomarse todo a la tremenda y


anticipar desgracias.

Los seres humanos somos máquinas de evaluar. Evaluamos de manera tan


constante que prácticamente, no nos damos cuenta de ello; no paramos de
evaluarlo todo.

Las personas más vulnerables a nivel emocional tienden a evaluarlo todo lo que
les sucede y muchas veces lo consideran como terrible; tienen una enfermedad
llamada “terribilitis”.

¡La terribilitis es la madre de todos los trastornos emocionales! Lo que castiga


realmente las mentes de esas personas, es terribilizar sus creencias.

Las personas mentalmente fuertes tienen mucho cuidado de no dramatizar


jamás sobre las posibilidades negativas de su vida y ahí está la fuente de su

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fortaleza. Están convencidas de que la mayor parte de las adversidades no son
ni muy malas, ni tan terribles; dicho convencimiento es el que les da la calma.

Los seres humanos en realidad, necesitamos muy poco para estar bien.

Resulta positivo el comparar la actual situación con todo lo que me podría


suceder, para no desanimarme.

Calificar de “terrible” todas las cosas negativas que nos suceden no es nada
constructivo ya que ello conlleva un descalabro emocional que no ayuda a
resolver las situaciones.

La mayor parte de las veces, las adversidades no son tan malas como las
imaginamos.

Debemos revisar con razonamiento y tranquilidad emocional nuestro sistema


de valores, nuestras creencias básicas acerca de lo que en realidad vale la pena
o no, ya que a veces nuestra filosofía nos puede ir haciendo la vida imposible.

“Concluimos que muchas veces, exageramos la relevancia de las adversidades,


con consecuencias nocivas. El aprender a evaluar lo que nos sucede con
realismo y objetividad nos hace más equilibrados”.

Las creencias irracionales, catastróficas, inútiles y dañinas son las grandes


enemigas de los psicólogos que no se cansan de combatirlas, ya que a veces se
crean un universo personal lleno de terribles amenazas; dichas amenazas solo
existen en nuestra cabeza; la vida es mucho más sencilla, segura y alegre que
todos nuestros temores.

Solemos tener muchas creencias irracionales entre nosotros mismos, como:


¡Debo hacerlo todo bien, muy bien! ¡La gente me debería tratar siempre muy
bien, lo mismo de que todas las cosas me deben ser favorables!

Las creencias racionales serían: me gustaría hacerlo todo bien, pero…; sería
genial que todo el mundo me tratara bien, pero…; pero a pesar de todo puedo
ser feliz.

Una persona madura es aquella que no exige, aunque sí pueda preferir; se dice
que no necesita nada de eso para ser feliz.

Cuando somos vulnerables a nivel emocional estamos llenos de exigencias, de


necesititis.
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Cuando estamos neuróticos nos conviene aprender que todas esas exigencias
no son necesarias para ser feliz.

Si limpiamos nuestra mente de exigencias irracionales, nos daremos cuenta, lo


mucho que ofrece la vida para disfrutar de ella.

Las necesidades inventadas producen inseguridad, insatisfacción, ansiedad y


depresión. Pareciera que las personas tenemos una fuerte tendencia a crear
necesidades ficticias a partir de deseos legítimos.

La creación de necesidades artificiales produce malestar emocional, tanto si las


satisfaces como si no.

Al margen de la comida y de la bebida, no es racional necesitar nada más: ni


amor ni diversión, ni compañía, ni sexo, ni cultura.

La persona madura sabe que la única forma de disfrutar los bienes de la vida, es
estar dispuestos a perderlos, solo podemos disfrutar de lo que podemos
prescindir.

Las creencias irracionales surgen de exigencias fantasiosas. Cada necesidad


inventada es una fuente de debilidad.

El solo hecho de pensar en la posibilidad de que nos suceda algo malo, ya nos
llena de ansiedad.

Existen creencias irracionales que se transmiten por influencia social.

En la vida práctica el amor por la preocupación resulta absurdo y nocivo. Los


mejores ejecutivos, se ocupan de multitud de temas al día, pero nos e
preocupan de ellos. “Hay que ocuparse y no preocuparse” Mantén la calma y
trata de disfrutar del proceso.

Para adquirir tus objetivos, trata de adquirir las habilidades necesarias y sé


voluntarioso, optimista y constante.

Tener una mente sana, implica no sostener creencias irracionales de ningún


tipo; hace falta eliminar ese miedo ante esas ideas irracionales.

El objetivo de la terapia cognitiva es convertirnos en personas más sanas y


fuertes; disfrutar la vida pase lo que pase; consiste en transformar nuestra

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forma de pensar, nuestro dialogo personal y nuestra forma de evaluar lo que
nos sucede para dejar de quejarse y disfrutar de lo que está a nuestro alcance.

Esmerémonos en detectar las creencias irracionales y reemplacémoslas por


creencias racionales

Cuidado que detrás de cualquier malestar emocional exagerado suele haber un


sentimiento terribilizador.

Es nuestro deber el saber analizar nuestros malestares emocionales y detectar


qué creencias irracionales lo provocan y también con la razón, saber combatirlas
y vencerlas.

Sábete decir que a pesar de todos los pesares, son muchas las personas que son
felices ante la misma situación que la tuya; nuestra situación no tiene porqué
impedirnos el ser felices ya que también ante la misma adversidad puedo
también llevar a cabo objetivos interesantes para mi y también para con los
demás]; hay muy pocas situaciones en la vida en la que ya no podemos hacer
nada interesante y valioso.

Hawkings nos demostró que prácticamente siempre hay un espacio en el que


desarrollarse, disfrutar y crecer

En definitiva, tenemos que saber dejar de preocuparnos ante y por las


adversidades. No hay nada terrible en un universo como el nuestro.

Debemos saber dejar atrás la ansiedad y la depresión, suceda lo que suceda en


nuestra vida, tratando de convencerse con creencias racionales.

Poco a poco debemos ir adquiriendo una nueva forma de pensar y de ver el


mundo.

Tenemos que sacar fuerza de voluntad de donde sea, volviéndonos a revisar las
creencias irracionales, para reemplazarlas por creencias racionales, cada vez con
más fuerza y mayor profundidad.

Resulta necesario y conveniente el revisar cada día el cómo pensamos, el


detectar las creencias irracionales, el combatirlas con argumentos y el
desarrollar nuevas creencias racionales.

Viene siendo cierto que los deseos son por lo general legítimos; pero si los
transformamos en necesidades, se convierten en problemas.
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Aunque carezcamos de muchas cosas, podemos ir dando sentido a nuestras
vidas, ayudando a los demás, haciendo verdaderos amigos, profundizando
nuestra espiritualidad, haciendo algo artístico, tratando de cuidar nuestra
mente y nuestro cuerpo, estudiando y aprendiendo, a través de un amor
sentimental acertado, etc.. etc.

Estamos enfermos de lo que hemos llamado “necesititis”, esto es, la tendencia


a creer que necesitamos cada vez más cosas materiales para sentirnos bien.
Confundimos “deseos” con “necesidades” y no nos damos cuenta de que cada
necesidad nos hace más infelices y más insatisfechos.

La “necesititis”, siempre produce malestar emocional porque pensamos que al


no poseerlas seremos desgraciados, y si las llegamos a tener, sufrimos porque
las podemos llegar a perder.

Desear no tiene nada de malo; poseer tampoco, siempre y cuando no creamos


que todo ello son necesidades y que no lo necesito para ser feliz

Las neurosis son producto de una necesititis que abarcar presuntas necesidades
materiales e inmateriales.

Tenemos sobrevalorado ese bien llamado comodidad. Es irracional el pensar


que la comodidad es la primera fuente de felicidad. La comodidad, como nos
puede venir, también se va; es inestable. El exceso de comodidad es
incompatible con el disfruto activo de la vida. Claro que un poco de comodidad
es bueno, pero no demasiado. Existen otras fuentes de gratificación y de
felicidad. La comodidad es buena en su justa medida. Resulta bueno el saber
renunciar a una buena parte de comodidad todos los días y forjar nuestra
voluntad; seremos más libres, y disfrutaremos más de la vida. No es cierto, sino
irracional, que debo estar cómodo para ser feliz; la comodidad, no da la
felicidad. Necesitamos muy poco para estar bien.

Hay que saberse refrenar para no transformar los deseos en necesidades. El


visualizarse sin necesidades es otro de los grandes métodos para adquirir
filosofía racional.

Cuando nos preocupamos demasiado de nuestra imagen, o de cualquier otro


aspecto de la vida, estamos apartándonos de la realidad, ya que en algún
momento todos nos vamos a morir. El vivir como si fuésemos a estar aquí para
siempre, nos volvería locos. El hecho de la muerte hace que no haya nada
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demasiado importante y es la única forma de saber afrontar bien nuestra vida.
Sepamos abrir los brazos a la muerte en el tiempo señalado. Según el budismo,
la muerte es el paso para vivir con más plenitud, lo mismo que el cristianismo.
Sepamos brindar por la vida y también por la muerte. Lo importante es saber
disfrutar de la existencia.

El modelaje en las personas de valor, nos servirá muchas veces para cambiar
nuestra forma de pensar, el saber imitar a los auténticos campeones de la
racionalidad y fuertes a nivel emocional.

Hawkings, el gran científico, nos enseña que es posible el sentirse bien ante
cualquier situación humana. Acostumbrémonos a no terribilizar las situaciones
que la mayoría consideraría dramáticas.

El quejarse es inútil y una pérdida de tiempo, mejor, tratemos de hacer algo


valioso y de disfrutar el proceso.

Aprende a jamás compadecerte ya que existen en la vida mucho peor de lo que


padeces tú. Decide seguir viviendo y luchando y podrás considerarte un héroe
de tu vida. Tú tienes gran poder sobre tu mente, aprende a usarla. Mira lo que
puedes llegar a ser y no en sus posibles limitaciones. Céntrate siempre en lo
positivo y no en lo que no tenemos. Concientízate que poseemos todo lo
necesario para tener una vida muy buena y digna. Solemos llorar por carecer
tonterías innecesarias para la vida.

Muchas veces nos aferramos a ideas falsas que nos traen la desdicha.

Aprende que el temor a la soledad es una idea absurda y que no tiene ni pies ni
cabeza.

Hay muchas opciones de disfrutar incluso en los últimos años de nuestra vida y
no hay que desaprovechar el tiempo que nos queda; cada día debe sernos una
fiesta y rebosar amor por la vida.

Se puede ser muy feliz incluso ante la misma soledad, dejándonos siempre de
lamentar; la soledad puede ser tiempo de recapitulación, de planificación y de
nuevas aventuras de actividades positivas y gratificantes, hagamos pocas cosas,
pero esmerémonos por hacerlas bien.

Relájate y métete en la cabeza que la simple existencia ya es placentera.

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Es sorprendente la cantidad de gente que tiene miedo al aburrimiento. El miedo
al aburrimiento es como el miedo a la soledad: absurdo, fantasioso e irreal.
Incluso el aburrirse puede ser dulcemente agradable. El aburrirse, no es
peligroso para la integridad física y no supone ninguna amenaza seria. El
aburrirse de vez en cuando es una condición necesaria en la vida social.

A veces ponemos el grito en el cielo al no tener la capacidad de decidir en


muchas ocasiones. La solución para los indecisos siempre pasa por darse cuenta
que ninguno de los fallos ante las posibles elecciones puede llegar a ser
“terribles”; aunque se falle en la decisión, siempre se puede ser feliz.

Una mala decisión no implica riesgos para la supervivencia física, así que no es
algo grave.

La persona indecisa no duerme, no come, se hace un lío…, ¡no puede decidir!

La vergüenza es un problema mayor de lo que nos imaginamos; por culpa de ella


se pueden perder grandes oportunidades de disfrutar la vida.

La Fontaine decía: la vergüenza de confesar el primer error hace cometer


muchos otros; si deseamos hacernos más fuertes a nivel emocional, tendremos
que intentar eliminar el miedo al ridículo o reducirlo todo lo posible.

No le des demasiada importancia a la sensación de ridículo; es normal la


emoción de vergüenza e imposible de eliminar del todo. Concientízate de que
nuestra imagen social no es tan importante ni incluso necesaria. Aprendamos a
importarnos muy poco lo que los demás pueden pensar de nosotros.

Se puede concluir que la vergüenza no mata a nadie. Pierde el miedo a la


vergüenza; exponte una y otra vez a ella y piensa que después de haber hecho
el ridículo, la vida sigue igual.

Debemos llegar a demostrar verdadera independencia de la opinión ajena para


llegar a lo más alto.

Lo esencial es que somos personas maravillosas y que somos capaces de


colaborar, amar, divertirnos y ser felices.

No nos dejemos engañar por las apariencias; somos muy valiosos y capaces de
bajar abajo para estar en lo más alto y de hacer cosas positivas por sí misma y
por los demás.

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Es importantísimo el concientizarnos que somos capaces de hacer cosas
valiosas.

La imagen no es tan importante como nuestra capacidad de disfrutar de la vida


y de hacer cosas valiosas.

Cuidadito, que a veces somos demasiado sensibles a las bromas de los demás,
exigimos demasiado respeto y esto puede acabar afectando nuestra capacidad
de relacionarnos; es normal y agradable que los demás se rían un poco de
nosotros y que nosotros podamos reírnos de ellos. Este es el verdadero camino
para superar la vergüenza excesiva: el que no te importe que se puedan reír de
ti.

La fortaleza no está en defenderse de las críticas ajenas, si no estar por encima


de ellas.

Ser demasiado sensible con respecto a nuestra imagen es una debilidad. La


solución no es defenderla a capa y espada, sino aprender a no darnos tanta
importancia. Todos tenemos el mismo valor, independientemente de nuestro
sueldo, de nuestras habilidades o imagen. Lo importante está en la capacidad
de amar y ello está disponible para todos por igual.

La vergüenza o el miedo al ridículo, también se sustenta en la creencia irracional


de que la aprobación de los demás es algo esencial; la verdad es que no la
necesitamos.

Es recomendable rodearse de buenos amigos y estos son aquellos que nos aman
como somos; sí con todos nuestros defectos. Nadie necesita a nadie, así que
tampoco necesitamos la aprobación de los demás.

“Aprende a mejorar las relaciones con los demás”, tratando de ser un poco más
flexible para con ellos.

Hemos de aprender a aceptar a los demás tal y como son en realidad.

Pídele a tu amigo simplemente lo que te pueda dar y nunca lo que no te pueda


dar.

Si lo pensamos bien, cada uno de nosotros tenemos unos puntos fuertes y otros
débiles. ¡No existe la perfección! Y no podemos pedirles a los demás que sean
perfectos para con nosotros; a veces somos capaces de descartar de nosotros

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personas muy valiosas, por no saber comprenderlos y nos vamos quedando
solos.

La concepción cognitiva de las relaciones está basada en la aceptación


incondicional de los demás; hemos de acostumbrarnos a pedirles solo lo que nos
puedan dar; seremos más flexibles y aceptaremos a las personas tal y como son,
olvidando sus fallas. Muchas veces serán los otros los que nos exigen la
perfección y eso tampoco lo tenemos que admitir.

La vida es demasiado corta para exigirse el ser perfecto e ideal; habrá cosas que
se puedan ofrecer y otras que no. Es preferible aceptarse como se es uno mismo,
que no exigirse la perfección y saber soportar con buen humor y dignidad las
críticas de los demás.

La aceptación incondicional de los demás es la clave para mejorar las relaciones


en general. No te acostumbres a juzgar ni a castigar a los demás.

Deja de quejarte y disfruta de la vida; no terribilices los acontecimientos.

Al quejarnos perdemos influencia en las otras personas ya que las estamos


exigiendo el cambio tratando de terribilizarlos.

Al darle menos importancia a los acontecimientos será más fácil el darles


también la solución.

Resulta mejor el sugerir que el exigir el cambio en los demás. Quejarse es la


mejor forma de arruinar una relación.

Vivimos en la época más quejumbrosa de la historia.

Si tú no abres tu pensamiento a las exageraciones irracionales de los demás,


nadie podrá influirte.

Trata de que las relaciones de los demás no te afecten, manteniendo una


filosofía racional de la manera más profunda posible.

Con premisas erróneas no se llega a condiciones válidas y la premisa equivocada


es: “esto es terrible e insoportable”.

Las expresiones de amor son el antídoto a la locura de la terribilización. El humor


es otra gran estrategia para enfrentarse a los que terribilizan las cosas. El humor
y el amor tienen la propiedad de sacar a la persona del estado mental negativo.

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Ríete, ama y goza la vida.

Cuando las personas nos volvemos fuertes y sensatas, dejamos de exigir a los
demás que nos concedan todos nuestros deseos de forma radical. Los deseos
los tendremos, pero jamás los convertiremos en exigencias.

Cuando deseamos obtener algo de los demás, acudamos al convencer antes que
al vencer.

La estrategia de la seducción es en realidad el método y la forma de ver las cosas


de la persona cuerda, fuerte y sensata.

Es mucho más efectivo renunciar al conflicto e intentar seducir y convencer al


otro que intentar hacer justicia; nuestras relaciones así podrán mejorar
muchísimo y se nos libra del estrés de querer imponernos al otro.

Sin duda, la seducción, es lo más efectivo para que los demás hagan lo que
deseamos.

El exigir es la manera más directa de estropear una relación, que de otra forma
podría ser maravillosa.

La justicia es un medio para conseguir un fin: la felicidad. Cuando la justicia me


impida ser feliz, es mejor dejarla.

El amor, las ganas de colaborar, pueden modelar la conducta de los demás,


mucho mejor que los sistemas justicieros, como el castigo o el premio.

La eficacia es un bien como todos los demás; ella ha de tener sus límites. Un
poco de eficacia resulta interesante, demasiada, acabaría volviéndonos locos a
todos y resultaría agotadora y demencial.

Resulta muy efectivo en la vida real, bajar el ritmo de las exigencias y aprender
a aceptarnos con nuestras limitaciones de rendimiento. El mundo en el que
vivimos se está volviendo demasiado súper exigente.

Cuando convertimos en exigencias irracionales algunas de nuestras posibles


necesidades, aparecen los problemas psicológicos, la tensión, el estrés…, lo
mismo que el exigirse el hacer las cosas extremadamente bien.

Pensar que el trabajo de uno es esencial porque lo necesitamos para vivir, es el


camino más directo hacia el estrés. Al aceptar la creencia racional que el trabajo

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no es vital para la existencia, uno se relaja y empieza a rendir de una forma
óptima y a disfrutar de lo que se hace. El problema está en llegar a creerse que
necesitamos imperiosamente esas cosas y que hay que hacer lo que sea para
conseguirlas, incluido trabajar en situaciones denigrantes, aburridas o
estresantes. El estrés nos los provocamos nosotros mismos al darle una
exagerada importancia a lo que hacemos y a lo que supuestamente necesitamos
para ser felices.

El que plantea el aprendizaje o el trabajo como obligación, nunca pasará de la


mediocridad. Se rinde mucho más cuando se disfruta que no por obligación.

El objetivo es adquirir la convicción que no importa demasiado el resultado del


trabajo, sino que lo esencial es pasarlo bien y disfrutar de lo que se hace.

Con frecuencia sobrevaloramos la eficacia y nos obsesionamos con la


perfección, cuando de los errores también podemos aprender tantas cosas.

Vamos a tratar de combatir las quejas, hacernos menos quejicas y también


tratar de ser un poco más felices.

La tolerancia a la frustración, nos permite disfrutar más de la vida ya que no


perdemos el tiempo quejándonos por las cosas que no funcionan. La clave está
siempre en cambiar nuestra manera de pensar.

Todos los posibles inconvenientes que se nos presentan no deben tener poder
para amargarnos la vida; en la mayoría de los casos se trata de pequeñas
incomodidades sin trascendencia; seguimos teniendo todo lo necesario para
vivir e incluso para ser felices. Resulta más efectivo en pensar y en detenerse en
saber contemplar y gozar de las maravillas que aún tenemos a nuestro alcance;
ya que, si nos concentramos demasiado en las posibles incomodidades, no
podremos gozar de la vida.

¡Basta de quejarse por las pequeñas cosas!

Las adversidades forman parte de la vida; si las sabemos aceptar no nos


molestarán tanto.

A veces nos perturbamos más de lo natural, más de lo necesario, al imponernos


obligaciones que tan solo suelen habitar en nuestra mente, obligaciones que no
hacen sino minar nuestra capacidad de disfrutar, obligaciones que por lo general

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nos las imponemos por temor al juicio de los demás. No tenemos por qué hacer
cosas que no nos apetece hacer.

Gran parte de los problemas emocionales que sufren las personas tiene que ver
con las obligaciones que tratamos de imponernos. Prácticamente no existen
muchas obligaciones y no tenemos por qué complacer a los demás como ellos
desearían ser complacidos. Hagamos los que nos apetece de forma honesta,
aunque a veces no coincida con lo que piensan los demás.

Aunque se demuestra el no necesitarnos mutuamente en la vida real, qué


fantástico es el sabernos colaborar mutuamente.

Las creencias irracionales, relacionadas con las obligaciones, resultan


abundantes; sepamos no dejarnos enredar en terribilizarnos.

Tenemos que aprender a aceptar el curso de los acontecimientos tal como


suceden, ya que las cosas son como son, es decir nunca perfectas.

¿De qué nos serviría la salud, si no gozamos de la vida?; no nos preocupemos


tanto de la salud y más de disfrutar de la vida. La enfermedad, el dolor y la
muerte forman parte de la vida y no tienen que ser entendidos como desgracias
que truncan la felicidad de las personas.

La enfermedad también es una oportunidad para descubrir el auténtico amor


desinteresado, ese que siempre es sereno, pleno y que da sentido a la existencia.
La enfermedad no tiene que ser un impedimento serio para la alegría.

Sepamos, intentemos en todo momento eliminar las emociones negativas


exageradas, como la depresión, la ansiedad y la ira descontrolada.

La salud, es algo de lo que ocuparse, pero no, de lo que preocuparse en exceso.


Con enfermedades o sin ellas, la vida ofrece muchas oportunidades de ser feliz
y de llevar a cabo una existencia con sentido. Sin salud, también se puede ser
muy feliz, y con salud también se puede llegar a ser un desgraciado.

Para encontrarte bien, a nivel emocional, lo único que necesitas es tener una
mente sana. Podemos ser felices en cualquier circunstancia. Lo increíblemente
cierto es que para ser felices no necesitamos de casi nada.

La fuente de la felicidad se halla dentro de nosotros, en nuestra mente. El


bienestar emocional, no se halla simplemente en logros externos. Desde que fue

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creado el corazón del hombre, Dios no ha dejado de habitar en él ni un solo
instante. Para sentirnos bien, tenemos que fijarnos en lo que poseemos y no en
lo que nos falta.

Todos nos debemos valorar como seres maravillosos, por el simple hecho de ser
personas y por nuestra capacidad de poder amar.

Intentar ser superior, no es la solución al hecho de verse inferior; la solución está


en no verse inferior y tampoco creerse superior; debemos ver a todo el mundo
por igual.

La aceptación incondicional de uno mismo y de los demás, viene siendo nuestra


principal cualidad y fortaleza.

La aceptación incondicional de uno mismo, va ligada a la aceptación de los


demás.

Es más prudente y efectivo, el no diseñar castigos, sino idearnos para crear


puentes de dialogo y aceptación.

Se sabe que las recaídas forman parte normal del proceso y también que
después de la recaída viene una mejora más pronunciada; por lo general es que
cada recaída nunca resulta tan pronunciada como la anterior. La clave está
siempre en saber perseverar y tener gran apertura mental.

Tenemos que admitir que ciertas ideas dogmáticas, infantiles, supersticiones y


exageradas provocan efectos perniciosos sobre el sistema emocional.

Como sucede con todos los miedos, la solución no está en enfrentarse, sino en
saber pensar bien y razonablemente, ya que no hay nada que temer ni
terribilizar.

Una de las mejores formas de aprender, es fijarse en modelos que nos inspiren
y nos señalen el camino que deseamos recorrer. Todos podemos cambiar,
mejorar, alcanzar la paz y la fortaleza, con la madurez.

Ante la educación a los niños, es bueno que estos aprendan a ser fuertes en el
aspecto emocional, que no solamente ante la ciencia; que aprendan a tener
buenos valores y tolerancia, a ser cuerdamente racionales y a no darle tanta
importancia a los normales errores; lo mismo que a decirle adiós a la ansiedad
para siempre.

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Concientízate que no eres tan especial y recuerda que hasta los individuos más
sabios y fuertes pueden entrar en crisis en cualquier momento de adversidad.
Pero ante cualquier situación deja de terribilizar. Las cosas tienen la importancia
que les quieras dar. Mi bienestar depende principalmente de mi mente y esa la
llevo yo.

He aprendido que convertirse en un profesional de la aceptación racional, es la


clave de la paz personal y del éxito.

Tenemos que aprender a aceptar con una actitud positiva, todo aquello que no
puedo cambiar.

Tenemos que saber vivir el día con entusiasmo, todo lo que tenemos en un
regalo del que tenemos que gozar pase lo que pase.

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